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ECOLOGIA MICROBIANA

LESLY TATIANA RUANO - 1625021


JANETH PATRICIA HERNANDEZ - 1626430
LINDA MELISSA JIMENEZ - 1630860

UNIVERSIDAD DEL VALLE


EIDENAR
INGENIERIA SANITARIA Y AMBIENTAL
CALI, 14 DE JUNIO DEL AÑO 2017
El mundo de los microorganismos no se toma muy en cuenta o simplemente se ignora a
la hora de estudiar la ecología, solo por el hecho de que son muy diminutos con ello se
cree que su influencia en la biosfera no es mucho. Pero esta creencia es totalmente
errónea, ya que su importancia básica en descomponer e interactuar con el ambiente es
de vital importancia para los ecosistemas. Ha surgido una necesidad en los últimos años
de especializarse en los microorganismos para tenerlos en cuenta como un componente
esencial para los estudios de la ecología, ya que ayuda a que haya una mayor
comprensión del mundo que nos rodea y se pueda tener un pensamiento más crítico al
enfrentar problemáticas que tengan que ver con el medio ambiente. (Guerrero & Antón,
2005, párr. 2)

Para poder tener una idea más clara al hacer un estudio sobre las problemáticas
que existen en torno a la ecología microbiana así como sus soluciones, se nos hace
necesario definir, así como conocer el origen de la ecología microbiana. Los
microorganismos procariotas, seres vivos diminutos que sólo se pueden ver con un
microscopio fueron los primeros en poblar la Tierra, además de que también han sido
los encargados de que aún exista vida en la Tierra. Esto se debe a que sin ellos no habría
reciclado de elementos y por ende los elementos biológicos de la superficie del planeta
se hubiera agotado. Esto es lo que hace tan importante que haya un establecimiento de
las cadenas tróficas, ya que permite que el producto del metabolismo de unos
organismos sirven de nutrientes para otros (Guerrero, 1998).

La ecología tuvo su origen gracias a Spallanzani, quien en 1799 obtuvo pruebas


de que la putrefacción de sustancias orgánicas están dadas por los microorganismos, y
permite que Ernst Haeckel (1866) introduzca el término de la ecología (proveniente de
las palabras griegas “oikos” (hogar) y la palabra “logos” (estudio) dando así el nombre
“estudio de los hogares”) como la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos
con su ambiente. Esto es de vital importancia para dar origen a la ecología microbiana,
que sirve de puente entre la ecología y la microbiología.

La ecología microbiana es una disciplina que surge como ciencia independiente


en 1966 con el libro de Thomas Broch, donde demuestra que los principios de la
ecología general son aplicables a los microorganismos (Liliana Ybarra, s.f, p. 3). De una
manera más completa y después de los aportes de varios autores, la ecología microbiana
no se estructuró de una manera formal como una nueva rama científica, con un cuerpo
de doctrina propio, sino hasta el siglo XX (Icaria, 2007, párr. 6) que se logró definir a la
ecología microbiana como ​“puente de unión entre la Ecología y la Microbiología,que
aborda el complejo estudio del papel que juegan los microorganismos en la biosfera​”
(Guerrero & Antón, 2005, párr. 1)​.

Cuando se quiere estudiar la biodiversidad de un ecosistema, puede ser marino,


de suelos, etc… es necesario siempre tener en cuenta a los microorganismos, ya que
éstos son los que realmente determinan si por ejemplo un suelo está rico en nutrientes,
lo que resulta un componente esencial para el funcionamiento global del planeta y el
desarrollo sostenible de la biosfera (Schaechter et al., 2004). Es por eso mismo que se
han determinado algunas divisiones de la ecología microbiana, pero la más común es la
que se usa dependiendo de la naturaleza del medio.
La ecología microbiana del suelo es una ecología donde se presenta el suelo
terrestre como ecosistema de estos microbios. Los microorganismos del suelo no actúan
de manera aislada, sino que establecen relaciones tróficas y ambientales con el resto de
la vida del suelo. Desde un punto de vista ecológico, las interacciones pueden ser de
carácter positivo (sinergismos) o negativo (antagonismos), según si los componentes de
la relación se benefician o perjudican entre los dos. Varias razones por las cuales las
relaciones pueden ser negativas puede ser por la competencia de alimentos, la
depredación entre ellos o el parasitismo (uno utiliza el material vivo del otro por largos
periodos de tiempo). Pero no todo es negativo en las relaciones que se tienen en la
ecología microbiana del suelo, ya que existen las simbiosis que se presentan en algunos
organismos como por ejemplo los líquenes, donde el hongo y la alga tienen una relación
tan estrecha que se suele considerar uno solo; o simplemente un mutualismo que
perdure mientras sea conveniente para el otro. Todas estas interrelaciones son muy
importantes para el ecosistema del suelo, ya que a partir de todas estas es que las plantas
consiguen los nutrientes necesarios para realizar sus funciones básicas (Universidad
Nacional de Córdoba, 2014, p. 70-71)

La ecología microbiana marina en cambio utiliza los medios acuáticos para


estudiar estas interrelaciones. Al igual que la ecología del suelo, las comunidades
microbianas están acomodadas de manera horizontal, ya que al ser la luz la principal
fuente de energía, cuanto más profunda sea la superficie, menos luz va a llegar. La
diferencia del suelo a el agua es que en el agua hay una mayor área donde llega la luz,
afectando de manera directa la acomodación de éstas comunidades, y por lo tanto todo
el ecosistema. Hay muchas divisiones de la ecología microbiana, incluyendo así a la
microbiología de alimentos. Pero los avances tecnológicos en el mundo de la biología
celular y molecular ha obligado a que se intente integrar todos estos en una visión que
unifique todos estos términos (Guerrero & Berlanga, 2005, p. 7).

Se puede usar como un ejemplo a las enfermedades que son infecciosas en el


cuerpo humano, ya que se ha logrado definir a estas enfermedades como un problema
ecológico debido a que el cuerpo se puede identificar como un ecosistema hostil para
estos microbios. Es por ello que los microbios van a usar mecanismos propagativos y de
supervivencia para poder dispersarse y colonizar este nuevo ambiente (Stoodley,
Costerton, Hall-Stoodley, 2004, p. 95-108).

El campo de la microbiología es de suma importancia para nuestra preparación


como futuros ingenieros. Al estudiar los microorganismos podemos entender más a
fondo su importancia en nuestro entorno. A través de este curso pudimos aprender sobre
la importancia de los microorganismos en el avance del conocimiento científico.
Muchas investigaciones científicas utilizan microorganismos como organismos modelos
para llevar a cabo experimentos en donde se intenta descifrar procesos biológicos. Los
microorganismos se utilizan como modelo en la investigación científica ya que son
relativamente fáciles de crecer, se dividen rápidamente y algunos tienen mecanismos
celulares muy parecidos a los de los seres humanos.

Por ejemplo, la levadura Saccharomyces cerevisiae es un microorganismo que se


ha estudiado mucho en el campo de la biología molecular ya que comparte muchas
proteínas reguladoras del ciclo celular con el ser humano. Además de las levaduras,
también se ha estudiado mucho la bacteria E. coli. En la misma se han hecho
importantes descubrimientos en cuanto a la conjugación bacteriana y el ADN
recombinante.

En los últimos años, el ser humano ha estado en la búsqueda de utilizar


tecnologías para la protección de los recursos naturales, y que al ser aplicadas no
produzcan efectos secundarios en los ecosistemas, esto se conoce como tecnologías
limpias. Un ejemplo de ellas es, la biotecnología la cual utiliza sistemas biológicos y
organismos vivos para la creación o modificación de productos o procesos para usos
específicos. Lo que, contribuye al reconocimiento de la diversidad microbiana y la
importancia ecológica.

La aplicación de la biotecnología ha presentado un crecimiento durante las 2


últimas décadas debido a su potencial comercial en diversos campos, como la
agricultura, la industria farmacéutica, industria alimenticia, ciencias forestales y
medicina. Una de las mayores ventajas de la biotecnología es su capacidad de llevar a
cabo reacciones con alta probabilidad de ofrecer procesos tecnológicos de producción
limpia, ahorro de energía y desarrollo de procesos biológicos alternativos a los
tratamientos químicos.

Las actividades agrícolas han ocasionado la reducción o desaparición de


ecosistemas naturales y problemas ambientales asociados a la degradación de tierras,
contaminación de aguas, agotamiento de aguas subterráneas y cambios climáticos
(Rather y Mukhtar, 2014). El uso de productos microbianos ofrece varias ventajas
frente a los productos químicos usados en la agricultura ya que estos se consideran
productos seguros; y ninguna sustancia tóxica ni microbiológica se acumula en la
cadena alimenticia. También la actividad industrial y el desarrollo tecnológico producen
residuos, y el manejo inadecuado o disposición de estos, se ha convertido, en una
problemática ambiental, en donde la aplicación de la biotecnología es un método
alternativo para restaurar el ambiente alterado. Un ejemplo es la biorremediación es un
tratamiento tecnológico de descontaminación que usa sistemas biológicos para catalizar
la destrucción o transformación de componentes peligrosos en el ambiente. Este abarca
el empleo de microorganismos o sus enzimas (Quintero 2011).

Entre los microorganismos que desempeñan un papel importante en la


biorremediación, están los hongos, porque están equipados con un sistema que les
otorga la capacidad de crecer en una amplia gama de sustratos tanto naturales como
sintéticos. Estos microorganismos producen y secretan altas concentraciones de
diferentes enzimas extracelulares hacia su entorno periférico, degradando varios
substratos a moléculas sencillas, las cuales pueden ser absorbidas y/o metabolizadas
(Pakdaman, Mohammmadi y Varma, 2013).

Un ejemplo es la biodegradación de xenobióticos (compuestos sintetizados en el


laboratorio); el estudio de enzimas involucradas en la degradación de plaguicidas y la
investigación de complejos enzimáticos de los hongos de pudrición blanca constituyen
un interesante campo de acción, con gran potencial biotecnológico. La habilidad de los
hongos para degradar el polímero de lignina y otros compuestos aromáticos
estructuralmente relacionados, como los complejos derivados del petróleo, componen
un método eficaz para remover plaguicidas e hidrocarburos aromáticos policíclicos de
ambientes alterados (Hammel. 1996).

Existen organismos que necesitan condiciones extremas, es decir tienen la


capacidad de vivir en ambientes en los que la mayoría de seres vivos no podrían
sobrevivir. Estos organismos se les denomina extremófilos, y reúnen un gran grupo de
organismos pertenecientes a los tres dominios de la vida: Archea, Bacteriana y Eukarya.
Estos a su vez se dividen en organismos Halófilos y Termófilos. Los Halófilos tienen
funciones metabólicas y reproductivas que son más eficientes en altas concentraciones
salinas, por eso se encuentran en ambientes marinos. Son utilizados en la industria
farmacéutica, cosmética, medica, alimenticia y en procesos de biodegradación, en
cambio, los Termófilos son organismos que necesitan un ambiente con altas
temperaturas, estos pueden ser terrestres o acuáticos. La ventaja de estos organismos es
que pueden resistir procesos fisicoquímicos y son utilizados en procesos como la
biorefinación, producción de combustible y en la industria alimenticia (Singh, 2013).

Pero a veces la diversidad metabólica de los microorganismos tiene la capacidad


de causar deterioro en una amplia variedad de materiales (Flores, Morrillo y Crespo.,
1997 citado en rojas et al., 2000). Edificaciones, pinturas, murales y monumentos
pueden ser afectados, principalmente por líquenes, bacterias y hongos; aunque
cianobacteias y algas también pueden crecer en estas estructuras (Wiktor et al., 2009).
Los procesos de biodeterioro están ligados a las características propias de los materiales,
como la porosidad y la permeabilidad (hopton, 1988 citado en Warscheid y Braams,
2000).

Actualmente existen herramientas y metodologías, para detectar los agentes


causantes del biodeterioro, desde la microbiología clásica hasta la nanotecnología. El
uso de estas técnicas ha ampliado el rango de organismos detectados. En los últimos
años, la conservación del patrimonio cultural ha centrado su atención en la forma como
interactúan las comunidades microbianas (Villalva y Malagon., 2011,Miller et al 2008),
para así plantear metodologías de control y no usar técnicas invasivas que se usan
actualmente.

En conclusión, uso de bacterias ha logrado disminuir el uso de fertilizantes sin


afectar la productividad de cultivos de interés comercial. Los organismos utilizados muy
pocas veces desarrollan resistencia y su uso no resulta perjudicial en los procesos
ecológicos o ambientales, lo que resulta un gran avance en la ecología microbiana, ya
que se está alterando en menor medida los ecosistemas del suelo.

Por muchos años se creía que las bacterias funcionan de manera individual con
la única finalidad de obtener nutrientes para asegurar su supervivencia y reproducción.
Ahora sabemos que las bacterias se comunican para llevar a cabo procesos
fundamentales, utilizando un lenguaje químico, basado en la regulación de genes
denominado Quorum Sensing (QS) e involucra cambios a nivel morfológico y/o
fisiológico en la población, lo que permite coordinar actividades grupales (Brango,
2011).
Referencias

R. Guerrero, M. Berlanga (2005). ​Microbios en la niebla: descubriendo el papel de


los microbios en la biosfera.

Guerrero Sánchez M. , López Archilla A. I., Antón Botella J. (2005). Ecología


microbiana .​ Ecosistemas​.

Hall-Stoodley L, Costerton JW, Stoodley P. (2004). Bacterial biofilms: from the


natural environment to infectious diseases. ​Nat Rev Microbiol.​ Feb;2(2):95-108.

Icaria L (2007). Definiendo la ecología.​ Xataka Ciencia.

Fung Y, Sánchez J, Torres J, Boada L, Rivera H, Mejía J, Gómez D, Ruiz E


(2015). ​Ecología Microbiana​: los microorganismos y algunas de sus aplicaciones. Bogotá,
Colombia: UNAL.

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