y ese olor de mar latiendo con fuerza como mi sangre Abre tus brazos marítimos y acoge en ellos mis asombros que saltan a la superficie como delfines plateando tu verde autóctono. Recibe sobre tus suelos mis huellas que voy dispuesta a entregarme como una novia que espera con su amado el primer baile. Danza conmigo los arreboles que el cielo pinta en la tarde y subamos por sus sensaciones antes que se desgranen. Prepárate a recibirme Chiloé desde tus palafitos multicolores, garzas que alzan su vientre desde humedades salobres. Que tu lluvia lave mi rostro junto a los tejados de alerce quizás así mi alma se quede contigo cuando mi cuerpo regrese.