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– secado al aire.
Además de estos cinco métodos de secado, el secado al vacío tiene también alguna
practicidad industriales, especialmente para el secado de piezas cuadradas y para
necesidades de producción pequeñas.
Cada uno de estos métodos tiene sus propias características, que a su vez, afectan en
desempeño y costo a diferentes especies de madera y diferentes espesores. Por lo general
las maderas duras deberán secarse lentamente para evitar que se degraden, mientras que las
maderas blandas requieren un secado más rápido para prevenir la aparición de manchas y
mohos. Esta generalidad no significa que todas las maderas duras se sequen como el roble y
que todas las maderas blandas se sequen como el pino.
Es importante tener en cuenta las diferentes características que estos sistemas de secado
tienen, ya que muchas veces la calidad de secado y los costos están limitados por el sistema
en sí y no por los controles o procedimientos del operador. Adicionalmente, es adecuado
tomar en cuenta la especie de madera para definir la temperatura y velocidad de secado.
Con el equipo y las herramientas adecuadas, y teniendo conocimiento de cómo utilizarlos,
los costos de secado pueden reducirse y las pérdidas por secado se registrará por debajo del
2%.
· Secado al Aire
La madera está dispuesta de modo que permite la circulación del viento a través de la pila
para su secado; es posible que la madera se seque demasiado rápido, llegando a causar
pérdidas, o secarse demasiado despacio, incrementando los costos operativos. Los altos
riesgos de deterioro hacen que éste método sea muy costoso, especialmente para especies
que presentan mayor probabilidad de presentar daños, en función a su espesor.
La madera puede ser protegida de la lluvia y la luz solar con un techo o cobertizo en cada
pila de madera. Los cobertizos reducen deterioros notoriamente, y por lo tanto, hacen
posible secar económicamente especies como el roble. Sin embargo, se requiere de
inversión adicional para su construcción, el tiempo de secado puede llegar a incrementarse,
y factores como la humedad, la corriente de aire y temperaturas no podrán ser controladas.
Este método acarrea muchas desventajas, tales como: período de secado muy largo,
influencia adversa de las estaciones, presencia de insectos, el porcentaje de humedad final
de la madera no llega a ser menor al 13%.
Para que la madera recién acerrada pueda alcanzar un contenido de humedad del 15 al 20%
bajo este método de secado, la valoración media de duración bajo este método se detalla en
la tabla siguiente.
El secado con aire forzado o secado con aire es el cobertizo descrito en el anterior método,
con la inclusión de ventiladores que absorben aire del exterior para distribuirlo a través de
la madera apilada, proporcionando un secado muy rápido, con un mínimo de pérdida por
deterioro.
Como una regla empírica aproximada, la velocidad del aire se registra en alrededor de 700
pies por minuto (FPM) y la trayectoria del flujo máximo de aire es de 20 pies.
Normalmente, se cuenta con 1 caballo de fuerza (hp) de potencia del ventilador por cada 6
pies de superficie en la secadora.
Este método de secado es especialmente atractivo para especies que tienen la propiedad de
secar rápidamente, con bajo riesgo de deterioro, en función a su espesor.
Un depósito de pre-secado es un recinto amplio, con una capacidad de 1,5 millones de pies
de superficie (BF) de madera apilada, en el que se controlan la temperatura y humedad. Los
ventiladores permiten la circulación de aire a través de la madera en el depósito, que a la
vez, alimenta el sistema de escape. Se cuenta con una fuente de calor, normalmente con
bobinas de calefacción de vapor, cuya temperatura se mantiene alrededor de los 35ºC.
Por lo general no cuenta con sistema de humidificación, sino la humedad generada por el
secado de madera. Éste método de secado es el más popular para el roble y otras especies
difíciles de secar. La madera se seca al contenido de humedad (CH) de 20 a 30%, para
luego ser llevada a un horno.
Como resultado de este reciclaje, el secador es muy eficiente en uso de energía. La bomba
de calor funciona con energía eléctrica, ésta tiene la capacidad de 1 caballo de fuerza porpie
de superficie de madera; menores capacidades se utilizan para las especies de secado lento
y mayor capacidad para especies que presentan facilitar de secado. El horno suele estar bien
aislado para evitar la pérdida del calor generado por electricidad. El recinto puede ser de
madera o de aluminio pre-fabricado.
Este es el método probado de secado de madera, que se ha utilizado durante décadas para
las frondosas y coníferas. Por lo general, la calidad es excelente si el equipo está diseñado y
operado correctamente. El secado artificial, con aire caliente, por condensación, o al vacío,
permite obtener un secado de mayor uniformidad; el secado al vacío asegura la eliminación
de una parte considerable de sustancias resinosas. Se deben cumplir con dos funciones en el
secado de la manera:
Este tipo de hornos pueden variar de acuerdo al modo en que la temperatura y humedad son
controladas; entre estos tenemos: hornos convencionales, deshumidificadores y solares.
– Horno Convencional
– Horno Deshumidificador
– Horno Solar
Este horno es alimentado con energía solar. Una vez alcanzado un nivel de humedad
removida de la madera, se requiere una cierta cantidad de calor que no podrá ser
modificada para obtener resultados de secado óptimos. Sin embargo, la fuente de calor no
puede ser prevista, ya que está en función de la energía obtenida de acuerdo con las
condiciones climáticas. Adicionalmente, es adecuado contar con ventiladores alimentados
con energía eléctrica, en la mayoría de los casos.
Hoy en día la mayoría de los nuevos hornos son pre-fabricados de aluminio, con una
estructura de albañilería. Sin embargo, por lo menos dos pulgadas de aislamiento son
necesarios para la conservación de energía y para evitar las temperaturas desiguales en el
interior de la secadora.
CONCLUSIONES