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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA - SALA PRIMERA

PODER JUDICIAL MENDO

foja: 1580

CUIJ: 13-02120818-8((012174-9347701))

MUNICIPALIDAD DE LUJAN C/MUNICIPALIDAD DE LAS HERAS P/


CONFLICTO DE COMPETENCIA

*102136474*

Mendoza, 13 de abril de 2.018.-

VISTO:

El llamado al acuerdo de fs. 1579, y

CONSIDERANDO:

I.- Que a fs. 1524/1545 vta. el abog. Eduardo Enrique de Oro, en


representación de la Municipalidad de Las Heras, con el patrocinio letrado de los Dres.
Alberto B. Bianchi e Ismael Farrando, deduce recurso extraordinario federal contra la
sentencia dictada a fs. 1468/1518 por medio de la que, según sostiene, se fijan nuevos
límites territoriales para la Municipalidad de Luján de Cuyo en perjuicio de la
integridad territorial de la Municipalidad de Las Heras. Pide que se revoque la misma y
se ordene el dictado de un nuevo decisorio conforme a las pautas que expresamente se
fijen al efecto.
Argumenta que, la sentencia le acarrea agravios de naturaleza federal,
producto de la manifiesta arbitrariedad con que se habría resuelto. En punto a la
admisión formal del recurso, si bien admite que se trata de un caso de derecho público
local, en el cual dos municipios de la Provincia de Mendoza discrepan sobre la
interpretación y alcances de las normas provinciales que fijan sus límites, entiende que
ello no es óbice puesto que la sentencia recurrida ha incurrido en varias causales de
arbitrariedad.

Parte analizando que la sentencia recurrida fijó tres consignas


relevantes, delimitando de esa manera cuál ha de ser el marco jurídico de solución. De
acuerdo a sus propios términos la sentencia debía: a) establecer qué significa en
términos actuales la denominación “cierra” (sierra) en el Decreto de 1855, b) resolver el
conflicto teniendo en cuenta el sentido y alcance de los textos normativos que
terminaron por configurar los departamentos en contienda, prescindiendo de cartografía
equívoca o vacilante, ateniéndose a las normas jurídicas vigentes y a los acuerdos
preexistentes.

Pese a esas claras directivas fijadas por ella misma, la sentencia no ha


respetado ninguna de ellas pues ha resuelto el conflicto: a) sin determinar qué significa,
en términos actuales, la palabra “cierra” y b) soslayando el análisis de todas las normas
vigentes aplicables y acuerdos interjurisdiccionales preexistentes y reemplazándolo por
consideraciones metajurídicas (como los formulados en el punto V.9, tercer, cuarto,
quinto y octavo párrafos) cuyo cometido es propio de los órganos ejecutivo y legislativo
del Estado provincial, y del Departamento General de Irrigación; como si la Suprema
Corte de Justicia provincial fuera un tribunal de equidad y no un tribunal de derecho.

Critica que la sentencia padece arbitrariedad manifiesta porque no


resuelve la cuestión planteada, dada por el significado de la palabra “sierra”. Señala que
la fijación del límite entre ambos municipios en coincidencia con la curva de nivel de
1.500 metros sobre el nivel del mar es un criterio totalmente discrecional, y que no
resuelve el conflicto en la forma en que éste había sido planteado por las partes ya que -
según su punto de vista- tan sólo se había requerido al Tribunal que determinara si por
“sierra” debe entenderse las primeras estribaciones de la precordillera mendocina o el
límite natural a partir del cual ya no es posible regar.

En segundo término, descalifica a la sentencia porque prescinde del


derecho aplicable puesto que, a pesar de que realiza una muy prolija recopilación y
enumeración de todas las normas aplicables al caso y de los acuerdos celebrados por las
partes y señala, además, que las mismas son necesarias para resolver el conflicto
limítrofe, luego expresa que se ha analizado todo el plexo fáctico vinculado con el
conflicto admitiendo así que no ha llevado a cabo el análisis de las normas jurídicas. Tal
material fáctico deberían ser los mapas de la zona, sin embargo estas pruebas han sido
calificados en la sentencia como una cartografía equívoca y vacilante. De modo tal que
el único fundamento de la sentencia recurrida son una serie de invocaciones de
oportunidad y conveniencia políticas mencionadas en el punto V.9.
En tercer término reitera que con la sentencia impugnada se excede el
ejercicio de la competencia dirimente del art. 206 de la Constitución de Mendoza, y se
invade la competencia de la Legislatura (concordante con el art. 127 de la Constitución
de la Nación) de fijar los límites de los municipios (o de las provincias, según el caso).
Al respecto, con apoyo en lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación in
re “Provincia de la Pampa c/ Provincia de Mendoza”, el día 1-12-2017, la jurisdicción
dirimente tiene como objetivo esencial establecer las bases sobres las cuales deben ser
las partes, en última instancia, quienes “acuerden” la solución del conflicto que las
enfrenta. Lo cual implica que la jurisdicción dirimente no otorga al tribunal la función
de “resolver” el caso como lo haría un juez en ejercicio de su competencia ordinaria.

Relacionado con lo anterior, la parte recurrente entiende que la sentencia


impugnada incurre en autocontradicción y en afirmaciones dogmáticas.

Por último, invoca la existencia de gravedad institucional, la cual estaría


dada porque la sentencia ha rediseñado los límites tradicionales de Las Heras, lo que
priva a todos sus habitantes de una porción del territorio, desmembrando al municipio,
siendo que muchos vecinos ahora pasan a vivir en otro municipio diferente y ello les
provocaría numerosos inconvenientes, en especial con respecto los loteos y barrios ya
aprobados o aún en trámite y con relación a las obras y construcciones iniciadas; ya que
Luján de Cuyo posee un código de edificación diferente, con inspectores municipales
que no pueden avalar lo que ya hizo el otro municipio.

Concluye diciendo que no existe en el orden local doble instancia en los


casos en que el tribunal ejerce la competencia que establece el art. 206 de la
Constitución de Mendoza. Si bien no plantea la inconstitucionalidad de la norma hace
notar que ello implica una limitación a la garantía de defensa especialmente al inciso h)
del art. 8° de la C.A.D.H.. Así, justifica la concesión del recurso extraordinario federal
en que es la única forma de ejercer el derecho a recurrir ante un tribunal superior,
circunstancia que pide se tenga especialmente en cuenta.

II.- Al contestar el traslado conferido a fs. 1547, el abog. Miguel Ángel


Riso Patrón por la Municipalidad de Luján de Cuyo, con el patrocinio de los Dres. Luis
G. García Garavana y Husain Hadid, plantea la inadmisibilidad formal del recurso
extraordinario federal porque no se demuestra la existencia de cuestión federal en
alguno de los tres supuestos contemplados en el art. 14 de la Ley 48. Sostiene que
tampoco se dan los supuestos creados pretorianamente por la C.S.J.N. ya que no existe
sentencia arbitraria y menos aún gravedad institucional. Vinculado con las causales de
arbitrariedad enunciadas, dice que el recurrente no logra conectar las mismas (descriptas
conforme la magistral obra de Genaro Carrió) con el razonamiento judicial desplegado
en la sentencia atacada, lo cual le lleva a concluir que el escrito impugnativo más que
denunciar causales de arbitrariedad en realidad expresa el sostenimiento de una posición
política frente a su electorado no coincidente con el fallo. Por su naturaleza, el R.E.F. es
un recurso de casación por errores iuris in iudicando, pero el recurrente no ha alegado ni
probado ningún error de esta naturaleza, sino meras discrepancias con el razonamiento
judicial plasmado en la sentencia. Recuerda que lo dicho por el Tribunal en cuanto a su
competencia dirimente se apoya en una clara y reiterada jurisprudencia local (in re n°
52.153, carat. “Municipalidad de Maipú c/ Municipalidad de Luján de Cuyo”, sentencia
del 2-11-2000, registrada en LS. 419:216; también LS: 215-479; 345-015). Agrega que
la quejosa se limita a impugnar parcialmente la sentencia, sin hacerse cargo de la
totalidad de los argumentos expresados, en especial que el límite entre ambos
departamentos no condicen con la forzada interpretación histórica que hace la
Municipalidad de Las Heras para señalar la línea demarcatoria; tampoco se hace cargo
de los argumentos expresados donde se afirman las razones de por qué el
Superior Tribunal se declara competente y especifica que la línea divisoria entre los
departamentos en conflictos debe pasar por la unidad geomorfológica denominada
“sierra” equiparando a dicho término -utilizado en lo documentos de creación- con el de
“cerrillada de Cacheuta” “cerros de Cacheuta” o bien “Sierra de Uspallata”o
precordillera (vid fs. 1556/1573).

Fiscalía de Estado reitera la postura asumida al contestar la demanda


solicitando que se tenga presente el carácter en el que interviene, limitado al control del
legalidad del proceso, conforme las normas que regulan la actuación de ese organismo
de control, estando a lo que resuelva el máximo tribunal (fs. 1576/1577).

III.- Improcedencia formal del recurso.

a.- A los fines de determinar la admisibilidad del recurso, corresponde


efectuar un doble análisis. En primer término, se comprueba que se hallan cumplidos los
requisitos formales comunes de los recursos extraordinarios, dados por la temporalidad
en la interposición del remedio y la definitividad de la sentencia impugnada, mediante el
agotamiento de las instancias provinciales.

b.- Luego, del análisis dirigido a examinar si prima facie se configuran


los supuestos de procedencia propios del recurso extraordinario federal, se advierte que
los agravios formulados conducen a interpretar la extensión de la competencia que los
arts. 144 inc. 4) y 206 de la Constitución Provincial asignan de un modo exclusivo a
esta Suprema Corte de Justicia para dirimir los conflictos de límites jurisdiccionales
entre los municipios de Mendoza, cuestión ésta de evidente carácter público provincial,
por lo que le resulta aplicable la regla jurisprudencial de la Corte Federal conforme la
cual el examen y consideración de las cuestiones de derecho público local constituye
materia propia del tribunal de la causa, ajena en principio y por su naturaleza a la
instancia del art. 14 de la Ley 48 (conf. Fallos: 274:56, 302:890); en particular si la
decisión cuenta con fundamentos suficientes de igual carácter que, más allá de su
acierto o error, le confieren base jurídica y descartan la tacha de arbitrariedad (conf.
Fallos: 303:829; 306:206; 323:2879; vid asimismo: Fallos: 314:1687, 320:1717; y
también: Fallos: 207:72, 301:1218, 303:386 y 304:469).

Tal como ocurre en el caso, resultan ajenas al recurso extraordinario


federal las decisiones de los tribunales de provincia que recaen en casos regidos por las
constituciones y leyes locales en las que se interpretan y aplican las mismas (Fallos
104:429, 189:149, 153:21, 290:147, 298:197).
c.- No se desconoce que -para la misma Corte Federal- lo anterior no es
óbice decisivo para invalidar lo resuelto por el Superior Tribunal de la Provincia si el
pronunciamiento impugnado no constituyera una derivación razonada del derecho con
arreglo a las circunstancias comprobadas de la causa, tal como sucede como cuando se
asigna un sentido que desvirtúa y torna inoperantes a las normas aplicables a la solución
del caso (Fallos: 317:1271; 318:1012, entre otros); se omiten tratar planteos
oportunamente propuestos y decisivos para la solución del litigio (conf. doctrina de
Fallos: 320:2343), sustenta sus conclusiones en meras aserciones dogmáticas sin
fundamento en elemento de juicio alguno (Fallos: 321:89), o se aparta de la verdad real
que surge de la prueba rendida configurándose un excesivo rigor formal que desconoce
las constancias de la causa; todo lo cual la hace descalificable en los términos de la
doctrina de la arbitrariedad (Fallos: 315:686; 314:493; 313:558; 307:2205, entre muchos
otros).

Teniendo presente tales directivas, y al efecto de escudriñar de un modo


adecuado las causales de arbitrariedad que denuncia el recurrente, dentro del acotado
marco que permite el examen de la cuestión al efecto de la habilitación de la instancia
extraordinaria federal, cabe recordar que la índole particular atinente a la doctrina
pretoriana de la arbitrariedad -al decir del Máximo Tribunal- no se propone convertir a
esa Corte en un tercer tribunal de las instancias ordinarias, ni corregir fallos que se
reputen equivocados; sino que sólo tiende a cubrir casos de carácter excepcional en los
que las deficiencias lógicas del razonamiento o una total ausencia de fundamento
normativo, impiden considerar al decisorio como la “sentencia fundada en ley...” a que
aluden los arts. 17 y 18 de la Ley Suprema (Fallos: 308:235, 2456; 311:786; 312:246;
313:62, 1296; entre varios más).

En función de ello es que, conforme lo tiene resuelto reiteradamente la


C.S.J.N., y ha sido seguido por esta Suprema Corte, si la sentencia está suficientemente
fundada, cualquiera sea el acierto o error en la aplicación normativa, resulta
insusceptible de la tacha especial (L.L. 145-348; Fallos 374:35; 290:147; 288:226; L.A.
138-56; L.A. 141-423; L.A. 144-402; L.A. 145-249; L.A. 147-409).

En el caso, la sentencia concluyó que el fondo de la cuestión a dirimir


presentaba dificultades porque ni las pretensiones de máxima esgrimidas por los
municipios en conflicto ni la documentación cartográfica de la Dirección Provincial de
Catastro son coincidentes con el límite plasmado en los textos jurídicos, sobre cuya
pertinencia y vigencia no se discute (decretos, leyes y disposiciones municipales
anteriores a 1916; leyes de creación y delimitación del Municipio de Capital; leyes
provinciales posteriores y su reglamentación; convenios interdepartamentales; y
ordenanzas municipales internas). En segundo orden, porque el propio límite jurídico
adoptado por el legislador no es de fácil interpretación por cuanto aún delimitándose el
recto significado de la expresión “cierra”, ello no alcanza por sí solo para resolver si la
línea demarcadora debe pasar por la base de la misma, por su faldeo o por las cumbres.

Así, como primer paso para poder delinear sobre terreno el límite
jurídico ya fijado, esta Suprema Corte entendió que las controvertidas expresiones: “la
Sierra” (decreto dictado por el Gobernador el 11 de mayo de 1855, R.O. de la Pcia. de
Mza., mayo de 1855); “por el Poniente la Cierra” (AHM, Época Independiente,
Carpeta n° 129, documento n° 3, año 1855); “por el Oeste la cierra” (AHM, Época
Independiente, Carpeta n° 539, Documento n° 10); “por el Oeste la Cordillera” (AHM,
Época independiente, carpeta n° 541, documento n° 10), “al Oeste con la Cierra i
Cordilleras” (AHM, Carpeta n° 541, Documento N° 21), “las primeras cerranillas
denominadas Cacheuta” y “Cerros de Cacheuta” (A.H.M., Época independiente,
Carpeta n° 316, documento n° 34), “al Poniente con las faldas de las estribaciones de
los Andes” (AHM, Carpeta n° 15, documento n° 22), “Poniente, las primeras lomas”;
“Poniente, las lomas altas de San Isidro; norte la casa de Piedra”; “Poniente las
primeras lomas incluyendo las Estancias, Totoral, Canota, Villavicencio, hasta las
Higueras” (AHM, Época independiente, Carpeta n° 529, Documento n° 107), “al Oeste
faldas del Paramillo de Villavicencio y Casa de Piedra”, “por el Sur los serros de San
Isidro y Challado” (AHM, Época independiente, Carpeta 529 bis, Documento n°96); en
su conjunto, se refieren en una misma formación orográfica, que actualmente se
denomina “Sierra de Uspallata”.

Como tal aserto no era suficiente para terminar de dilucidar el asunto


(puesto que todavía quedaba persistente la duda respecto de sobre cuáles de las partes
que componen la Sierra de Uspallata se debe demarcar la línea limítrofe entre los
municipio-departamentos); en segundo término, la sentencia cuestionada tuvo en cuenta
que, al igual que la gran mayoría de las elevaciones montañosas o sistema de cordones
serranos -y tal como surge de manera concordante en varias de las pruebas
documentales y periciales incorporadas en los expedientes-, en la Sierra de Uspallata
también se pueden distinguir tres zonas: el pie, las laderas (o faldeos) y las cimas (picos
o cumbres).

En función de que el “Piedemonte de la Precordillera al Oeste del Gran


Mendoza” ya se encuentra delimitado por el Decreto (del Poder Ejecutivo provincial) n°
1077/1995, bajo la denominación de “zona de expansión urbana inminente” y “zona de
amortigüación o transición” (interna y externa, hasta la cota de los 1.500 m.s.n.m.,
luego de la cual se eleva por las laderas y cubriendo las cumbres, la “zona de mayor
naturalidad”), en tercer lugar, se estimó como lo más oportuno, meritorio y conveniente,
apoyar sobre tal línea de intersección, entre el piedemonte y el faldeo de la sierra (cota
de 1.500 m.s.n.m), al límite jurídico que separa al municipio-departamento de Las
Heras, de los ámbitos de jurisdicción territorial de las municipalidades de Godoy Cruz y
Luján de Cuyo.

Éste es el eje del razonamiento, la columna vertebral que sostiene las


conclusiones del veredicto ahora cuestionado, que en modo alguno ha sido desvirtuado
por la quejosa. Es cierto que el fallo dirimente bajo análisis formula un conjunto de
apreciaciones geográficas (en sentido amplio), económicas y políticas que -según el
impugnante- exceden de lo estrictamente legal-normativo. Pero aún cuando ello pudiera
ser así, lo real y cierto es que tales argumentos no son los únicos decisivos sino que -
antes bien- tienden a reforzar y evidenciar con empeño la convicción acerca de la
justicia de la decisión adoptada, unificando los distintos puntos de vista desde los cuales
fue abordado el conflicto durante la etapa probatoria.

Rememorando lo dicho por la Corte Federal al interpretar el art. 127 de


la Constitución Nacional, cuya solución normativa se replica en los arts. 14 inc 4) y 206
de la Constitución de Mendoza, cabe reiterar que con fundamento en la autonomía las
Provincias, la Carta local dispone un método especial de solución de conflictos como el
aquí tratado, confiriendo expresamente al superior tribunal local la potestad de dirimir
dichas quejas intermunicipales, convirtiéndolo de ese modo, en un órgano de
conciliación, con amplias facultades para determinar el derecho aplicable, a fin de -
según surge de los preámbulos de la Constitución Nacional y de la Constitución
mendocina- consolidar la paz interior y promover el bienestar general (conf. Fallos:
310:2478, cons. 61, 62, 63, 69 del voto de la mayoría y cons. 5° de la disidencia del Dr.
Carlos S. Fayt, y 323:1877).

En tal marco, los agravios del recurrente no alcanzan a desvirtuar los


argumentos centrales sobre los cuales esta Corte apoyó sus conclusiones sino que, por el
contrario, se muestran como una formulación de tesis opuestas que por sí mismas no
alcanzan a demostrar que la sentencia se sustente en razonamientos ilógicos,
manifiestamente apartados del marco normativo implicado en la cuestión o que no se
vinculan con los antecedentes que constituyen el sustrato fáctico de la causa.

Así entonces, la insistencia de sus postulados y disconformidad del


quejoso con la exégesis asignada por el Tribunal al plexo normativo en juego, de
derecho público y local, desde que no se advierten razones especiales que justifiquen
variar el criterio de mención, no configuran agravios suficientes como para habilitar
queja, en razón de su excepcional naturaleza. A su vez, en el fallo atacado se examinan
la totalidad de las cuestiones que configuraron la pretensión principal, bajo sus aspectos
de hecho y de derecho, por lo que, más allá de su acierto o error, cumple adecuadamente
los recaudos para mantenerse como acto jurisdiccional válido, insusceptible, por ende,
del remedio federal.

d.- Respecto de la gravedad institucional alegada, el Máximo Tribunal


Federal tiene dicho que ella no constituye una causal autónoma de procedencia del
recurso y sólo a él lo faculta a prescindir de ciertos recaudos formales frustratorios de su
jurisdicción extraordinaria, pero no para intervenir en asuntos en los que no se ha
verificado la presencia de una cuestión federal (F. 541. XLVII.in re “Frente Cívico y
Federal”, DJ 07/08/2013, 21), o que pueda afectar principios del orden social vinculados
con instituciones básicas del derecho (in re “Automotores Saavedra”, DJ 27/05/2009,
1389).

En función de todo lo anterior en esta etapa preliminar corresponde


desestimar el recurso extraordinario federal interpuesto a fs. 1524/1545 vta., con costas
a cargo del recurrente vencido (art. 257, C.P.C.C.N).

Por lo expuesto, esta Sala Segunda de la Suprema Corte de Justicia de


Mendoza,
RESUELVE:

1- No conceder el recurso extraordinario federal deducido a fs.


1524/1545 vta. por la Municipalidad de Las Heras, con costas.

2- Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad.

Regístrese. Notifíquese.

DR. ALEJANDRO PEREZ HUALDE DR. JOSE VIRGILIO VALERIO


Ministro Ministro

DR. JULIO RAMON GOMEZ DR. OMAR PALERMO


Ministro Ministro

DR. PEDRO J. LLORENTE DR. JORGE H. NANCLARES


Ministro Ministro

DR. MARIO ADARO


Ministro

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