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1.

¿Por qué se producen las migraciones internacionales?


Una síntesis teórica1
Douglas S. Massey

La historia moderna de las migraciones internacionales puede dividir-


se a grandes rasgos en cuatro grandes períodos. Durante el período
mercantil, de 1500 a 1800, los flujos migratorios en el mundo fueron
sobre todo europeos y surgieron de los procesos de colonización y
crecimiento económico en el capitalismo mercantil. A lo largo de tres-
cientos años, los europeos poblaron grandes áreas de América, África,
Asia y Oceanía. Aunque se desconoce el número exacto de los emi-
grantes colonizadores, la salida de un gran número de personas bastó
para establecer el dominio europeo en grandes áreas del mundo. En
términos generales, los emigrantes de este período pueden clasificarse
en tres clases: un número relativamente elevado de colonos agrícolas,
un pequeño número de administradores y artesanos, y un número más
pequeño aún de empresarios que establecieron plantaciones produc-
toras de materias primas para la creciente economía mercantil de
Europa.
Aunque el número de europeos dedicados a las plantaciones de
producción era pequeño, este sector tuvo un profundo impacto en el
tamaño y la composición de la población en América. Debido a una

1. Título original: «Why Does Immigration Occurs? A Theoretical Synthesis», publicado


en Ch. Hirschman, Ph. Kasinitz and J. DeWind (eds.), The Handbook of International
Migration: The American Experience, New York, Russell Sage Foun- dation, 1999, pp.
34-62. Se publica en español con permiso de Russell Sage Founda- tion. Traducción de
Rossana Reyes. Revisión de Lorenzo Cachón.
Este capítulo retoma ampliamente la investigación realizada en colaboración con
Joaquín Arango, Graeme Hugo, Ali Kouaouchi, Adela Pellegrino y J. Edward Tay- lor
(véase Massey et al., 1998).
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tecnología preindustrial, las plantaciones requerían grandes cantida- des


de trabajo barato, una demanda parcialmente satisfecha por los
trabajadores forzados (indentured) del Asia oriental; sin embargo, la
fuente más importante de mano de obra provenía de la emigración
forzada de esclavos africanos. Durante tres siglos, casi diez millones de
africanos fueron importados a América y, junto con los colonos
europeos, transformaron radicalmente su composición social y demo-
gráfica.
El segundo período de emigración, el período industrial comen-
zó desde principios del siglo xix y surgió del desarrollo económico de
Europa y la expansión del industrialismo a las viejas colonias del Nuevo
Mundo. Desde 1800 hasta 1925, más de cuarenta y ocho millo- nes de
personas salieron de los países europeos en vías de industriali- zación
buscando una nueva vida en América y Oceanía. De estos emi- grantes,
el 85 % partió a cinco destinos: Argentina, Australia, Canadá, Nueva
Zelanda y Estados Unidos (solo este país recibió el 60 %). Las
principales naciones de origen fueron Gran Bretaña, Italia, Noruega,
Portugal, España y Suecia, que exportaron todas ellas una gran parte de
su población potencial en el curso de la industrialización. Aunque los
migrantes internacionales no eran exclusivamente europeos, la
abrumadora mayoría procedía de ese continente. Por ejemplo, de to- dos
los inmigrantes llegados a Estados Unidos entre 1820 y 1920, 88 %
eran de Europa, el 3 % de Asia, y el 8 % de otras regiones de América.
El período de emigración europea a gran escala decayó con el
estallido de la Primera Guerra Mundial, que detuvo en seco la emigra-
ción y abrió el paso a un período de migración limitada de cuarenta
años. Aunque la emigración tuvo cierto resurgimiento durante los pri-
meros años veinte, para entonces varios de los países receptores más
importantes (sobre todo Estados Unidos) habían aprobado leyes res-
trictivas sobre inmigración. El inicio de la Gran Depresión interrum-
pió prácticamente todo movimiento internacional en 1929 y, salvo por
una pequeña migración de retorno, hubo poco movimiento durante los
años treinta. En los cuarenta, la migración internacional se paró por la
Segunda Guerra Mundial. La poca movilidad que había consistía so-
bre todo en movimientos de refugiados y personas desplazadas, y no
guardaba vínculos fuertes con los ritmos de crecimiento económico y
de desarrollo. Este patrón persistió hasta avanzada la siguiente década.
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El período de migración postindustrial surgió durante los años


sesenta y constituyó una ruptura abrupta con el pasado. En vez de verse
determinada por los flujos procedentes de Europa hacia un puñado de
antiguas colonias, la inmigración se convirtió en un fenómeno verdade-
ramente global en la medida en que aumentaron el número y la varie-
dad de países tanto de salida como de llegada y en que el suministro
global de inmigrantes ya no procedía de Europa sino del mundo en de-
sarrollo. Mientras que la migración durante la era postindustrial atrajo a
gente de áreas de rápida industrialización densamente pobladas hacia
áreas de rápida industrialización escasamente pobladas, la migración en
la era postindustrial atrajo a gente de países densamente poblados que
estaban en las primeras etapas de la industrialización hacia sociedades
densamente pobladas, económicamente maduras, postindustriales.
Antes de 1925, el 85 % de toda la migración internacional se ori-
ginaba en Europa, pero desde 1960 Europa ha contribuido con una
fracción cada vez menor de emigrantes a los flujos de migración mun-
dial en la medida en que la emigración de África, Asia y América La-
tina ha aumentado de manera espectacular. El número y la variedad de
países de destino también ha crecido. Además de los países que histó-
ricamente reciben inmigrantes como Canadá, Estados Unidos, Austra-
lia, Nueva Zelanda y Argentina, países de Europa Occidental atraen
ahora a un número importante de inmigrantes, sobre todo Alemania,
Francia, Bélgica, Suiza, Suecia y los Países Bajos. A fines de los se-
tenta, algunos países como Italia, España y Portugal que durante mu-
cho tiempo fueron países emisores, empezaron a recibir inmigrantes de
Medio Oriente y de África, y después de la rápida escalada de los
precios del petróleo en 1973, varias naciones menos desarrolladas pero
ricas en capital de la región del Golfo también comenzaron a patrocinar
la migración masiva de mano de obra. En los años ochenta, la migración
internacional se había extendido en Asia, no solo a Ja- pón, sino también
a países de industrialización reciente, como Corea, Taiwán, Hong Kong,
Singapur, Malasia y Tailandia.
Por consiguiente, para 1990, la migración internacional se había
convertido en un fenómeno verdaderamente global, y al reflexionar en
esta nueva realidad, los científicos sociales de diversas disciplinas han
intentado formular nuevas teorías sobre la migración para comple-
mentar las que se habían desarrollado durante la anterior era indus- trial.
Al igual que los esfuerzos previos, estas teorías procuraban ex-
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plicar por qué comienza la inmigración internacional y cómo persiste a


lo largo del espacio y el tiempo; pero en vez de tratar de entender un
éxodo masivo desde una Europa que se industrializaba rápidamente
hacia las antiguas colonias que se industrializaban rápidamente, se
propusieron explicar un régimen de migración más complejo que im-
plicaba flujos de población de economías en vías de industrialización
hacia economías maduras, una diversidad de orígenes y destinos, unos
costos de transporte considerablemente reducidos, unas comunicacio-
nes más baratas y más rápidas, una creciente intervención guberna-
mental y una mayor circularidad de movimientos.

Teorías de las migraciones internacionales

Economía neoclásica

La teoría más antigua y mejor conocida sobre la migración internacio-


nal tiene su origen en modelos originalmente desarrollados para expli-
car la migración interna de mano de obra en el proceso del desarrollo
económico (Lewis, 1954; Ranis y Fei, 1961). De acuerdo con esta teo-
ría y sus extensiones, la migración internacional, al igual que su con-
traparte interna, se debe a las diferencias geográficas en la oferta y la
demanda de mano de obra (Todaro y Maruszko, 1987). Un país con una
gran dotación de mano de obra con relación al capital tendrá un bajo
salario de equilibrio, mientras que una nación con una dotación limitada
de mano de obra con respecto al capital se caracterizará por un alto
salario de mercado, como se describe gráficamente mediante la
conocida interacción de las curvas de oferta y demanda de mano de
obra. La diferencia de salarios resultante hace que los trabajadores de
un país de bajos salarios o con excedente de mano de obra se muden al
país de altos salarios o con escasez de mano de obra. A consecuencia de
este movimiento, la oferta de mano de obra disminuye y los sala- rios a
la larga aumentan en el país con escaso capital, mientras que la oferta
de trabajo aumenta y finalmente los salarios caen en el país rico en
capital, lo que, en situación de equilibrio, lleva a una diferencia
internacional de salarios que refleja los costos del movimiento inter-
nacional, tanto pecuniarios como psicológicos.
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Un reflejo del flujo de trabajadores de los países donde abunda la


mano de obra hacia los países donde escasea es el flujo de inversiones
de capital de los países ricos en capital hacia los países de escaso ca-
pital. La relativa escasez de capital en los países pobres arroja una tasa
de rendimiento que es alta según los estándares internacionales, lo que
atrae las inversiones. El movimiento de capital incluye la migración de
capital humano, con trabajadores muy cualificados yendo de los países
de mucho capital a los países de poco capital a fin de obtener altos
rendimientos por sus especialidades en un medio con escasez de capital
humano, conduciendo a un movimiento paralelo de adminis- tradores,
técnicos y otros trabajadores especializados. Por ende, debe conservarse
la distinción conceptual entre el flujo internacional de mano de obra no
cualificada y el flujo internacional de capital humano con él
relacionado. Incluso en los modelos de nivel macro más com- plejos,
debe reconocerse claramente la heterogeneidad de los inmi- grantes
según las líneas de cualificación, con todo y que a menudo es difícil
trazar el límite que distingue a los trabajadores cualificados de los no
cualificados.
A esta teoría macroeconómica se le asocia un modelo microeco-
nómico de elección individual (Borjas, 1989; Todaro, 1969, 1976,
1989). Según este esquema, los individuos como actores racionales
deciden emigrar porque un cálculo de costos y beneficios los lleva a
esperar de su movimiento un rendimiento neto positivo, generalmente
monetario. La migración internacional se conceptualiza como una for-
ma de inversión en capital humano (Sjaastad, 1962). La gente decide
trasladarse a donde pueden ser más productivos, considerando sus ca-
pacidades, pero antes de que puedan cobrar esos salarios más altos
relacionados con una mayor productividad laboral, deben hacer ciertas
inversiones, que incluyen los costos materiales del viaje, el costo de
mantenerse mientras se trasladan y encuentran trabajo, el esfuerzo que
implica aprender un nuevo idioma y una nueva cultura, la difícil adap-
tación a un nuevo mercado laboral y los costos psicológicos de cortar
viejos vínculos y forjar otros nuevos (Todaro y Maruszko, 1987).
Los migrantes potenciales calculan los costos y beneficios de
trasladarse a varios lugares en el mundo y migran adonde esperan que
los rendimientos netos sean mayores en determinado horizonte tempo-
ral (Borjas, 1989, 1990). Los rendimientos netos de cada período futu-
ro se calculan considerando los ingresos correspondientes a las com-
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petencias del individuo en el país de destino y multiplicándolos por la


probabilidad de encontrar trabajo allá (y por la probabilidad de poder
evitar la deportación en el caso de los migrantes indocumentados) para
obtener los «ingresos esperados en destino». Estos ingresos espe- rados
se restan entonces de los que podrían obtener en la comunidad de origen
(los ingresos aquí considerados se multiplican por la proba- bilidad de
empleo), y la diferencia se suma durante el transcurso de un período que
va de 0 a n, descontando un factor que refleja la mayor utilidad del
dinero que se gana en el presente y no en el futuro. De esta diferencia
integrada, los costos calculados se restan para arrojar el rendimiento
neto esperado de la migración. En teoría, un migrante potencial va
adonde los rendimientos netos esperados de la migración son mayores.

La nueva economía de la migración

En años recientes ha surgido una «nueva economía de la migración


laboral» que cuestiona muchos de los supuestos y conclusiones de la
teoría neoclásica (Stark y Bloom, 1985). Una consideración clave de
este enfoque es que las decisiones sobre migración no las toman los
individuos como actores aislados, sino dentro de unidades mayores de
personas que guardan relación entre ellas —generalmente familias u
hogares, aunque a veces también comunidades enteras— en las que la
gente actúa colectivamente para sacar el mayor provecho no solo del
ingreso esperado, sino también para reducir al mínimo los riesgos que
podría correr el ingreso y beneficiarse al máximo de la posición ocu-
pada en una jerarquía integrada, así como para superar una serie de
fallos en el mercado local (Stark, 1991; Taylor, 1986, 1987).
En la mayoría de los países desarrollados, los riesgos para el in-
greso familiar se enfrentan mediante mecanismos institucionales. Los
programas de seguros de cosechas y de mercados de futuros dan a los
agricultores una manera de protegerse contra los desastres naturales y
las fluctuaciones de precio, mientras que el seguro de desempleo y los
subsidios gubernamentales protegen a los trabajadores contra los vai-
venes del ciclo económico y el cambio económico estructural. Por otra
parte, los programas de retiro privados o patrocinados por el go- bierno
protegen a los ciudadanos contra el riesgo de pobreza en la
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vejez mediante contribuciones regulares o mediante contribuciones


fiscales, que básicamente alargan el ingreso de la persona en el trans-
curso del tiempo.
Los hogares están mejor situados que los individuos para contro-
lar los riesgos que amenazan el bienestar económico porque se diver-
sifica la asignación de los recursos productivos. Aunque los indivi- duos
pueden usar períodos de migración temporal consecutivos para
diversificar la asignación de su trabajo a lo largo del tiempo, esta es-
trategia es menos factible para los migrantes internacionales, que en-
frentan grandes costos irrecuperables del desplazamiento. Sin embar-
go, los hogares pueden diversificar fácilmente sus fuentes de ingresos
asignando diferentes trabajadores de la familia a diferentes mercados
laborales. Algunos miembros pueden trabajar en la economía local;
otros pueden trabajar en un lugar diferente del mismo país, y otros
pueden trabajar en el extranjero. Mientras las condiciones económicas
en el mercado de trabajo no local se relacionen negativa o débilmente
con las de la comunidad de origen, los hogares podrán controlar los
riesgos mediante la diversificación geográfica. En el caso de que las
condiciones económicas en su lugar de origen se deterioren y si las
actividades productivas dejaran de generar un ingreso suficiente, el
hogar puede contar con las remesas de los migrantes para su manuten-
ción.
También los mercados de crédito y capital tienden a ser comple-
tos y a funcionar bien en los países desarrollados, lo que ofrece a la
mayoría de las familias un medio de tomar préstamos para tener esta-
bilidad en el consumo o para hacer una inversión. Sin embargo, cuan-
do no hay un sistema bancario firme y eficiente, la migración interna-
cional se vuelve una estrategia atractiva para acumular fondos que
pueden usarse en vez de tomar préstamos. Los hogares sencillamente
mandan a uno o a más trabajadores al extranjero para que junten aho-
rros o para que los envíen a casa en forma de remesas. Aunque la
mayoría de los ahorros y remesas de los migrantes se destinan al con-
sumo, una parte de los fondos también se encauza inevitablemente hacia
la inversión productiva.
Una propuesta clave del nuevo modelo económico es que el in-
greso no es un bien homogéneo, como lo asume la economía neoclási-
ca. La fuente del ingreso realmente importa, y los hogares tienen in-
centivos importantes para invertir los escasos recursos familiares en
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actividades y proyectos que les permiten acceder a nuevas fuentes de


ingreso, aunque estas actividades no aumenten el ingreso total. La
nueva economía de la migración también cuestiona la suposición de que
el ingreso tiene un efecto constante sobre las utilidades en todos los
escenarios socioeconómicos; esto es, que un aumento real de 100
dólares de ingreso significa lo mismo para cualquier persona, sin que en
ello influyan ni las condiciones de la comunidad ni la posición del
hombre o la mujer en la distribución local del ingreso.
Los teóricos de la nueva economía plantean que los hogares en-
vían trabajadores al extranjero no solo para mejorar sus ingresos en
términos absolutos, sino también para lograr un aumento relativo res-
pecto de otros hogares, y por lo tanto para reducir su privación relati-
va en comparación con el grupo de referencia (véase Stark y Taylor,
1989, 1991a; Stark, 1991). El sentido de privación relativa de un hogar
depende de los ingresos de los que se encuentra privado en el grupo de
referencia de distribución del ingreso. Como ejemplo, considérese un
aumento en el ingreso de los hogares ricos. Si los ingresos de los ho-
gares pobres se mantienen sin cambios, aumenta su privación relativa.
Si las utilidades de un hogar se ven negativamente afectadas por la
privación relativa, entonces, aun cuando en esa familia no cambien ni
el ingreso absoluto ni las ganancias esperadas de la migración, su in-
centivo para participar en la migración internacional aumenta si espe-
ra obtener una ganancia relativa de ingresos en la comunidad envian-
do al extranjero a uno de sus miembros. Crece entonces la probabilidad
de la migración debido al cambio en los ingresos de otros hogares. Los
fallos de mercado que restringen las oportunidades de ingreso para los
hogares pobres también pueden incrementar el atractivo de la migración
como una vía para generar ganancias en el ingreso relativo.

Teoría de la segmentación del mercado de trabajo

Aunque la teoría neoclásica y la nueva economía de la migración lle-


van a conclusiones divergentes sobre los orígenes y el carácter de la
migración internacional, ambos son básicamente modelos de decisión
a nivel micro. Difieren en las unidades consideradas para tomar la
decisión (el individuo o el hogar), la entidad que se maximaliza o mi-
nimaliza (ingreso o riesgo), sus suposiciones sobre el contexto econó-
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mico de toma de decisiones (mercados completos y con buen funcio-


namiento contra mercados inexistentes o imperfectos), y la extensión en
que la decisión de emigrar se contextualiza socialmente (ya sea que el
ingreso se evalúe en términos absolutos o relativos respecto de un grupo
de referencia). Sin embargo, la teoría del mercado laboral seg- mentado
se presenta con un planteamiento claramente distinto de es- tos modelos
de elección racional, ya que rebaja las decisiones tomadas por los
individuos y propone que la migración internacional emana de las
demandas intrínsecas de trabajo de las sociedades industriales mo-
dernas.
Michael Piore (1979) ha sido el defensor más enérgico y elo-
cuente de este punto de vista teórico, argumentando que la migración
internacional se debe a una demanda permanente de trabajo que es
inherente a la estructura económica de los países desarrollados. Según
Piore, la inmigración no se debe a factores de expulsión de los países
emisores (salarios bajos o alto desempleo), sino a factores de atrac- ción
de los países receptores (una necesidad crónica e inevitable de
trabajadores de bajos salarios). La demanda inmanente de trabajo ba-
rato y flexible surge de cuatro características fundamentales de las
sociedades industriales avanzadas y sus economías.
La primera es la inflación estructural. Los salarios no solo refle-
jan condiciones de oferta y demanda, sino que confieren estatus y
prestigio, cualidades sociales que son inherentes a los empleos a los que
se vinculan los salarios. En general, la gente piensa que los sala- rios
deben reflejar la posición social y tiene ideas bastante rígidas so- bre la
correlación entre el estatus ocupacional y el sueldo. En conse- cuencia,
los salarios que ofrecen los empleadores no tienen total libertad para
responder a los cambios en la oferta de trabajadores. Una serie de
expectativas sociales informales y mecanismos institucionales formales
(como contratos colectivos sindicales, reglas de la adminis- tración
pública, regulaciones burocráticas y clasificaciones de puestos en las
empresas) se encargan de que los salarios se correspondan con las
jerarquías de prestigio y estatus que la gente percibe y espera.
Si los empleadores procuran atraer trabajadores para empleos no
especializados que ocupan los lugares inferiores de la jerarquía ocupa-
cional, simplemente no pueden subir los salarios. Subir los salarios de
los puestos inferiores de la jerarquía trastornaría las relaciones social-
mente definidas entre el estatus y la remuneración. Si se subieran los
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salarios del extremo inferior, habría una fuerte presión para aumentar
los salarios con cantidades correspondientes en otros niveles de la je-
rarquía. Por ejemplo, si ante la escasez de trabajadores disponibles
subieran los salarios de los asistentes de meseros o camareros, alcan-
zarían los salarios de los meseros, con lo que el estatus de los últimos
quedaría en entredicho y se afectaría la jerarquía social aceptada. Los
meseros, a su vez, exigirían un aumento de salarios, lo que amenazaría
la posición de los cocineros, quienes también harían presión para que
les aumentaran el sueldo. Para esto, los trabajadores pueden recibir
ayuda de los representantes o los contratos sindicales.
Así pues, el costo en el que incurren los empleadores al elevar
salarios para atraer a trabajadores de bajo nivel típicamente es mayor
que solo el costo de los salarios de dichos trabajadores; los salarios
deben aumentarse proporcionalmente en toda la jerarquía ocupacional
a fin de mantenerlos de acuerdo con las expectativas sociales, proble-
ma conocido como inflación estructural. Atraer a los trabajadores na-
tivos elevando los salarios iniciales durante las épocas de escasez de
mano de obra es, pues, caro y causante de distorsiones, y proporciona
a los empleadores un fuerte incentivo para buscar soluciones más fá-
ciles y baratas, como la importación de trabajadores migrantes que
aceptarán salarios bajos.
La demanda de mano de obra barata y flexible aumenta además
por las limitaciones sociales en cuanto a la motivación incrustada en las
jerarquías ocupacionales. La mayoría de la gente trabaja no solo para
generar ingresos, sino también para acumular prestigio social. En el
nivel inferior de cualquier jerarquía de empleos surgen problemas
motivacionales agudos porque no hay estatus que conservar y hay po-
cas vías de movilidad ascendente. El problema es ineludible y estruc-
tural, porque no puede eliminarse el extremo inferior de los mercados
laborales. La mecanización para eliminar el tipo de empleos más bajos
y menos deseables únicamente crea una nueva capa inferior compues-
ta por empleos que antes estaban justo arriba del nivel inferior. Puesto
que siempre va a haber un extremo inferior en cualquier jerarquía, los
problemas motivacionales son ineludibles. Lo que necesitan los em-
pleadores son trabajadores que consideren los empleos más bajos so-
lamente como un medio para lograr el objetivo de ganar dinero y para
quienes el empleo se reduce únicamente al ingreso, sin ninguna impli-
cación de estatus ni prestigio.
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 151

Los inmigrantes satisfacen esta necesidad por una serie de razo-


nes, al menos en el inicio de sus carreras migratorias. La mayoría de los
migrantes comienzan con el objetivo de ganar determinada canti- dad
de dinero para un fin específico que mejorará su estatus o su bie- nestar
en el hogar: construir una casa, pagar la educación, comprar tierras,
adquirir bienes de consumo. Por lo demás, la falta de corres- pondencia
de los niveles de vida entre las sociedades desarrolladas y las sociedades
en desarrollo significa que los salarios que son bajos en el extranjero
parecen ser generosos según los criterios de la comuni- dad emisora; a
pesar de que un migrante puede advertir que cierto empleo es de baja
categoría en el extranjero, no se considera a sí mis- mo como parte de
la sociedad receptora. En cambio, se considera a sí mismo como
miembro de su comunidad de origen, en la que el trabajo en el
extranjero y las remesas en una moneda fuerte van acompañados de
mucha honra y prestigio.
La demanda del trabajo de los inmigrantes también surge de la
dualidad inherente de trabajo y capital. El capital es un factor de pro-
ducción fijo que puede quedarse ocioso por la baja demanda, pero no
puede ser despedido; los dueños del capital deben cargar con los cos-
tos de su desempleo. El trabajo es un factor variable de producción del
que puede prescindir cuando cae la demanda, por lo que los trabajado-
res se ven obligados a asumir los costes de su desempleo. Por lo tanto,
siempre que sea posible, los capitalistas buscan la porción permanen-
te, estable de la demanda y la reservan para la empleo del equipo,
mientras que la porción variable de la demanda se cubre añadiendo
mano de obra. En esta forma, los métodos de capital intensivo se usan
para cubrir la demanda básica, y los métodos de trabajo intensivo se
reservan para el componente estacional, fluctuante. Este dualismo crea
distinciones entre los trabajadores, lo que lleva a una bifurcación de la
fuerza de trabajo.
Los trabajadores empleados en el sector primario de capital in-
tensivo obtienen empleos estables y cualificados y trabajan con las
mejores herramientas y el mejor equipo. Los empleadores están obli-
gados a invertir en estos trabajadores dándoles capacitación y forma-
ción especializadas. Sus trabajos son complicados y dado que ejecu-
tarlo exige considerable conocimiento y experiencia, se acumula
capital humano específico para la empresa. Los trabajadores del sector
primario suelen estar sindicalizados o tienen un alto grado de profe-
152 Comprender las migraciones internacionales

sionalización, y sus contratos exigen que sus empleadores carguen con


una parte sustancial del costo de subutilizar su capacidad produc- tiva
(en forma de indemnización por despido o de prestaciones por
desempleo). Debido a estos costos y a estas obligaciones persistentes,
se vuelve caro despedir a los trabajadores del sector primario; se con-
vierten en algo parecido al capital.
Sin embargo, en el sector secundario de trabajo intensivo, los
trabajadores tienen empleos inestables, no cualificados; pueden ser
despedidos en cualquier momento o sin costo para el empleador. Efec-
tivamente, el empleador generalmente pierde dinero conservando tra-
bajadores durante períodos flojos. Lo primero que hacen los emplea-
dores del sector secundario es recortar la nómina. En consecuencia, los
empleadores obligan a los trabajadores del sector a cargar con los costos
de su desempleo. Siguen siendo un factor variable de la pro- ducción,
por lo que son descartables.
De este modo, el dualismo inherente entre trabajo y capital se
amplía a la fuerza de trabajo bajo la forma de una estructura segmen-
tada del mercado laboral. Los salarios bajos, las condiciones inesta- bles
y la falta de perspectivas razonables de movilidad en el sector
secundario dificultan la posibilidad de atraer a trabajadores nativos, que
en cambio se incorporan al sector primario de capital intensivo donde
los salarios son más altos, los empleos más seguros y hay posi- bilidad
de ascenso ocupacional. Para cubrir el déficit en la demanda del sector
secundario, los empleadores recurren a los inmigrantes.
En su análisis del proceso mediante el cual los inmigrantes cuba-
nos se incorporaron a Estados Unidos, Alejandro Portes y Robert Bach
(1985) encontraron evidencias sobre un tercer sector de empleos que
combina rasgos de los mercados de trabajo primario y secundario y que
también genera una demanda estructural de trabajadores inmi- grantes.
Al igual que el sector secundario, los enclaves étnicos com- prenden
empleos de baja categoría caracterizados por salarios bajos,
inestabilidad crónica y condiciones desagradables de trabajo, empleos
que una y otra vez son rechazados por los trabajadores nativos. No
obstante, a diferencia del sector secundario, el enclave proporciona a
los inmigrantes rendimientos económicos importantes en términos de
educación y experiencia, así como la perspectiva muy concreta de mo-
vilidad socioeconómica ascendente, lo que reproduce los rasgos del
sector primario.
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 153

Sin embargo, no todas la inmigraciones generan enclaves étni-


cos, y las investigaciones sugieren que más bien es difícil que se for-
men (Logan, Alba y McNulty, 1994). En efecto, los enclaves étnicos
que se han reconocido hasta ahora se han creado en circunstancias
bastante inusitadas de concentración geográfica y con una inmigra- ción
ocurrida en un tiempo preciso y selectiva en términos de clase (Portes y
Stepick, 1993; Wilson y Martin, 1982). En general, una eco- nomía de
enclave surge cuando una oleada inicial de inmigrantes de élite que
poseen cantidades significativas de capital financiero, huma- no, social
y cultural se concentran desproporcionadamente en un área urbana y,
después de establecerse en ella y de formar nuevos nego- cios, emplean
oleadas sucesivas de inmigrantes de nivel inferior pero ambiciosos
procedentes del mismo país.
La existencia de una población grande y concentrada de inmi-
grantes del mismo origen crea una demanda de productos culturales
especializados y servicios étnicos, y para cubrirla los inmigrantes em-
presarios están idóneamente calificados. Además, el acceso privilegia-
do de estos últimos a una reserva creciente de trabajadores inmigran-
tes de bajo nivel salarial les concede ventaja en la competencia con las
compañías que están fuera del enclave. Los inmigrantes recién llega-
dos que trabajan en el enclave aceptan los bajos salarios y la estricta
disciplina a cambio de obtener posteriormente mayores oportunidades
de avanzar y ser independientes (Portes y Bach, 1985). El contrato
implícito entre los empleadores y los trabajadores surge de una norma
de solidaridad étnica (una forma de capital cultural), que recubre y
apoya al enclave (Portes y Manning, 1986; Portes y Rumbaut, 1990). Al
mismo tiempo, las redes sociales y los vínculos personales con otros
empresarios (una forma de capital social) impulsan a los nuevos
inmigrantes en sus trayectorias independientes en negocios pequeños, y
se espera que, una vez establecidos, estos nuevos empresarios tam- bién
ayuden y promuevan a otros inmigrantes (nuevamente capital cultural).
Las posibilidades de que se forme un enclave aumentan par-
ticularmente cuando los inmigrantes iniciales tienen una buena educa-
ción y poseen competencias de organización o de negocios (capital
humano), o si tienen acceso a ahorros, crédito o a ayuda gubernamen-
tal (capital financiero).
Aunque un enclave étnico puede comenzar con la inmigración de
empresarios, para funcionar efectivamente a lo largo del tiempo
154 Comprender las migraciones internacionales

precisa de un flujo estable de nuevos trabajadores dispuestos a aceptar


salarios iniciales bajos a cambio de la posibilidad de movilidad poste-
rior, lo que genera una fuente estructural independiente de demanda de
mano de obra para los trabajadores inmigrantes y que complementa la
demanda surgida del sector secundario. En la medida en que los
empresarios inmigrantes llegan, se concentran geográficamente y es-
tablecen nuevas empresas que para sobrevivir se basan en la mano de
obra de los inmigrantes, la inmigración puede, literalmente, generar su
propia demanda.
Los problemas de motivación y de inflación estructural inheren-
tes a las modernas jerarquías ocupacionales, junto con el dualismo
intrínseco de las economías de mercado, crean una demanda perma-
nente de trabajadores que están dispuestos a trabajar en condiciones
desagradables, por un salario bajo, con gran inestabilidad y pocas
oportunidades de promoción. En el pasado, esta demanda era parcial-
mente cubierta por tres grupos de gente con estatus sociales y caracte-
rísticas conducentes a este tipo de empleos: mujeres, adolescentes e
inmigrantes del campo a la ciudad.
Históricamente las mujeres han mostrado una tendencia a parti-
cipar en la fuerza laboral hasta que nace su primer hijo, y en menor
medida después de que sus hijos han crecido. Han intentado percibir
ingresos suplementarios para ellas mismas o para sus familias. No eran
el principal sostén de la familia, y su identidad social más impor- tante
era ser hermana, esposa o madre. Estaban dispuestas a soportar los
salarios bajos y la inestabilidad porque consideraban el trabajo como
algo transitorio y la remuneración como algo complementario; los
puestos que ocupaban no iban en menoscabo de su posición social, que
tenía su fundamento en la familia.
Asimismo, los adolescentes han entrado y salido históricamente
de la fuerza laboral con gran frecuencia a fin de ganar dinero extra,
adquirir experiencia y probar distintos roles ocupacionales. Los em-
pleos sin posibilidades de ascenso no les resultan problemáticos por-
que esperan obtener mejores trabajos en el futuro, tras haber comple-
tado la escuela, haber adquirido experiencia o haberse establecido.
Además, los adolescentes toman su identidad social de sus padres y sus
familias de orientación, no de sus trabajos. Piensan el trabajo en
términos instrumentales como un medio de ganar dinero para gastar. El
dinero y las cosas que se compran con él elevan su estatus entre los
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 155

pares (compran ropa, carros, música, etcétera); el empleo no es más


que un medio para un fin.
Por último, las áreas rurales de los países desarrollados proporcio-
naron durante muchos años a las ciudades industriales un flujo estable
de trabajadores de bajos salarios. Mudarse de un lugar social y econó-
micamente atrasado al dinamismo y estímulos de la ciudad creaban una
sensación de movilidad ascendente y de superación personal que no
concedía mayor importancia a la modestia de las propias circunstancias
después de haber emigrado, e incluso los empleos como sirvientes no
especializados en las ciudades daban acceso a casa, comida y bienes de
consumo que representaban un verdadero paso hacia arriba en el mundo
de los migrantes empobrecidos del campo. Mientras existieron grandes
reservas de población rural, los nuevos países industriales pudieron bus-
car trabajadores no especializados en su propio territorio para satisfacer
la demanda emergente de ese tipo de mano de obra de bajos salarios.
Sin embargo, en las sociedades industriales avanzadas, estas
fuentes de trabajadores del nivel inicial se han reducido a lo largo del
tiempo debido a cuatro tendencias sociodemográficas fundamentales: el
aumento de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, que ha
transformado el trabajo femenino en una carrera que las mujeres
emprenden por estatus social así como por ingresos; el aumento en las
tasas de divorcio, que ha transformado los empleos de las mujeres en
una fuente de apoyo financiero primario; el descenso en las tasas de
natalidad y la prolongación de la educación formal, que ha producido
grupos muy pequeños de adolescentes que ingresan a la fuerza de tra-
bajo; y la urbanización de la sociedad, que ha eliminado granjas y
comunidades rurales como fuentes potenciales de nuevos migrantes a la
ciudad. El desequilibrio entre la demanda estructural de trabajado- res
del nivel inicial y la limitada oferta interna de trabajadores de este tipo
ha generado una demanda latente de largo plazo para los inmi- grantes
en los países desarrollados.
La teoría del mercado laboral segmentado ni postula ni niega que
los actores tomen decisiones racionales considerando sus propios inte-
reses, como predicen los modelos microeconómicos. Por ejemplo, las
cualidades negativas que la gente de los países industrializados vincu-
la a los empleos de salarios bajos pueden abrir oportunidades de em-
pleo a los trabajadores extranjeros, que elevan así las ganancias que
esperaban obtener, aumentan su capacidad para sobreponerse al riesgo
156 Comprender las migraciones internacionales

y a las limitaciones del crédito y permiten a los hogares alcanzar ga-


nancias relativas de ingresos al enviar al extranjero a los miembros de
la familia. El reclutamiento por parte de los empleadores ayuda a su-
perar las restricciones de información y de otro tipo sobre el movi-
miento internacional, y en consecuencia se incrementa el valor de la
migración como una estrategia para la generación de ingresos familia-
res o de diversificación de riesgos.

Teoría de los sistemas mundiales

En los años cincuenta surgió desde la teoría social un planteamiento en


respuesta a las teorías funcionalistas de desarrollo y cambio social
según el cual los países se desarrollan económicamente progresando
mediante una serie ordenada de etapas evolutivas que culminan en la
modernización y la industrialización. En contraste, los teóricos histó-
rico-estructuralistas propusieron que, debido al reparto desigual de
poder político entre los países, la expansión del capitalismo global actúa
para perpetuar desigualdades y refuerza un orden económico es-
tratificado. En vez de experimentar un progreso inexorable hacia el
desarrollo y la modernización, los países pobres en realidad están
atrapados en su posición desaventajada dentro de una estructura
geopolítica desigual, que perpetúa su pobreza.
La teoría histórico-estructural alcanzó su mayor punto de in-
fluencia durante los años sesenta y setenta, y alcanzó especial popula-
ridad entre los científicos sociales de América Latina. Teóricos como
Celso Furtado (1965, 1970) y Fernando Cardoso y Enzo Faletto (1969)
observaron un deterioro en términos del comercio entre países
capitalistas ricos y países pobres en los años posteriores a la Segunda
Guerra Mundial y concluyeron que se reducía a las naciones en desa-
rrollo a la dependencia por las condiciones estructurales que les dicta-
ban los poderosos países capitalistas. De acuerdo con Andre Gundre
Frank (1969) las fuerzas del capitalismo global actuaron para «desa-
rrollar el subdesarrollo» en el Tercer Mundo. Esta línea de pensamien-
to histórico-estructural llegó a conocerse como la teoría de la depen-
dencia y acabó siendo adoptada por un grupo diverso de académicos
que se inspiraban en la obra de Paul Baran (1957, 1973) y su concep-
tualización de las ideas de Marx y Lenin.
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 157

Una segunda línea de teoría histórico-estructural surgió poco


después retomando el trabajo de los teóricos de la dependencia, así
como la historiografía del historiador social francés Fernand Braudel
(1981, 1982). Su principal exponente fue Immanuel Wallerstein (1974,
1980), quien emprendió un análisis muy amplio de la expansión glo-
bal del sistema capitalista a partir del siglo xvi. Wallerstein se propuso
reconstruir los procesos históricos mediante los cuales se crearon y se
extendieron por todo el mundo las estructuras políticas y económicas
desiguales, y los mecanismos mediante los cuales se incorporaron las
regiones no capitalistas y precapitalistas a la economía global de mer-
cado. Clasificó a los países de acuerdo con su grado de dependencia
de las potencias capitalistas, a las que nombró países «centrales». Los
países de la «periferia» serían los más dependientes, mientras que
aquellos en la «semiperiferia» tendrían un poco más de independencia
en el mercado global. Los países en la «arena externa» permanecerían
aislados y en gran medida fuera del sistema capitalista global. Debido
al alcance de este trabajo y su visión panorámica de un capitalismo
global en expansión, esta línea de pensamiento llegó a ser general -
mente conocida como la «teoría de los sistemas mundiales» (Sim -
mons, 1989).
En un comienzo, ni los teóricos de los sistemas mundiales ni los
teóricos de la dependencia prestaron mucha atención a la migra- ción
internacional. En cambio, durante los años sesenta y setenta, se
enfocaron en la migración del campo a la ciudad y su inserción den- tro
de la economía urbana informal. En contraste con teóricos econó- micos
como Michael Todaro (1969, 1976) y de planteamientos socio- lógicos
como el de Everett Lee (1966), que consideraban la migración como un
cálculo racional hecho por individuos para asegurarse un avance
material, los representantes de la teoría histórico-estructural vincularon
la migración con la macro organización de las relaciones
socioeconómicas, la división geográfica del trabajo y los mecanis- mos
políticos de poder y dominación (véase Singer, 1971, 1975; Stern,
1988).
Solo después de las recesiones económicas de mediados de los
setenta comenzaron los observadores a entender que los flujos inter-
nacionales no eran solo una simple aberración «temporal» y que la
migración internacional también podía vincularse con los cambios es-
tructurales que acompañaban a la inserción de un país en el mercado
158 Comprender las migraciones internacionales

global. Cuando la absorción de los extranjeros surgió como un tema


político en todo el mundo desarrollado, los académicos comenzaron a
aplicar los preceptos de la teoría histórico-estructural para analizar los
flujos de mano de obra, que repentinamente vieron con nuevos ojos. Al
igual que sus antecesores intelectuales, algunos teóricos como Ale-
jandro Portes y John Walton (1981), Elizabeth Petras (1981), Saskia
Sassen (1988) y Ewa Morawska (1990) procuraron explicar la migra-
ción internacional no como un producto de decisiones individuales o
familiares, sino como una consecuencia estructural de la expansión de
los mercados dentro de una jerarquía política global. Aunque hasta el
momento sus propuestas no han formado una teoría coherente, sino más
bien un acercamiento general al estudio de la migración interna- cional,
las explicaciones histórico-estructurales se engloban en térmi- nos
generales bajo la categoría de la «teoría de los sistemas mun- diales».
Esta teoría sostiene que la penetración de las relaciones econó-
micas capitalistas en las sociedades no capitalistas o precapitalistas crea
una población móvil que es propensa a emigrar. Movidos por el deseo
de obtener mayores ganancias y de una mayor riqueza, los due- ños y
administradores de las compañías capitalistas de los países cen- trales
entran en los países más pobres situados en la periferia de la economía
mundial en busca de tierras, materias primas, mano de obra y mercados
de consumo. En el pasado esta penetración del mercado contaba con la
ayuda de los regímenes coloniales que administraban las regiones
pobres para beneficio de los intereses económicos de las sociedades
colonizadoras. Hoy es posible gracias a los gobiernos neo- coloniales y
las compañías multinacionales que perpetúan el poder de las élites
nacionales que o bien participan en la economía mundial como
capitalistas ellos mismos o bien ofrecen los recursos de su país a las
compañías globales en términos aceptables.
Los teóricos de los sistemas mundiales plantean que la migra- ción
internacional surge en reacción a los trastornos y distorsiones que
inevitablemente suceden en el proceso del desarrollo capitalista. A
medida que el capitalismo se ha extendido hacia el exterior de su centro
en Europa Occidental, Norteamérica, Oceanía y Japón, son cada vez
mayores las áreas del planeta y la proporción de la población humana
que se han incorporado a la economía de mercado. Para expli- car cómo
se generan los flujos migratorios, algunos de los cuales se
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 159

producen hacia el extranjero, los teóricos han considerado de qué ma-


nera los mercados globales ejercen su influencia sobre la tierra, las
materias primas y la fuerza de trabajo en las regiones periféricas
(Massey, 1988a: DM2).
A fin de extraer los mayores beneficios de los recursos agrarios
existentes y para competir con los mercados de productos mundiales,
los agricultores capitalistas de las áreas periféricas procuran consoli-
dar la tenencia de la tierra, mecanizar la producción, introducir culti-
vos comerciales y aplicar insumos producidos industrialmente como
fertilizantes, insecticidas y semillas de alto rendimiento. La consolida-
ción de la tierra destruye los sistemas tradicionales de tenencia de la
tierra que se basan en derechos hereditarios y derechos comunes de
usufructo. La mecanización reduce la necesidad del trabajo manual y
provoca que muchos trabajadores agrícolas sobren en la producción. La
sustitución de los cultivos básicos por cultivos comerciales daña las
relaciones sociales y económicas tradicionales basadas en la sub-
sistencia (Chayanov, 1966), y como el uso de los insumos modernos
produce cosechas abundantes a precios unitarios bajos, los pequeños
agricultores no capitalistas son expulsados de los mercados locales.
Todas estas fuerzas contribuyen a crear una fuerza de trabajo móvil
desplazada de la tierra y cuyo apego a las comunidades agrícolas loca-
les se va debilitando.
La extracción de materias primas para su venta en los mercados
globales requiere métodos industriales que se basan en el trabajo asa-
lariado. La oferta de salarios a quienes antes eran campesinos daña las
formas tradicionales de organización social y económica basadas en
normas de reciprocidad y en relaciones de roles fijos, y crea mercados
laborales incipientes que se basan en concepciones nuevas de indivi-
dualismo, ganancias privadas y cambio social. Asimismo, estas ten-
dencias promueven la movilidad geográfica de la fuerza de trabajo en
las regiones en desarrollo, a menudo con salidas internacionales.
Las compañías originarias de países capitalistas entran en los
países en desarrollo para establecer plantas de ensamblaje que aprove-
chan las bajas tarifas salariales, a menudo con zonas especiales de
procesamiento y exportación creadas por gobiernos que les son afines.
La demanda de obreros para las fábricas fortalece los mercados labo-
rales locales y debilita las relaciones productivas tradicionales. Ahora
bien, gran parte del trabajo requerido es femenino, y la feminización
160 Comprender las migraciones internacionales

resultante de la fuerza de trabajo limita las oportunidades para los


hombres; no obstante, puesto que el nuevo trabajo de las fábricas es
exigente y mal pagado, las mujeres tienden a trabajar solo unos cuan-
tos años y luego se van en busca de nuevas oportunidades. La inser-
ción de las fábricas de propiedad extranjera en regiones periféricas daña
entonces la economía local al producir mercancías que compiten con las
que se fabrican localmente, al feminizar la fuerza de trabajo sin ofrecer
oportunidades de empleos en las fábricas para los hombres y al
socializar a las mujeres para el trabajo industrial y el consumo moderno
aunque sin proporcionarles un ingreso duradero capaz de sa- tisfacer
estas necesidades. El resultado es la creación de una pobla- ción que
está desarraigada social y económicamente y que es propen- sa a migrar.
Los mismos procesos económicos capitalistas que crean migran-
tes en las regiones periféricas los atraen simultáneamente a los países
desarrollados. Aunque alguna gente desplazada por el proceso de pe-
netración del mercado se muda a las ciudades, provocando la urbani-
zación de las sociedades en desarrollo, muchos se ven inevitablemente
atraídos hacia el extranjero porque la globalización crea vínculos ma-
teriales, militares e ideológicos con los lugares en donde se origina el
capital. La inversión extranjera que impulsa la globalización económi-
ca se conduce desde un pequeño número de ciudades globales, cuyas
características estructurales crean una fuerte demanda de mano de
obra inmigrante.
Para enviar mercancías, entregar maquinaria, extraer y exportar
materias primas, coordinar operaciones de negocios y administrar en-
sambladoras expatriadas, los capitalistas de los países centrales cons-
truyen y expanden vínculos de comunicaciones y transporte con los
países periféricos en donde han invertido. Estos vínculos no solo faci-
litan el movimiento de mercancías, productos, información y capital,
sino que promueven el movimiento de la gente reduciendo los costos de
traslado en ciertas rutas internacionales. Puesto que la inversión y la
globalización van inevitablemente acompañadas por la construc- ción
de una infraestructura de comunicaciones y transporte, el movi- miento
internacional de mano de obra generalmente sucede al movi- miento
internacional de mercancías y capital en la dirección opuesta.
La creación y la perpetuación de un régimen comercial global
requieren el soporte de un sistema de seguridad internacional. Los paí-
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 161

ses capitalistas centrales tienen un interés económico en el orden


geopolítico, así como los medios militares para conservarlo; la mayo-
ría de las principales potencias mantienen fuerzas armadas relativa-
mente grandes que pueden desplegar según sea necesario para res-
guardar la integridad del sistema capitalista global. Con frecuencia es la
fuerza militar proyectada desde al menos uno de los países centrales la
que combate las amenazas a la estabilidad de ese sistema. Por ejem- plo,
después de 1945, la expansión comunista hacia Europa represen- taba
una amenaza tan grande para el debilitado capitalismo que Gran
Bretaña, Francia y Estados Unidos establecieron bases militares con un
numeroso despliegue de soldados en todo el continente. También
enviaron regularmente fuerzas militares a las diversas zonas de riesgo
que surgieron en África, Medio Oriente, Asia y América Latina a lo
largo de los cuarenta años que duró la guerra fría con la Unión Sovié-
tica.
Como la principal potencia económica y política en el mundo
capitalista de la posguerra, Estados Unidos ha desempeñado el papel
más importante en la conservación de la paz y la seguridad interna-
cional en el mundo de la posguerra, manteniendo un aparato militar
extraordinariamente grande y enviando con frecuencia sus fuerzas ar-
madas a combatir insurgencias izquierdistas, a revertir invasiones co-
munistas, o a sofocar estallidos de violencia que amenazan el orden
capitalista. En los años posteriores a 1945 Estados Unidos ha interve-
nido de manera franca o encubierta por lo menos en una docena de
países: Irán, Guatemala, Nicaragua, Cuba, República Dominicana,
Haití, Granada, Chile, Somalia y, desde luego, en Vietnam, Camboya y
Corea. En años recientes encabezó una fuerza multinacional para
restablecer el orden (y el flujo de petróleo) en Kuwait. A fin de con-
servar su capacidad de proyectar poder militar donde y cuando se ne-
cesite, Estados Unidos mantiene una serie de grandes bases militares en
áreas remotas alrededor del mundo.
Sin embargo, cada base militar y cada intervención armada crean
una gama de conexiones sociales y políticas que promueven un subse-
cuente movimiento de inmigrantes. Los soldados a menudo se casan
con ciudadanos locales cuyo propósito es irse con ellos a su país al
término de su misión, y en Estados Unidos (al igual que en muchos otros
países) los cónyuges pueden reclamar un derecho privilegiado a
ingresar al país en razón de haber contraído matrimonio con un ciuda-
162 Comprender las migraciones internacionales

dano americano. A su vez, los cónyuges pueden tratar de promover la


inmigración de sus hermanos, hermanas, madres, padres y menores de
edad. Estas personas tienen sus propios derechos a ingresar debido a su
parentesco con un residente legal y, si el cónyuge acaba naturali-
zándose, en razón de su parentesco con un ciudadano.
Las operaciones militares a gran escala también implican la con-
tratación de una gran cantidad de personal de apoyo entre la población
civil local, gracias a lo cual se establecen relaciones personales, deu-
das políticas y obligaciones morales que pueden invocarse para obte-
ner acceso a visas de inmigrantes cuando se marchan los militares o para
obtener la condición de refugiado en el caso de que el Estado cliente se
derrumbe. Además, si la presencia militar es de largo plazo,
inevitablemente crecen en torno a la base un sinnúmero de estableci-
mientos comerciales y de servicios, extendiendo aún más el alcance de
las interacciones personales y deudas sociales, y transmitiendo nuevos
códigos lingüísticos y convenciones culturales a la población local. El
contacto intensivo con los soldados estadounidenses no solo aumenta
las probabilidades de matrimonio, sino que también inculca un
conocimiento del inglés y la cultura estadounidense que eleva las
recompensas potenciales de trabajar en Estados Unidos e incrementa la
motivación para hacerlo. Así pues, por estas causas, los despliegues
militares importantes normalmente van asociados a considerables flu-
jos de inmigrantes hacia el país ocupante (Donato, 1991; Jasso y Ro-
senzweig, 1990; Schmeidl, 1997).
Finalmente, la globalización económica crea vínculos ideológi-
cos y culturales entre los países capitalistas centrales y sus periferias a
través de otros medios, aparte de la intervención militar. En muchos
casos estos vínculos culturales son duraderos, pues reflejan un pasado
colonial durante el cual los países centrales establecieron sistemas ad-
ministrativos y educativos que reflejaban los propios a fin de gobernar
y explotar una región periférica. Por ejemplo, los ciudadanos de Sene-
gal aprenden francés, estudian en liceos y utilizan una divisa directa-
mente vinculada al franco francés en las transacciones económicas.
Asimismo, los indios y los paquistaníes aprenden inglés, obtienen gra-
dos académicos al estilo británico y se unen a otros en una unión
transnacional conocida como The British Commonwealth. Incluso sin
un pasado colonial, la influencia de la penetración económica puede ser
profunda: cada vez hay más mexicanos que estudian en universi-
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 163

dades de Estados Unidos, hablan inglés y siguen atentamente el estilo


de consumo de ese país.
Estas conexiones ideológicas y culturales se refuerzan mediante
los medios de comunicación y las campañas de publicidad difundidas
desde los países centrales. La programación televisiva de Estados
Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania transmite información so-
bre estilos y niveles de vida del mundo desarrollado, y los anuncios
comerciales preparados por agencias extranjeras de publicidad incul-
can los gustos del consumidor moderno en los pueblos periféricos. La
difusión de los idiomas y modelos culturales de los países centrales, y
la expansión de los modelos modernos de consumo interactúan con el
surgimiento de una infraestructura de comunicaciones y transporte
para canalizar la migración internacional a determinados países cen-
trales.
La economía mundial se gestiona desde un número relativamen-
te pequeño de centros urbanos donde tienden a concentrarse la banca,
las finanzas, la administración, los servicios profesionales y la pro-
ducción de alta tecnología (Castells, 1989; Sassen, 1991). En Estados
Unidos algunas de las ciudades globales son Nueva York, Chicago, Los
Ángeles y Miami; en Europa, Londres, París, Frankfurt y Milán, y en
el Pacífico, Tokio, Osaka y Sidney. En estas ciudades globales se
concentra una gran parte de las riquezas y una fuerza de trabajo con un
alto nivel educativo, creando una fuerte demanda de servicios de
trabajadores no especializados (mozos, jardineros, camareros, trabaja-
dores de hotelería, trabajadores domésticos). Al mismo tiempo, el
traslado al extranjero de la producción industrial pesada, el crecimien-
to de la manufactura de alta tecnología en la electrónica, las computa-
doras y las telecomunicaciones, y la expansión de sectores de servi- cios
como la salud y la educación crean una estructura bifurcada del mercado
laboral con una fuerte demanda de trabajadores en el extre- mo superior
y en el inferior, y con una demanda relativamente pobre en el medio.
La gente nativa que tiene pocos estudios se resiste a tomar em-
pleos de salarios bajos en el nivel inferior de la jerarquía ocupacional,
creando una fuerte demanda de inmigrantes. Mientras tanto, la gente
local con un alto nivel educativo y los extranjeros especializados do-
minan los empleos lucrativos en la capa superior de la distribución
ocupacional, y la concentración de riqueza entre ellos ayuda a impul-
164 Comprender las migraciones internacionales

sar la demanda del tipo de servicios que los inmigrantes están más que
dispuestos a proporcionar. Los trabajadores nativos con una educación
inferior se aferran a los empleos en un decadente nivel medio, emi- gran
de las ciudades globales o basan apoyo en los programas de se- guridad
social.

Teoría del capital social

El economista Glenn Loury (1977) introdujo el concepto de capital


social para designar una serie de recursos intangibles en familias y
comunidades que ayudan a promover el desarrollo social entre la gen-
te joven; pero Pierre Bourdieu (1986) señaló su relevancia general para
la sociedad humana. De acuerdo con Bourdieu y Loic Wacquant (1992,
p. 119), «el capital social es la suma de los recursos, reales o virtuales,
que recibe un individuo o un grupo por el hecho de tener una red
duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de
conocimiento y reconocimiento mutuo».
La característica clave del capital social es su convertibilidad:
puede traducirse en otras formas de capital, sobre todo capital finan-
ciero, y en este caso, salarios extranjeros y las remesas que estos per-
miten (Harker, Mahar y Wilkes, 1990). La gente obtiene acceso al ca-
pital social por ser miembros de redes e instituciones sociales que luego
se convierten en otras formas de capital para mejorar o mante- ner su
posición en la sociedad (Bourdieu, 1986; Coleman, 1990). Aun- que
Alejandro Portes y Julia Sensenbrenner (1993) señalan que el ca- pital
social también puede tener consecuencias negativas para las personas,
generalmente los teóricos han destacado el papel positivo que
desempeña en la adquisición y acumulación de otras formas de capital
(véase Coleman, 1988, 1990), papel al que se ha dado un fuerte énfasis
en el trabajo sobre redes migratorias.
Las redes migratorias son conjuntos de vínculos interpersonales
que conectan a migrantes, ex migrantes y no migrantes en áreas de
origen y destino mediante vínculos de parentesco, amistad y lugar de
origen común. Aumentan la probabilidad de movimiento internacional
porque bajan los costos y los riesgos del movimiento y aumentan los
rendimientos netos esperados de la migración. Los vínculos de las re-
des constituyen una forma de capital social que la gente puede aprove-
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 165

char para obtener acceso a diversas formas de capital financiero: em-


pleo en el extranjero, salarios altos y la posibilidad de acumular ahorros
y enviar remesas.
Desde los años veinte, los sociólogos reconocieron la importan-
cia de las redes en la promoción del movimiento internacional (véanse
Gamio, 1930; Thomas y Znaniecki, 1918-1920). Aprovechando los
vínculos sociales con parientes y amigos que habían emigrado antes, los
no migrantes obtenían acceso a información, ayuda y otros recur- sos
que facilitaban el movimiento (Choldin, 1973). Charles Tilly y Charles
H. Brown (1967) se han referido a estos vínculos como los
«auspicios» de la migración, otros, como las «cadenas migratorias»
(MacDonald y MacDonald, 1974), y Mildred Levy y Walter Wadycki
(1973) los han llamado «efecto familia y amigos». Edward Taylor
(1986, 1987) los caracteriza como una forma de «capital de migra-
ción». Mis colaboradores y yo (Massey et al., 1987, p. 170) parece que
hemos sido los primeros en identificar las redes migratorias específi-
camente como una forma de capital social.
Siguiendo a Coleman (1990, p. 304) que señala que «el capital
social (…) se crea cuando las relaciones entre personas cambian de
manera que facilitan la acción», mis colegas y yo hemos reconocido a
la propia migración como el catalizador de este cambio en la naturale-
za de las relaciones sociales. Los lazos cotidianos de amistad y paren-
tesco por sí mismos ofrecen pocas ventajas a la gente que quiere emi-
grar al extranjero. No obstante, una vez que ha emigrado un miembro
de una red personal, los vínculos se transforman en un recurso que
puede usarse para obtener acceso al empleo en el extranjero y todo lo
que este conlleva. Cada acto de migración crea capital social entre la
gente relacionada con el nuevo migrante, y con esto se elevan las pro-
babilidades de su propia migración (Massey et al., 1987; Massey, Gol-
dring y Durand, 1994).
Los primeros migrantes que parten hacia un nuevo destino no
tienen vínculos sociales que puedan aprovechar, y para ellos la migra-
ción es costosa, sobre todo si llegan a otro país sin documentos. Ahora
bien, una vez que han partido los primeros migrantes, los costos po-
tenciales de la migración disminuyen sustancialmente para los parien-
tes y los amigos que se han quedado atrás. Debido al carácter de las
estructuras de parentesco y amistad, cada nuevo migrante crea un nue-
vo conjunto de gente con vínculos sociales en el área de destino. Los
166 Comprender las migraciones internacionales

migrantes se vinculan inevitablemente con los no migrantes, y estos


últimos se benefician de las obligaciones implícitas en las relaciones,
como el parentesco y la amistad, para obtener acceso al empleo y a la
ayuda en el punto de destino.
Las redes hacen que la migración internacional se vuelva suma-
mente atractiva como estrategia para la diversificación de riesgos o el
aprovechamiento al máximo de las utilidades. Cuando se desarrollan
bien, las redes de migrantes ponen el empleo en el lugar de destino al
alcance de la mayoría de los miembros de la comunidad y convierten la
emigración en una fuente de recursos confiable y segura. Así, el
crecimiento de las redes que tiene lugar mediante la reducción progre-
siva de costos puede también explicarse teóricamente mediante la re-
ducción progresiva de riesgos. Cada nuevo migrante expande la red y
reduce los riesgos de movimiento para todos aquellos relacionados con
él, y a la larga prácticamente se eliminan los riesgos y los costos de
diversificar la asignación de trabajo en el hogar mediante la emi-
gración.
Una vez iniciada la migración internacional, las instituciones
privadas y las organizaciones voluntarias también tienden a surgir
para satisfacer la demanda creada por un creciente desequilibrio entre
el gran número de gente que trata de entrar a los países ricos en capital
y el número limitado de visas de inmigrante que normalmente ofrecen
estos países. Ese desequilibrio, así como las barreras que los países
centrales erigen para mantener fuera a la gente, crean un lucrativo ni-
cho económico para los empresarios y las instituciones dedicadas a
promover el movimiento internacional, generando un mercado negro
de migración. En la medida en que este mercado clandestino crea con-
diciones propicias para la explotación y la victimización, surgen tam-
bién en los países desarrollados organizaciones humanitarias volunta-
rias dedicadas a hacer valer los derechos y mejorar el trato de los
migrantes legales e indocumentados (Hagan y González-Baker, 1993).
Jon Goss y Bruce Lindquist (1995) consideran las instituciones de
migrantes un complemento estructural a las redes migratorias, pues
sostienen que los vínculos interpersonales no son el único medio que
contribuye a perpetuar el movimiento internacional. Basándose en al-
gunas ideas propuestas por Anthony Giddens (1990), sostienen (1995,
345) que:
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 167

la migración internacional se analiza mejor no como el resultado de


motivaciones individuales y determinaciones estructurales, aunque es-
tas deben tener un papel en cualquier explicación, sino como la articu-
lación de agentes con intereses particulares y que desempeñan roles
específicos en un entorno institucional, beneficiándose con conoci-
miento de causa de las diversas conjuntos de normas a fin de aumentar el
acceso a los recursos.

Las organizaciones lucrativas y las empresas particulares proporcio-


nan una serie de servicios a los migrantes a cambio de tarifas estable-
cidas en el mercado clandestino: el tráfico subrepticio de indocumen-
tados en las fronteras; el transporte clandestino a destinos internos, la
contratación de trabajadores entre empleadores y migrantes; docu-
mentos y visas falsos; matrimonios arreglados entre migrantes y resi-
dentes legales o ciudadanos del país de destino, y alojamiento, crédito
y otro tipo de asistencia en los países receptores (Prothero, 1990). Los
grupos humanitarios ayudan a los migrantes proporcionando orienta-
ción, servicios sociales, alojamiento, asesoría legal sobre la forma de
obtener documentación legal e incluso el aislamiento ante la policía
migratoria (Christiansen, 1996). Con el tiempo, los individuos, las
compañías y las organizaciones se vuelven conocidos para los inmi-
grantes y adquieren estabilidad institucional, lo que constituye otra
forma de capital social que los migrantes pueden aprovechar para ob-
tener acceso al mercado laboral extranjero. Los agentes encargados de
la contratación pueden en ocasiones ser una parte activa en la creación
de nuevas corrientes migratorias de las áreas en las que hay un exceso
de mano de obra hacia las áreas en las que escasea.
El reconocimiento de una acumulación gradual de instituciones,
organizaciones y empresarios dedicados a organizar el ingreso legal o
ilegal de inmigrantes genera hipótesis que son, una vez más, diferen-
tes de las que surgen de los modelos de decisión a nivel micro. La teoría
del capital social acepta el planteamiento de la migración inter- nacional
como una decisión individual o del hogar, pero sostiene que los actos
de migración alteran en algún momento sistemáticamente el contexto
en que se toman las decisiones de migraciones futuras, con lo que
aumenta en gran medida la probabilidad de que las personas que
posteriormente tengan que tomar una decisión elijan emigrar.
168 Comprender las migraciones internacionales

Causalidad acumulativa

La teoría de la causalidad acumulativa sostiene que con el paso del


tiempo la migración internacional tiende a sostenerse a sí misma en
formas que hacen que el movimiento adicional sea más probable, pro-
ceso que fue originalmente identificado por Gunnar Myrdal (1957) y
que yo reintroduje posteriormente a este campo de estudios (Massey,
1990). La causalidad es acumulativa en el sentido de que cada acto de
migración altera el contexto social en el que se toman las subsiguien-
tes decisiones de emigrar, normalmente en formas que hacen más pro-
bable el movimiento adicional. Hasta ahora, los científicos sociales han
discutido ocho formas en que la migración se ve afectada de esta forma
acumulativa: la expansión de las redes, la distribución del in- greso, el
reparto de la tierra, la organización de la agricultura, la cultu- ra, la
distribución regional de capital humano, el sentido social del trabajo y
la estructura de producción. También puede haber retroali- mentación
mediante otras variables, pero aún no se han estudiado de modo
sistemático.
Como acaba de discutirse, una vez que el número de conexiones
de redes en un área de origen llega a un umbral crítico, la migración
tiende a perpetuarse a sí misma, porque cada acto de migración crea la
estructura social necesaria para sostenerla. Cada nuevo migrante reduce
el costo y el riesgo de las migraciones subsiguientes de un conjunto de
amigos y parientes, lo que induce a algunas de estas personas a emigrar,
y así se expande el conjunto de personas con vínculos en el extranjero
que, a su vez, reducen los costos de un nuevo grupo de personas, entre
las que hay algunas más proclives a emigrar, y así sucesivamente. Con
el tiempo, el comportamiento migratorio se extiende hacia el exterior y
abarca segmentos más amplios de la sociedad emisora (Hugo, 1981;
Massey, 1990; Massey, Goldring y Durand, 1994; Taylor, 1986).
La nueva economía de la migración argumenta que en la medida
en que aumenta la sensación de privación relativa en un hogar, aumenta
también la motivación para emigrar. Después de que uno o dos hogares
han comenzado a participar en el trabajo asalariado ex- tranjero, las
remesas generadas aumentan considerablemente sus in- gresos.
Además, si se toman en cuenta los costos y los riesgos asocia- dos al
movimiento internacional, los primeros hogares que emigran
generalmente se sitúan en los niveles medios o superiores de la jerar-
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 169

quía local de ingresos (Massey, Goldring y Durand, 1994). Al ver que


algunas familias mejoran sus ingresos de manera considerable me-
diante la migración, las familias que ocupan niveles inferiores en la
distribución del ingreso se sienten relativamente desposeídas, lo que
induce a algunos de sus miembros a emigrar; entonces se exacerba la
desigualdad del ingreso y aumenta la sensación de privación relativa
entre los no inmigrantes, alentando a otras familias a emigrar, y así
sucesivamente (Stark, 1991; Stark y Taylor, 1989; Taylor, 1992).
Un importante objetivo de gasto para muchos migrantes, espe-
cialmente para aquellos de las comunidades rurales, es comprar tie- rras.
Ahora bien, si los migrantes compran tierra generalmente lo ha- cen por
su prestigio como valor o por tener una fuente de ingresos para el retiro,
más que para hacer una inversión productiva. Los mi- grantes
internacionales probablemente usarán sus mayores ingresos para
comprar tierras de cultivo, pero tienen más probabilidades que los no
migrantes de dejar que la tierra permanezca ociosa, pues el tra- bajo
asalariado en el extranjero es más lucrativo que la producción agraria
local. Este modelo de uso de la tierra reduce la demanda de trabajo
agrícola local, con lo que aumenta la presión para emigrar. Mientras
más emigración hay, mayor es el número de personas que tiene acceso
a los fondos necesarios para comprar tierras, entonces los migrantes
hacen compras adicionales y hay cada vez más terrenos que se quedan
improductivos, generando escasez de tierras e inflación de precios, así
como más presiones para la emigración (Mines, 1984; Reichert, 1981;
Rhoades, 1978; Wiest, 1984).
Además, cuando los hogares de migrantes sí cultivan las tierras
que poseen, es más probable que usen métodos de capital intensivo
(maquinaria, herbicidas, riego, fertilizantes y semillas mejoradas) en
comparación con las familias sin migrantes, pues tienen acceso a capi-
tal para financiar estos insumos. Por consiguiente, los hogares de mi-
grantes necesitan menos mano de obra por unidad que los hogares sin
migrantes, con lo que se desplaza a los trabajadores locales de las la-
bores tradicionales y nuevamente se incrementa la presión para que
emigren (Massey et al., 1987). A mayor migración, mayor es la capi-
talización de la agricultura y mayor el desplazamiento de la mano de
obra agrícola, lo que lleva a más emigración.
En la medida en que se vuelve más frecuente en una comunidad o
un país, la migración cambia los valores y las percepciones cultura-
170 Comprender las migraciones internacionales

les de tal forma que hace crecer las probabilidades de que ocurran fu-
turas migraciones. Entre los mismos migrantes, la experiencia de vivir
en una economía industrial avanzada cambia gustos y motivaciones
(Piore, 1979). Aunque muchos migrantes lleguen con el objetivo de
obtener determinada suma de dinero (migrantes con una meta moneta-
ria fija) para un objetivo limitado, después de emigrar adquieren una
idea de la movilidad social así como el gusto por ciertos bienes de
consumo y niveles de vida que son difíciles de obtener mediante el
trabajo local. Por consiguiente, una vez que alguien ha emigrado, pro-
bablemente vuelva a emigrar, y las probabilidades de hacer otro viaje
aumentan con el número de viajes ya realizados (Massey, 1986a).
En el ámbito de la comunidad, la migración echa raíces profun-
das en el repertorio de conductas de la gente, y los valores asociados
con la migración se vuelven parte de los valores de la comunidad. Para
los hombres jóvenes, y en muchos contextos también para las mujeres
jóvenes, la migración se convierte en un rito de paso, y quie- nes no
tratan de mejorar su estatus mediante el movimiento interna- cional son
considerados perezosos, faltos de iniciativa e indeseables (Reichert,
1982). A la larga, el conocimiento sobre los lugares y los empleos en el
extranjero alcanzan amplia difusión, y los valores, sen- timientos y
conductas características de la sociedad central se propa- gan
ampliamente en la región de origen (Alarcón, 1992; Brettell, 1979;
Goldring, 1996a; Massey et al., 1987; Rouse, 1989, 1991).
La migración es un proceso selectivo que a menudo tiende a atraer
en las comunidades emisoras a gente con un alto nivel educati- vo,
especializada, productiva y poseedora de una gran motivación, al menos
inicialmente, pues como ya se ha señalado, con el paso del tiempo la
migración tiende a hacerse menos selectiva a medida que los costos y
los riesgos disminuyen por la formación de redes; ade- más, esta
selectividad inicial depende de manera crucial de las carac- terísticas de
los mercados de trabajo migrante (Taylor, 1987). La emi- gración
continua puede así llevar al agotamiento del capital humano en las
regiones emisoras y a su acumulación en las áreas receptoras,
incrementando la productividad de estas y reduciendo la de aquellas.
Por lo tanto, con el tiempo, la acumulación del capital humano forta-
lece el crecimiento económico de las áreas receptoras, mientras que su
simultáneo agotamiento en las áreas emisoras exacerba su estanca-
miento y en consecuencia propicia las condiciones para emigrar
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 171

(Greenwood, 1981, 1985; Greenwood, Hunt y McDowell, 1987; Myr-


dal, 1957). Los programas de construcción de escuelas y de expansión
educativa en las regiones de origen refuerzan este proceso de migra-
ción acumulativa, porque al elevar el nivel educativo en las áreas rura-
les periféricas aumentan los rendimientos potenciales de la migración y
se otorga un mayor incentivo a la gente para que se vaya a destinos
urbanos en su país o en el extranjero.
En las sociedades receptoras, una vez que se contrata a una can-
tidad importante de inmigrantes para determinadas ocupaciones, estas
quedan culturalmente clasificadas como «empleos de inmigrantes» y
los trabajadores locales rehúsan tomarlos, fortaleciendo la demanda
estructural de inmigrantes. La inmigración cambia la definición social
del trabajo, provocando que se estigmatice cierto tipo de empleos y que
se les considere culturalmente inadecuados para los trabajadores locales
(Böhning, 1972, 1984; Piore, 1979). El estigma procede de la presencia
de los inmigrantes, no de las características del empleo. Por ejemplo, en
la mayoría de los países europeos los empleos en las plan- tas
automotrices se consideran empleos de inmigrantes, mientras que en
Estados Unidos se consideran empleos locales.
En cualquier población finita, por supuesto, los procesos de cau-
salidad acumulativa no pueden continuar ad infinitum. Si la migración
prosigue durante el tiempo necesario, las redes alcanzan un punto de
saturación numérica dentro de cualquier comunidad dada. Si cada vez
son más los miembros de la comunidad que residen en asentamientos
filiales en el extranjero, prácticamente todos los que se quedan en la
comunidad de origen estarán vinculados con alguien que vive fuera o
que tiene considerable experiencia en el extranjero. Cuando las redes
alcanzan este nivel tan alto de complejidad, los costos de la migración
no caen tan notoriamente con cada nueva persona que emigra, y la
migración pierde su impulso dinámico de crecimiento. La frecuencia de
la migración en la comunidad se acerca a un límite superior y la
experiencia migratoria se propaga tanto que la reserva de nuevos mi-
grantes potenciales se vuelve muy pequeña y se compone de un núme-
ro cada vez mayor de mujeres, niños y ancianos.
Cuando la migración se prolonga durante el tiempo suficiente, la
escasez de mano de obra local y el aumento de los salarios en la co-
munidad de origen puede amortiguar la presión de la emigración
(Gregory, 1986), provocando que la tasa de ingreso en la fuerza de
172 Comprender las migraciones internacionales

trabajo internacional de migrantes vaya disminuyendo (Hatton y Wi-


lliamson, 1994a). Si se observa a nivel nacional, esta tendencia puede
ser difícil de detectar porque las nuevas comunidades se incorporan
continuamente al flujo migratorio. A medida que se desacelera la tasa
de emigración en los lugares con largas historias migratorias, nuevas
regiones se incorporan a los circuitos transnacionales, y sus tasas mi-
gratorias comienzan entonces a acelerarse. En consecuencia, el flujo
total de la nación considerada en su totalidad puede seguir creciendo en
la medida en que la migración se extiende de un lugar a otro.
Sin embargo, a la larga, la experiencia migratoria se difunde am-
pliamente aun entre las comunidades, y los observadores han notado el
surgimiento histórico de una «curva de migración» característica en las
poblaciones nacionales que han pasado por la transición de la emi-
gración a la inmigración. De acuerdo con Sune Ackerman (1978), esta
curva comienza en niveles bajos y se eleva hasta un punto máximo antes
de declinar, generando lo que Philip Martin y Edward Taylor (1996)
han llamado una «joroba migratoria» que los países experi- mentan en
el curso del desarrollo económico. Timothy Hatton y Jef- frey
Williamson (1994b, pp. 9-10) indican que «el ascenso del ciclo de
emigración comúnmente coincide con la industrialización y el aumento
de los salarios reales en el propio país [en la medida en que] las fuerzas
demográficas, la industrialización y la reserva creciente de migrantes
previos en el extranjero contribuyen a hacer crecer la tasa de
emigración… A medida que estas fuerzas se van debilitando [histó-
ricamente], comienza a predominar la diferencia decreciente entre los
salarios del propio país y los del extranjero, y la emigración se con-
trae».

Un relato teórico sintético

Puesto que las teorías anteriores plantean mecanismos causales que


operan en múltiples niveles de agregación, las diversas explicaciones
no son necesariamente contradictorias. Es perfectamente posible que los
individuos hagan sus cálculos de costo-beneficio, que los hogares
reduzcan al mínimo los riesgos y superen los obstáculos al capital y al
crédito, que los individuos y los hogares aprovechen el capital social
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 173

para facilitar el movimiento internacional, y que el contexto socioeco-


nómico en el que se toma la decisión de emigrar esté determinado por
fuerzas estructurales que operan a nivel nacional e internacional, a
menudo bajo la influencia de la propia migración. Así pues, parece
apropiado hacer un acercamiento sintético a la construcción teórica.
En fechas recientes participé en dos importantes proyectos inte-
lectuales que se proponían lograr justamente este tipo de síntesis. El
primero fue el Comité sobre la Migración Norte-Sur de la Unión In-
ternacional para el Estudio Científico de la Población (IUSSP por sus
siglas en inglés), que emprendió una revisión de la investigación em-
pírica sobre los movimientos de población en las cinco principales áreas
receptoras de inmigrantes en el mundo: Norteamérica, Europa
Occidental, el Golfo Pérsico, Asia y el Pacífico, y el Cono Sur en
América. En el curso de los cinco años que duró el análisis exhaustivo
de cada uno de los sistemas, el comité revisó todas las piezas disponi-
bles de información empírica publicadas desde 1960 aproximadamen-
te para evaluar la eficacia de las propuestas asociadas con los diversos
modelos teóricos, y así generó una bibliografía que acabó incluyendo
más de novecientas entradas (véase los resultados de esta revisión en
Massey et al. [1998]; las conclusiones provisionales se publicaron en
Massey et al. [1993, 1994] y en Taylor et al. [1996a, 1996b]).
El segundo proyecto tenía por objetivo lograr una comprensión
sistemática de las fuerzas que generaban y mantenían la migración
internacional analizando el caso específico de la migración México-
Estados Unidos, el mayor flujo continuo de inmigrantes de cualquier
parte del mundo. Este trabajo surgió de un estudio en curso que ha
observado a migrantes mexicanos documentados e indocumentados
durante más de una década (véase Durand y Massey, 1992; Massey et
al., 1987; Massey, Goldring y Durand, 1994; Massey, 1998). En cola-
boración con Kristin Espinosa, usé estos datos para poner a prueba las
explicaciones teóricas enfrentándolas directamente una con otra den-
tro de un marco estadístico común. Nos basamos en la recopilación de
las historias de vida de unos 3.700 jefes de familia originarios de 25
comunidades distintas para calcular modelos longitudinales que predi-
jeran la probabilidad de migración inicial, repetida y de retorno entre
México y Estados Unidos (Massey y Espinosa, 1997: véase DM4). Con
el fin de ampliar la base inferencial del estudio, se consideraron
comunidades diversas, desde caseríos rurales hasta grandes áreas ur-
174 Comprender las migraciones internacionales

banas, y se incluyeron bases económicas varias: pueblos agrícolas,


ciudades agrícolas comerciales, ciudades industriales, ciudades mine-
ras, pueblos pesqueros, ciudades turísticas y distintas economías me-
tropolitanas. Los datos resultantes han demostrado ser notoriamente
representativos de la población entera de migrantes mexicanos a Esta-
dos Unidos (Massey y Zenteno, 1998).
Juntos, los resultados de estos dos proyectos ofrecen una base
inusitadamente firme para formular una teoría sintética con funda-
mentos empíricos sobre la migración internacional. A diferencia de
otros esfuerzos previos, la evaluación de la IUSSP es comparativa,
incluye todas las disciplinas, todos los sistemas migratorios contem-
poráneos y toda la literatura sobre inmigración. Asimismo, a pesar de
que la evaluación de Massey y Espinosa (1997) (véase DM4) se con-
centra en un solo caso, es comprehensiva en el sentido de que examina
variables que operan simultáneamente en múltiples niveles y emplea un
modelo longitudinal completamente dinámico para el análisis esta-
dístico. Aunque por limitaciones de espacio no puedo citar estudios
específicos ni cálculos estadísticos para respaldar cada uno de los ar-
gumentos, cabe apuntar que la siguiente síntesis se erige sobre la base
del registro acumulado de investigación empírica y es consistente con
el mejor trabajo empírico que se haya realizado hasta la fecha.
La migración internacional se origina en las transformaciones
sociales, económicas, culturales y políticas que acompañan la penetra-
ción de los mercados capitalistas en sociedades no mercantiles y pre-
mercantiles (como en la hipótesis de la teoría de los sistemas mundia-
les). En el contexto de una economía globalizadora, la entrada de los
mercados y de las tecnologías de producción de capital intensivo en las
regiones periféricas distorsiona los acuerdos sociales y económi- cos
existentes y provoca el desplazamiento de la gente de sus modos de vida
consuetudinarios, creando una población móvil de trabajado- res que
buscan activamente nuevas formas de obtener sustento econó- mico. No
se advierte entre los migrantes internacionales una tendencia a proceder
de lugares pobres y aislados desconectados de los merca- dos
mundiales, sino de regiones y países que viven un cambio y un
desarrollo rápido como consecuencia de su incorporación en las redes
globales de comercio, información y producción. Por lo tanto, a corto
plazo, la migración internacional no surge de una falta de desarrollo
económico, sino del propio desarrollo.
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 175

Un medio utilizado por la gente desplazada de sus modos de vida


tradicionales para asegurar su bienestar económico es vender sus ser-
vicios en los mercados laborales emergentes nacionales e internacio-
nales (economía neoclásica). Puesto que los salarios generalmente son
más altos en las áreas urbanas que en las rurales, gran parte de este
proceso de mercantilización del trabajo se expresa en la forma de mi-
gración del campo a la ciudad. Este movimiento sucede aun cuando la
probabilidad de conseguir un trabajo urbano es baja, porque si se mul-
tiplica por los altos salarios urbanos, hasta las escasas probabilidades de
empleo arrojan una expectativa de ingresos que superan a los que
predominan en las áreas rurales, donde empleos y salarios son pocos y
bajos. Según el modelo neoclásico, si la diferencia entre los ingresos
esperados en los sectores urbanos y rurales excede los costos del mo-
vimiento entre ellos, como sucede típicamente, la gente migrará a las
ciudades para obtener mayores ingresos durante su vida.
Los salarios son aún más altos en países extranjeros desarrolla-
dos, y el mayor monto de las diferencias en los salarios internaciona-
les lleva a alguna gente desplazada en el transcurso del desarrollo eco-
nómico a ofrecer sus servicios en los mercados trasladándose al
extranjero a trabajar. Las diferencias en los salarios internacionales no
son, sin embargo, el único factor que motiva a la gente a emigrar, ni
siquiera es el más importante. La gente desplazada en el curso del
crecimiento económico no se mueve simplemente para obtener mayo-
res ingresos a lo largo de su vida reubicándose de modo permanente en
un país extranjero (aunque algunos así lo hacen). Más bien, los hogares
que luchan por enfrentarse a las transformaciones adversas del
desarrollo económico usan la migración internacional como un modo
de sobreponerse a los fallos del mercado que amenazan su bie- nestar
material (nueva economía de la migración laboral).
En la mayoría de los países en desarrollo, los mercados laborales
—rurales y urbanos— son volátiles y se caracterizan por grandes os-
cilaciones y limitaciones estructurales que los hacen incapaces de ab-
sorber los flujos de trabajadores desplazados provenientes de los sec-
tores precapitalistas o no capitalistas. Puesto que los mercados
nacionales de seguros son rudimentarios y los programas de seguro de
desempleo públicos son limitados o no existentes, los hogares no pue-
den protegerse adecuadamente de los riesgos que se ciernen sobre su
bienestar debido al subempleo o al desempleo. Por lo tanto, la falta de
176 Comprender las migraciones internacionales

acceso al seguro de desempleo crea un incentivo para que las familias


se aseguren a sí mismas enviando a uno o más miembros a trabajar al
extranjero. Al colocar a sus miembros en diferentes mercados labora-
les en múltiples regiones geográficas —rurales, urbanas y extranje-
ras—, la unidad doméstica puede diversificar su cartera de trabajo y
reducir los riesgos para el ingreso, siempre y cuando las condiciones en
los diversos mercados de trabajo estén débil o negativamente co-
rrelacionadas (nueva economía de la migración).
Mientras tanto, los miembros de la familia que se quedan partici-
pando en la transformación estructural que se desarrolla en la agricul-
tura generalmente carecen de acceso a un mercado de seguros de co-
sechas y futuros. A medida que los hogares pasan de una agricultura de
subsistencia a una agricultura comercial, se ven obligados a adop- tar
nuevos métodos de producción y para ello utilizan tecnologías que no
han probado, cultivos que no conocen e insumos que no han proba- do.
Al irse adentrando en el desconocido mundo de la producción ca-
pitalista, la ausencia de un mercado de seguros o de futuros los deja
desprotegidos ante el desastre económico cuando fallan los nuevos
métodos, lo que ofrece a las familias otro incentivo más para asegu-
rarse por su cuenta contra los riesgos mediante la migración interna-
cional. Si los cultivos fallan o los precios del producto caen estrepito-
samente, los hogares que han enviado por lo menos un trabajador al
extranjero no se quedan sin medios de subsistencia (nueva economía de
la migración).
Otro fallo común en los países en desarrollo se presenta en los
mercados de capitales y de crédito al consumo. Las familias que tratan
de emprender nuevas formas de agricultura o que intentan emprender
nuevos negocios necesitan capital para comprar insumos y comenzar a
producir. El cambio a una economía de mercado también crea nue- vas
demandas de consumo de artículos caros, como vivienda, automó- viles
y equipos diversos. El financiamiento de la producción y del consumo
requiere efectivo, pero las industrias bancarias débiles y es- casamente
desarrolladas características de la mayoría de los países desarrollados
no pueden satisfacer las demandas de préstamos y crédi- to, lo que da a
los hogares una motivación final para la migración la- boral
internacional. Si envía temporalmente a uno de sus miembros al
extranjero, una familia puede acumular ahorros y sobreponerse a las
fallas en los mercados de capital y de crédito al consumo mediante el
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 177

autofinanciamiento de la producción o el consumo (nueva economía


de la migración).
Mientras que el actor racional que presenta la economía neoclá-
sica se beneficia del desequilibrio geográfico en los mercados labora-
les para mudarse permanentemente al extranjero con el fin de obtener
mayores ingresos a lo largo de su vida, el actor racional delineado por
la nueva economía de la migración laboral intenta enfrentarse a los
fallos en los mercados de seguros, futuros, capital y crédito al consu-
mo mudándose temporalmente al extranjero para repatriar los ingresos
en forma de remesas periódicas o transferencias de sumas mayores de
dinero. De este modo, el hogar de este actor racional controla los ries-
gos diversificando las fuentes de ingreso y autofinancia la producción o
el consumo adquiriendo fuentes alternas de capital.
Así, aunque las diferencias de salarios —el factor explicativo
privilegiado de la economía neoclásica— puede ser responsable de
cierta variación histórica y temporal en la migración internacional, los
fallos en los mercados de capital, crédito, futuros y seguros, factores
clave planteados por la nueva economía de la migración laboral, tam-
bién son causas poderosas. En términos puramente teóricos, las dife-
rencias salariales no son necesarias ni suficientes para que suceda la
migración internacional. Aun con salarios iguales en todos los merca-
dos de trabajo, la gente puede tener un incentivo para migrar si otros
mercados son ineficientes o están escasamente desarrollados.
A pesar de que las fases iniciales del desarrollo económico en los
países pobres pueden crear una población móvil que procura ganar más
dinero, asegurarse contra el riesgo o autofinanciar la producción o el
consumo, los patrones posindustriales de crecimiento económico en los
países ricos generan una bifurcación de los mercados laborales. Los
empleos del sector primario ofrecen trabajo estable y remunera- ción
elevada para los trabajadores nativos, mientras que los del sector
secundario ofrecen sueldos bajos, poca estabilidad y pocas oportuni-
dades de ascender, rechazando la mano de obra nativa y generando una
demanda estructural de trabajadores inmigrantes (teoría de la seg-
mentación del mercado laboral). El proceso de bifurcación del merca-
do laboral es más agudo en las ciudades globales, donde la concentra-
ción de experiencia en los empleos directivos, administrativos y
técnicos lleva a una concentración de riqueza y a una fuerte demanda
de servicios auxiliares de bajos salarios (teoría de los sistemas mun-
178 Comprender las migraciones internacionales

diales). Al resultar imposible contratar a trabajadores nativos, los em-


pleadores recurren a los inmigrantes y a menudo inician flujos de in-
migración directamente mediante la contratación formal (teoría de la
segmentación del mercado laboral).
Si bien es decisiva para desencadenar la inmigración, la contra-
tación se vuelve menos importante con el tiempo, porque los mismos
procesos de globalización económica que crean poblaciones móviles en
las regiones en desarrollo y generan una demanda de sus servicios en
las ciudades globales también crean vínculos de comunicaciones y
transporte, así como de política y cultura, para que el movimiento in-
ternacional de gente sea posible e incluso probable (teoría de los siste-
mas mundiales). De igual manera, la inmigración se promueve me-
diante políticas exteriores y acciones militares que emprenden los países
capitalistas para mantener la seguridad internacional, proteger las
inversiones extranjeras y garantizar el acceso a las materias pri- mas;
estos enredos exteriores crean vínculos y obligaciones que gene- ran
flujos secundarios de refugiados, asilados y dependientes militares
(teoría de los sistemas mundiales).
A la larga, la contratación de mano de obra se vuelve superflua,
pues una vez que empieza la inmigración exhibe una fuerte tendencia a
seguir a través del crecimiento y la creación de redes migratorias (teoría
del capital social). La concentración de inmigrantes en ciertas áreas de
destino crea un «efecto de familia y amigos» que encauza a los
inmigrantes hacia los mismos lugares y facilita su llegada y su in-
corporación. Si llegan suficientes migrantes en las condiciones ade-
cuadas puede formarse una economía de enclave, lo que hace crecer
más aun la demanda de trabajadores inmigrantes (teoría de la segmen-
tación del mercado laboral).
La expansión del comportamiento migratorio dentro de las co-
munidades emisoras pone en marcha otros cambios estructurales,
cambia la distribución del ingreso y de la tierra y modifica las culturas
locales en formas que promueven un movimiento internacional adi-
cional. Con el tiempo, el proceso de expansión de las redes llega a
perpetuarse a sí mismo, porque cada acto de migración crea una in-
fraestructura social capaz de promover movimiento adicional (la teo-
ría de la causalidad acumulativa). En la medida en que los países re-
ceptores implementan políticas restrictivas para contrarrestar las
crecientes oleadas de inmigrantes, se genera un nicho lucrativo en el
que agentes, contratistas y otros intermediarios emprendedores pro-
mueven el surgimiento de instituciones de apoyo a la migración que
también funcionan vinculando áreas de oferta y demanda de trabajo con
fines lucrativos y brindan a los migrantes otro recurso con capacidades
para apoyar y sostener el movimiento internacional (teoría del capital
social).
Durante las fases iniciales de emigración de cualquier país emisor,
los efectos de la penetración capitalista, los fallos del mercado, las redes
sociales y la causalidad acumulativa predominan en las explica- ciones
de las corrientes migratorias, pero a medida que el nivel de emigración
alcanza niveles altos, y que caen los costos y los riesgos del movimiento
internacional, este se ve cada vez más determinado por las diferencias
de salarios (economía neoclásica) y la demanda de trabajo (teoría de la
segmentación del mercado laboral). Al ir crecien- do la economía en las
regiones emisoras, se van reduciendo las gran- des diferencias en los
salarios internacionales y surgen los mercados eficientes de capital,
crédito, seguros y futuros, con lo que disminuyen progresivamente los
incentivos para emigrar. Cuando estas tendencias continúan, el país
acaba integrándose a la economía internacional como un país
desarrollado, capitalista, mientras pasa por una transi- ción migratoria:
la emigración neta decae progresivamente y la nación que antes era
emisora se convierte en un país importador de mano de obra.
La teoría de las migraciones reconsiderada

Todas las teorías tienen un papel para explicar los patrones y los pro-
cesos contemporáneos de las migraciones internacionales, aunque unos
modelos pueden ser más relevantes que otros para explicar deter-
minados flujos migratorios, y diferentes explicaciones tienen un peso
diferente en diferentes regiones del mundo según las circunstancias
históricas, políticas y geográficas locales. Generalizando con base en
todas las teorías, llego a la conclusión de que una explicación teórica
satisfactoria de la migración internacional debe incluir al menos cua-
tro elementos: una discusión de las fuerzas estructurales que desde los
países desarrollados promueven la emigración; una caracterización de
180 Comprender las migraciones internacionales

las fuerzas estructurales que atraen a los inmigrantes hacia los países
desarrollados; una consideración de las motivaciones, objetivos y as-
piraciones de la gente que responde a estas fuerzas estructurales con-
virtiéndose en migrantes internacionales; y una discusión de las es-
tructuras sociales y económicas que surgen para vincular las áreas de
emigración e inmigración. Cualquier explicación teórica que com-
prenda solo uno de estos elementos necesariamente estará incompleta,
dará una visión equívoca y brindará una base poco firme para com-
prender las migraciones internacionales y desarrollar políticas dirigi-
das a ordenarlas.
Hasta la fecha, todas las teorías especificadas se centran en solo
uno o dos de estos cuatro elementos, así que todas son necesarias para
construir una visión comprensiva, integrada de la migración interna-
cional a fines del siglo xx. La principal discusión teórica de las fuer-
zas que promueven la emigración desde los países desarrollados es la
teoría de los sistemas mundiales. Juntas, la teoría de los sistemas mun-
diales, la teoría de la segmentación del mercado de trabajo y la macro-
economía neoclásica ofrecen explicaciones de por qué los países desa-
rrollados atraen inmigrantes. La teoría del capital social y la teoría de
los sistemas mundiales explican de qué manera surgen los vínculos
estructurales que conectan las áreas de origen y de destino. La econo-
mía neoclásica y la nueva economía de la migración laboral conside-
ran las motivaciones de las personas que se convierten en migrantes
internacionales, y la teoría de la causalidad acumulativa describe la
forma en que la migración internacional promueve cambios en las mo-
tivaciones personales y en el origen, destino y estructuras participan-
tes, dando a la inmigración un carácter dinámico que se perpetúa a sí
mismo.
No obstante, en esta relación teórica aparentemente completa de
las fuerzas que producen y dan forma a la migración internacional, se
ha descuidado gravemente un importante factor: el Estado. Si bien es
cierto que los gobiernos pueden ser incapaces de controlar plenamente
las poderosas fuerzas que promueven y sostienen la migración inter-
nacional, es evidente que las políticas de los estados influyen para
determinar el tamaño y la composición de los flujos. No obstante, es
sorprendente la poca atención dedicada entre las teorías aquí revisadas
a los estados-nación o a sus gobiernos como agentes activos cuya con-
ducta conforma, si no es que controla, los movimientos internaciona-
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 181

les de población. La teoría de la segmentación del mercado de trabajo


considera que el Estado solo es relevante en la medida en que actúa de
parte de los empleadores para establecer programas de contratación. La
teoría de los sistemas mundiales considera al Estado sobre todo como
siervo de los intereses capitalistas, que proyecta poder político y militar
para expandir los mercados, adquirir materias primas y garan- tizar el
libre comercio. La teoría del capital social solo menciona al Estado en
la medida en que su uso de los criterios de reunificación familiar para
admitir inmigrantes respalda la operación de las redes migratorias. Los
paradigmas teóricos restantes —la economía neoclá- sica, la nueva
economía de migración laboral y la teoría de la causali- dad
acumulativa— no se ocupan en absoluto del Estado.
Por consiguiente, en general, las teorías contemporáneas de mi-
gración internacional no consideran que el Estado sea un actor inde-
pendiente significativo capaz de incidir en la migración internacional ni
para sus propios objetivos, ni para los propósitos de los políticos y los
burócratas que lo administran. Es más, cuando el Estado recibe
atención se hace principalmente desde la perspectiva de los países que
reciben inmigrantes; poco se ha dicho sobre los intereses y el compor-
tamiento de gobiernos o políticos en las regiones de origen. Así pues,
es notoria la falta de teorías y de estudios sobre el papel del Estado para
iniciar y promover (o para detener y prevenir) las migraciones
internacionales.
A pesar de que los académicos han revisado las políticas nacio-
nales de inmigración (véase Cornelius, Martin y Hollifield, 1994; Dib,
1988; Kubat, 1979b; Papademetriou, 1996), han realizado estudios de
caso para instituciones estatales específicas (Calavita, 1992) y han re-
copilado historias legislativas de leyes de inmigración en países espe-
cíficos (Hutchinson, 1981), no han intentado teorizar sobre el compor-
tamiento de los gobiernos o los actos de los propios políticos, salvo por
la reciente excepción del trabajo de Eytan Meyers (1995). Las hi-
pótesis relativas a los intereses, el papel y el comportamiento del Es-
tado constituyen un eslabón ausente en las teorías de la migración in-
ternacional.
El resurgimiento de la migración global masiva a finales del si-
glo xx plantea, pues, varios retos formidables para los científicos so-
ciales, los políticos y la población en general. Para los teóricos, un reto
mayor es delinear el comportamiento de los estados-nación y los
182 Comprender las migraciones internacionales

actores políticos, y así llenar un vacío en la teoría general de la migra-


ción internacional aquí formulada. Aunque el campo parece estar a
punto de desarrollar un buen modelo teórico de las fuerzas estructura-
les que promueven la migración a los países desarrollados desde los
países en desarrollo, así como una visión convincente de las estructu-
ras transnacionales que apoyan este movimiento y de las motivaciones
personales de los migrantes que responden a esta dinámica estructural,
lo que actualmente hace falta a los teóricos es una explicación adecua-
da de las motivaciones, intereses y comportamiento de los actores po-
líticos que emplean el poder del Estado para influir en estos procesos y
cómo sus intervenciones afectan los resultados a nivel individual y a
nivel agregado.
Quizá el mayor reto para los investigadores empíricos sea dise-
ñar de estudios que guarden una vinculación más estrecha con la teo-
ría. Si se considera la investigación empírica de todo el mundo, el rasgo
más notable es hasta qué punto está desconectada no solo de una teoría
específica, sino de cualquier teoría. Para que avance nuestro
conocimiento de la migración internacional, los investigadores deben
hacer mayores esfuerzos por conocer a fondo las principales teorías
contemporáneas de migración internacional y por formular proyectos
de investigación capaces de poner a prueba sus propuestas más rele-
vantes. En esta coyuntura, lo que se necesita sobre todo son estudios
que pongan a prueba de modo simultáneo los planteamientos de diver-
sas teorías, de modo que pueda compararse y contrastarse directamen-
te la eficacia relativa de las diferentes explicaciones. Dado el estado
actual del conocimiento, la «verdad» de una teoría es menos impor-
tante que su aptitud para ser comparada con otras a fin de explicar la
migración internacional. Solo unos cuantos estudios de diversos luga-
res ponen a prueba más de dos teorías a la vez, mucho menos exami-
nan todos los paradigmas teóricos que aquí se han revisado; hasta hoy,
la literatura de investigación se encuentra de lo más restringida geo-
gráficamente, por lo que no puede servir como una base satisfactoria
para la generalización. Muchos de los rigurosos test teóricos que se han
desarrollado hasta la fecha se han basado en muestras de regiones
rurales mexicanas, y los emigrantes de origen rural y urbano pueden
diferir de formas muy importantes que no se han entendido bien,
mientras que el caso de la migración de México a Estados Unidos es
único desde cualquier punto de vista.
¿Por qué se producen las migraciones internacionales? Una síntesis teórica 183

Tal vez el reto más importante de todos sea el que se plantea a los
ciudadanos y políticos de los países emisores y receptores de mi-
grantes. Los habitantes de estos últimos tendrán que ir más allá de la
negación psicológica que caracteriza su perspectiva de la política de
inmigración. Deben desarrollar políticas que reconozcan la inevitabi-
lidad de los flujos laborales en una economía globalizada, apoyados por
redes regionales bien establecidas de comercio, producción, inver- sión
y comunicaciones. Los intentos por suprimir los flujos de pobla- ción
que son una consecuencia natural de la participación de los paí- ses en
estas redes económicas no tendrán éxito; en cambio, presentarán graves
amenazas a los derechos individuales, las libertades civiles y la dignidad
humana.
Por su parte, ciudadanos y políticos de las sociedades emisoras
enfrentan cuestiones diferentes pero igualmente molestas. En vez de
acceder pasivamente a la emigración y de esperar sin más a que se
materialicen las remesas, los países en desarrollo deben planear de
modo activo cómo obtener beneficios de lo que es potencialmente un
motor importante de crecimiento económico. Es probable que los re-
sultados del desarrollo sean decepcionantes a menos que se den pasos
concretos para atraer los migradólares (las remesas y los ahorros de los
migrantes) y encauzarlos hacia fines productivos, para captar re- mesas
y aprovecharlas en el comercio exterior y para prevenir la pér- dida de
capital humano a través de la emigración.
Por último, la globalización de los mercados de capital y de tra-
bajo, así como la internacionalización de la producción plantean fuer-
tes retos al concepto mismo de Estado-nación y a la idea de soberanía
nacional, lo que exige que los líderes políticos y los ciudadanos tanto
de los países emisores como de los receptores dejen atrás las ideas
decimonónicas sobre territorio y ciudadanía para orientarse hacia no-
ciones más expansivas que abarquen los espacios transnacionales que
se están formando en la actualidad en todo el mundo como consecuen-
cia de la migración circular masiva. Estos cambios parecen amenaza-
dores sobre todo porque ocurren en un momento en que las fuerzas de
la globalización presionan los salarios y los ingresos a la baja y hacen
crecer la desigualdad en todo el mundo.
Son retos formidables, ciertamente, pero tendrán que ser con-
frontados, pues sin duda seguirá habiendo migraciones internaciona-
les. Salvo que sobrevenga una catástrofe internacional de proporcio-
184 Comprender las migraciones internacionales

nes nunca vistas, es muy probable que la inmigración se extienda y


crezca, ya que ninguna de las fuerzas causales responsables de la in-
migración da señal de moderarse. La economía de mercado se expan-
de hacia confines del mundo cada vez más remotos, los mercados la-
borales de los países desarrollados muestran un crecimiento no menos
sino más segmentado, las redes de migración internacional y de co-
mercio se expanden, se van formando grandes reservas de capital hu-
mano y social relacionadas con la migración en los países emisores de
todo el mundo y el poder del Estado-nación se muestra vacilante ante el
embate transnacional. El siglo xxi será de globalismo y, sin duda, las
migraciones internacionales tendrán un papel prominente en él.

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