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SEMINARIO BIBLICO MEXICANO

FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA EXISTENCIAL


Y SUS APLICACIONES CONTEXTUALES

Por:
Emanuel Miranda

Ensayo Argumentativo
Profesor:
David Martínez

Hermosillo, Sonora
2018
¡Filosofía y teología existencial
y sus aplicaciones contextuales

Introducción

Una correcta comprensión de la teología sistemática se puede dar comprendiendo los


supuestos filosóficos; para trabajar más objetivamente las doctrinas cristianas, conviene tener
una consciencia sobre la historia de la filosofía y su influencia en cada uno de estas
enseñanzas. Por otro lado, es necesario dar una relevante interpretación para nuestros tiempos
desde el campo teológico, por ello es que se pretende brindar información útil sobre la
filosofía y teología existencialista y su aplicación en la vida cotidiana.

Filosofía Existencialista

Uno de los exponentes de filosofía existencialista, fue Heidegger, claro que ya había
ciertas propuestas preliminares a la heideggeriana, sin embargo, no habían hecho un énfasis
en el ser y su diferencia del ente. La filosofía nietzscheana había descartado la posibilidad de
Dios como fuente de la verdad, de lo ideal; Frases célebres como “Dios no crea al hombre,
el hombre crea a Dios” arrojaban una postulación que provoca la ruptura con el idealismo, el
cuál bajo la idea platónica creía que había un mundo de ideas y era trascendente a este mundo
material, por lo cual era necesario poner interés en parecerse a este mundo idealista para
poder ser completos, plenos…felices.

Heidegger empató esta idea de la muerte de Dios, ya que era imposible hablar de Dios
como ser supremo, y aunque siguió de cerca el cristianismo lo hizo observándolo como una
forma de experiencia existencial, eliminando su objetivismo en la idea de Dios, viéndola
como una proyección de su propio existir. Su filosofía por lo tanto se dirigió al “ser en cuanto
ser” es decir, a esa existencia humana y como es que se desenvuelve en el tiempo, haciéndolo
de manera óntica, en otras palabras, partiendo del ser en cuanto tal, y no de algún mundo
idealista fuera de la existencia; planteaba Heidegger, que el ente es nada y solo en la angustia
del ser se genera el Ser-ahí, claro que solo la raza humana es capaz de ser ente y Ser, ya que
es la que es capaz de decidir. Esa angustia, que es una idea tomada de Kierkegaard, para
Heidegger, es una idea positiva porque es la llave para la libertad.

Para entenderlo un poco mejor, el ser humano había pasado de pretender asemejarse
a Dios, y se había vuelto a verse así mismo, disponiéndose a encontrar en él mismo, la
verdadera libertad, la autenticidad de la vida. Heidegger señalaba que desde las concepciones
platónicas se había preguntado por Dios y cómo era, pero no por el Ser correspondiente al
ser humano. Como menciona Pannemberg (2001) “el análisis del ser-ahí, apuntaba
únicamente a poner de relieve el modo de ser propio del ser-ahí” (p-370). ¿Que es lo que
quiere decir? la existencia humana a lo largo de las situaciones significativas de la vida
(historicidad) era lo necesario a investigar, ya que propiamente en ese ser se encontraba el
verdadero significado del “Dasein” (ser-ahí). Por ejemplo, don Pedro ya no iba a preguntarse
por cuál sería la voluntad de Dios, sino por la posibilidad y la capacidad de decisión que en
él residía para sacar adelante a su familia.

Se trata por lo tanto de un auto-comprenderse como existencia humana, allí está la


libertad; su importante función es hacer libre al hombre, de esa inautenticidad que lo ata al
pasado y que lo expone sin más que hacer a un ideal que está fuera de su alcance; por su
puesto que ese ser, se realiza en la aspiración de un futuro, pero meramente óntica. El hombre
se entiende a sí mismo en esa capacidad de abrirse hacia el futuro; “el hombre discierne en
la decisión y se realiza en la acción” (Gibellini, 1998, p.40). Es decir, el hombre es libre en
la capacidad de decidir y de accionar; esta comprensión que hace el hombre puede hacerse
en dos modos: si se comprende a partir de las cosas del pasado y las cosas del mundo es vivir
en una inautenticidad, pero comprenderse a partir de sí mismo es vivir en lo auténtico.

La existencia autentica es un comprenderse a partir de sí mismo, y de las propias


posibilidades y un actuar-se en la decisión y en la acción; es vivir las propias
posibilidades, es presencia a uno mismo, es aceptación de sí, de la propia finitud y
contingencia y de la muerte como última e infranqueable posibilidad. (Gibellini,
1998, p.41).
Hasta esta construcción comprendemos que la idea de Dios está sobrando, el ateísmo
es condición fundamental para el pensamiento existencialista, el ser humano debe
comprenderse a sí mismo y nada más para determinar su realidad en verdadera libertad. No
lo define su pasado, ni un ser ajeno a su propio ser. Pasemos a ver ahora cual es la respuesta
teologal, que pretende, sin abandonar en su totalidad la postura existencial, poner en juego la
idea de que Dios es determinante para nuestra existencia. Antes de pasar a ello, es de
mencionarse que Heidegger fue muy compañero y amigo de Bultmann, quien fue uno de los
mayores representantes de la teología existencial, por lo que sus posturas van acompañadas
de un profundo respeto entre sus exponentes.

Teología Existencialista

La teología existencialista es un método que pretende filtrar los documentos bíblicos


y pensamientos teológicos por la filosofía del Ser-ahí, fuertemente elaborada por Bultmann,
teólogo contemporáneo de Heidegger; Su postura revela la influencia de la filosofía
existencial, aun a pesar, de que él ha considerado que se sirvió de tal filosofía como una
necesidad, pero no para aprobar todos sus supuestos. Mientras que la teología barthiana
proponía la idea del Dios ajeno al ser humano y separado por un abismo, Bultmann acortará
esa distancia, como el encuentro diario que sucede ante el mensaje de Dios y la existencia
del hombre. Se comprenderá en las siguientes líneas que la idea de Dios recobra su fuerza y
provoca lo que el existencialismo pretende: la libertad del dasein.

Basando en el Nuevo Testamento, Bultman dirá que los dos modos de Ser que la
filosofía existencial propone, siguen siendo inaceptables para poder lograr la libertad; y es
que, si Heidegger propone que la autenticidad del Ser es decidir por sí mismo, para Bultmann
sigue siendo inauténtico ese proceder; No está en la autonomía del hombre el poder ser
completamente auténtico, se necesita de la fe en Dios para que el DASEIN obtenga una
existencia autentica. Para Bultmann, el ser autosuficiente es pecado, se está encerrando a sí
mismo, sin la posibilidad de abrirse al futuro y a su propia auto-comprensión de la existencia.
La idea que tiene Bultmann sobre Dios y su relación con el hombre, dista mucho de las ideas
pietistas en donde tenían que eliminar sus propios deseos por concentrarse en meditar en
Dios, al contrario, el mensaje de Dios ahora va al encuentro del hombre para otorgarle
autenticidad, no tratándose de que entre más plegarias se hace más cerca se está de Dios, sino
en la fe que se toma en cuenta como punto de partida para la decisión del Ser-ahí.

Aplicación práctica:

«Esta idea del Dios lejano y separado por un abismo, ha causado angustia en los
creyentes que bajo la ansiedad de saber la respuesta a sus problemas, sacrifican tiempo, vida
y sus relaciones sociales, volcándose a un misticismo y superstición; tanto daño irreparable
hace eso, especialmente en las familias dedicadas al ámbito religioso; líderes religiosos, que
descuidan su hogar y familia por comprender la voluntad de Dios tras intensas jornadas de
oración; claro está que se necesita de una espiritualidad ferviente, pero ¿cómo acercarse a un
Dios con la idea de que siempre estará lejos de nosotros? ¿cómo se entiende a Dios
desatendiendo a mi Yo y a mi otro yo? Es necesario saber que su mensaje es tan palpable en
la cotidianeidad de la vida, y que si se usan las “disciplinas espirituales” es para hallar una
coherencia entre el mensaje vertical y la capacidad de decisión horizontal, en la vida misma»

Bultmann desarrollará una perspectiva teológica distinta a algunos de sus


contemporáneos, basándose bajo la temática del Reino de Dios, que hasta entonces para
muchos era un evento futuro, determinado en tiempo y espacio, y que accederán solo aquellos
que hayan calificado; El reino de Dios para Bultmann (1968) es “una potencia que, con ser
en un todo futuro, determina en un todo el presente” (p.42). ¿Qué es lo que quiere decir con
esta frase?, empezando con lo que no quiere decir, Bultmann cree que el reino de Dios no es
algo que empieza en el hombre y que va a terminar en un futuro determinado, ni tampoco es
una fuente interior del hombre que se convierta en cualidades espirituales y estados del alma
en espera de una consumación de la plenitud en el futuro. No, el Reino de Dios no es una
espera de la existencia para ser libre, ni mucho menos una construcción de una historia en
espera de redención.
El Reino de Dios (que incluye el kerigma y a Jesucristo), es un futuro verdadero
puesto que determina al hombre en su presente, es ese mensaje que viene al hombre y lo sitúa
ante la decisión; el hombre, por lo tanto, no puede tomar un aspecto neutro ante la decisión,
o decide asirse del Reino de Dios decidiendo en fe, o decide vivir atado a sí mismo y al
pasado; es decir es un abandono radical a la fe, es lo que demanda vivir en libertad, por
supuesto, partiendo de la decisión que lo hace Ser.

Jesús, menciona Bultmann, reconoció la importancia que tiene el hombre ante la


decisión, por lo que tomando los intereses judíos de una reinado mesiánico, proclamó que el
Reino de Dios había llegado, ya que, el hombre constantemente está ante esa decisión;
siempre está en esa última hora, por eso más que hablar de un sistema moral, habló sobre la
importancia de tener en cuenta el Reino de Dios en cada vida, aspirar a no autodefinirse desde
la medida del pasado, sino del potenciado futuro Reino de Dios que se hace presente en la
decisión del hombre. Es interesante notar como en Mateo 4:17 en donde nos dice “el Reino
de los cielos se ha acercado” el verbo ἐγγίζω, que se traduce con el verbo “acercar” está en
tiempo perfecto, y lo que expresa este tiempo, es que de lo que se está hablando (en este caso
es del Reino), hace especialmente énfasis en el presente, además de que su modo sea el
indicativo, es decir, presenta a la acción como real y no como una mera intención.

El hombre determina su presente por el mensaje de Dios, por el Reino de Dios y no


por su historial de experiencias; es la fuerza de su buena noticia la que hace una existencia
autentica y no una cualidad innata del Ser, o un estado del alma, eso sí, sin pasar por el filtro
de la decisión del hombre en el aquí y ahora. y es que ¿cómo valernos del pasado cuando
ahora ya no somos eso? y ¿cómo basarnos en un futuro encerrado en el Ser mismo, si no
sabemos cómo está resuelta nuestra existencia en ese futuro? por ello, solo el Reino de Dios
en el aquí y ahora puede determinarnos, un mensaje totalmente dispuesto a hacer vivir en
libertad al dasein.
Aplicación práctica:

«Hoy día, podemos ver como el ser humano quiere hacerse valerse por sí mismo, se
ve a sí mismo como un super-hombre al estilo nietzscheano, pone sus propias reglas pensando
que la libertad que tiene es derecho a oprimir a su prójimo. Los políticos manipulan a su
antojo las leyes para su beneficio, los empresarios quebrantan las propias leyes para hacerse
más ricos, el violador ve toda su realización de su existencia en un momento de placer,
denigrando a su víctima, oh ¡Insensato! esta misma noche han de exigir de ti la entrega de
tu vida; por otro lado, el pobre o el fracasado siente que no puede levantarse por todas las
experiencias que ha tenido, El matrimonio que está en crisis financiera planea divorciarse
porque no ve un futuro ya en su unión. ¿Por quien estamos determinados? ¿No es por nuestra
frágil existencia encerrada en sí misma?»

El evangelio de Juan, fue uno de los libros utilizados por Bultmann para explicar
cómo es que el mensaje de Dios no es un evento futuro encerrado en tiempo y espacio, sino
que es un continuo futuro que se hace presente en la decisión del hombre, un futuro en
potencia destilando autenticidad existencial. Dios es el que da vida, el que cree en él pasa de
muerte a vida (Juan 5:25), Él es la resurrección y la vida, todo el que esté muerto, vivirá (Juan
11:25). la vida por lo tanto pertenece a Dios.

Juan 3:19 menciona: “y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Bultmann se hace
la siguiente pregunta: ¿qué significa el mundo para Juan?; pues bien, para él, Dios no es el
mundo, claro, es el creador del mundo, pero no forma parte de él; el mundo entonces es
creación, tiene la cualidad de ser creado, el mundo por lo tanto son los hombres, y por ser
creación de Dios tiene cierta comprensión de sí como criatura; pero es una comprensión
basada en sí mismo, se gloría de sí mismo. “Jesús les respondió: si fueras ciego no tendrías
pecado, más ahora porque decís Vemos, vuestro pecado permanece” Juan 9:41.
El hombre sin ver a Dios, quiere entenderse a sí mismo, elabora su ética, su forma de
actuar centrándose en sí, sin embargo, sigue sin entenderse puesto que todo lo que hace
emana de la superficialidad de su existencia. “El mundo se convierte en lo que los hombres
hacen de él” (Bultmann, 1974, p.123). En su interpretación se malentiende y se destruye a sí
mismo; no puede ver a Dios porque se ve a sí mismo, no tiene alguna idea de Dios porque
está ensimismado en tener su propia interpretación de su existencia. En palabras de Bultmann
(1974) “conocer a Dios no significa hacerse ideas de él, sino que conocerle significa verlo
como realmente es descubierto. Mas esto significa reconocerlo como creador y dejarse
determinar por él” (p.124). Es decir, no son conocimientos meramente teóricos, sino es
abandonarse en fe, en la decisión de la existencia.

Ahora, cómo es que se da ese proceso de elegir a Dios y no al mundo, menciona


Bultmann, que empieza con despedirse del mundo y de la propia seguridad, que es sinónimo
de ponerle fin al hombre, aparentemente en sentido negativo, pero en ese arrojo a la fe
encuentra vida, es re-comprenderse, volver a nacer, de tener un futuro ahora determinado por
Dios; la vida en Dios no comienza en una base de conocimiento ya establecida sino en
abandonarse en el acontecimiento de la fe; ese evento de fe sucede en la predicación, al
respecto de este kerigma, menciona Gibellini (1998):

“es la palabra que tiene poder, que es eficaz, El ser pronunciada es esencial para esta
palabra; es anunciada y debe ser escuchada… dirigida a la consciencia…no transmite
teorías…pone al hombre en ese estado de decisión… quien la escucha accede a la
verdad de su existencia” (p.43)

Resignarse a ella es vivir en el infierno, ahora es cuando se decide vivir en el mundo


rechazando la revelación, y esto, para Bultmann, es el infierno.

Ahora este kerigma, es realmente una posibilidad para el hombre, no está hecho en
su totalidad, el kerigma “está tocando a la puerta” como una posibilidad y debe elegirse cada
vez, debe de resolverse en el Dasein; la Palabra que se hace carne, está también en el aquí y
ahora y el kerigma, no sólo queda en un hecho histórico pasado, sino que sigue vigente a la
espera de la decisión del hombre, está en modo perfecto, haciendo énfasis en el ahora; es el
Ser obediente al kerigma lo que abre paso a su efecto transformador. El futuro se hace carne
haciendo autentico el presente, en cada decisión, de allí es que se trate de permanecer en él,
no es solo una visitación-aceptación de su kerigma, sino de permanecer, y este permanecer
en él, como dice Bultmann (1974) “permanecer en el amor significa primeramente
permanecer siendo amado” (p.133). En donde no se actúa por obediencia, sino se actúa
enteramente obediente.

Aplicación práctica:

«Lamentablemente como personas adeptas a una religión, hemos reducido el estilo


de vida cristiano a una visita los domingos a la iglesia, pensamos que por orar todas las
mañanas y no fallar en dar el diezmo ya está asegurada nuestra salvación. La vida en Cristo
está muy distanciada de eso, es tener presente de que continuamente necesitamos
abandonarnos a la fe, y más, permanecer en esa tensión. La vida cristiana se ha vuelto tan
vanal, hay otros intereses de por medio, que corresponden a vivir en el mundo y no a vivir
abierto al Reino de Dios, cuando queremos nos cerramos al kerigma y cuando nos conviene
nos volvemos a abrir»

Pocos son los que deciden permanecer, para ellos, esta la esperanza de que al dejar
de centrarse en sí mismos y permanecer en Dios, ellos permanecen en amor, son amados y
pueden auto comprenderse; en su muerte al yo paradójicamente encuentran vida eterna en
al aquí y ahora; se necesita de una perspectiva teológica existencial y replantearnos de que
el Reino de Dios tiene un énfasis importante en el presente, y que somos determinados por
él, de lo contrario, desfiguramos nuestro propio ser.

Pues la fe es conquistar la posibilidad de ser


Conclusiones

Dentro de las diferentes interpretaciones sobre la Biblia, la vida, y la idea de Dios,


emerge aquella que se enfoca en el Ser y su acontecimiento en el aquí y ahora; sin embargo,
en lugar de concentrar la verdad en él, la teología existencial, guía al dasein a arrojarse a los
brazos de la fe en Dios. Esto supone dejar el pasado y de ser autosuficiente, y actuar obediente
a la Palabra de Dios, sabiendo que no traerá muerte a su existencia sino vida eterna. La
palabra o el kerigma no es un conjunto de leyes puestas para obligar a ser humano, si no, es
todo ese mensaje que llega al Ser al momento de la predicación, que transforma y otorga
verdadera libertad.

Vivimos en un contexto sociocultural para nada perfecto, las crisis que vivimos son
el resultado de un aprovechamiento de pocas personas, que a su antojo han hecho del pueblo
un esclavo explotado. Nadie quien vive en Latinoamérica podrá negar que no ha tenido
experiencia donde la injusticia ha hecho de las suyas; por lo que el método teológico
existencial es muy acorde a la necesidad de la sociedad, ya que, sitúa al ser humano en su
realidad y lo motiva a tomar decisiones de acuerdo al mensaje esperanzador y que tendrá su
efecto aquí y ahora.
Referencias

Gibellini, R. (1998). Teología del siglo XX. España: Sal Terrae.


Bultmann, R. (1968). Jesús. Argentina: Sur.
Bultmann, R. (1974). Creer y comprender. Madrid: STVDIVM
Pannenberg, W. (2001) Una historia de la filosofía desde la existencia de Dios.
Salamanca: Sígueme

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