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CARRERA

PSICOLOGIA

ASIGNATURA TEORIAS PSICOLOGICAS I.

APUNTES UNIDAD I
Muñoz (1999) Introd al
psicoanálisis. Complejo de Edipo.
Apuntes. CAP 3-4
I. Complejo de Edipo y su abstracción simbólica.

INTRODUCCION.
Los niños son creadores de “cuentos, historias, mitos” que explican eventos que no
comprenden, tales como: la lluvia, el arcoíris, trabajo de los padres, nacimiento propio o de
un hermano, la sexualidad, la muerte, entre otras. Estas primeras construcciones darán
origen a las primeras fantasías de la infancia, las cuales va configurando silenciosamente un
subsuelo inconsciente del origen de toda fantasía infantil, fantasía que permite la
configuración de lo intra e intersubjetivo, un pilar de la estructuración psíquica.
Es por esto, que Complejo de Edipo es concebido como un complejo intrasubjetivo,
engendrado por una realidad intersubjetiva; ya que el complejo se configura como una
crisis manifiesta de la sexualidad infantil, una fantasía inconsciente –como el caso de un
paciente que activa defensas obsesivas- un mito social, en fin un concepto clave que
permite el encuentro de inconscientes transgeneracionales (Nasio, 2007).
Francoise Dolto (1988) junto a Maud Mannoni (1965) psicoanalista enfatizan el
significado que tiene el hecho de que el analista hable con los padres del niño, de esta
manera las primeras sesiones siempre deben ser con los padres y el niño. Ambas
psicoanalistas postulan que de este modo es posible evitar concebir los conflictos parentales
como obstáculos, sino como desafíos que el análisis con niños y adultos plantean. Estas dos
psicoanalistas sostienen que al recordarles su Edipo, es como podrán comprender las
proyecciones patógenas de ellos a su hijo. Proyecciones que vienen desde un tiempo y
aparato psíquico anterior; probablemente varias generaciones atrás. Sabemos que incluso
antes de nacer somos imaginados; antes de saber qué somos y cómo somos, alguien lo ha
hecho por nosotros. En el momento de venir al mundo, ya hemos sido “creados, fundados”
por nuestros progenitores y estos a su vez lo fueron como hijos por sus padres.
Es por lo anterior, que se considera que los complejos que el Edipo conlleva existen
aún antes del nacimiento, como una red simbólica que hila deseos, fantasmas de otras
épocas:
Lo más importante de mi no lo poseo yo, está en el campo del Otro. Porque cuando
nací había una familia, una sociedad que me estaba esperando, pautándome incluso
antes de mi nacimiento, con el lenguaje. Lo más importante de mí viene dado desde
el Otro. De ahí que el psicoanálisis sea un hecho, esencial y exquisitamente,
comunitario (González, 1997; pág. 20).

En otras palabras, lo que el niño tiene lo ha recibido del Otro. Esta es la deuda
simbólica que inscribe la castración en el centro del Edipo; se produce el paso del SER al
TENER, renunciando a ser el que colme el deseo del Otro.
Considerando que Freud (1925) no descubre el Edipo en la clínica con niños, sino
más bien escuchando relatos de pacientes adultos sobre problemáticas como hijos y como
padres de sus hijos, por tanto sabemos del Edipo al escuchar un paciente hablar de si como
hijo y frente a las complejidades de ser padre. No obstante, en la clínica infantil esto no
tiene mascaras.
Freud postulaba que todo ser humano tiene la tarea de dominar el complejo de
Edipo, dominar afectos (amor y su negación), y nuestro ingreso a la cultura. Para el
psicoanálisis el Edipo hace la cultura, no es la civilización la que lo construye, es al revés,
la construcción del orden social se ejecuta por la prohibición que opera el Edipo
(organizado por el super-yo). Es por lo cual que es considerado uno de los conceptos
primordiales, abraza lo social y lo cultural, alcanzando la estructuración del psiquismo
humano (Muñoz, 1999).
Para Freud esto sucede aproximadamente entre los 3 y 5 años, es decir en la fase
fálica y su declinación correspondería al iniciarse el período de latencia, vivenciado como
una reactualización en la pubertad y superado de manera más o menos relativa, al final de
la adolescencia (Muñoz, 1999).

DESARROLLO PSICOSEXUAL.
La bibliografía analítica nos muestra explícitamente que la niña construye su
personalidad, a partir de la relación con el padre, ya que la niña entra en el C. Edipo
después de haber atravesado la fase pre-edípica durante la cual sexualiza a la madre
(comprende a nivel simbólico inicial que su madre es mujer y hay inserto un concepto de lo
femenino) se identifica con esta femineidad, “introyecta” a la mujer que representa esa
madre (o quien encarne esa función) y se aparta para construir su propia imagen, proceso
que dura hasta terminar la adolescencia. Si esto se vivencia así, entonces hablamos de
resolución del complejo (en otras palabras, se transita hacia la adultez madura
psicológicamente hablando y no tan solo como algo cronológico) cuando desea a otro
hombre que no sea su padre, es decir ya no busca a su padre en sus relaciones con pares.
Desde un nivel profundamente inconsciente, y con los recursos cognitivos de la
infancia en dicha etapa (es decir, rango etario entre 3 y 5 años) niña y niño comprueban o
más bien descubre estas diferencias anatómicas con la del varón; la reacción es inmediata
ella se sentirá decepcionada por no tenerlo y el temerá perderlo (angustia de castración).
Hasta ese momento la niña comparte junto al niño un sentimiento de omnipotencia, pero
después de comprender las diferencias anatómicas, duda de sus sensaciones y considera que
está incompleta, la fuente del poder no está en ella (falo), sino en el cuerpo del otro. Y así
surge una de las representaciones universales comunes (inconscientes): “el otro me
completa”, “solo soy feliz si me caso”, “si tuviera tengo hijos” “si me compro esto…”. La
representación de considerar que la felicidad esta fuera, así como cualquier otro concepto
abstracto subjetivo: estabilidad laboral, afectiva, logros académicos, etc.
Ahora es “otro” quien tiene el falo que toma desde entonces la forma de lo
completo, entendemos por falo como una noción que se utiliza para subrayar la función
simbólica de la totalidad, de lo completo. Esta diferencia anatómica que percibe niño(a)
marca un momento determinante en la estructuración psíquica, que gatilla creación de
fantasías infantiles. En algunos sujetos este saber es realmente impactante (por lo general,
cuando esto no es acompañado de una educación psico-emocional, o cuando tampoco hay
espacios de juego que permitan elaborar esta fantasía) ese impacto marca un proceso
paulatino del derrumbe de una ilusión que produce un conflicto o complejo interno a nivel
inconsciente.
La fantasía en la cual la niña sufre el impacto de la diferencia anatómica se
denomina: “fantasía de dolor de privación”. Ella lamenta la privación, en ese proceso
paulatino acepta que no tiene nada que perder, lo que sin el espacio del juego puede no
elaborar este dolor psíquico: percibirse incompleta. Percibiendo así que “toda mujer es
también incompleta” (lo que repiten:“los niños tienen pene y más niñas vagina”).
De esta manera, es como la niña primero se identifica e introyecta la femineidad y
luego se aparta de su madre; en esa soledad lamenta haber sido engañada, y ve la propia
imagen herida (des-precio= valor). Este desprecio lo vivencia al desplazar a ese ser
todopoderoso (madre completa) integrándolo en su vida psíquica (ej. se posiciona como
madre de sus hermanos, de su pareja, de sí misma). La niña llega a ser mujer
progresivamente, un ciclo evolutivo. Al igual que el niño.
El niño comprende la fase de Edipo también desde nivel simbólico inconsciente:
“es hombre al igual que su padre (no castrado anatómicamente), y buscará a otra mujer que
no sea COMO su madre. También introyectara la femeniedad, o características de lo que es
femenino. Como explica C G. El desexualiza simultáneamente a los padres (asume que no
solo tienen un rol de padres) e introyecta un concepto de lo masculino transmitido por este
padre o quien encarne esa función (Nasio, 2007). O como platea, C G. Jung el desarrollo de
un anima y animus en cada individuo.
Mientras el niño el proceso de individuación es también progresivo, no obstante no
experimenta fantasías de incompletud, más bien este proceso se inscribe algo distinto ya
que éste vivencia la angustia de poder perder el falo, esta fantasía se denomina
“castración”. Entendemos que el concepto falo “condensa” múltiples significados, pero el
definitivo es “creer” que “soy un individuo incompleto”.

FUNCION PATERNA/MATERNA:
Sabemos que el psicoanálisis busca resolver un conflicto fundamental: crisis inicial
infantil. Sólo así es cuando el mito de Edipo adquiere un alcance completo. Remitiéndonos
a la novela Edipo Rey, es claro reflexionar en algo implícito: Edipo es un hijo “completo”,
ya que Edipo no tiene complejo de Edipo. Quien le sirvió de padre es uno adoptivo, es decir
no importa la constitución de una familia biológica o adoptiva, el punto central es un
padre/madre en cada sujeto que ejerce la función de paternidad, es decir quién nos reconoce
como hijos y a la vez individuos separados de la familia, con sus propios intereses parte del
todo (de la unidad) y a la vez como unidad inalterable (Lacan, 1959-1960).
A partir de esta observación, Lacan plantea el concepto de “función paterna”. La
cual es una de las maneras de enunciar esas regulaciones simbólicas, referida al lenguaje.
Entendiendo que todo ser humano posee una condición lingüística (somos seres lingüísticos
y sociales) por ende, su importancia en la creación de la realidad esencialmente
intrapsíquica.
Entendemos que la función paterna, opera en la relación madre-hijo y en los factores
que permiten el acceso al “orden de la cultura, del lenguaje y de la Ley”, es decir la
referencia que el significado paterno constituye en el niño es un elemento esencial que le
permitirá abandonar el mundo materno y entrar como sujeto (con subjetividad) en la
“universalidad de los símbolos” (metáfora).
La función paterna corta el vínculo “simbionte” (unidos al todo, a esa madre que
satisface necesidades biológicas, y de contención emocional) entre hijo(a) con su madre.
Esta función permite que el niño busque su autonomía, se individualice, se construya como
un sujeto conductor de su propia vida, tome decisiones y se desligue de esta “lealtad
familiar” la cual puede ser a veces algo nociva. En consecuencia, la función paterna
encamina una adecuada transición del Edipo en la niña y el niño, que les permite elaborar
conflictos anímicos que conducen hacia la aproximación de lo femenino y de lo masculino;
para la inserción al mundo social y cultural es por esto que la función paterna es
intrapsiquica.
A su vez, la función materna reside en el proceso de contención emocional,
comprender y aceptar a este hijo(a) en la unidad. Una relación simbionte inconsciente y a la
vez necesaria para el completo desarrollo sensorial del bebe. Es importante comprender que
ambas funciones son simultáneas.
De esta forma, la función materna posee una condición de construcción
intrapsíquica; en otras palabras la f. materna gatilla el funcionamiento de una de las
primeras tareas psíquicas de la fase inicial de la vida: interiorizar una “madre psíquica”
protectora, necesaria para el desarrollo de los propios recursos (recuerde el taller nº3:
análisis del patito feo y los tipos de madre o arque-tipos maternos) por esto la importancia
de introyectar estos recursos, lo cuales son predominantemente afectivos positivos
(regulación emocional). Gracias a la adecuada función paterna, el individuo lograra
separarse de esta madre o psique y comprenderá como activar en si mismos, estos recursos
afectivos en momentos de angustia: “aprendemos a regularnos” (teoría de apego).
El proceso natural de nuestra maduración evolutiva y psicológica, se da cuando la
imagen inconsciente (o arquetipo) de esa madre se interna progresivamente y se activa en
momentos de amenaza intrapsiquica, y así nos vemos obligados a cuidar de nosotros
mismos (dado por la función paterna).
De lo contrario, cuando no sucede este proceso, los sujetos tienden a estancarse o
quedar con recursos incompletos por no haber habido la suficiente construcción de la
psique, pues la imagen materna posee tanto vigor y a la vez resistencia.
Es interesante como la función paterna, permite dejar morir los valores y las
actitudes de una psique transgeneracional que ya no son útiles. Es sensato que, para
continuar desarrollándonos deba modificarse la madre/padre interior que habitan en lo
profundo de la psique. Y es por eso, que definitivamente de la adolescencia hacia la adultez
las relaciones con los padres o personas significativas comiencen a armonizarse. Halla o no
habido un padres/madre en presencia física o solo afectiva o viceversa. La madurez
emocional esta dada por la posibilidad de vivenciar una armonía con los antecesores y asi el
sujeto será capaz de responsabilizarse de sus actos, de las decisiones tomadas y no
“culpabilizar” a otros.
El aspecto anterior, es lo que un paciente busca en psicoterapia por lo general,
elaborar y encontrar su propio espacio psíquico; en otras palabras encontrase a sí mismo en
su propia historia. De esta manera, lo terapéutico reside precisamente en la escucha y
contención afectiva, es por lo cual que el terapeuta debe cumplir con ambas.
Así pues los motivos éticos que nos conducen a la clínica analítica, refieren a
devolver al paciente la capacidad de amar –coartada por fijaciones infantiles- para que la
emplee en su vida real, una vez terminado el tratamiento.
II. MECANISMOS DE DEFENSA

El concepto de defensa ha ido ampliándose desde las primeras descripciones


elaboradas por Freud, esta amplitud es consecuencia de los cambios interpretativos en la
teoría psicoanalítica, desde la primera tópica a la segunda, y luego a lo que podemos
considerar la tópica de la intersubjetividad:

TOPICA1: En su primera formulación sobre la estructura del psiquismo, la llamada


primera tópica “La interpretación de los sueños” (1900) Freud expone en este texto que el
conflicto psíquico es transgresor y AMENAZA la organización de la experiencia
subjetiva/personal que elabora el "yo"/self. Al impedir que este cumpla su función y
estructure la experiencia. Experiencia puede ser agradable o no: una discusión con alguien
significativo, una desilusión, un leve accidente de auto, un asalto, una estafa, sentirse
enamorado, tomar una decisión laboral, ser padre, etc. Cualquier tipo de experiencia es
PROCESADA/ORGANIZADA por el Yo. Esta siempre evitara la desorganización o lo que
desequilibre la salud mental, así se activan los mecanismos de defensa.

TOPICA2 (incluye la primera) explica las experiencias de un Yo con escasos recursos y de


esta forma cualquier experiencia es desbordante y genera un conflicto psíquico, ¿Cómo es
esto posible? (ej: no resolver complejo psíquicos como el Edipo, depender de otro para
toma decisiones, sentir el mundo como una secuencia de pérdidas y abandonos de manera
muy dolorosa, como lo que sucede a grandes rasgos con estructuras depresivas: incapacidad
del disfrute –no siempre tiene que ver con estar triste!-). Entonces, el sujeto vivencia
conflictos intensos porque están ubicados en la profundidad del inconsciente (es decir, sin
mucha posibilidad de ORGANIZAR ESA EXPERIENCIA: conflicto entre los deseos del
ello y las prohibiciones inconscientes del superyó. ej. Vivir la vida desde la culpa
(necesidad inconsciente de castigo). Esta tópica entonces esta referida a estructuras
desorganizadas en su experiencia de vida. Así este YO activa mecanismos de defensa que
les permita SOBREVIVIR, siempre habrá angustia pero se regula la intensidad. Asócielo
con teoría de apego y vínculos inseguros incluso desorganizados. *esto lo revisaremos más
en profundo en la siguiente unidad.
Tanto en la primera tópica como en la segunda, el mecanismo de defensa describe la
dinámica de la estructura de la personalidad de un individuo. Imagine la siguiente situación:
un niño (entre 2 a 4 años) que siente angustia descontrolada, activará conductas que
promueven respuestas que contrarrestan la situación: Grita, Llora, patalea, llama a su
madre/padre, enuresis primaria o secundaria.

TOPICA 1: el adulto referente significativo, entiende la angustia, le coge en brazos, le


habla, le canta, conversa… intenta calmarlo, es más sabe cómo regularlo. Es un Otro el que
regula porque sabe el como autorregularse efectivamente; es más le enseña a ese niño cómo
es posible transformar su angustia, le enseña la capacidad de regulación. Asócielo a la
teoría de apego y vinculo seguro. Incluso a la teoría del aprendizaje vicario.

TOPICA 2: el adulto referente significativo, NO empatiza con esa angustia, es más se


angustia aún más (ese adulto esta siempre dominado por la angustia), no sabe de contención
por ende no le habla, le grita, lo golpea, lo deja bajo una ducha fría (para que se calme), lo
deja encerrado para que solo regule su angustia…¿Cómo es posible que este Yo pueda
organizar la experiencia? Asócielo esta situación a la teoría de apego, vinculo inseguro
evitativo o ambivalente. Incluso también los postulados de la teoría del aprendizaje vicario.

En resumen, un mecanismo de defensa es un proceso estratégico por el cual se mantiene


apartado la parte consciente: percepción, pensamientos, ideas, deseos o estados afectivos
displacenteros. Los mecanismos de defensa pueden no estar dirigidas a un contenido
mental, sino en contra de la actividad global del psiquismo: ej. Frente a la toma de una
importante decisión: pensar en exceso produce angustia sobre todo si no es posible
solucionar el problema, entonces generamos MECANISMOS como: desactivación del
pensar, adormecimiento (el sueño del depresivo), desconexión cognitiva-afectiva,
represión, proyección, Identificación, represión, negación, etc.

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