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~1arcell Meyer..... Señoritas, ....


.... Se ha entregado a nuestra causa.... Caballeros, ....

... Ella es, .. la primera, .. que ve nuestras obras .... .. por su amable atención; ....
..... Mis amigos los •Seis•, & yo, sabemos lo que puede aportamos
con su delicado talento, .... su comprensiva atención, .... .... & les saluda atentamente su seguro servidor, siempre dichoso -
su escrupulosa interpretación..... de sentirse entre ustedes.
.... Nos da, .. todos los días, ... numerosas pruebas de valor, ...
. .. & de perseverancia ...
El espíritu musical

Señoras,
Señoritas,
Quiero darle las gracias ante ustedes - Caballeros -
- & es para mí un gran placer Ya que debo hablarles de la Música -tema tan amplio para una char-
la- lo reduciré bastante -limitándome a hablarles un poco de los músi-
... La Señora Berthe Albert es una artista de Bruselas ... cos & sobre todo del Espíritu musical .
..... Ella, ... también, ... hace mucho por noso[ros -en esra encanta-
dora Bélgica ... . El músico se encuentra en todos los medios; procede de rodas las
clases sociales ...
.... la he visto trabajar, ... allí .... . .. la. enseñanza musical se practica como rodas las enseñanzas;.. :: s~
irilparte por profesores, ... & la reciben alumnos -que son más o nienos
buenos- (como los profesores, de becbo) .
Artista seria, ... no pierde el tiempo; ... & sabe defender enérgicamente . . . Al cabo de unos años, el alwnno se convierte en eso que vulgar-
la causa jus[a .. . mente se llama una 41artista• & se lanza al Mundo & a través de éste ....
Hasta aquí, ... todo va bien ...
... Le estoy agradecido de todo corazón ... •
En definitiva, ... este recién llegado, ... ¿qué sabe? ...
No tengo nada más que decirles .... Conoce ...
. .. la Armonía,
..... Por eso, ... voy a retirarme .. ... el Contrapunto,
. .. la Instrumenración,
... la Orquestación,
... la Melodía no tiene secretos para él, ... como tampoco el Ritmo;
... la Sonoridad,
.. No me queda más que agradecerles, .. . .. el Dinamismo,
102 .... Señoras, .... ... la Tonalidad (&el Sistema atonal) ... 103
que da al artista el ·valor necesario para soportar la violencia de los
Cultiva la Sabiduria ... Es imaginativo ... enfrentamientos ...
Dispone de una dosis de abnegación acrecentada por un deseo de ... Pues, en Arte, todo está en la lucha, ...
sacrificio muy voluminoso, ... enorme, ... me atrevería a decir ... Su & las luchas son numerosas, ... repetidas, ... sin cuartel. ..
paciencia es extrema ...
En una palabra, es[á preparado para la lucha ... Combatirá lealmente ... Sobre todo, ... no hacer compromisos ...

Recuerden que todas estas cosas se las saben los Criticas ... Pues los ... Capitular será siempre señal no sólo de flaqueza -sino de cobar·
Cri[icos, ... naturalmente, ... saben todo, ... & poseen todas las cualidades. día ...
... Ahí tienen a los Señores Vuillermoz, ... Laloy, ... Schloe(t)zer:
... sí, ... ¡saben codo!. .. (Por lo menos, ... me lo supongo) ... Así, vemos que la mayoría de los Críticos -en Música, como en
cualquier otro Arte- no tienen •el ~spfritu. de la cosa que tratan ...
Les ruego, ... que no atribuyan, ... un sentido a lo que les estoy dicien· ... Por eso su pWltO de vista difiere tan a menudo del au[Or que jll7.gan .. .
do ... Fíjense que no pongo de ninguna manera en duda su buena fe; .. .
No estoy haciendo sino observaciones ... que de ninguna manera pues no es[oy hablando aquí más que de Críticos serios; ... los otros no
hacen sombra a Ja reputación de los Criticas respetables & respetuosos me interesan suficientemente como para que me ocupe de ellos ...
-que yo respeto ...
Que no vean és[os entonces en mis palabras la mínima indirecta .
. . . Tengo un espíriru demasiado libre-penSador como para n'o tolerar
las ideas de los demás-
incluso si éstos _se me presentan como adversarios irreductibles & lige-
ramente desleales ... no son en absoluto obje[O de mi descortesía .. .
... Que el Señor les proteja, ... les bendiga, ... les colme de felicidad
... No ataco ni alabo a nadie ... Incluso abandono, ... hoy en día, mi -si le parece bien ...
acostumbr.ida ironía ...
. . . Les hablo como amigo -como viejo amigo, naturalmente ... En las cosas del intelecto hay convenciones especiales.

Pero no basta ser músico -o parecerlo- hajl.que ·rener el espíri· .... Si se quiere tener razón -razón de verdad- hay que empezar
tu ... por ser razonable, muy razonable (noten que no estoy haciendo aquí
. . . Este espíritu es un espíritu como otro cualquiera; ningún pleonas1no); ...
... es el hermano del Espíritu literario, ... del Espíritu pictórico, ... además, ... hay que tener razón sin vanidad, ... sin ruido, ... sin orgu·
del Espíritu científico, ... & de muchos otros espíritus -más o menos 110 ... Estar en posesión de la Razón no concede ningún privilegio; ...
espirituales codos ellos .. . . .. a menudo no causa más que problemas ...
... Sólo, ... aquellos que estén impulsados por este espíritu pueden ... El hombre que tiene razón -generalmente- está mal visto,
esperar alcani.ar cierra grandeza de ideas ... ciertas cumbres de la especu- hasta con gafas ...
lación ... . .. En él está el saberlo, & no codiciar nada más que tener razón -si
1Ó4 ... Sepan, queridos amigos, que es el espíritu propio de ·cada arte el se empeña ... 105
... Pero el que desee conservar su tranquilidad personal, cuidará R.AZONAl\.flENl'OS DE UN TESTARUDO
siempre de no tener razón, ... nada de razón -menos, incluso ...
.. . Entonces, ... le esperarán días felices, ... & se extinguirá rodeado El hombre está tan hecho para soñar como yo para tener una pata de palo.
de honores y prosperidad -& quizá tenga muchos hijos legítimos,
naturales- o sobrenaturales ... Me llamo Erik Satie, como todo el mundo .

El ejercicio de un-Arte nos invita a vivir en la más absoluta renun- Lo que me gustaría es que todos los franceses, nacidos en territo-
cia ... rio francés, de padres franceses o que lo parezcan, tuvieran derecho a
... No era en broma cuando les hablaba ... hace un momento ... de un puesto de cartero en París.
sacrificio ...
Hay árboles en los que nunca verán un pájaro: los cedros, por ejem-
La Música exige mucho de los que quieren dedicarse a ella ... Fs lo plo: son tan oscuros estos árboles que los pájaros se aburren en ellos y los
que quería hacerles adivinar... evitan.
Los chopos no son tampoco muy frecuentados, pues el acceso es peli·
~ Un auténtico .IÍlúsico debe someterse a su Arte; ... debe situarse po~ groso: son demasiado altos.
\ encima de la miseria humana; debe sacar las fuerzas de sí mismo; ... nada
\más que de sí mismo ... Pregunten a cualquiera. Todo el mundo se lo dirá, hasta los imbéciles.
/"
Eso es verdad, como decía Napoleón! cuando mandaba fusilara alguien.
~.
Cuanto más músico se es, más loco se está. í
.~-
El músico es quizá el más modesto de los a:nimales, pero el más orgu·
llosa. Él es quien_ inventó el arte sublime de estropear la poesía.

Denme un poeta y haré dos músicos, uno cancionista y otro acompa-


ñante de- piano. En seguida, el cancionista montará un cabaret de los de
Montmartre. Unos años más tarde, el pianista morirá alcohólico y el canciO-
nista será príncipe, duque u otra cosa mejor todavía.

No sé por qué el dinero no tendrá olor, él que puede tenerlo todo.

Se oyen rumores de que un caballo acaba de hacer la primera comu-


nión en una parroquia de los alrededores de Viena (Austria). Fs la primera
vez que un fenómeno religioso similar se produce en Europa; pues se cita
el caso en Australia de un jaguar que ejerce como pastor protestante, y se
106 las arregla bastante bien. Es cierto que no tiene nada que hacer. 107
Cuando los instrumentos sustituyen a las voces empieza la sinfonía.
Ya no tengo noción del tiempo, ni del espacio; y hasta me ocurre a
veces que no sé lo que digo.
El Individualismo viene del Renacimiento.
No puede comprender nada de la vida, la mínima cosa le hace soñar.
La Evolución musical tiene cien años de retraso con respecto a la Evo-
lución de la pintura.
El hombre es un amasijo de huesos y carne.
Este amasijo está movido por un aparato llamado cerebro.
La religiosidad de este pasaje es inmensa. Cada parte, sin embargo, es
El cerebro está colocado en una cavidad llamada craneana.
de una inspiración musical bastante simple. Creo que el encanto extático
Esta cavidad está desprovista de toda apertura a la vista.
que aquí se muestra reside en los entrecruzamientos vocales.
Ahí el cerebro no ve nada, no oye nada de lo que pasa a su alrededor,
En todo caso, veo aquí una de las características del .transparente
aislado como está del resto del mundo.
estilo de Palestrina, estilo diYino. El seráfico músico debía ser uno de los
Por eso, el hombre actúa con esa encantadora inconsciencia tan
, mayores creyentes que hayan existido. Está siempre cerca de Dios; su
conocida por el observador, inconsciencia que le caracteriza y le ··p~r­
procedimiento es santo; su genio, bienhechor.
sonaliza,, me atrevería a decir.
Le confieso, querido maestro, que la idea de analizar una obra como
Hay algo de Bello en el Pasado -de Muy Bello.
la que tengo ante mis ojos me horroriza extren1adamente. No tengo el
Busquémoslo nosotros mismos prescindiendo de todo consejo; pues
espíritu que se precisa para ello, como tampoco la costumbre, pues
no hay profesor capaz de designar a los demás la Belleza, ni si(Juiera de
siempre he procedido con las obras como con los hombres -por simpa-
sugerirla al más enterado de los hombres.
ría o lo contrario, no siendo más fison~misra que analista.
Haré lo que pueda.
El Pasado sirve para amarse con fuerza.
El Futuro es la lucha en lo desconocido vislumbrado.
Los Santos son modelos no superados.
Aprended a ver a los Lejos, a lo Lejísimos.
Un hombre como San José es superior, con mucho, a Napoleón I, a
Copémico y a otros genios.
Conocí en otro tiempo a un pobre hombre que, por escrúpulos, jamás
quiso dormir en su casa, porque decía que su nombre era un nombre de
Se puede hacer todo con tres trompetas.
dormir fuera. Este recuerdo no me es desagradable.
. .. Al volver a mi casa me encontré un lujoso ajuar; ... & un suntuoso
Cuando un señor hable de la ~decadencia• actual, mírenle a ver qué
mobiliario reemplazaba el antiguo.
cara tiene.
. .. Sobre una mesa vi un talonario inagorable ... Un Yiejo sirviente esra-
ba a mis órdenes ...
Un ajuar maravilloso; un 1nobiliario de príncipe; un talonario in.ago-
En la Yida se puede evitar con tino más de un problema. Interrumpir el
table; un criado servicial; el Arte de hacem1e invisible, rales fueron los
servicio militar. Excusarse por tm entierro. No pagar ala modista. Votar contra
regalos que me hizo mi amigo el.ilfago para complacerme ...
el gobierno. Se puede, según la fantasía de cada uno, no escoger más que lo .
Nadie lo supo ... 109
1oa ·divertido.-
Acabo de oír a una señora que decía a otra:
¿Qué es el hombre? Un pobre ser puesto en este mundo para molestar cSabe usted: un perro es más inteligente que una persona.•
a los demás hombres. ¡Qué verdad más grande!
-¿Por qué un hombre es hennoso?
-Porque de todos los animales, sólo el hombre es el que lo dice. Un niño delante de la estatua de Enrique IY. Mira al señor montado ~n
el caballo ... 1¿Es gracioso, eh?,
-¿Cuál es el mayor enemigo del hombre? En efecto.
-El hombre.
¿Cuándo organizará algún sabio -mago de primera categoria- viajes
-¿En qué se reconoce que un hombre es bueno? baratos al Pasado?
-En que no puede perjudicar a ouos hombres. Mis amigos & yo iríamos con mucho gusto a pasar una semana a Paris
(durante el Consulado o, induso, el reinado de Luis XI).
-¿Cómo se manifiesra la bondad del hombre? Es algo a estudiar en serio, ¡me parece a mí!
¿Quién conoce a ese sabio?
No pueden saberlo: no leen el periódico que yo leo a diario.
El Impresionismo es el arte de Ja imprecisión; hoy tendemo!i a la Preci-
No leo nunca un periódico de mi opinión; ésta se desvirtuaría. sión.

Aunque nuestras irúonnaciones sean falsas, no las garantizamos. Ignorancia musical actual
Nuestros músicos ignoran:
l.La sonoridad nueva
\ El caballo es un animal hípico, ecuestre & doméstico.
l. Ecuestre - Un general encima.
2.Ias fases del ritmo.
4.La atonía plural.
11. Doméstico - Un carro detrás. 5.Ia simetría ritmica.
{ m. Hípico -Un rival por vencer. 6.Ia simetría tonal.
7.La annonia atonal.
El carbón, este mineral tan útil, tiene un gran defecto: ... ser negro ... 8.El sentido tonal moderno.
¿No se podría poner otro color... más alegre? ... Se habla mucho de la 9.La. estética general
· chulla blanca• ... Debe tratarse de una broma ¿no? ... Al menos yo toda- 10.El sentido melódico actual15.
vía no he visto ni un grano de ese nuevo mineral ... Si ese carbón exis-
te, ¿dónde se puede comprar un saco ... o dos? La armonía moderna es de origen alemán: fueron los románticos ale-
manes los que la crearon
El mar esrá lleno de agua: ¡es para volverse loco! El contrapunto, en cambio, es latino. El de Baches muy posterior al de
los maestros italianos.
No es cmoderno• dar una impresión solemne. El último grito pide otra
cosa: dar una impresión ci.mbécib, por ejeinplo. En Música, distingo cuatro fases importaQ.tes:
110 Contrapunto: - fórmula primitiva. 111
Armonía: - reglamentación sonora. Arcueil) son -en Arte unos desconcertantes Burgueses. 1fe ha sido
Resonancia: - impresionismo musical. imposible continuar una crónica en •L'Humanité• ... •Le Gaulois•
Ne0<ontrapunto: - nueva fórmula. -sí-, es mucho más avanzado que ellos.
Cada una de estas fases corresponde a la evolución del espíritu huma-
no. Suspiro: ... el bueno de Debusey sí que era un hombre muy diferente
de todos esos señores reunidos ...
El Intérprete. Hoy en día su papel es importante. Lo que ha consegui-
do durante estos últimos años conrar.í en el futuro & será un gran ejen1plo. Como todos los calvos, soy bueno -a ciertas horas, claro- ... ¡Qué
reflexión más bonita!
No olvidemos lo que se debe al Music-Hall, al Circo. Nos aponan las
más nuevas creaciones, tendencias y curiosidades del oficio. El Mal puede llegar tanto por arriba como por abajo.
El Music-Hall, el Circo, tienen espíritu innovador.
El que vive en una torre es un turista.
Baila como un ángel, tan bien del derecho como del revés.
¿Si Dios es malo? -No, amiga mía ...

El artista no tiene derecho a disponer inútilmente del tiempo de Ya que todo el mundo da su opinión, permítanme que dé la mía:
su auditorio. -¿Y si habláramos un poco de Charcutería? ....
El artista es ciertamente respetable, pero el auditorio lo es aún más.
El público adora el Aburrimiento. Para él el Aburrimiento es n1isterio- Durante toda la cguerra mundial•, Ravel ha sido observador de las
, so y profundo. observaciones observadas por observación en los observatorios de obser-
Curioso: contra el Aburrimiento el auditorio está sin defensa. El abu- vadores donde se observaba a ras del suelo ...
rrimiento le amansa.
¿Por qué es más fácil aburrir a la gente que hacerla reír? ... Ha prestado al país grandes servicios.

El centro de París es Francia -con ~us colonias, naruralmente. ¡Ser crítico l. .. E.sa es mi gran aspiración ... Trabajaré para Francia y
para el Mundo ...
La guerra ha costado entre 10 y 15 :millones de hombres. Broma sinfestra.
¿Qué es el hombre?
Una simple amalgama de moléculas ... de películas ... Fríamente, Ravel acaba -una vez 1nás- de rechazar la cruz de la
Legión de honor....
El Jazz nos cuenta su dolor-& mos da iguab- ... Es por lo que es bello, ... ¿Qué quiere entonces?.... Debe ser una apuesta ...
real ...
Ravel va a escribir •la Tu1nba del Soldado desconocido» ... E.s su espe-
Si fuera rico, temería perder mi fortuna. cialidad ... Le cdaráni -una vez 1nás- la Legión de Honor ... la rechaza-
rá -fríamente- ... Estará bien ¿no?
112 Mis queridos amigos comunistas (formo parte del cSoviet• de 113
Ravel es el verdadero jefe de los sudebussystas.
Le creía más serio, Señor Louis.
Ravel ha terminado de orquestar su nueva composición para piano
cLa Tu1nba del Soldado desconocido• ... •Fue con la miopía cuando me volví Chino•, nos dice el Señor laloy.
.... ¡Qué bella orquestación!
... Ya los hay que, de antemano, se relamen los oídos ... ¡Qué lástima! Debussy no tomó nunca al señor Uloy por un chino
de mentira.
El Ministro de Bellas Artes tiene la intención de conceder l;i cruz de la
Legión de Honor a Ravel. .. ¿Por qué no? ... Le roca ahora al Ministro ... . Si tuviera que escoger, me pregunto si no me gusraría más ser perfu·
mista que director... incluso de la Opera ...
La Opera & el Louvre tienen algo de frigorífico & de osario~
Un mentiroso tiene que ser Chino, o parecerlo.
Algunos artistas quieren ser enterrados vivos.
No me ha gustado que el señor J..aloy quisiera bailar el Chino de
Ya tendremos tiempo de estar en un cementerio. cParade-..
Mi sueño: ser interpretado en cualquier lugar, menos en la Opera.
Al señor laloy no le gusta el Chino de •Parade-. porque no tiene aspec-
to de perfumista.
No quiero que el Sr. I.aloy baile el Chino ~e (Parade~.

Para el señor I..aloy, Debussy era muy Chino & un poco perfumista.
Sí señor, un perfumista podría ser director de la Opera ...... ¿Por qué
no? ... No tengo mucho interés en ser un maestro: es demasiado ridículo.
El ~Tricornio» es mejor que cParadCJ: es un sombrero chino para cura
Debussy no fue nunca un cvigilante>.
de pueblo 16.
La experiencia es una forma de parálisis .
.laloy vive en el Barrio chino de la Opera.

¿De quién es El Rey de Is? ... de Pierre lalo ... ¿No lo sabían? El niño tiene la sabiduña natural: Jo sabe todo.
¿De quién es Pelléas? ... de Louis laloy ...
¡Vamos! ... No saber eso, es casi un crimen ... La juyentud es bonita, siempre que no sea vieja. (Se puede tener un
El señor Pierre lalo es una de las obras de Edouard lalo ... espíritu joven en un cuerpo viejo.)
El señor Louis I..aloy es una obra aparte, tipo •chino, .. , Sepan que los niños son más jóvenes que muchos viejos.
El señor Marnold, éste es hijo de sus obras 17 •
Un estera es un señor que prefiere las verduras naturales a las conservas.
No olviden que un •verdadero» músico es un Señor que debe pensar
como los señores I..aloy, Mamold & 1.alo, pues sólo ellos son 'Ve/"daderos- Signo de estos tiempos: los artistas se han convertido en profesionales
114 músicos. del gremio; los aficionados se han convertido en artistas18 • 115
- .......;.;; -- . '' - .·.,,_,_

A las arañas les gusra Ja música, como a la mayoría de nuestros El Hombre pretende haber sido creado a imagen de Dios.
compositores. Es posible, después de todo.

Cuanto más conozco a los hombres, más admiro a los perros. A fin de cuentas, casi prefiero no ser admirado por Auric: tien~ muy
mal gus[o, el pobre.
Quien me ama, ama a mi perro.
•SÍ señor, esruve en la guerra de los cien años•, me decía el viejo y
Es realmen[e un hombre de carácter -de los de tipo de Imprenta. honorable señor. Confieso que no me interesó nada.

¡Qué bien! El gran Crítico Mamold ha vuelto a sus curiosos trabajos de


musicografia en el cMercure de France•.

Ya se sabe cómo le gusta al francés criticarse a sí mismo ... Es una


manía ...
Es tal esta manía, que conünuamente se n1inusvalora ... & no siente
admiración más que por otros pueblos, pueblos que no le llegan a la altura
del zapa[O, ni a los hombros ... Hace nlal ... Realmen[e muy mal. ..

¿No es el más grande de todos los pueblos? -& ¿no es el más modes-
to?
Claro que sí ...

A menudo, sien[O haber venido a este mundo ruin; no es que odie la


sociedad. No ... me gusta la sociedad, la alta sociedad & hasta la semi-socie-
dad, siendo personalmente una especie de semi-mundano.
Pero ¿qué he venido a hacer yo en esta Tierra can terrestre y tan terro-
,
sa?
¿Tengo deberes que cumplir? ¿He venido aquí para llevar a cabo una
misión? -¿una comisión?
¿Me han enviado para que me divierta?, ¿para dis[raerme un poco? ...
¿Para olvidar las miserias de un más allá del que ni me acuerdo? ¿No soy
más bien inoportuno?
¿Qué contestar a todas estas preguntas?
Creyendo que hacía bien, casi desde que llegué aqtú abajo, me puse a
tocar unos aires de Música que inventé yo miSmo.
i16 De ahí vinieron todos mis problemas ... 117

'
.{
INVENTARIO Garantía de nuestros fragmentos sin cuartas ni octavas.
Pequeño fabricante de ins[rumentos de cuerda.
la casa se encarga de reparaciones armónicas.
Homenajes Los compositores de la casa
sólo utilizan viejas armonías
El día 14 de enero del año de gracia 1893, que era sábado, comenzó mi probadas por largo uso.
relación amorosa con Suzanne Valadon, que [Crminó el martes 20 del Al gusto de hoy.
mes de junio del mismo año. Toda nuestra música moderna ha sido cuidadosamen[e retocada
por nuestros empleados.
Especialidad en modificaciones musicales.
Publicidades musicales Nuestro principio comercial:.
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animales de la Creación; violines de papel de pegar; tambores Queremos informar a nuestros clientes que acabamos de comprar un
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especial para las •glissandos•. Los oboes ... es raro ver a varios tros talleres, se pondrán a punto para acceder a las demandas de nuestra
instrumentistas tocar juótos con el mismo instrumento, como se importante clientela. Atenra en satisfacer a todo el n1undo, la casa recibe
practica todos los días el piano ... Diríamos que no existen piezas para todo tipo de encargos & los cumplimenta a continuación.
oboe a cuatro carrillos. -¿Una sinfonía? Aquí tiene, señora.
-No parece muy divertida.
El •Pianista Monaii. -Se la podemos arreglar en vals & con letra. la tocan en todos los cafés.
El cViolinista con dos cabezas•.

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El •Flautista más delgado del mundo~. musical
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Especialidad en Marchas fúnebres. la cMúsicadeMobiliario1 es básicamente industrial. Por costwnbre -usual-
Réquiem, Misas adapta~as para bailes. mente--'- se pone música en ocasiones en que la música no pinta nada. Por
la casa se encarga de reparaciones armónicas. ejemplo, se tocan •Valses», cFant:asias» de Opera & otras parecidas, escritas
Transformación rápida de sinfonías, cuartetos, etc., etc. con otro objeto.
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Melodías vocales adapradas a dos pianos. ca de Mobiliario• crea vibración; no tiene otra finalidad; desempeña la
No más composiciones incomprensibles. misma función que la luz, el calor & el confort en todas sus formas.
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Nuestra música es garantía de tocar. kas, Tangos, Gavotas, etc.
118 119
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pótico, hábil estratega y absoluto.
No más reuniones, asambleas, etc., sin •Música de Mobiliario•.
• Terribles bandas de Ladrones y Piratas, feroces sa![eadores de caminos
•Música de Mobiliario• para notarios, bancos, etc .... y corsarios del mar, no temiendo ni a Dios ni al.diablo, surgiendo de ~pre­
visto y desapareciendo de la misma fonna.
la •Música de hiobiliario• no tiene precedentes.
Desfile silencioso de Afiladores de aichillos, Matadores de orugas y Pica-
Ninguna boda sin .Música de Mobiliario•. Jadrilleros.

No entre en una casa en que no se utilice la •Música de Mobiliario•. Desfile silencioso de hordas de Fanáticos, Desjarretadores, Desolladores,
• Incendiarios, Destripadores, Vagabundos y Ladrones.
Quien no haya escuchado todavía Ja •Música de Mobiliario• no conoce Asesinos- Desjarretadores.
la felicidad. Desolladores.
Destripadores.
No se duerma sin escuchar un fragmento de •Música de Mobiliario• o Incendiarios.
dormirá US[ed mal. Ladrones.
F.spadachines.

Historia, geografía Valle del Macho Cabrio.


Castillo de Seda.
Pintorescas tierras encantadas, de muertas ciudades de la Edad Medi11, som- Bosque de Brazos.
bríos castillos feudales, góticos monasterios, hermosas mansiones, granjas Estanques de Azafrán.
risueñas, bellas y profundas arboledas, melancólicos bosques y deliciosos ríos Valle del Bídaro.
-como un parque·infinito atravesado por umbrosas y uanquilas rutas-; país
de ogros, de monjes huraños y brujos, de señores, guerreros, de monjes, de
ciudadanos y campesinos practicando por djversión el bandolerismo y la pira- Sociedades
tería oculta.
Sociedad del Porvenir del Gusano de Seda.
Héroe de aventuras, porte de personaje maravilloso de oiento de hadas,
más rico que un rey; fundador de lánguidos castillos ruge-vientos y sembrador Liga contra el Mareo.
de fascinadores bosques, muy mal vecino, tirando de espada sin ton ni son,
en compañía de guerreros aún peores que él. Liga contra el Dolor de Tripa.

Principado de Usedom-Wollin, islas de Pomerania (Prusia), todo erizado Comité Misterioso del Indice F.stético.
de gigantescas fortalezas, las má.s [emibles construcciones de ataque y defen-
120 sa, protegidas por tropas de élite sin igual e innumerables, por una destacada 121

"".- ..
_,. ______ ,_. -·····---~---~~

J
\

Perst;inajes
ANEXOS
Olon el Rojo.
Konu el Desconfiado.
No!as a la edición
Alborsen. Cronología de E. S.
El que nació de la luna.
Dibujos de E.S.
Alborsen.
(A la muerte de Erik SaUe, se encontraron en
su hab~ación de Arcuei!, cuidadosamen!e
ordenados e11 cajas de puros. en medio de
un desorden indescriptible, varios miles
de dibujos e i1JSCripciones extrañas, caligra·
fiadas sobre minúsculas cartulinas. Jamás
los habla mostrado a nadie. Descripciones
de paisajes imaginarios, de personajes ridi-
culos e improbables y de instrumentos musi·
cales intocables, esos dibujos e inscripciones
son sin duda el reflejo mas fiel del universo
men!al del romposilor -un universo al airo la-
do del espejo, donde, al igual que a su habi-
tación de Arcueil, no habla palTTlilido acceder
a nadie.)

122

._, ~'-'-
-: ;:: .: .. :: ..
:c...-... --·-----:

240 ª••do ~b:,'~lt Ent.evi''"


Recuperemos nuestra liberrad, nuestras formas: es justo que las ~~-
servemos, pues las inventamos en su mayorfa; y no las hay más bellascon. ~::·
No perdamos el aliento escribiendo sinfonías para las que tensa. ~~-
nuestros músculos sin resultado apreciable. En caso de necesidad optemos ~'
' mos ~-
por la opereta. ~--
Chabrier, tan mnravill~sam~nte doc.ado para la vena_ cómica, murió f.
agotado tras del drama llr1co, ·1Illportac1ón glucko-wagnenana can contr _ ,;,-
ria a nuestro genio. La Marche ;oyeuse, o ciertas melodías, son obras mae: !'·
eras de una elevada fantasía exclusivamente por su música ... , al revés de j:
Offenbach, que resulta divertido por maneras que, lo más a menudo, pro-
vienen de una deformación del cexco, mientras que la música pecmanece
voluntariamente en un segundo plano.
No todo el mundo puede escribir «grnn música» -término que carece
de sentido preciso-, pero todo el mundo se esfuerza en lograrlo. De alú
el atasco, los falsos grandes maestros y la notoria «imbecilidad» de \es
opiniones periodfsticas sobre la música.
Los buenos soldados franceses que chapotean heroicamente en el barro
cantando unos estribillos en los que la convicci6n del ritmo reelÍlplaza vic-
toriosamente al buen gusto, lnO se encogerán de hombros ante preocupacio-
nes tan fútiles? ¡Que nos disculpen! ¡Que acepcen varias maneras de ven-
cer! La música es una de ellas: admirable y ferunda .
... ¡El resto se· escribirá en el futuro!

Afecruosnmente,
Claude Debussy

Diciembre de 1916 ·

----------·-·-··-
:·.·,_-__ .-

e,, 1'~:
---~--- ---- '
. -,•

, ~:- En Ja víspera de «Peiléas et Mélisande»


1., (Entrevista redactada por Louis Schneider)
,
i_,
':-
4
~

Cuando fui a visitar a Claude Dcbussy, el co1npositor de Pelléas et Mé-


/ira11de, no tenía intención de hacerle ninguna pregunta indiscreta sobre su
,drama lrrico. Unas <¡revelaciones» antes del estreno de la pren1il:re se hacen
generalmente para no revelar nada, pues el nutor quiere que In crítica del
dín siguiente tenga todavía algo que hacer y no se sincera antes de ln gran
batalln.
Me parecía inleresnnte, sin embargo, saber lo que el señor Debussy en-
tiende por esa palnbra tan simple pero tan compleja, «ln música», que para
cada autor se convierte en «Su música>l, incluso en aquellos casos en que
ésta no acusa una personnlidad muy cfora.
Clnude Debussy, a quien hice o 1nús bien dejé hablar, se jacta de no
tener un siste111t1 musict1!; ni siquiera entiende que pueda haber nlguno.
Afirma incluso que quienes pretenden tener uno no lo aplican ct111ndo
con1ponen, y !ns teorías sólo nncen después de que !ns obras están creadas.
Lo más claro del sistema negativo del seiior Debussy es que el joven
aulor reconoce haber sido muy 'vagneriano y haber dejado con1pletamente
de serlo. Tncha de falso nl arte de \'<h1gner, porque no le parece posible
hacer música sinfónicn en el tenlro. No hay que olvidt1r que nos dirigí1nos
a personns vivns que no tieneo tien1po pnra de111ornrse en episodios siofóni-
cos. Mientras se despliegn la siofonln no se produce movin1iento; es impo-
sible conci!inr el 1novimiento drnm:Ítico y e:! movimiento sinfónico. En ;ipoyo
de esta iden, Debussy de1nuestr;i con nun1erosos ejcn1plos que los hi!:rot:s
de W11goer ya oo saben qué decir en ciertos momentos, porque tienen ljue
permitir el desarrollo Je la sinfonía.
Debussy, pnr;i remediar estos ioconvenientes, tratn de encontrnr unn de-
dnración adnpLadn no a un n1ovimien10 musical, sino a la palabra nn1sicul.
El explicn así esta fraseología que podría resultar obscura:
243
·---· ---·--

•,," P',I'," ,
·--·
, I·
·---

r:.::iI'
11 -d:
',,,
¡)11:!'
244 Onudo Dobu.sy ~
i
El Sdior Corclic:i y otros escritos 245

Toda frase tiene un ritmo; pues bien, es conveniente en música resp _ \_ En cunnco a los cnntantcs, no los desprecia como Wagner; h nce de ell os

il'ir'
: ··1
!' ' :,
tar las palabras sin subrayarlas más que cuando haya motivos. Cuando d~­
cimos: «Cierre esa puerta1>, o <!Hace una buena noche1>, toclfls bs palabr
1-
l
seres verdnderamente vivos. No son instrumentos como en ~ay~euth, ni
muñecas mcclnicas como parn Meyerbeer. Cuando un pcrsona¡e uene algo
P'l
1!ll ! tienen un mismo valor que concurre n la formaci6n de lu frase. No adn¡¡~
5
natural que decir, la fase musical es natural y se hace líricn cuando es p~e­

l 'lb
que haya en músicu un efecro sonoro sobre la sUaba, pues tampoco lo hae ciso. Debussy repudia el lirismo de chorro continuo, puesto que la lírica
¡!'':
en la conversación (?). En consecuencia, proscribe de su concepción !; sólo se da en ciertos momentos decisivos de la ·vida.
música «inútil1>, los 135 compases escritos para explicar un esindo de áni- ¿Cómo tuvo el joven compositor la iden de poner música al dra~a

ljf
mo, que queda tan inexplicado después de ello como antes. El personRje debe de Maeter!inck? Una hermosa carde compró el libro, se puso a leerlo Y VIO
1,. explicar su estado de ánimo por si solo, sin recurrir a una divagación sin. en él un hermoso tema para un drama musical. Sólo entró en contacto co~
" fónica. . Mneterlinck después de haber madurado el proyecto. Quedaba por ver SI
¡-1 ·~
El autor de Pel/é(ls el Mélisa11dc quiere, pues, reaccionar contra la in-
1!' J.'1.: el autor aceptarla que se pusiese música a su obru. Maeterlinck, por cierto,
fluencia de Wagner, que juzga nefasta y falsa; estorba y perjudica a la quedó muy sorprendido de que el tema pudiese inte~es~r a un músico,_ Y
::.-. 1
¡ ·, ,_. música y, sobre lodo, según él, no demuestra nada. Su intención es conse-
guir una fórmula más simple basada en !a humanidad; quiere crear un
como no entiende nadn de música, reconoce que no sintió la menor curio-
sidad por conocer la pariicura. Y como hnce un nfio tuvo ciertas divergen-
j i1J'J lenguaje que no prescinda de los medios que puede proporcionar la sin- cins con el músico, sólo conocerá la obra el dfa del ensayo general: como
:' 11 '') fonía, pero que no le esté completamente enfeudadn y que, sobre t<?do, evite esns princesas orientales que no quitan su opaco velo hastn que un héroe
j 11.. los desarrollos, esa cosa ran larga y tan enojosa. En Wagner (que es e! viene a pedirlas en matrimonio.
Dele11da Carthago del señor Debussy) !ns cosas más inútiles se enm'arañan en ' Mientras tanto, Debussy espera el veredicto del público: según él, ha
lf''!¡
'I ·:,
un largo comentario. Ahora bien, es necesario que la acción avnnce y se hecho una obra muy sencilla, que puede interesar a todo el mundo; serán
I' ,, ' precipite, y es importante seguir sus pasos, so peligro de realizar una abra
antihumana. La música de Debussy está así íntimnmente ligada a lu acción.
unos arcanos muy fáciles de descubrir. He intentado reproducir de In manera
m:ís fiel las ideas del joven músico. Esperemos el estreno.
1 ¡J
1 ;,;,
Ignora las arias, desdeña los recitativos; es una atmósfera musical que forma
·' :: un todo con la atmósfera moral o pslquica. Revue d'hi.rloire el de critique 11111.rical, abril de 1902
'1~)
Desde un punto de vista técnico, se basa no exclusivamente sobre un
ritmo naturnl, sino sobre una teoría del acento; así, d acento clel dolor o
1 ..
dt: In alegría está expresado simultáneamente por la parte lírica y por la
Dii parte musical. Ambos son simultáneos, sin los campuses que, en otros auto-
11¡1'¡ res, producen tal efecto.
:•111.
Naturalmente, esrn preocupación por la verdnd de la neción dramática
li¡lj'
11 ·• y musical la encontramos tnmbién en la materia orquestal de Debussy.
Además, suele decir que, orquestnlmentc, no hay nada m!Ís simple que
Pelléa.r. La eseueln moderna, con el pretexto de causar impresiones o emo-
11: ciones, empica curiosos instrumentos; incluso hoy dfa, el bombo y el trián-
!' gulo ~on indispensables para despertnr emoción. Pero él cree que es inútil.
1: Con los instrumentos de 1iozart se consiguen efectos emotivos tan gran-
des y, sobre redo, más sinceros.
La sencillez es, pues, ln prin1era preocupnción de Dcbussy; se le quiere
1, hacer pasar por compliendo, y es el n1úsico más cnamorlldo de la ~implicidad
¡, _que se -Conozca; tiene m6s necesidad de claridncl que nadie. Otrn cosa es
I''¡,
l. ...
la notación musicnl: ésta puede ser complicada con tal de que proporcione
un efecto sin1ple. En arte, los medios son cosn aparte, y sobre todo ea
1
' música, donde In not:ición ar<lun es cuestión de lectura, y no olrn cosa.

1
---'-----~ ----"'-~~-. '--··- _,_,_,~,,--_

·1·· '
1

i'
~.!-

'~-
~' Crítica de las críticAs: «Peliéas et Mélisande» !
' (Entrevista realizada por Robcrt de Flers)

Los criticas ... ¿los críticos?, .. Son chicos estupendos, muy buena gen-
te, estoy seguro. En todo caso, son personas felices. Tnl vez les envidie. No
e~ posible luchnr con ellos en igualdad de condiciones. Tienen el derecho
de juzgar en una horn el esfuerzo, la labor, In gestación de varios nños.
Hace doce nños, señor, que rengo a Pe!léas y iHélisa11de como compa-
ñeros de existencin cotidiann. No me quejó de esta vnsta labor. Me ha
proporcionado por encima de todo una nlegrla, un íntimo contento que
ninguna pnJ:ibra, ningun:i censura podrían atenuar. Además, algunos crí-
ticos me han comprendido y han adivinndo mis intenciones perfectan1ente.
Estoy agradecidfsimo iÜ señor Gastan Carrnud (La Liberté), al señor Cn-
mille de Saintc Croix (La Pctite Rép11bliq11e), ni señor Gustave Bret (La
Prcssc), al señor André Corneau (Le M11ti11) y al señor Henry Bauer por
su bello artículo nparecido en Le Figaro. ·
El señor Carulle lvlendCs, después de muchos elogios que me confunden,
estima que no he captado «la esencia po~tica del drama» y que mi música
se mantiene «independiente de la misma». Sin embargo, yo intenté con
todas mis fuer-,ms y con sinceridad identificar un::i con la otra. Resperé, ante
todo, el carácter, la vida de mis personajes; quise que se expresasen al
margen de m( mismo, según son ellos mismos. Les dejé cantar en mi lugar.
Intenté oírles e interpretarlos IielmenlC. Eso es todo.
Gauthier-Vill:us -cuya ciencia técnica y la Hdelidnd con gue hace una
'! ,., publicidad más bien ine5peradn al «acorde de novena» admiro--- repro-
cha a mi partitura que ei dibujo mel6dico no se encuentre nunca en la voz
y que esté siempre en la orquestn. En efecto, quise que la acci6n no se
detuviese nunca, que fuese continua, ininterru1npída. Quise prescindir de
las frases musicales parásitas. En la audición de una obra, el espectador
suele experimenrar dos especies de emoción muy dislintns: por una parte,
247

,___ --
···-·"' ,-,

¡
248 CIDude D•bU!.sy El S..ñor Cotchen y ou:os escritos 249 1
la musical; por otra, la del personaje. Casi siempre las experimenta succ:;". inmersos los personajes, la i;cción pasional, que es lo único que im-
vamente. Yo he intentado que ambas emociones fuesen simultáneas y ~­ part!I ( ... )
tuviesen períccLamente fundidas. La. melodía es, por decirlo de algun ~ ¿Qué decir de los otros críticos? El señor Gastan Serpette dcclnta
manera, casi antilfrica. Es incapaz de traducir la movilidad de las alma: sin duda con una admirable seguridad, que mi partitura es In «nega-
y de la vida. Conviene esencialinente a la canci6n, que confirma un sen1(. ción» de tocio d arte musical. Este indulgente escritor olvida que, e11 oca-,
miento fijo. sioncs, una negación vale más que varias afirmaciones. La Vie parisie1111e
y La Libre Parole no se preocupan nfortunadame11te de temas de arte. En
1 consecue11cia, apenas puedo prestarles nte11ción. Por otra parte, a causa de
Jamás he permitido que mi música acdere o retrase por causa de eñ- u 11 lamentable atolondramiento, el redactor de este último periódico se
gencias técnicas, el movimiento de los sentimientos y de las pasiones de olvidó de firmar su artículo. Sólo cabe reírse con todo eso ... o, más bien,
mis personajes. Se borra cuando conviene dejarles en completa libertad en sonrcftse. Pero mi gran alegria fue la de contar con colabor11dores como los
sus gesros, sus gritos, su nlegrfa o su dolor. Eso es lo que uno de mis señores Albert Garré y André Messager, i11térpretes como los de Pelléas
jueces, d señor de Fourcaud, del Ga11lois, comprendi6 cuando habla -acaso el Mélisa11de y de_ seguir siendo, después de In batalla 1 , su más afectuoso
sin desearlo- tan exactamente de «declamación pautada», apenas acompa- y agradecido amigo.
ñada ... , 11 propósito de Pelléas et Mé/isande ... »
Sé que he inspirado grandes temores al señor d'Harcourt. Estoy descon- Le Fi¡;aro, 16 de mayo de 1902
solado. Habla de «fruidosos arrivistas» refiriéndose a mf, ¡que se tranqui-
lice! Evoca 11 la Santlsima Trinidad musical: «melodía, armonf.é y ritmo»,
cuyas leyes no se pueden infringir 1• Muy bien dicho, pero, ~existe alguna
ley que impida nl músico mezclar estos tres elementos en una determinada
proporción más que en otra? No lo creo. Por otra parte, a pesar de dos
11re11tas lecturas, no he podido captar el se11rido de todas las reflexiones del
.señor D'Harcourt, que deben de ser infinitamente profundas. El mismo
crÍtico habla del «Sueño de Mélisande». ¿No estará confundiéndolo con el
«Sueño de Brunilda»? 2.

Pronuncio in1prudente1ne11te el 110111bre de \\?"agner

Ciertamente, mi método, que, sobre todo, consiste en prescindir de


todos los métodos, no debe nada a \Vagner. En su obra, cada personaje
tiene, por 11sf decir, su «prospecto!~, su fotogrnfra, su «leitmotiv», que
siempre le precede. Co11fieso que este procedimiento me parece un poco
grosero. Además, el desarrollo sinfónico que introduce en el drama lírico
me parece que contraría contini.iamcntc el conflicto moral en d que están
1 E. d'Harcourt cscribfo: aUn grupo de logreros con unos nmigos ruidosos, deci-
didos a dcfende.dos n todn costa... Ln música es unn snnln crinidnd, cuyos !re:; clcmw·
tos: In mdodfo, la nrmonfa y el ritmo tienen unns leyes que no se puede est:Lr infrin·
giendo continunmwte en detrimento de In r:izén y del oldo».
2 En In fecha de esl:i cnuevist~, nlgunas crlti01s de los peri6di•os no dinrios, sin
dudn no hnbfon npnrccido todavla, en especial lns de Léon Kerst (Le Pctit Journaf),
Cnmille Betlnigue {Reuue des dc11x 111011d~s), Arthur Pougin (Le Af¿11e1trc/) y Vincwt
d'lndy (L'Occid~nt).

- ,¡'

, ___ --- ---1_~~~~~~~~~~......- - - -......


.: ,_ ----- •· ••. ., ___ _o_.:o_ -
·-~·-----·-· •·•-'4·-~

· f'I•
1

Lri situación actual de la música francesa


(Encuesta de Paul IJandormy t)

11

... La so11rie11/e ironía del seiíor Deb11ssy /Jle hizo ol11id11r esos graves
proble111as. «La música francesR, 111e dijo el selior Debursy, es la clnridad,
la elegancia, In declamación simple; la música francesa quiere ante todo
agradar. Couperin, R;imeau, ¡esos son los verdaderos franceses! Aque!
bruto de Gluck fue quien estropt:ó todo ¡{Jn ser U1.n aburrido!, ¡tan pe-
dante!, ¡tnn ;impuloso! Su éxito me parece inconcebible. Y se le ha tomado
coo10 rnodelo. ¡Se le ha querido in1itar! ¡Qué aberración! Nunca es amable
ese hombre. Sólo conozco a otro tnúsico tan insoportable como C:l, ¡\'(Tagner!
Sí, ese \'(T;igncr, que nos bn castigado con Wotan, el m;ijestnoso, el vacío,
¡el insípido \Xfotnn! .. Ade11uís de Couperi11 y Ra111ea11, ¿quiénes so11, se-
g!Ín usted, los gl'a11des 1111ísicos Jra11cese!? ¿Qué piensa, por ejemplo, de
Berlioz? Bcrlioz es una excepción, un nionslruo; no es del todo músico;
da la ilusión de la música, gracias a métodos tomados de la literaturn y de
la pinturr.. Adem:ís, no veo mucbo de francés en él. El genio musicr.l de
Francia es algo así como la fantnsín en la sensibilidad. ¿Y César Fl't111ck?
¡Oh!, César Franck no es francés, es belga ... ¡Pero claro que s[!, hay una
escuela belga; Lekeu, después de Franck, es uno de sus rcpresentnntes
más des1ac11dos; este Lekeu es el único músico que yo conozc;i influido por
Beethoven. El influjo de César Franck sobre los compositores franceses se
reduce a poca cosa; les enseñ6 ciertos métodos de composición, pero su
inspiración no tit:ne ninguna relación con la suya. ¿Q/lié11 represe11fa 1ne-
jor, e11 su opi11ió11, a la 11nísic11 fra11cesn del siglo XIX? Me gusta mucho
Massenet. Massenet comprendió el verdadero pape! del arre musical. I-Iay
1 Al dfa siguiente de b publicación de este nrtlcu!o, Dcbu"y cscribfo n Louis
Lnloy: «¿Hn leido usted un arrfculo de L11ndormy en L1 R~u11~ bfru. donde refiere
unn convcrsm:ión con C. Debussy? Es extrnordinnrio lo mol que oye c>c su¡>ue>lo mll-
sico ... ~
.. -
····1~
.
j
C!nude Debnssy ~- La influencia de Wagncr sobre la música
que liberar :a la música de todo apar:uo científico. Ln música d b
a um1'ldd'
to dh a , intentar prod
uc1r .
un¡ ee,con
pacer, y en esta limiración hay · ~-
una gran belleza posible. quizás
:•.
belleza
.
sea se11s1ble, que nos
' .o.,
La complicación extrema es lo contrario del arte Es neces,,,·
procure un goce inmediato, que se unponga
·
¡ '

. . , .
o se Insmuc en nosotros sin que tengamos que hacer ningún esfuen
aprehenderla. Fíjese en Leonardo de Vinci ' fí¡'ese en Mo•,•t
~·-1
~para
·Ah'1uenc
dos grandes artistas!» a

La Revr1e bleu, 2 de abril de 1904

Entrevista de Ala11rice Leclerq co11 111otivo del 25 aniversario de la


1
111t1erte de Wagner, publicada in extenso e11 El Caso Debussy, por C. F.
Caillard y]. F. Bérys, Biblioteq11e d11 Te111ps prése11t, 1910.

-¡La influencia de Wagner!, y el seiíor Deb11ssy se leua11ta. ¿Cree usted


que huy todav[a iafluencias, maestros y discípulos que se iastruyen en su
escuela? ... Evidentemente, hay músicos a los que se les da el titulo de
maestros. Pero, discfpulos ya no hay. Y si no hay discípulos es que no hay
jefes de escuela, ni tampoco músicos susceptibles de serlo.
Y esto nt;i ocurre únicamente en la música; esto, señor, ocurre igual-
mente en la literatura, la pintura, la escultura y en todas las artes.

-No obsta11te, le obieté, 11111cha gente hace profesión de fé de wag11e-


ria110 o a11tiwag11eri11110. Existe, e11 literatura, toda t111a escuela de j6veues
barresia11os. E11 pi11ll1ra, los 111aestros del i111presio11is1110 t11viero1r il11itadores
qr1e c11l1ivaro11 incluso sus 111Ís111os defectos ...

-Le sorprende lo que acabo de decir. Me lo esperaba y voy a expli-


carme ( ... )
Hoy, todos los músicos y artistas son personales, muy personales. Su
mayor preocupación es evitar cuidndosamente todo rastro de influencia
en su obra.
Subsiste la admiraci6n por lns obrus bellas. Incluso nunca hubo tantos
admiradores como hoy. Llega incluso hasta el apasionamiento. Pero como
se puede admirar a la vez dos obras de tendencias muy opu11stas, quien
dice admirador no tiene cliscfpulo. Ya 110 quedan discípulos.

mm;
.,.....", '-- ___- ' ·...._j_ _ _ _ _ _ _ _ _
253

.J
-·. --·-- ·'· ___ .---
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254
Oaude ~bulsy
:;·• ¿Qué hacer en el Conservatorio?
Tnmpoco quedan jefes de cscueln que sean susceptibles de j ¡¡ ·
.• d 1 , . d 1
pro d ucc1on e os mus1cos e a gencrnci6n siguiente· ser ¡"ef d
. . , . ' e
n u1renJ
a
cescuela
.. (Entrevista de Mautice Leudet)

supone poseer to d a una l ciuca especinl -no un1camente ~J


d os-. sino. . ' . 'ill gramánca.
. ' .. gunos méto.
una doctrina propia: Ahora bien el , ·
. . , musico (o el
arnsra contemporanco) cuando a!cnnza un:1 gran nocori d d .
, "6 d" ea,noncne
mas que unn p'icocupac1 n: pro uc1r obras personales obras '' d
· "bf • nova oras
siempre qut: sea pos1 e. Aunque quisiera, no le quedaría tiempo '
sngrnrse a la formnc1on e 1sc1pu os, ni para elnborar la oram ·,· pnracon ·
" ' d d " ' ]
··• f ormnr¡os.
perm1ur1a b aicaqueJe
Es este el caso dt: todas los celebridades conrempor.íncas; el de Wa
como el de los demás 1 • &Ilcr

L'P.clair, ft:bJ"cru de J90S

El seiíor Cfa11de Debu'isy acaba .de 'ier 110111brado 111ie111bro del Co11'ie¡o
SJ1perior de E11seiía1iza cu el Conservatorio de 1111ísica y decla1naci61i e11 la
'ieCci611 de e'it11dio'i 11111sicale'i, ree111plaza11do al ¡eñor Erne'it Reyer ( ... )

-El más sorprendido con el nombramiento de miembro del Consejo


Superior de Enseñanza del Conservatorio es, se lo aseguro, este servidor,
111e diio i1111u:diata1ne11te. Jamñs be sido llamndo para sentarme en ningún
jurndo, jamás las alcas esferas oficiales habían solicitado mi colaboración.
En consecuencia, estoy 1iteral1nente. aturdido. El colmo es que yo vaya a
reemplazar al pobre señor Ernest Reycr. Aunque tengo un profundo respe-
to a la memoria del señor Reyer, no concibo la música precisamente como
él, c'_no es verdad? ...
Después de codo, ta! vez me hayan elegido para reemplazar al señor
Reyer, que jamñs iba al Conservatorio. Yo iré, sí, iré, y escribiré n! subse-
cretario de Escudo de Bellos Artes agradeciéndole mi nombramiento.

-¿Pero qué va usted a hacer o a tratar de hacer e11 el Consejo Su-


perior?

El señor Lcdc:q continua: .. Preocupado por nnornr si no los c~rminos =actas


1
-A fe mfa que no lo sé demasiado bien. Es cierto que no soy un
si ni menos e! _sei;indo general Y b· ··cx;1ciones sobresnlienlcs de e.sin:; declaraciones: extraño en el Conservatorio. Conozco la casa, fui alumno en ella y obtuve
hnb!n socndo m1 hbrcta de norn~. _El, scnor C. Debussy que continuaba midiendo ]ru el Premio de Roma: no fue el mejor momento de mi vida, pero tampoco
conlotno; de_ su nlfombrn, se d1ngio hacln mi mnnifosrnndo su asombro: .. ¿No irá
usicd n i:mblicar n•dn de eso, supongo? Estñ charlando. Si usted quiere hacerme un fue más desagradable para mí que cualquier otro. Pero, si puedo prestar
fnv~r, d~¡eme al margen de su encuesta~. Yo insis1( enérgicamente. «Entonces, no me servicio, todavfa me estoy preguntando cómo ...
d~d1':1111' m:fs que .u~n !!nen: No sé, nl~o ncuiro ..... Y porn nscgurnrse de que yo no
anod1rfo nnda cscr1b16 él mismo eo mi cundernillo· «Ln curvn o:] \V/ -No obstante, usted tiene s11 propia opi11i611 'iobre la c11sc1/a11za que
h I] d ¡· ¡ 'vr · e agncr me parece
que a cea. o n _su ma. •Yílgner es Y pasará a In posteridad como un gran nnisln.P 'iC i111parte c11 el Conservatorio. ¿No ha recibido usted 111is1110 i:sa e11'ie-
Y seto seguido !1rm6.
tla11za?
255

·--- -·-
·-'----·--·-

'''l'
256 ClRudc Dcbiusy :j El S•ñor Corche~ y otros escritos

-Sr, y esrimo que ~•: La forma del concurso me parece deplorable. Alguien 1rahaja bien. Es
. el Conservatorio es una casa donde se pueden r ...... 1•
z;ir e.'(CC1entes cstu dlos, pero que a1gunos ganarían si se les modif un buen ;1lun1no. El día del concurso ~e encuentra indispuesto y 110
• · J J -
A s1, por e¡emp o, a ensenanza de la armonía me parece 1;ompl"< icase · lo supera.
-' ... amente
de.rectuosa. Le aseguro que en la clase de armonía yo no hacía g•.an cosa No conozco nnda más absurdo que el concurso. Hay gente en el Conser-
Los profesores tenía11 la costumbre, en mis tiempos, de proponer · vatorio que no ha obtenido ningún premio, ningún accésit y que ha,n
. ·u
a1umnos un ¡ueguec1 o muy vano consistente en encontrar la nrinonfa
a sus
llegado 11 ser excelentes, perfectos músicos.
del autor. Para mi la verdad es que hay que salir del Conservatorio lo antes po-
Lo confieso humildemente, pero yo nunai encontraba Ja armonía del sible para buscar y encontrar su personalidad.
auror, lo que, por otra pnrte, nunca me preocupó demasiado. El Estado ha instituido concursos por todas partes, en todas las pro-
fesiones. Estamos formando, cada vez más, animales de concurso. Considero
-¿Y las clases i11strr1111e111ales? que en todas lns profesiones este método es malo, pero en el arte es algo
absolutamente perjudicial.
-¡Ah! Esas· son perfeccas. No hay instrumentistas en el mundo que Quiero añadir que soy hostil a la famosa tradición del Premio de
igualen u los instrumentistas franceses. Roma. Se dirige a la parte menos interesante del hombre, a su vanidad. Y
No tengo la misma admiración por las clases ele canto, por ejemplo. además, el Premio de Roma no sirve absolutamente par:i nada.
Nuestros cantantes y nuestras cantantes están generalmente mal dirigidos Se obliga a hacer unas cosas a los residentes que no volverán a hacer
Los alumnos van a la clase de canto, pero ya no van, o vap raramente, al~ nunca más en su carrera.
clase de solfeo. ¡' Pero ya que el Premio de Roma perdura, hay que sacarle más fruto que
Ahora bien, el soUeo es la base esencial del canto y de cualquier ot hasta el presente, dejando más libertad a los músicos en sus envlos de
·· e•
mus1ca. ¡ u ntos de nuestros ·
, . artistas "
desconocen d compásl· Sin dud, , son Roma. ¡Que no se les impongan los temas!
pocos los verdaderos mus1cos, pero si hubiesen recibido lila enscfiruwi Eso es, sin rodeos, todo lo que pienso.
mejor, respctarfan más la música que interpretan ... Ese comité en el que voy a entrar quizá no sea una mala cosa, pero está
Por otra parte, la enseñanza del canto gannría si siempre cstuvie la atmósfera <le esa vieja casa llamada Conservntorio, que no deja penetrar
.
1mpnru 'da por cantantes que hb "
u ieran estado o estén en el tea'tro y demos- el menor viento de reforma ..
trado talento; generalmente, no es ese el caso. Además, tanto para las
clases de canto como para las otras -las excepciones confirman la regla- -Pero e11 ese co11iité, 111aeJtro, ~-defeuderá uJ/ed laJ ideaJ q11e acaba
no se puede tener en el Conservatorio a los profesores que necesitaría real- de expo1Jcr111e?
mente el centro, pues no se l~s paga, o se les paga ¡t11n poco!. ..
-Yo se lo he dicho aquí. ¡Pero claro!, le nseguro que seré inc11paz de
-{Sería necesario, c11to11ces, nr1111c11tar el presup11esto del Co11seru11- volver a decirlo en el Conservatorio.
torio? Me harfa falta unll autoridad que no tengo, medios <le elocución, que
tampoco tengo. Tal vez no sepa defender mis ideas.
-Sf, o repartirlo mejor. Este es mi parecer, pero evidentemente los Como los que tienen muchas ideas, no me gusta In contradicción.
"r; que piensan como yo todavla sqn una fnfirna minoría.
A11tes de despedirnos del seíior Deb11ssy, le preg1111to sobre sus traba-
En es/e punto de la co11versación, le recr1erdo al seíior Debussy sus ¡os personales, sobre sus pr6xi111as obrar. Me responde el/ pocas palabras:
éxüos del Conservatorio. su gran Pre111io de Ro111a, conseguido por él
en 1883 con s11 cantata El Hijo pródigo. -He empleado doce nños en componer Pelléas et Mélisa11dc. Como
puede ver, no trabajo rápido. En mi opinión, se escribe demnsiado, y nunca
-Viejo recuerdo -me dice-- del que no me enorgullezco. Si hay se piensa lo suficiente.
algo que encuentro inútil e incluso perjudicial en el Conservatorio es Ja
maner11 de recompensar a los alumnos. Le Figaro, 14 de febrero de 1909
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Le música de hoy y la del mañana
(Encuesta de Borgex)

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LJi prilHera preg1111ta que le hici111os al se1ior Deb11ssy frie ésta: «¿Cón10
es que usted, a11tiguo Pre11lio de Ron1a, ha llegado a 11110 for111a 11111sical la11
Co111pfetarne11te opuesta a los principios que recibió, có1110 de El I·lijo Pró-
digo ha ido a parar a Pelléas et Mélisandei»,
1
-No le diré nada nuevo señalándole que !ns condiciones en las que
1 se desnrrolln el concurso del Premio de Roma son tan malas como sea
posible concebir, y no se puede juzgar a un músico por lo que realiza en
ese momento. Desde entonces, me h.e esforzado en eliminar poco n poco
1, todo lo que se n1c habla enseñado.

-¿No ha q¡1erido usted reaccio11ar coutra la i11flr1e11cia de \\rag11er


buscando algo abso/11t11111e11te opuesto?

-No, simplemente he dejndo habhu a mi naturaleza y a mi tempera-


mento. lle intentado, sobre todo, volver a ser frnncés.
Los franceses olvidan demnsiado nlegremente !ns cualidades de claridad
y de elegancia que les son propias, para dejarse influir por la lentitud y la
pesadez germánicas.
El genio de Wngner, ciertamente, es indiscutible, pero es nlemán nnte
todo. Wagner realizó, sobre todo, un arte que le es personal, pero quienes
sufrieron su influencia no han tomado de él más que la formn.
¡Lo que desde nueStro punto de vistn francés es especialmente falso,
es su tentro!
¡Cuntro veladas para un drama! ¿Le parece verdaderamente ndmisible?
Y tenga en cuenta que en !ns cuatro veladas usted escucha siempre lo
mismo. Los personajes y la orquesta se intercambian sucesivame~ los mis-

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260 Clnudc Dcbu1Sy Encuesta sobre la moderna música italiana
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mos motivos y, por ú!tii:no, llega al CreplÍsculo de los dioses, que es de
nuevo ¡un resumen de todo lo que usted :icaba de escuchar! Pues bien ¡
repito, todo eso es inadmisible pnra los que :iman la claridad y la concisÍó o
! Lo sé, soy muy criticado; sie1npre sucede esa cuando se hace algo""" "·
' pero SI· yo he encontra do a1go es, puede creerlo, una cantidad ínfima de¡ -..va,
"' que qued11 por hacer, pues, y lo digo asust!ldo, creo que la música 11a estad~
,j bnsada hasta hoy sobre un principio falso. Se escribe demasiado, se hac
música para el pnpcl, ¡cuando debiera serlo para los oídos! e
', . _¡Se le da demnsiad~ importancia a l.a escritura musical, a la fórmufo y al
1
). of1c10! Se buscan las ideas en uno mismo, cuando se deberían de buscar
1 a nuestro alrededor. Se combina, se construye, se imaginan temas que
" quieren expresar ideas; se los desarrolla, se los modifica, buscando otros
lemas que representan otras ideas, se hace me1affsica, pero no se hace mú-
sica. Estn debe de ser espontánenmentc captada por el oído del oyente sin
1 que tenga necesidad de tratar de descubrir unas ideas 11bstractíls e~ !os
) meandros de un complicado desarrollo. ¿La moderna mus1ca italiana? ¿Por qué hablar de ella si se escribe?
No escucharnos en torno nuestro los mil ruidos de la n:ituraleza, nos ol- Es darle importancia. Ahora bicri, no tiene ninguria desde el punto de vista
"',,. vidamos demasiado de esa música tan variada que nos ofrece con 11bundan-
cia. Nos envuelve y hemos vivido hasta ahora en medio de elh1 sin darnos
nr'tístico. El gran público se complace en obras de mu! gusto. Las tuvo en
todos los tiempos, responden a unn necesidad y se seguirÁn haciendo, sin
cuenta. He ahf, en mi opinión, la nueva vía. Aunque, desde luego, yo que nada lo impida. Aunque, en ocasiones algo le 11lejc de ellas, ncabará
apenas la he entrevisto, ¡pues lo que queda por hacer es irimensol Y el que volviendo l! las ílndadns rápidan1en1e.
lo haga ... ¡será un gran hombre! Los italianos conoceri ad1nirablemen1e esta necesidad y se aprovechan
de ella.
Co11Joedia, 4 de noviembre de 1909 Verá usted, hay gente que experimenta placer yendo a ciertas casas
hospitalarias, pues bien, éstas son al umor lo ql1e las producciones de la
escuela verista n la música. ¡Yo no creo que su influencia se:1 dañina! Cadn
artista hace lo que puede, crea la obra para la que estaba destinado, los que
la aguantan hubiesen aguarilado otra del mismo valor en otra época. Desde
el momento en que son ntraídos por lo n1cdiocre, es que ellos mismos
son mediocres. En cuanto n las obras bellns, se impondrán por sus propios
medios, sin contar con el gran público, que no entiende nada de eso.

Co!l1oedia, 31 de enero de 1910

1 Ln respucs1a de Dcbussy apareció al mismo ti~mpo que las de Gabriel Fauré,


Vinccnt d'lndy, Savard, R. lidhn, C. ChcviUdrd, A. Bruncau, P. Duka• y A. Conoc.
261

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n·;' ¡r Cada de Debussy a «Comoedia»


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Señor redactor jefe,


~ Su excelente colaborador el señor Borgex me atribuye, en el articulo
., , aparecido esta mr.iñana en Co1J1oedia, unas declaraciones que no expresan
,. exactamente mi pensamiento. Permítame añadir algunas explicaciones:
En primer lugar, ese tono de querella me parece descortés; además,
englobar loda la música italiana en la escuelu «verista» testimonia una ig-
norancia culpable. Sería necesario quizá hacer distinciones en esta escuelll.
Por uno desvioci6n de valor bastonee curiosl\, no se han quejado quienes
debieran de haberlo hecho; t11mpoco hay que deplorar que algunos de nues-
tros compatriotas empleen los medios de la escuela «verist:l}), pues no se
trata, después de todo, m:ís que de una manera especial de tener éxito en
los dos países.
Reciba, señor redactor jefe, mi mRs distinguida consideración.

Co111oedia, 1 de febrero de 1910

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¿Un renacimiento del ideal clásico? '

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El autor de Pelléas y de El Mar, co1110 Jflt1Cbos otras entre 1J11estros


e111ine11tes re1nite1Jtes, reprocha a fa palabra <.<cfásicor; la an1big/iedad de su
acepci611.

-¿Qué debemos de entender por esa palabra? -preg1111ta-. ¿Acaso es


f,' posible prec.isarla, definir la noci6n que designi1? En sentido afirmativo, se
puede decir que todo lo que es bello llega a ser clásico con el tiempo. En
sentido negativo, si el espíritu clásico y el espfriru académico se confun-
den, ¡pues bien!, soy de la opini6n de que t111nbié11 son necesarias obms
)'
académicas para satisfacer a los esplrirus timoratos dándoles la ilusi6n de

¡ la certidumbre.
Pero un movimiento de conjunto, unas tendencias generales, ¿d6nde
ve usted nada que se parezca? Antaño, tal vez, hubo épocas disciplinadas
o que, al menos, nos lo parecen vistas a distancia, en las que se armoniza-
ban los esfuerzos individuales. ¡Peto hoy!. .. Cada uno tira por su lado,
trata de· desarrollar su personalidad, si la tiene, o se esfuerza en imitar
exagerándola, exasperándola, la personalidad del vecino, y eso es todo.
¿El mañana? No sé, ¿y quién puede preverlo? 111 excesiva «competen-
cia», que divide a los artistas, ¿permite anunciar d sueño de un ideal
común? Hubo, si, una gran época francesa: d siglo xvin, el tiempo de
Rameau. ¿A cuántas jnfluenci11s hostiles tuvo que ceder esta tradición ape-
nas creada? Primeramente vino d gluckismo, que prepar6 desde tiempo
atrás d terreno al wagnetismo. A continuación vino Rossini, que ha deja-
do escasas huellas; después, mucho más importante, Meyerbeer, en cuya
influencia se ha reparado demasiado poco, aunque sea visible, hoy día, en
muchos compositores, y, por fin, Wngner, que nos fue revelado con treinta
nños de retraso.

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266 Oaudc TubuSSy 1


Una semana de música francesa en Munich
Wagner extrajo del drama lfrico todo lo que éste podla ofrecer. Ahora
hay que encontrar orra cosa. Richard Stt11uss no es más que un Wagne;
exasperado, un artista acompañado de un maravilloso prestidigitador cuando
., es él mismo quien dirige la ejecución de sus obras ... » .
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El sefior Debussy nos habla de s11 profunda ad111iració11 por los antiguos
n1aestros del siglo XVI y por el gran Bach.

-Estos son la música en person:i, la fuerza elemental a la que nada


se resiste. Nadie hizo música después de Bach, porque después de él, nadie
,,; se encontró en unas condiciones favorables para la creación musical. Y no
es nuesi:ra época, ¡ay!, la que puede hacernos esperar razonablemente el
retorno de aquellas felices condiciones.
¿Quiere esto decir que debemos desesperar ¡ni mucho me11os! La música
renaceré. ¡Trabajemos! Trabajemos cada uno según nuestra inspiración. El
futuro dirá quiénes fueron los clásicos. ¿Vat11os a co11q11istar 11111sir:al111e11te a los alema11es? Claude Debussy
{IO lo cree.
E11cuesta de Paris-Jour11al, 20 de mayo de 11910
¿Qué vamos a hacer allá? ¿Se nos ha rogado que acudiéramos? ¡No!
Entonces, ¿qué significa esta tentativa?
Es harto evidente que nosotros hemos sido más que acogedores con los
músicos alemanes. Aunque en cincuenta años, veremos lo que queda de
nuestros entusiasmos de hoy. Nos gusta todo lo que viene de fuera. Como
los niños, palmoteamos ante una obra que venga de lejos: de Escandinavia,
de los países germánicos o de los paises latinos, sin darnos cuenta del valor
real y la solidez de dicha obra, sin preguntarnos si podemos experimentar
una sincera emoción en lo que hace estremecerse a almas extrañas a las
nuestras.
Y menos mal si no imitamos, balbuciendo, lo que esas gentes dicen
en su lengua; si no nos entusiasmamos con el falso italianismo en música,
el falso ibsenismo en literatura, y cuando algunos de los nuestros no
hacen el ridfculo de tratar de ser ex6ticos.
Los alemanes no tienen por qué comprendernos, como tampoco nos-
otros debemos de tratar ele peneuar en ellos.
Munich, además, aunque esté bien escogida desde d punto de vista
«político» -como dice Le Figaro--- es indiferente a nuestro arte.
A los conciertos de música moderna acuden s6lo escasos aficionados.
Irán a oír música francesa por educación. Aplaudirán, tal vez, con esa cor-

1 La R~1.111~ m11sicol~ de Lyon, de la que L. Val.lns era redactor, reprodueitfa este


le:l~o en su número dd 16 de oo;tubre de 1910.

267
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268 Cbudc Dcbm~y Concierto Colonne núm. 1000 1

[esía german1ca tan difícil de soportar. Estoy convencido de que nuestro


arte no conquistará a nadie en Alemanin.
Quizíis vea alguien, en esr11 ocasi6n, un medio de acercar a ambos
paises en la difusi6n de nuestras obras. ¡Ln música no se hizo para eso ...
y el momento ha sido bien mal elegido!

Paris-]011nJ11l, 21 de agosto de 1910

Pues sí, Colonne sabia componer su programa para que los espfdtus
atentos se t:aln1ase1J. Mejor. Ustedes saben que los instrumenristas son, en
teneral, unos pobres diablos. ¿Cómo, con los ensayos, los viajes en auto-
bús, las preocupaciones domésticas, cómo pueden enoona:ar dentro de sf
un poco de generosidad, de ideal? Colonnc los ayudaba. Le bastaba con
levantar su batuta ... Pero es que Colonne era el único director de orquesta
que conocla y nmaba la música. El público se daba cuenta de ello. El público
se lo demostraba cuando silbaba a los virtuosos. Y algunos espectadores
venían tanto para uer a Colonne como para oír a la orquesta ...

Excelsior, 20 de noviembre de 1910

1 Ed. Coloone h~bln ofrecido en scguncfo nudid6n el Preludio a la $ie11a de '"'


fa11110y La doncella elegida. Dcbussy cmpci:ó romo ditcctor de orquesta cn los Con-
ciertos Colonne en 1908.

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Declaraciones a un periodista austríaco 1

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:i:

... Yo no revoluciono nada; no destruyo n11da. Sigo tranquilamente mi


1 camino, sin hacer la menor propaganda de mis ideas, que es lo que ,hatfa
uh revolucionario. Tampoco soy un adversario de Wagner. Wagner es un
'I genio¡ pero un genio puede equivocarse. Wagner se pronuncia por la ley
de la armonía; yo estoy por la libertad. La libertad, por naturaleza, es libre.
¡! Todos los sonidos que ofmos a nuestro alrededor pueden ser expresados.
l Se puede representar musicalmente todo lo que puede percibir un ofdo
i fino en el rirmo del mundo que nos rodea. Algunas personas quieren, ante
1 todo, seguir las reglas; yo sólo quiero expresar lo que oigo.
No hay escuela de Debussy. No rengo discipulos. Yo soy yo.
Berlioz, Mozart, Beethoven, son grandes maestros a los que venero,
sobre todo a los dos últimos. Berlioz une "d rizo romántico con las viejas
pelucas ...
Ya ve cómo todo el mundo se equivoca. Unos ven en mf un melancóli-
l co hombre del Norte; otros me encuadran como un representante del Me-
diodfa, la Provenza, Daudet, ¡y tararf, tarará! Soy sencillamente de Saint-
1 Germain, o una media hora de París.
1
j Diciembre de 1910

1
'
i 1 No ha podido ser idencifieOOo la publicación en fo que apar~ió csla en!revisca.
Presentamos estos fr~gmentos según L(!"on Valfas, &~ut musicalt dt L:;o11, 8 de
1 enero de 1911.
271
11
,___ ---
Una escala en Gare-Said.
El Sr. Claude Dehussy lo cuenta todo ...
(Entrevista por Louis Vuillemin)

-Maestro, ¡el pueblo de París se ocupa 1'Jt1cho de usted!


-¡Me trae sin cuidado, querido señor!
-¡Diablo, es qr1e, ya ve ... nse e11viaro11 a s11 casa, co111pre11da t1sted ..
-¿Para qué?
-No lo sé, Para ver. Para saber. De Pawlowski 1 111e di;o: aC11élese
e11 casa de ese ho111bre y sáquele algo de lo que tiene e11 /a cabeza.1> Así,
p¡1es ... ay1íde111e. D!ga111e ... lo que hfu:e, c61110 lo hace ... , en qr1é pieJJsa
usted c11a11do {o hace ... , en fin, ¡todo eso! ( ... )

-¡Qué idea! ¿Qué puede importar a la gente lo que yo hago? ¿Cree


usred que eso le interesa a alguien? ¡Pobre joven! Y además, ¡aunque así
fuese! Trabajo como quiero, o más bien como puedo, y si supiese cómo, ¡no
se lo diría n nndie! C~llese, va usted et hablarme de la reposición de Pelléas.
Esrá próxima. La señora Marguerite Carré la hará. Estoy gozoso de oírla.
Usted también 2.

-¡Está usted ta11 seguro co11Jo yo de q¡1e será una exquisita Méli-
sa11de!

-Cúllese. Quiete usted arrancarme unas confesiones sobre Miss Mary


Garden, que fue mi primera intérprete. No quiero decir de elln nada que
no se sepa, sino que tiene mucho ralenro. Por lo que se refiere a Miss
Maggie Teyte, ¡pardiez!, estuvo encantadora. ¿Pero no esperará en absoluto

1 G. de Pnwlow,ki, redactor jefe de Como~diG.


2 Marguerite Carré volvcrfa n asumir el pape! de Mé!i,ande el 18 de febrero
dc19ll.
213

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274 Clnude DcJ:i~
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u: La música extranjera y los compositores franceses
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que me lance a comparar a los intérpretes? ¿Para qué sirve eso? ¡Esas ·sbri' ¡¡-
(Entrevista de Louis Schneider )
ideas de periodislal l.
¡Cállese! ¿Quiere usted saber si estoy contento porque reponen ni.Í '.!

obra? N11turalmente, eso siempre agrada, aunque no se sepa muy bien por
(;j_Ué. ¿Sabe usted?, siempre siento curiosidad por escuchar mi música. Siem-
,...
(
pre encuentro muchos cambios en ella. Va, viene, se deforma. Cambian los
matices, los movimientos fluctúan. Per_o ¡que el diablo me lleve!, ¡le estoy
diciendo cosas que no interesan a nadie!
¡Cállese! Le veo con ganas de interrogarme sobre mis gustos, mis cos- ,¡-
tumbres, mis autores favoritos, mis pintores preferidos. ¿Me pedirá mi
fotografla? No se la daré. ¡Hay demasi:ida gente que le da la suya! ¿Pre.
rende usted tener un aut6grafo? De eso, nada.
¡Cállese! Va usted a hablarme de mi pr6xim11 obra: La caída de la casa
Usher. No está acebada. ¿Cuándo estará? Muy pronto. Nunca. No tengo
ni idea.
:;
¡Cállese! ¿Quisiera usted saber qué pasa con esa otra obra mía: El dia. ;;. La ca111paii11 e11t11blada por el co11¡1111to de los 111rhicos /ra11ceses contra
blo e11 el ca1npa11ario? Le tligo lo mismo que antes•. los compositores italianos e11 partictilar y contra la r11úsica extra11iera e11
¡Cállese! Se ve que quiere usted preguntarme un mont6n de cosas que ';', general, 110 enc11e11tra 111ás que adhesiones entre los n1aestros de la 1nrísica.
ignoro. Invéntelas. Escribirá que yo se las dije. Da lo mismo: Aq11f están a!g11t1os de ellos, y 110 de los 111ás 111et1ores, que co1110 los se1ío-
(- --l res Sai11t-Sai!115, M11sse11et y Pard Dukas, acaban de for111u!ar 11111y 11ela-
_j. n1e11te su opi11i611.
Co11loedia, 17 de diciembre de 1910 E11contré al señor Debussy que regresaba de Vie11a y Budapest do11de
acababa de dirigir dos co11cierlos de obras suyas. El a11tor de Pellé:is et Mé-
lisande vio aclarnar en especial la Iberia y la Pequeña Suite, dos obras q¡1e
la orquesta vienesa, el «Co11certverei11», segrí11 tlle ha dicho, había con1-
pre11dido y e¡ecutado extraordit1aria111e11te.
-No comprendo muy bien esta disputa, me dice el señor Dcbussy, con
la recaudación como punto de partida. No me gustn que los nsuntos econó-
micos intervengan en cuestiones de arte. Hay difctcncias que sólo el público
está cualificado para resolver. Si el público va a la Opera Cómica o a la
Opera (se habla sobre todo de la Opera Cómica), tanto peor o tanto mejor.
La música verista italiana no me enrusinsma precisamente, pero no veo la
-." forma de establecer una policfn de los gustos musicales.
"

Y además, los músicos que se han puesto a la cabeza del movimiento
tienen pocos motivos para reclamar: Xavier Leroux ha estado en cartd un

l El 8 de junio de 1908, Debus.sy escribfa " Jm:ques Durand: «Miss M. Teyte · ~- 1 En noviembre de 1910, nn grupo de músicos que se qucjnban porque sns obras
condnún teniendo mds o menos la misma emoci6n que unn puerta de prisi6n, ¡Je fnltn ' 110 se interpretaban lo suficiente, intentaron fundar, bnjo la iniciativa de Xavier Le.
roux un movimiento defensivo cuyo objeto era luchar contra la excesiva hospitalidad
mucho para >er princcsnl... . de l¿s escenarios subvencionados con la músirn exrrnnjero, en particular con fo italia-
• Sobre estos dos proyec1os teatrales, durnnte lnrgo tiempo esbozndos por De- na. Este movimiento deseno:idcn6 una serie de declaraciones, primeramente en Le
bussy, !e puede leer Deb11sry et Edgar Poe. Doc1une11/J in~dils rec11ef/i1 et présl11/és Te111ps, despu!s _en Le Ga11/ois. Al mismo ciempo que fo entrevista con Debussy apn-
par Eá, LDckspeiler. Préface á'A. Schi1ef/11er, M6n~co, 1961.
redan las de W1dor y G. Fnuro!.

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.•.. ·········-·-·····--~~~

4
276 Cfaudc Dcbuuy
El pensonliento de un grnn músico
El Sr. C. Debussy nos confín sus proyectos
gran número de veces; lo mismo ocurre con Gusrave Charpentier y con y nos cuenta sus esperanzas
Camille Edanger. Acoso rengan razones para quejarse, pero yo no las veo. (Entrevista de Georges Delaquys) 1
Si se es un artista, hay que mantenerse lejos de un rerreno tan sospe. !
choso como es e! <le la recaudación. No vale la pena ser artista par;i acabar '
convirtiéndose en un negociante...
El s_eiior Debussy recorre /ebribJJente su estudio y co11ti111ía:
-¿He gritado y protestado porque desde hace más de un año la Ope.
ra Cómica ·no hn programado Pe/léas? No, espero mi hora ... Me silbaron
en Italia: ya me llegará quizás el dín en que me nplaudan. El éxito de una
obrn no se limita a su épocu. No se escribe música p11ra ganar millones; hay
que ver un poco mil's allá de la partitura.
Lo cierto es que esrán de moda unos argumentos que encuentro peno-
sos p:ira el arte francés, tan artfata, lan caballeresco. Uno habla de 7.600
francos de recaudación, d otro de 8.300; un tercero eleva el tono diciendo
.que su obra ha «dado» 9.000 francos ... Son di:ílogos de mercaderes. Le pregt111to e11 qt1¿ está traba¡·audo ahora' e i11111ediat11111e11te el 1naes-
Y, en suma, ¿de qué se quejan los compositores? ¿No se da la misma tro ,n1e interr11111pe:
situación en todas partes? Estaba el otro día en Viena: ¿qué se repre'scn- -No me pregunte nunca cómo van mis traba!?s. Ni yo n:iismo ,sé nadll
taba en la Opera? Car1nen, y al día siguiente L11 Tosen. ¿No tienen ningún . l momen[o trab:ijo en el 5 011 Sebas/1011 de Gabnellc d Annun-
valor los compositores austríacos? No tengo ni idea. Pero lo que es seguro de ell os. P 01 e ' El bello y verda
. La obra me ocupa completamen[e. ~ poema es muy -
es qué, en el mundo entero, los directores de teatro están oblig:idos a re- zto Y es · tesoros de . ·,
imag1nac1on ¡· ·
1r1ca > D'''
. ~nnun
zio , 1ne com-
dera1nentc encierra . E
presentar las obras que les dan dinero; y a ninguno de ellos se le ocurrirá ·¡ n artista de la razn de los animadores. n cuanto apare-
quebrar pan'I complacer a un compositor. p1ace <lec1ro,esu ' . ']y d , ·.
ce l:i vida una vida enérgica y fecunda, viene con e . a e~as es exrre-
Amo demasiado la música como pai:a desear que se la lleve por caminos ' d' '' , · No puede hnbcr colaborador más preciado para un
en los que no pueda mantener una noble actitud. Advierta que no me ma amente mus1c 0 · b · h y qi, 0
· Sóln una cosa me incomoda de este tra a¡o, Y es que a
opongo sistemáticamente :i mis camaradas; tal vez les mueva un senti- composHor. u ' ¡· d "d nn
· ¡o a f ce h a ¡¡ ·a·, me horroriza ' es coy para iza o por esa 1 ca, Y
cermtn:ir
miento muy noble, pero coino tan bonitamente dijo el señor Lavedan <(hay 1
puedo pensar en otra cosa. El D"
maneros». Compuse Pelléas et Mé/iia11de para servir a la música m:ís que
- E11to1Jces, ~·abiudo
1 11ó usted las obras que tenía)
entre 111a1Jos?, ' 1a-
a mis intereses personales. Servir al arte (y el seííor Debussy recalca lapa- blo en el campnnario, ln C"<Lída de In casa Ushc~··
labra servir) ahí está la verdad. Pero hay verdades desagradables, y hay , ameote sf. Escas obras estnn bas1nnte avanzadas, pero
genre que nos los quiere oír. Es un mil:igro al revés, pues[o que !os que - Momen[ane ¡ director ' ni colabora dor que me 1ios¡¡gue · para q u e las
dicen la verdad son calificados de impostores ... como vo no tengo n ' fl f h'
· b · calma Considero que es muy super uo o recer mue n
ncabe, tra aJO con · · J. n
"ble ofrecer lo m:ís posible de uno mismo en una son, e -
El seiior Debussy se detuvo y pasó a otro te111a que le apasiona ncfual- o b ras: es pre fen
111e11te: la partitflra que co111po11e sobre' el S:in Sebastián de D'A11111u1zio; todo caso, en un pequeño número.
eJllÍ po11ie11do todo Sii corazón, toda Stl olvra, y está e111hclesado co11 q11e el -Se (/ice que se repr,•seutará el Pigmalion de R1u11ea11, orquestado por
2
pi11/or Bakst ve11g11 11 dar vida al pe11s111Nie11to del seiior D'A1111r111zio y al nsted, Cll el teatro de las Artes •
suyo. "6 J rt s entre d 9 de enero Y
1 En ekcir>, d'Annunzio le envl e pocrnn por P" e
-No sé si Ja 1núsica gustará, niíadió 111odest11111e11/e, pero el mes pró-
d 2,dpc mnl"lo de 191: ·,·,,-d" P,gmdiiill se r~pnso en Porís en 1913. Dcbussy pr.u":cipól
xin10, en el Chfhele[, ver:í usted un especr:ículo de vei:daclero ;'lt[C. rn1·ccto n<J re.. 1.·''"6 ~- de ]ns Obras completos <le Rnmenu en Jas que f irm 6 e
no obsrnnlc en !n ed ICJ n .
volt•men XII' . cons.,,rnd<l ··., ]ns Féles de Pc!ym111e.
Le G1111lois, 10 cle enero cle 1911
277
'--"····-·c ..

278 Cfoude Debuss;. Por la descentralización musical


-Exactamente, pero decirle cu:índo sen{, es imposible. No tengo tiem. (Encuesta de G. Linot)
po de trabajar en eso ahora. No es un trabajo muy largo, ciertamente, pero
para m[ es muy interesante devolver a las antiguas partituras, tan sabrosas
su verdadero carácter, corrompido por la intervención de los copistas y 10 ;
direc1ores de orquesta.

-¿No se va a representar Pelléas et Mélisandc próxi1Ha11u:111e e11 varias


ciudades extranjeras, donde todavía 110 se le co11ocía?

-De esto, no puedo decirle nada concreto; no sé absolutamente nada·


y además, no me interesa. Lo que me interesa es la música, la que uno haee,'
¡la que se ama! Yo la amo apasionadamente y si me esfuerzo en separarla
de ciertas tradiciones estériles que la ahogan, es por ese an1or hacia ella.
La música es un arte libre, gozoso, un arte de aire libre, ¡un arte a la me-
dida de los elementos, dd viento, del ciclo, del mar! No hay que hncer de
ella un arre cerrado, escolar. Evidentemente, la escritura, el oficio, está ... El señor Debussy nos declara de entrada que nunca ha seguido de
muy bien, yo mismo fui un entusiasta de ello en otro tiempo; pero he refle- cerca los teatros Jfricos de provinchis y que, en consecuencia, no puede apre-
xionado mucho y esta escriruta ganarfu incluso simplificándola, con medios' ciar e~actamente lo que se hace en ellos. Pero, por lo poco que ha visto y,
de expresión más directos. ¡No crea que ni decir esto pretendo pasar por sobre rodo, por Jo que ha ofdo decir a sus colegns, su situaci6n no le parece
jefe de escuela o reformador! Sencillamente, me esfuerzo en expresar h1s sen- muy tranquilizndora. .
saciones y los sentimientos que experimento lo más sinceramente que pue- Para realizar la descentrnlizaci6n musical tnl como es ncces;1no conce-
do; ¡el resto me importn poco! Se me ha :ichacado una actitUd que jamás bida, nos dice después de esta primera declnrnci6n, habría, creo yo, mu-
tuve frente a los maestros y se me h11n hecho decir sobre Wagner, sobre cho que hacer. Pero si se llegase¡¡ ello, podrínn resultar cosas excelentes.
Beethoven, cosas que nunca dije. Admiro a Beethoven y a \o/:igncr pero Desgraciadamente, tenemos en Francia una deplorable costumbre. Es
me niego a admirarlos en bloque porque se me haya dicho que eran unos partir del prh1cipio de que no se puede lograt nada, ni se puede hai:_er
maestros. ¡Eso nunca! En nuestros dlas, en mi opini6n, se fldoptan con los nada bueno fuera de Pnrís y, en consecuencin, en el nsunto que nos atftne,
maestros unas maneras de criadas complacientes; yo quiero tener la liber- que no se podria intentar montar en otro lugar, en buenas condici_o~es, una
tad de decir que una página aburrida me aburre, sea quien sea su autor. Pero gran obra lírica. Creo que es necesario reaccionar contra esta op1n16n pre-
no tengo ningun:i teoría, ningún prejuicio. Intento, en mi arte y en mis opi-
concebida.
niones, ser un hombre sincero, eso es todo. Lo que pasfl es que creo que Me alegraría mucho, naturalmente, que se pudiesen crear en las provin-
existe en el arte una aristocracia que no hay que con1prometer. Por eso cias francesas centros musicales, eso que muy justamente se hn llamado
deseo poco el gran éxito, la nororiedacl escandalosa. Repito que no soy el focos de arte 11n1sical, y en especial conseguir que se representaran obras de
hombre de mi leyenda, s6lo amo el silencio, la paz, el ttRbajo, el aislamiento,
y todo lo que se pueda decir de mi música me da igu:il. En modo alguno teatro.
Asf que no puedo meilos que aprobar la iniciativa, que parece a punto
pretendo que se la imite, ni que ejerza ningúna influencia sobre cunlquiera.
de tomarse de conceder un:i subvención nacional para los teatros de las
Aspiro n permanecer independiente: hago mi obr:i como debo, como pue-
grandes ciudades de provincias. Estoy conve~cido de su _absoluta necesi~ad
do, eso es todo lo que puedo decirle 3.
asf como de la legitimidad de esta subvenc16n y suscnbo con antelación
Excelsior, IB de enero de 1911 todo proyecto en ese sentido.
Pero tengo que añadir que esto, en mi opinión, será insuficiente. Haría
falta, para situa.r a nuestros teneros líricos al mismo nivel que el de las ciu-
J Toda fo p"rte final de e•la cncre,•istn fue rcprciduddn tembién en fo Re~ue 11111si-

ca/e de Lyon del 22 de enero de 1911. dades extranjeras que se citan, que la inicintiva privad:i hiciese algo y que
279


'
'1
El Señor Corchen y ouos cs¡:ritos 281
280 Cbude D~bussy

los municipios pudiesen hacer, ellos también, mils de lo que hacen. En las Sería el mejor estimulo pora los teatros líricos de París, cre:índolcs una
grandes ciudades de provincins, Lyon, Burdeos, Marsella, existen aficiona- benefactora emulación y obligándoles a uabajor todavía mejor, bien para
dos al arte poseedores de grandes fortunas e importante posición. Me pa- mantener su superioridad, bien para estar al nivel de lo que se hiciese en
rece que no sería imposible obtener de ellos una contribución anual en otras ciudades de nuestro pafs.
favor de los teatros líricos, principales focos artÍsticos de sus ciudades. En-
contrarían en ello satisfacciones espirituales o, al menos, satisfacciones de] Co111oedia, 26 de enero de 1911
amor propio, de la vanidad y de qué sé yo cuantas cosas mÁs. En las pro-
vincias casi nadie piensa en ver el problema desde este punto de vista, lo
que es muy lamcntnble. Sin embargo, se llegaría de esta manera a dar a las
rcpresenn1ciones de provincias el esplendor que les falta.
Se ha hablado mucho, a prop6sito de las descentralizaci6n y de la can1.
paña que se hace con este motivo, de las realizaciones extranjeras, sobre todo
en Alemania. Pienso que se exagera un poco la realidad en este punto; se
oye decir con tanta frecuencia que en cuanto a conciertos y representacio-
nes líricas, codo es, en sus grandes ciudades, mejor que enue nosotros, que
esca opini6n ha llegado a ser un dogma. Hay algo de exageraci6n en ello.
He escuchado, principalmente en Austria, !! las grandes orquestas sinf6ni-
ces. Son muy buenas, ciertamente, pero no dirfa que son superior~s a las
asociaciones artísticas de Parfs. En general, los ejecutantes alemanes, ins-
trumentistas y cantantes, y sobre todo estos últimos, tal vez sean m6s
«científicos)) que los nuestros; en todo caso, tienen más const:1nci:i en el
trabajo y lo hacen de mejor gana. Los franceses somos un pueblo admira-
blemente inteligente y maravillosamente dot:ido; tenemos, t:imbién, una
facultad de esimilaci6n excepcional, pero nos falta constancia. No nos gus-
ta molestarnos, y es eso lo que nos pierde. Es, volviendo a nuestro tema, 1
lo que contribuye según muchos a la actunl inferioridad de los teatros líri- 1
cos de nuestras grandes ciudades de provincias, y es conua eso, si se en-
cuentran nuevos recursos y se realizan lns necesarias reformas, contra lo
!
que habrá que reaccionar.
Citaré un ejemplo que demuestn1 que puede llegarse a conseguir un
buen resultado y a reunir los elementos necesarios para unas interesantes
manifestaciones artísticas en provincias. La ciudad de Lyon posee en la ac-
tualidad una verdadera y gran sala de conciertos, especialmente concebida
para este destino; nlgo que, dicho se::r de p:1so, no tenemos en Por1s. En ella,
bojo la dirección artfstica del señor \'Q"itkowsky, se dan unas excdentes
audiciones musicales.
Resumiendo, considero muy interesantes todos los proyectos y todos
los esfuerzos hechos para cultivar el gusto por la músico en provincias, y
para mejoror en ellas las numerosas manifestaciones de este arte entre las
que, evidentemente, la principal es la representación de las obras de teatro
único. Deseemos que se logre. - 1

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El Sr. Claude Debussy y <~El Martirio de San Sebastián»
(Entrevista de Henry Malherbe)

-Creo, en efecto, en el renacimiento de una música litúrgicn. El arte


sacro sólo florece noblemente en la persecución. Y coffio parece que se
~stá siendo injusto con 1a Iglesia, creo que la ntmósfera es propicia a las
partituras religiosas.
La músi.ca sacra acaba, para mi, en el siglo XVI. Sólo las primaverales y
encantadoras almas de aquel entonces pudieron expresar por medio de unos
cantos exentos de toda aleación n1undana sus vehementes y desinteresados
fervores. A partir de enronces, las piadosas improvisaciones musicales em-
pezaron a hacerse, en parte, para la ostenración. Un hombre ingenuo y va-
liente como Junn Sebastián Bach se libra de eso gracias a su genio. Cons-
truye armoniosos edificios como un gran y devoto arquitecto, pero no como
un apóstol.
Parsifal es bonito ... Es teatro -----ese veneno de la sencillez-. El propio
Wagner llama espectáculos a sus obras. Resiste demasiado a las tentaciones
de la humildad como para poder celebrar la religión. Adopta :ictitudes de-
masiado dramáticas para poder rezar. Sus teorlas alraneras y artificiosas no
le abandonan.
El alma tiene que estar mucho m~s desnuda para ser capaz de cnntar lo
divino. Es una tarea a la que hay que sacrificarse con heroica generosidad
y constante renuncia a rodas las cosas y a uno mismo. ¿Quién nos devol-
verá el puro amor de los músicos piadosos de las antiguas épocas? ¿Quién
experimentará de nuevo la grandiosa pasión de un Palestrina? ¿Quién repe-
tirá el pobre y suave sacrificio del juglarillo cuy11 enternecedora historia ha
llegado hasta nosotros?
Yo estoy por mi parre muy lejos de este estado de gracia. No practico
según los ritos consagrados. Me he hecho una religión de la naturaleza mis-
tctiosn. No creo que un hombre revestido con hábito abacial esté más cerca
28)

·--- .......
''··- ,. - .._ ·...

284 Claudc Dcbu•sy El Señor Corchea y otros escritos 285

de Dios, ni que un lugnr detcrminndo de la ciudad sea más favorable para en ser un gran artista para uno mismo y no para los dernñs. Quiero ntrever-
la meditnción. me a ser yo mismo y n sufrir por mi verdad. Los que sienten como yo, me
Ante un c:ielo cambiante, cuyas magníficns bellezas, incesanlemenie querrán aún más. Los otros me evitarñn, me aborrecen~n. No haré nada
renovadas, contemplo durante horas, me invade una incomparable emoción. para atraerme su simpatÍn.
La vasta naturaleza se refleja en mi alma verídica y enfermiza. Ahí están En realidad, d dla lejano -esperemos que sea lo más tarde posible- ,
los árboles con lrys ramas alzadas hacia el firmamento, nhí las flores perfu- en que no suscite polémicas, me lo reprochnré amargamente. En esas úki-
madas que sonríen en la pradera, ahí In blanda tierra tapizada de hierbajos ... mas obras dominará forzosamente In detestable hipocresía que· me habrú
E, insensiblemente, las manos van adoptando actitudes de adornción ... Sen- permitido contener a todos.
tir profundnmcnte los espectáculos turbadores y sobernnos que la natura·
lezn ofrece a sus efímeros y confusos pasajeros, eso es lo que yo llnmo rezar. E.-.:cc/sior, 11 de febrero de 1911
Por otrn pnrte, lo confieso, el temn del M(lrfirio de Sa11 Sebastiá11 me se-
dujo sobre todo por esa mezcla de intensa vida y de fe cristinna que encon-
tré en él. Desgrnciadamente, no tengo tiempo. Me habrían hecho falta dos
meses de recogimiento para componer una música a<leeundu ni mistt:doso
y refinndo drama de D'Annunzio. Me creo obligado a no ofrecer más
música que la que yo pueda juzgar digna de serlo: algunos coros y una mú-
sica de escena, me parece. Tengo una obligación angustiosa: debo de
tenerlo listo para el mes de mayo, que es cuando se presentará E{ Martirio
de Sa11 Sebastiá11 en el Chíltelet. Después se montarñ en Roma, a donde iré
al mismo tiempo pllrn dirigir un concierro de algunas de mis obras 1 •
Me parece, además, que no debo ser más indiscreto.
¿Quién conocerá el secrero de In cornposici6n musical? El ruido del
mar, la linea del horizonte, el viento en las hojas, el canto de un pájaro
producen en nosotros mlt!tiples impresiones. Y de repente, sin quererlo ·¡
conscientemente, uno de esos recuerdos sale fuera de nosotros y se expresa
en el lenguaje musical. Lleva en sí mismo su armonía. Por más esfuerlos que
se hagan, no se puede encontrar ya nada mñs justo ni más sincero. S61o asf,
es como un coraz6n destinado a la música realiza los m¡ÍS beUos descubri-
mientos.
Si le hablo de esta manern no es para demostrar el 9pulento escaparate
de una moral arcística, sino para demostrarle justamente que yo no la tengo.
Abomino de las doctrinas y de sus impertinencias.
Por eso quiero escribir mi sueño musical con el m:ís completo despren-
dimiento de m( mismo. Quiero ,cantar mi paisaje interior con el candor
ingenuo de la infancia.
Sin duda, esta inocente gramática artfstica no dejará de tener encona:o-
nazos. Chocará siempre con los partidflrios del artificio y de la mentira. Lo
preveo y me regocijo. No haré nada para crearme advers:uios. Pero tampoco
haré na<ln por convertir mis enen1ist11des en amistades. Hay que esfor¿arse

1 Ea junio del mismo ofio dio un concierto en Turlu. EL vinje a Rom~ s6lo tuvo
lu¡:::u en 1914 y oi11 El llf.arfirio,

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' -- ..... ~
·-- ,,_.

Ante «El Martirio de San Sehastián>~


El Sr. Claude Debussy y la música sacra
(Entrevista de R. Bizet)

En princ1p10, como verá, tengo pocos deseos de explicarme. Lo que


uno ha concebido, las meditaciones que precedieron ol trabajo, lo que uno
-ha querido expresar en él, ¿a quién le importa?

-No obstante, quisiera saber cónso el autor de Pelléas y, sobre todo,


el 11Jrísico sensual y refinado del Preludio a la siesta de un fauno, pudo lle-
gar a ser el 111ístico de corazón religioso cuyos piado:.o.r (ICordes acon1paíia11
el poe1na de D'A1111t11Jxio.

¿Cree usted entonces que no hay en modo Rlguno, lo que podríamos


llamar precedentes religiosos en mis obras? ¿Pretende usted comprender el
alma de un artista, y no concibe que alguien que ve por todas pRrtes tantos
misterios, haya sido tentado por un tema religioso? Yo no tengo que ha-
cerle a usted una profesión de fe, pero aunque no sea cat6!ico practicante o
creyente, no tuve que hacer mucho esfuerzo para elevarme a la n\tura del
misticismo que alcanza al drama del poeta. Entendámonos bien sobre la
palabra «misticismo!>. Como puede ver usted, hoy mismo 1, el nrzobispo
prohibe a los fieles que vayan a escuchar la obra D'Annunzio, que, por lo
demás, él no conoce. Pero no insistamos sobre estas dificultades ... Desde
un punto de vista artístico no tiene sentido discutir tales mandatos.
Le aseguro que he escrito mi música como si me la hubieran encargado
para una iglesia. Si usted quiere, he hecho música decorativo, ilustrando
con timbres y ritmos un noble texto, y, cuando en el último-acto, el santo
asciende al paraíso, creo haber realizado todo lo que yo senú y experimenté

1 S.gufn n In entreviste el escrilo conminatorio del ~=hispo de Peris ron molivo


del Martirio y ln respuesrn común de ambos eulores.
287

'~- --~
--···- ':- ....:_.,_-

288 Clm1dc Dcbussy La ópera del mañana


pensando en la Ascensión. ¿Lo he logrado? Eso no es cosa~ª- Ya no tene-
(Encuesta de Pierre Montamet)
mos el alma de fe de antaño. La fe que expresa mi música, ¿es ortodoxa 0
n_o? 1:-°
ignoro. Es la núa, la _mla que canta ~on toda sinceridad. Ahora, por
51 le interesa, tengo que decirle que he escrito en dos meses una partitura
para la que, normalmente, me habrla hecho falta un año, y que he puesto
en práctica mis teoría~ -permftaseme la expresión- sobre la música d
escena, que debe ser algo más que ese vago zumbido que acompaña demasia~·
do a menudo a los versos o a la prosa, que debe consdruir un solo cuerpo
con el texto. Y eso es todo ... todo lo que le puedo decir. Vivimos en una
época muy ex.traña donde hay que decir codo, saber todo, publicar todo
¿Cuándo se respetaré nuestro propio misterio? ·

Co111oedi11, 18 de mayo de 1911

1.0 ¿Estin1a 11sted que la Opera, e11 s11 estado actual, responde a las
'necesidades de la nuísica, de la da11za y de los decorados r11oder11os?
2.º ¿Cree 11sted que es posible n1odificar sus 1radicio11es?
3.ª ¿Qt1¿ reforn1as le p11recerí1111 1ítiles en c11a11lo a la llltísii:a, la d1111z11,
111 sala, los decorados, la p11esta en escena, el vesltiario?

Aunque Ja sala y el escenario de la Opera fueron construidas con objeto


de que el teatro meyerbceriano desplegase allí sus pompas de oropel, hay
que reconocer que el dramn wagneriano se encuenua allí a sus anchas.
¿Por qué, entonces, los compositcires de hoy no habrlan de encontrar
una fórmula nueva que conviniese a nuestra Academia nacional de música?
En mi opfni6n, podrfan adaptar y rejuvenecer --quitindola sus arrugas-
la vetusta ópera-ballet de nuestros Rntepasndos; o si no decidirse a crear
una forma de arte Hrico enteramente nueva.
Nada es mis diffcil que orquestar para la Opera; en esta inmensa nave,
la insti:umentación parece endeble o sobrecargada. Si los músicos no reme-
dian este defecto, ¡que traten de hacerlo ingenieros y arqukectos!

Exi;elsior, 15 de septiembre de 1913

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Claude Debussy nos cuenta sus proyectos de teatro


(Entrevista de Maurice Montabré)

SI, se v11 11 reponer Pelléas et Mélisa11de. ¡Claro que me ¡¡grad11! Pero


no 1tanlo como se podría creer. Pues el éxito -si hay éxito- ha tardado
en llegar. El público no tiene gusto. Nunca lo tendrá.
a
Se habló de poner La Boite ¡ou;aux en la Opera Cómicn 1. Los deco-
rados y la puesta en escena fueron concebidos por ese perfecto dibujante
que es Hellé. A Gheusi le entusiasmaría que se pudiese realizar el proyecto.
¡Pero va a ser muy difícil! La Opera Cómica no es más que un teatro y,
paro esta obra, hado falta un marco tnl, tales condiciones de interpreta·
a
ción ... ¿Sabe en qué consiste, verdad? Lo Baile jo11jo11x seda una panto-
mima que escribí en los dlbumes de Navidad y de Año Nuevo ¡para los
niños! Serfa, sin más, una obra para divertir a los niños. Se reunirían esas
piezas de álbum, se harían eres cuadros con ellas ...
lLa intriga? ¡Oh!, muy simple: un soldado de cartón ama ll una muñe-
ca y trata de demostrárselo; pero la bella le engaña con un polichinela. El
soldado acaba enterándose y suceden cosas terribles: combate entre solda-
dos de madera y polichinelas. En una palabra, el enamorado de la bonita
muñeca cae gravemente herido en d curso de la batalla. La muñeca lo cui-
da y... todo ac11ba bien .. _.
Como ve usted, es de una sencillez ... ¡infantil! ¡Solo que par11 llevnr
esto al teatro ... ! ¡Para hacer que la sencillez sea natural! Para que los per-
sonajes conserven sus gestos angulosos de figur11s de cortón, su .apariencia
burlesca, su carácter, en fin, ... ¡pues si lo pidiesen la obra ya no tendría
rnzón de ser! ... La verdad es que, por el momento, no veo la posibilidad

1 Proyeclo que fue detenid<J por l~ guerra. la Bolre a joujoux sC es1rcnJrfo finnl-
men1c el 10 de diciembre de 1919 en el Te~tro !frico de Vaudevillc.

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de realizar este proyecto en In Opera Cómica. Aunque, después de todo,
¡nada es imposible!
-En cuanto 11 las Fiestas gala11tes que Charles Morice y yo hemos ex-
traído de los poemas de Verlainc, serún un ballet, una «Ópera-ballet». No
ese~ terminado, ¡ni mucho m'enos! Trabajo en ella, ¡pero no puedo decir
exactamente en qué fecha podré entregar esta obra u nuestra Academia de
música! 2 •

Co111oedia, 1 de febrero de 1914

l Debussy ncobnba de fitmnr con J. Durnnd un rnntrnto poro cslc b.1llec (27 de
enero), no en compniifo de Ch. Morire, sino en fa de l.ouis Loloy. Desde 1912, per-
se¡¡ufa un proyecto, también ~obre culos de Vcr!ainc, bnjo el titulo de CrirJ1e11 amt>-
riJ (ef. Reul{e de 11u1ricolog,ie, 1962, pligs. 4 y )9). Ni uno ni otro vieron In luz.

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