Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La empatía habitualmente es conocida como la capacidad de situarse en el lugar del otro. En otras
palabras, se considera un constructo multidimensional, que hace énfasis primordialmente en la
capacidad de la persona para dar respuesta a los demás teniendo en cuenta tanto aspectos
cognitivos como afectivos (i.e., pensamientos y emociones) ante una situación determinada
(Auné, Abal, & Attorresi, 2015; Garaigordobil, 2009; Garaigordobil & Maganto, 2011;
Gorostiaga, Balluerka & Soroa, 2014) donde se distingue la capacidad para diferenciar entre el
propio yo y el de los demás. De esta manera, la empatía supondría un aspecto importante en el
proceso de desarrollo social, emocional y cognitivo de la persona.
En este sentido, la empatía no es ajena al desarrollo cognitivo por parte del niño donde se tiene en
cuenta que a medida que ocurre un proceso de maduración biológica y la respectiva interacción
con el ambiente, se complejizan los esquemas mentales donde están implicados razonamientos de
tipo moral y de comportamiento que juegan un papel sumamente importante en el
establecimiento de relaciones sociales. El niño siente, piensa, pero al mismo tiempo reconoce que
los demás también piensan y sienten de formas distintas, por tanto, se comprendería que a medida
que aumente la edad de la persona se amplía su capacidad de ver y entender la perspectiva de los
otros (Garaidordobil & Maganto, 2011), y del mismo modo, en este proceso el individuo es capaz
de desarrollar pautas de pensamiento y comportamiento acordes con las normas sociales, lo que
le permite desarrollarse moralmente.
Al hablar del desarrollo emocional que se ve favorecido por la empatía, se encuentra que el
autoconcepto forma parte de la personalidad de las personas empáticas (Garaigordobil & García,
2006), de esta manera se entiendería que tener un buen autocooncepto podría predecir la conducta
empática. Lo que sugiere que la empatía incluye por parte del sujeto, tanto respuestas
emocionales como la capacidad para entender los estados afectivos de los demás, lo que supone
además realizar una elaboración cognitiva (Gutiérrez Sanmartín, Escartí Carbonell, & Pascual
Baños, 2011). Implica una relación entre el componente emocional de la empatía y el cognitivo
como forma de integrar de manera correcta aspectos que podrían ser llamados racionales como
irracionales de la misma, con el fin de responder de forma adecuada a las exigencias del medio.
Así, pues, el contexto de nuevo cobra importancia, pues es allí donde existe una activación de
tipo emocional (e.g., fisiológico) al momento de entrar en contacto con los sentimientos y/o
emociones de los demás.
Bibliografía
Gorostiaga, A., & Balluerka, N. (2014). Evaluación de la empatía en el ámbito educativo y su
relación con la inteligencia emocional. Revista de educación , 12-38.
Garaigordobil, M., & Maganto, C. (2011). Empatía y resolución de conflictos durante la infancia
y la adolescencia . Revista Latinoamericana de Psicologia , 255-266.
Gutiérrez Sanmartín, M., Escartí Carbonell, A., & Pascual Baños, C. (2011). Relaciones entre
empatía, conducta prosocial, agresividad, autoeficacia y responsabilidad personal y social
de los escolares. Psicothema , 13-19.