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Alguien, convencido de que las obras son necesarias para ser salvos, se le citó otro pasaje de
la Biblia en el libro de Santiago 2:24, diciendo ustedes observan que el hombre es
reconocido por lo que hace, y no solo por la fe. ¿Ambas cosas serán compatibles?, la Biblia
es la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo es su autor. Dios no se contradice. En estos pasajes
existen dos puntos de vista diferentes: lo que Dios puede ver, y lo que pueden observar los
hombres.
Dios conoce perfectamente que hay en nuestras mentes y en nuestro corazón. Él tiene el pleno
conocimiento si cada creyente puede descansar solo en lo que Cristo puede hacer para ser
salvo. De esta única manera, por medio de la fe, es hecho justo ante nuestro Dios. Se `puede
decir que la fe es una demostración de una confianza plena en Dios y no una simple afecto a
un acumulado de dogmas. Para los hombres que seguramente ven el resultado exterior de la
transformación interior, las obras hacen que la fe sea visible. Los hechos de un creyente son
relacionados con lo que hay dentro de sí. La vida de la persona es lo que su fe puede
reflejar.
Existen dos datos que son de suma importancia. Primeramente la fe, para echar mano del
regalo de Dios, y luego los actos, como frutos de la vida divina, de esto podemos ver el
resultado en muchas historias del concepto de Que Es La Fe Según La Biblia como la de la
mujer que padecía de flujo de sangre por un tiempo largo de 12 años.
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Entonces, ¿cuánta fe se necesita para lograr tal cosa? ¡En ocasiones podría parecer como
mucho! En esta historia podrás ver una mujer que ejerció una fe extrema en un acto muy
simple. Esta historia se encuentra en el quinto capítulo de Marcos. También se menciona en
el libro de Mateo y Lucas.
Jesús había viajado en barco a Capernaum, allí se encontró con una gran multitud. “Un
hombre de autoridad en la sinagoga local, se llamaba Jairo, este se acercó y se postro ante Él,
rogándole a Él que sanara a su pequeña hija. ¡Está a punto de morir!, dijo con impotencia.
¡Por favor, acércate y coloca tus manos en ella; cúrala para que pueda vivir! (Marcos 5:23
NTV). Entonces Jesús fue con él y la multitud lo siguió.
Viéndolo desde el punto de vista actual, cuando se trata de algún tipo de concentración o
algún evento como los conciertos, se ha dado el caso que los fanáticos empujan y se
amontonan para acercarse a las estrellas o líder que está al frente. Incluso
acercándose cuando pasan solo para tocarlos. Hoy en día, la mayoría de las estrellas y
personas de importancia tienen múltiples guardaespaldas.
Varios ojos y oídos para ayudar a asegurarse de que nadie “se acerque demasiado”. Dada las
circunstancias podemos observar ciertos pasos que se observan de esta mujer para poder
acercarse a Jesús para obtener un resultado de vida.
Pensamos en los efectos físicos de este tipo de aflicción. Habría sido cansancio,
probablemente anemia, posiblemente débil y frágil. Incluso podría haber habido alguna
molestia o dolor involucrado. Pero para ella, fue incluso más profundo que la condición
física. Según la ley judía la mujer que sangraba era inmunda. Debido a que eran inmundos,
se les prohibió su comunión con otras personas y la adoración a Dios. De acuerdo con las
leyes de la pureza ritual, ella ni siquiera debería haberse aventurado entre la multitud.
Entonces esta mujer fue considerada “impura”. Había estado “impura” durante doce largos
años, lo que significa que habría estado aislada de familiares y amigos. Ella había buscado
la ayuda de los doctores sin ningún resultado. Probablemente la pasó terrible física, mental,
emocional e incluso espiritual.
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Prohibida de contacto humano solo escuchaba que Jesús, el hacedor de milagros, estaba en
la ciudad. Ella había escuchado mucho sobre él y sabe que si pudiera verlo, si pudiera tocar
el final de su túnica solamente de su vestimenta, ella sería sanada.
Jesús no dijo ninguna palabra. Ella no recibió instrucciones de seguir para recibir sanación.
Ese acto de fe, solo para extender la mano y tocar Su vestidura, fue suficiente para lograr
su curación completa. Debido a la respuesta de Jesús a ella, sabemos que su acto de fe trajo
la curación.
3. Confesar la palabra.
Marcos capitulo 5:28 dice:
Pero Jesús insistió, “¿Quién me tocó?” Y entonces, “Entonces la mujer asustada, temblando
al darse cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró a sus pies y le contó lo que
había hecho” (vs 33) de hecho, ella se acerco con mucho temor. Su presencia en esta multitud
había roto las leyes de pureza. Tal vez temía el castigo.
O tal vez el temblor vino de la comprensión de que, por primera vez en doce años, estaba
libre del dolor y la vergüenza que la habían mantenido cautiva por mucho tiempo. Cualquiera
sea la razón, ella fue sincera y admitió ante Jesús que ella fue quien lo tocó. Qué increíble
fe! Esta mujer nos ha enseñado no solo la importancia de la fe, sino la recompensa que es
nuestra cuando ejercitamos nuestra fe.
4. Actuar la palabra.
De acuerdo a esa palabra que la mujer oyó de Jesús, ella confió y creyó y actuó en ella,
Entonces, creencia, confianza y lealtad a Dios. ¿Qué nos dice Hebreos 11:1 que la fe es?
¿Qué tan “seguro” estás hoy? ¿Qué “seguridad” tienes en lo que no puedes ver? ¿Que Es La
Fe Según La Biblia? La Palabra de Dios dice mucho acerca de la fe. Está lleno de ejemplos
de hombres y mujeres de fe. Eran personas que confiaban en Dios, que creían en él y en su
propósito para sus vidas.