Sunteți pe pagina 1din 20

http://www.periodismoucn.

cl/tercermilenio/2011/05/homofobia-y-su-impacto-en-la-
calidad-de-vida-de-gay-y-lesbianas-estado-del-arte-6/

Tercer Milenio edición número 21

Homofobia y su impacto en la calidad de vida de gay y lesbianas: estado del


arte
Homophobia and their consequences in gay and lesbian quality of life

* Por: Jaime Barrientos*, Manuel Cárdenas**, Francisco Vidal***, Fabiola Gómez****

ARTICULO RECIBIDO 13/11/2010 ARTICULO ACEPTADO 26/01/2011

RESUMEN: ABSTRACT:

La homofobia como fenómeno social persiste en muchas The homophobia like social phenomenon persists in many western
sociedades occidentales, incluida la chilena. Solo recientemente se countries included Chile. Only recently, there have developed
han desarrollado estudios específicos que evalúan la homofobia y specific research that asses the homophobia and its impact on the
su impacto sobre la vida de las minorías sexuales. Por tanto, en life of the sexual minorities. Therefore, in this paper we expose the
este artículo se exponen, desde una perspectiva psicosocial, los more recent findings relative to this topic, both in the world and in
hallazgos más recientes relativos al tema, efectuados tanto en el Chile, as well as the effects that this phenomenon has on quality of
mundo como en Chile, así como los efectos que este fenómeno life and well-being of gay and lesbians people, using a psychosocial
tiene sobre la calidad de vida y el bienestar de gay y lesbianas. framework.

PALABRAS CLAVES: Homofobia, calidad de vida, Chile KEYWORDS: Homophobia, quality of life, Chile

*Jaime Barrientos, Escuela de Psicología, Universidad Católica del Norte. Contacto: jbarrien@ucn.cl

**Manuel Cárdenas, Escuela de Psicología, Universidad Católica del Norte. Contacto: jocarde@ucn.cl
***Francisco Vidal, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Contacto: vidalvelis@yahoo.com
****Fabiola Gómez, Escuela de Psicología, Universidad Católica del Norte. Contacto: fabigomez.o@gmail.com

Las transformaciones socioculturales en el mundo y en Chile

En el mundo, y sobretodo, en América Latina, la forma particular de articular las relaciones entre los géneros ha

provocado una histórica inequidad entre los sexos, desigualdad que ha favorecido a los hombres heterosexuales

(Barrientos, 2003; PNUD, 2010; Valdés, Benavente & Gysling, 1999; Viveros, 2001). Sin embargo, el advenimiento de

cambios socioculturales a escala global, ha provocado una importante modificación en los valores de las sociedades

occidentales, transformaciones tendientes a un mayor individualismo y equidad en los estándares y relaciones entre los

géneros (Bozon, 2002ª; Connell, 2002; Inglehart, 2000; Inglehart & Baker, 2000; Haavio-Manila, Kontula & Rotkirch,

2002; PNUD, 2002; United Nations, 2000; Weeks, 1993). Estas innovaciones están produciendo un incremento de los

valores y normas seculares y los valores auto-expresivos. Asimismo, estos cambios suponen que muchas personas

han dejado de ser leales a las instituciones religiosas establecidas, toda vez que se observa un aumento del interés

espiritual a nivel individual (Barrientos, 2003) Por último, estas transformaciones serían menos pronunciadas en

sociedades como México y Chile (Inglehart & Baker, 2000). El crecimiento económico ha facilitado el acceso de las

mujeres hacia mejores y mayores oportunidades educativas; no obstante, ha generado nuevos conflictos y tensiones,

especialmente, en países como Chile, donde persisten enormes diferencias en la distribución de los ingresos entre los

géneros. Asimismo, estas transformaciones están generando mayores oportunidades de exploración sexual, así como
nuevas configuraciones en la vida sexual y afectiva – sobre todo de los jóvenes – (INJUV, 2009), lo que ha conducido a

una reconfiguración de las normas sexuales (Barrientos, 2006).

Específicamente, en la sexualidad y el género estas transformaciones han provocado – o están provocando- : a) una

secularización del sexo, b) una liberalización de las actitudes y un mayor énfasis en los derechos sexuales, c) un

aumento de la variedad de las formas de vida doméstica, -la tradicional conexión entre matrimonio, familia y sexualidad

ha sido rota- y d) la sexualidad es más hedonística, orientada al placer y a la recreación, observándose, una menor

importancia del rol de la reproducción (Christopher & Sprecher, 2000; Haavio-Manila, Kontula & Rotkirch, 2002). No

obstante, estos cambios no afectan a todas las sociedades por igual, dado la persistente influencia, en muchos países,

del control moral cristiano, especialmente en aquellos países en los que la Iglesia Católica sigue teniendo una

influencia importante (como es el caso de Chile), presentándose una mayor disociación entre las prácticas y los

discursos sexuales (Htun, 2004; Kontula & Haavio-Manila, 1994; Haavio-Manila & Kontula, 1994; Mackay, 2000).

Las desigualdades de género en América Latina siguen estando sostenidas por el machismo y el marianismo (Clanelli,

Ferrer, & Mc Elmurry, 2008). El machismo está asociado a la dominación social y el privilegio que los hombres tienen

sobre las mujeres en términos económicos, legales, judiciales, políticos, culturales y psicológicos. Las ideas acerca del

machismo pueden o no, contribuir a la discriminación. Los hombres crecen aprendiendo que son fuertes y que pueden

lograr sus objetivos siendo agresivos y protegiendo a su mujer y familia. El complemento del machismo es el

marianismo que supone la sumisión de la mujer al hombre, lo que produce un doble estándar, donde la mujer está

situada en la categoría de “madre/esposa” o “puta” (Barrientos, 2010). Los valores asociados a esta visión serían la

castidad, maternidad, sumisión, sacrificio y cuidado de otros.

El machismo, también, tiene efectos sobre la vivencia de la diversidad sexual en la región ya que el contexto

latinoamericano espera que los hombres sean heterosexuales, proveedores y padres de familia (Olavarría, 2000). En la

mayoría de los países de la región esto se traduce, como será visto más adelante, en altos niveles de homofobia y

violencia hacia gay, lesbianas y transgéneros. Además, diversos estudios han asociado altos niveles de homofobia, con

una mayor vulnerabilidad de gay, así como de aquellos que tienen prácticas sexuales con personas de su mismo sexo

(es decir, Hombres que tienen Sexo con otros Hombres o HSH), al VIH/SIDA y las Infecciones de Transmisión Sexual

(ITS). Sin embargo, la homofobia no es sólo una realidad que afecte a Latinoamérica, ya que, por ejemplo, el sexo

consentido entre hombres adultos está criminalizado en 85 países al año 2007 (Baral, Sifakis, Cleghorn & Beyrer, 2007;

Cáceres, Pecheny, Frasca, Raupp, & Pocahy, 2008).

Homosexualidad en el mundo y en América Latina

Los estudios que indagan ya sea en la conducta, o en la identidad homosexual, así como en las actitudes hostiles

hacia homosexuales mediante encuestas, son relativamente recientes y comienzan luego de la aparición del SIDA en

los años 90’ (Sandfort, 1998).

La homosexualidad como fenómeno es difícil de evaluar y, además, los resultados reportados están subordinados a las

definiciones y palabras empleadas, así como a la metodología usada para su estudio (Bochow, Chiarotti, Davies,

Dubois-Arber, Dür, Fouchard, Gruet, McManus, Markert, & Sandfort, 1994; Sandfort, 1998). De todos modos, las

encuestas recientes realizadas en diversos países del mundo revelan que la homosexualidad no caracteriza a un 10%

de la población adulta, tal y como se pensaba en los años 60’–70’, sino a una proporción que fluctúa entre el 1 – 10%
(Laumann, Gagnon, Michael & Michaels, 1994) o a un 3-5% de ella (Bajos & Bozon, 2008; Wellings, Field, Johnson, &

Wadsworth, 1994). Asimismo, los datos disponibles sobre estudios europeos sugieren que la declaración de conductas

y prácticas de tipo homosexual es mayor en los países donde el clima sociocultural es calificado de mayor tolerancia

frente al tema (Sandfort, 1998), ya que aún, en muchos países del mundo, se observan actitudes negativas hacia la

conducta homosexual tanto de gay, como de lesbianas, catalogando este comportamiento como “equivocado” y

“antinatural” (Herek, 2000). La evidencia internacional muestra que se declaran más conductas que preferencias y

atracción, lo que está directamente relacionado con el grado de tolerancia social existente respecto al tema en cada

contexto estudiado, como también con el grado de conciencia personal existente respecto a esas prácticas (Barrientos

& Páez, 2000; Sandfort, 1998). En este sentido en un “clima de intolerancia” frente al tema de lo homosexual, la

declaración de una conducta socialmente sancionada puede equivaler simbólicamente a su confesión. Algunos

estudios han señalado que los factores socioculturales afectan no sólo la expresión de la homosexualidad sino que,

también, su ocurrencia, postulando la “hipótesis de la oportunidad de elicitación” (Laumann et al., 1994), la que

propone que la homosexualidad podría ser promovida por un medio social que crea oportunidades para la expresión de

esa forma de conducta.

Homofobia

El concepto de homofobia ha sido usado desde los 60’. Su uso posibilitó pasar de la tradicional manera de pensar

sobre la homosexualidad como una enfermedad o patología y poner la atención sobre el problema del prejuicio y

estigma hacia las personas homosexuales (Adam, 1998; Borrillo, 2001; Herek, 2004; Plummer, 1999; Wayne, & Allard,

1985). Este concepto alude a la actitud negativa u hostil hacia homosexuales (Borillo, 2001). Recientemente (Herek,

2006), ha propuesto la noción de “prejuicio sexual” con el fin de superar las limitaciones y críticas que ha recibido el

concepto de homofobia. El prejuicio sexual incluye tres dimensiones: a) estigma sexual (conocimiento social

compartido de tipo negativo para cualquier conducta, identidad o relación no heterosexual), b) heterosexismo

(ideología cultural que perpetúa el estigma sexual) y, c) prejuicio sexual (actitudes negativas basadas en la orientación

sexual).

Diversas investigaciones han sido realizadas para medir y caracterizar este fenómeno del prejuicio sexual y

específicamente de las actitudes negativas hacia la homosexualidad, en el mundo y en Chile (Barrientos, & Páez,

2000; Cárdenas & Barrientos, 2008a; Herek, 1984, 1985, 1986, 1988, 1999, 2002, 2007; Larsen, Reed, & Hoffman,

1980; MOVILH, 2006, 2007; 2009; Ortiz-Hernández, & García, 2005; Raja & Stokes, 1998; Steffens, & Wagner, 2004;

Steffens, 2005; Wright, Adams, & Bernat, 1999). Una de las escalas más usadas ha sido la ATLG (Attitudes towards

Lesbian and Gay Men) creada por Gregory Herek (Cárdenas & Barrientos, 2008; Herek, 1984; Stoever, & Morera,

2007).

Homofobia y su relación con diversas variables

Las actitudes hacia la homosexualidad varían para los diferentes contextos y países. Además, trabajos recientes

indican que hay una gran similitud entre las consecuencias de diferentes tipos de discriminación (racismo, sexismo y

homofobia) sobre las personas que son víctimas de dichas acciones (Wexler, Difluvio & Burke, 2009), pero, en términos

generales, se puede señalar que éstas son más negativas hacia gay que hacia lesbianas, con diferencias pronunciadas

entre hombres y mujeres heterosexuales (Herek, 2000; Kite, 1985; Kite, & Whitley, 1996; LaMar & Kite, 1998; Lingardi,

Falanga & Augelli, 2005; Steffens & Wagner, 2004). Este patrón podría reflejar diferencias sexuales en la organización
cognitiva que subyace al prejuicio sexual (Herek & Capitanio, 1999; Herek, 2000; Herek; 2007; Steffens & Wagner,

2004). Según el estudio realizado por LaMar y Kite (1998), en todos los factores reportados, los hombres fueron menos

tolerantes que las mujeres.

Asimismo, las actitudes negativas correlacionan alto con autoritarismo (Dumbar, Brown & Amoroso, 1973; Whitley, &

Egisdottir, 2000), conservadurismo valórico (Morrison & Morrison, 2002) y político (votan por partidos conservadores y

de derecha) (Hayes, 1995; Herek, 1988; Hicks & Tien-tsung, 2006; Steffens & Wagner, 2006). Respecto a la religión,

las investigaciones han revelado una relación compleja entre prejuicio y religión (Hall, Matz, & Wood, 2010; Gentry,

1987; Herek, 1988; Morrison & Morrison, 2002; Rosik, 2007a, 2007b). Los individuos que puntúan alto en orientación

religiosa intrínseca (para quienes la religión es un motivo importante), tienden a auto-reportar menos prejuicio contra

grupos proscritos, pero más prejuicio contra grupos no proscritos como lesbianas y gay. Los sujetos que puntúan alto

en orientación religiosa y ven la religión como abierta y compleja, tienden a exhibir menos prejuicio hacia grupos

proscritos/no proscritos (Tsang & Rowatt, 2007). Los sujetos que asisten más a menudo a servicios religiosos, son mas

prejuiciosos hacia gay y lesbianas tanto como aquellos que pertenecen a denominaciones religiosas conservadoras

(Cárdenas & Barrientos, 2008; Finlay & Walther, 2003). Estos últimos sujetos probablemente no conocen o conocen a

muy pocos homosexuales (Herek & Capitanio, 1996). También, se ha reportado una estrecha relación entre actitudes

negativas hacia la homosexualidad con actitudes tradicionales hacia los roles de género o sexismo (Kite & Deaux,

1986; Herek, 1988; Morrison & Morrison, 2002; Nierman, Thompson, Bryan, & Mahaffey, 2007). Si el que violenta el rol

de género es hombre, esta trasgresión es vista como más seria que en el caso de las mujeres (Herek, 1984; La Mar &

Kite, 2001). Recientes estudios han indicado, que gay muy afeminados (es decir, aquellos que expresan características

socioculturalmente asociadas con el género opuesto) sufren más prejuicio que aquellos gay y lesbianas que no

expresan estas características (Sandfort, Meléndez & Díaz, 2007). Las estrictas normas sobre género existentes para

hombres y mujeres, así como para homosexuales, conducen a que aquellos homosexuales que se desvían de las

normas de género, además de sufrir homofobia por su orientación sexual, sufran una doble discriminación por

apartarse de las normas culturales de género.

Además, las actitudes negativas se relacionan con variables como edad (a mayor edad más negativas son las

actitudes) (Inglehart & Welzel, 2005) y nivel educativo (a mayor educación formal menos prejuicio) (Herek, 1988,

1994). En otro sentido, cuando la población heterosexual cree que la homosexualidad es una cuestión que puede ser

controlada por los sujetos, los índices de rechazo suelen ser mayores que cuando la elección no depende del sujeto

(King, 2001). Los estudios avalan la idea que aquellas personas que tienen familiares homosexuales o que conocen

gente homosexual -con las que establecen relaciones estrechas- poseen actitudes más favorables hacia los

homosexuales (Bowen & Burgeois, 2001; Hinrichs & Rosenberg, 2002; Steffens & Wagner, 2006) y aquellos que

carecen de dichos contactos o de conocimiento personal de homosexuales se muestran más prejuiciosos (Lingardi,

Falanga & Augelli, 2005). Además, entre los prejuiciosos, los hombres sienten más rechazo y toman mayor distancia

social de gay que de las lesbianas (Kite & Whitley, 1996; King & Black, 1999; La Mar & Kite, 1998); las mujeres

reportan más agrado hacia gay que a lesbianas (Herek, 1994). En todo caso, existe una correlación positiva entre las

actitudes negativas hacia gay y lesbianas (Herek & Capitanio, 1996), y ambos son mejor evaluados que los bisexuales

de su mismo sexo (Steffens & Wagner, 2006). También, cuando los sujetos conocen a otros que son homosexuales y

evalúan el contacto con ellos positivamente, son menos prejuiciosos y expresan menos emociones negativas hacia las

minorías y más emociones positivas (Bowen & Burgeois, 2001; Hinrichs & Rosenberg, 2002; Steffens & Wagner,
2004). Otros datos confirmaron que la pertenencia a una minoría étnica está asociada a las actitudes hacia gay y

lesbianas, pero no está conectada con el nivel socioeconómico.

Situación de la homofobia en Chile: Estado del Arte

Aunque el tema de los derechos de la población homosexual está más instalado en la agenda pública nacional de

Chile, lo que se ha traducido según el último informe del Movimiento de Liberación Homosexual (2009) en menores

niveles de discriminación cultural (aquella que se expresa a nivel marco de sociedad), el prejuicio hacia las minorías

sexuales no se han alterado mayormente en el último tiempo. Tampoco, han disminuido notoriamente las acciones

discriminatorias que se derivan de éstos.

Si bien, en la actualidad, la población chilena sería más tolerante según diversas fuentes (IDEAS, 1997, 2001, 2004;

WVS, 2007; MOVILH, 2007; WVS, 2008), una mirada más profunda del tema revela los serios problemas de

convivencia que existen aún en el seno de nuestra sociedad y las condiciones de inequidad de trato a las que son

sometidas las personas homosexuales, ya sea a la hora de conseguir un empleo, en el uso de los servicios públicos o

en la desprotección social a las que son sometidas las parejas homosexuales. Algunos estudios sobre homosexualidad

y homofobia, sobretodo cualitativos, han sido hecho en el país desde los 90’ en adelante (Valdés & Guajardo, 2007).

Sin embargo, pocos son los estudios cuantitativos.

El único estudio que ofrece una estimación cuantitativa de la prevalencia de la homosexualidad en Chile en hombres y

mujeres entre 18-69 años fue hecho en el 1998 (Barrientos & Páez, 2000). Este estudio es relevante de revisar ya que

permiten situar el fenómeno de la homosexualidad y de la homofobia específicamente en el contexto nacional. Este

estudio indica que (Barrientos & Páez, 2000), al margen de la baja prevalencia encontrada, indica que los datos

obtenidos son coherentes con los datos internacionales en los siguientes aspectos: a) más personas declaran haber

sentido deseo homo-bisexual (0,6%) que auto-identificarse como homo-bisexual (0,3%); b) la prevalencia de la homo-

bisexualidad es más alta entre hombre que en mujeres (0.4% v/s 0.2%); c) la homosexualidad se declara con mayor

frecuencia en grupos con mayor educación; d) la población general se declara mayoritariamente exclusivamente

heterosexual y los datos son similares a países europeos más tradicionales y conservadores en sus actitudes como

Portugal (99.1% de orientación heterosexual en hombres) y Grecia (99.4% de orientación heterosexual en mujeres).

Según este mismo estudio habría una sub-declaración de la homosexualidad, probablemente asociada a la alta

intolerancia hacia la homosexualidad reportada, ya que sólo un 5% de la población estaba de acuerdo con que

hombres o mujeres tengan relaciones sexuales con personas de su mismo sexo (Barrientos & Páez, 2000).

Respecto a la homofobia en el país datos recientes provienen del último informe del Movimiento de Liberación

Homosexual (MOVILH) (2007) que indica que la discriminación cultural ha disminuido, pero que otras formas de

homofobia aún permanecen. Según este informe, en 2007 han aumentado un 16% las denuncias sobre hechos

homofóbicos respecto al año 2006, lo que se traduce en 57 casos (asesinatos, agresiones civiles, atropellos policiales,

discriminación laboral y educacional, entre otras). También, se indica que han aumentado las denuncias por

discriminación laboral, pero que, por otra parte, hay un creciente clima internacional favorable a los derechos humanos

de gay y lesbianas chilenos.

La Quinta Encuesta Nacional de la Juventud (2007) indica que el 21.1% de los jóvenes considera a gay y lesbianas

como “vecinos indeseados” ocupando el cuarto lugar de los indeseados (junto a neonazis, drogadictos, alcohólicos y
skinheads). Además, indica que los hombres discriminan más que las mujeres, ya que el 24.6% señaló a los

homosexuales como vecinos indeseados, porcentaje que decae al 17.4% en las mujeres. También, se observa que los

jóvenes de Nivel Socio-Económico bajo (NSE) son más intolerantes que los de otros NSE (hasta el 25% de dicho

grupo). Este mismo estudio indica que hay un ámbito que suscita baja aprobación entre los jóvenes: el matrimonio

entre personas del mismo sexo, donde sólo un 35.1% está de acuerdo. Asimismo, un dato interesante de esta

encuesta revela que un 0.9% de los jóvenes encuestados declara sentirse excluido por su identidad sexual y un 5.5%

por su sexo. En la más reciente encuesta de la juventud, solo un 34% de los jóvenes está de acuerdo o muy de

acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo (INJUV, 2009). En otro reciente estudio, realizado en la

Marcha por el Orgullo Gay, Lésbico, Bisexual y Transgénero en el año 2007 (Barrientos, Meza, Catalán, Gómez,

Longueira & Silva, 2008; Barrientos, Silva, Catalán, Gómez & Longueira, 2010), se constató que un 35% de los

entrevistados ha sido discriminado por su orientación sexual, ya sea en la escuela, la universidad, en su ambiente

religioso o su barrio. El mismo estudio indicó que respecto a fenómenos de victimización, aproximadamente 3/4 partes

de los respondientes experimentó ridiculización y casi el 60% burlas e insultos.

Otros antecedentes disponibles, más sistemáticos y periódicos respecto a la homofobia, han sido obtenidos por medio

de la World Values Survey (WVS, 2008). La WVS usa una sola pregunta para abordar este tema: ¿Cuán justificable

considera usted la homosexualidad? (Hay una escala que va desde 1=nada justificable hasta 10=totalmente

justificable). Hay disponibles tres oleadas de encuestas para Chile (1990, 1996, y 2000). Según estos datos hay un

cambio positivo en las actitudes hacia la homosexualidad. Según Inglehart & Wenzel (2005) “Diecisiete de los 18

países con las tasas de cambio más altas (hacia la tolerancia) son de sociedades de renta alta tal y como las define el

BM, con la excepción de Chile”. Por ejemplo, Chile ha pasado de una media de 2.91 en 1990, a una de 3.98 en el año

2000. Este mismo estudio indica que son más tolerantes las mujeres que los hombres (para el año 2000, las mujeres

puntúan 4.21 y los hombres 3.71), los más jóvenes que los más viejos (para el 2000, los menores de 29 años puntúan

4.29 y los mayores de 50 puntúan 3.37). Respecto a la religión, se observa que los protestantes son los más

intolerantes con 2.27 puntos al año 2000 y los católicos los más tolerantes con 3.71. Sin embargo, se observa una gran

heterogeneidad en la tolerancia en función del grado de asistencia a servicios religiosos. Así, los que asisten más de

una vez por semana son los más intolerantes con 2.98 puntos, y los que nunca asisten, son los más tolerantes con

4.48 puntos (WVS, 2000). Considerando el NSE se obtiene para el año 2000, que aquellos sujetos de NSE bajos son

los más intolerantes con 3.65 puntos y aquellos de NSE altos, los más tolerantes con 4.75 puntos. Estos últimos dos

estudios son sondeos de opinión muy amplios y que utilizan escalas que no aportan ningún indicador de la validez o la

confiabilidad. Por tanto, estos datos sólo pueden utilizarse a título ilustrativo y con las debidas precauciones.

Por último, recientemente dos estudios han usado escalas de homofobia con varios ítems para medir este fenómeno

en Chile (Escala ATLG de Gregory Herek), con sus respetivos procesos de adaptación y validación, con hallazgos muy

parecidos a los ya descritos. En el estudio de Cárdenas y Barrientos (2008) se constató que las actitudes hacia gay y

lesbianas son afectadas por el sexo del respondiente. Las mujeres fueron más tolerantes hacia los homosexuales (gay

y lesbianas) que los hombres. En el mismo estudio se constató que las personas más intolerantes son aquellas más

religiosas, tal como ha sido observado en otros estudios (Gentry, 1987; Herek, 1988; Morrison & Morrison, 2002). En el

estudio de Nierman y colaboradores (Nierman, Thompson, Bryan & Mahaffey, 2007), que usa la ATLG (Attitudes

Towards Lesbians and Gay Men Scale) para comparar actitudes en USA y Chile, se constató la importancia de los roles

de género y su asociación con la homofobia. Así, aquellos que transgreden los roles de género son los peor evaluados.

Por otra parte, otros estudios nacionales han comenzado a centrarse en los cambios en los modos de expresión de la
homofobia (Cárdenas & Barrientos, 2008), mostrando que incluso entre la población que intenta genuinamente ser

igualitaria (a nivel explícito) pueden expresarse actitudes negativas (de modo implícito).

Finalmente, cabe agregar que la creciente secularización de los valores en Chile ha generado reacciones negativas en

aquellos grupos con valores más tradicionales. La valoración de los derechos individuales y la equidad, producen

tensión con los modelos de familia y género sostenidos por la iglesia Católica, las tradiciones patriarcales y el

conservadurismo político. Estos cambios han producido modificaciones en los “guiones sexuales” y la definición y

fluidez de la orientación e identidad sexual (Zea, Reisen & Díaz, 2003). Además, las culturas latinas como la chilena,

han sido descritas como colectivistas y alocéntricas, ya que los sujetos tienden a verse a sí mismos como miembros de

un grupo social más amplio y a dar mucha importancia a las relaciones interpersonales a diferencia de las culturas

individualistas (Triandis, 1995). Por esta razón, la cultura enfatiza la familia y comunidad, y la orientación sexual y la

identidad refleja no sólo al sujeto mismo sino que a su familia y grupo social (Brooks, Etzel, Hinojos, Henry & Pérez,

2005). Lo anterior podría explicar que muchos gay no se identifiquen como tal o no les hayan contado a sus familias

que lo son, ya que hacerlo podría provocar dolor en sus familiares, significarse como un signo de debilidad y entrar en

conflicto con las normas de la familia y comunidad sobre lo que significa ser hombre. Muchos hombres o mujeres no

han “salido del closet” (coming-out) ya que piensan que si lo hacen podrían experimentar la homofobia.

Por tanto, el énfasis cultural en las relaciones interpersonales hace importante explorar los sesgos de deseabilidad

social que podrían afectar investigaciones sobre este tema (Marín & Marín, 1991). La cultura y los fuerzas

socioeconómicas influyen sobre el comportamiento sexual y, eventualmente, tornan vulnerables a los sujetos al

VIH/SIDA y las ITS (Zea, Reisen & Díaz, 2003). Estudios hechos entre latinos en USA y en otros países indican que

muchos hombres gay latinos pertenecen a grupos sociales, económicos y políticamente marginalizados. Los mensajes

culturales hacia ellos son internalizados y llegan a percibirse a sí mismos como incapaces de controlar su propio

destino, lo que, por ejemplo, puede aumentar su vulnerabilidad al VIH. La homofobia puede ser internalizada y conducir

a que los sujetos se odien a sí mismos y sientan vergüenza de ellos. Un efecto de esta imagen negativa es el consumo

de alcohol y drogas, poca satisfacción sexual, odio y ansiedad en situaciones sociales y sexuales. Y así, diversos

estudios han documentado los efectos nocivos de la homofobia y el estigma sobre la población homosexual (Neilands,

Steward & Choi, 2008). En muchos países los homosexuales son víctimas de agresiones, abuso sexual y violencia

(Huebner, Rebchook, & Kegeles, 2004), cuyos efectos se asocian con altos niveles de conductas de riesgo ante el

VIH/SIDA (Bogart, Collins, Cunningham, Beckman, Golinelli & Eisenman, 2005; Jinich, Paul, Stall, Acree, Kegeles &

Hoff, 1998).

Homofobia y Calidad de vida en Gays y Lesbianas

La calidad de vida es un indicador del sentido de bienestar subjetivo de las personas (Kahneman, Diener, & Schwarz,

2000) y está afectada por diversas dimensiones psicológicas, psicosociales, sociales, culturales y económicas, entre

las que sobresale nivel de educación, ingresos, estatus de pareja, entre otros.

Una diversidad de estudios sobre este tema han sido realizados en diversas poblaciones (Barrientos, 2006), sin

embargo, pocos estudios se han hecho en población homosexual (Kuyper, & Vanwesenbeeck, 2010; Sandfort, de

Graaf, & Bijl, 2003; Sandfort, Bakker, Schellevis, Vanwesenbeeck, & Van Lindert, 2006; Sandfort, Bakker, Schellevis, &

Vanwesenbeeck, 2009).
Históricamente, los investigadores no han reconocido a la población homosexual como diferente a otras en temas

como salud, por ejemplo, y sólo la han abordado desde una perspectiva epidemiológica centrada en las ITS/VIH

(Boehmer, 2002). La epidemia del SIDA contribuyó a reforzar ese tipo de estudios, sin embargo, la influencia del

movimiento social homosexual en los años 90’ ha generado nuevas agendas de investigación social, así como nuevos

énfasis. De este modo, en América Latina, diversos estudios han documentado los altos niveles de homofobia

existentes en la región (Bozon, Gayet & Barrientos, 2008; Cárdenas & Barrientos, 2008b) y se ha señalado que la

homofobia está fuertemente asociada al heterosexismo y al machismo, así como a las muy tradicionales normas de

roles de género (Viveros, 2001).

Se ha comprobado que la calidad de vida es afectada por la salud mental y que homosexuales -gay y lesbianas tienen

un mayor riesgo de desordenes psiquiátricos que heterosexuales (Cochran, & Mays, 2000). Por tanto, podría

suponerse que los homosexuales tienen niveles más bajos de calidad de vida que los heterosexuales. Los

homosexuales, en respuesta a estos cambios desarrollarían diversas estrategias de resiliencia para contrabalancear

las influencias negativas de su estatus de salud mental. Así, por ejemplo, un estudio relativamente reciente realizado

en Holanda (Sandfort, de Graaf, & Bijl, 2003) indicaba que la calidad de vida tanto de gay como de lesbianas difieren

de la obtenida por hombres y mujeres heterosexuales en varios determinantes: a) gay tenían algunas condiciones

asociadas a desordenes psiquiátricos y a menudo, las lesbianas consumían drogas; b) hombres heterosexuales y gay

diferían en autoestima, no así las mujeres; c) además, más gay y lesbianas reportaban haber experimentado algún tipo

de discriminación y haber sufrido algún tipo de abuso después o antes de los 16 años de edad; d) gay y lesbianas

reportaban más síntomas mentales agudos que los heterosexuales y su salud mental general era más pobre; e)

homosexuales reportaban más frecuentemente síntomas físicos agudos y condiciones crónicas que los heterosexuales

(Sandfort et al., 2006).

Otras investigaciones recientes han documentado asociaciones entre estrés psicológico y percepción de discriminación

en homosexuales (Díaz, Ayala, Bein, Henne, & Marin, 2001; Mays, & Cochran, 2001) y experiencias de victimización

(Hersberger & D’Augelli, 1995; Herek, Gillis & Cogan, 1999; Pescoe, E & Smart, 2009) Waldo, Hesson, McInnis,

D’Augelli, 1998). En jóvenes homosexuales, sobre todo en aquellos que se identifican como tales más precozmente,

puede existir más disconformidad de género, lo que incrementa la habilidad de los perpetradores de violencia para

identificarles como objetivos para su violencia. Incluso, algunos estudios sugieren que la experiencia de discriminación

puede resultar en cambios psicológicos negativos y en efectos fisiológicos que podrían contribuir a mayor morbilidad

(Perez-Benítez, O’Brien, Carels, Gordon, & Chiros, 2007). Los malos tratos se asocian a baja autoestima e incremento

en ideación suicida. Bastantes estudios han documentado mayor riesgo suicida entre adolescentes y jóvenes adultos

que tienen una orientación sexual minoritaria (Cochran & Mays, 2000; Mays & Cochran, 2001; Hidaka & Operario,

2006; Mathy, 2002; Paul, Pollack, Moskowitz, Canchola, Mills, Binson, & Stall 2002). Otros estudios sugieren que gay y

lesbianas tienes más probabilidades de ideación suicida, intentos de suicidio y suicidios que población heterosexual

(Meyer, 1995, 2003; Paul et al., 2002). Generalmente, los eventos de victimización y el “salir del closet” pueden ser

vistos como asociados al suicidio ya que pueden provocar estrés emocional y estar asociado a baja autoestima,

consumo abusivo de sustancias y consecuentes desórdenes del estado de ánimo que incrementan la vulnerabilidad al

suicidio (Frost, & Meyer, 2009; Paul, Catania, Pollack, Moskowitz, Canchola, Mills, Binson, & Stall, 2002)). Si bien hay

evidencia que el “salir del closet” y las redes sociales gay y lésbicas tienen efectos positivos en el ajuste psicológico y

la autoestima al proveer un modelo de rol homosexual (Teasdale, & Bradley-Engen, 2010), este proceso puede

igualmente estar asociado con experiencias negativas sobre todo en el plano emocional. Los beneficios psicológicos
pueden ser la apertura y el sentido de mayor integración del sí mismo, pero, también, puede tener como efectos el

ostracismo, violencia, y estrés. La evidencia, también, indica un gran riesgo para algunos desórdenes psiquiátricos,

aunque quizás, diferentes para hombres y mujeres. Algunos estudios han mostrado que hombres gay presentan más

depresión y otros ataques de pánico (Cochran, & Mays, 2000) y que en lesbianas se observan mayores niveles de

dependencia al alcohol y las drogas (Cochran, Keenan, Schober, & Mays, 2000). Aunque las razones para este

elevado riesgo son desconocidas, la ansiedad, el estado de ánimo y el abuso de sustancias son muy sensibles a

factores culturales (Kessler, Mickelson, & Williams, 1999). Un número creciente de investigaciones sobre desigualdad

social y efectos sobre salud mental sugieren que factores como la raza/etnicidad, sexo y NSE influencian

probablemente la exposición a factores negativos que podrían afectar la adquisición de recursos personales y sociales

tales como dominio, autoestima y soporte social (Kertzner, Meyer, Frost, & Stirratt, 2009; Mays & Cochran, 2001;

Williams, & Mohamed, 2009). Específicamente, experiencias de discriminación y estigmatización conducen a mayor

vulnerabilidad para depresión y ansiedad y, quizás, a altos porcentajes de desórdenes psiquiátricos (Beck, Firdion,

Legleye, Schiltz, 2010; Kessler, Mickelson, & Williams, 1999). Además, las lesbianas deben enfrentar el prejuicio de

género.

El fenómeno que describe el estrés específico experimentando por minorías, que incluye vivencias de prejuicio,

expectativas de rechazo, huida y ocultamiento ha sido definido como “minority stress” (Meyer, 1995; 2003;

Hatzenbuehler, 2009).

Por último, diversos estudios han mostrado que gay y lesbianas sufren discriminación en diversos ámbitos de sus vidas

y creen que estos eventos afectan su calidad de vida. Sin embargo, pocos estudios han puesto atención en la

incidencia y prevalencia de la violencia contra gay y lesbianas, la discriminación y victimización (Huebner, Rebchook &

Kegeles, 2004) considerando que ser gay o lesbiana está asociado con gran riesgo de experimentar o ser tratado con

violencia (Beck, Firdion, Legleye, & Schiltz, 2010; Russell, Franz, & Driscoll, 2001).

Por ello, en conclusión, es relevante profundizar la investigación social sobre la homofobia y la calidad de vida en

minorías sexuales, de modo de ir creando información que permita introducir políticas de anti-discriminación, pero

también, acciones específicas dirigidas hacia estas poblaciones.

La psicología social, como disciplina que pone el acento en las relaciones sociales, podría permitir desarrollar nuevos

acercamientos a la homofobia y sus impactos, así como a la calidad de vida. Esto supondría relevar cómo el prejuicio,

la discriminación y el estigma son efecto de determinadas relaciones sociales entre grupos con diferentes tipos de

estatus en la estructura social y cómo trabajando sobre dichas relaciones es posible elaborar cambios y

transformaciones sociales que podrían generar vidas más plenas y satisfactorias.

Referencias bibliográficas

Adam, B. (1998). Theorizing homophobia. Sexualities, 1, 387-404.

Bajos, N., & Bozon, M. (2008). Enqueter sur la sexualite en France. Paris, Francia : La Decouverte.

Baral, S., Sifakis, F., Cleghorn, F., & Beyrer, C. (2007). Elevated risk for HIV infection among men who have sex with

men in low-and middle-income countries 2000-2006: A systematic review. Plos Medicine, 4, 12, 1901-1911.
Barrientos, J. & Páez, D. (2000). Identidad homo-bisexual en Chile. En: CONASIDA y ANRS (2000). Estudio Nacional

de Comportamiento Sexual. Primeros Resultados (pp. 123-129). Santiago: MINSAL.

Barrientos, J. (2003). La Satisfacción Sexual en Chile desde una perspectiva psicosocial. Tesis Doctoral, Facultad de

Psicología, Departamento de Psicología Social, Universitat de Barcelona, España. Documento no publicado.

Barrientos, J. & Páez, D. (2006). Psychosocial Variables of Sexual Satisfaction in Chile. Journal of sex and marital

therapy, 32, 5, 351-368.

Barrientos, J. (2006). Calidad de vida. Bienestar Subjetivo. Santiago: Ediciones UDP.

Barrientos, J., Silva, J., Catalán, S., Gómez, F., & Longueira, J. (2010). Discrimination and Victimization: Parade for

Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender (LGBT) Pride, in Chile. Journal of Homosexuality, 57, 6, 760 – 775.

Barrientos, J., Meza, P., Catalán, S., Gómez, F., Longueira, J., & Silva, J. (2008). Movilización social y Acción Colectiva.

Primera Encuesta Marcha del Orgullo y Diversidad Sexual, Santiago de Chile 2007. Santiago: CLAM/UCN.

Barrientos, J. (2010). Sexual Initiation for Heterosexual Individuals in Northern Chile. Sexuality Research and Social

Policy, 7, 37–44.

Barrientos, J., Cárdenas, M., & Páez, D. Adaptación y validación de la escala de Satisfacción con la vida en muestra de

estudiantes universitarios. Artículo en preparación.

Batson, D., Denton, D., & Vollmecke, J. (2008). Quest Religion, Anti-Fundamentalism, and Limited Versus Universal

Compassion. Journal for the Scientific Study of Religion, 47, 1, 135–145.

Beck, A., McNally, I., & Petrak, J. (2003). Psychosocial predictors of HIV/STI risk behaviors in a sample of homosexual

men. Sex Transm Infec, 79, 142-146.

Beck, F., Firdion, J., Legleye, S., Schiltz, M.A. (2010). Les minorités sexuelles face au risqué suicidaire. Acquis des

sciences sociales et perspectives. Saint –Denis: INPES.

Boehmer, U. (2002). Twenty years of public health research: inclusion of lesbian, gay, bisexual, and transgender

populations. American Journal of Public Health, 92, 7, 1125-1130.

Bogart, L., Collins, R., Cunningham, W., Beckman, R., Golinelli, D., Eisenman, D. (2005). The association of partner

abuse with risky sexual behaviors among women and men with HIV/AIDS. AIDS and Behavior, 9, 325-333.

Bochow, M., Chiarotti, F., Davies, P., Dubois-Arber, F., Dür W, Fouchard, J., Gruet, F. , McManus, T., Markert, S.,

Sandfort, T. (1994) Sexual behaviour of gay and bisexual men in eight European countries. EC-Concerted Action on

AIDS/HIV Prevention Strategies, Working Group on Homo-Bisexual Men. AIDS Care, 5, 533 – 549.

Borrillo, D. (2001). Homofobia (pp. 13-44). Barcelona: Ediciones Bellaterra.


Bozon, M., Gayet, C., & Barrientos, J. (2008). Latin American patterns and trends in sexual behaviour in the early third

millennium. JAIDS, 51, Supplement 1, S1-S12.

Bozon, M. (2002a). Sexuality, gender and the couple: a socio–historical perspective. The Annual Rewiev of Sex

Research, 12, 1 -31-

Bowman, K. (2004). Attitudes about homosexuality. En: www.aei.org (American Enterprise Institute for Public Policy

Research).

Bowen, A. , & Bourgeois, M. (2001). Attitudes toward lesbian, gay, and bisexual collage students: the contribution of

pluralistic ignorance, dynamic social impact, and contact theories. Journal of American College Health, 50, 91-96.

Bradburn, N. (1969). The Structure of Psychological Well-Being. Chicago: Aldine.

Brooks, R., Etzel, M., Hinojos, E., Henry, Ch., & Perez, M. (2005) Preventing HIV among Latino and African American

Gay and Bisexual Men in a context of HIV-Related Stigma, Discrimination, and Homophobia: perspectives of providers.

AIDS Patient Care STDS, 19, 11, 737-744.

Cáceres, C., Pecheny, M., Frasca, T. Raupp, R., & Pocahy, F. (2008) Review of Legal Frameworks and the Situation of

Human Rights related to Sexual Diversity in Low and Middle Income Countries. Study Commissioned by UNAIDS.

Recuperado el 20 octubre del 2010 http://www.sxpolitics.org/wp-content/uploads/2009/03/review-of-legal-

frameworks.pdf

Cárdenas, M., Meza, P., Lagues, K., & Yáñez, S. (2010). Adaptación y validación de la escala de orientación a la

dominancia social (SDO) en una muestra chilena. UNIV. PSYCHOL., 9, 1, 161-168

Cárdenas, M. & Barrientos, J. (2008a). The Attitudes Toward Lesbians and Gay Men Scale (ATLG): Adaptation and

Testing the Reliability and Validity in Chile. Journal of Sex Research, 45, 2, 140-149.

Cárdenas, M. & Barrientos, J. (2008b). Actitudes implícitas y explicitas hacia los homosexuales en una muestra de

estudiantes chilenos. Psykhe, 17, 2, 17-25.

Cárdenas, M. (2007). Escala de racismo moderno: propiedades psicométricas y su relación con variables psicosociales.

UNIV. PSYCHOL, 6, 2, 255-262.

Cárdenas, M. (2006). “Y verás como quieren en Chile…” Un estudio sobre el prejuicio hacia inmigrantes bolivianos por

parte de jóvenes chilenos. ÚLTIMA DÉCADA, 24, 99-124.

Cárdenas, M.; & Parra, L. (2010). Adaptación y validación de la versión abreviada de la escala de autoritarismo de

derechas RWA) en una muestra chilena. Revista de psicología, XVIX, 1, 61 – 79.

Cárdenas, M. y Yáñez, S. (2010). Nuevas formas de muestreo para minorías ocultas: muestras de encuestados

conducidos en una población de inmigrantes. Universitas Psychologica (en evaluación).


Cea D’ Ancona, M. (2004). La activación de la “xenofobia” en España: ¿qué miden las encuestas? Madrid: Siglo XXI de

España.

Cea D’ Ancona , M. (2002). La medición de las actitudes ante la inmigración: evaluación de los indicadores

tradicionales de “racismo”. Reis: Revista española de investigaciones sociológicas, 99, 87-112.

Clanell, R., Ferrer, L., & McElmurry, B. (2008). HIV prevention and low-income Chilean women: machismo, marianismo

and HIV misconceptions. Culture, Health & Sexuality, 10, 3, 397-306.

Cochran, S., & Mays, V. (2000). Lifetime prevalence of suicide symptoms and affective disorders among men reporting

same-sex sexual partners: results from NHANES III. American Journal of Public Health, 90, 4, 573-578.

Cochran, S., Keenan, C., Schober, C., & Mays, V. (2000). Estimates of alcohol use and clinical treatment needs among

homosexually active men and women in the U.S. population. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 68,6, 1062-

1071.

CChPS (1997). De amores y sombras. Poblaciones y culturas homo y bisexuales en hombres de Santiago. Santiago:

CChPS.

Christopher, F., & Sprecher, S. (2000). Sexuality in marriage, dating, and other relationships: a decade review. Journal

of Marrriage and The Family, 62, 999–1017.

Connell, R. (2002). Gender. Londres: Polity Press.

Derogatis, L. (1983). SCL-90-R Administration, Scoring and Procedures Manual-II. Towson, MD: Clinical Psychometric

Research.

Díaz, R., Ayala, G., Bein, E., Henne, J., & Marin, B. (2001). The impact of homophobia, poverty, and racism on the

mental health of gay and bisexual latino men : findings from 3 US cities. American journal of public health, 91, 6, 927-

932.

Diekman, A., Eagly, A., Mladinic, A., & Ferrerira, M.C. (2005). Dynamic stereotypes about women and men in Latin

America and the United States. Journal of Cross-Cultural Psychology, 36, 2, 209-226.

Diener, E., Emmons, R., Larsen, R., & Griffin, S. (1985). The Satisfaction With Life Scale. Journal of Personality

Assessment, 49, 71-75.

Duck, R., & Hunsberger, B. (1999). Religious Orientation and Prejudice: The Role of Religious Proscription, Right-Wing

Authoritarianism, and Social Desirability. International Journal for the Psychology of Religion, 9, 157 – 179.

Dumbar, J., Brown, M. & Amoroso, D. M. (1973). Some correlates of attitudes toward homosexuality. Journal of Social

Psychology, 89, 271 – 279.

Ellis, S., & Kitsinger, C. (2003). Attitudes toward lesbian and gay men and support for lesbian and gay human rights

among psychology students. Journal of Homosexuality, 44, 121 -138.


Finlay, B., & Walther, C. (2003). The Relation of Religious Affiliation, Service Attendance, and Other Factors to

Homophobic Attitudes among University Students. Review of Religious Research, 44, 4, 370-393.

Fundación IDEAS (1997). Primera encuesta de tolerancia y no discriminación. Santiago de Chile: Fundación Ideas.

Fundación IDEAS (2001). Segunda encuesta de tolerancia y no discriminación. Santiago de Chile: Fundación Ideas.

Fundación IDEAS (2003). Tercera encuesta de tolerancia y no discriminación. Santiago de Chile: Fundación Ideas.

Frost, D, & Meyer, I. (2009). Internalized homophobia and relationships quality among lesbians, gay men and bisexuals.

Journal of Counseling Psychology, 56, 1, 97-109.

Gentry, C. (1987). Social distance regarding male and female homosexuals. Journal of Social Psychology, 127, 199-

208.

Haavio–Manila, E., & Kontula, O. (1994). Sexual pleasures. Enhancement of sex life in Finland, 1971–1992. USA:

Darmouth, Brookfiled.

Haavio–Manila, E., Kontula, O., & Rotkirch, A. (2002). Sexual lifestyles in the Twentieth Century. A Research Study. NY:

Palgrave.

Hall, D., Matz, D., & Wood, W. (2010). Why don’t we practice what we preach? A meta-analityc review of religious

racism. Personality and social psychology review, 14, 1, 126-139.

Hatzenbuehler, M. (2009). How does sexual minority stigma “get under the skins”? A psychological mediation

framework. Psychol Bull, 135, 7:707-730.

Heckathorn, D. (1997). Respondent Driven Sampling: A new approach to the study of hidden populations. Social

Problems, 44, 174 – 199.

Heckathorn, D. (2002). Respondent Driven Sampling II: deriving population estimates from Chain-referral samples of

hidden poppulations. Social Problems, 49, 11 – 34.

Htun, M. (2003). Sex an the State. Abortion, Divorce and the Family Under Latin American Dictatorship and

Democracies. Cambridge: University Press.

Hayes, B. (1995). Religious identification and moral attitudes: the British case. British Journal of Sociology, 46, 457-

474.

Hershberger, S., & D’Augelli, A. (1995). The impact of victimization on the mental health and suicidal of lesbian, gay,

and bisexual youths. Deviant Psychology, 31, 65-74.

Herek, G. (1984). Attitudes towards lesbians and gay men: a factor-analytic study. En: De Cecco, J. (1985) Homophobia

in American Society. Bashers, Baiters & Bigots. (pp. 39-51) NY: Harrington Park Press.
Herek, G. (1985). Beyond “Homophobia”: A social psychological perspective on attitudes towards lesbians and gay

men. En: De Cecco, J. (1985). Homophobia in American Society. Bashers, Baiters & Bigots. (pp. 1-21) NY: Harrington

Park Press.

Herek, G. (1986). Sexual Orientation and Prejudice at Yale. A Report on the Experiences of Lesbian, Gay, and Bisexual

Members of the Yale Community. Prepared for the Yale Corporation, New Haven CT.

Herek, G. (1988). Heterosexual’s attitudes toward Lesbians and Gay Men: correlates and gender differences. The

Journal of Sex Research, 25, 4, 451 – 477.

Herek, G. (1991). Stigma, Prejudice, and Violence Against Lesbians and Gay Men. En: John C. Gonsiorek & James D.

Weinrich (Eds.) (1991). Homosexuality: Research implications for public policy (pp. 60-80). Newbury Park, CA: Sage.

Herek, G., & Capitanio, J. (1996). “Some of My Best Friends”: Intergroup Contact, Concealable Stigma, and

Heterosexuals’ Attitudes Toward Gay Men and Lesbians. Personality and Social Psychology Bulletin, 22, 4, 412-424.

Herek, G., Gillis, R., Cogan, J., & Glunt, E. (1997). Hate Crime Victimization Among Lesbian, Gay, and Bisexual Adults:

Prevalence, Psychological Correlates, and Methodological Issues. Journal of Interpersonal Violence, 4, 12, 195 – 215.

Herek, G. (1999). The psychology of sexual prejudice. Current Directions in Psychological Science, 9, 19–22.

Herek, G. (2000). Sexual prejudice and gender: do heterosexual’s attitudes toward lesbians and gay men differ? Journal

of Social Issues, 56, 2, 251-266.

Herek, G. (2002). Gender Gaps in Public Opinion About Lesbians and Gay Men. Public Opinion Quarterly, 66, 1, 40-66.

Herek, G. (2004). Beyond “Homophobia”: Thinking About Sexual Prejudice and Stigma in the Twenty-First Century.

Sexuality Research & Social Policy, 1, 2, 6-24.

Herek, G., & González-Rivera, M. (2006). Attitudes towards homosexuality among U.S. residents of Mexican Descent.

Journal of Sex Research, 43, 2, 122-135.

Herek, G. (2007). Confronting Sexual Stigma and Prejudice: Theory and Practice. Journal of Social Issues, 63, 4, 905-

925.

Hicks, G., & Lee, T. (2006). Public attitudes toward Gays and Lesbians: Trends and predictors. Journal of

Homosexuality, 51, 2, 57-77.

Hidaka, Y., & Operario, D. (2006). Attempted suicide, psychological health and exposure to harassment among

Japanese homosexual, bisexual or other men questioning their sexual orientation recruited via the internet. Journal of

Epidemiology Community Health, 60, 11, 962 – 967.

Hinrichs, D., & Rosenberg, P. (2002). Attitudes toward gay, lesbian, and bisexual persons among heterosexual liberal art

college students. Journal of homosexuality, 43, 61-84.


Huebner, D., Rebchook, G., & Kegeles, S. (2004). Experiences of harassment, discrimination, and physical violence

among young gay and bisexual men. American Journal of Public Health, 94, 7, 1200-1203.

Gentry, C. (1987). Social distance regarding male and female homosexuals. Journal of Social Psychology, 127, 199-

208.

Inglehart, R. (2000). World values survey and European values survey. 1981–1984, 1990–1993 y 1995–1997 (ICPSR

2790). University of Michigan. USA: Institut for social research.

Inglehart, R., & Baker, W. (2000). Modernization, cultural change, and the persistence of traditional values. American

Sociological Review, 65, 19 –51.

Inglehart, R., & Welzel, C. (2005). Modernization, Cultural Change, and Democracy. The Human Development

Sequence. Cambridge: Cambridge University Press.

INJUV (2007). Capítulo 14. Sexualidad juvenil y exposición a riesgo sanitario: condicionantes nuevos y permanentes.

En: INJUV (2007). Quinta Encuesta Nacional de la Juventud. (pp.183-197). Santiago: INJUV.

INJUV (2009). Sexta encuesta nacional de la juventud. Principales resultados. Recuperado el 20 octubre del 2010:

http://www.injuv.gob.cl/pdf/VI_Encuesta_Nacional_de_Juventud_Principales_Resultados_2009.pdf

Jinich, S., Paul, J., Stall, R., Acree, M., Kegeles, S., & Hoff, C. (1998). Childhood sexual abuse and HIV risk-taking

behavior among gay and bisexual men. AIDS and Behavior, 2, 41-51.

Kahneman, D., Diener, E., & Schwarz, N. (2000). Well-Being: The Foundations of Hedonic Psychology. USA: Russell

Sage Foundation Publications.

Kelley, J. (2001). Attitudes towards homosexuality in 29 nations. Australian Social Monitor, 4, 15 -22.

Kessler, R., Mickelson, K., & Williams, D. (1999). The prevalence, distribucition, and mental health correlates of

perceived discrimination in the United States. Journal of Health Social Behavior, 40, 208-230.

Kertzner, R., Meyer, I., Frost, D., & Stirratt, M. (2009). Social and psychological well-being in Lesbians, Gay Men, and

Bisexuals: The effects of race, gender, age, and sexual identity. American Journal of Orthopsychiatry, 79, 4, 500-510.

King, B. (2001). Ranking of stigmatization toward lesbians and their children and the influence of perception of

controllability of homosexuality. Journal of Homosexuality, 41, 77-97.

King, B., & Black, K. (1999). Extent of relational stigmatization of lesbian and their children by heterosexual collage

students. Journal of Homosexuality, 37, 65-81.

Kite, M. (1985). Sex differences in attitudes towards homosexuals: a meta-analytic review. En: De Cecco, J. (1985)

Homophobia in American Society. Bashers, Baiters & Bigots. (pp. 69.81) NY: Harrington Park Press.
Kite, M., & Deaux, K. (1986). Attitudes toward homosexuality: assessment and behavioral consequences. Basic and

Applied Social Psychology, 7, 2, 137-162.

Kite, M., & Whitley, B. (1996). Sex differences in attitudes toward homosexual persons, behaviors, and civil rights: a

meta-analysis. Personality Social Psychology Bulletin, 22, 4, 336-353.

Koh, A., & Ross, L. (2006). Mental health issues: a comparison of lesbian, bisexual, and heterosexual women. Journal

of homosexuality, 51, 1, 33-57.

Kontula, O., & Haavio–Manila, E. (1994). Sexual behavior changes in Finland during the last 20 years. Nordisk

Sexologi, 12, 196 –214.

Kuyper, L., & Vanwesenbeeck, I. (2010). Examining sexual health differences between lesbians, gay, bisexual, and

heterosexual adults: the role of sociodemographics, sexual behavior characteristics, and minority stress. Journal of sex

research, 47, 1-12.

LaMar, L., & Kite, M. (1998). Sex differences in attitudes toward gay men and lesbians: a multidimensional perspective.

The Journal of Sex Research, 35, 2, 189-196.

Landen, M. & Innala, S. (2002). The effect of a biological explanation on attitudes towards homosexual persons. A

Swedish national sample study. Nordisk Journal of Psychiatry, 56, 181 -186.

Laumann, E., Gagnon, J., Michael, R., & Michaels, S. (1994). The social organization of sexuality. Sexual practices in

the United States. Chicago: The University of Chicago Press.

Larsen,K., Reed, M., & Hoffman, S. (1980). Attitudes of heterosexual toward homosexuality: A Likert-Type Scale and

Construct Validity. The Journal of Sex Research, 16, 3, 245-257.

Lingiardi, V., Falanga, S., & Augelli, A. (2005). The Evaluation of Homophobia in an Italian Sample. Archives of Sexual

Behavior, 34, 1, 81-93.

Loftus, J. (2001). America’s Liberalization in Attitudes toward homosexuality, 1973 to 1998. American Sociological

Review, 66, 762-782.

Neilands, T., Steward, W., & Choi, K. (2008). Assessment of stigma towards homosexuality in China: A study of men

who have sex with men. Archives of sexual behavior, 37, 838–844.

Nierman, A., Thompson, S., Bryan, A., & Mahaffey, A. (2007). Gender roles beliefs and attitudes towards lesbians and

gay men in Chile and the U.S. Sex Roles, 57, 61-67.

Mackay, J. (2000). Atlas de la sexualité dans le monde. Similitudes et différences dans les comportements et les

valeurs. Francia: Editions Autrement.


Mantecon, A., Juan, M., Calafat, A., Becona, E., & Roman, E. (2008). Respondent-Driven Sampling: un nuevo método

de muestreo para el estudio de poblaciones visibles y ocultas. Adicciones: Revista de Socidrogalcohol, 20, 2, 161 –

169.

Marín, G., & Marín, B. (1991). Research with Hispanic populations. Newburry Park, CA: Sage.

Mays, V., & Cochran, S. (2001). Mental health correlates of perceived discrimination among lesbian, gay, and bisexual

adults in the United Status. American Journal of Public Health, 91, 11, 1869-1876.

Mathy, R. (2002). Suicidality and sexual orientation in five continents: Asia, Australia, Europe, North America, and South

America. International Journal of Sexuality and Gender Studies, 7, 2/2, 215-225.

Meyer, I. (1995). Minority stress and mental health in gay men. Journal Health Soc Behavior., 36, 38-56.

Meyer, I. (2003). Prejudice, social stress, and mental health in Lesbian, Gay, and Bisexual Population: conceptual

issues and research evidence. Psychoogical Bulletin, 129, 5, 674-697.

Mills, T., Stall, R., Pollack, L., Paul, J., Binson, D. Canchola, J., & Catania, J. (2001). Health-related characteristics of

men who have sex with men: a comparison of those living in “gay ghettos” with those living elsewhere. American

Journal of Public Health, 91, 6, 980-983.

MOVILH (2006). Informe anual: derechos humanos de las minorías sexuales en Chile. Hechos 2006. Santiago:

MOVILH.

MOVILH (2007). VI Informe Anual. Derechos humanos. Minorías Sexuales chilenas. Hechos 2007. Santiago: MOVILH.

MOVILH (2009). VI Informe Anual. Derechos humanos. Minorías Sexuales chilenas. Hechos 2009. Santiago: MOVILH.

Morrison, M., & Morrison, T. (2002). Development and validation of a scale measuring modern prejudice toward gay

men and lesbian women. Journal of Homosexuality, 43, 15-37.

Muhib, F., Lin, L., Stueve, A., Miller, R., Ford, W., Johnson, W., & Smith, P. (2001). A venue method for sampling hard-to-

reach populations. Public Health Reports, 116, Suplement 1, 216-222.

Mladinic, A., Saiz, J., Díaz, M., Ortega, A. & Oyarce, P. (1998). Sexismo ambivalente en estudiantes universitarios

chilenos: teoría, medición y diferencias de género. Revista de Psicología Social y Personalidad, 14, 1-14.

Olavaria, J. (2000). “De la identidad a la política: masculinidades y políticas públicas. Auge y ocaso de la familia nuclear

patriarcal en el siglo XX.”. En: Olavarría, J. y Parrini, R. (eds.).(2000) Masculinidad/es. Identidad, sexualidad y familia.

Santiago: FLACSO.

Ortiz-Hernández, L., & García, M. (2005). Efectos de la violencia y la discriminación en la salud mental de bisexuales,

lesbianas y homosexuales de la Ciudad de México. Cadernos de Saúde Pública, 21, 3, 913-925.


Paul, J., Catania, J., Pollack, L., Moskowitz, J., Canchola, J., Mills, T., Binson, D., & Stall, R. (2002). Suicide attempts

among gay and bisexual men: lifetime prevalence and antecedents. American Journal of Public Health, 92, 8, 1338-

1345.

Pescoe, E., & Smart, L. (2009). Perceived discrimination and health: a meta-analityc review. Psychological Bulletin,

135, 4, 531-554.

Pérez-Benítez, C., O’Brien, W., Carels, R., Gordon, A., & Chiros, C. (2007). Cardiovascular correlates of disclosing

homosexual orientation. Stress and Health, 23, 141-152.

Pettigrew, T., & Merteens, R. (1995). Subtle and blatant prejudice in Western Europe. European Journal of Social

Psychology, 25, 57-75.

Plummer, D. (1999). One of the Boys. Masculinity, Homophobia and Modern Manhood. NY: Harrington Park Pres.

PNUD (2010). Desarrollo Humano en Chile. Género: Los desafíos de la igualdad. Santiago: PNUD.

Raja, S., & Stokes, J. (1998). Assessing attitudes toward lesbians and gay men: the moderns homophobia scale.

Journal of Gay, Lesbian and Bisexual Identity, 3, 2, 113-134.

Rueda, J., & Navas, M. (1996). Hacia una evaluación de las nuevas formas de prejuicio racial. Revista de Psicología

Social, 11, 2, 131-149.

Rosik, C. (2007a). Ideological concerns in the operationalization of homophobia, Part I: An analysis of Herek’s ATLG-R

Scale. Journal of psychology and theology, 35, 2, 132-144.

Rosik, C. (2007b). Ideological concerns in the operationalization of homophobia, Part II: The need for interpretive

sensitivity with conservatively religious persons. Journal of psychology and theology, 35, 2, 145-152.

Russell, S., Franz, B., & Driscoll, A. (2001). Same-sex romantic attraction and experiences of violence in adolescence.

American Journal of Public Health, 91, 6, 903-906.

Salganik, M., & Heckathorn, D. (2004). Sampling and estimation in Hidden Populations using respondent-driven

sampling. Sociological Methodology, 34, 193-239.

Sandfort, T. (1998). Homosexual and bisexual behavior in European countries. En: Hubert, M., Bajos, N. y Sandfort, T.

(1998). Sexual Behavior and HIV/AIDS in Europe. Comparisons of national surveys. Londres: UCL Press.

Sandfort, T., de Graaf, R., & Bijl, R. (2003). Same sex sexuality and quality of life: findings from the Netherlands Mental

Health Survey and Incidence Study. Archives of Sexual Behavior, 32, 1, 15-22.

Sandfort, T. Bakker, F., Schellevis, F., Vanwesenbeeck, I., & Van Lindert, H (2006). Sexual orientation and mental and

physical health status: Findings from a Dutch population survey. American Journal of Public Health, 96, 6, 1119-1125.
Sandfort T., Melendez R., & Diaz R. (2007). Gender nonconformity, homophobia, and mental distress in Latino gay and

bisexual men. Journal of Sex Research, 44, 2, 181-189.

Sandfort, T., Bakker, F., Schellevis, F., & Vanwesenbeeck, I. (2009). Coping Styles as Mediator of Sexual Orientation-

Related Health Differences. Archives of sexual behavior, 38, 2, 253-263.

Steffens, M., & Wagner, C. (2004). Attitudes towards lesbians, gay men, bisexual women, and bisexual men in

Germany. Journal of Sex Research, 41, 2, 137-149.

Steffens, M. (2005). Implicit and explicit attitudes towards lesbians and gay men. Journal of Homosexuality, 49, 2, 39-

66.

Stoever, C., & Morera, O. (2007). A confirmatory factor analysis of the attitudes toward lesbians and gay men (ATLG)

measure. Journal of homosexuality, 52, ¾, 189-209.

Teasdale, B., & Bradley-Engen, M. (2010). Adolescent same-sex attraction and mental health: the role of stress and

support. Journal of Homosexuality, 57, 287-309.

Tsang, J., & Rowatt, W. (2007). The relationship between religious orientation, right-wing authoritarianism, and implicit

attitudes toward lesbians and gay men. The International Journal for the Psychology of Religion, 17, 99-120.

Triandis, H. (1995). Individualism and collectivism. Boulder, CO: Westview press.

United Nations (2000). The World’s Women 2000. Trends and Statistics. Social Statistics and Indicators. Series K, nº

16. NY: United Nations.

Valdés, T., Benavente, M., & Gysling, J. (1999). El poder en la pareja, la sexualidad y la reproducción. Mujeres de

Santiago. Santiago: FLACSO.

Valdes, T., & Guajardo, G. (2007). Estado del Arte. Investigación sobre Sexualidad y Derechos Sexuales en Chile

(1990-2002). Santiago: CLAM.

Veenhoven, R. (1999). Quality of life in individualistic society: a comparison of 43 nations in the early 1990’s. Social

Indicators Research, 48, 157 – 186.

Vidal F., Concha, R., Palma, I., & Barrientos, J. (2007). Sexualidad, Género y VIH/SIDA: ¿Qué piensan los futuros

docentes chilenos/as? Minsal, Proyecto Transversal Fondo Global para la lucha contra el Sida, la tuberculosis y la

malaria, Santiago: Fondo Global.

Viveros, M. (2001). Contemporary Latin American Perspectives on Masculinity. Men and Masculinity, 3, 3, 237–260.

WVS (2008). World Values Survey. Disponible en: www.valuessurvey.org.


Waldo, C., Hesson-McInnis, M., & D’Augelli, A. (1998). Antecedents and consequences of victimization of lesbian, gay,

and bisexual young people: A structural model comparing rural university and urban samples. American Journal of

Community Psychology, 26, 307-334.

Ware, J., Kosisnski, D., & Keller, S. (1996). A 12-Item Form-Short Health Survey: Construction of Scale and Preliminary

test of reliability and validity. Medical Care, 34, 220-233.

Wayne, J., & Allard, J. (1985). Misconceptions of Homophobia. En: De Cecco, J. (1985) Homophobia in American

Society. Bashers, Baiters & Bigots. (pp. 23-37). NY: Harrington Press.

Weeks, J. (1993). El malestar de la Sexualidad. Significados, mitos y sexualidades modernas. Madrid: Talasa.

Wexler,L., DiFluvio, G., & Burke, T. (2010). Resilience and marginalized youth: making a case for personal and

collective meaning-taking as part of resilience research in public health. Social Science & Medicine, 69, 565-570.

Wellings, K., Field, J., Johnson, A., & Wadsworth, J. (1994). Sexual Behavior in Britain: the national survey of sexual

attitudes and lifestyles. Londres: Penguin Books.

Williams, D., & Mohamed, S. (2009). Discrimination and racial disparities in health: evidence and needed research.

Journal of Behav Med, 32, 1, 20.

Whitley, B., & Egisdottir, S. (2000). The gender belief system, authoritarianism, social dominance orientation, and

heterosexual’s attitudes toward lesbians and gay men. Sex Roles, 42, 11/12, 947-967.

Wright, L., Adams, H., & Bernat, J. (1999). Development and Validation of the Homophobia Scale. Journal of

Psychopathology and Behavioral Assessment, 21, 4, 337-347.

Zea, M., & Reisen, C., & Díaz, R. (2003). Methodological issues in research on sexual behavior with Latino Gay and

Bisexual Men. American Journal of Community Psychology, 31, ¾, 281-291.

S-ar putea să vă placă și