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FUEGO Y BRASAS

Soy animador con todo lo que soy,


con mis defectos y debilidades,
gracias al Amor Misericordioso del Señor

El fin de semana vivimos el encuentro formativo de la Pastoral de Jóvenes de la Diócesis de Alto Valle de Río Negro, destinado a animadores de grupo
Uno de los bloques, que estaba a cargo de nuestro Obispo S.E.R. Marcelo Cuenca, fue una Misa explicada. Por distintas preguntas que se fueron hac

Uno fue las negaciones de Pedro, y el otro el final del Evangelio de Juan, en que Jesús le pregunta a Pedro “¿Me amas?”.

Esto había quedado resonando en mi cabeza durante el resto de la noche. Por disposición del equipo organizador, me había tocado animar el fogón, q
Como cierre, tenía preparado llevarlos a reflexionar sobre el pasaje de Lucas 5, en que Jesús le dice a Simón "Navega mar adentro, y echen las redes
Pero no podía dejar de pensar en las negaciones de Pedro y en el interrogatorio que le hace Jesús en Juan 21.

Y de pronto, mientras estábamos ya en plena velada, compartiendo chistes, juegos, animaciones y canciones… se me hizo la luz! En ambos pasajes h

Y terminé le velada compartiendo con los participantes un momento de oración, conversando sobre esto.

El fuego
En la última cena, la noche anterior, Pedro le había dicho a Jesús: “yo daré mi vida por ti”; a lo que Jesús le contesta: “Te aseguro que no cantará el ga

Detienen a Jesús, y lo llevan a la casa de Anás, uno de los sacerdotes judíos. Pedro y otro discípulo lo siguen. Consiguen entrar al patio de esa casa.
En el patio había un fuego en el que algunos guardias y sirvientes se calentaban. Fuego y brasas.
Pedro, en la fría madrugada, también se arrima a ese fogón para calentar sus huesos, y, quizás, su alma ante la incertidumbre y los nervios del momen
Desde allí trata de estar al tanto de lo que va sucediendo con de Jesús, cuando los que estaban con él le vuelven a preguntar si no era uno de sus disc

En eso, Anás, terminado un primer interrogatorio, envía a Jesús a la casa de Caifás. Cuando Jesús va saliendo, dicen que un pariente de Malco, ese a

Cuenta el Evangelio, que Pedro salió afuera y lloró amargamente.

Trato de imaginar la mirada de Jesús en ese momento. Y pienso en el Pedro que luego fue columna de nuestra Iglesia, y no puedo imaginar una mirad

Ahora… las brasas.


Al final del relato evangélico de Juan, luego de la resurrección de Jesús, cuenta que estaban algunos discípulos a orillas del lago, cuando Pedro les dic

Salen, de noche, y no consiguen pescar nada. Al amanecer, ven a alguien en la orilla que les pregunta si tienen algo para comer. Ellos le responden qu
Y así fue. La red se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.
Entonces Juan le dice a Pedro que esa persona es Jesús, y Pedro, sin dudarlo, se tira al agua y llega primero a la orilla.
Cuando el resto de los discípulos llegan, se encuentran con un fogón, pan, y pescado sobre las brasas. Y a Jesús y a Pedro, lado a lado del fuego, com
Si había algún gallo por allí, seguramente también abría cantado.
La misma hora, otro fuego, Pedro frente a Jesús. Aquella otra noche, Pedro lo había negado tres veces. Y en la tercera ocasión, encuentra la mirada d
Hoy es Jesús el que lo espera junto a otro fuego, ya no para darle su mirada de amor y perdón, sino para darle la oportunidad de sanar.
Y aquí Jesús lo llama Simón, que significa “caña quebradiza”, y no Pedro. Aquí Jesús quiere hablar con el débil Simón; con aquel que fue cobarde, con
-Simón, hijo de Juan, ¿me amás más que estos?
-Sí, Señor, vos sabés que te quiero.

-Simón, hijo de Juan, ¿me amas?


-Sí, Señor, sabés que te quiero.

Y entonces Jesús, viendo que aquel hombre, muy a pesar suyo, jamás va a poder devolverle el amor que él ha sido capaz de darle, baja a su nivel.
-Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
-Señor, vos lo sabés todo, sabés que te quiero.
-Apacentá mis ovejas.

Vos, Simón, que fuiste débil y que vas a poder entender la debilidad de los demás, cuidalos en sus propias debilidades.
Vos, Simón, que me diste la espalda, vas a poder entender las caídas de tus hermanos, y ayudarlos a volver al camino, y a no darles la espalda, y a da
Vos, Simón, que me negaste en mi cara, hoy te doy la oportunidad de sanar esa herida; para que puedas ayudar a sanar las heridas de aquellos que t
Vos, Simón, con todas tus debilidades y con todos tus defectos serás Pedro, la piedra sobre la que edificaré mi Iglesia.

Y a vos, animador de grupo de jóvenes, a vos catequista… Jesús te pide que seas la roca sobre la cual tus jóvenes puedan “pararse”, no porque seas

Perfecto y glorioso, sólo Jesús. A vos y a mí nos toca verlo a él y a los demás a través del fuego de su amor.
Si estás dudando de empezar tu camino como animador, el día es hoy. No esperes a estar capacitado. Preguntate si fuiste llamado. Porque Dios no el

Hoy, a vos y a mí, Jesús nos dice, como a Pedro: “SÍGUEME”.

Hasta la próxima.

Neri

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