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Consideraba que los únicos dueños del Nuevo Mundo eran los indios y que
los españoles sólo debían acudir allí para convertir a los indígenas. Esta
concienciación motivará que renuncie a to das sus encomiendas e inicie una
campaña en la defensa de los indios, mostrando la acción negativa de las
encomiendas. Su campaña fue dirigida en primera instancia al rey Fernando y
posteriormente al cardenal Cisneros , quien le nombrará "protector de indios" en
1516. La muerte del cardenal motivará que fray Bartolomé continúe su tarea con
el nuevo monarca, Carlos I. Los abusos de los funcionarios serán denunciados
públicamente lo que le valló la enemistad de numerosos administradores,
especialmente de los miembros del Consejo de Indias presidido por el obispo Juan
Rodríguez de Fonsec a .
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Bre ves re fe re ncia s biog r á f ica s s obre Ba rt olomé d e L a s Ca s as y Giné s de Sep úlve d a
Dos años más tarde el Consejo de Indias escucha los planteamientos de Las
Casas, opiniones que causaron profunda impresión en Carlos. Posiblemente
motivado por el con tac to con Las Casas e l 20 de noviembre de 1542 se publicaron
las "Leyes Nuevas" en las que se restringían las encomiendas y la esclavitud de
los indios. A pesar de las innovaciones jurídicas que suponían dichas leyes, Las
Casas censuró algunos de sus contenidos al considerarlas contrarias a sus
principios. Por estas fechas escribió su obra más importan te: la "Brevísima
relación de l a destrucción de las Indias" en la que acusa a los descubridores del
Nuevo Mundo de to do tipo de crímenes, abusos y atropellos.
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Bre ves re fe re ncia s biog r á f ica s s obre Ba rt olomé d e L a s Ca s as y Giné s de Sep úlve d a
JUAN GI NÉS DE L 5EL PÚLVED A ( e n w w w . a rte his t oria . c om ) (149 0 – 157 2/73)
Desde ese momento se inició una guerra dialéct ica en tre Sepúlveda -con la
publicación de "D e justis belli causis apud indios" - y Las Casas -publicando
"Treinta proposiciones muy jurídicas" - que condujo a la celebración de una
reunión de teólogos en Valladolid entre los meses de agosto y septiembre de 155 0
con el objetivo de solucionar la disputa. En la reunión participaron Domingo de
Soto, Bartolomé Carranza y Melchor Cano , sustituido posteriormente por Pedro de
La Gasca. Sepúlveda defendió sus ideas de guerra justa contra los indios a causa
de sus pecados e idola trías, por su inferioridad cultural y para evitar guerras
entre ellos, argumentos a los que ya se había opuesto Francisco de Vitoria . No
hubo r esolución final y cada uno de los contrincantes se consideró vencedor.
Sepúlveda abandonó la vida pública para retirarse a su pueblo natal donde
falleció.
Texto 1
Otra cosa es bien añadir ( 8 ) : que hasta h oy, desde sus principios, no se ha
tenido más cuidado por los españoles de procurar que les fuese predicada la fe de
Jesucristo a aquellas gentes, que si fueran perros o otras bestias; antes han
prohibido de principal i ntento a los religiosos, con muchas aflicciones y
persecuciones que les han causado, que no les predicasen, porque les parecía que
era impedimento para a dquirir el oro e riquezas que les prometían sus cudicias ( 9 )
. Y hoy en todas las Indias no hay más con ocimiento de Dios, si es de palo, o de
cielo, o de tierra, que hoy ha cien t años ( 1 0 ) entre aquellas gentes, si no es en la
Nueva España, donde han anda do religiosos, que es un rinconcillo muy chico de
las Indias; e así han perescido y perescen to das sin fe y sin sacramentos.
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Bre ves re fe re ncia s biog r á f ica s s obre Ba rt olomé d e L a s Ca s as y Giné s de Sep úlve d a
Texto 2
Todas estas universas e infinitas gentes a toto género crió Dios las más
simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas, fidelísimas a sus señores
naturales y a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más
pacíficas y quietas, sin rencillas ni bollicios, no rijosos, no querulosos, sin
rancores, sin odios, sin desear venganza s, que hay en el mundo. Son así mesmo
las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión y que menos pueden
sufrir trabajos, y que más fácilmente muere n de cualquiera enfermedad, que ni
hijos de príncipes y señores entre nosotros, criados en regalos y delicada vida, no
son más delicados que ellos, aunque sea n de los que entre ellos son de linaje de
labradores. [...]
En estas ovejas mansas y de las calid a des susodichas por su Hace dor y
Criador así dotadas, entraron los español es desde luego que las c onocieron como
lobos y tigres y leones crudelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no
han hecho de cuarenta años a esta parte , hasta hoy, y hoy en es te día lo hacen,
sino despeda zallas, mat tallas, angustialias, afligillas, atormentallas y destruillas
por las estrañas y nuevas y varias y nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas
maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado
que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay
hoy de los naturales della doscientas personas. [...]
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Bre ves re fe re ncia s biog r á f ica s s obre Ba rt olomé d e L a s Ca s as y Giné s de Sep úlve d a
Una vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco
principales y señores (y aun pienso que habí a dos o tres pares de parrillas donde
quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capit án o
le impedían el sueño, mandó que los ahogasen; y el algua zil, que era peor que
verdugo, que los quemaba (y sé c ómo se llamaba y aun sus parientes conocí en
Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas
para que no sonasen, y ati zóles el fuego hasta que se asaron de espacio como él
quería. Yo vide to das las cosas arriba dic has y mucha s otras infinitas.
Y porque algunas veces, raras y pocas, mataban los indios algunos con
justa razón y santa justicia, hicieron ley entre sí que por un cristiano que los
indios matasen habían los cristianos de m atar cien indios.
“Con perfecto dere cho los españoles ejercen su dominio sobre éstos
bárbaros del Nuevo Mundo, e islas adyac entes, los cuales en prudencia , ingenio y
todo género de virtudes y humanos sentimientos son tan inferiores a los
españolas, como los niños a los adultos, las mujeres a los varon es, como gentes
crueles o inhumanos a muy mansos, exa geradamente intemperantes a cont inentes
y moderados, finalmente estoy por decir cuanto los monos a los hombres" (1941,
p.101, 1951, B.33 .y n. 808) .
"¿No es todo eso prueba de que ellos son siervos, por naturaleza… barbarie
o innata servidumbre?". (1941, p. 1 0 9, 1951, p. 36-37) Hombreci llos tan
bárbaros, t an incultos, tan inhumanos"... (1941, p. 11 1, 19 51, p. 37 n. 915)
. . . !
"Bárbaros, pues, violad ores de la naturaleza, blasfemos e idolatras" (1941,
p.145, 1951, p. 71, n.18 11)
"Así pues, ¿cómo hemos de dudar que é stas gentes tan incultas , tan bár -
baras, cont aminadas con tan nefastos s acrifi cios e impías religiones, han sido
conquistadas, con el mayor derecho y mayor beneficio para los propios bárbaro s,
por Rey tan ex celente, piadoso y justísimo, com o lo fue Fernando (el cat ólico) y
lo es ahora el César Carlos, y por una nación piadosa y humaní sima y excel ente
en to do género de virtudes ?". (194 1, p.11 3 , 1951, p. 38).
"¿Qué mayor beneficio y venta ja saluda ble pudo aca ecer a éstos bár baros
que el quedar sometidos al Imperio de quienes con prudencia y virtud y religión,
los han de convertir de bárbaros y a pe nas hombres, en hombres civili zados en
cuanto pue den serlo; de viciosos, en honrados y pro bos; de impíos y siervos de
los demonios, en cristianos y adoradores del verda dero Dios -de la v erdadera
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religión?"' (1941, p. 133, 19 51, p.6 3)
"Afirmo que los bárbaros pueden ser sometidos a nuestro dominio con el
mismo derecho con el que pue den ser c ompeli dos a oír el Evangelio" (1941, p.
139, 1951, p. 65) … "¿Y cómo se han de predicar a éstos bárbaros... si
previamente no se ha sojuzga do a esos bárbaros?"(1941, p. 14 -1, 1 951, p. 67)
“La guerra que los nuestros hacen a esos bárbaros no es contraria a la Ley
divina y está de acuerdo con el derecho de gentes que, (por su parte) está en
acuerdo con el derecho natural y ha autorizado la se rvidumbre y la ocupación de
los bienes de los enemigos" ( 194 1, p. 1 61 , 1951, p. 89, n. 115).
“Perdi da la libertad, ¿cómo han de rete nerse los bienes? (1941, p. 165,
1951, p. 9 2, n. 150).
Ӄste es pues el orden na tural que la ley divina, y e terna manda observar,
tal do ctrina se (confirma con) la autorida d no solo de Aristóteles..., sino también
de Santo Tomás" (1 941, p. 153, 1951, p. 84) (1)
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condición natu ral deben obede cer a otros y rehúsan su imperio" (Sepúlveda,
1941, p. 8 1, 1 951, p. 19)
Pero por otra part e, "el modo racional de vivir" de estos mismos indios
prueba " que no son osos ni monos, y que no carecen totalmente de razón" (19 41, :
p. 109, 1951, p. 37) Por cierto, son "inf elices " que han "nacido, m ás bien para
servir que para mandar" (1941, p. 157, 1951, p. 86), pero todos son mortales,
son prójimos, y socios entre sí , por aquel género: de socieda d qué
amplísimamente se extiende a todos los hombres... y por todos tenemos la
obligación de velar , por ley divina y na tural " ( 19 41, pp. 127-1 29, 1 951, p. 59-60)
"No es verdad... que no haya nada de co mún entr e nosotros y los paganos,
sí que hay, pues son y se llaman compañeros y pr ójimos nuestros y ov ejas del
mismo señor aunque no del mismo redil " (1951, p. 76) " Estando to dos los
hombres unidos entre s í por cierta proximidad y parentesco, y llamándose y a
socios, o prójimos; ya hermanos, muchas son las obligaciones qué deben tener
entre sí uno con o tros, só lo por el hecho de ser hombres” (1 951, p. 80)
Entonces!... (2)