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La teoría de la regulación argumenta que los mercados no son perfectos, por lo tanto las fallas que
puedan presentarse en estos justifica la intervención del Estado con el objetivo de priorizar el bienestar
social antes que la competencia.
Si bien hay quienes consideran que los mercados pueden autorregularse, también se reconoce que
pueden presentar distorsiones que hacen que la autorregulación sea difícil o imposible. Por ello, el
Estado aparece para establecer una serie de reglas que determinen un equilibrio entre la satisfacción de
los usuarios y los beneficios que esperan las empresas.
Externalidades que representan la afectación de un agente económico por parte de otro al momento de
la toma de decisiones. Un ejemplo de externalidad negativa es cuando la producción de bienes genera
costos sociales, como el daño al medio ambiente.
Asimetría de la información, que ocurre cuando los agentes de mercado poseen información privada que
pueden ocultar a los otros actores. Esta situación reduce considerablemente el número de
transacciones, lo que se denomina racionamiento de mercado.
En Perú existen varios organismos reguladores de los servicios públicos, como Ositran (Transportes),
Osiptel (Telecomunicaciones), Osinergmin (Energía, Minería e Hidrocarburos), mientras que para el
sector financiero existen entidades como la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) y el propio
Indecopi que vigila, principalmente, temas vinculados a la defensa del consumidor. En cuanto al servicio
de agua potable y saneamiento existe la Sunass, y recientemente se ha creado la Sunedu para temas de
educación.
OSIPTEL
OSITRAN
para rescatar las principales lecciones e identificar los retos pendientes de la institución, y
definir una agenda pendiente de mediano y largo plazo, en aras de velar mejor por los intereses
de los inversionistas, usuarios, y hacerlo de forma transparente y justa.
El OSITRAN, como parte de su función regulatoria, tiene la potestad de fijar las tarifas de los
servicios regulados y los cargos de accesos a las facilidades esenciales de aquellas empresas
que podrían tener incentivos para explotar su poder de mercado. En lo que se refiere a la
regulación de tarifas
SUNASS
Hay que:
Orientarse en la SUNASS.
Si no está conforme con la respuesta, apelar para que el Tribunal de SUNASS evalúe el caso.
Información
A mediados del año pasado el Poder Ejecutivo presentó el Proyecto de Ley de Modernización de los
Servicios de Saneamiento al Congreso. Tras integrarse con otras, la propuesta fue aprobada en comisión
y el pleno del Congreso. El Ejecutivo observó la autógrafa de la ley sobre aspectos que no van al fondo de
la misma (ver observaciones del Ejecutivo y autógrafa de la ley (link is external)). Por ello, aún no hay
humo blanco aquí: no habemus lex.
El Ministro de Vivienda acaba de anunciar que el Estado piensa invertir S/.8,443.5 millones en obras de
agua y desagüe para Lima y Callao. Cuando se presentó y aprobó el Proyecto de Ley, arriba mencionado,
los medios cubrieron la noticia. La primera, de julio del 2012, resalta que el Estado invertiría anualmente,
en promedio, US$ 919 millones por cinco años “para mejorar agua y desagüe” (ver (link is external)). La
segunda, de noviembre de 2012, enfatiza que el “gobierno controlará a las EPS de provincias” (ver (link is
external)). Una presentación del Ing. Gaspar Méndez para el Foro Internacional del Agua 2012, que
termina con los saludos del Concejo Departamental de Cajamarca del Colegio de Ingenieros del Perú y la
Escuela Profesional de Ingeniería Hidráulica de la Universidad Nacional de Cajamarca, incluye
comentarios puntuales a los artículos de la ley (ver (link is external)).
La intervención del Estado en agua, saneamiento y tratamiento de aguas servidas se puede justificar
porque se presentan varias fallas de mercado -monopolio natural, bienes públicos o externalidades en
varias partes de los procesos económicos asociados-, además de contundentes consideraciones de
equidad. Buena parte de los casi medio millón de niños desnutridos crónicos que hay en nuestro país no
estarían en esa terrible condición, si sus madres y ellos tuvieran acceso a agua y saneamiento.
Además de las fallas de mercado, lo que hay en nuestro país -y no solo en el caso de agua, desagüe y
tratamiento de aguas residuales- son unas groseras fallas de Estado en los servicios mencionados. La
gravedad de los problemas que estas fallas de Estado generan o impiden solucionar debería concentrar
la atención del Ejecutivo y el Congreso, así como de los analistas y ciudadanos en general. Entendemos
que hace varios gobiernos que se mantienen en puestos claves varios conocidos operadores que utilizan
estos servicios para comprar votos o “generar rentas”, que es el término académico para prebendas. El
Estado peruano no rinde cuentas como debería, no cuenta con los profesionales que exigiría un
verdadero servicio civil y no gestiona por resultados, entre otros problemas.
El prestador posee un elemento de control respecto de la información y tiene motivos para usarla en
forma estratégica para inclinar las decisiones del regulador en su favor.