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INTRODUCCIÓN

El presente artículo pretende explicar como la generación de conflictos en el mundo genera

diferentes consecuencias, comportamientos que en los seres humanos desencadenan todo

tipo de acciones logrando afectar a su contexto y a sí mismo en diferentes modalidades; así

mismo se dispone de material que pretende comprender como se puede hacer frente al

conflicto, estableciendo herramientas fundamentales para lograr una conciliación y

bienestar.
EVIL: LA EVOLUCIÓN DEL MAL

Es de nuestra incumbencia llegar a entender la naturaleza de los conflictos, quien los


genera, como se propagan y que consecuencias tienen sobre la vida de los seres humanos.
Antes de abordar la concepción de los conflictos es necesario tener un acercamiento hacia
el “mal”; este mal no es más que todo lo consistente en pasar por encima de otro, dañarlo,
maltratarlo, humillarlo. (Zimbardo, P., & Sánchez, G. 2008)

Desde épocas remotas, citando un hecho que nos puede orientar en la problemática
presente, Lucifer, quien fue desterrado y quien en sus actos pretendió corromper a otros
ángeles para cumplir su fin se cumple, cegado por el instinto de poder y pasar por encima
de otros es predominante como un hecho conflictivo y que en sí afectó la convivencia, por
ende sería un hecho puramente del “mal”. (Zimbardo, P., & Sánchez, G. 2008)

Ahora volviendo a la realidad en nuestro contexto, es importante pensar si todos estos


comportamientos son guiados por algo, preguntarnos si en verdad tenemos conocimiento de
sí mismo. Podemos afirmar que en mayoría, nuestros comportamientos obedecen a leyes,
políticas y normas sociales que nos rigen. Sería interesante conocer como actuaríamos en
otro contexto con diferente normatividad o incluso que no la hubiera, seguramente no
seríamos los mismos. Nuestra manera de actuar en una determinada situación está
fuertemente relacionado con una visión incremental, es decir que proviene de la
experiencia, la intervención externa, lo aprendemos en el medio en que vivimos.
(Zimbardo, P., & Sánchez, G. 2008)

Podemos ahora pensar sobre dos tipos de pensamiento, individualista y colectivo. En


principio nuestra conducta está ligada a una predisposición familiar, donde formamos como
un solo individuo nuestra manera de interpretar al mundo, ahora bien, cuando se establece
conexión con el contexto esto puede cambiar, estamos en constante cambio, además
siguiendo leyes sociales instauradas por el mismo hombre, guiados por un sistema de
gobierno que influye en gran mayoría en nuestro pensar y actuar. Las personas que lideran
estos grupos, tienen diferentes concepciones para la sociedad, es de reconocer la corrupción
en todo el mundo siendo el factor fundamental del conflicto, en ocasiones la sed de poder
se apodera de estas personas cegándolas, además pasando por otras naciones si es
necesario. (Zimbardo, P., & Sánchez, G. 2008)

Hechos como: La inquisición que surge como un deseo de discriminación hacía las
mujeres, según sus rasgos físicos eran juzgadas como brujas y posteriormente ejecutadas la
búsqueda de judíos por parte de los nazis; los genocidios, violaciones, matanzas; son
ejemplos claros de esa sed de poder y por tanto la aparición de un conflicto enorme, además
estas corrientes de pensamiento “sádico” es promovido por otros, es así como se vive en un
mundo donde los sistemas de poder y un modelo estereotipado de la sociedad predomina
sobre sus habitantes. (Zimbardo, P., & Sánchez, G. 2008)

Regresando a un modelo de comportamiento individual podemos decir que existen


herramientas que si analizamos detenidamente son un insumo fuerte para combatir el
conflicto, teniendo presente que nuestras emociones están siempre dominando se puede
aplican técnicas que permiten disminuir el riesgo de situaciones poco deseables. Las
emociones por tanto son un componente básico en los seres humanos, por supuesto no hay
ser que no las posea, en cuanto a una situación la emoción presente se racionaliza
dependiendo el tipo de contexto, para que nos demos cuenta de la clase de resultados
podemos dar una mirada en la escala de expectativas básicas. (Fisher, R., & Shapiro, D.
2007)

Las expectativas básicas nos permiten abordar maneras de afrontar una situación en
diferentes dimensiones: aprecio, afiliación, estatus y rol. Estas nos muestran que ante un
trato digno y de aceptación se puede negociar con el campo emocional, navegando las
múltiples opciones para la resolución de conflictos. (Fisher, R., & Shapiro, D. 2007)

La preparación para la negación sería una práctica que permitiría incrementar el impacto a
una situación de riesgo, si se tiene en cuenta las posibilidades de que una situación no está a
favor podemos evaluar ese factor para poder tener una negociación acertada y aunque no
sea de nuestro beneficio se pueda cosechar un buen comportamiento y evitar que el
contexto (sistema) se vea afectado. (Fisher, R., & Shapiro, D. 2007)
CONCLUSIONES

Un sinfín de hechos que demuestran que los conflictos están presentes en múltiples
situaciones y a lo largo de toda la historia, siendo una característica dentro de los seres
humanos, cada acto de barbarie seguido con la obtención de un beneficio propio no nos
deja otra cosa que pensar en la manera de rechazar estos hechos y llegar a una negociación
que permita evitar la aparición del conflicto en el mundo.

La resolución de conflictos debe ser una práctica en la humanidad, racionalizar emociones


y buscar caminos que permitan llegar a acuerdos evitando posibles confrontaciones, la
instauración de diferentes democracias y analizar las diferentes perspectivas de un
problema ayudarían a mejorar el ambiente, realizando una configuración a nivel cognitivo y
emocional que permita la ejecución de comportamientos pertinentes y de equidad en la
sociedad.

DEVOLUCIÓN METACOGNITIVA

¿Cuál es aprendizaje obtenido en la elaboración del artículo?

En la elaboración del artículo se hace comprensibles los términos de conflicto, resolución;


que desde toda la existencia del ser vivo en el planeta se ha manifestado en diferentes
modalidades, así obteniendo una visión más clara de que puede ser un causal dentro de un
conflicto, también en como el hombre tiene diversas maneras de afrontar las situaciones y
que es vital mantener estrategias que eviten la propagación de comportamientos
perjudiciales para todos.
REFERENCIAS

Zimbardo, P., & Sánchez, G. (2008). El efecto Lucifer. Barcelona: Paidós.

Fisher, R., & Shapiro, D. (2007). Las emociones en la negociación. Bogotá: Grupo
Editorial Norma.

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