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1) jugué

2) baile
3) comí
4) cante
5) dormí
6) presente
7) practique
8) corrí
9) entrene
10) volé
11) nade
12) camine
13) salte
14) cocine
15) lave

1) juego
2) bailo
3) como
4) canto
5) duermo
6) presento
7) practico
8) corro
9) entreno
10) vuelo
11) nado
12) camino
13) salto
14) cocino
15) lavo

1) jugare
2) bailare
3) comeré
4) cantare
5) dormiré
6) presentare
7) practicare
8) correré
9) entrenare
10) volare
11) nadare
12) caminare
13) saltare
14) cocinare
15) lavare
1) juego 6) presento 11) nado

12) camino
2) bailo 7) practico

13) salto

3) como
8) corro

4) canto 14) cocino

9) entreno

15) lavo

5) duermo 10) vuelo


Historia ilustrada
Érase una vez un pequeño pez que vivía con su familia en un estanque dentro de un denso
bosque. El padre del pequeño pececito era el rey de todos los peces del estanque y allí
pasaban sus días en paz y tranquilidad.
Un día, un gran dinosaurio que vivía en el bosque, llegó hasta el estanque. Tenía tanta sed
que comenzó a beber el agua del estanque, tanta bebió que acabó con la mitad del agua.
Los peces, preocupados por que el dinosaurio pudiera volver al día siguiente y terminar de
beberse el agua del estanque fueron a ver al rey en busca de ayuda. Sin embargo, el pez rey
no encontraba la solución. Entonces, el pequeño pez, hijo del rey, dijo:
- Oh padre, tengo una idea. Voy a derrotar al dinosaurio.

Al día siguiente, el dinosaurio volvió al estanque dispuesto a beber de su fresca y rica agua,
pero entonces apareció el pequeño pez, que muy valiente y decidido se plantó delante de él
y le dijo:

- Estimado amigo Dino, por favor, no bebas el agua de este estanque.

El dinosaurio, comenzó a reír a carcajadas y le dijo que no se iría hasta terminar con toda el
agua. Pero el pececillo siguió y siguió insistiendo, tanto lo hizo que al final el dinosaurio le
propuso un trato:
- Vamos a hacer una carrera desde esta orilla al otro extremo del estanque. Si gano yo,
beberé toda el agua que quiera, si ganas tu, me marcharé y no volveré.
El pez aceptó el desafío y comenzó la carrera. El dinosaurio no tenía dudas de ganar porque
era muy grande y con sólo unas zancadas llegaría al otro extremo. Pero al comenzar la
carrera, el pez nadó tan rápido como pudo. El dinosaurio, sin embargo, era tan pesado, y
lento dentro del agua, que por mucho que intentó avanzar, iba más lento que el pez, que
finalmente ganó la carrera.
Así el dinosaurio tuvo que darse la vuelta derrotado ante su pequeño contrincante y buscar
otro estanque.

Moraleja: hay una solución para cada problema, uno nunca debe darse por vencido.

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