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Como se infiere de la denominación de este principio, consiste en que nuestro juicio constitucional solo se inicia
cuando el gobernado lo solicita, es decir, en el momento en que la persona física o moral que considera afectada
por un acto de autoridad pide o insta a los tribunales de amparo para que intervenga en su protección
En otras palabras los órganos de amparo no están legalmente facultados para actuar oficiosamente a favor del
individuo a quien la autoridades violen determinadas garantías individuales. Por ello es necesario, que este le
solicite o pida su intervención, en los términos y con las facultades que para cada caso prevé la Ley de la Materia.
El principio, considerar, una de las piedras angulares de nuestra institución de control, se encuentra plasmado
en la fracción I del artículo 107 constitucional así como en al artículo 4º de la Ley de Amparo.
Como la Obligación constitucional y legal que tiene el juzgador de amparo de corregir los errores, deficiencias u
omisiones en que incurre el quejoso al elaborar los conceptos de violación de su demanda, o bien al formular
agravios relativos a los recursos por el interpuesto. En las hipótesis y en los términos previsto en la ley de la
materia.
II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la
autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo
exija. En el último considerando de la sentencia que conceda el amparo, el juzgador deberá
determinar con precisión los efectos del mismo, especificando las medidas que las
autoridades o particulares deban adoptar para asegurar su estricto cumplimiento y la
restitución del quejoso en el goce del derecho. En asuntos del orden penal en que se
reclame una orden de aprehensión o auto de vinculación a proceso en delitos que la ley no
considere como graves, la sentencia que conceda el amparo surtirá efectos inmediatos, sin
perjuicio de que pueda ser revocada mediante el recurso de revisión; salvo que se reclame
el auto de vinculación a proceso y el amparo se conceda por vicios formales.
En caso de que el efecto de la sentencia sea la libertad del quejoso, ésta se decretará bajo
las medidas de aseguramiento que el órgano jurisdiccional estime necesarias, a fin de que
el quejoso no evada la acción de la justicia. En todo caso, la sentencia surtirá sus efectos,
cuando se declare ejecutoriada o cause estado por ministerio de ley.
TEMA IV
1. ¿Qué es la Competencia?
Es el conjunto de factores o elementos de capacidad con que el orden jurídico en general
inviste a los Jueces de Distrito, a los Tribunales Colegiados de Circuito y a la Suprema
Corte primordialmente, para Conocer del mencionado medio de preservación de la
Constitución, en las distintas hipótesis de procedencia consignadas por su artículo 103.
(Libro “El Juicio de Amparo” de Ignacio Burgoa página 384)
6. Diga el Fundamento del Amparo Directo.
107 Fracción VII, Constitucional y 114 de la Ley de Amparo.
Se entenderá por sentencias definitivas o laudos, los que decidan el juicio en lo principal;
por resoluciones que pongan fin al juicio, las que sin decidirlo en lo principal lo den por
concluido. En materia penal, las sentencias absolutorias y los autos que se refieran a la
libertad del imputado podrán ser impugnadas por la víctima u ofendido del delito en los
casos establecidos por el artículo 173 de esta Ley.
Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas
o laudos y resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la ley
permita la renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan cuestiones sobre constitucionalidad de normas generales
que sean de reparación posible por no afectar derechos sustantivos ni constituir violaciones
procesales relevantes, sólo podrán hacerse valer en el amparo directo que proceda contra
la resolución definitiva.
Para efectos de esta Ley, el juicio se inicia con la presentación de la demanda y, en materia
penal, con el auto de vinculación a proceso ante el órgano jurisdiccional;
II. Contra sentencias definitivas y resoluciones que pongan fin al juicio dictadas por
tribunales de lo contencioso administrativo cuando éstas sean favorables al quejoso, para
el único efecto de hacer valer conceptos de violación en contra de las normas generales
aplicadas.
II. Contra actos u omisiones que provengan de autoridades distintas de los tribunales
judiciales, Administrativos o del trabajo;
IV. Contra actos de tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo realizados
fuera de juicio o después de concluido.
Si se trata de actos de ejecución de sentencia sólo podrá promoverse el amparo contra la
última resolución dictada en el procedimiento respectivo, entendida como aquélla que
aprueba o reconoce el cumplimiento total de lo sentenciado o declara la imposibilidad
material o jurídica para darle cumplimiento, o las que ordenan el archivo definitivo del
expediente, pudiendo reclamarse en la misma demanda las violaciones cometidas durante
ese procedimiento que hubieren dejado sin defensa al quejoso y trascendido al resultado
de la resolución.
V. Contra actos en juicio cuyos efectos sean de imposible reparación, entendiéndose por
ellos los que afecten materialmente derechos sustantivos tutelados en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte.
VI. Contra actos dentro o fuera de juicio que afecten a personas extrañas;
VII. Contra las omisiones del Ministerio Público en la investigación de los delitos, así como
las resoluciones de reserva, no ejercicio, desistimiento de la acción penal, o por suspensión
de procedimiento cuando no esté satisfecha la reparación del daño.
VIII. Contra actos de autoridad que determinen inhibir o declinar la competencia o el
conocimiento de un asunto.