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MARTYRIA

Otro tipo de construcción paleocristiana son los mausoleos (monumentos


funerarios) y los martyria, (pequeña iglesia-sepulcro erigida en honor de un
mártir. Son iglesias pequeñas. En los martyria están las tumbas de los mártires
o de los santos. Normalmente el cuerpo de los santos está debajo en una cripta
(= habitación bajo el suelo).Los martyria son iglesias con planta circular. A
veces el tejado es una cúpula. En el centro está el altar y alrededor un pasillo.
Este pasillo se llama deambulatorio, porque es para “deambular” o sea para
andar personas cristianas muertas porque no querían dejar de ser cristianas.

En ambos el cuerpo se encerraba en una cripta bajo el altar, y se prefería como


modelo espacial el plan central, tanto circular, como en el Mausoleo de Santa
Constanza, como de cruz griega en el Mausoleo de Gala Placidia en Roma. De
todas formas es de destacar el Templo del Santo Sepulcro de Jerusalén, en el
que se funden martyrium y basílica. En el sitio del sepelio de Cristo, se levanta
un templo circular (la forma circular se justifica por ser la más adecuada para la
veneración debido a la anastasis), con una corona de columnas. El núcleo es la
misma roca perforada en que fue enterrado el cuerpo, y, aunque éste no esté
allí, se trata de un martyrium. Está precedido por un atrio en el mismo Gólgota,
y alineada por necesidades de culto con la basílica, que también está
precedida por otro atrio. Esta asociación de planta circular y poligonal se repite
en los templos del Santo Sepulcro en el Románico y, los templarios trasladarán
a occidente el tipo circular aquí expuesto.

Los martyria más famosos son los de la iglesia del Santo Sepulcro (del siglo IV)
y el de la iglesia de la Natividad, en Belén, Jerusalén (de forma octogonal que
data del siglo IV y que fue reconstruida en el siglo VI). Ambas tienen basílicas
adyacentes para acomodar a multitud de peregrinos.

Mausoleo de Gala Placidia


Es un martiria, de finalidad funeraria por su propia forma. Se encontraba unido
a la capilla del palacio imperial, llamada Capilla de la Santa Croce, y hay
estudiosos que dudan sobre si este edificio estaba destinado a ser mausoleo
de Gala Placidia o tenía ya funciones funerarias, como guardar reliquias, y
simplemente se enterró allí a Gala.
Tiene planta de cruz griega, que es aquella que tiene cuatro brazos iguales que
se cruzan en el centro y que siempre aparece coronado por un cuerpo sobre
elevado respecto a los brazos. Está realizado en ladrillo, como el resto de
construcciones de Rávena, salvo alguna excepción, ya que no había canteras
de piedra en la zona. El cuerpo elevado tiene sólo una pequeña ventana por
lado, por lo que la iluminación es muy escasa. Es un edificio muy pequeño.

La decoración exterior de los muros es a base de arquerías ciegas. Esto va a


tener muchísima repercusión en la Edad Medio y su finalidad es la de adornar
el muro a través de los efectos del claroscuro que provocan las oquedades de
los propios arcos, creando efectos cromáticos. Al mismo tiempo supone un
refuerzo importante para el muro cuando tiene que sustentar, por ejemplo, el
peso de unas bóvedas de cañón.

En cuanto a la decoración del interior, cada brazo está cubierto con bóveda de
cañón. Todo el edificio está recubierto con mosaicos de simbología cristiana. El
cuerpo sobre elevado está cubierto por una bóveda vaída, que es una bóveda
ligeramente rebajada. Está cubierta por un mosaico que representa una bóveda
celeste presidida por una cruz y en las enjutas se encuentran los cuatro
símbolos del Tetramorfos.

En las paredes del cuerpo sobre elevado aparecen apóstoles alabando la cruz.
En el brazo del oriente se encuentra representado el martirio de San Lorenzo.
En los brazos norte y sur hay una decoración con siervos, que simbolizan a las
almas bienaventuradas, bebiendo del agua viva, Cristo. En el fondo del brazo
de la puerta, que está orientado a occidente, está representada la Pastoral
celeste: es una representación de Cristo en el paraíso con las almas
bienaventuradas, simbolizadas a través de ovejas. Hay influencias de la
iconografía imperial: Cristo entronizado (aunque el trono es sustituido por
piedras) con una gran cruz gemada con símbolos de poder y presenta un
nimbo. Además, hay un juego de planos, creando perspectiva, aunque hay
ciertos detalles de conceptualización, como las piedras totalmente
geometrizadas, las plantas con perspectiva inversa, etc

Un claro ejemplo de esta nueva manera de entender los modelos clásicos son
los martyria, edificios dedicados a la veneración de mártires cristianos,
miembros de la comunidad muertos por su fe. Buena parte de los martyria
fueron construidos tras las persecuciones a los cristianos de finales del siglo II
y en Murcia poseemos los restos de uno de estos edificios, el Martyrium de La
Alberca.

Los martyria son herederos de los monumentos a los héroes o grandes


personalidades públicas construidos por la Roma pagana y conocidos como
heroa. Los heroa mezclaron la funcionalidad de los templos con la singularidad
de los mausoleos. Ya en el siglo II los cristianos comenzaron a construir los
martyria, dedicados en principio a grandes personalidades, como la de San
Pedro. Las vivencias de la comunidad cristiana, que poco a poco se extendía y
filtraba en todos los niveles de la sociedad romana, fueron fomentando tanto la
edificación de lugares para la liturgia como la de los martyria. Cualquier
persona que hubiera sufrido muerte a causa de su fe podía ser loado en
edificios de distinta tipología que tenían como eje fundamental el enterramiento
de uno o varios mártires. Estos edificios fueron desarrollándose con los años
hasta llegar en el siglo IV a ser construcciones monumentales, con ábsides
interiores, división vertical de dos pisos, con cubiertas de bóveda de cañón y
contrafuertes al exterior.

El Martyrium de La Alberca habría sido un edificio funerario dedicado a


venerar los restos de algún mártir en torno a la primera mitad del siglo IV, y los
paralelismos existentes con otros martyria como el de Marusinac en Salona o el
de Pecs en Hungría nos permite imaginar el alzado de este edificio
paleocristiano. Las características arquitectónicas básicas, edificio
cuadrangular de varias alturas, cubierto con bóveda de cañón, con ábside en
su cabecera y contrafuertes al exterior, lo sitúan también en relación a la
arquitectura prerrománica del mundo visigodo que tiene ejemplos notables en
el norte de España.

Un ejemplo de labrado de la piedra que nos aleja de las formas clásicas es


el fuste de columna que custodia el Museo Arqueológico de Murcia. El motivo
decorativo es una flor de cuatro pétalos inscrita en un círculo que se repite a lo
largo del fuste. Motivos florales similares a este pueden encontrarse en el arte
visigodo y prerrománico español, como en la Iglesia de San Juan de Baños. La
repetición continua del motivo es un elemento estético que se muestra tanto en
la estética bizantina como en la tribal germánica

El edificio funerario de La Alberca se encuentra muy cercano a los restos del


yacimiento de la Basílica de Algezares, otro de los oficios paleocristianos y
visigodos de la Región. La cronología de la basílica, cuyos restos, al igual que
en el caso del martyrium, han sido estudiados por especialistas locales y
extranjeros, se fija en el siglo VI, siendo poco probable la influencia del arte
bizantino en ella. La planta basilical, de nave central y dos naves laterales,
queda bien dibuja en planta, al igual que el baptisterio de uno de sus lados,
probablemente una piscina para bautismo con inmersión.

Entre los restos materiales de esta basílica se pudieron recuperar basas,


fustes y capiteles de columnas y unos interesantes fragmentos de celosías que
han podido reproducir ventanales pétreos claramente vinculados a las
expresiones plásticas prerrománicas.

Nos encontraríamos ante los restos de un edificio reutilizado por la sociedad


visigoda y seguramente vinculado al martyrium de La Alberca que tiene
también muy cerca los restos del castillo romano de Los Garres. Todos estos
restos materiales nos permiten hacer una lectura leve pero interesante de la
secuencia tardoantigua de la historia del arte en nuestra Región. Nos ayudan a
perfilar también unas comunidades cristianas de las que, como hemos dicho,
tenemos noticias en fuentes antiguas y que sin duda intervinieron en el
desarrollo de la arquitectura y la plástica que dieron paso al mundo visigodo
establecido a mediados del siglo V.

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