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Lilith:

El mito de Lilith tiene su origen en las tradiciones asirio-babilónicas, pero a


nosotros se nos presenta a través de la cultura hebrea. Las interpretaciones e
entendimientos de su concepción son diversas dependiendo de la civilización o religión
donde nos movamos, pero como la única que me interesa es la versión judeo-cristiana
voy a enfocarme en esa.
El primer texto donde se relata su historia completa como mujer rebelde y
primera esposa de Adán es en el midrash (escrito exegético hebreo acerca de la
Biblia), conocido como El alfabeto de Ben Sira. Básicamente el texto nos narra cómo
Lilith es creada por Dios a partir del barro del mismo modo que Adán.
Estos dos, una vez juntos, nunca van a hallar una relación armónica y estable,
y esto se debe principalmente a que cuando Adán quería mantener relaciones
sexuales con Lilith esta se ofendía de que él quisiese estar arriba de ella. "¿Por qué he
de yacer debajo de ti? -preguntaba-. Yo también fui hecha con polvo y, por tanto, soy
tu igual”. Cuando Adán la quiso obligar a obedecer, Lilith pronuncio el verdadero
nombre de Dios (lo cual era una ofensa inclusive superior a ignorar los mandatos
divinos), alas le salieron de su espalda y le permitieron elevarse por los cielos. Luego
de este hecho busco refugio en el Mar Rojo, donde se asentaban demonios lascivos
con los cuales comenzó a mantener relaciones. Cuando Adán reprocha su huida ante
Dios, este último envía a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que
buscaran y la hicieran volver, más cuando la encuentran y le exigen regresar Lilith se
niega. Al enfrentarse no ya al hombre, sino a la voluntad divina, la condición de Lilith
cambia de mujer humana a criatura maligna: obtiene el poder de hacer enfermar a los
niños recién nacidos durante sus primeros días de vida (la muerte súbita en la Edad
Media era considerada obra de Lilith que acechaba por los cielos buscando a
neonatos), y ella misma dará a luz a cien hijos de naturaleza demoniaca, que morirán
o nacerán muertos. Para proteger a los recién nacidos de su influencia se necesitarán
unos amuletos en los que irán inscritos los nombres de los ángeles que la
persiguieron.
El hecho de que Lilith aparezca como la primera mujer de Adán deviene a la
necesidad de reconciliar el arquetipo de Eva, símbolo de la culpa femenina de las
desgracias del mundo, con las jóvenes hebreas en edad casadera a las que servía
como modelo. Eva, pese a su “pecado”, es la madre de la humanidad, y no deja de ser
una mujer sometida a Adán, al contrario de su predecesora. Esto se entiende mejor si
se lo compara con el mito de la creación de Eva a partir de la costilla de Adán y el
hecho de que este le dé a ella su nombre. Siendo metáforas mediante la cual se
pretende explicar y justificar mediante una estructura patriarcal la subordinación
femenina al hombre, apoyada y facilitada por el propio Dios.
La diferencia simbólica entre Lilith y Eva sienta las bases de una larga
contienda histórica entre dos arquetipos femeninos aparentemente irreconciliables: por
un lado, tenemos a la esposa y madre dedicada al hogar, y por el otro a la “mala”
mujer, rebelde, estéril y maldita, que personifica todos los males y perversiones
universales.
Después se va a agregar otro arquetipo a esta clasificación femenina en
función de su sexualidad: el de la virgen, a través de María. El cual transmite que el
estado femenino perfecto es el de la castidad. Por eso aparece como contraparte a
Eva en la oposición simbólica entre pureza y pecado, y representada
iconográficamente pisando la cabeza de la serpiente, asociada por algunos a Lilith, es
decir: enfrentada a los otros dos tipos de mujer.
Es por su oposición al orden establecido, su sexualidad incontrolable, y su
inclinación al caos y a la destrucción del hombre por lo que Lilith, más que Eva,
representa la cara opuesta de la tipificación mariológica de la mujer. Además, mientras
que María encarna la redención a través de la pureza, y Eva el arrepentimiento, no
encontraremos nada parecido en Lilith: sus actos, para ella, aparecen justificados por
su deseo de libertad.

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