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El manejo de las emociones y la inteligencia emocional tienen una gran influencia en la cultura ciudadana en Colombia. Un estudio encontró que Colombia está en desventaja en inteligencia emocional comparado con otros países. Esto se refleja en la falta de tolerancia y en la violencia diaria en el país, así como en la ausencia de una verdadera cultura ciudadana. El desarrollo de la inteligencia emocional depende de factores como el entorno y los recursos económicos, pero los colombianos podrían aprovechar más sus recursos si
El manejo de las emociones y la inteligencia emocional tienen una gran influencia en la cultura ciudadana en Colombia. Un estudio encontró que Colombia está en desventaja en inteligencia emocional comparado con otros países. Esto se refleja en la falta de tolerancia y en la violencia diaria en el país, así como en la ausencia de una verdadera cultura ciudadana. El desarrollo de la inteligencia emocional depende de factores como el entorno y los recursos económicos, pero los colombianos podrían aprovechar más sus recursos si
El manejo de las emociones y la inteligencia emocional tienen una gran influencia en la cultura ciudadana en Colombia. Un estudio encontró que Colombia está en desventaja en inteligencia emocional comparado con otros países. Esto se refleja en la falta de tolerancia y en la violencia diaria en el país, así como en la ausencia de una verdadera cultura ciudadana. El desarrollo de la inteligencia emocional depende de factores como el entorno y los recursos económicos, pero los colombianos podrían aprovechar más sus recursos si
Que incidencia tiene el manejo de las emociones y o la inteligencia
emocional en la cultura ciudadana en Colombia?
Con base en la lectura Inteligencia Emocional entre Chile y Colombia, podemos
identificar que en nuestro país estamos en desventaja especialmente en el indicador EMOOTROS, si bien vimos que hay variación en las características de la muestra en general sabemos que no podemos negar la realidad de nuestro país. Vivimos día a día la intolerancia y los extremos de violencia que dejan un impacto que se convierte en una bola de nieve. Ese “egoísmo” tan marcado se ve reflejado en que no existe una cultura ciudadana. Basta solo salir un día común y corriente y caminar o manejar y en acciones tan de “sentido común” vemos que ese sentido es el menos común de todos. Con base en los estudios psicológicos y con las teorías que se nos plantean en la lectura, sabemos que los factores que inciden en el desarrollo de la inteligencia emocional varían desde el entorno hasta los recursos económicos, sin embargo considero que aunque suene muy trillado, si la mayoría de colombianos fuera tan inteligente para “lo positivo” como lo es para “lo negativo” viviríamos una realidad diferente y aprovecharíamos más nuestros recursos y potencial. Ahí radica nuestra desventaja y que bueno que un estudio de estos nos pueda reflejar la necesidad que existe para trabajar en nuestras emociones; como vimos en módulos anteriores, la motivación afecta nuestras decisiones y si nuestras motivaciones no están encaminadas por el amor y cuidado propio y el de los demás muy complicado lograr una cultura en nuestro país que marque la diferencia en toda nuestra ciudadanía. Ahora bien, cual es mi propuesta? Considero que aunque los entes que pueden hacer algo por desarrollar la inteligencia emocional como el gobierno o la academia, el principal ente de influencia para la cultura ciudadana se pude desarrollar en la familia. Nosotros, los que somos padres tenemos la responsabilidad de aprender y a su vez replicar el desarrollo de la inteligencia emocional en nuestros hijos. La academia o el gobierno solos no pueden y de hecho son entes de apoyo más no completamente responsables. Además, para hablar de realizar un cambio en la cultura ciudadana de Colombia se requiere un proceso, un paso a paso. El cambio en este caso es casi imposible considerarlo inmediato o a corto plazo. La situación es que los padres hoy día pretenden que entre más paguen por la educación de sus hijos es mayor la responsabilidad de la institución para educar a los niños y no es así. Las instituciones académicas son para apoyarnos en que nuestros hijos aprendan otras destrezas y temáticas pero no son los directos responsables por hacer que un niño tenga la inteligencia emocional y sean personas de bien y “bien educados”. De hecho, son los maestros los que además de identificar las falencias en esta competencia, viven las consecuencias de no tenerla desarrollada. Cabe anotar que desafortunadamente existen instituciones y maestros que obviamente no aportan y que en algunos casos desvirtúan el trabajo de los padres. Pero como mantener un buen equilibrio y no desenfocarse y garantizar que la mayoría de nuestros niños “mejoren”? Tristemente actualmente nuestro gobierno está invirtiendo más en desarrollar para mí, la mal llamada libertad de expresión, que en desarrollar esta inteligencia. Inteligente emocional no es decidir hacer lo que me venga en gana por gusto y /o pasando por encima de los demás como lo hacen promoviendo dentro de las instituciones que los niños escojan sus preferencias sexuales y otras barbaridades; no sé cómo pretenden que si los niños no tienen la capacidad para diferenciar el daño que hace decir una mentira o robarle a un compañero, ni a veces tienen la responsabilidad de cumplir con sus tareas o no copiarse, como van a poder escoger algo tan importante y definitivo como lo es su sexualidad?. Por otro lado los padres andan tan ocupados en pensar en ellos mismos que ya “hogar” es difícil que permanezca, se pretende justificar que todos tienen la libertad de “rehacer “ sus vidas cuando destruyen la de otros, empezando por los hijos, que aunque digan lo que digan y crean que superan el divorcio o separación de sus padres en el fondo lo que más anhelan en ver sus familias unidas y sin tanta división, pero en fin. Ese es nuestro país y por eso creo que los adultos deben y tienen que reeducarse en desarrollar la inteligencia emocional. Es dejar de buscar responsables de un solo lado y pensar en que todos aportamos al cambio. También es cierto que no todas las familias disfuncionales han dejado de desarrollar esta inteligencia, existe otro grupo de familias que por ejemplo a pesar de enmarcarse en la definición tradicional de familia, internamente no logran desarrollar la IE. Podemos ver como al no poner límites a sus hijos o simplemente no desarrollar su autoridad y la disciplina de casa ya desbordan las bases para desarrollar la inteligencia emocional. Asi, podemos entender que todos desde cualquier situación, rol, estado civil, posibilidades económicas, etnia, o cualquier papel que estemos desempeñando en la sociedad colombiana necesitamos desarrollar esta inteligencia y promover ese desarrollo. Por eso escogí esta profesión, porque considero que debemos desarrollar programas, talleres, cursos, libros en fin, hacer muchas actividades que por medio de las instituciones académicas, el gobierno y sus diferentes áreas e incluso las empresas se pueda aportar a ese cambio tan necesario. Debemos lograr llegar a cambiar por dentro, cambiar corazones, vidas y formas de pensar, recuperar los valores que en verdad proyectan una vida diferente. Que triste es que ya ni siquiera la palabra vale, la gente va por ahí mintiendo, engañando, prometiendo y no cumpliendo. Definitivamente es todo un reto pero como todo, requiere esfuerzo, compromiso, persistencia y en este caso, un especial trabajo en equipo. Mi decisión es que desde mi entorno, desde mi trabajo y profesión quiero aportar para que avancemos en este desarrollo. Mi primer paso, yo misma.