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Esther Whitfield no. 32: 32-37, enero-marzo de 2003.

Billetes buenos y falsos.


El dinero en la reciente
narrativa cubana

Esther Whitfield

Profesora. Universidad de Brown, Estados Unidos.

P erseguido por los conspiradores a quienes ha


traicionado, el estudiante de El acoso, de Carpentier,
deja un rastro revelador. Una pista coherente permite
deseo tener en mente en el curso de este ensayo— es
que en el billete no es donde se encuentran las respuestas.
Este billete falso marca el agotamiento de la denotación,
seguir sus movimientos: un billete cuyas pretensiones una visión que disocia el dinero tanto de lo escrito como
de validez son tan fugaces como las del propio fugitivo. del significado. La relación entre escritura y dinero —o
Es debatible que el billete confiado a la prostituta del proceso de escribir para hacer el dinero que se invoca
Estrella o al taquillero de la Sala de Conciertos signifique en El capital— se desautoriza explícitamente.
lo que dice: es, como ha escrito Stephen Boldy, uno de Las siguientes lecturas3 constituyen una invitación a
los varios textos de El acoso siempre mal interpretados.1 tomar el acoso en un contexto distinto, a examinar qué
Hasta el policía que cree en el valor del billete en las ocurre con la relación entre escritura y dinero
últimas líneas de la novela lo presentará como prueba —descalificada por falsa hasta las frases finales de El
de fraudulencia.2 Este billete lleva como ilustración al acoso—, según aparece en obras de ficción de la década
«General de los ojos dormidos», una inscripción que pasada. Porque la escena motivadora de la noveleta
no significa nada... si, como muchos billetes ficticios —una persecución que se desarrolla en la geografía
anteriores a él, es falso. Si, como apunta Marx en los reconocible de La Habana e impelida por un billete—
primeros capítulos de El capital, escribir es lo que hace es recurrente en la literatura cubana reciente. La
al dinero, al pasar el valor material del metal o el papel diferencia consiste en que los acosos que deseo seguir
a las abstracciones del intercambio, entonces las marcas están avalados no por un general de ojos dormidos,
falsas en este billete parecen anular su condición y, de sino por la expresión en inglés one dollar, que apunta no
hecho, el de la información que brinda: denota el lugar a una falsificación, sino más bien a una plétora de
donde el fugitivo ya no está, y no en el que está. Se significados. Son estos significados —en la medida en
sabe que carece de valor como dinero y aun para ser que relacionan textos a un contexto donde el dólar
usado como prueba; lo que da a entender —y lo que estadounidense es a un tiempo moneda circulante

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Billetes buenos y falsos. El dinero en la reciente narrativa cubana
interna y la de un creciente mercado internacional para lo extranjero. Cuando Juan le pregunta a Cuca qué ha
la literatura cubana—, los que deseo seguir en escenas hecho con su dólar, ella no lo entiende y cree que ha
literarias de La Habana de los años 90, donde el dólar dicho «dolor».7
tiene un papel protagónico. La anterior equivocación es, en cierto sentido, una
La primera persecución se desarrolla, como la de repartición de papeles, porque Juan representa el dólar
Carpentier, con acompañamiento musical; no de la y Cuca el dolor. La identificación de Juan con el dólar
Sinfonía Heroica, cuyos movimientos apoyan El acoso, sino es indisputable. Lo expresa, lo posee y acaba de llegar
de canciones populares que, con posterioridad, se de los Estados Unidos, su lugar de origen; y el dolor
dieron a conocer en un CD del Grupo Café Nostalgia. de Cuca, si se lleva más allá de su predisposición a la
La banda sonora de Te di la vida entera,4 de Zoe Valdés, teatralidad hollywoodesca, posee implicaciones
constituye un débil eco de Carpentier en una obra que igualmente amplias. Porque si este «dolor» se interpreta
es, desenfadadamente, un homenaje a otro novelista más concretamente como experiencia, entra en el
de La Habana: Guillermo Cabrera Infante, a quien se intercambio no solo como una equivocación auditiva,
invoca en un epígrafe y en refundiciones periódicas de sino en una posición de valor para Juan, que nada más
Tres tristes tigres.5 Te di la vida entera narra la historia de puede utilizar el dólar escrito si Cuca comparte con él
Cuca Martínez, una joven abandonada por su amante la experiencia, o el conocimiento, acumulado y
cuando la Revolución triunfa, y que permanece en La salvaguardado durante los treinta años que ha vivido
Habana con el único recuerdo de un dólar que aquel le en Cuba. Lo escrito en el dólar, pues, solo puede hacer
guarda apretujadamente en la mano al despedirse. Más realidad su significado en el contexto de un secreto
de treinta años después, Juan, el amante, regresa para compartido durante muchos años. «Dólar» y «dolor»
recuperar no solo su amor perdido, sino también su están unidos por escrito, como uno de los temas de Te
dólar. Aunque esta novela, como han comentado sus di la vida entera y, en cierto sentido, están unidos en la
muchos lectores, tiene más protagonistas polémicos que propia escritura de esta obra. Al igual que la novela
este dólar oculto —su humor, sus obscenidades, su anterior de Zoe Valdés, La nada cotidiana,8 esta proyecta
antagonismo hacia el sistema político cubano—, quiero un «dolor» cubano que, dado que circula en mercados
conceder el estrellato al billete, al menos brevemente. editoriales fuera del país, en cierto nivel se intercambia
Porque no se trata de un dólar corriente: lleva escrita la por dinero no cubano.
clave de una cuenta bancaria secreta y, por ende, no Deseo explorar más cabalmente esta relación
solo la del futuro de Juan, sino la de una relación entre contextual entre la escritura y el dinero, o entre lo que
escritura y dinero, inconmensurablemente rentable. se escribe y dónde se lee, como un elemento de
En un primer nivel, el dólar escrito ha perdido el perplejidad en la literatura de ficción escrita dentro de
valor que oficialmente lleva impreso, porque un billete Cuba. A pesar del origen político de Te di la vida entera,
pintarrajeado deja de ser moneda de curso legal en los la novela anticipa algunos de los conflictos que la
Estados Unidos. Sin embargo, al escribir la clave en él, literatura de ficción cubana encararía desde mediados
Juan se asegurará una ganancia muy superior a la de un de los años 90. La siguiente parada en este examen es
mero dólar. En Money, Language and Thought, Marc Shell la publicación por Casa de las Américas de un libro de
afirma que un billete es necesariamente representativo, cuentos de Ronaldo Menéndez, en 1997. La cultura
siempre disfrazado como algo más que el papel que cubana, en ese momento, fue centro de creciente interés
es.6 El de Juan es una representación por excelencia: comercial fuera del país y, aunque esta curiosidad no
vale mucho más de lo que anuncia, porque el garabato había alcanzado las dimensiones que tendría uno o dos
superpuesto le permite denotar mucho más de lo que años después —cuando el CD de Ry Cooder, Buena
él mismo es, al brindar el acceso a miles de su propia Vista Social Club (1997), se presentó como película en
especie. En un nivel más allá de la trama —algo cada 1999, para dar uno de los muchos ejemplos posibles—,
vez más importante en el examen de la literatura de de todos modos se respiraba en el ambiente. Se comenzaba
ficción contemporánea—, el dólar de Te di la vida entera a hablar, en la prensa española, latinoamericana y luego
dramatiza las posibilidades de escribir en el dinero, o cubana, de un «nuevo boom cubano», que seguía a uno
de codificar la escritura de modo que produzca mayor en el turismo y que, en muchos sentidos, imitaba
ganancias financieras. las estructuras de deseo del turismo.9 Agentes y editores
Una escena posterior de la novela revela más sobre extranjeros tenían un interés visible en Cuba y buscaban
la escritura codificada y la codificación de esta. Poniendo manuscritos inéditos que publicar y promover en sus
en primer plano no solo el dólar perdido, sino los dos países. Después de una década que comenzó con una
amantes, por primera vez desde su separación, se emplea crisis en la industria editorial nacional, había nuevas
un sencillo juego de palabras para convertir la relación oportunidades de que los escritores cubanos lograran
entre la escritura y el dinero en otra: la de lo nacional y contratos editoriales pagados, además, en moneda dura.

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Estas oportunidades llegaron, sin embargo, con angustia momento de su primera traición, y cuyo verde imagina
contingente —expresada en público y en privado—, obsesivamente en encuentros posteriores («alfombra
según cambiaban los parámetros para escribir y publicar. verde y dinero verde, pantalón azul blue jean, amiga
La integridad del escritor enfrentaba las demandas de verde»13), inicia una segunda aventura amorosa.
un mercado desconocido, pero que se sabía deseoso; Una consecuencia de esta duplicidad es un conflicto
un temor persistente es que, en este nuevo contexto profundo e irrecuperable en las relaciones domésticas,
mercantil, escribir se convirtiera en lo que Rafael de cuando el hombre se siente culpable por haber
Águila llamó «un séptico flirteo para agradar a una casa engañado a su esposa. Además, engaña también a su
editora extranjera y llenarse las tripas».10 amante, no en amores, sino financieramente, al robarle
Como anticipando este «nuevo boom» y sus treinta dólares de la mesa de noche que, a pesar de sus
descontentos, la palabra money, escrita en inglés, resuena mejores esfuerzos, no logra convencerse de que son
en las páginas de El derecho al pataleo de los ahorcados, de suyos. Su dudosa autorredención en este punto es
Ronaldo Menéndez: es el título de un cuento sobre el ponerse de parte de su esposa cuando esta toma
intento frustrado de una joven pareja de viajar a venganza de la amante: «halla más o menos justificado
México. El título es profético: «Money» está ubicado su proceder con arreglo al fin y en detrimiento de los
dentro de un libro (el de Menéndez), en un cuento que medios, y sobre todo, estimulado por la venganza
trata sobre dinero escondido en un libro, de modo indirecta que su mujer ejerce sobre su amante, siendo
que este —un texto especialmente subido de tono— él su más dudoso instrumento».14 Cuando, al final, intenta
se convierte en cubierta de dólares. A diferencia del convencer a la esposa de que los dólares robados eran
billete de El acoso, aquí la escritura sobre el dinero no suyos, recibe expresiones airadas de esta y de su amante.
deja dudas sobre su significado: la pareja necesita mil Entonces decide aceptar que no puede haber happy end
cien dólares para el viaje, pero cuando, con gran agonía, para un doble juego tal. Este final, en última instancia
cuenta los billetes, descubre que han desaparecido treinta infeliz, provocado por los dólares, se presta a una
dólares. El hombre intenta desesperadamente reordenar alegoría más amplia sobre el trastorno que puede traer
los billetes en pilas según su denominación, esperando la doble moneda a la escena doméstica.
que configuraciones físicas diferentes revelen un error Y, sin embargo, no es meramente el hogar o la
de su parte. Pero su intento de acercarse al dinero como relación monógama la que se hace astillas bajo la tensión
materia y no como significado se ve derrotado de de estos dólares; en una potente metáfora de las
inmediato por lo que aparece escrito en los billetes. No ansiedades autorales en años venideros, el dinero se
puede hacer que denoten algo diferente: precisamente imagina entre las páginas de un libro, asegurando así su
por lo que llevan escrito, debido a la relación de la proximidad a la escritura y a la producción literaria.
escritura con el dinero que Marx señalaba, «hacen un Antes de que se perdiera, el dinero se había conservado
total redondo, ineludible, de mil setenta dólares».11 Esta «para mayor seguridad» dentro de un libro cuyo título
historia, que comienza por reinscribir la inseparabilidad se trasmite en clave. Su autor se llama Reinaldo Arenas,
de la escritura y del dinero, lleva esa relación a un pero solo leyendo entre líneas —«tras nombrar el libro
contexto más amplio de lo que en un momento se ambos se derrumban como si acabaran de comprobar
llama un best-seller literario.12 Ubicado en julio de 1994, el resultado positivo de un análisis sobre el SIDA» y «se
el cuento sigue de cerca la legalización del dólar como resignan antes que anochezca definitivamente y puedan
moneda de curso legal en el país; un cambio económico dormir»— podemos suponer que se trata de Antes que
que facilitaría los posteriores booms del turismo y la anochezca.15
edición. Leído en retrospectiva, «Money» es tanto un Cuando la pareja recupera el libro, el dinero no está
síntoma como una expresión de una profunda allí, pero las expectativas de que pudiera estar —o, de
desconfianza hacia el dólar estadounidense, que había hecho, de que debiera estar— conducen a una serie de
surgido de los bajos fondos del mercado negro y asociaciones que trazan especulativamente un curso para
asumiría un papel cada vez más importante en la vida la literatura en un mercado cada vez más orientado
y las letras cubanas. hacia el dólar. Primero: el hombre piensa en vender el
Tras haber aceptado que lo que aparece escrito en libro, asegurándole a su esposa que, en un mercado
los dólares es lo que estos valen, el protagonista de donde la obra de Arenas está prohibida, «es un best
«Money» acomete la tarea de buscar los dólares seller por el que me darán los treinta dólares». Las
perdidos. Esta búsqueda lo conduce a una duplicidad ganancias potenciales de este best seller pronto se
que parece reflejar, en cierta forma, la de la doble multiplican, sin embargo, según el libro es lanzado
moneda. Él descubre que hay apenas un pequeño provisionalmente fuera del mercado doméstico. Es
cambio conceptual entre doble moneda y doble moral. cuando «lo lanza sobre el agua: mar gigante, azul, abierto
Inspirado por los dólares que tiene en el bolsillo en el y pretendidamente democrático para los locos que se

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Billetes buenos y falsos. El dinero en la reciente narrativa cubana

Los cambios en el significado del dinero invocan, pero no


resuelven, el curso que pudiera aún tomar la relación entre
la escritura y el dinero, entre la literatura cubana y los
lectores no cubanos y, en términos todavía más amplios, entre
la producción literaria nacional y el mercado extranjero.

tiran en balsa y dejan las palmeras atrás»,16 que Antes que cubana reciente y de su circulación en mercados no
anochezca aparece ante el hombre no como un best seller cubanos. Si el turismo en general, y el boom turístico de
de treinta dólares, sino como una suma incalculable de Cuba en particular, se basa en gran medida en un deseo
dinero: «saca el libro de Reinaldo Arenas y lo manosea de ver en acción lo que se desconoce, y que de otro
como quien manosea un fajo de billetes». En estos modo resulta inaccesible, este boom y su contrapartida
papeles escritos, que se convierten tanto en literatura literaria convergen, en cierta medida, en la posición del
como en sumas incalculables de dinero, están, creo, tanto voyeur. El turista y el lector adoptan una pose similar.
la visión anticipada como la preocupación en relación Mientras el turista es una figura que aparece con
con lo que la literatura cubana —y, sobre todo, la frecuencia creciente en la ficción, como se evidencia en
literatura íntima y autorreveladora como la de la las lecturas de Víctor Fowler, en el capítulo «Misteriosa
autobiografía de Arenas— valdrá en un mercado más corporalidad» de sus Historias del cuerpo, el voyeur es tal
amplio. vez la forma más espectral de encarnar en un texto la
Cuando se escribió «Money», por supuesto, no había relación de la ficción con sus lectores, de la escritura
forma de saber hasta qué punto Julian Schnabel, con con el dinero.
su filme Before Night Falls, convertiría en best seller Esta forma de apreciar al voyeur es sobremanera
internacional a Antes que anochezca, al rescatar verosímil en la literatura cubana de ficción, cuyos lectores
magnánimamente a Arenas para un mundo en que, y mercados, como los anticipados cuando el
como Jacqueline Loss ha apuntado, se suponía protagonista de Menéndez lanza el libro de Arenas de
desconocido. 17 Tampoco, como he dicho, podía su circuito doméstico al mar, se encuentran, sobre todo,
preverse en ese momento la medida del interés fuera del país. La obra de Pedro Juan Gutiérrez, por
comercial en la literatura cubana al terminar la década, ejemplo, está repleta de voyeurs —que miran, desean y
pero de todos modos, en este cuento puede verse la disfrutan desde escondites más o menos ocultos— y
semilla de una relación que ganaría en importancia. Al aunque se presentan como residentes de un barrio en
convertir el libro en cubierta y pre-texto del dinero, y al Centro Habana, unidos en sus hambres insatisfechas,
visualizar sus páginas como fajos de billetes en el detrás de ellos está, al menos en un nivel interpretativo,
momento en que el libro pasa de un espacio interno a otra figura que desea: el lector. Comenzando con Trilogía
uno más amplio, el cuento de Menéndez anticipa una sucia de La Habana, casi todas las novelas de Gutiérrez
relación concreta de intercambio entre la escritura y el se han publicado fuera de Cuba, de modo que sus
dinero, en la que aquella es cubana y el dinero viene de voyeurs, y tal vez también otros, frecuentan y suponen a
afuera. un tiempo una literatura nacional que se sabe observada
Ulteriormente, esta relación se explora y se desde afuera. Esta relación entre obser vado y
personaliza como la existente entre el texto y el lector, observador, o entre representación y voyeur, constituye
en una figura que aparece con frecuencia en la literatura una reconfiguración, a mi entender, de la relación entre
de ficción de años posteriores: la del voyeur. Aunque el la escritura y el dinero, y entre lo nacional y lo extranjero,
ensayo de Nara Araújo «Erizar y divertir»18 llama la que la historia de Menéndez prefigura de modo tan
atención sobre esta figura en la obra de Ena Lucía conmovedor.
Portela, esta muestra el rostro en forma ubicua en la Para volver a la escritura como creadora y
narrativa de Abilio Estévez, Pedro de Jesús y Anna constructora del dinero, en el sentido de Marx, y a las
Lidia Vega Serova, por nombrar solo a unos pocos. inscripciones codificadas que en Te di la vida entera y
Desde hace mucho, el voyeur ha sido muy productivo «Money» producen un exceso de valor en lugar de la
como personaje y metáfora. La figuración del deseo falsificación de El acoso, deseo pasar a Catálogo de mascotas,
encubierto y la gratificación visual pudiera llevarnos en de Anna Lidia Vega Serova, publicado también en La
muchas direcciones, pero creo que, como analogía Habana, en 1998.19 Un cuento de esta colección, «La
invocada con frecuencia para el acto de la lectura, resulta encomienda», reitera las preocupaciones y motivos de
especialmente provocativo en el contexto de la literatura «Money», de Menéndez, desde una perspectiva más

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Esther Whitfield
femenina, al menos desde el punto de vista espacial, ya respuesta es brutal; por más que el dinero trata de
que la narración completa se desarrolla dentro del transformar en objetos a los cuerpos, la clave de los
intercambios está en manos de quien mantiene el control
hogar.20 El espacio se ve penetrado inesperadamente de la representación y, en consecuencia, hace de la identidad
por un regalo de quinientos dólares, lo cual lleva a una un acto performativo de la libertad interior.24
ruptura entre la protagonista y su marido, ya que ella
insiste en esconderle el dinero. Las inscripciones en los Solo añadiría, brevemente, una tercera consideración:
billetes se interpretan, una vez más, por lo que dicen... y el concepto de «representación» debiera llevarnos no
nuevamente producen un excedente de significados solo al espectáculo, y a la producción del texto, sino
ulteriores, que llevan al borde de la crisis a la mujer, también a lo que se permite que signifique lo que se
quien trata de vivir con lo que significan. Uno de los escribe en el dinero, a las inscripciones concretas de
escondites que escoge para el dinero son las páginas de los dólares en el cuento. Aunque la mujer ve con
un libro —Dumas en este caso—, de modo que, de claridad lo que está inscrito en el dinero y no tiene
nuevo, la escritura y el dinero se colocan en una relación dudas sobre su valor en el sistema económico
concreta, uno como tapadera del otro, y escribir un imperante, insiste en que para ella, o a su manera de
libro y producir ganancias financieras se encuentran en ver, el billete es falso. Se niega a aceptarlo, como
el mismo espacio físico y conceptual. Estrella no acepta el billete de ojos dormidos en El
Esta historia pudiera tener un final feliz —Víctor acoso después que la engañó una vez. De hecho, como
Fowler insiste en «la utopía implícita del final»,21 cuando propone Fowler, la inscripción —sea one dollar o twenty
se comparten el secreto y el dinero—, pero la ruptura, dollars— aspira al dominio, e intenta apoyar la
como la de «Money», se cierra con menos facilidad y correlación entre el dinero y el cuerpo, pero se ve
sus cicatrices deben permanecer al menos en subtexto. frustrado.
No ocurre así, sin embargo, en otro cuento de la misma De «Billetes falsos» y del ensayo en última instancia
colección y en la lectura más reciente que de él hace esperanzador de Fowler, pudiéramos inferir que
Fowler. «Billetes falsos» recrea el tema de la falsificación, también debiera rechazarse una correlación ulterior
ya que repite, en su propio título, palabras claves de El entre el dinero y la producción literaria. Y leer Te di la
acoso. Aquí, el dinero se convierte necesariamente en vida entera a la luz de la «falsificación del billete», de
impostor, con independencia de cómo se inscriba, Vega Serova, si el dólar resulta falso, ni el billete
puesto que el cuento relata una escapatoria de la vastamente automultiplicador de Juan ni el intercambio
dominación en que el dinero pudiera mantener tanto a dólar-dolor que supone —esencialmente el
la escritura como al espacio doméstico. La trama es la intercambio que se frustra en «Billetes falsos» y que
siguiente: una mujer encuentra una billetera en la calle, pudiera brindar un modelo más amplio para la
la abre y no tiene dudas de lo que contiene y de lo que escritura en Cuba— pueden conservar su validez.
pudiera significar para ella: «Se trataba de un estuche Leyendo el cuento de Menéndez junto a «Billetes
plástico con dinero. Mucho dinero. En billetes de a falsos», si la escritura pierde su vínculo con la
cien. ¡Dólares!».22 multiplicación de dinero, y si un libro no se maneja
Y, sin embargo, a pesar de «todas las cosas que pudo como «un fajo de billetes», no hay código al que la
haber comprado con tanto dinero», devuelve la billetera escritura pueda o deba suscribirse, y no hay sistema
a su dueño. Este es el inicio de una revaluación del que sostenga el best seller. La reformulación del billete
dinero, que toma giros crecientemente dramáticos: falso —de los «billetes falsos» de El acoso a «Billetes
primero, el hombre que había perdido la billetera le falsos» de Vega Serova— constituye, como apunta
ofrece veinte dólares de recompensa que ella acepta a Fowler, un acto de liberación, aunque, según hemos
regañadientes, pero eleva la recompensa a cuarenta si visto, esta no es la única forma de leer el dólar en la
acepta realizar un acto sexual ante él. Sintiendo lástima ficción de su tiempo y existe inestabilidad suficiente
por ese hombre, «tan solo, tan falto de afecto, tan en la representación de esta cifra para que persista la
abandonado», acepta y le da más de lo que este incertidumbre de su condición. Los cambios en el
esperaba. No obstante, cuando llega el momento del significado del dinero, entre los cuentos de Menéndez
pago, la mujer se retracta: «—No quiero tu dinero y Vega Serova, y dentro del propio Catálogo de mascotas,
—contestó sin volverse— cómprate una puta».23 Fowler invocan, pero no resuelven, el curso que pudiera aún
lee este cuento en función de un «suplemento femenino» tomar la relación entre la escritura y el dinero, entre la
que toma el control de los medios de representación y literatura cubana y los lectores no cubanos y, en
su análisis final es exigente en lo referido a la devaluación términos todavía más amplios, entre la producción
del dinero: literaria nacional y el mercado extranjero.
Si tomamos el relato como respuesta o emblema, de eso que
no se dice y que son el dinero y lo extranjero, es claro que la Traducción: María Teresa Ortega Sastriques.

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Billetes buenos y falsos. El dinero en la reciente narrativa cubana
Notas 10. Rafael de Águila, «¿Pathos o marketing?», El Caimán Barbudo,
n. 31, La Habana, 1998, p. 3.
1. «Los personajes de El acoso, el terrorista perseguido, el taquillero 11. Ronaldo Menéndez, El derecho al pataleo de los ahorcados, Casa de
y Estrella, son voraces lectores e intérpretes de textos y signos, y las Américas, La Habana, 1997, p. 63.
casi siempre intentan leer sus propias vidas a la luz de ellos. Es
menester aclarar que no son lectores especialmente buenos, aunque 12. Ibídem, p. 75.
a veces es el propio texto el que resulta ser en cierta forma ilegítimo». 13. Ibídem, p. 68.
Stephen Boldy, «Making Sense of El Acoso», The Modern Language
Review, n. 85, Exeter, Inglaterra, julio de 1990, p. 614. 14. Ibídem, p. 73.
2. —Además, pasaba billetes falsos —dijo el taquillero, mostrando 15. Reinaldo Arenas, Antes que anochezca, Tusquets, Barcelona, 1992.
el billete del General con los ojos dormidos./ —Démelo —dijo el 16. Ronaldo Menéndez, ob. cit., p. 75.
policía, viendo que era bueno—: «Se hará constar en el acta». (Alejo
Carpentier, El acoso, Seix Barral, Barcelona, 1987, p. 160). 17. Jacqueline Loss, «Global Arenas: Narrative and Filmic
Translations of Identity», Nepantla: Views from South, n. 4.2, julio
3. Partes de este trabajo se presentaron en la conferencia «Cuba: de 2003.
One Hundred Years of Independence. A Century of Literature»,
celebrada en la Universidad de Yale, el 5 de octubre de 2002. 18. Nara Araújo, «Erizar y divertir: la poética de Ena Lucía Portela»,
Cuban Studies, n. 32, Pittsburgh, 2001, pp. 55-73.
4. Zoe Valdés, Te di la vida entera, Planeta, Barcelona, 1996.
19. Anna Lidia Vega Serova, Catálogo de mascotas, Letras Cubanas,
5. Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres, Seix Barral, Barcelona, La Habana, 1998.
1983.
20. Para un examen de los significados del espacio interior en la
6. Véase Marc Shell, Money, Language and Thought: Literary and escritura de la mujer contemporánea, véase Nara Araújo, «El espacio
Philosophical Economies from the Medieval to the Modern Era, Johns otro en la escritura de las (novísimas) narradoras cubanas», Temas,
Hopkins University Press, Baltimore y Londres, 1993. n. 16-17, La Habana, octubre de 1998-junio de 1999, pp. 212-7.
7. Zoe Valdés, ob. cit., p. 236. 21. Víctor Fowler, Historias del cuerpo, Letras Cubanas, La Habana,
8. Zoe Valdés, La nada cotidiana, Emecé, Barcelona, 1995. 2001, p. 344.
9. Este «nuevo boom cubano» —evidentemente una alusión al boom 22. Anna Lidia Vega Serova, ob. cit., p. 128.
de los 60— se menciona en varios artículos y reseñas de 1997. En 23. Ibídem, p. 133.
ese año, Rubén Cortés confirma en Crónica que «luego de cuatro
décadas publicando dentro y casi exclusivamente para la isla, los 24. Víctor Fowler, ob. cit., p. 345.
escritores cubanos asaltan las librerías de España y América Latina
para destapar un Boom de la literatura cubana» («La buena salud de
las letras cubanas», Crónica, México, DF, 21 de febrero de 1998).
Ese mismo año, Amelia Castilla y Mauricio Vicent hablan en El País
de «La explosión literaria de La Habana» (El País, Madrid, 29 de
diciembre de 1997, p. 27), y el título del artículo, de 1999, de Omar
Perdomo, aparecido en Granma International, es «Cuban Novel Boom»
(http://www.granma.cu/1999/ingles/febrero3/6feb11i.html, La
Habana, 6 de febrero de 1999). ©
, 2003.

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