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Jueves, 26 de mayo de 2016 Carrera de Literatura

Literatura & Sociedad UMSA

Entre el melodrama y la nación: una propuesta de realismo a partir

de una novela corta de I. M. Altamirano

Carla G. Mogrovejo Rivero

Ignacio Manuel Altamirano es un escritor mexicano de mediados del siglo XIX que ha sido

reconocido como gran maestro de la literatura latinoamericana. La crítica literaria sitúa su obra

entre dos líneas principales: el sentimentalismo y la novela fundacionales. El artículo, “Tecnologías

de la mirada: Ignacio Manuel Altamirano, la novela nacional y el realismo literario”, de Christopher

Conway inicia planteando una acertada identificación de esas dos vetas y además precisa que

incluso en sus relatos sobre historias de amor hay una «contribución al proyecto nacional»

(Conway 2013:1). Esas atribuciones no serían gratuitas ya que, a la par de su labor creativa,

Altamirano estuvo involucrado en otros espacios, entre ellos la escritura crítica y la política, que

refuerzan esas nociones. Por un lado estuvo muy filiado al liberalismo y, por el otro, manifestó una

preferencia por las narrativas realistas. Sobre la última, es Giuseppe Bellini quien, en su artículo

“El cuento hispanoamericano: de las culturas precolombinas al siglo XX”, lo incluye en los autores

de la novela realista del último cuarto del siglo XIX diciendo que se habría «liberado» (2006:8) de

la corriente costumbrista romántica para adscribirse al realismo.

En el caso específico de Julia, la novela corta que trataremos en el presente trabajo, Juan

de Dios Vázquez propone, en su artículo: “Amores irresueltos patrias incompletas: Julia y Antonia

de Ignacio Manuel Altamirano”, que en ambas novelas la nación y el amor no convergen como

sucedería en la restante obra del autor. Ambos serían conceptos diferentes puesto que, en el caso de

Julia, Julián, el protagonista, se decide por servir a la patria y rechazar a Julia. No habría así una
reconciliación en el romance de ambos. Vázquez realiza un análisis al estilo adorniano, pues lee en

Julián al sujeto subalterno que funda su identidad al independizarse de Julia, quien representa la

oligarquía criolla. Así, la crítica de Vázquez propone que, en la novela, el nacimiento de una nueva

identidad se logra a costa del rechazo a la oligarquía, es decir, a costa de un reemplazo en el objeto

que se anhela.

Ahora bien, para este trabajo, seguiremos la línea que Vázquez propone en tanto que en la

novela no habría una tendencia a la conciliación sino a la escisión. Sin embargo, lo que para

Vázquez es una aversión a la oligarquía, para nosotros será una aversión a una forma literaria. En

ese sentido, el objetivo es, en un primer momento, definir cuál es esa forma que se rechaza.

Después, a través de los nuevos intereses de Julián, ver cuáles son las aspiraciones literarias que

plantea la novela y, con ello, la noción de realismo que se propone. Si bien el corpus, como ya se

anunció, es la novela Julia, el análisis será principalmente de tres intervenciones que Julián hace a

lo largo de la novela y que se presentarán, según la pertinencia, a medida que se desarrolle la

monografía.

En primera instancia, un resumen breve de la obra facilitará el entendimiento del análisis.

Julia es una joven hermosa que, tras huir de su hogar a causa de problemas con su padrastro, se

encuentra con Julián y Bell, dos hombres que se hallan en Puebla por razones de negocios y que,

por la misma razón, se disponen a partir a México. Conmovidos por el terror y las lágrimas de Julia

deciden darle amparo y llevársela con ellos. Sin embargo, Bell, quien es el jefe de Julián, nunca

estará convencido de proteger a Julia por miedo a que eso pueda afectar su compromiso con otra

muchacha o que los inculpen por rapto. Sin embargo, prácticamente de inmediato, se arma otro

inconveniente: Julián se enamora completamente de Julia y ella, con la misma vehemencia y

rapidez, se enamora de Bell. La intensidad de la historia se magnifica cuando Julián revela su amor

a Julia. Ella le ofrece su amistad y Julián, ofendido y desconsolado, la rechaza y cae gravemente

enfermo. Mientras tanto, Julia encuentra una familia con la que pueda vivir y se separa de ambos
hombres. Después de unas semanas y a pesar de estar a punto de morir, Julián se recupera. Aunque

luego continúa trabajando y siguiendo su vida normal, su amor por Julia se incrementa, se

convierte en una agonía que no lo deja vivir y que lo lleva a querer suicidarse varias veces. Hasta

ese punto, se podría considerar una primera parte de la historia y, a la vez, un punto de quiebre

debido que, es después de esto que Julián cambia sus intereses y genera una aversión a Julia. Con

ánimos de identificar qué es lo que puede estar más allá de ese rechazo a Julia, veamos los recursos

literarios implicados hasta el momento del quiebre.

Hasta entonces: un hombre pobre y huérfano que por fin encuentra un trabajo (Julián), una

desdichada joven que huye a causa de su padrastro, una coincidencia que une las dos vidas, y un

amor no correspondido que lleva a las puerta de la muerte. Hasta el momento del quiebre, la novela

es postulante a ser una narración sentimentalista o, con más precisión, una obra melodramática

como la describe A. Percival. y J. Escobar. Ambos, en su artículo “De la tragedia al melodrama”,

dicen que el melodrama tiene origen en la crisis del romanticismo y surge como una forma contra-

revolucionaria y moralizante. Con esa finalidad, entre “los consabidos procedimientos del

melodrama” (Escobar; Percival 2013: 6) se presenta la hipérbole, la coincidencia, el triunfo de la

virtud ante el mal y el misterio. Dejando de lado la última característica, 1 las adscripciones a esta

forma son evidentes, siendo la más fuerte el sufrimiento y el amor exagerado que se muestra. Por

otro lado, buscando ese total triunfo de la virtud, podemos plantear que, el desenlace adecuado sería

la unión de Julia y Julián y una vida próspera para ambos. Sin embargo, el desenlace de la novela es

otro:

«En cuanto a mí, ni la amo ya ni la aborrezco; pero le estoy agradecido porque me curó en

mis primeros años de esa horrible enfermedad del amor que acosa mucho en la edad

1 Aunque no lo consideremos relevante en este estudio, sí se podría hacer un análisis sobre los rasgos
misteriosos de la novela. Pues si bien no hay un enigma de identidad o de asesinato, es de notar el que Bell,
antes del quiebre en la obra, finge tener intenciones caritativas con Julia. Engaño en el que el mismo Julián
participa con tal de no romper el corazón de Julia.
madura. El amor es como el vómito: se cura la primera vez y no vuelve a atacar nunca.»

(Altamirano 1980: 69)

Esas son las palabras con las que Julián culmina la narración de su relación con Julia y con ellas la

novela. El quiebre que había iniciado con un rechazo a la amistad propuesta por Julia, se traduce en

una aversión total al amor. Este es una enfermedad que acosa al hombre, es un vómito: un arrojo

violento de algo que era sumamente profundo pero que ahora le trae repulsión. Julián no solo

rechaza la amistad de Julia, sino todas esas emociones y preocupaciones desagradables y pueriles

que conoció con ella; le repugna, por extensión, todo ese imaginario melodramático.

Sin embargo, no todo es aversión en la novela. Cuando Julián se encuentra en una crisis

porque su amor por Julia se ve cada vez más grande y cada vez más imposible, una nueva pasión se

despierta en él:

«Pero la esperanza me hacía soltar el arma. ¡Esperanza!; ¿en qué?, me preguntarás. Pues bien;

sí, esperanza, no en Julia, sino en la Patria. Gracias al cielo, comenzaba a romper las tinieblas

de mi alma algo parecido a un fulgor, cada vez más creciente. Era el amor a la libertad. (…) Ya

sabes que los alumnos de la escuela de Minería siempre fueron liberales. Yo había pensado

muchas veces en el pueblo, en su opresión, en sus miserias; como yo era hijo de su seno, me

identificaba con él en sus dolores y en sus odios.

(…) Yo no sé por qué, en aquellos días de sufrimiento para mí, tales ideas se renovaron con una

fuerza extraordinaria. Tal vez contribuyó a esto en mucha parte la circunstancia de hallarse

entonces la guerra del Sur en todo su furor. Las tropas del dictador Santa Anna atravesaban

frecuentemente por nuestro rumbo, y las noticias de la campaña nos ocupaban sin cesar.(…)Yo

no sé; pero lo que al principio fue una vaga preocupación, después tomó creces y rivalizó en mi

espíritu con el amor a Julia.»

(Altamirano 1980:53)
La esperanza en la Patria se presenta como figura salvadora. Poco a poco tomó el lugar de Julia y

más, la borró por completo de los intereses de Julián. Esta cita manifiesta con claridad cómo el

deber con la nación lo renovó y le cerró la herida ocasionada por el amor. Así, después de este

capítulo (XIV) la novela toma otro rumbo y, con ello, según veíamos con Conway, manifiesta la

otra veta del autor adscribiéndose a una novela de tesis nacionalista. Ahora Julián apoya a los

liberales y con ello a los oprimidos que sufren miserias, pues él mismo es «hijo de su seno»

(1980:53). Estos rasgos, más la participación en la revolución contra Santa Anna, coinciden con la

vida de Altamirano y hacen que se afilie con el proyecto de nación que proponía tanto es su discurso
2
político como en su noción de literatura. Como dice Vázquez: « el proyecto de homogeneidad

intelectual de Altamirano es a la vez un proyecto de redefinición y recuperación de los grupos

sociales marginados en el proceso de formación histórica del estado mexicano.» (2011: 5) Son las

mismas las preocupaciones que ahora acontecen a Julián. En lo que sigue de la novela, Julián deja

de trabajar para Bell y se une a las fuerzas en contra del gobierno. Cuando el dictador es derrotado

vuelve a México y descubre que Julia cambió de parecer al descubrir que quien en verdad la

protegía era él; ella le envía una carta manifestando su amor pero ahora los sentimientos de Julián

son indiferentes al amor de Julia. Incluso después, cuando es herido en la guerra de 1863, Julia lo

auxilia pero él la ve como a una hermana o una madre, e incluso, para evitar que ella le siga

insistiendo sobre su amor, le miente diciéndole que ya está casado. De esa manera, Julián entrega

toda su vida a luchar por la nación y Julia no solo es alguien a quien ya no ama, sino alguien de

quien huye.

Sin embargo, ¿hasta qué punto podemos equipar el rechazo a Julia a un rechazo al

melodrama? Aunque con lo dicho anteriormente se puede llegar a una conclusión lógica afirmando

que sí hay un rechazo al sentimentalismo, veamos a más profundidad su presencia en la novela. En

cuanto a los hechos de la historia, el melodrama y las idean nacionalistas sí convergen, pero de

2 Véé asé: Ségré, Erica. “An Italiciséd Ethnicity: Mémory and Rénascéncé in thé Litérary Writings of
Ignacio Manuél Altamirano”, én én Forum for Modern Language Studies. (July 2000).
todas maneras, coexisten en la misma obra y, por lo tanto, forman una unidad. Ya sea con el

predominio de una noción sobre la otra, pero es certero decir que ambos recursos son utilizados en

la construcción de la novela.

Ahora bien, a manera de responder cuál es la unidad formal que la novela propone, veamos

qué se podría responder a partir de la siguiente cita:

Más tarde no quedan más que los sentidos. Verdad espantosa, pero indudable. La novela puede

decir otra cosa; pero la vida real no admite esos fantasmas de la imaginación. Así, pues, yo

había dejado de amar a Julia. Los amores ligeros de soldado que he tenido han sido mariposas

que han agotado la poca esencia que pudo haberme quedado en el cáliz del alma. Ahora no

puedo amar.

(Altamirano 1980: 67)

En esta afirmación, hecha por Julián, lo más esencial es resaltar la oposición que Julián hace entre

la novela y la vida real. Mientras que la primera acepta el amor, la segunda solo lo hace en la

imaginación. Este conflicto remite a la tan discutida cuestión de la ficción y la realidad. Siguiendo

las concepciones ya analizadas sobre el amor, aquí, Julián nos plantea una idea de ficción como

algo inmaduro e imposible de acaecer en la realidad. De esa manera, se nos muestra una preferencia

por las situaciones de la realidad. Sin embargo, eso no implica un rechazo a la novela o la literatura

ya que, en este caso, no acontece otra cosa que la imposibilidad de que un amor se consolide, es

decir la novela, al presentar esa imposibilidad trata de temas “reales”. Reales en tanto que el mundo

que se presenta es parecido, o es posible (y hasta verificable en el caso de las circunstancias que

México atravesaba entonces), en la realidad concreta.

Así, la unificación en cuanto a forma literaria no es otra que en una propuesta de realismo.

Como ya íbamos diciendo, la novela plantearía un realismo en el que los valores patrióticos

predominan pero, no son los únicos pues la exaltación sentimental está presente. Por un lado, como
se decía, las situaciones amorosas, por más connotación negativa que tengan, tienen un lugar en la

historia. Por ejemplo, no es en vano que el título de la novela sea el nombre de la mujer que Julián

amó. Además, el estilo dramático3 con el que se cuenta la novela continúa hasta el final de esta. El

exceso de adjetivos y de hipérboles continúa cuando la pasión a la que se refiere es la nación y ya

no Julia y, de cierta manera, llega a ser un obstáculo para el carácter más objetivo que tiene esta

parte pues muchas veces se presenta como un amplificante de los hechos. Sin embargo, esto no es

lo predominante, ya que por un lado la novela se resuelve con el amor a la patria y, por otro, si

hablamos de recursos narrativos, hay una constante insistencia en la precisión de lugares y de

fechas. De esa manera, aunque se puede plantear una repulsión hacia el sentimentalismo, esta no es

total pues de una u otra forma, el recurso está presente y se unifica, junto con las nociones

nacionales-históricas en una propuesta de realismo.

Hagamos una breve recapitulación. Partiendo del análisis que hace Vázquez, se planteó que,

efectivamente, con el rechazo de Julián hacia Julia, hay, parcialmente o no, otro rechazo: al de una

forma literaria. A partir de los recursos narrativos y estilísticos que usa la novela hasta ese

momento, la novela evidentemente se adscribe a las nociones melodramáticas. Sin embargo, en lo

que sigue en la historia, se produce un giro en los intereses y en los valores que predominan en la

novela y, así, se nos impide hacer una aseveración total sobre el melodrama. El personaje ahora

huye de Julia y anhela la nación. De esa forma, la novela más bien se sumaría a una novela

fundacional más de Altamirano. Sin embargo, reflexionando con más profundidad, se vio que si

bien el sentimentalismo es rechazado, no deja de estar presente y de contribuir a la construcción de

la novela. Así que, por esa razón, no se podría decir que la novela es totalmente histórica, pues el

uso de recursos melodramáticos altera de alguna manera los hechos de la realidad. Hasta aquí

tenemos las dos vetas que la crítica identificó en la obra de Altamirano. Dos vetas que, si bien a

principio podemos decir que son conceptos que divergen y se contraponen, la verdad es que

coexisten en la misma obra y juntas forman una sola propuesta de realismo. Con el análisis hecho,
3 Entendido con la acepción contemporánea de aquello que tiene un carácter excesivo y conmovedor.
en la novela, las dos vetas se presentan en ella como: a) el amor y la exaltación se los sentimientos

(la novela sentimentalista), y b) los intereses maduros y reales (la novela fundacional). Con esas

premisas, la noción de realismo que se propone a partir de Julia trata del privilegio de los valores

maduros y reales, es decir los patrióticos e históricos, y, paralelamente, de la exaltación del

sufrimiento y de la pasión.

Bibliografía

Altamirano, Ignacio Manuel.


1880 Julia en Cuentos de Invierno. Feedbooks. Web. 2 de mayo de 2016.
Bellini, Giuseppe.
2006 “El cuento hispanoamericano: de las culturas precolombinas al siglo XX”.
Biblioteca Virtual Universal. Web. 14 de mayo de 2016.

Conway, Christopher
2013 “Tecnologías de la mirada: Ignacio Manuel Altamirano, la novela nacional
el realismo literario”. Decimónica, vol. 10, núm. 1, invierno. Web. 7 de
mayo de 2016
Segré, Erica
2000 “An Italicised Ethnicity: Memory and Renascence in the Literary
Writings of Ignacio Manuel Altamirano”, en Forum for Modern
Language Studies Studies. Google libros. Web. 23 de mayo de 2016.
Percival. A.; Escobar.J.
1984 “De la tragedia al melodrama” en Romanticismo 2: Il lingguaggio
romantico, Genova: Università di Genova. Cervantes Vitual. Web. 19 de
mayo de 2016.
Vázquez, Juan de Dios
2011 “Amores traicionados, patrias irresueltas: Julia y Antonia de Ignacio

Manuel Altamirano”. Literatura Mexicana. Universidad de New York, vol.

22 núm. 1, mayo. Web. Scielo. 19 de mayo de 2016.

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