Sunteți pe pagina 1din 10

RESUMEN EJECUTIVO

El presente informe sintetiza los principales hallazgos del “estudio de victimización en


líderes y congregaciones Católicas y Evangélicas en las ciudades de San Pedro Sula y
Tegucigalpa”, que ha sido realizado para la Alianza Cristiana por el Diálogo y
Conciliación, con el apoyo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) y el Comité
Central Menonita (CCM). Constituye un estudio pionero en Honduras, en tanto que no se
han realizado con anterioridad estudios de este tipo en el país.

Objetivo del estudio

El estudio tiene como propósito conocer y comprender la situación de inseguridad y


violencia que afecta a los cristianos, para ello, se realizó un levantamiento de información
cuantitativa y cualitativa sobre la victimización delictiva en comunidades evangélicas y
católicas de las dos ciudades indicadas a fin de contar con una aproximación al nivel y la
naturaleza de las agresiones, así como a la percepción de seguridad y la confianza que
tienen tales colectivos en el Sistema de Seguridad y Justicia hondureño. En general los
resultados expresan una coherencia entre la percepción registrada estadísticamente y las
valoraciones cualitativas que profundizan en las dimensiones subjetivas del fenómeno en
estudio, con lo que se refuerza la solidez y confianza en la información obtenida.

Ubicación geográfica

Tegucigalpa y San Pedro Sula.


Encuestados por Iglesia
La población consultada se ubicó
CATOLICA EVANGELICA
geográficamente en las colonias Carrizal,
Flor del Campo, Villanueva-Nueva
Suyapa, de Tegucigalpa, y los sectores
Chamelecón, Rivera Hernández y Lomas
48% del Carmen, de San Pedro Sula. Estas
52% colonias representan el 72% de los casos
estudiados y el 28% restante se distribuye
en centros católicos o evangélicos de
Tegucigalpa como de San Pedro Sula.

I. Hallazgos en el análisis cuantitativo.

1.1 Violencia generalizada

Los resultados revelan que los cristianos experimentan al igual que el resto la población la
inseguridad y la violencia como fenómeno social que afecta a toda la sociedad hondureña
en general y, en particular, a la población que habita en los barrios y colonias con mayores
condiciones de pobreza y marginalidad, en los que predominan un conjunto de problemas
conexos que impactan negativamente en la vida de las comunidades como el desempleo, la
desintegración familiar, el consumo de drogas y alcohol, entre otros. Estas condiciones
favorecen el control por bandas criminales y el crimen común en los barrios, así como la
corrupción y complicidad policial y militar con el crimen. El 71% de los cristianos
consultados viven y se congregan en iglesias de barrios y colonias con estas condiciones,
por lo que sus percepciones sobre victimización están en estrecha relación con los entornos
sociales en que habitan y en dónde los efectos estructurales de la desigualdad social
impactan de forma directa.

1.2 victimización general

Los resultados revelan que el 23%


de las personas consultadas ha sido
víctima directa de algún delito,
mientras un 30. 90% afirma que
miembros de sus familias también
lo han sido, así como otros vecinos
de su barrio un 37.19%. El asalto a
mano armada (66.3%) y la
extorsión (16.3%), más el impuesto
de guerra (8.7%), son los
principales delitos de los que han
sido víctimas los cristianos. Por
otra parte, el 61% de los
encuestados manifestó tener
conocimiento de personas que han
perdido la vida a causa de la
criminalidad.

Estos resultados expresan que la violencia como hecho social ha impactado en la vida de
los cristianos.

La violencia ha provocado cambios en la vida de los miembros de las congregaciones e


iglesias cristianas, un poco más de la mitad (50.38%) de las personas encuestadas
manifiestan que ha cambiado su vida a causa de la violencia y entre los principales cambios
destacan tomar mayor precaución y medidas de seguridad (78.39%).
1.3 Identificación de los actores de violencia

Identifican que los


responsables del delito son
las maras y pandillas (48%)
y la delincuencia común
(32%), principalmente,
como los actores
involucrados en los
mismos.
De las personas
encuestadas que han sido
víctimas de delitos o
violencia criminal,
solamente el 13.3%,
interpusieron la denuncia,
quienes no lo hicieron
consideran que los motivos
para no denunciar son el temor (67.57%), la inoperancia de las autoridades
(43.24%), o la complicidad de la policía (32.43%).
La percepción que tienen los cristianos respecto a que uno de los principales factores que
influye para que los líderes religiosos sean víctimas de la violencia, es por denunciar la
violencia, la impunidad o la injusticia (59.89%), además de estar expuestos a los niveles de
violencia que vive el país (40.38%).

1.4 Control de la seguridad en el barrio o colonia

Los participantes perciben que


el control de la seguridad en el
barrio la tienen principalmente
las maras y pandillas (36%) en
contraposición al control que
ejercen la policía (12%) y los
militares (24%).
1.5 Percepción de niveles de confianza

Lo anterior refuerza los resultados sobre la percepción de desconfianza que tienen los
cristianos en las instituciones públicas responsables de garantizar la seguridad.

Las iglesias concentran el mayor nivel de confianza (60.7%), seguido de los vecinos
(14.8%), lo cual permite advertir la importancia del prestigio de las iglesias y de los vecinos
como parte de un tejido social comunitario con potencial para impulsar procesos de
participación social contra la violencia.

1.6 Sentimientos que provoca la inseguridad en los cristianos.

El estudio revela, que los


cristianos son conscientes de
la situación de inseguridad y
violencia que afecta sus
vidas y al resto de la
población, sin embargo, se
sienten atrapados por el
miedo, la impotencia y la
indignación, aunque un
segmento importante 25%
expresa esperanza.
1.7 Voluntad de participar en la construcción de paz.

A pesar de este panorama


de violencia e
inseguridad, en general,
se percibe muy positiva la
percepción sobre la
participación de los
cristianos en la
construcción de
alternativas para frenar la
violencia, lo que a su vez
se convierte en un
elemento importante para
las estrategias de
prevención como formas
complementarias o estrategias que pueden subordinar las políticas reactivas y represivas
que dominan las acciones contra la violencia y la inseguridad. Este es un dato relevante a
tener en cuenta para cualquier iniciativa que busque involucrar y dinamizar la participación
de las comunidades cristianas como actores protagónicas de cambio social frente a la
inseguridad y la violencia en el país.

II. Hallazgos en el análisis cualitativo del problema


El análisis cualitativo profundiza en los sentimientos y las consecuencias no deseadas de
los efectos que sufren las congregaciones cristianas por la violencia. Destaca, por ejemplo:
“Cuando un criminal va a hacer un daño a una persona, no diferencia entre personas y sus
creencias. Cuando hace un daño, lo hace con un fin determinado”. (Entrevistado de la
ciudad de Tegucigalpa).

2.1 Reducción en las asistencias y la membresía.

La asistencia y membresía de las iglesias en algunos casos ha decaído. “Existencia de


grupos que no permiten que personas de un territorio se desplacen a otro”. (Entrevistado de
la ciudad de Tegucigalpa). Para algunos entrevistados, las comunidades cristianas están
pasando por esta situación porque no levantan su vos por lo que está sucediendo. Muchos
de los padecimientos de la iglesia quedan en el anonimato lo que hace que las mismas sean
vistas por los criminales como un excelente mercado para sus acciones violentas y
delictivas: “Católicos y evangélicos –señala un entrevistado- están siendo afectados por el
hecho de estar presentes en los territorios donde se desarrolla la violencia”.

2.2 La iglesia es vista como potencial objetivo de los grupos delincuenciales


Por otra parte, existe un sentimiento de que son identificados por los delincuentes como
fuente de recursos, y en este sentido observan que la vida piadosa de los creyentes les lleva
a ahorrar, a cuidar sus negocios y empleos, para obtener ganancias. De tal forma, sienten
que son identificados como víctimas, que se manifiesta en extorsiones, robos, asaltos en la
calle, robos en la casa, acoso sexual a las muchachas, reclutamiento de los muchachos,
secuestros, entre otros.

Perciben también que a nivel de las iglesias, éstas son identificadas porque cuentan con
recursos que provienen de donaciones de iglesias amigas, de dentro del país o del exterior y
esto hace que acumulen a veces aparatos costosos, y de la recaudación de ofrendas,
limosnas y diezmos, que se vuelve tentador para los delincuentes, que en plena actividad
cultica han aparecido para llevarse el importe de estos mecanismos económicos que sirven
para el sostenimiento de la iglesia

2.3 La respuestas del gobierno es insuficiente

Aunque los entrevistados reconocen que la respuesta institucional del gobierno es una
respuesta que tiene efectos momentáneos en la contención y disminución del crimen en los
barrios, consideran que sus efectos son de carácter más mediático y que la respuesta militar
y policial no es la solución. La falta de una política pública de seguridad que enfrente las
causas de la violencia criminal de forma integral y coherente, impide una respuesta del
Estado de forma estratégica, tanto en la prevención como en la represión de la criminalidad.
“Se enfatiza que el problema de la violencia no es individual es un problema estructural y
por lo tanto debe atacarse con acciones en este nivel”. (Entrevistado de la ciudad de
Tegucigalpa).

2.4 La labor que ya realiza la iglesia


Sobre los proyectos sociales concretos que pueden realizarse, los entrevistados privilegian a
nivel de los sujetos que deben ser atendidos para superar la violencia e inseguridad, en
primer lugar, la niñez y la juventud y, en segundo lugar, las mujeres. En la identificación de
las políticas sociales que deben desarrollarse se privilegian el empleo, la educación, y los
programas de asistencia social para la rehabilitación de personas que participan de maras y
pandillas y las que han sido atrapadas por la dependencia de las drogas.

En referencia directa a la iglesia y sus líderes, se reconoce que la iglesia hace un trabajo
silencioso en diversos temas y uno de ellos es el tema de la inseguridad, no obstante, se
tiene que recuperar el papel de la iglesia (ser luz de este mundo) de incidir, y ser parte de un
diálogo abierto con las instituciones para la toma de decisiones en los temas relacionados
con la violencia y la inseguridad.

Por otro lado, las iglesias deben volver a generar procesos de preparación de familias
sólidas que fortalezcan a las comunidades, y la formación de una conciencia de los
miembros de las iglesias y congregaciones y los ciudadanos en general, sobre el respeto a
los derechos humanos, buscando la unidad de la población sin distinción de credos
religiosos ni congregaciones. La primera, dirigida a que no se ha aprovechado el potencial
de liderazgos que las iglesias tienen, líderes formados en diversos campos, capacitados para
generar cambios; y en segundo lugar, que la iglesia no debe escudarse sólo en el hecho de
proclamar de que sus miembros son buenos y no le hacen mal a nadie, sino, en el hecho de
participar de forma activa en la lucha contra los problemas sociales que afectan la paz de la
sociedad en su conjunto.

2.5 La necesidad de sacar la iglesia de las cuatro paredes


Asimismo, destacan la necesidad de cambiar la mentalidad de los pastores para sacarlos del
enclaustramiento espiritual en el que se encuentran. Es importante señalar que este último
aspecto, se refiere a la necesidad de que los pastores vuelvan la mirada hacia los problemas
sociales que sufren las comunidades y que alcanza también a las comunidades locales de fe
y a sus miembros. Aunque se reconoce el prestigio que tienen las iglesias y congragaciones
cristianas como referente ético en las comunidades, en donde se encuentran líderes,
celebradores de la palabra, pastores y sacerdotes, involucrados activamente en las
dinámicas de transformación de sus contextos.

III. La criminalidad y la pastoral hondureña

No existe en el país una base de datos que de referencia sobre como la pastoral cristiana
hondureña es víctima de la criminalidad que abate la sociedad y que afecta a las personas
en posiciones de liderazgo. La variable de preferencia religiosa hasta ahora no ha sido
incluida en los registros del observatorio de la violencia de la Universidad Nacional
Autónoma de Honduras (UNAH), tampoco la Confraternidad Evangélica de Honduras
(CEH), entidad representativa del protestantismo nacional cuenta con un registro al
respecto, ni las oficinas de las principales denominaciones tienen nota de cuantos de sus
pastores han muerto por la causas violentas, por lo que se agregó un apéndice al trabajo
inicial para visibilizar esa triste realidad.

Tomando como referencia las informaciones que aparecen en los principales diarios del
país podemos ver que son muchos los pastores que han muerto de forma violenta.

Las circunstancias van desde estar en “el lugar equivocado, en el momento equivocado”; o
sea quedar en medio del fuego cruzado, cuando dos pandillas se atacaban (Pastor Daniel
Salinas, Iglesia el Príncipe de Paz, Comayagüela) o ser atacado por no pagar el mal llamado
impuesto de guerra caso del (Pastor Elio Ramón Valladares Hernández, en San Pedro Sula);
o ser confundido como un comerciante al cual esperaban para asaltarle (Pastor Santos
Silvano Vallecillo, Olancho).

Según los familiares y amigos de las victimas hay tres cosas que resaltan:
1) Impunidad, dichos casos no fueron investigados por lo que no hay culpables
condenados.
2) Familias sin apoyo económico, legal o psicológico, que les ayude a superar el
trauma que conlleva la muerte del padre de familia.

3) Falta de capacidad para responder a la ola de violencia y delincuencia que afecta a


nuestro país por parte de la iglesia cristiana.

3.1 Comparación del gremio pastoral en relación a otros gremios

Al comparar como este flagelo afecta ciertos gremios a nivel nacional, podemos ver que el
liderazgo cristiano está siendo golpeado seriamente. El siguiente grafico muestra como en
los últimos años comunicadores sociales, abogados y pastores han experimentado bajas
significativas, sin que nadie levántela voz al respecto.

Cuadro comparativo de asesinato de Pastores, Comunicadores y


Abogados en Honduras 2006 -2016

120
107
100
80
60
40 32
42
20
0

PASTORES
ABOGADOS
COMUNICADORES

3.2 Las historias no contadas


Caso #1: Pastor secuestrado y torturado
El Pastor de… fue secuestrado y torturado, le cortaron parte de un dedo, le iban a cortar
la mano, pero alguien del grupo intercedió y solo le cortaron parte del dedo (meñique)
eso fue como parte de la negociación, le mandaron a la familia el pedazo de dedo y ya
se sabía que lo tenían; el mensaje fue si para mañana no sé a qué hora no tenemos el
dinero le vamos a mandar el cadáver…
Por su seguridad y la de su familia hoy en día esta familia pastoral esta fuera de país, ya
que posteriormente se vio nuevamente amenazado.
Caso #2: Pastor asesinado
Al respecto la esposa dice: “la violencia está tocando nuestras familias, está tocando
digamos a los hijos, a los esposos, muchas veces a las esposas, la violencia, y entonces esto
viene a afectarnos a todos en general”
Ante el asesinato de su esposo expresa “si un Pastor muere afecta a la iglesia, afecta a los
hijos, afecta a la esposa, y afecta a los demás familiares si es un golpe tremendo”.
Con lágrimas de dolor en sus ojos recuerda, todo sucedió una noche mientras regresaban
del culto en la Iglesia “en el momento que nosotros caemos a la calle empieza el agarre
(disparos) entre ellos pero ya después la agresión fue contra nosotros, si fue contra nosotros
ya ellos miraron los niños, porque los tres niños andaban atrás el de 14 (el hijo mayor), la
cipota de 13 años y el de 6 añitos iban atrás en la paila y nosotros dos adelante y a ellos no
les intereso, ellos solo le gritaron a él que porque no se movía pero él estaba retrocediendo,
lo que pasa es que como ya nos habían hecho los primeros (disparos) al motor del carro, le
dañaron piezas entonces no podíamos retroceder del todo y entonces fue cuando como ellos
venían huyendo, corriendo por el lado donde yo iba, empezaron a disparar solo le gritaron y
es que todavía no te pensas mover pero el luchaba por retroceder y fue cuando nos
empezaron a disparar y uno de los tiros lo recibió mi hija, si una cosa bien fea.
“El llevaba cuatro impactos de bala en el pecho y llevaba dos en la cabeza”

Preguntada sobre la investigación responde “pero no se investigó nada”


La situación familiar es compleja, por ejemplo ella agrega: “La violencia no solo es física
sino que es psicológica… mi niño tiene problemas en el aprendizaje, porque no, no se le
quedan las cosas”… “se lo puede repetir ahorita pero ya después se le olvida todo”
Para esta familia el trauma aún permanece, recuerda la madre la situación de su hijo menor
“cuando me escucha hablar con alguien de lo que nos sucedió el mejor se va él no quiere
escuchar”
Con respecto al hijo mayor la madre cuenta “mi hijo no se vuelto a levantar para servirle a
Cristo no, el anda descarriado”

Cao #3: Saber vivir es


Ante la situación que se vive en nuestro país, se llegó a esta conclusión en uno de los
grupos de discusión, “hay que saber vivir”

Esto significa
Saber hablar
No ver nada, no vio
Si vio algo callarse, si escucho algo callarse ahí no más
Si vio algo no vio, si oyó algo no oyó
Es como que si no ha pasado nada

Y si uno sabe vivir así no hay problema

Recomendaciones:

1. Creación de una unidad de respuesta rápida: realizar acciones de incidencia


antes las instituciones de seguridad del estado para que asignen personal para velar
por la integridad física del liderazgo de la población cristiana del país, tanto para la
prevención, como para la investigación, judicialización y condena cuando se den
casos de asesinato de líderes religiosos

2. Capacitación de liderazgo cristiano en temas de construcción de paz en la


comunidad. como forma de enfrentar la criminalidad que abate nuestro país.
Capacitar al liderazgo pastoral sobre la Misión Integral de la Iglesia, y como tal su
vinculación con la comunidad en la cual está inserta, cumpliendo así el mandato de
ser sal y luz de este mundo, se deberán incluir temas como reconciliación
comunitaria, niñez, adolescencia y madres solteras entre otros.

3. Apoyo Psicológico y legal a los familiares de los pastores y líderes cristianos


asesinados. Desde las organizaciones que aglutinan la pastoral tanto Católica como
evangélica, crear una unidad de apoyo legal y psicológico para atender a las familias
de líderes religiosos que han sido víctimas de la criminalidad, considerando que en
la mayoría de los casos son familias de escasos recursos económicos que no pueden
por si mismas emprender un proceso legal y/o psicológico para superar los traumas
causados por dichos eventos. La Alianza Cristiana para el Dialogo y la Conciliación
podría, junto con sus donantes podría asumir tal labor.

4. Creación de redes de apoyo. Socializar a través de las organizaciones existentes,


redes, alianzas, convenios para apoyarse mutuamente ante la situación prevaleciente
en el país.

S-ar putea să vă placă și