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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la defensa


Universidad Nacional Experimental Politécnica de las Fuerzas Armadas
San Tomé – Estado Anzoátegui

Relación
Profesional de Salud―Paciente

Profesor: Bachilleres:
Sergio Campos Allen Elizabeth
C.I 26.295.743
Romero Adriannys
C.I 28.550.648
Enfermería 1° semestre

San Tomé, Estado Anzoátegui


Introducción

La comunicación en salud abarca el estudio y el uso de estrategias de


comunicación para informar e influenciar decisiones individuales y comunitarias
que mejoren la salud. Este tipo de comunicación es reconocida como un elemento
necesario en los esfuerzos para mejorar la salud pública y personal. Asimismo, la
comunicación en salud puede contribuir en todos los aspectos de la prevención de
la enfermedad incluyendo las relaciones médico-pacientes, la adherencia del
individuo a recomendaciones clínicas y regímenes terapéuticos, la construcción de
mensajes y campañas de salud pública en conjunto con la diseminación de
información concerniente a riesgos para los individuos y las poblaciones, o
comunicación preventiva. En el aspecto de promoción es importante la exposición
a los mensajes y la búsqueda por parte del individuo de información acerca de la
salud, la utilización de imágenes de salud en los medios masivos de
comunicación, la educación de los consumidores acerca de cómo ganar acceso a
los sistemas de salud pública y de cuidado de la salud.
La comunicación terapéutica Favorece la compresión y ayuda a establecer una
relación constructiva entre la enfermera y el paciente. Los profesionales de
enfermería deben responder no sólo al contenido del mensaje verbal del paciente,
sino también a los sentimientos expresados. Antes de responder es fundamental
comprender como ve y siente el paciente la situación.

Relación profesional:
Es la conducta, los objetivos o cualidades que caracterizan o determinan una
profesión o una persona profesional. Esas cualidades son las bases que nuestra
sociedad utiliza para estimar si una persona está actuando en el lugar de trabajo,
según las convenciones occidentales, de forma adecuada o no.

Estas cualidades incluyen si nos vestimos "apropiadamente", la forma en la que


interactuamos con otros o no, si respetamos los horarios y las fechas límites, y
cómo manejamos determinadas situaciones con los demás.

Hay algunos elementos que pueden ser claramente señalados como falta de
profesionalismo, tales como la impuntualidad, el lenguaje agresivo y formas de
comunicación o de manejo inapropiadas, la falta de compromiso con la actividad,
la apariencia no apropiada, el establecimiento de vínculos afectivos con colegas o
clientes cuando esto no está permitido, etc.
Desarrollo

Relación profesional de la salud paciente RPS-P: Interacción entre el profesional


y el paciente con el fin de devolver la salud, aliviar su padecimiento y prevenir las
enfermedades esta es la parte más importante de todo acto profesional. El
profesional determina un Diagnostico y el tratamiento al enfermo. La relación se
basa principalmente en el respeto y confianza mutua. Esto determina la manera de
relacionarse Modelo paternalista- relación vertical entre el profesional y el
paciente.

La transferencia la definen comparando la relación médico paciente a la del padre


con su hijo. Si el tratante se muestra bondadoso hará que el paciente confíe tanto
como para abrir su alma y contar sus conflictos más íntimos. Sólo un padre puede
comprender y perdonar. Análogamente podríamos hacer referencia a la confianza
que el paciente deposita en el médico: su rectitud profesional, que posee las
técnicas y destrezas correspondientes y que tendrá la generosidad suficiente, de
escucharlo y ayudarle guardando al respecto la más absoluta reserva. Por ello
mismo, el usuario o paciente, si se encuentra enfermo, está en un momento de
gran vulnerabilidad y angustia, y se sentirá muy agradecido si se le
atiende con respeto y acuciosidad.

El médico o profesional de la salud, cuando no le es posible dar un diagnóstico


inmediatamente, debe adelantar algo respecto del porvenir del cuadro a la vista,
explicando sus razones en un lenguaje que el paciente pueda entender, siempre
dando lugar a la esperanza. Cuando se realiza el diagnóstico es necesario explicar
claramente el cuadro patológico, a veces comparándolo con situaciones de la vida
cotidiana. Si el paciente cree que el tratante maneja el tema con seguridad se
sentirá tranquilo. Esto queda confirmado con los planteamiento de Rosenthal,
quien ha demostrado que las expectativas positivas o negativas de un médico
pueden transmitirse espontáneamente a su paciente a través de las
comunicaciones verbales y no verbales.

También se las ha dividido según el grado de participación y actividad del paciente


y del tratante en su interacción en:

1) Modelo de actividad – pasividad: por ejemplo, un paciente con alteración de


conciencia donde el tratante debe hacerse cargo de toda la responsabilidad,
siendo el prototipo de esto la relación que tiene una madre con su hijo lactante.

2) Modelo de guía – cooperación, en el que el tratante es el experto y el enfermo


quien coopera, contribuye y obedece en su tratamiento, el prototipo de esta
relación es el de un padre con su hijo niño.

3) Modelo de la participación mutua, en que se establece una situación de


igualdad en la que el profesional asesora al paciente a ayudarse a sí mismo, él
asume una participación activa e incluso la iniciativa en el tratamiento; más
adecuado en enfermedades de tipo crónico o en terapias de rehabilitación, y es
muy frecuente en el mundo médico actual. Su prototipo seria la relación de un
adulto con otro adulto.

Estas etapas son las siguientes:

• Recepción. Esta etapa, no utilizada con frecuencia, alcanza una extraordinaria


significación, si se tiene en cuenta la angustia e inseguridad con la cual acude el
paciente a este primer encuentro.

• Identificación. La toma de los datos de identidad conducida hábilmente permite


conocer elementos muy útiles sobre la personalidad del paciente y características
sociodemográficas.

• Interrogatorio. Esta es la etapa más importante de la RMP. El interrogatorio


constituye uno de los aspectos más difíciles de la historia clínica y el que requiere
más tiempo, capacidad y dedicación. Inicialmente el paciente expresará libremente
su sintomatología sin interrumpirlo, salvo que se salga del hilo conductor, y
siempre haciéndolo con suavidad y delicadeza. En una segunda parte ya
corresponde al médico precisar las características de cada síntoma y ordenarlos
cronológicamente.

• Examen físico. Si bien el interrogatorio resulta la etapa que requiere mayor


tiempo y dedicación, el examen físico resulta también de suma importancia. Debe
tener un orden sistemático, en privacidad, respetar el pudor del enfermo y por
supuesto, dedicar el mayor tiempo al aparato u órgano que se sospeche sea el
más afectado, sin dejar de examinar el resto de los sistemas.

• Investigaciones complementarias. Es deber del médico explicar las


investigaciones a realizar y en caso de posibles riesgos pedir su consentimiento.
Igualmente al comunicar sus resultados debe cuidar de sus manifestaciones
verbales y extraverbales que pueden ocasionar iatrogenia.
• Información final. El último paso, que no por ser el último deja de ser importante,
lo constituye la información al final de la consulta en el paciente ambulatorio y la
reunión al alta en el caso del ingresado, donde debe explicarse con detalle cual es
el diagnóstico, tratamiento y el seguimiento evolutivo.

BIOETICA EN LA RELACION MEDICO PACIENTE

• Principio de Autonomía:

Antiguamente y hasta hace no tanto tiempo, se centraba la relación en la idea


del orden. La enfermedad constituía un desorden donde el papel del médico era
volver a un desempeño ordenado, o sea al bien, sin esperar la opinión del
paciente.

En la actualidad, el enfermo no es considerado como un mero ente, sino una


persona dotada de razón para entender y voluntad para decidir, cuando hay
consentimiento informado, si acepta o rechaza un tratamiento según lo que
considere mejor. El consentimiento informado debe ser explícito y adecuado al
grado de cultura de la persona.

En este sentido la relación médico – paciente no es paternal al modo de la


medicina hipocrática, sino de igualdad de derechos y deberes.

Sin embargo, autonomía del paciente para aceptar y rechazar lo que sugiere el
médico no significa que pueda exigir conductas que trasgedan la autonomía del
médico, como sería, por ejemplo solicitarle que practique un aborto, o si rechaza el
único tratamiento capaz de salvarle la vida, lo que obviamente no concordaría con
la conciencia del médico, el que puede consultar a otro médico o requerir asesoría
del comité de ética. En cambio no constituye eutanasia disimulada el rechazo de
un tratamiento por creencias religiosas, como el caso de las transfusiones de
sangre en los Testigos de Jehová o el rechazo de tratamientos que son muy
molestos física y psicológicamente, y de alto costo económico que además le dan
escasas seguridad de mejoría.

• Principio de Justicia:

Este involucra al médico y paciente pero también a la sociedad y al Estado,


en el sentido que se deben procurar los recursos suficientes para que todos
tengan acceso fácil y digno a la salud. Este principio justifica la necesidad de
invertir en tecnología e investigación científico – médica.
Conclusión

La comunicación entre el profesional de salud y el paciente es fundamental para la


pronta recuperación del paciente, para llevar esto a cabo se necesita una
confianza mutua, donde el paciente se sienta cómodo al expresar sus conflictos.
El profesional de salud debe de escuchar y expresarse claramente y con
seguridad con el paciente siempre dando lugar a la esperanza.
Las interacciones entre el profesional de salud y el paciente se dividen en tres
modelos: el de pasividad, de cooperación y el de participación mutua. La de
pasividad cuando el profesional de salud ejerce todo el control y responsabilidad,
el de cooperación cuando el paciente contribuye y obedece su tratamiento y por
último el de participación mutua, donde el profesional de salud asesora al paciente
para ayudarse así mismo.

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