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El presente trabajo busca responder a la temática propuesta por el IX congreso

internacional de investigación y práctica profesional titulado “Psicología, cultura y


nuevas perspectivas”.
Teniendo esto en cuenta, así como también el contexto actual y el lugar que hoy en
día ocupan las tecnología en el mismo, resulta pertinente abordar de forma crítica
algunos aspectos relacionados con las vinculaciones que se producen por medios
virtuales, entendiendo que la tecnología es un posibilitador de esta forma de
relación.
es así que, esta investigación ubica como problema la diferenciación que se realiza
entre lo virtual y lo proxémico, tomándose ambos como opuestos, sin permitir
pensarlos como parte de un mismo sistema. En esta linea el objetivo general se
constituye como la exploración y descripción de las diferencias existentes entre el lo
virtual y lo proxémico.
Tomaremos para el desarrollo autores como Edward Hall, quien introduce el
concepto de lo proxémico para trabajar las relaciones que son posibles mantener
según el espacio y la distancia existente.
además al autor Levy, Pierre quien aborda la virtualización y las implicancias
actuales distinguiendo los conceptos de real, virtual y actual. y Fernández Salazar
quien propone a lo virtual como un real mediado por las tecnologias.

¿Por qué proxémico y no real?


Se puede entender como contraposición a la categoría de lo virtual a lo “real”, es
frecuente oír que los dispositivos virtuales aíslan y sustraen a las personas del
contacto con la “realidad”. Sin embargo si tenemos en cuenta el enfoque
constructivista, Es el ser humano quien suele crear sus sistemas de significado en
los cuales se encuentra inmerso y en continua interacción, generando cambios en
el sistema y viceversa. Podríamos afirmar que eso a lo que llamamos “real” no es
más o menos significativo que aquello a lo que llamamos virtual. suponemos que
ambas son creaciones del hombre que en algún punto terminan trascendiendo al
mismo.
“Lo virtual no es, en modo alguno, lo opuesto a lo real, sino una forma de ser
fecunda y potente que favorece los procesos de creación” (Levy,1995).

De esta manera es que se incluye el concepto de lo proxémico como una


herramienta para pensar aspectos relacionados a la vinculación de las personas sin
generar una contraposición con lo virtual, sino más bien incluirlo dentro. De esta
manera se puede introducir la hipotesis de que los espacios virtuales generan en el
ser humanos efectos similares a la interacción que se produce en los “espacios
real”

Continuando con esta línea de pensamiento las interacciones que se producen por
medio de las redes sociales pueden evocar pensamientos, sentimientos y
emociones con una intensidad similar a la que se puede generar en un encuentro
con las distancias categorizadas por Hall.

Lo virtual

se puede entender a “lo virtual”. como un ​“real mediado por las tecnologías”
(Zalazar, ) ​pero además com su etimología lo marca, una fuerza o potencia. La
virtualización tiene que ver con una dinámica del mundo común, eso por lo que
compartimos. Lo virtual, lejos de poder categorizarse como una mentira es un modo
de vivir donde se presenta tanto la verdad como la falsedad.

Lo virtual no se puede ubicar en un espacio concreto, no responde a coordenadas


precisas, sin embargo esto no alude a una inexistencia sino a una reconfiguración
de potencialidades, entre ellas comunicar y unir. En primera instancia genera
efectos y en un lugar más alejado del pensamiento común termina asentándose
sobre un espacio físico.

(​http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=23
3:educacion-y-tics-de-lo-estatico-a-la-interaccion&catid=17:investigaciones&Itemid=
1​)

Lo proxémico
El concepto de lo proxémico es introducido por el Estadounidense Edward Hall, a
mediados del 72’. En su libro “La dimensión oculta” trabaja aspectos relacionados
con los parámetros subjetivos y las distancias físicas que un sujeto mantiene con
otros pares, entiendo las singularidades que se establezcan en el ambiente. Este
autor afirma que las distancias que se establecen entre los sujetos son medibles en
función del tipo de interacción que se establezca.
De esta manera resulta pertinente mencionar las clasificaciones que Hall establece
en relación al espacio y la distancia que se ponen en juego. En relación al espacio
se distinguen cuatro subcategorías. En primer lugar, el espacio público, al cual no se
le atribuye ninguna función definida a los sujetos que lo atraviesan, sino que son
espacios sociales, por ejemplo, aeropuertos.
Hall define además un segundo espacio denominado “habitual”, también de carácter
público, pero mayormente transitado. En un tercer espacio, llamado de interacción,
se establecen roles claros y conductas que se deben llevar a cabo, ejemplo:
universidades, hospitales, instituciones en general.
El espacio corporal, se dan en vínculos íntimos, y tienen acceso a él los individuos
que mantienen un alto grado de confianza.
Por otro lado, el autor señala que existen cuatro tipos de distancias sociales las
cuales son categorizadas habitualmente en función de la distancia física. Estas
distancias serían subcategorías del espacio corporal, informal o personal.
Distancia Intima: se establece entre 15 y 45 cm, suelen ocupar esta zona los
amigos, pareja y sujetos que integran el grupo familiar. Se debe experimentar por
parte de los sujetos un alto grado de confianza y puede estar implicado cierto grado
de unión de carácter emocional, generándose así una comunicación visual, táctil y
auditiva.
Distancia personal: se da entre 45 y 120 cm. Estos tipos de acercamientos se dan
generalmente en oficinas, reuniones y fiestas, implica que al estirar el brazo se
llegue a tocar a la otra persona con que se interactúa.
Distancia social: se establece entre 120 y 360 cm. Y se conceptualiza como la
distancia que nos separa de un extraño. Hace referencia a la falta de relación que
se configura entre los sujetos.
Distancia pública: es aquella que se da a más de 360 y no posee límites. Es la
distancia ideal para dirigirse un grupo de personas y es la que se utiliza en
conferencias, coloquios o charlas.
E. Hall sostiene que:
El estudio de la cultura, en el sentido proxémico, es el estudio de cómo las
personas, utilizan su aparato sensorial en diferentes estados emocionales durante
actividades diferentes, en relaciones diferentes y en diferentes ambientes y
contextos. No hay técnica de investigación suficiente por sí sola, para abarcar en
toda su amplitud un tema tan complejo y multidimensional como la proxémica
(Ingrese cita).

A partir de esto, también es posible decir que, si un sujeto no considera la


complejidad que presenta la relación entre el hombre y el medio, puede ser debido a
la existencia de dos nociones erróneas: “que todo efecto tiene una sola causa e
identificable y que las fronteras del hombre empiezan y acaban en su epidermis”
(citar aquí).
Esto nos permite incluir la propuesta que el autor introduce respecto del hombre y
“sus prolongaciones”. En esta línea se destaca la advertencia que nos propone Hall
diciendo que cuando un órgano y a su turno un proceso excede sus prolongaciones:
“la evolución se acelera de tal manera que posibilita que su prolongación lo
reemplace” (ingrese cita).
Aquí nos es posible concebir a la llamada prolongación de diferentes maneras, por
un lado, como la continuidad y especialización de la relación de los organismos y su
medio. Y por otro, el uso de las tecnologías –como internet- como un modo de
mediar la relación entre las personas.

De aquí en más en más queda interrogarnos si la teoría de Hall es un modelo


pertinente para pensar lo que acontece en la actualidad en relación a lo virtual.
Como ya se dijo el autor propone un esquema para trabajar los espacios y las
distancias entre las personas que no contempla la categoría de lo virtual. Queda
excluido todo aquello no sea plausible de referirse a un espacio físico determinado,
lugar donde ocurriría la interacción humana. Ahora bien, si tomamos a lo virtual
como una forma de interacción que es mediada por las tecnologías que no se define
por una distancia, abordable físicamente, pero que evoca sin embargo una reacción
por parte de quien la manipula resulta pertinente explorar qué lugar ocuparía en el
esquema de Hall, esta instancia, que bien podría ser ubicada como una línea recta
transversal que trasciende y atraviesa los límites que el autor delimita por medio de
circunferencias.
esquematicamente

Esta forma de repensar a lo virtual en el esquema planteado por Hall en “La


dimensión oculta” obtiene su razón de ser gracias a los postulados de Pierre Levy,
quien propone, respecto a la virtualidad y su relación con el cuerpo, que ​“La
virtualización del cuerpo no es por tanto, una desencarnación sino una reinvención,
una reencarnación, una multiplicación, una vectorización, una heterogénesis de lo
humano​” De esta manera permite incorporar el fenómeno de lo virtual y las
tecnologías de la información que atraviesan a las personas en lo cotidiano y dejar a
un lado la discusión de lo virtual como opuesto a lo real y deconstruir algunas
cuestiones inherentes a estas nuevas producciones de comunicación y los vínculos.
La razón por la cual lo virtual es presentado como una línea transversal tiene que
ver con el corte en la distancia proxémica que se realiza gracias a la pérdida de la
espacialidad física, pero el mantenimiento de la intensidad en los vínculos .
Otra cuestión significativa es la alteración en el límite entre lo público y lo privado,
entendido como la zona íntima que pierde su definición. Llo privado se vuelve
público y visceversa, las fronteras de lo propio y lo estatal se diluyen
permitiéndonos entender lo que sucede con el material que se publica en las
mayorias de las redes sociales.
En este sentido los vínculos que se generan por medio de aplicaciones como
Tinder, Facebook, instagram o incluso aquellos videojuegos que permiten a los
usuarios interactuar entre sí (Counter Strike, League of legends, Lineage II, Metin)
habilitan a un espacio de interacción entre los usuarios, no menos importantes que
la interacción que se produce mediante una relación proxémica de cualquier grado o
distancia.

Conclusión:

La virtualidad se establece como un fenómeno que tiende a ser peyorativizado por


el corte que se establece con el contacto directo de los objetos, sin embargo como
profesionales del ámbito de la salud mental que se dedican a estudiar el
comportamiento de los sujetos en situación debemos tomar en cuenta que las
experiencias que atraviesan las personas que interactúan por medios virtuales no
son menos significativas o carentes de sentido.
Por otro lado, la teoría del Edward Hall resulta pertinente para introducir la
virtualidad dentro del campo de lo proxémico, pensar como ésta atraviesa lo público
y lo privado de las personas y como permite establecer un tipo de vínculo que
trasciende lo espacial concreto, los límites geográficos y el tiempo que se
establezca en el lugar donde se emite y se recibe el mensaje. Donde incluso habilita
una nueva práctica psicológica y en este sentido la terapéutica puede establecer
efectos incluso si paciente y terapeuta no se encuentran en la misma habitación. o
al menos no hacer oido sordo a estas cuestiones que están atravesando las
subjetividades de quienes acuden a los espacios de consulta, y a partir de las
cuales se pueden pensar varios de los padecimientos actuales

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