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NUEL

Jean Franklyn Castro P.

C/Peña Batlle #47, Villa Juana

Santo Domingo, RD

Teléfono: 849-220-4463

JeanCastro@gmail.com

Estimado Juan León Ríos,

Como una persona con experiencia en el puesto, leí con mucho interés
sobre su búsqueda de un contratista general. Mi formación y experiencia
cuadran bien para desempeñarme en tal cargo en su empresa
Construcciones Pacífico S.A.

Cuento con más de 8 años de experiencia como contratista general, y


estoy capacitado para ejercer tal función de manera eficiente y
responsable. Entre mis capacidades, destaco el saber:

-Buscar y comparar las posibles contrataciones de la empresa, de forma tal


que se aseguren los mejores precios y servicios.
-Coordinar los planes de trabajo y asegurarse de que las obras sean
ejecutadas en tiempo y forma.
-Llevar el control y velar por la seguridad en las obras.
-Realizar las inspecciones necesarias, tanto durante como después de los
trabajos, para verificar que todo se haya realizado con la calidad
requerida.

Además de mi experiencia, le comento que cuento con formación


académica en ingeniería y pasión por el trabajo en el ámbito de la
construcción y ejecución de obras.

Sin más, le agradezco desde ya y espero pueda tener en consideración el


currículum vitae que le envío adjuntado a la presente carta. Por mi parte,
me encuentro disponible para responder cualquier consulta de su parte o
bien para mantener una entrevista personal.

Saludos cordiales, Jean Franklyn Castro


6 50 13
mjosefernandez@hotmail.co
m
Estimado Juan León Ríos,
Como una persona con
experiencia en el puesto, leí
con mucho interés sobre su
búsqueda de un contratista
general. Mi formación y
experiencia cuadran bien
para desempeñarme en tal
cargo en su empresa
Construcciones Pacífico S.A.
Cuento con más de 4 años
de experiencia como
contratista general, y estoy
capacitado para ejercer tal
función de manera eficiente
y responsable. Entre mis
capacidades, destaco el
saber:
-Buscar y comparar las
posibles contrataciones de la
empresa, de forma tal que
se aseguren los mejores
precios y servicios.
-Coordinar los planes de
trabajo y asegurarse de que
las obras sean ejecutadas en
tiempo y forma.
-Llevar el control y velar por
la seguridad en las obras.
-Realizar las inspecciones
necesarias, tanto durante
como después de los
trabajos, para verificar que
todo se haya realizado con la
calidad requerida.
Además de mi experiencia,
le comento que cuento con
formación académica en
ingeniería y pasión por el
trabajo en el ámbito de la
construcción y ejecución de
obras.
Sin más, le agradezco desde
ya y espero pueda tener en
consideración el currículum
vitae que le envío adjuntado
a la presente carta. Por mi
parte, me encuentro
disponible para responder
cualquier consulta de su
parte o bien para mantener
una entrevista personal.
Saludos cordiales,
Manuel José Fernández

A fin de sustituir a las


antiguas fuerzas armadas
agrupadas en la Marina de
Guerra y en la Guardia
Republicana del período de
Ramón Cáceres, los
interventores instauraron en
1917 la Guardia Nacional,
organismo de represión cuya
finalidad era combatir de
manera eficiente cualquier
intento de sedición. Los
dominicanos que integraron
sus filas eran casi todos de
extracción humilde o
desempleados, y fueron
entrenados según los
reglamentos de la Infantería
de Marina de los Estados
Unidos, de la que terminaron
convirtiéndose en una
especie de prolongación. Es
de este “cuerpo del orden”,
luego nombrado Policía
Nacional y convertido
posteriormente en Ejército
Nacional, de donde
emergería la figura del
dictador Rafael Leonidas
Trujillo.
Rentas Internas,
contabilidad y registro de
tierras
En 1918 fue creada la
Dirección General de Rentas
Internas, con el propósito de
regular la aplicación y el
cobro de los impuestos a la
producción manufacturera
nacional. También se
incorporó un moderno
sistema de contabilidad
pública, y otro para el
registro de tierras.
Obras públicas
La necesidad de tener un
mayor control militar sobre
el país hizo que las
autoridades interventoras
desarrollan un plan de
construcción de carreteras
que comunicara las distintas
regiones y que facilitara una
real unificación política del
país. En 1922 se inauguró la
carretera Duarte entre las
ciudades de Santo Domingo
y Santiago. La carretera
hacia el este se llevó desde
Santo Domingo hasta San
Pedro de Macorís, mientras
que la que va hacia el sur se
prolongó desde la Capital
hasta Azua. Esta red fue
completada poco tiempo
después de finalizada la
ocupación, y había sido
planeada e iniciada en la
época de la presidencia de
Ramón Cáceres.
Otras obras consistieron en
el acondicionamiento de
muelles y edificios de
aduanas, el establecimiento
de un sistema de
telecomunicaciones y
edificaciones educativas y
sanitarias.
Educación
Se estima que para 1916
más del 90% de la población
dominicana era analfabeta.
Una de las primeras
disposiciones del gobierno
de ocupación fue la
promulgación de una ley que
establecía la obligatoriedad
y gratuidad de la educación
primaria para los niños de 7
a 14 años, y la creación del
Consejo Nacional de
Educación, encargado de la
supervisión general de la
instrucción pública. Se
instalaron numerosos
planteles escolares
primarios en las zonas
rurales.
En contrapartida, se le
prestó escasa atención a la
educación secundaria, se
cerró la Universidad de
Santiago y se dio categoría
de instituto a la Universidad
de Santo Domingo.
Salud pública y sanidad
• Limpieza de las ciudades y
pueblos, de mercados y
mataderos, instalación de
letrinas.
• Creación de la Secretaría
de Estado de Sanidad y
Beneficencia.
• Creación de un
Laboratorio Nacional.
• Regulación de la práctica
médica, farmacéutica y
oficios afines.
• Ejecución de programas
de vacunación.
• Control de la preparación
y venta de alimentos.
• Prohibición de la
prostitución.
• Llegada de profesionales
de la salud de Estados
Unidos y Puerto Rico. De
acuerdo a las autoridades de
ocupación, en 1917 apenas
ejercían en República
Dominicana 95 doctores y
licenciados, muchos de los
cuales presentaban muy
mala preparación.
• Construcción de tres
hospitales.
“Danza de los Millones”. La
Primera Guerra Mundial
ocasionó un aumento de la
demanda de azúcar de caña,
tabaco, café y cacao
dominicanos, elevando el
precio de estos productos en
el mercado internacional. La
mayor capacidad de compra
de los dominicanos produjo
a su vez un incremento de la
demanda de artículos
manufacturados importados,
e incidió en el incipiente
proceso de urbanización y
modernización que
experimentaron –junto con
la ciudad de Santo
Domingo– pueblos como
Santiago, La Vega, San
Pedro de Macorís y Puerto
Plata. A esta efervescencia
económica vivida en especial
entre 1918 y 1921 se le
conoce como la “Danza de
los Millones”.
Llegó a su fin en 1921, con
la caída estrepitosa de los
precios de los productos
dominicanos en el mercado
internacional, lo que sumió
al país en una nueva crisis.
Nuevos empréstitos. Es
importante hacer notar que
las inversiones realizadas
por el gobierno de ocupación
se sustentaron, de una
parte, en los fondos de las
aduanas que le
correspondían al Gobierno
dominicano y que habían
sido retenidos por las
autoridades
estadounidenses como
mecanismo de presión desde
el impasse con el presidente
Jimenes; y, de otra, en
nuevos préstamos
autorizados por el
Departamento de Estado
bajo el escudo de la
Convención de 1907. De esta
suerte, para 1922, la deuda
de la República Dominicana
ascendía a casi 15,000,000
de dólares.
Los líderes políticos y
hombres de negocio
dominicanos manifestaron
su desacuerdo, alegando
que un gobierno extranjero
no tenía derecho a endeudar
al país.
Resistencia
Gavilleros

A pesar de la censura y el
desarme, hubo un reducto
de rebeldes que se mantuvo
contra la autoridad
extranjera. Los “gavilleros”
operaban al este del país y
estaban conformados, en
gran medida, por
campesinos que habían sido
despojados de sus tierras
durante el apogeo de la
industria azucarera de gran
capital extranjero, iniciado a
finales del siglo XIX e
incentivado en los primeros
quince años del siglo XX. Se
escondían en las zonas
montañosas y atacaban
mediante el método de la
guerra de guerrilla,
contando para ello con la
colaboración del grueso de
la población de la región e
incluso con la de los propios
administradores de los
ingenios que, a fin de evitar
la quema o asalto de sus
campos, bodegas y bateyes,
les suministraban dinero y
comida.
Sólo pudieron ser afectados
seriamente cuando las
operaciones en su contra
contaron con el concurso de
los soldados dominicanos de
la Guardia Nacional. En 1922
aceptaron una amnistía
general ofrecida por el
gobierno de ocupación bajo
el entendido de que se
instauraría el Gobierno
Provisional dominicano
acordado en el Plan Hughes-
Peynado de ese año.
Sus líderes más importantes
fueron Vicente Evangelista,
Ramón Natera, Martín
Peguero, José Piña, Luciano
Reyes, Pedro Tolete, Marcial
Guerrero y Félix Laureano.
Resistencia cívica

Tuvo un carácter urbano y


se estructuró sobre la base
de las distintas iniciativas de
la clase intelectual
dominicana que expresaba
su preferencia por un país
libre con revoluciones a un
país ocupado con una paz
impuesta.
• Campaña realizada por el
ex presidente de la
República Francisco
Henríquez y Carvajal. Viajó
por varios países de América
Latina denunciando la
ocupación, la falta de
libertades, la censura, las
cortes militares de justicia y
las torturas que sufrían los
dominicanos. En 1919 fundó
una Comisión Nacionalista
Dominicana que operaba en
Washington y que pretendía
que el Departamento de
Estado de los Estados Unidos
modificara su política en el
país y nombrara un Junta
Consultiva que preparara las
leyes para asegurar la
transición a un nuevo
gobierno civil dominicano.
• Campaña de los líderes
obreros dominicanos ante la
Federación Americana del
Trabajo, la cual exigió al
presidente de los Estados
Unidos una rectificación de
su política en Santo
Domingo.
• Creación de la Unión
Nacional Dominicana en
1920. Presidida por Don
Emiliano Tejera, exigía la
“desocupación pura y
simple”. La integraban
Américo Lugo, Fabio Fiallo,
Pelegrín Castillo, Enrique
Apolinar Henríquez, Max
Henríquez Ureña, César
Tolentino y muchos otros.
La defensa del
restablecimiento de la
soberanía dominicana se
expresó a través de distintas
manifestaciones culturales:
discursos, libros, cartas,
obras de teatro, editoriales.
Hasta los juegos de béisbol
celebrados entre
dominicanos y equipos
formados por los marines
norteamericanos sirvieron
para canalizar el rechazo a
la autoridad opresora.
Plan Hughes-Peynado,
1922. La crisis económica
desencadenada en 1921, las
campañas a escala nacional
e internacional en contra de
la intervención, y la elección
de un nuevo presidente
norteamericano favorable a
la salida de las tropas de
ocupación, propiciaron la
celebración de este acuerdo
que sentó las bases para la
vuelta a la vida
independiente de la
República Dominicana. Se
llamó así en virtud de los
nombres de los
negociadores: Francisco J.
Peynado, por la parte
dominicana, y el secretario
de Estado Charles Evans
Hughes, por los Estado
Unidos. El mismo estipulaba:
• Instalación de un
Gobierno Provisional electo
por los principales líderes
políticos dominicanos y el
Arzobispo de Santo
Domingo.
• Preparación y
organización de elecciones
por parte del mencionado
Gobierno Provisional.
• Reconocimiento de los
actos legales del gobierno
militar que hubiesen creado
derecho a favor de terceros.
• Reconocimiento de la
validez de las emisiones de
bonos de los empréstitos
contratados durante los
años de ocupación.
• Reconocimiento de las
tarifas aduaneras
establecidas por el gobierno
militar en 1919 y que
favorecían a más de 945
productos estadounidenses.
• Vigencia de la Convención
Domínico-Americana de
1907 hasta que la República
Dominicana terminara de
pagar su deuda externa,
quedando por tanto los
norteamericanos en control
de las aduanas y con el
derecho de autorizar o no
cualquier futuro
endeudamiento público del
país.
Juan Bautista Vicini Burgos
asumió como presidente
provisional en el mes de
octubre de 1922, y las
elecciones constitucionales
fueron celebradas el 15 de
marzo de 1924, resultando
electo el candidato Horacio
Vásquez por el Partido
Nacional. En agosto de ese
mismo año concluyó la
evacuación del ejército de
ocupación.
Primera invasión
norteamericana
Los acontecimientos que darían el impulso final a la intervención norteamericana de 1916
fueron:

• El impasse que tuvo el gobierno de Juan Isidro Jimenes con los Estados Unidos, al no
querer aceptar algunas de las medidas que pretendían hacerle asumir (entre ellas, la
aprobación expresa del contralor norteamericano).
• Levantamiento de generales horacistas en el norte.
• La ocupación militar norteamericana de Haití en 1915.
• Aumento del poder de Desiderio Arias, quien siendo secretario de Guerra y Marina se rebeló
contra Jimenes en abril de 1916.

En mayo de 1916 comienza el desembarco de marinos norteamericanos. El 16 de mayo


tomaron Santo Domingo, y a finales de julio los principales puestos militares del país estaban
en sus manos. El 29 de noviembre de 1916 el Capitán H. S. Knapp publicó la proclama oficial
de la ocupación.

Medidas del Gobierno militar norteamericano en la República Dominicana

Control militar y policial


A fin de sustituir a las antiguas fuerzas armadas agrupadas en la Marina de Guerra y en la
Guardia Republicana del período de Ramón Cáceres, los interventores instauraron en 1917 la
Guardia Nacional, organismo de represión cuya finalidad era combatir de manera eficiente
cualquier intento de sedición. Los dominicanos que integraron sus filas eran casi todos de
extracción humilde o desempleados, y fueron entrenados según los reglamentos de la
Infantería de Marina de los Estados Unidos, de la que terminaron convirtiéndose en una
especie de prolongación. Es de este “cuerpo del orden”, luego nombrado Policía Nacional y
convertido posteriormente en Ejército Nacional, de donde emergería la figura del dictador
Rafael Leonidas Trujillo.

Rentas Internas, contabilidad y registro de tierras


En 1918 fue creada la Dirección General de Rentas Internas, con el propósito de regular la
aplicación y el cobro de los impuestos a la producción manufacturera nacional. También se
incorporó un moderno sistema de contabilidad pública, y otro para el registro de tierras.

Obras públicas
La necesidad de tener un mayor control militar sobre el país hizo que las autoridades
interventoras desarrollan un plan de construcción de carreteras que comunicara las distintas
regiones y que facilitara una real unificación política del país. En 1922 se inauguró la carretera
Duarte entre las ciudades de Santo Domingo y Santiago. La carretera hacia el este se llevó
desde Santo Domingo hasta San Pedro de Macorís, mientras que la que va hacia el sur se
prolongó desde la Capital hasta Azua. Esta red fue completada poco tiempo después de
finalizada la ocupación, y había sido planeada e iniciada en la época de la presidencia de
Ramón Cáceres.

Otras obras consistieron en el acondicionamiento de muelles y edificios de aduanas, el


establecimiento de un sistema de telecomunicaciones y edificaciones educativas y sanitarias.

Educación
Se estima que para 1916 más del 90% de la población dominicana era analfabeta.

Una de las primeras disposiciones del gobierno de ocupación fue la promulgación de una ley
que establecía la obligatoriedad y gratuidad de la educación primaria para los niños de 7 a 14
años, y la creación del Consejo Nacional de Educación, encargado de la supervisión general de
la instrucción pública. Se instalaron numerosos planteles escolares primarios en las zonas
rurales.

En contrapartida, se le prestó escasa atención a la educación secundaria, se cerró la


Universidad de Santiago y se dio categoría de instituto a la Universidad de Santo Domingo.

Salud pública y sanidad


• Limpieza de las ciudades y pueblos, de mercados y mataderos, instalación de letrinas.
• Creación de la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia.
• Creación de un Laboratorio Nacional.
• Regulación de la práctica médica, farmacéutica y oficios afines.
• Ejecución de programas de vacunación.
• Control de la preparación y venta de alimentos.
• Prohibición de la prostitución.
• Llegada de profesionales de la salud de Estados Unidos y Puerto Rico. De acuerdo a las
autoridades de ocupación, en 1917 apenas ejercían en República Dominicana 95 doctores y
licenciados, muchos de los cuales presentaban muy mala preparación.
• Construcción de tres hospitales.

“Danza de los Millones”. La Primera Guerra Mundial ocasionó un aumento de la demanda


de azúcar de caña, tabaco, café y cacao dominicanos, elevando el precio de estos productos
en el mercado internacional. La mayor capacidad de compra de los dominicanos produjo a su
vez un incremento de la demanda de artículos manufacturados importados, e incidió en el
incipiente proceso de urbanización y modernización que experimentaron –junto con la ciudad
de Santo Domingo– pueblos como Santiago, La Vega, San Pedro de Macorís y Puerto Plata. A
esta efervescencia económica vivida en especial entre 1918 y 1921 se le conoce como la
“Danza de los Millones”.

Llegó a su fin en 1921, con la caída estrepitosa de los precios de los productos dominicanos
en el mercado internacional, lo que sumió al país en una nueva crisis.

Nuevos empréstitos. Es importante hacer notar que las inversiones realizadas por el
gobierno de ocupación se sustentaron, de una parte, en los fondos de las aduanas que le
correspondían al Gobierno dominicano y que habían sido retenidos por las autoridades
estadounidenses como mecanismo de presión desde el impasse con el presidente Jimenes; y,
de otra, en nuevos préstamos autorizados por el Departamento de Estado bajo el escudo de la
Convención de 1907. De esta suerte, para 1922, la deuda de la República Dominicana
ascendía a casi 15,000,000 de dólares.

Los líderes políticos y hombres de negocio dominicanos manifestaron su desacuerdo, alegando


que un gobierno extranjero no tenía derecho a endeudar al país.

Resistencia

Gavilleros

A pesar de la censura y el desarme, hubo un reducto de rebeldes que se mantuvo contra la


autoridad extranjera. Los “gavilleros” operaban al este del país y estaban conformados, en
gran medida, por campesinos que habían sido despojados de sus tierras durante el apogeo de
la industria azucarera de gran capital extranjero, iniciado a finales del siglo XIX e incentivado
en los primeros quince años del siglo XX. Se escondían en las zonas montañosas y atacaban
mediante el método de la guerra de guerrilla, contando para ello con la colaboración del
grueso de la población de la región e incluso con la de los propios administradores de los
ingenios que, a fin de evitar la quema o asalto de sus campos, bodegas y bateyes, les
suministraban dinero y comida.

Sólo pudieron ser afectados seriamente cuando las operaciones en su contra contaron con el
concurso de los soldados dominicanos de la Guardia Nacional. En 1922 aceptaron una
amnistía general ofrecida por el gobierno de ocupación bajo el entendido de que se instauraría
el Gobierno Provisional dominicano acordado en el Plan Hughes-Peynado de ese año.

Sus líderes más importantes fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero, José
Piña, Luciano Reyes, Pedro Tolete, Marcial Guerrero y Félix Laureano.

Resistencia cívica

Tuvo un carácter urbano y se estructuró sobre la base de las distintas iniciativas de la clase
intelectual dominicana que expresaba su preferencia por un país libre con revoluciones a un
país ocupado con una paz impuesta.

• Campaña realizada por el ex presidente de la República Francisco Henríquez y Carvajal.


Viajó por varios países de América Latina denunciando la ocupación, la falta de libertades, la
censura, las cortes militares de justicia y las torturas que sufrían los dominicanos. En 1919
fundó una Comisión Nacionalista Dominicana que operaba en Washington y que pretendía que
el Departamento de Estado de los Estados Unidos modificara su política en el país y nombrara
un Junta Consultiva que preparara las leyes para asegurar la transición a un nuevo gobierno
civil dominicano.

• Campaña de los líderes obreros dominicanos ante la Federación Americana del Trabajo, la
cual exigió al presidente de los Estados Unidos una rectificación de su política en Santo
Domingo.

• Creación de la Unión Nacional Dominicana en 1920. Presidida por Don Emiliano Tejera,
exigía la “desocupación pura y simple”. La integraban Américo Lugo, Fabio Fiallo, Pelegrín
Castillo, Enrique Apolinar Henríquez, Max Henríquez Ureña, César Tolentino y muchos otros.

La defensa del restablecimiento de la soberanía dominicana se expresó a través de distintas


manifestaciones culturales: discursos, libros, cartas, obras de teatro, editoriales. Hasta los
juegos de béisbol celebrados entre dominicanos y equipos formados por los marines
norteamericanos sirvieron para canalizar el rechazo a la autoridad opresora.

Plan Hughes-Peynado, 1922. La crisis económica desencadenada en 1921, las campañas a


escala nacional e internacional en contra de la intervención, y la elección de un nuevo
presidente norteamericano favorable a la salida de las tropas de ocupación, propiciaron la
celebración de este acuerdo que sentó las bases para la vuelta a la vida independiente de la
República Dominicana. Se llamó así en virtud de los nombres de los negociadores: Francisco
J. Peynado, por la parte dominicana, y el secretario de Estado Charles Evans Hughes, por los
Estado Unidos. El mismo estipulaba:

• Instalación de un Gobierno Provisional electo por los principales líderes políticos


dominicanos y el Arzobispo de Santo Domingo.
• Preparación y organización de elecciones por parte del mencionado Gobierno Provisional.
• Reconocimiento de los actos legales del gobierno militar que hubiesen creado derecho a
favor de terceros.
• Reconocimiento de la validez de las emisiones de bonos de los empréstitos contratados
durante los años de ocupación.
• Reconocimiento de las tarifas aduaneras establecidas por el gobierno militar en 1919 y que
favorecían a más de 945 productos estadounidenses.
• Vigencia de la Convención Domínico-Americana de 1907 hasta que la República Dominicana
terminara de pagar su deuda externa, quedando por tanto los norteamericanos en control de
las aduanas y con el derecho de autorizar o no cualquier futuro endeudamiento público del
país.

Juan Bautista Vicini Burgos asumió como presidente provisional en el mes de octubre de
1922, y las elecciones constitucionales fueron celebradas el 15 de marzo de 1924, resultando
electo el candidato Horacio Vásquez por el Partido Nacional. En agosto de ese mismo año
concluyó la evacuación del ejército de ocupación.

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