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(ETS) son infecciones que transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual.
Las causas de las ETS son las bacterias, parásitos, hongos y virus. Existen más de 20 tipos
de ETS, que incluyen:
Clamidia
Herpes genital
Gonorrea
VIH/SIDA
VPH
Sífilis
Tricomoniasis
La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero en muchos casos los
problemas de salud que provocan pueden ser más graves en las mujeres. Si una mujer
embarazada padece de ETS, puede causarle graves problemas de salud al bebé.
Los antibióticos pueden tratar las ETS causadas por bacterias, hongos o parásitos. No hay
cura para ETS causada por un virus, pero los medicamentos pueden ayudar con los
síntomas y mantener la enfermedad bajo control.
¿Qué es la clamidia?
La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual común. Es causada por la bacteria
Chlamydia trachomatis. Puede infectar a hombres y mujeres. Las mujeres pueden contraer
clamidia en el cuello del útero, el recto o la garganta. Los hombres pueden contraer
clamidia en la uretra (el interior del pene), el recto o la garganta.
Si usted tuvo clamidia y fue tratado en el pasado, puede re-infectarse si tiene relaciones
sexuales sin protección con alguien infectado.
Los bebés nacidos de madres infectadas con clamidia pueden contraer infecciones a los
ojos y neumonía. También puede ser más probable que el bebé nazca antes de tiempo.
Para evitar infectar a su pareja, usted no debe tener relaciones sexuales hasta que la
infección haya terminado. Si recibió una dosis única de antibióticos, debe esperar siete días
después de tomar la medicina para volver a tener relaciones sexuales. Si usted debe tomar
medicamentos por siete días, no debe tener relaciones sexuales hasta haber terminado el
tratamiento.
Es común volver a contraer la infección, por lo que debe hacerse la prueba de nuevo unos
tres meses después de finalizar el tratamiento.
El uso correcto de los condones de látex reduce en gran medida, aunque no elimina, el
riesgo de contraer y contagiar la clamidia.
El herpes genital
es una enfermedad de transmisión sexual con una incidencia de un caso cada 1000
personas aproximadamente. Está causada por dos virus, el herpes simple tipo 1 y el
herpes simple tipo 2. El tipo 1 habitualmente produce los herpes labiales o “calenturas”
y se transmite por las secreciones orales. Es el responsable de un 5-10% de los herpes
genitales y puede ser transmitido durante el sexo oral. El virus herpes simple tipo 2 es el
responsable de la mayoría de herpes genitales y se puede transmitir por secreciones
orales o genitales o por contacto con la piel. El contagio suele darse durante los brotes
por el contacto con zonas de úlceras o ampollas ya que las secreciones producidas en
estas lesiones contienen el virus. De todas formas algunas investigaciones sugieren que
pueden darse contagios también en ausencia de síntomas. La infección genital por el
virus herpes simple tipo 2 es más frecuente en mujeres que en hombres y puede deberse
a que es más probable la infección de hombre a mujer que de mujer a hombre.
Ano
Cuello uterino
Cara interna de los muslos
Labios
Vagina
Los síntomas de la infección inicial por virus del herpes son tanto sistémicos como locales
y suelen aparecer dentro de las dos semanas posteriores al contagio. Los síntomas
sistémicos son: inapetencia, fiebre, malestar, dolor generalizado y dolores musculares
(mialgias).
En la mayoría de los casos el diagnóstico puede hacerse por medio de una inspección visual
si es un brote típico y en casos de dudas puede hacerse un cultivo del virus. Existe una
tinción llamada tinción de Tzank realizada en la lesión cutánea que puede mostrar
resultados pero que es muy raramente utilizada. Puede realizarse una analítica de sangre
para comprobar la presencia o ausencia de anticuerpos contra el virus del herpes simple tipo
1 y 2 y si es una infección reciente o antigua.
El herpes viral no puede curarse pero el tratamiento puede acortar los episodios y mejorar
los síntomas. Los medicamentos aceleran la curación y el alivio de los síntomas más en los
primeros ataques que en los brotes recurrentes. Se puede realizar tratamiento antiviral en
pastillas, recomendado en la infección inicial para disminuir el dolor y la virulencia del
brote, o bien en cremas de aplicación local posteriormente. En los casos de dolor
importante se realiza también un tratamiento antiinflamatorio por vía oral. En las recidivas
se recomienda iniciar el tratamiento tópico tan pronto se inicien los síntomas de ardor o
dolor previos a la aparición de vesículas.
Tal como se ha comentado la clínica más frecuente producida por el herpes virus son las
lesiones recurrentes dolorosas pero en algunos casos puede ser potencialmente más
peligroso. En las mujeres embarazadas hay un riesgo para el feto en los casos de primera
infección por el virus del herpes durante el embarazo. Antes de las 20 semanas de gestación
el riesgo de aborto se triplica respecto a la población general, y raramente puede dar
malformaciones fetales aunque están descritas. Después de las 20 semanas de embarazo el
riesgo de prematuridad también aumenta. Si una mujer tiene un herpes activo en el
momento de dar a luz se le realiza una cesárea para evitar el contagio por la vía de parto ya
que puede producir una infección herpética neonatal realmente severa, a pesar de que con
los tratamientos actuales haya mejorado el pronóstico.
Los pacientes inmunodeprimidos, tanto sea por alteraciones congénitas3, adquiridas o bien
por tratamientos inmunodepresores como la quimioterapia o la radioterapia, tienen más
riesgo de tener complicaciones por la infección entre las que destacan:
Para evitar el contagio debe evitarse el contacto directo con lesiones ulcerosas o
vesiculares. El preservativo es además la mejor protección frente al herpes genital cuando
se es sexualmente activo.
La gonorrea
Las infecciones en la garganta causadas por gonorrea tampoco suelen provocar síntomas. Si
aparecen síntomas, generalmente es solo dolor de garganta.
Si tú o tus parejas sexuales tienen cualquiera de estos síntomas, acude a un enfermero, a un
médico o a los Centros de salud de Planned Parenthood locales. Es muy importante que te
hagas examinar si estás embarazada. La única manera de saber con seguridad si tienes
gonorrea es hacerte una prueba.
La única manera de saber si tienes gonorrea es hacerte las pruebas. Las personas con una
vida sexual activa deben hacerse pruebas periódicas. Por lo general, las pruebas de
gonorrea son rápidas, indoloras y, a veces, gratuitas.
¿Deseas saber si debes hacerte las pruebas de gonorrea? Descúbrelo respondiendo este
cuestionario.
Afortunadamente, las pruebas de gonorrea suelen ser sencillas e indoloras. ¿Qué es lo
mejor de realizar las pruebas de ETS? Pues que una vez superadas, tu mente podrá
descansar. Y en caso de que SÍ tengas gonorrea, es mejor saberlo cuanto antes para tomar
los medicamentos adecuados y curarse lo antes posible.
¿Me pueden dar tratamiento para el VPH o los problemas de salud causados por este virus?
No existe un tratamiento específico para el VPH, pero hay tratamientos para los problemas
de salud que causa. Las verrugas genitales pueden ser tratadas por su proveedor de atención
médica o con medicamentos recetados. Los cánceres relacionados con el VPH son más
tratables cuando se diagnostican y se tratan temprano. Para obtener más información,
visite www.cancer.org/espanol/index.
¿Cómo puedo reducir las posibilidades de contraer el VPH?
Hay dos medidas que puede tomar para reducir su riesgo de contraer el VPH y las
enfermedades relacionadas con este virus:
Vacúnese. La vacuna contra el VPH es segura y eficaz. Puede proteger a los
hombres y a las mujeres contra las enfermedades causadas por el VPH (incluso el
cáncer) cuando se administra a las edades recomendadas (vea a continuación
“¿Quién se debe vacunar?”). Los CDC recomiendan que los niños de 11 a 12 años
de edad reciban dos dosis de la vacuna contra el VPH para proteger contra los
cánceres causados por este virus. Para obtener más información sobre las
recomendaciones,
consulte: https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/65/wr/mm6549a5.htm
Use condones en la forma correcta cada vez que tenga relaciones sexuales. Esto
puede reducir sus probabilidades de contraer cualquier infección de trasmisión
sexual, incluida la infección por el VPH. Sin embargo, el VPH puede infectar zonas
no cubiertas por el condón, por lo que los condones pueden no ofrecer una
protección total contra el VPH.
Es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) muy común que se propaga a través del
sexo vaginal, anal y oral.
La sífilis provoca llagas en el área genital (llamadas chancros). Por lo general, estas llagas
no son dolorosas, pero pueden propagar la infección fácilmente a otras personas. Puedes
contagiarte de sífilis al entrar en contacto con las llagas. Muchas personas con sífilis no se
dan cuenta de las llagas y se sienten bien, de modo que es posible que no sepan que tienen
la infección.
La sífilis puede infectar la vagina, el ano, el pene o el escroto y, en ocasiones, los labios y
la boca. Puedes prevenir la sífilis si usas condones barreras de látex bucales cada vez que
tienes sexo.
La sífilis puede curarse de forma sencilla con medicamentos si se trata tempranamente.
Pero sin tratamiento, puede conllevar problemas realmente graves y permanentes como
daño cerebral, parálisis y ceguera. Por ese motivo es tan importante realizar pruebas de
ETS: cuanto antes sepas que tienes sífilis, más pronto podrás librarte de ella.
¿Cómo se contagia la sífilis?
La sífilis se contagia por el contacto de piel a piel cuando se tienen relaciones sexuales con
alguien que la tiene. Te contagias cuando la vulva, la vagina, el pene, el ano o la boca toca
las llagas de alguien con sífilis, usualmente durante el sexo. La sífilis puede contagiarse aun
cuando no haya eyaculación.
Las vías principales de contagio de la sífilis son el sexo vaginal y anal. Es menos frecuente
que se contagie a través del sexo oral, pero puede ocurrir. La madre también puede pasar la
sífilis al bebé durante el embarazo y el parto, lo que puede ser peligroso.
La sífilis es muy contagiosa al principio, cuando aparecen las llagas, pero muchas personas
ni siquiera saben que la tienen porque no notan las llagas. De manera que usar condones
cada vez que tienes sexo es la mejor manera de ayudar a prevenir la sífilis, incluso si tú y tu
pareja parecen estar perfectamente sanos.
La sífilis no se contagia por un contacto casual, de modo que NO PUEDES contraerla por
compartir alimentos o bebidas ni por dar un abrazo, tomarse de la mano, toser, estornudar,
compartir una toalla o sentarte en un inodoro.
Puede que no notes ningún signo de sífilis.
Primera etapa.
Aparece la llaga de la sífilis (denominada chancro), que es el lugar por donde entró la
infección al organismo. Por lo general, los chancros son firmes, redondeados e indoloros, o
algunas veces abiertas y húmedas. Normalmente solo aparece una llaga, pero puedes tener
más.
Los chancros pueden aparecer en la vulva, la vagina, el ano, el pene o el escroto y, en casos
raros, en los labios o la boca. Las llagas también pueden quedar ocultas en lo profundo de
la vagina, en el prepucio, dentro del recto y en otros lugares poco visibles.
Las llagas de sífilis son EXTREMADAMENTE contagiosas y es fácil transmitir la
infección a otras personas durante las relaciones sexuales. Es fácil confundir un chancro
con un vello encarnado, un grano o una protuberancia inofensiva y como las llagas no son
dolorosas y pueden estar en lugares ocultos, es posible que pasen desapercibidas.
Los chancros suelen aparecer entre las tres semanas y los tres meses después de que te
contagias. Las llagas suelen durar entre tres y seis semanas y luego desaparecen solas, con
o sin tratamiento, Pero si no te tratas, seguirás teniendo sífilis aunque las llagas hayan
desaparecido. Para curar la sífilis y evitar que avance a la siguiente etapa, tienes que tomar
medicamentos.
Segunda etapa.
Los síntomas de la segunda etapa incluyen erupciones en las palmas de las manos y las
plantas de los pies o en otras partes del cuerpo. A veces, la erupción cutánea de la sífilis
secundaria es difícil de ver, y generalmente no pica. Quizá no te sientas bien y tengas
síntomas leves parecidos a los de una gripe, como fiebre baja, sensación de cansancio,
dolor de garganta, glándulas inflamadas, dolor de cabeza y dolores musculares. También
pueden aparecer llagas en la boca, la vagina o el ano, puedes bajar de peso y se te puede
caer el pelo.
Los síntomas de la segunda etapa (erupción cutánea por sífilis) pueden durar entre 2 y 6
semanas por brote, y pueden aparecer y desaparecer durante un lapso de hasta 2 años. Son
similares a los de otras enfermedades comunes, por lo que puede resultar difícil determinar
que se tata de sífilis.
Los síntomas de esta etapa desaparecen por sí solos con o sin tratamiento, pero a menos
que recibas tratamiento, tendrás la infección en el organismo, y puede avanzar a etapas
posteriores más peligrosas. Por este motivo es tan importante hacerte pruebas de ETS.
Etapa tardía.
Entre la segunda etapa y la última, puede haber periodos en los que la infección esté latente
(es decir, no haya síntomas ni signos) durante meses e incluso años, pero aún necesitarás
tratamiento para acabar con ella. Las personas que tienen sífilis desde hace mucho tiempo
se enfrentan a graves problemas de salud. En la etapa tardía, la sífilis puede provocar
tumores, ceguera y parálisis; puede dañar el sistema nervioso, el cerebro y otros órganos; e
incluso, puede provocar la muerte.
En las etapas iniciales, la sífilis puede curarse fácilmente con antibióticos. Si no has
recibido tratamiento en las etapas iniciales, aún se puede curar y así evitar daños futuros en
el organismo. Sin embargo, el daño que la sífilis ya haya causado en la etapa tardía no
puede revertirse ni curarse. Las complicaciones de la sífilis en su última etapa pueden
aparecer entre 10 y 20 años después del contagio.
Tricomoniasis
¿Qué es la tricomoniasis?
La tricomoniasis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) que se cura con
antibióticos. Es muy común, y la mayoría de las personas no tienen síntomas.
¿Qué es VIH/Sida?
Con menor frecuencia se han descrito casos de transmisión del VIH en el medio sanitario
(de pacientes a personal asistencial y viceversa), y en otras circunstancias en donde se
puedan poner en contacto, a través de diversos fluidos corporales (sangre, semen u otros),
una persona infectada y otra sana; pero la importancia de estos modos de transmisión del
virus es escasa desde el punto de vista numérico.
Se llama portador a la persona que, tras adquirir la infección por el VIH, no manifiesta
síntomas de ninguna clase. Se llama enfermo de SIDA al que padece alguno de los procesos
antedichos (infecciosos, tumorales, etc), con una precariedad inmunológica importante.
Tanto el portador como el enfermo de SIDA se denominan seropositivos, porque tienen
anticuerpos contra el virus que pueden reconocerse en la sangre con una prueba de
laboratorio.
En líneas generales, desde que una persona se infecta con el VIH hasta que desarrolla
SIDA, existe un período asintomático que suele durar unos 10 años. Durante este tiempo el
sistema inmune sufre una destrucción progresiva, hasta que llega un momento crítico en
que el paciente tiene un alto riesgo de padecer infecciones y tumores.
Se estima que, por término medio, existen alrededor de 8 (de 5 a 12) portadores por cada
enfermo de SIDA.