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Se sabe que en cada argentino se esconden un director técnico de fútbol y también un “experto”

en educación, capaz de diagnosticar los grandes problemas de la escuela y prescribir recetas


mágicas para solucionarlos. Todos nos sentimos autorizados a hablar de la educación, porque
fuimos a la escuela o porque volvimos a ella como docentes o como padres. El problema no es que
opinemos, sino que esas opiniones se conviertan en estereotipos, que en un extremo consideran a
la educación como la culpable de todos los desastres nacionales y, en el otro, como la única
institución sagrada que nos queda.

“A la escuela pública de antes asistían todos, desde el hijo del obrero hasta el hijo del médico”,
“Antes la educación era de mejor calidad, y además había orden y disciplina”, “Hay que adecuar la
escuela a las demandas del mercado”, “El maestro perdió autoridad”, “La educación mejoraría
automáticamente si se invirtiera más”, “La culpa la tienen los sindicatos”, “La política no debe
entrar en la escuela”… Todos alguna vez oímos, pronunciamos y hasta defendimos ideas como
estas. Y no es raro, porque son comunes en los medios de comunicación, en las salas de
profesores, en la sobremesa del domingo o en las charlas de café. Son nuestra mitolandia
educativa.

Con reconocidas trayectorias en los campos de la educación y las ciencias sociales, Alejandro
Grimson y Emilio Tenti Fanfani revisan cada una de esas creencias, no para levantar un dedo
acusador o para demostrar que son enteramente falsas, sino para analizarlas y contrastarlas con
datos y argumentos. Si se han convertido en arraigados lugares comunes, es porque tienen su
parte de razón y tocan un nervio de la sociedad. Lo malo es que, con su pretensión de verdad
absoluta, se han vuelto auténticas mitomanías que nos impiden pensar. Por eso, antes que
ignorarlas, hay que ponerlas en cuestión para construir, sin prejuicios, la educación que merece
una sociedad que aspira a ser democrática e igualitaria.

Índice
Agradecimientos
Introducción

1. Mitos de la decadencia educativa


Todo tiempo pasado fue mejor. Si recuperamos la escuela de hace cien años, la Argentina será
una potencia. Las pruebas PISA muestran que toda la educación está mal,. La educación
pública

igualaba. A la escuela pública de antes asistían todos, ricos y pobres. La escuela del pasado
incluía

a todos y había menos deserción escolar. La educación de antes era de mayor calidad. Antes
había orden y disciplina.
2. Mitos sobre los alumnos
A los alumnos de hoy no les interesa nada. Los pobres no pueden aprender. La culpa de todo la

tiene la familia. Los padres de hoy no colaboran con la escuela

3. Mitos sobre los docentes


Lo que falta es vocación. El docente Superman. Hay que profesionalizar a los
docentes. Los docentes se están proletarizando,. La docencia es una ocupación cada vez
menos

prestigiosa en la sociedad. La docencia es un oficio para mujeres. Los maestros trabajan poco y

tienen muchas vacaciones. Hay que tomarles examen a los maestros. Sólo las empleadas

domésticas y los pobres quieren ser docentes. A los docentes hay que pagarles por rendimiento.
La

culpa la tienen los sindicatos.

4. Mitos sobre lo que la escuela debe enseñar


A la hora de decidir sobre los contenidos escolares, todo es relativo. Las culturas populares son
tan

valiosas como el programa escolar. Hay que adecuar la escuela a las demandas del mercado de

trabajo. A los pobres hay que enseñarles oficios, educarlos para la vida y el trabajo. La función

principal de la escuela es formar en valores. Lo importante es desarrollar la conciencia crítica.


No

hay nada que transmitir, porque el conocimiento rápidamente se vuelve obsoleto. La política no

debe entrar en el aula.

5. Mitos sobre la autoridad, el orden, la disciplina y la violencia escolar


La escuela ya no es un templo del sabe. El maestro ya no tiene autoridad. Los alumnos de hoy

tienen demasiados derechos y pocos deberes. Ya no hay disciplina en las instituciones escolares.
La escuela es como la cárcel, limita la espontaneidad y la libertad del niño. Hay demasiado

autoritarismo en la escuela. Cada vez hay más violencia en las escuelas. Las escuelas públicas
son las más violentas, especialmente las de sectores bajos. La escuela privada viene zafando. La
crisis de autoridad de la escuela empieza en las familias.
6. Mitos sobre la escuela pública y privada
Las escuelas privadas son mejores que las públicas. Carece de importancia que crezca la
inscripción a escuelas privadas. Cada escuela debería tomar sus propias decisiones sin
interferencias del Estado

7. Mitos sobre la educación y la igualdad


La escuela es el mejor medio de ascenso social. La escuela debe premiar y castigar según el

esfuerzo. Más acceso al sistema educativo siempre implica más igualdad. Masividad y calidad
son

dos términos irreconciliables.

8. Mitos sobre las soluciones mágicas para la educación


Todo se resuelve con educación, 183. Sigamos el ejemplo chileno. Para mejorar la educación hay

que evaluarla. En la sociedad (y por lo tanto también en el sistema educativo) todo tiene que ser

participativo. Las computadoras e internet deshacen lo que la escuela hace. La escuela educa,
pero

el enorme poder de los medios deshace sus logros. Con las nuevas tecnologías se resolverán los

problemas de la educación.

9. Mitos sobre el presupuesto y el federalismo


O bien todo se resuelve en Pizzurno o bien la educación básica es competencia
exclusiva de las provincias. Existe un sistema integrado de educación en el ámbito nacional. La

educación mejora si se invierte más. El gasto en educación es ineficiente.

10. Mitos sobre las universidades


Las universidades europeas son muy superiores a las argentinas. Hay que mejorar la posición

argentina en los rankings internacionales. Los años sesenta fueron la época dorada de la
universidad argentina La universidad por sí misma genera oportunidades de movilidad
ascendente. A la

universidad sólo accede una pequeña elite. El ingreso irrestricto a la universidad garantiza la

igualdad de oportunidades. La autonomía de las universidades debe ser absoluta. Las


universidades
necesitan adecuarse a la evaluación y la demanda

Agenda para el futuro: cierre y aperturas

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