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Los Wayúu son el pueblo indígena más numeroso de Colombia y Venezuela y que habita en

la desértica península de la Guajira, a caballo entre Colombia y Venezuela.

Han sido reconocidos internacionalmente por la Unesco, que en 2010 les otorgó la

categoría de patrimonio inmaterial de la humanidad por su sistema de palabreros, un

arte sin parangón en el mundo para la resolución pacífica de los conflictos. Pero este

pueblo tiene otros valores, menos conocidos pero no por ello menos relevantes, y su

gastronomía es uno de ellos.

Por eso, sus deliciosos platos de chivo o carnero, cocinados de distintas formas, han sido

el eje temático del Festival de la Cultura Wayúu, que se celebra durante el mes de junio

en Uribia, la llamada capital indígena de Colombia.

El chivo llegó a esta península bañada por el Caribe de la mano de los conquistadores

españoles y hoy sigue acompañando a los Wayúu, ya que es de los pocos animales que por

su fortaleza se han adaptado a los rigores de la sequía y calor del desierto. Los Wayúus

preparan el chivo de distintas formas y una de las más populares es el "friche", una

fritura en la que se mezclan la sangre del animal, el hígado y la carne cortada y

presentada en cuadritos.

El maíz es otro de los alimentos que nunca faltan en una mesa Wayúu, con él se prepara

una sopa llamada Poi, que "se cocina con fríjol y cebo de carneros, aunque puede ser de

res", explicó a 'Efe' el maestro Wayúu Segundo Sapuana. También el Yajá, que es una

arepa de maíz, y el Yajaushi, una mazamorra elaborada con leche de vaca o cabra a la que

se le añade maíz, sal y azúcar. "Eso queda sabroso", expresó Sapuana, quien apuntó que

"la comida del wayuu es muy balanceada".

Asimismo cazan conejos mediante técnicas ancestrales como el arco y la flecha, o a

pedradas lanzadas hábilmente con una onda de fique. Esa dieta se completa con frutas

como patilla, melón e igüaraya, éste último un fruto que, según Sapuana, es "primordial

porque contiene vitaminas y es el que conserva la vida del hombre Wayúu".


En definitiva, alimentos exquisitos y de fuertes sabores, con texturas muy diversas, un

tanto difíciles de asimilar por el paladar del forastero y que se preparan en cocinas de

leña ubicadas en lugares destacados.

Y es que la vida de estos indígenas se desarrolla en buena parte alrededor de la cocina.

Allí se preparan los alimentos, se reúnen, conversan, y comparten alegrías, temores,

sueños y tristezas. Ese es el motivo por el que la cocina se ubica en la parte central de la

"ranchería", conformada por chozas donde viven las familias y construidas con varas de

madera de trupillo, uno de los pocos árboles que crecen en el árido desierto de la

Guajira. La cocina siempre permanece con el fuego encendido, "porque si no prendes la

leña todos los días quiere decir que la casa no existe, no tiene vida, es una vida apagada",

explicó Segundo Sapuana.

Los Wayúu beben y se emborrachan con un licor llamado chirrinchi, muy fuerte y con el

que acompañan sus celebraciones. Lo elaboran tras fermentar por varias semanas la

panela (producto dulce procedente de la caña de azúcar).

Todos sus alimentos proceden de la tierra, con la que los Wayúu mantienen un vínculo de

respeto profundo porque reconocen en ella la fuente de la vida y de la comunidad. "La

tierra es el Juyá, el Juyá es la lluvia y el hombre es el hijo de la lluvia, entonces la lluvia

dejó al Wayúu para que él se mantenga en la tierra, para que viva en la tierra y tome su

siembra, tenga su cría y sea productivo", agregó el maestro nativo.

Si bien todos los pueblos nativos de América están fuertemente ligados a la tierra o

pachamama, los Wayúu con mayor razón, ya que en el desierto los recursos son muy

escasos, por eso cualquier producto que crece en ese terreno poco fértil lo consideran

una bendición. Tal es el amor que profesan a esta tierra tan poco productiva que, según

el maestro Sapuana, la causa de "tantas enfermedades entre los jóvenes Wayúu" viene

de consumir los alimentos que comen los occidentales.

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