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LEYENDA : HUACACHINA

La laguna de Huacachina es una laguna famosa por la propiedad medicinal de sus verdosas
aguas. Se halla situada a cinco kilómetros al oeste de la ciudad de Ica, entre arenales y altos
médanos. Modernos edificios rodean dicha laguna a la par de huarangos, juncos, toñuces y
demás árboles iqueños.

Es interesante que en las noches de luna llena varias parejas de enamorados se hacen
promesas de amor bajo la sombra de un encorvado y añoso huarango.

Hace muchos años vivía en los alrededores del caserío de Comatrana un hombre melancólico
que se dedicaba a las labores del campo. Un día se topó con una mujer muy hermosa y él se
enamoró muy locamente de ella. Cabe decir que antiguamente en los caseríos todas las
personas se conocían por ser muy pocas por lo que él nunca la había visto y debe suponerse
que ella era una forastera o que vivía en una comarca cercana.

Él soñó que ella vivía entre huarangales entre los médanos y cómo estaba tan perdidamente
enamorado que sus ansías de volver a verla fueron tantas que fue a visitar dunas con la
esperanza de encontrarla allí.

No la encontró pero se hizo aficionado a cazar palomas, tórtolas y otra variedad de aves típicas
de la zona.

Una noche vio a una paloma posada sobre la copa de un árbol y se dispuso a cazarla pero la
paloma voló a unos árboles hasta que se metió en el espeso follaje de los huarangos. Poco
después oyó el arrullar de una paloma que parecía llorar. Dicho arrullo se trasformó en una
melodiosa canción que la cantaba una mujer.

Se dirigió al pequeño bosque de huarangos y vio a la mujer que andaba buscando. Ella
mientras cantaba, cavaba un pozo de donde fluía agua fresca. Se bañaba allí y mediante un
espejo contemplaba y peinaba su cabellera rubia. Por el espejo ella vio al cazador y sintió
temor.

Ella se alejó de él ante lo cual el cazador la llamaba para que se acerque pero ella le dijo que no
podía tener contacto carnal porque había sido designada como sacrificio al dios de los campos
para que enviara lluvia.

El cazador quiso atraparla pero ella echó a correr. La chica fue derribada por el tronco de un
huarango y cuando fue allá el cazador vio que se había formado una laguna producto de que el
espejo de la chica se convirtió en laguna. La tela que cubría a la mujer se convirtió en médanos
y ella se transformó en sirena. El color de las aguas tendría el color de sus ojos verdes.

Desde ese momento la laguna tenía propiedades curativas.

Con respecto al nombre, es un nombre quechua compuesto por las palabras huacca que
significa “llorar” y china que significa “joven”, lo que significa la joven que hace llorar.

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