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El Poder

Ejecutivo en la
provincias

Derecho
Público
Provincial y
Municipal

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El Poder Ejecutivo en las


Provincias

El Gobernador
Forma de elección; Incompatibilidades; Mandato;
Inmunidades y Sueldo; Reelección.

La constitución de la Provincia de Córdoba, en su art. 128 establece: “El Poder Ejecutivo es


desempeñado por un ciudadano con el título de Gobernador de la Provincia”.

En nuestra Constitución, el Poder Ejecutivo es unipersonal, integrado por un solo


miembro. Si bien desde la doctrina mucho se ha discutido sobre si los ministros y demás
funcionarios integran o no ese Poder, las provincias argentinas se inclinaron por el
sistema unipersonal; sólo se reconocen como antecedentes el Proyecto de Alberdi para la
Provincia de Mendoza, y lo dispuesto por el gobernador de Córdoba Roque Ferreyra, que
dictó un decreto en 1855 por el cual creaba un Consejo Consultivo de Gobierno.

El Gobernador y Vicegobernador pueden ser reelectos o sucederse recíprocamente por


un nuevo período corriente. Si han sido reelectos o se ha sucedido recíprocamente, no
pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos sino con el intervalo de un período.
(Art. 136)

Nuestra Provincia ha pasado por todos los sistemas desde las constituciones de 1870,
1883, 1823 y 1949, en las cuales no se permitía la reelección con excepción de la de 1847,
que autorizaba la reelección indefinida.

En la reforma de 1987, formando parte de una tendencia generalizada en el derecho


público provincial, se introdujo esta disposición en la que se permite la reelección del
Gobernador y del Vice, con la limitación de ser por un solo período más y no
indeterminadamente como en muchas provincias de nuestro país (La Rioja, Catamarca,
San Luis y Santa Cruz), lo cual le permite al Gobernador ser elegido y mantenerse en ese
puesto de manera ilimitada.
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En la Provincia de Córdoba, el gobernador y el vicegobernador son elegidos directamente


por el pueblo y a simple pluralidad de sufragios. Pueden ser reelectos o sucederse
recíprocamente por un nuevo período, pero si hubiesen sido reelectos o se han sucedido
recíprocamente, no pueden ser reelegidos, para ninguno de ambos cargos, sino con el
intervalo de un período (Arts. 140 y 136 C. Pcial). Asimismo, estos funcionarios tienen las
mismas inmunidades, inhabilidades e incompatibilidades que los legisladores, y
expresamente se les ha prohibido ejercer funciones judiciales (arts. 137 y 138). Sus
mandatos tienen una duración de cuatro años y cesan en sus funciones el mismo día en
que expire ese plazo, sin que evento alguno que lo haya interrumpido, pueda ser motivo
para que se complete más tarde (art. 139).

En cuanto a la remuneración del Gobernador la Constitución dispone en su art. 131 que:


“El Gobernador y el Vicegobernador perciben un sueldo, que no puede ser alterado
durante el período de su mandato, salvo modificaciones de carácter general. No pueden
ejercer otro empleo ni percibir emolumento público alguno.”

Vicegobernador
Ausencia del Gobernador; acefalía.
Art. 129: “Al mismo tiempo y por un mismo período se elige un Vicegobernador que
preside la Legislatura, reemplaza al Gobernador de acuerdo con esta Constitución, es su
colaborador directo y puede participar en las reuniones de Ministros. No puede ser
cónyuge o pariente del Gobernador hasta el segundo grado”.

Esta figura apareció en la Constitución de la Provincia de 1870. Al Vicegobernador le


corresponde presidir la Legislatura y, como función potencial, reemplazar al Gobernador
en su ausencia. Es el nexo entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Se prohíbe expresamente que quien acompañe al Gobernador sea su cónyuge o un


pariente hasta el segundo grado.

Para ser elegido Gobernador o Vicegobernador se requiere Art. 130:


“1. Tener treinta años de edad.
2. Ser argentino nativo o por opción.
3. Tener residencia en la Provincia durante los cuatro años anteriores inmediatos a la
elección, salvo caso de ausencia motivada por servicios a la Nación o a la Provincia, o en
organismos internacionales de los que la Nación forma parte”.

En las constituciones provinciales, para desempeñar tales cargos públicos, se exige la edad
de treinta años de manera unánime, además de ser argentino, tener residencia en la
Provincia de al menos los cuatro años anteriores, para garantizar que quien estará a su
cargo será su vecino, alguien consustanciado con la problemática de la sociedad.

Se exceptúa del requisito de la residencia a quienes hayan estado cumpliendo servicios a la


Nación o a la Provincia, o en diferentes organismos internacionales de los que la Nación
forme parte.

Es notorio cómo la Constitución de la Provincia de Catamarca es una de las pocas que


cuando establece los requisitos para ser gobernador, solicita que el mismo profese la
religión católica y, además, imposibilita para la primera magistratura provincial a aquellos
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que hayan sido gobernadores, interventores, ministros del Poder Ejecutivo o juez de la
Corte de Justicia en períodos de facto.

La Constitución de la Provincia de Córdoba trata los supuestos de “ausencia” y “acefalía”


en los artículos 133 a 135, los que disponen:

“AUSENCIA

Artículo 133.- El Gobernador y el Vicegobernador no pueden ausentarse de la Provincia


sin autorización de la Legislatura, por un período superior a quince días; si la Legislatura
se encuentra en receso se le da cuenta oportunamente.

ACEFALÍA

Artículo 134.- En caso de muerte del Gobernador o de su destitución, dimisión, ausencia,


suspensión u otro impedimento, las funciones de su cargo pasan al Vicegobernador, quien
las ejerce durante el resto del período constitucional, si es por alguno de los tres primeros
casos u otro impedimento permanente, y si es por acusación, ausencia, suspensión u otro
impedimento temporal, hasta que cese dicho impedimento.

ACEFALÍA SIMULTÁNEA

Artículo 135.- En caso de separación o impedimento simultáneo del Gobernador y


Vicegobernador, el mando es ejercido por el Presidente Provisorio de la Legislatura, quien
convoca dentro de treinta días a la Provincia a una nueva elección para llenar el período
corriente, siempre que de éste falten cuando menos dos años, y que la separación o
impedimento del Gobernador o Vicegobernador fuese permanente. En el caso de procederse
a una nueva elección, ésta no puede recaer sobre quien ejerce el Poder Ejecutivo.”

Atribuciones del Poder Ejecutivo


En el Estado contemporáneo, el Poder Ejecutivo es quien detenta las mayores
atribuciones, siguiendo de esta manera con el clásico pensamiento alberdiano, decía: “[...]
queremos un Ejecutivo fuerte como el de Chile, republicano en la forma pero casi
monárquico en el fondo; central hasta donde lo permite el individualismo de las
Provincias [...]”. Asimismo establecía que se debía dar al Poder Ejecutivo el poder posible,
pero por medio de la Constitución.1

Las atribuciones del Poder Ejecutivo están consignadas, en el texto de la Constitución de la


Provincia de Córdoba, en su artículo 144, el que se analizará a continuación en sus
aspectos más relevantes.

El Gobernador es el Jefe de la Administración Provincial, con atribución de nombrar y


remover a sus ministros y demás empleados administrativos.

1
Alberdi Juan Bautista. Estudios sobre la Constitución Argentina de 1853. El Ateneo. 1929. Pág. 34
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En los incs. 1, 2, 3 y 11 del art. 144, se establece la participación del Poder Ejecutivo en el
ámbito legislativo, quien tiene la iniciativa exclusiva en materia de leyes de presupuesto y
ministerios. Tal como lo dispone el art. 13 de esta Constitución, la Legislatura no puede
delegar en el Poder Ejecutivo atribuciones que le son propias, aunque puede dejar espacios
para reglamentar las leyes que el mismo órgano dicta a través de decretos reglamentarios,
sin que esta legislación altere el espíritu de la norma dictada. No se prevé el dictado de
decretos de necesidad y urgencia como sí se establecen en la Constitución Nacional, a
través del art. 99, inc. 3.

En el inc. 4, en concordancia con lo establecido en el art. 124 Constitución Nacional,


determinan la competencia del Gobierno Federal y de las Provincias en el área de las
atribuciones económicas internacionales, lo cual ha despertado un gran interés en los
constitucionalistas especializados en derecho público provincial

La mayoría de las veintitrés constituciones provinciales vigentes fueron reformadas entre


1983 y 2003, pero no todas modificaron esas facultades. Así, las cartas magnas
provinciales expresan situaciones diferentes entre sí, lo que previene el avance de las
atribuciones de las provincias, que se da en diferentes momentos en cada una de ellas.

En general, si bien reconocen la delegación de facultades en el Gobierno Federal, en


materia de tratados internacionales introducen una llamada cláusula federal que —entre
otras disposiciones— autoriza expresamente al Gobierno Provincial a celebrar tratados y
acuerdos en el orden internacional para satisfacer sus intereses.

Propuesta por Pedro José FRÍAS “al iniciarse el ciclo constituyente provincial”, la cláusula
federal es incluida en las constituciones y profundiza el concepto del “federalismo de
concertación” al que nos referimos al comentar el art. 16 de la presente Constitución. La
finalidad de la llamada “cláusula federal” es el bienestar social o el progreso,
compatibilizando estos objetivos con los establecidos por la Constitución.

Se advierte un avance de las atribuciones acordadas a las provincias en materia de


relaciones internacionales, en las constituciones de Catamarca (arts. 110 y 149, inc. 15),
Chaco (arts. 119, inc. 7, y 141, inc. 10), Chubut (arts. 135, inc. 1, y 155, inc. 7), Formosa
(arts. 120, inc. 1, y 142, inc. 1), Jujuy (arts. 137, inc. 7, y 123, inc. 34, en forma implícita), al
hacer referencia al ejercicio por la Legislatura de las demás atribuciones previstas en la
Constitución, San Luis (arts. 144, inc. 2, y 168, inc. 15), entre otras. La disposición es
similar en todas ellas: si bien reconocen la delegación de facultades en el Gobierno Federal
en materia de tratados internacionales, autorizan expresamente al Gobierno Provincial —
con aprobación de la Legislatura—, a celebrar tratados y acuerdos en el orden
internacional con otras naciones, entes públicos extranjeros y organismos internacionales
para satisfacer sus intereses sin afectar la política exterior del Gobierno Federal.

En algunas constituciones, como señala Alberto ZARZA MENSAQUE2 como la nuestra, la


facultad de concertar acuerdos con organismos supranacionales o Estados extranjeros,
que se atribuye a la Provincia, tiene como finalidad facilitar la integración
latinoamericana, según surge de los debates de la última Convención reformadora.

El Gobernador también ejerce el derecho de veto e incorpora la promulgación parcial. En


el inc. 6 se dispone que el Poder Ejecutivo puede prorrogar las sesiones extraordinarias
para el tratamiento de los temas para los cuales fueron convocados los legisladores. No
sólo se presenta en la Legislatura al inicio de las sesiones ordinarias para dar informe del
estado de la Administración Pública, sino que lo puede hacer en cualquier momento que lo
estime conveniente, al igual que sus ministros (inc. 7).

2
Zarza Mensaque Alberto en Frías Pedro José. La Nueva Constitución de Córdoba. Marcos Lerner. Pág. 115
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El Gobernador “Puede indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción
provincial, después de la sentencia firme y previo informe del tribunal correspondiente;
se excluyen los delitos contra la Administración Pública cometidos por funcionarios
designados por el mismo Gobernador que ejerza esta atribución o su reemplazante legal
[...](inc. 8)”. Ante tal principio, se discutió si el Poder Ejecutivo provincial podía dar
indulto a favor de procesados, lo cual se dirimió cuando se dijo que se daba sobre
sentencias firmes.

En el inc. 9 se establece que el Gobernador, el Vicegobernador y los ministros no podrán


integran el Poder Judicial hasta seis meses después de haber cesado en sus mandatos, y
que el Gobernador es quien designa, previo acuerdo de la Legislatura, a los integrantes del
Tribunal Superior de Justicia, a los jueces inferiores y a los miembros del Ministerio
Público.

Los Ministros
Designación y remoción; atribuciones;
responsabilidad
En el Art. 145 de la Constitución de la Provincia de Córdoba, se dispone que “Para ser
nombrado Ministro se requiere tener veinticinco años y las demás condiciones que la
Constitución exige para ser elegido legislador, con las mismas inmunidades”.

Esto significa que los ministros son los colaboradores del Poder Ejecutivo; tienen a su
cargo las distintas ramas a través de las que se organizará la Administración Pública y no
forman parte del Poder Ejecutivo, porque este Poder es unipersonal.

Ellos son designados y removidos por el Gobernador y son parte de los funcionarios que
pueden ser sometidos al proceso de juicio político. Asimismo, tienen que cumplir con los
mismos requisitos que los legisladores para ocupar el cargo y poseen sus mismas
inmunidades.

En el Art. 146 se dice que los Ministros perciben un sueldo que no puede ser alterado,
salvo modificaciones de carácter general.

En cuanto a su designación y remoción el Art. 147 establece que “El Gobernador designa
a sus Ministros, en el número y con la competencia que determine la ley. Los Ministros
refrendan y legalizan con su firma los actos del Gobernador, sin cuyo requisito carecen
de validez. Los Ministros pueden por sí solos tomar todas las resoluciones que la ley los
autorice de acuerdo con su competencia y en aquellas materias administrativas que el
Gobernador les delegue expresamente, con arreglo a la ley”.

En definitiva, los ministros legalizan y refrendan con su firma los actos del Gobernador;
esto significa que dan fe para ejecutar determinado acto, diciendo que la firma que los
acompaña es la del titular del Poder Ejecutivo.

Los ministros que firman con el Gobernador son solidariamente responsables. Y según el
Art. 148 dentro del primer mes del período legislativo, los Ministros presentan a la
Legislatura una memoria detallada del estado de la Administración de la Provincia en lo
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relativo a los negocios de sus respectivos departamentos. Al ser los ministros los jefes de
las ramas en las que se divide la Administración Pública, son los enlaces que existen entre
los poderes Ejecutivo y Legislativo; de allí la necesidad de que éstos, dentro del primer
mes de actividad en la Legislatura de la Provincia, informen del estado de situación de la
administración en sus respectivas áreas.

Otra de las obligaciones que tienen es la dispuesta por el Art. 149 cuando dice que: “Los
Ministros deben asistir a las sesiones de la Legislatura, cuando sean llamados por ella, y
pueden también hacerlo cuando lo estimen conveniente”.

Como ya se dijo, al ser los ministros los colaboradores del Gobernador en áreas específicas
y su nexo con la Legislatura, los legisladores pueden requerir su presencia en el recinto, o
también ellos pueden concurrir cuando así lo estimen conveniente, a fin de informar sobre
algún tema de su interés.

Administración Pública provincial y


municipal en la Constitución de la
Provincia de Córdoba
En el Art. 174, se encuentra a disposición que dice que: “La Administración Pública debe
estar dirigida a satisfacer las necesidades de la comunidad con eficacia, eficiencia,
economicidad y oportunidad, para lo cual busca armonizar los principios de
centralización normativa, descentralización territorial, desconcentración operativa,
jerarquía, coordinación, imparcialidad, sujeción al orden jurídico y publicidad de
normas y actos.

El ingreso a la Administración Pública se hace por idoneidad, con criterio objetivo en


base a concurso público de los aspirantes, que aseguren la igualdad de oportunidades.
La ley establece las condiciones de dicho concurso, y los cargos en los que por la
naturaleza de las funciones, deba prescindirse de aquél”.

La legalidad de la Administración Pública es una de las características del Estado de


Derecho lo que significa, en otras palabras, el sometimiento total de la administración a la
ley, sin lo cual no hay Estado de Derecho posible ni verdadero.

La administración es un aspecto importante, como se dijo, en el Estado Social de Derecho,


pero quizás, más lo son la eficiencia y la eficacia, las cuales constituyen las reglas
principales de todo buen gobierno.

La razón de ser de la Administración Pública, y su único fin, es satisfacer los intereses de la


sociedad, para lo cual requiere determinar sus objetivos, fijar distintas líneas de acción,
planificar y actuar en ese sentido.

La actividad administrativa de los órganos del Estado provincial o municipal tiende a


satisfacer las necesidades de la sociedad, por lo que cumple con algunos principios para su
mejor logro. Uno de los pilares sobre los que se debe sostener el quehacer de la
administración es la eficacia, que consiste en la utilización racional de los recursos del
Estado, en la toma de decisiones, consiguiendo los mayores beneficios, en el logro de los
objetivos planteados. La eficiencia, por su parte, hace referencia a que las medidas
adoptadas logran satisfacer las metas propuestas con el menor esfuerzo y la mayor
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equidad posible. La economicidad tiene que ver con que los medios empleados, y las
decisiones adoptadas deben ser las menos onerosas para el Estado pero sí las más
indicadas para dar respuesta a la necesidad planteada; por último, la oportunidad implica
que las medidas adoptadas deben tomarse en el momento indicado, de nada vale que sea
la mejor decisión, la menos costosa, si no llega en el momento en el cual es útil su
implementación. Estos cuatro principios se presentan de manera conjunta y se dan de
manera coordinada.

Para el logro de los objetivos antes planteados, la teoría de la administración ha insistido


en la conveniencia de la centralización de la planificación administrativa, lo cual significa
que el gobierno, de manera única, debe planificar las líneas de acción de la administración
y sus objetivos. Dicha centralización debe ir acompañada de una necesaria
descentralización en la ejecución de los objetivos, lo que significa respetar las jerarquías
administrativas, centralizando la diagramación de las metas del Estado y descentralizando
su ejecución.

En el último párrafo del art. 174 se establece el concurso público de los aspirantes a entrar
a la Administración Pública, lo cual no sólo es una garantía de imparcialidad a los
ciudadanos que quieren ingresar a la misma, sino que también es una garantía del poder
público a la sociedad toda, al determinar que ocupando los puestos de trabajo en la
administración, estarán aquellas personas más capacitadas.3

3
Ver: Mensa Gonzalez Andrea. Constitución de la Provincia de Córdoba Anotada. Alveroni. Pág. 201
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Referencias en Bibliografía
Anderson, George, Una introducción al federalismo. Editorial Marical Pons.
Madrid. España. 2008.

Bird, Richard y Stauffer, Thomas (comps.), Intergovernmental Fiscal Relations in


Fragmented Societies. Institute of Federalism. 2001. Friburgo, Suiza.

Hernández, Antonio María, Federalismo, Autonomía Municipal y Ciudad


Autónoma de Buenos Aires en la reforma constitucional de 1994. Editorial
Depalma. 1997. Buenos Aires, Argentina.

Hernández, Antonio María y otros, Derecho Público Provincial y Municipal.


Editorial Lexis Nexis. 2008. Buenos Aires. Argentina.

Hernández, A. M. y otros. (2008). Derecho Público Provincial (1ª Ed.). Buenos


Aires: Lexis Nexis.

Hernández, J. M. (2003). Derecho municipal: parte general. México: Universidad


Nacional Autónoma de México.

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