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UNIVERSIDAD NACIONAL

AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE QUÍMICA

Ciencia y Arte

Museo de San Carlos

FRANCISCO JAVIER COLLÍ PINTO

Grupo: 2
Horario: Martes y Jueves 3:00 pm - 4:30 pm.

1 de abril de 2018
Introducción.

El museo Nacional de San Carlos se ubica en el centro histórico de la ciudad en la


calle de Alvarado, cerca de la iglesia de san Hipólito.

La parte más interesante de dicho museo es la exposición de arte gótico que se


encuentra en el segundo piso; sin embargo, también hay partes interactivas del
museo, cómo ponerte trajes antiguos para poder tomarte fotos.

Además, el museo incluye una parte de “ciencia y arte”, en esta parte de las
exposiciones góticas incluyen cómo la ciencia contribuye a la conservación y
restauración del arte.

Historia del museo.

El inmueble de estilo neoclásico que alberga a este museo data de finales del siglo
XVIII. Su edificación, atribuida al arquitecto valenciano Manuel Tolsá, correspondió
al antiguo palacio del conde de Buenavista, habitado posteriormente por el general
Antonio López de Santa Anna y la familia de Iturbe. Durante el siglo XX tuvo varios
usos, entre ellos fábrica de cigarros, oficinas de la Lotería Nacional y sede de la
Preparatoria Nacional núm. 4 de la UNAM, hasta que en 1966 fue cedido al INBA e
inaugurado como Museo de San Carlos en 1968, y como Museo Nacional en 1994
por decreto presidencial. Su acervo proviene de las galerías de arte de la Antigua
Academia de San Carlos, fundada por Carlos III en la Nueva España; está integrado
por obras de artistas europeos que donaran la Academia de San Fernando de
Madrid y la Academia Mexicana de Pintura, así como por coleccionistas privados.
En él se pueden apreciar obras de Rubens, Carrucci, Tintoretto, Zurbarán, Goya,
Ingres, Clavé y Sorolla, entre otros grandes maestros de la pintura europea. Cuenta
con 10 salas de exhibición (seis permanentes y cuatro temporales), biblioteca,
librería y cafetería. Ofrece talleres, cursos, visitas guiadas y actividades culturales.

El edificio que alberga al Museo Nacional de San Carlos ha sido sede de la Prepa
4, de la Lotería Nacional y en principio, oficinas de la Tabacalera Mexicana. Hasta
1968 empezó su historia como museo. La edificación es parte del legado de Manuel
Tolsá, arquitecto y escultor valenciano que construyó este recinto como una
mansión para el segundo hijo de la Marquesa de la Selva, función bajo la cual
incluso fue anfitrión de un baile para el entonces emperador Maximiliano de
Habsburgo y su esposa Carlota.
Vale la pena observar sus escaleras, pues no tiene remaches y están sostenida una
sobre otra. Con un temblor pierden su estabilidad, pero no colapsan. La esencia
arquitectónica del Museo es del barroco tardío mezclado con elementos
neoclásicos. El edificio fue construido entre 1798 y 1805 como casa de campo del
Conde de Buenavista.
El Museo Nacional de San Carlos resguarda desde 1968 uno de los acervos de arte
europeo del siglo XIV a principios del XX más importantes de Latinoamérica.

Historia de la colección.

La colección tiene su origen en la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San
Carlos de la Nueva España a fines del siglo XVIII. Personajes como Jerónimo
Antonio Gil, Fernando Mangino y Martín de Mayorga realizaron gestiones ante la
autoridad virreinal para que fuera fundada una escuela de grabado. El 4 de
noviembre de 1781 fueron dadas las primeras clases de la nueva academia. Para
la labor académica de la pintura y la escultura, eran utilizados modelos de diversas
obras tanto de la antigüedad griega y romana como de obras maestras del arte
europeo. Las autoridades de la nueva institución y algunos profesores de la misma
iniciaron la conformación del acervo, que en 1786 tenía 124 piezas provenientes
principalmente de donaciones particulares y centros religiosos clausurados.1
Asimismo, se integraron al acervo sancarlino libros, estampas, esculturas y dibujos,
debido al espíritu de la Ilustración que ya había permeado en territorio americano.
Es posible hallar dentro de los acervos de principios del siglo XIX a autores
como Gérard Seghers, Juan Carreño de Miranda, David Teniers, José de
Ribera y Pedro de Campaña.

Posteriormente se fue incrementando gracias a las obras de los mismos maestros


y alumnos de la Academia, junto con aportes de la Academia de San Lucas en
Roma y de conventos clausurados, además de colecciones particulares. Finalmente
se incorporaron obras de la Colección Pani, de la colección de la Secretaría de
Hacienda, Crédito Público y del gobierno de México.

La exposición permanente está clasificada por periodos del arte:

 Gótico
 Neoclásico
 Renacimiento
 Romanticismo
 Manierismo
 Impresionismo
 Barroco
 Academia en México
 Rococó
 Realismo
Las 3 obras que me llamaron la atención.

Sebastián Gómez, el Mulato, Granada 1646 (Sevilla, 1682)


Aparición de Jesús a santa Catalina de Siena, s.f.
Óleo sobre tela
Proveniencia: Procede de las colecciones de la Antigua Academia de San Carlos

Justificación: Elegí esta obra porque me parece bella la imagen de santa Catalina
de Siena recibiendo de mano de Jesús dos coronas. La corona del rey y la corona
de espinas.
En general, la historia de santa Catalina Benincasa se me hace de las más
apasionantes, una mujer con más pantalones que todos los hombres de su época
incluyendo al Papa, las dos coronas que recibe de parte de Cristo marcan la
totalidad después de la aparición que tiene en su cuarto, cuando se reusaba a salir
al mundo. Elegí esta obra por la admiración que tengo de esta mujer, como ella muy
pocas han existido a lo largo de la historia.
Bernardo Strozzi,
Génova 1581 – Venecia 1644
San Francisco de Asís, s.f.
Óleo sobre tela
Proveniencia: Procede de las colecciones de la Antigua Academia de San Carlos

Justificación: Elegí esta obra porque es del hombre a quien debo mi nombre,
Francisco, el pobrecillo de Asís. Existen tantos mitos y verdades alrededor de uno
de los hombres más polémicos e impresionantes de la historia y tengo el honor de
llevar su nombre.
Esta pintura evoca en mi admiración, admiración por un hombre cargado de
sufrimientos, alguien que comprendió la muerte (por ello el cráneo), la muerte a la
que el mismo llamaba “hermana muerte” y la tenía con reverencia y deseo, deseo
que se puede alcanzar a ver en la manera que sostiene el cricifijo, sabiendo que
Cristo es el único que lo puede librar de las garras de la “hermana muerte”. Me
impacta también los estigmas en las manos que recibió en el monte Alverna. No es
mi pintura favorita de él, pero, como todo lo que tenga que ver con Francisco, me
impresiona y me encanta.
Luis Morales, El Divino,
Badajaz, 1515 – 1586
La Virgen enseñando a escribir al Niño Jesús, s. J.
Óleo sobre tela
Proveniencia:
Acervo de las antiguas galerías de pintura de la Academia de San Carlos

Justificación: Elegí esta obra porque me provoca mucha ternura, la Madre de Dios
enseñando a escribir a su Hijo. Me parece una idea muy fuerte porque implica la
responsabilidad de una jovencita de 15 años (aproximadamente esa edad tenía la
Virgen María cuando concibió al Hijo de Dios según la Tradición) que es paciente
para enseñar a un niño, que aun sabiendo que también es Dios, sabe que necesita
de los cuidados maternos, porque se ha hecho la creatura más sencilla, más
humilde, e incluso entre el reino material (humanos, plantas y animales) la creatura
más dependiente de crianza y la madre toma la responsabilidad de formarlo y
hacerlo un hombre de bien, aun sabiendo que en sus manos sostiene a la Sabiduría
misma. Por eso me gustó.
Iconología e iconografía de una obra.
Francisco de Zurbarán,
Fuente de Cantos (Extremadura), 1598 –
Madrid, 1664
San Agustín, s. J.
Óleo sobre tela
Proveniencia:
Procede de las colecciones de la Antigua
Academia de San Carlos.

Iconografía: La imagen evoca sabiduría, un


hombre mayor, caminando por la playa, lo
cual evoca tranquilidad, medio propicio para
reflexionar. Además, parece que sostiene en
las manos una Biblia, lo cual parece indicar
que está estudiando o reflexionando el texto.
En el fondo se ve el mismo hombre hablando
con un niño, lo cual parece referir inocencia y
amabilidad. Además, en lo personal me trae
nostalgia porque me trae el recuerdo de mi
papá hablándome de san Agustín, obispo de
Hipona.
Iconología: Claramente, además de que el nombre lo dice, la imagen es sobre san
Agustín. Tiene los ornamentos de los obispos, claramente se puede ver la “Mitra”
en la cabeza de san Agustín, quien fue obispo en Hipona, además de que tiene un
libro en las manos, en la tradición cristiana san Agustín es reconocido como uno de
los filósofos más importantes de toda la cristiandad.
Por último, una antigua tradición cuenta que san Agustín un día iba caminando por
la playa tratando de comprender el misterio de la Santísima Trinidad, cuando se
encontró a un niño que hizo un agujero en la tierra y con ayuda de una conchita
llevaba agua del mar y lo ponía en el agujero, san Agustín le preguntó al niño que
es lo que estaba haciendo y el niño respondió que tratando de meter toda el agua
del mar en su agujero. San Agustín sorprendido le preguntó que si no se daba
cuenta que era ridículo tratar de meter la inmensidad del mar en un pequeño
agujero, a lo que el niño respondió: “así de ridículo es pensar que puedes
comprender la inmensidad de Dios con tu pequeño cerebro”.
Parece ser que esta pequeña historia es la que el autor de la obra plasmó en el
fondo de la misma.

Conclusión.

En lo personal el arte cristiano me encanta, me hace recordar muchas cosas que


he leído, a quienes me formaron en mi más tierna infancia y a quienes me enseñaron
aun en mi adolescencia. Ver imágenes de santos me hace admirar todo lo que
hicieron y comprender un poco más de cómo fue su vida, personas reales con
virtudes y defectos como nosotros que han alcanzado la gloria, me llena de emoción
y ganas de practicar una vida virtuosa.

Por otro lado, ver imágenes sobre la vida de Jesucristo me llena de amor, aunque
sea una imagen de sufrimiento, pensar que por mí hizo todo lo que hizo, y que no
puedo hacer más que regresar al mundo ese amor que recibo. Además, me llena
de placer saber interpretar la mayoría de las obras, a este museo fui con mi novia y
fue muy bonito que en cada parte del museo yo le iba explicando las obras de arte
cristiano, tanto que incluso los guardias se acercaban a escuchar mientras yo
narraba historias que tenían que ver con lo que en el cuadro se plasmaba.

Referencias
GANDARILLA, M. R. (2006). Los relingos de la ciudad central y sus posibles recuperaciones. Ciudad
de México: UNAM.

Local.mx. (2 de Abril de 2018). Obtenido de https://local.mx/cultura/arte/museo/museo-nacional-


san-carlos/

México es Cultura. (2 de Abril de 2018). Obtenido de


http://www.mexicoescultura.com/recinto/54477/museo-nacional-de-san-carlos.html

Museo Nacional de San Carlos. (2 de Abril de 2018). Obtenido de https://www.mnsancarlos.com/

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