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UNIVERSIDAD CATOLICA LUMEN GENTIUM

ESCUELA DE FILOSOFIA
Seminario de problemas filosóficos 3° B
Prof. Rodrigo Palomar Méndez
Alumno. José Manuel Arias Córdova

Distinción entre Martin Heidegger y San Pablo


Entre la confrontación que se pretende hacer entre Heidegger con el fin de la metafísica y el
tiempo mesiánico de San Pablo se pueden rescatar algunos acontecimientos que nos lleven a
una claridad de la semejanza entre los dos.

Cuando Heidegger habla del fin de la metafísica, del olvido del ser, hace la distinción entre
el ya no más y el aún no, mientras que San Pablo habla entre el fin de los tiempos y el tiempo
final.

Los dos se encuentran en una mediatez en los extremos de los tiempos.

Nos dice Heidegger en su libro Introducción a la fenomenología de la religión desde San


Pablo: el tiempo presente ha alcanzado ya su fin y con la muerte de Cristo ha comenzado ya
un nuevo siglo. Al mundo presente se le opone el mundo de la eternidad1.

La distinción más inmediata se puede encontrar en que el tiempo que ha transcurrido, hasta
cada presente determinado, (es decir, el tiempo presente de Heidegger y el tiempo presente
de San Pablo), ya se acabó, no es posible continuar con ese tiempo que ya se ha consumado,
tanto para el alemán con el olvido del ser se da la consumación de la metafísica, el ¡ya no
más!, como para el judío con la muerte de Cristo, del mesías se acaba toda la época de la ley
y da paso al origen del comienzo de la nueva vida cristiana, trascendiendo aún más hacia el
tiempo escatológico con la parusía.

Con toda evidencia es necesario preguntarse por la distinción entre estos dos personajes
respecto de que los hablan de tiempos determinados. La estructura que llevan a cabo para la

1
HEIDEGGER, Martin. Introducción a la fenomenología de la religión. Trad. Y Prólogo de Jorge Uscatescu.
Ed. FCE, Siruela. México, 2006. P. 95.
distinción entre el final de un tiempo y el comienzo de otro resulta similar a tal grado que se
podría decir que son un mismo autor con temas y tiempos distintos.

Más adelante nos dice Heidegger: San Pablo tiene prisa porque el final de los tiempos ya ha
llegado2, sin embargo, desde mi punto de vista él también ya tiene prisa, no le ha llegado a
él el fin de los tiempos, le ha llegado el fin de la metafísica, le ha llegado el aún no y sobre
este acontecimiento versa la distinción analítica que se pretende hacer.

Ya no se puede hablar más de lo que tanto se ha hablado, y aunque no es erróneo lo que se


ha venido hablando, se ha dejado de lados puntos concretos y fundamentales que son
sustentos para la estructura metafísica y mesiánica. El ser, Cristo, son cosas que han caído en
el olvido, como una pieza faltante en el rompecabezas que no pareciera ser necesaria, pero
que son fundamentales para la edificación tanto de la metafísica como de la religión de la ley
de Dios.

El estado incompleto sobre el que versa tanto la metafísica como la parusía es lo que da pie
a reinicio, al origen del comienzo de lo que no se ha hablado aún, el origen del aún no.

2
Ibídem, P. 95.

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