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“A la escuela pública de antes asistían todos, desde el hijo del obrero hasta el hijo del médico”,
“Antes la educación era de mejor calidad, y además había orden y disciplina”, “Hay que adecuar la
escuela a las demandas del mercado”, “El maestro perdió autoridad”, “La educación mejoraría
automáticamente si se invirtiera más”, “La culpa la tienen los sindicatos”, “La política no debe
entrar en la escuela”… Todos alguna vez oímos, pronunciamos y hasta defendimos ideas como
estas. Y no es raro, porque son comunes en los medios de comunicación, en las salas de
profesores, en la sobremesa del domingo o en las charlas de café. Son nuestra mitolandia
educativa.
Con reconocidas trayectorias en los campos de la educación y las ciencias sociales, Alejandro
Grimson y Emilio Tenti Fanfani revisan cada una de esas creencias, no para levantar un dedo
acusador o para demostrar que son enteramente falsas, sino para analizarlas y contrastarlas con
datos y argumentos. Si se han convertido en arraigados lugares comunes, es porque tienen su
parte de razón y tocan un nervio de la sociedad. Lo malo es que, con su pretensión de verdad
absoluta, se han vuelto auténticas mitomanías que nos impiden pensar. Por eso, antes que
ignorarlas, hay que ponerlas en cuestión para construir, sin prejuicios, la educación que merece
una sociedad que aspira a ser democrática e igualitaria.
Índice
Agradecimientos
Introducción
igualaba. A la escuela pública de antes asistían todos, ricos y pobres. La escuela del pasado
incluía
a todos y había menos deserción escolar. La educación de antes era de mayor calidad. Antes
había orden y disciplina.
2. Mitos sobre los alumnos
A los alumnos de hoy no les interesa nada. Los pobres no pueden aprender. La culpa de todo la
prestigiosa en la sociedad. La docencia es un oficio para mujeres. Los maestros trabajan poco y
tienen muchas vacaciones. Hay que tomarles examen a los maestros. Sólo las empleadas
domésticas y los pobres quieren ser docentes. A los docentes hay que pagarles por rendimiento.
La
valiosas como el programa escolar. Hay que adecuar la escuela a las demandas del mercado de
trabajo. A los pobres hay que enseñarles oficios, educarlos para la vida y el trabajo. La función
hay nada que transmitir, porque el conocimiento rápidamente se vuelve obsoleto. La política no
tienen demasiados derechos y pocos deberes. Ya no hay disciplina en las instituciones escolares.
La escuela es como la cárcel, limita la espontaneidad y la libertad del niño. Hay demasiado
autoritarismo en la escuela. Cada vez hay más violencia en las escuelas. Las escuelas públicas
son las más violentas, especialmente las de sectores bajos. La escuela privada viene zafando. La
crisis de autoridad de la escuela empieza en las familias.
6. Mitos sobre la escuela pública y privada
Las escuelas privadas son mejores que las públicas. Carece de importancia que crezca la
inscripción a escuelas privadas. Cada escuela debería tomar sus propias decisiones sin
interferencias del Estado
esfuerzo. Más acceso al sistema educativo siempre implica más igualdad. Masividad y calidad
son
que evaluarla. En la sociedad (y por lo tanto también en el sistema educativo) todo tiene que ser
participativo. Las computadoras e internet deshacen lo que la escuela hace. La escuela educa,
pero
el enorme poder de los medios deshace sus logros. Con las nuevas tecnologías se resolverán los
problemas de la educación.
argentina en los rankings internacionales. Los años sesenta fueron la época dorada de la
universidad argentina La universidad por sí misma genera oportunidades de movilidad
ascendente. A la
universidad sólo accede una pequeña elite. El ingreso irrestricto a la universidad garantiza la