Sunteți pe pagina 1din 505
Niklas Luhmann ANTHROPOS Loren Pa beraeortg Paste WN UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA, BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO ‘ (CENTRO DE INFORMACION ACADEMICA ‘Lubmann, Niklas. La ciencia de la sociedad / Niklas Luhmann ; traduccién de ‘Pappe, Brunhilde Erker, Luis Felipe Segura ; bajo la direccién de Javier Tortes Nafarrate. 516)p. : 23 cm. (Autores, texios y temas, Ciencias Sociales ; 10) 1. Sistemas sociales. 2. Diferenciacién (Sociologia).. 1. Pappe, Silvia. TL. Torres, Nafurrate, Javier, IL. IV. Serie. HM 131 (1918/1995 | SNC Rhe nn oF an Titulo en alemén Die Wissenschaft der Geseltschaft Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 1990 ISBN 3518-58065-5 Primera edicion en espafiol: 1996 © Subirkamp Verlag, 1990 © Universidad Tberoamericana, A.C, 1996. Pro, Paseo de a Reforma 880 (Col. Lomas de Son Fe or210 Metien, DF. En cosdicién con el Instituto Tecnoligico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Guadalajara, México, y Editorial Anthropos, Barcelona, Espatia ISBN: 968-859-21 1-0 ISBN: 84-7638-491-1 Fotocompasicin ¢ impresion: Disefio y Letres.S.A, de.V. Cuenca No. 1A. Col, Alamos. México, D-P. Se tiacon 2,000 ejmnplares. Impreso y hecho en México “Printed and made in Mexico, “Too los dcteston rscwade a yon yest ep tle pare, egsrac en, curd rut se ce recupercn de nfomacis eng fer prog eed, ‘Senin. foowinio. cerns, maton, eccrin, os fcoia caulfuer OF. eho Preprint Capitulo 4 Verd Capinalo 6 Reds Capitulo 7 Refl Capfuslo 8 Evol Capinilo 9 Cen Capitulo 10La n Andice de materi Capitulo 4 125 Capitulo 5 NT Te MTs ae ere Tie eG Capitulo 6 Reducciones correctas uu SL Capitulo 7 Reflexién Capitulo 8 Evohicion ... 5.5... Capitulo 9 Ciencia y Sociedad... eat omegaR 435 So Capitulo 10La modemnidad de la ciencia oce Andice de materias 6... eee eye e seve tte ieee e tee aNo. 1A. sesimpsemdien fmoede nei ‘ova yer Prologo Con el tinulo de La Ciencia de la Sociedad queremos indicar que Ia ciencia no seri tratada aqui como un observador que oscila libremente sobre el mundo, sino como, ‘una empresa de la sociedad que produce: conocimiento, y formulado con inayor ‘precision, como el sistema funcional de la sociedad. En este sentido, nos ubicamos, en el misino plano de las investigaciones sobre la socieciad relativas a su economia, politica, derecho, eteétera. Sin embargo, en el aimbito de la cencia nos topamox con tna afirmacién prefe- ‘eoclal determinade por la aden; no como en] cao de la politica. por una posicién ¢» lx sociedad, sino por una posicién acerca de ella Porque a queremos conocer la socledad, el primer paso es hacerse cargo de las condiciones de posibilidad del conocimiento, y ésta es una tarea que ha de levarse a cabo antes de que nos ocupemos de éste o de cualquicr otro objeto, Ahora bien, édonde vamos situaresta posicién que se encuentra fnera de la socie- dad? ¥ ademas suponicndo que esa posicién fuera posible, équién estaria en candicio- snes de observaria? ’ Influida por los andlisis lingafsticos, la filosoftanalities ba podide dar pa- sos importantes para integrar las condiciones soctales-en la\epistemologia al centrarse en las aseveraciones y el discurso'piblico come formas rie bisqueda dela verdad. FANN constructivismo socioepistemolégico, ni las del a fuerte de investigaci -sodtocientifica permitian aqut wn enlaes, por logue la brecha ta prevorsdoun biten matimero de estériles controversias y malentendidos: " __ Nuestra pretension es superar este impasse con Jn tesis'de quewna'teoria dl conoc- “mento apropiada debe ser adlcouada auoa sociedad funcionalmentediferenciada, Esto. ‘una teorfa del conocimiento debe tener en cuenta be liferenciaciém cle un sistema ‘omal de la cencia y hacer de esta posiilidad misma un objeto de reflexién: Es posible que la ainica manera en la que la filosofla pudicra reivindicar su dere- ‘@ you sea ahondando én los probleinas epistemolégicas y considerarlos camo | - “auestiones previa, es decir cuestiones que exigen una clarficacién previa al inicio | ‘dela investigucién cientifica propiamente dicha, o bien considerarlos como proble- - (elaboradas de mas que no pueden ser elucidades por medios empiricos. oa figuras) causan En consecueneia, la Filosofia se encuentra obligada a proponer distinciones den- Elicaso ded ‘tro de las cuales ella mistna pueda encontrar su Ingar. La distincién analiticoysintéti- empantanan er ea consagrada por Kant constituye hasta la fecha la oferta ms exitesa al respecto, Pusitos a toma Las ciencias cognitivas (que en nuestros dias son predeminantes) proceden, sin Evidentemen smbargo, de modo diverso, Ciertamente con frecuencia parten de un punto que contiene realms desde una perspectiva epistemolégica no ha sido objeto de reflexién critica, Ex de- que llevar a cab dr, presuponen que existe una realidad a la que podemos aproximamos con apara- aportarsu prop ‘tos epistemoldgicos susceptibles de una investigacton empfrica, aunque pueda darse cuparemos de tun grado de dependencia sistemstica sumaimente diverso. Estas disciplinas desarro- En leontext Tian una especte de constructivisino que resuelve su problema de la realidad de bimosta ciencia ‘manera plural, Un constructivismo asi se presenta en el caso de Lorenzy de otros, !o difereuciarse ba ‘que resulta provechoso para la vida. como una referencia al mundo externo. dad operativa p ‘Sin embargo, con ello no se da tna solucién satisfactoria al problema del conoci- que no lo ex. miento (y en este punto habria que reconocer lo justo de las pretensiones de la Laautoobsen filosofia), sino s6lo se le abandona de manera plural. Fisica y vita, sinc En el momento mismo en el que Boltzmann enuncia las leyes de la termodingmmi- iiferenciacién d asin que puedan ser verificadas en el plano molecular de la materia, se plantea un satisfecha una st problema adicional: el de la realidad de la probabilidad de la ent gran nimero de ‘Probabilidad es un concepto que presupone un observador. Ahora bien ¢observa que Ia unidad 0) el observador su propio decaimicnto termodindmico? éSe observa a sf mismo como trabajo recursivo su propio chjeto? ¢O més bien se ve obligado por sus propias observaciones, ¢ inde La poribilidae pendientemente de quién sea, a concluirlas condiciones de posibilidad precisamen- nos. Gomo es qu te de estas observaciones (en este caso, negentropia)? Investigacion qui [La genética —no importa cual sea st tipo—enfrenta el mismo problema. ¢Quién seplantee como © qué es lo que realmente discrimina la construcci6n de un cietto orden? Cierta- cia autologica de mente no 6s la informacién Ia que lo hace. {Debemos conjeturar la existencia de un Expresado de observadar, o de plano suponer, como hace Ranulph Glanville, una autoobservacién dela diferenciac como discriminacién constructiva de los objetos? muestros dias— + Casi todas las disciplinas se interesan cn la actualidad cn este tipo de proble- yviceversa. smas; desde la fisica hasta la sociologia, pasando porla biologia, la neurofisica, la Se trataria en psicologia y la lingtifstica. El problema socioepistemologico de la verdad se ha sociedad moderr sonvertico en un problema de todas las disciplinas. Podemos siempre pregun- Jes som lon conc] famos por las condiciones fisicas, lingifsticax y sociolgicas del conocimiento; de sit autodiferes ‘pero la investigacién que se eve a cabo en tomoa ello debe ser siempre autolégica, suficiente result: es decir, debe tener en cuenta las consecuencias que de alli se desprendan para Posmoderidad? nuestra propia actividad. Elector impac Un circulo de este tipo no ¢s, en forma alguna, vicioso. Lo wnico que debemos ticlones, tanto ex ‘pacer es estar atentos a la conversisn de los resultados de investigacién en condicio- snismo que éni'cs “nes de la misma, y tomarse también tiempo para ello. La teorta empirica debe ser frectiencia lo con, ‘suficienteinenie compleja—poniendo en tela de juicio la idoneidad de una logica medio entre estos Jbivalente—como para poder realizar Ia inferencia autolégica. Comparadas con los Por lo demas, k | -wemultados y el progrese alcanzados a este respecto, las teorias del conocimiento medida la causa d seguir ex demasia ‘én previa al inicio arlos como proble- r-distinciones den- 4m analitico/sintéti~ xitosa al respecto. es) proceden, sin ‘ide un punto que sin eritica. Es de- marnos con apara- ungue pueda darse linas desarro- ide la realidad de orenzy de otros, lo do extemo. ‘oblema del conoct- pretensiones de la dela termodingmi- teria, se plantea un rtropia. thora bien Zobserva yaaa{ mismo como servaciones, e inde- oilidad precisainen- problema, Quien erto orden? Gierta- la existencia de un tna autoobservacion sate tipo de proble- (a, la meurotisica, la de Ia verdad se ha os siempre pregun- del conocimiento; rsicmpre aulelégica, ie desprendan para Jinieo que debemos ‘encondicio- {a empirica debe ser Jeidad de una logica Comparadas con los as del conocimicnto {claboradas de mancra autorreferenciabnente aversiva 0 que se sirven para esto de figuras) causan mis bien una impresién secundaria, TEI caso de Popper ilustra fehacientemente la manera en que esas teorias se empantanan en stugerencias metodolégicas, que por suptesto estamos siempre dis= estos a tomar en consideracion y a Tecomendar que sear: observatias, ‘Evidentemente, una licencia general para llevar a cabo una investigaeién autologica contiene realmente-pocas instrucciones. No explica todavia, por ejemplo, como hay ique llevar a cabo exa investigacion. A este respecto las disciplinas cientificas deben Aportar su propio aparato tecrico, correspondicntcmente revisado; en ests obra:nos ocuparemos de la sociologia. En elcontexto de una teoria general de los sistemas sociales autopotéticos, descri- bbimos la clencia como un sistema funcional de la sociedad modema que ha podido diferenciarse bajo condiciones histéricas de marco social y convertirse en una uni~ ‘dad operativa propia, es decir, en condiciones para diferenciar lo verdadero de lo que no 10 6s, ‘La autoobservacién del munclo por parte de los fisicos no tiene que ser solamente Fisica vital, sino que también debe ser posible socialmente; pero esto requiere dela diferenciacion de un sistema social de Ta ciencia, Sin embargo, para ello debe ser Satisfecha una serie de condiciones previas muy diversas. Debe llevarse a cabo un iran niimero de acoplamientos estructurales entre sistema entomo, de tal manera {que la unidad operativa, la sutoorganizacién, no impid, sino que haga posible el trabajo reeursivo en curso con la distinciOn entre autorreferencia y heteratreferencia. La posibilidad de todo esto nos es familiar en cl plano de los fenémenos cot nos. Cdino es que todo esto resulta posible constituye precisamente el tema de la innvestigaci6n que aqui nex proponemos. tor lo demas, el hecho de que el problems se plantee como una cuestion acerca del cémo, da realizacién inmediata ala inferen- cia autol6gica del resultado a la investigacion. srecado de manera max sencilla: lo que nos proponemos es asociar la teoria de la diferenciacién funcional con el radicalismo —aparentemente inevitable en nuestros dias— de los planteamientos epistemolégicos; pasar de aquélla a éstos viceversa. Se trataria entonces, en primer lugar, de vna contribucién a la teoria de a sociedad moderna, Pero al mismo tiempo, nuestra investigacion debe aclarar cua les son los conceptos epistemolégicos que esta sociedad genera debido a ls forma de su autodiferenciacion. Y también, como un resultado secundario: équé tan in- Suficiente resulta conformamot con conceptos como relativismo, pluralismo 0 posmodernidad? El lector impaciente obseryaré un considerable miimero de redundancias y repe- ticiones, tanto en relacién con otras de mis publicaciones como dentro del libro mismo que en este momento tiene ante sf, Sin embargo, se me ha eniticado con frecuenda lo concentrado de mi redaccién, Espero que lo que parece un término medio entre estos dos extremos represente tma solucién defendible, Porlo demés, a dificultad de presentar el tcato de manera lineal ha sido en gran ‘medida la causa de las repeticiones en la exposicién, El curso que la reflexién ha de seguir es demasiado complejo como para una presentacion de este géncto. En rea~ un idad, las repeticiones, Jo mismo que las anticipaciones justifican una arquitectara teérica no lineal! Lasideas fimdatnentales de este libro fueron presentadas y discutidas en un ma ‘muscrito provisional en un seminario de la Universidad de Bielefeld durante el se- ‘mestre de invierno 1987-1988, Esta prueba de resonancia condujo auna reelaboracién aifondo del manuscrito. Quiero agradecer alos participantes, sobre todo a los miem- bros del Grupo de Investigacion Gientifica de la universidad sus valiosas eriticas y “sugerencias. Me resta ahora decir, como es comin, que los errores que atin persistan son de mi enttera responsabilidad. ‘Niklas Lubmann, Bielefeld, marzo de 1990. ‘oe min piotiems, GJ. Klis archtectré Bf Speems Probiem Solving, NX, Capitulo Concienci: 1 Esusual hablarde alsujeto. Deacuer) Taconciencia del h cendental del ser ! Es muy dificil i Ingar del mundo 4 namiento, Inclusiv to de manera extrs ‘esquina mas cerear Pero tambien el miento se introduc humana. ¥ sine lo ‘en libros, tenemos La investigacion ‘convencién atribut fuera posible. Ahora bien, par mer capftilo precis: ‘en una alternativa La atribueién de Cuando, por ee, medicla de todas ta: sepone en duda; lo nosotros pueda dar * Los usosenteticoss slbnundo etomarlos, pues contenido del Boro conn (una arquitectura wsitidas en un ma- ‘eld durante el se- unareelaboracion stodoalosmiem- valiosas erfticas y ‘que atin persistan, Niklas Lahmann |, marzo de 1990. roblem Solving, NX, Capitulo L Conciencia y Comunicacién I Es sual hablar de conocimiento y ciencia sirviéndose de una conceptualidad referida alsujeto. De acuerdo.con ello, el sujeto del conocimiento eset hounbire o, €n todo caso, 4s conciencia del hombre, o posiblemente el peculiar eolectivo de la Conciencia tras ccendental del ser humano, Es muy diffeil imaginar el conocimiento sin un portador de este tipo: En algén lugar del mundo debe existir,y ser susceptible le adjudicacion, examen y perfeccio- namiento, Inclusive cuando estamos filoséficamente inspirados'y concebimios al suje- to de mancra extramundana, no resulta demasiado problemitice ira buscarlo en la esquina més cercana y preguntar por él. Pero también el conocimiento acerca de los criterios y los controles del eonoci= miento s¢introduce en el mundo, en tltima instancia, a través de la representacién humana. Ysinolo percibimos directamente en los hombres, es deci, lo hhemos leido en libros, tenemos que recordar que los ibros tienen un autor; Kant, por ejemplo La investigacidn que aqui emprendemos depend de que nos apartemox de esta convencién atnbutiva; de cualquier manera, intentarémos procedler como si esto fucra posible, Ahora bien, para que esto pueda lograrse es necesario caracterizar en tin pric ner capitulo precisamente esa convencién, delinear sus consecuencias y adentramnos eu una alternativa teorica, La atribucién de conocimicnto a algo que en la comunicacién se designe como hombre, sajeto, conciencia, individuo, ha tenido enormes conseauendias. Ya en la Glosofia griega las comroversias se dirimian en el marco de esta convenién cotidianamente plausible. Cuando. por ejemplo, en el Teeleo se aborda el problema de si cl hombre es la ‘medida de todas las cosas, la atribuciGn de conocimiento al hombre es algo que no se pone en dutla; lo smico que sc hace esnegar, en nombre del /ogos que catta uno de. nosotros pueda dar hagar, 4 su modo, a un ctiterio de verdad y falsedad, a w308enstionsmedievales que huctan bablar alte como aun autor no han sobevivido. No were bono retomarios, pursto qe en shina imtanci, en raided, poe fo meno ex cnesiones ena, eh ‘contend del Neo como letra debe crignalmente ety poao a su auto. - ‘En realidad, parece natural suponer que el conocimiento existe en todo aquil a se pueda preguntar, para luego tinicamente disputar la arbitrariedad subje- ‘del juicio y seguir trabajando en ese problema. Por lo demas, tampoco en las, ‘controversias tardias acerca del realismo y cl nominalismo se puso en duda la TocalizaciGn del conocimiento en ef hombre, En el curso de talex controversias, ste se convirti6, cada ver mas, en una instancia de su propio conocimiento. En Gerto sentido, se piensa, cl hombre tiene el privilegio de poder equivocarse —el mundo no se equivoca sobre sf mismo— y-por elic.es responsable también de la | correccién de sus yerros. Mientras més claro fue que la negatividad no dispone deun lugar en el mundo, puesto que nada negativo puede srr, mis se estuvo obligado a ubicar el conoci- Iniento (cuya base era la superacion de los errores) clettamente en el hombre, pero al mismo tiempo a localizarlo transmundanamente. Mientras mis se recono- 66 en la observaciOn empfrica un instrummento para la adquisicién de conocimicn- to y control del mismo, mas indicaciones se le presentaban al observador para suponer la existencia dc algo no empirico en si mismo, ¥ mientras mayor fue la aceptacién de esto en relacign con la lgiea, tuvo que reducirse aun mas el tmimdo mismo a algo alégico. Inclusive los axiomas de la Kégica, por ejemplo, el principio demo contradiccién, ‘earecian de un correlato real. Porque es un hecho quest queremos demostrar que-el ‘mundo existe de manera contradictoria 0 consistente, tenemos que echar mano de la prueba precisamente de este principio*. ‘Que ef hombre haya sido visto Finalmente como 1 syido de su conocimiento puede entenderse como tna residvalizacidn de su caricter de portador, como wna specie de sem éntica transitoria aferrada todavia a la atribucion al hombre, a pesar Ge la conciencia creciente de la diversidad étmica, de la diversidad de costumbres y ‘reencias,y de laindividualidad de los hombres, pero que yano pucde localizar esta ftibucién de manera empfrica, sino que la localiza tan s6lo en s{ misma. ‘Sin embargo, en vista de la inmensa complejidad del caracter detallado y de la ripida variabilidad del conocimiento cientifico, este sujeto se convierte en una qui- tera, o como en Husserl, en un rebelde que explica que ni sus experiencias vitales {yeoncretas en el mtindo, ni su creacion originaria ce sentido son tomadas suficien- emente en cuenta en la ciencia. i aclemés tenemos un rechazo de la experiencia Gentifica por parte del sujeto (debido a que aquélla slo es posibleen conceptos), lo ‘mis mathral parece renunciar completamente a la distinci6n entre lo empiric y lo trascendentaP. ‘Dejando de lado todos los supuestos teéricos especificos que tienen que ver can la eonciencia, la rar6n, la subjetividad, podemos caracterizar una teorfa come - spor en sn 11 Ate 8 rao Incr dea cent a he Pr 1985, ial teat ‘como hace Lyotard en Le différendd, Parts, 1983, p.51, este distincién, conserayéndola St'mivms rela anc tn seni cote ames a tascam, teen todo aquél a bitrariedad subje- is, tampoco en las ppuso en duda la les controversias, conocimiento, En equivocarse —el ble también de ts agaren el mundo, ubicar el conock- ne en el hombre, ras mas se recono- jn de conocimien~ Lobservador para atras mayor fie la un ms el mundo no contraciccion. ssslemostrar que el ue e¢har nano de au conocimiento ‘ortador, como tina al hombre, pesar td. de costimbres y suede localizar esta simisina rdetallado y de la fvierte en ana qui- experiencias vitales \tomadas suficien- a de la experiencia Je en conceptos), lo tue lo empiticoy lo encn quevercon la una teoria como Jw myc, Pars 1886, en seinen, elo, con asimowra- La trascendendental cuando no permite el cuestionamiento de las condiciones del co- necimiento por parte de los resultados del conocinniento. Las teorfas trascendenta- Jes obstruyen cualquier inferencia autoldgica que recaiga en st mismuas. Por el contrario, pocemes Hamar empiricas 0 naruralistas aquellas teorfas del ‘onocimiento que no reclaman para sf inguin estatus excepcional en a esfera de los ‘ebjetos del conocimiento, y que pueden ser afectadas y limitadas por la investiga~ ‘didn empirica en el alcance de las opciones abiertas al conocimientot. ‘Concederemos valor esta ensefianza, por lo que renunciamos ala distinc empitico tnecendental que sélo es requerida por aquellastcorias del conocimiento cuyo enfoque es ‘Laidea de que el conocimiento ¢s siempre el conncimiento denn sujeto y de que “un sujcto es siempre conciencia individual ha sobrevivido al derrumbe de la distin- cién entre lo empirico y lo trascendental. Tocavia en nuestros dias, en especial en ‘Jos ambitos filosoficos’, aunque tambien en a vida ordinaria, puede considerarse ‘como una concepeién dominant. Ciertamente podemos llegar hasta la suposicién ide unit conciencia constitutivamente irreflexiva, no referida operativamente a un autoconocimiento y procesadora de los eventos de la conciencia; es deci, podemos Hegar hasta el umbral de lo que en lo que sigue lamatemos auropoiesis, Pero no ‘podemos ir mss lejos. Y sobre todo, seguimos adhiriéndonos a la tesis de que el sujeto consciente constituye cl tinico caso de este tipo. ‘Finalmente, la filosofia analitica ha mantenido una distincién correspondiente de acuerdo con lu forma, pero la ha trasiadado del ayeto al lenguaje. En relacion con el lenguaje, Jo que Ic interesa no es la comunicacion, sino las reglas, que asa ver, con un cardcter borroro determinado por la teorfa, deben constitu el fundamen tode una rpistenologia naturalized. ‘Sin embargo, esta distincién dominante entre lo analiticoy lo sintético no puede ser fundamentada de manera lingifstiea, pues presupane um acceso no empirico a suposiciones cognoscitivas. A su vez, la linghistica tiene que arreglarselas luego con ‘una distinciOn igualmente no empirica entre lenguaje y mactalenguaje’. “Todas estas suposiciones desaparecen cuando, con ayuda de la sociologia, pasa mos del lenguaje a la comunicacién, entendiendo por éstx una operacin dada siempre de manera ficticay que resulta erapfricamente observable. ‘Las ciencias que se enfrentan directamente a la complejidad de las relaciones ‘empiricas no suseriben ya, desde hace mucho, esta tesis. Como resultado de una larga tradieién que es también clara en lo que se refiere a lx atribucién de cono- cimiento a los hombres, es posible constatar una cierta idealizacién del observa dor en la forma de un complejo de mediclas y calaulos. Esto es particularmente “Fc ien conocido, por aspucsin. que peecisamente-esta open en readin con el caricte initable das ‘opciones permite al trancecentalota argument pang. Esto no nosalecta mientras permanezra dentro He tales ites. "Un panoremna de las discuionsr sctiseral rapacto een.cuenta.en Brant. M.Die Unhintegebtbarkait von ndividualiay Prancort, 1280, "Cf, Antony, LAM. “Naturalced Fpistemology ard the Study of Language ex Shimnany, AyNail,D. (cds), Nairn Epitemobbgy: A Serapodum of tve Decades, Dordrecht, 1987, pp. 285.257. 6 ‘ilido en relaciém con la fisica moderna, la cual tefleja mas bien tos efectos de sus instrumentos que-los de las personas que la utilizan. Uno estaria realmente tentado a renunciar a la version subjctiva’ y a hablar solamente de observar o de as observaciones. Sin embargo, una cautela de este tipo no es de mucha utilidad, si contamos con ‘una nica posibilidad de identificaral observador, ¢ identificarlo como ser humano, Fodemos describirlo, como ¢s usual, de manera abstracta, touando en cuenta La ‘carcunstancia de que el hombre hace mis que simplemente observar: Pero en dltima nstancia, se continia suponiendo paral quedesignamos como observacién —y en consecuencia, como conocimiento—un solo sistema de referencia, cl hombre’, Pero 4por qué tenemos que concretar por medio del ser humano como sistema de refe- Fencia lo que entra a formar parte del proceso de producan y reproduccién de ‘conocimiento, cuando sabemos que con ello muestra designacién cs demasiado amn- plia (y-a la ver, demasiado estrecha)? Al mismo tiempo, 1a sociedad moderna, con su extenso saber histérico y culturalmente comparativo, se obliga asf misma a un reconodimiento de ls relatividad de todas las concepciones del mundo y, por lo tanto, de todo conocimiento. En anucstroy dias esta afirmacién resulta yalida inchrsive para Ins ideas acerea del tiem= po. del espacio, del color, etcétera, esto es, para las percepeiones de forma Gestalt de todo tipo. Parecerfa, en principio, que la relativizaci6n y la subjetivacion se apoyan reci- Procamente, proporcionando unaa otra argumentos. Este es precisamente el pun- to emel que hace hincapie Ia hermenéutica historica (o de las ciencias del espiritn) de la filosofia de la vida de Dilthey. Sin embargo, con la atribucién al hombre implicita en cl concepto de sujeto se transmit la idea de que siendo las concepciones del mundo algo relative y subjeti- ‘yo, podrian scr algo que cs objcto de una clecci¢n. Parecerfa entonces que podemos decidimos por éta o por otra concepcién del tiempo, del espacio, de las cosas, de 40s sfinbalos®, Pero éste no ¢s et caso. Si partimas del ser humano individual como “sujeto, encontraremos quesu participacién en las relaciones de comunicacién socia- Jes hace que sus coneepciones se encuentren tan socializadas quc las dnicas liberta- des de decision existentes sean aquellas que'socialmente resulian inteligibles. En “Ste relativismo que tenemos que aceptar no hay ninguna arbitrariedad, sino tan ‘s6lo Ia demanda de les condicionamientos que determinan el cémo de las distincio- “hes: Pero esto equivale.a una cuesti6n empfrica, a una cuestion dirigida al observae _ dor por los observadores, -_— hora nai habla de el (a) chavs}, pero pronto our ses ques pensamon rie alo mejor. pera» ovo jntipreiada descrip ex Atlan op. ct. ver nota 2) pp 228 8. Car sn fun homme mai an time ial eta for wma de mee wm iin ee tal ep de deer fag esis de pa de menue os es el omens phsiare nbayadosde NL) lh rien de esta premisa,véaseambidn Piller, Serial Epistemology, Rlacningtan, isbiem los efectos de no esiaria realmente te de observar'o de \dad, sicontamos con Hocomo ser humane. omando en enenta Ia servar Pero en dliima toobservacién —y en ada, el hombre". Pero omo sistema de refe: in y reproduccién de ones demastado am- \ saber histérico y ‘ento dela relatividad lo conocimiento, En teas acerca del tiem- deforma Gestalide Sens jtecisamente ef pun= joncas del spiritn) moepto dessujcta se ge relativory subjeti- Una de las conseenencias de una epistemologia tan naturalizada (trascenden- aia ex panini ets exit wuiceretreity Ia cea tancia de ‘una descripeidn exacia de los sd cognicin emapirica y la Beanioha! wamall gc eur ee seta tase, Seren Toque Quine querfa decir con este programa €s que estamos obligados 8 considerar _conocimiento como tna acci6n humana! Pero no podemos detenemes allf cusndo también considerames las condiciones sociales de la inyestigacin Gentifica"®. Con ello adlquiere importancia empistemolégica el problema fimdamental de a relacién ‘entre invlividuo y sociedad; aunque precisamente con ello resulte cireular para Ia -comprensién de este problema. En primer lugar, ocupémonos de este citeulo con una constatacién incuestiona- ble. Una sencilla Feflexion muestra ya que ef hombre, consideradlo en au totalidad, “no conoce. Conocer tiene figar debido a la posibilidad de equivocarse. La vida © Jinclusive el cerebro, no pueden errat. La vida participa de manera decisiva en ta ecién de concepciones verdaderas y falsas, y tanto Ia una como la otra si. ducidas por ella de la mistia manera, con las mismas operaciones, con los mis= aparatos. or lo tanto, si de alguna manera queremosatritmit conociniento al ser hunnano, hemes referinlo a su conciencia y reconocer en todo caso a a vids uma participa rnecesaria para hacer posible las obscrvaciones discrimimantes, y en particular, hacer posibles las errores!® La atrihucién al hombre es entonces un astefacto, ceanstruccién, por lo que el problema se convierte en la determinacién de cfm ‘qué se clahora y utiliza, Es claro que una convencién correspondiente en 1o refiere a la comunicacién del saber resulta imprescindhible. Pero si aceptamas Jéno se converte la comunicacion en la observaci6n que utiliza a hombre para poder continuiarse (independientemente de lo que pretenda con esto)? demos llegar al mismo problema si pensamos en coma es que se da en general ion de una distinciGn entre seres humanos y cosas o entre sujetos y obje= Ja mayeria de las ocasiones, esta distincién es simplemente presupttesta, » comnprobada luego en ta introspecci6n. 0, para poder llevat a cabo esta diferenciacién no debe conocerse ni “—¥ por supuesto tampoco Ja propia— persona, ni el objeto. De hecho, ta [percepcion del otro no incluye eu forma alguna sus procesos cons- ‘no hablar de los neurofisiolégicos), We We, “Epistemelogy Natnralzr, en a1 Ontological Relativity and other Exays. N.Y. ‘En rehecidn con Inaunplia dicosy al rexpecte, i: Reenblith. 1, ed}, Nanas, ‘Cauubridge. Maus. 1985, wlenis del whimen ya ctedo de Stumany y Nas, 1967 bran, ape dealer torte atin dedderauin deciteotracionals weaje"Soriatuare =, Rasaegna ancl Sociogha 28 (1987), pp. 391-386, y nbn Rue Cina, Ka “Dis rhe Labo als Ort der Aerdihng von Gesellschaft, en dest Rr Sosilogte 17 teres pee ss enbargs, que Matra opera canenue de maa open, rg eter dee 7h eso 1 a Aopen de a engune. Clem Enns Dhe Organi and ektperng ‘Baimachnti 1088. 7

S-ar putea să vă placă și