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t Los origenes ‘de las civilizaciones americanas geEnrique Hardoy Giudades Precolombinas El dios constructor contra el destructor. Una lucha eterma, que munca casa, que cons tantemente va formando y transformando al mundo, que domina la naturatezs y deter- mina la existencia del hombre.” Paul Westheim (Arte antiguo de México) “1 Los origenes de ls civlizaciones americanas La evolucién de las civilizaciones indigenas de América terminé abruptamente ten manos de la primera generacién de conquistadores espaftoles que llegaron al Continente.! De esta forma concluyé un proceso sobre cuyas posibilidades sola mente podemos especular, A mediados del siglo XVI decay6 el gran impulso ini- cif de 1a conquista espafiola cuando ya habia comenzado la primera etapa de la Colonizacién. Sobre las ruinas de las ciudades y aldeas indigenas, en las bahias as protegidas de Is costa o cerca de las desembocaduras de los rios, en los vax Tes no muy elevados o en las planicies fértiles y de buen clima de Norte y Su damérica, aparecieron las primeras ciudades europeas como sellos inconfuridi- bles de una ocupacién que aspiraba a perdurar. Una nueva sociedad ocups el li- sar de la antigua, promoviendo valores que desconocfan las cultaras indgenas Junto alos vireyesy 1s oidores, «os obispos y predicadores, als aventureros, tos buscadores de oro y los encomendos,aparecieron las primeras preguntas ¢Quiénes cera esos seresinesperados y de costumbres extaas que poblaban ls selvas, las costs {las mesetas de un mundo recén descubierto? ,Cémo era posible que exstiesen en con~ {radiccion con las tradiciones biblicas y las teorias’‘cientficas de Ia Spoca? Eran acoso eres huimanes, descendian entonces de Adin? ,Cémo era posible que hubiesen alean~ ado un nivel de eivilizacién que en muchos aspectos y refinarsientos superaba To que hhabian visto en el Viejo Mundo la mayoria de los conquistadoces y adelantados? No tardaron en aparecer Jas primeras especulaciones sobre los origenes del hombre en América y ya en el afio 1590 el padre Acosta aseguré, como se probaris Iwoge acertadamente, que el hombre haba legedo a América ervzando las regiones fifas? Desde esta primera posicién se sucedieron muchas teorias y fenicios, cari Tin veaind vat dela segunda grea doin esl feta en alguna eae princpals el Cave, Sto saan oe pened princptes cilanonesndgeas eases nl otinente aeiano 3 cee aLineteipatea ptt vertamon que a atc go a eno en 152, inci en 1533 fo ‘Si uasea dela maya eal cash en 1582 la ech e 1538 He adoptado come fechas os a0, elupture dette ofeach y ae Casco a ards de Mri y Sopot 2th padre Jot de cat ue un sacedate ita que vi nas aun aise Prd durante sega Fee Saige at toot ure ior Natray Moral delaras que es uno deo atads com ‘Jorge Enrique Hardoy —* Giudades Precolombinas eos, cartagineses. egipcios, armenios, griegos, judfs, tértaros! viknigos y hi ‘monje budista chino fueron, para unos y otros, los primeros habitantes de América 'Y no falls quien, como Sarmiento de Gamboa hacia 1570, asegurase que en el afo 1520 ac. algunos habitantes europeos que poblaban una paste de la inmensa isla Addintica (la Atkintida), quedaron aislados como consecuencift de un diluvio, et sex- to, que anegs parte de Ia isla: “..y af se perdid el comercio y contrato de las gentes estas partes con las de Europa y Africa y otras partes, de tal manera que totalmente se perdiesa ln memoria della". (Sarmiento de Gamboa, 1947) Para Sarmiento de Gamboa, los atkinticos poblaron “Ios rics y poderosisimos reinos del Pint y contér- ‘minas provincias", y nada menos que Ulises y los griegos fugron los primeros en lle> sgar“a la tierra de Yucatdn y Campeche, tierra de Nueva Espatia, porque los desta tie ra tienen el trae, tocado y vestido grecesco de la naciéa de Ulises, y muchos voca- blos usan griegos y tenian letras griegas” (Sarmiento de Gamboa, 1947). Durante el siglo XIX se produjeron las primeras investigaciones metédicas La teoria que sostenfa el origen americano del hombre, planteada por Ameghino a fines del siglo pasido, fue paulatinamente rechazada ante Ta falta de evidencias de restos de homiaidos en el continente (Me Cown, 1950), ~ Los estudios prehistéricos en América, y particularmente én Norteamérica han progresado notablemente durante las iltimas décadas, No obstant, suele encon- trarse un cuadro confuso y con frecuencia irreconciliable. Los hielos que sefalaron. el Final del timo perfodo glacial retrocedieron hace unos 20.000 atios, y con pos terioridad, aprovechando condiciones geogrificas favorables, se produjeron las pri~ ‘meras migraciones asiticas hacia el continente americano. Es esta la posicién gene- ralmente aceptada por la mayoria de los arqueblogos, que quedaria respaldada por la total ausencia de esqueletos, entre los descubiertos hasta ahora, que puedan ser da- tados coa anterioridad a unos 20.000 afios atrSs. Con todo, “anted(de esa época, ¥2- riedades relacionadas existian en el este de Asia” (Stewart, 1960)'y en varios sitios de California, como en uno de la ila de Santa Rosa, ubicada’a 70 Kitetros de la costa occidental de los Estados Unidos, y en otro conocido con el nombre de Texas Street, eerea de San Diego, se han encontrado evidencias de la presencia del hom- bre hace 20,000 y 35.000 afios respectivamente (Sellard, 1960). Fue iniciado entonces el poblamiento de América en la época postglacial 0 pudicron penetrar los primeros grupos migratorios durante el dlimo interglacial? {LQUE nivel tEenico tenias esos cazadores, qué los impuls6 a movilizarse y a pene- tear en un vasisimo y variado territorio? El nuevo cuadro de la prehistoria america se snr de Seon Carls ou (1850 Prd Prahpico da Hae renee (950, y Lar orgenet oe ombve americno de au Rive (960, 0 1. Los origenes de las cvilzaciones air Hil 1a, dice Menghin, es mucho més complicado* y por muchos ios se segs espe cculando sobee la influencia y antigiedad de las primeras migeaciones al (Vii Be EERE aaa 3 pobladores del condnente americano legaron airavesando el estecho de se Sur preigorian buon sido feducidos grupos de caradorcspsseslOTe Ue OR aon Alaa tiguendo aos animales que es servsn de aliments, Los pe etn z inbereags al abasterimiente de grupos numerosos ai no balan sido sole Yel clan, el reducido nicleo semifamiliar, era la méxima agrupacién que p riitiyn Tos rumros del medio ambien. Carciendo de animales de earga se mov Hh Imes a pe, carga sobe sus espelda su propio equip Sin Gods les 1 (00 Cesaros muchos silos para recore el cootnene de un extemo a oo Hace unos 8.500 afts algunos grupos precerimnicos Hegaron haste Hi del continente.y ocuparon temporariamente algunas euevas en la costa det cio de Magallanes, Se han encontrado evideneias de sus marchas en los 2h fe California, Wyoming, Texas, Nuevo Mexico, Nebraska y os de los stad Unidos, en el valle central de México, en la cadena occidental de os Ar Jes pe ruanos, en el altiplano boliviano, en cuevas de ls sierras centrale de Ia... nha, en diferentes sitios del continence, unidas a veces a los huesos de | » yr des benias que coafitutse ov aliments. Casi todas las regione acces 160k Amétca eben ser records, temporsament spas, eae ye vametisoctpaist¢x un Icesuneprocediebtgueda ce las Conic 0g Naga ae near é Los pms bane guess, sons os eos de. ae so gaia en el note cel coatnet, fueron emp kaae ur por os nevo5 Irigramtes. A o larg de los vale longitudinale de Norteaméricey de lac sin del Pacifico comenz6 la primera gran exploracign del continents. Mientras las meron recoletaban las sels silvestre que encontraban cere de fas cuevas que les st Vian de bac, los hombres cacban ¥pesesban para bene at proteins qi nove: Sitban parnSobrevivi. Cuando en un puerto natuclcoineidan la pesca ab dante {pao de ls hemes on $0000 aor de asgceded y an as angus a. 162 SEO - esetare onal net ea ear eT eT es roe Enaue Hoey . Ciudades Precolombinas ‘ola existencia de mariscos con una fuente de agua dulee, el ‘grupo detenia su mar- oa xin aati ese fermi desarolioyeecion 2h yuna vide moms a pe ost, Los naeress monteos con es a ee inc egies ceo ha eae cn Ics del tos de conhas fs ns cess grupos connate Enpujados pox moe vr ign pr eis eas cn eS ES oe ee Pe ca (Mesounenea y Sudamica debe sui ee Sarton Hie Ts" ey Pips, 1958) Fs posible que en el valle de México convergiesen algfnas de las rutas migra tovas pean ss adelante, ya salvad esto de Tebuantpes lesan la ee fa Pouce por las posibiidades que ofreca para la pesca ia recolectign de seuicccn A pesar desu dfiuladese temo de Pana Gebi6 sere camino eles FerSe ulginoy grupos sin duda se habrin decidido por la mis aarosaatematva Sere aseaay Sage de isa en isla hasta penetar en el continents siamericano cl Megteo, Cay Tos grandes Hs i dtr ‘ reabritstrensones Ec 1 0 antes que Ta calidad del suslo, ios valles protegidos de las alti~ ci «4 con abundante pesea. Le agricultura tra atin desconocida y la cerdmica intl para grupos en continuo movimiento. Sui ‘Gusta se reducisia al asilado de la obsidiana y de otras piedra duras que les per~ snitiesen enftentar alos grandes animales hesbivoros que les servfan de alimento. Mints algo aropos se detenian, oy comnvaran 1 marcha hacia el ‘sur, acompafados de sus perros y envueltos en pieles, através de [os tierrasaltas del este sudamericano, hasta legar a la pampa, Luego, atravesariana Paiagonia a lo argo de su costa o de la-cordillera, alimentindose por el ‘camino dé guanacos y pe- rezovos, basta llegar a Tierra del Fuego. Otros habrén recomido, ta costa del océano Pacifico en oanoas, alimentindose de mariscos, péjaros y peces, vacilando ante las Iuvias el viento continuo que asolaban la dict toposrafia, hasta convergir en as ccucvas del estrecho o en las heladas islas de} sur (Bird, 1938). Grupos de cabeza Slargada marcharfan hacia el este, a raves de la selva interminable ¢ igual, sin la yea de elementos geogrificos que los decidiesen a detenerse, hasta llegar a Las se~ franfas del Brasil oriental, para dirigirse luego hacia el sur. De este modo, hace dos- Cientas cincuenta o treseientas generaciones, la primera gran exploracién de Améti- cca habia teeminado. Paulainament, fs ventas 0 desvent inados medio amientesfisicos, ¢ convert en fetoes os y progreso cultural 0 de nomadamo yExtancamiento. Ea los valls de Ia eras alias y 8 Tos fos meno- 2 4. Los ovigenes de las clizaclones americanas es donde 0 xg alguns de os grnées sistemas ieogrices de Ain os lugares de la costa donde un reducido curso de agua desemboca en el mar, aap sds de os gos) des rs donde la vegetcon cece cose les ¥ mia ves habitants de Amésc Ts Fecso si a par salar ssceiva cas de un poses il ae anata en las gandes cviiacinesiigeas. El valle cnal yl cos- a one eran alas de Oanaca Guster eas psn Oe a ps petwno-bolvian os ales vies de a ot Se eee roma ne uae ente oor si de antigua y DO} 1 pr lo sac ston Oca por senza CE cy gucamasin, Pore conto 1850 cs pix teen habe ido ms abundanes en tas eas temples y les ede Ibabeia bund a caza (Wiley y Pilis, 1959), Pero tral de México, en ios valle dela costa novte y central del Pent, y en algunas de ls reas mencionay dass einen muchos de fot acomesiminos pi ipales de las €pocas prehis ee Amie, Al ge desarolaonalgonas dels principales cule turas indigenes preclésicas y el mestizaje de la vida colonial. ‘Auin hoy, cuando los avances de la téenica permiten prescindit de la topogra- iy Ia cicneia amplia continvamente las posbidades de modifica e! medio sim- bene, algunos de fos sitios que habitaron las cultura precersmicas y preagricolas tie America continganecupados, ahora por las eiudades de una eivilizaciGn prosre~ ‘Jreamente indusiial. No todas las sociedades indigenas de Mesoamérica y Sudameé aie aleunziron la etapa urbanistica, Las que legaron a ella lo hicieron en zonas re Tativamentelimitadas de regiones particularmente propicias. La superficie ocupada por las civilizciones urbana y el teritorio sobre el cual tuvietor influencia fue muy reducido en comparaci6n con la inmensidad det contnente pero, demozrificamente, el porcentsje de la poblacidn indfgena que in- Seton fue seguramente superior al que vivia al mismo tempo bajo condiciones Ge orpadismo y seminomadismo. No quiero decir con esto que la mayorfa de los Hbrtantes de la elvilizaciones prehispnicas de América viviesen en condiciones preisamente urbans, hecho que no ocurg, sng seramentesefalar que I inuen- eres una forma de vida urbana con las caacterfstias ya enuncindas fects en ma- Goto menor grado aun porcealaje considerable de a poblacén indigen nclida en 12 fans sstadiadas en este trabajo, y seguramente las distingui deta forma de vi duesistente en ots éreas. Esta diferencia, en cuanto alas formas de vida practica- seas eas ocupadas por las prinipalescivilzaciones y en las reas periférica fos unis acentuada en el momento en que se produjo I conguista espaol y con to- a pried la brechaexstenteenre los ivcesteol6gics y de subsintencia que ca ssteron lo habitants de una y ova rea fue haciéndoseprogresivamente mis am- Mr eade mucho antes de comenza el periodo cisco en Mesoamerica y Sudamé- 8 Jorge Enrique Hardoy Gludades Precolombinas rica. En cambio, los habitantes de los territorios que actualmente constituyen Ia Ar~ gentina, el Uruguay y el Paraguay, y los del este y noroeste de! Brasil, salvo pocas texcepciones, no superaron el nivel de cazadores, pescadores y recolectores, vivien- do en grupos redueidos y en refusios tansportables 0 perecedegps. ‘Ou0s grupos de interior de Sudamérica no progresaron mis alla de un nivel en cl que la agricultra se alternaba con una vida semindmade, agrupsndose en bandas ‘que permanecian pocos alos en cada lugar, Cuando las tienras se cansaban 0 a caza desaparcea, el grupo se trasladaba a otro punto junto a la curva de alsin rio del Bra- sil, de los lanos de Venezuela o de Colombia, 0 el oriente del Peni, Ecuador 0 Boli via, Ciertas comunidades aleanzaron una aceptable especializatiGn y en esos casos ca- dda ibu preparaba canastos, cerimicas o canoas para intercambiar con otras tribys. "La aldea era la unidad social bisia y sus miembeos estaban por fo geiteral unidos por la- 20s de parentesco” (Benet y Bird, 1949), pero las continuas guerra, la pocaferilidad del sucio sometido periédicamente al desgastador sistema de roza® y una naturaleza {e proporciones inmensas para sus escasos recursos téenicos, les impidieron alcanzar ‘coneentraciones mds numerosas y el desurollo de una vida urbana CCaserfostranstorios organizados a lo lirgo de alguna calle o formando bs it~ cule, pequefas chozas individuales de planta circular diseminadas sin orden, 0 una ‘gran casa comin de hasta cincuenta metros de largo y diez de alt, fueron las maxi- mas expresiones del adelanto urbano de estos grupos seminémades. “Caracteristca de varios grupos en esta drea cultural es la gran casa comunal de, por ejemplo, 20 a 70 residentes (como entre los Yecuana y Guinan); las casas de Jos Tupar, junto al rio Guaporé, dicen haber cobljado hasta 35 familias. Una aldea tupinamba estaba formada por 4 a 8 viviendas cada una acomodando de 30 a 200 farniliss, Con fre- ccuencia una estructura tiniea, o un par de ellas, acomodaban a la poblacidn entera (en las aldeas a lo largo del rio Aiarf)” (Lowie, 1946). 4 Las aldeas tupinambas constituyeron una de las formas dé'egrupfriento mis cevolucionadas en las éreas de Sudamérica que no aleanzaron la etapa urbanistica y ‘sus amplias viviendas comunales, de planta rectangular y hasta 150 metros de largo, se ordenaban alrededor de una plaza civica y ceremonial (Metraux, 1948). Las al- ddeas estaban defendidas por una empalizada simple 0 doble, a veces reforzada me- iante fosos y lanzas clavadas en el suelo, como era también comin entre los gua~ ranies, Tampoco vivieon en ciudades las culturas indigenas de las Antils. Slo los tainos y canbes, entre los cuatro grupos culturales aborigenes conocides, practica- ‘5 Ee or sitar apc leo on Ardara or alo prohinirikog ete dows foe robablemenee alms leo, Comte x quem a vegeta de un Sata del bosqve qe reaMeh esas 4 Los ovigenes de las civilzacione ar andl ron una agricutura rudimentaria y vivieron en sencillas chozas de troncos y «alli agrupadas formando aldeas, que ubicaron en lugares naturales elevados y (cle te defendibles (Pichardo Moya, 1958). _ Las etapas de la evolucién urbana en Mesoamérica Los hombres dela épocattca dejaron rates de su paso en diversos s tose parcidos por todo el tertitorio de Mesoamérica, Rests des indostia Se ha eh Eonteado,asociados con los dela fauna entonces existent, en Ins euencs ide lop fios 3 lagos de los Estados mejicanos de Baja California, Chibualva, 1 maul pas y Durango y en las cuevas de Nueva Ledn, Cohuita y Tamaulipas: sitios fe los Batados de Gaanajusto y Jalisco han aparecido las evidencias de «is cu {uras precerdmicas de cazadoresy recoletores. Y ms al sur también,» blo tempeano de a conocida organizacin espacial que fue aie {cUa Eee de SG cpl da Varta un rectangles 40 on en do aaa ap rtrn) ona odo etcetera an aura de 3 pes A mets proximate “fonts (ruta, ba Sse 1958) 36 4. Los origenes de las civil aan ee ormnone nce er rosea cele Feticmerte venta hay so une defor rer nerton wn Msc de elec un orden ree sees eace esc ie ysis tensor sea juntos clisico’, Se a eealliyer ico de Teotinua- ‘can durante 10s dos primeros perfodos de su evolucién. Se trata de un ejemplo inmaduro, si se quiere,’pero que ya cuenta con los elementos y la organizacién de ls plazas que forman respectivamente los aceedos inmediatos a ly pirdmide de la Lina y la pitdmide del Sl en Teotihuacén, Esta disposici6n posiblemen te se haya repetido en oltos cenros eldsicos menores construidas en terrenos I nos, pero fue objeto de modificaciones considerables cuando los mismos wot hnuacanos emprendieron la construcci6n de la Ciudadela o cuando siglos después Tos toltecas proyectaron el centro de Tula {La orientacién tuvo una gran importancia en San Lorenzo y en La Venta, je norte-sut ligeramente inclinado en 8" al oest-del norte verdadero, determiné Cl alineamiento de la pirdmide, de las construcciones principales y de los-mont culos que simétricamente dispuestos delimitaron a las dos plazas." No creo. que ‘Tees Zapotes o atin La Venta fuesen ciudades como lo fue siglos después Teotihus- ‘cin, El sitio de La Venta, una isla de $00 a 600 hectireas rodeada de pantanos, ert inapropiado para una residencia permanente y tal vez fuese elegido para edificar tun centro ceremonial por su aislamiento (Drucker, Heizer y Squier, 1959). Las vi- ‘viendas, si es que algunas viviendas rodeaban estos, centros religiosos y cfvicos, ebierom ser simples chozas distribuidas sin mayor orden, |]x nae de orzo aj ia de obs pcp figura ea bog “tov cermanisles mesounancaner a oo anatads por MacGowan (Mac Gowan, 1945, 5 "Las etapas de la evolucisn urbana en Sudamérica Los aidos valles de la costa det Per som los que oftecen por ahora ld mejor informacin sobre las culturas peecermicas de Sudamérica. Como en un capitulo posterior me exten deré con mayor dealle sobre Ia evolucign de las cultura en un sector de la cost, ye peciticamente en un valle determinado, me limitaré por ahora a Bij las principales eta- pas de ta evolucida cultural en Sudamérica y las fechas lentes (Cuadro Eyoluein de las culturas de Mesoaunérica y Sudamérica. Bt peciodo preceriimico en la costa estd representado por una serie de hallazgos, algunos de los cuales, como ls de San Pero de Chicama, pertenecerfan al 6000.C. La ai el hombe peering deacon dre a dpe moras pr apis, ya gue se ha comprobado su permanencia en el valle de Nazea ‘hacia ef 4000 a.C. y también en la costa nore de Chile, Sin embargo las excavaciones realizadas recientemente en varias euevas vecinas al lago Lauricocha, cera de Tas na- ciontes del rio Maraién y a unos 4.000 metros de altura, dieron como resultado el ha- Mazgo de una industria lita muy primitiva que ha sido fechada entre el sexto y octavo milenio aC., aunque posiblemente se remonte a los comienzos del noveno milenio, Entre el cuarto y tercer milenio a.C. viva en los valles de la costa peruafiuna reciente poblacién pescadora y recolectora. La recoleccisn los lev6 a intentar Io pri- ‘eros sembrados hasta que finalmente la agricultura hizo su apacicién, primero en los Poblados valles de Ia costa nor, luego en Ios de la cesta central y su. Pero atin'desco- nocian la cerdmica, y el mafz.no se haba converido todavia en su base alimeaticia, Tam ‘Poco habfan acimaiado a la Hama que posiblemente habia sido domesticada desde mu- ‘ho dempo atris en la sieea Estos primitivos sudamericanos vivian, hacia el tercer milenio, en aldeasreducidas, semihundidas en la costa srenosa y no muy alejadas del mar. A pesar de que Ia agricultura les penmitia acumular ceservasalimenticas, las lternativas de los aos Iuviosos y secos les impedicia preseindir de otras fuentes productivas.!3 Se convirieton asten agricltores, Y en menor grado en pescadores y en tejedores de redes, en las que! aladlgy habia ya ‘eemplazado ls fibrs silvestre, en fabricanes de balsas de tovrasy de ies en hueso, sa eit pein 0 tuna vastay proba dispersén en ta sitra vor, ent su pss wna, coe ls Se Eancayo-fajay Huaeaele ka. eT ed {rump parvo santciiens que aves tune proporcones tastes. La corinta pean parece esparcey a tmpratra dl agus ana tupartce we apcarents, En Grae producen fecertes sis 4 40s onigenes de las civilizaciones.. mericary 2, en Ia siema central, moestanevidencas de ocupacin preerimice (Lumb as, 160) El precerémico de Viscatun en el deparamento de La Paz, Bolivia, es de ac no tha @ ‘ra Grisso, may anigno, mo también son ls hallazgoshechos por Rox Gov set: @) Pampa de Olsen en la provinia de Cérdoba, Argentina, de puntaslanceclad»peren ientes a una cultura precerémica denominada Ayampitin (Rex Gonzalez, 196 } © “ge a Raid orm prolong en cost nore del Per haste «mens cristina. Exists, pes, un parallismo en el tempo ente ls eoluc 6d a cults de Mesoamerica y de Sudaméfica hacia wna Forma de vida nrbana Eh ast sbomento del periodo formativo, a v2 baci principis del primer ten > ex ands pork costa norte y cet y or la sera nore del Pert un estilo at sco qc posblemente respondiese al auge de un detenminad culo gue econo oct nombre de Chavin debido a su aparemte centro de dispersién. El estilo Chain se vu. @ cuenta, con variants locales enna serie de vale de lacoaayen una époes yurcoin @) cide com os pimeros intenosconocides po aul nuevas plantas y por epee ‘obras de irigacién y construir grandes plataformnas que sirvieran de basamye lo a los @D templos © Los tltimos sigos del prectisico fueron de mayor abundancia gravis al de- Sacollo de une agriculture parcialmente basa. I inigasin yl int Scion gp de nuevos edzlantos en las artesanas y especialmente en la metalurgia. Co no von secvencia, aument6 considerablemente la poblacién en los vales de la cost. por lo meno en os dl seco aot y cental— 10 qe sffe6 en apriciin ch eva qy Aldeas y de nuevas formas de agrupamientos. El perio elssio tuvo una cin ‘ion conocida en los diferentes valles fluvales dela costa norte, central y su dei Pe- i, pero con la excepcisn del drea vecina al lago Titicaca, no se ha encontr do ain un florecimiento semejante ni en el altiplano peruano ni en as otras dreas d= Suda. anérica donde llegaron a desarollarse cultures utbanas. 2 Sin embargo, no todas las culturas clsicas de la costa del Peri conta on con la misma abundancia de recursos o aleanzaron el mismo nivel de vida urban: como tampoco tuvieron una evolucién demogréfica semejante 0 legaron a sobre alir en Js mismas artesanas. A medida que se desciende desde el norte hacia el sur: Io lar 0 de Ia costa del Per, siguiendo los restos de las euleuras elisicas, se nota n apa ‘ente descenso en los niveles de vida, En los valles de la costa nore, fos de 3s ros Chicazna y Lambayeque, del Moche, del Vint y otros, se construyeron grande obras de irsigacin y sus habitantes legaron a tener considerables superfcies bajo cilvo: aun las aldeas que ocuparon fueron aparentemente mas extensas y de una de sida eeeneaes “9 Tav Ads es conan Clea en Ta carta cera Pai on ao pareecenir eo bre-hain en ox ue enstionbasamentor ce tampor yer prams 1a say ew ot > Xj ae am A : iudades Precolombinas Jorge Enrique Hardoy sds elevada, las obras piiblicas de un volumen mas considerable,'y la especializa- via de leis sectores de la poblaciGn mis evident queen los vals de In costa svat sar En cambio, las concentraciones urbanas fueron préeticamente inex caer oe alles dela costa sur, o por lo menos no alancarog el desarollo que sos ue ln caraterisias dela époc clic ea cota norte Las razones de estas diferencias han sido anafizadas, en la medida de los rocimicaios existentes, en olfos captulos de este trabajo, y pareceran indicat Ia pre sencin en lo eosta port, de una sociedad centalizada y drigida pot una jerarghlt ae eeremonal, La creienteestratificacign de esta sciedacoinciid con el de cane ode una forma de vida progresivamente urbana ala paf que aumentaba la 66- pendencia de eropo especilizados, cada vez mis mumerososven Ja predccign Por Imacia de la gran masa de poblaci6n, “Todas as culturas de la costa, hayan pertenecido al sector norte, central 0 sur, se destacaron en la produccidn de textiles y cerdmicas y en 1a metairgica, sobsest- snaetigs aesanos de ciertos valle en determinadas epecializaciones, La cultera ‘Naven, por ejemplo, que se desaroll en {a costa sut del Peet, es generals in airige cate tas cultaras eldsicas por la calidad de sus exes y cerdmicas (Wey ¥ Phillips, 1958), pero no se tienen pruchas definitivas de que sus habtestes hays evenrsido eiudades, caracterstca ésta de todas la culturas clisicas de ta Américs ‘eligena, Los miembros dela cultura mochica qo se desaurlls en el valle do Motte 9 en otros valles de la egsta norte, sobresalieron también en 1s taba on vrpimice, pero fueron nics enel ate de trabajar los metas, habilidad esta que Por fece haber sido general entre las cultures cisicas de este sector. Elo ikimos afos han aparecido evidencas de un period isco en cieras reas el laplanoyexpesameate en len que bord al lgo Titlace por sus Los ete Gecidentl y sue Pucar, al note de Pato, y Tshwane en a sjsu del en, aoe in oupados durante in epoca cic, peo la elspa urbtsetca no et en ellos tan clvameste defini como en ia costa norte antes que eel atiplano y en amibas $ dora es ‘Nuevos estudios este sretas oublertene Hagan reroceder ls origenes dei perfodo clisico; en ls co cere Pe sjemplo, ls conienzos de la eleura Galinazo ban sido experiments re ce el siglo Vila. y la etapa tarda de a cultura mochica, también ‘lisica, habia ianséuido durante el siglo I aC. (Waehope, 1954), cot coincide con las nuevas fechas que se han obtenido €® 0 fo durante los ‘Tiahuianaco It se habria desa Taahuanaco, euyo period clisic 0 ‘rimeros siglos dela era ristans. A pesar dela informacion incompleta que se Po or el perodo clisico de Tiahuanaco no babria sido una continuacion directa de Ia SS eeemnes 1. Los origenes de las ciullizactones americanas cultura allt tee eon Pele a ae er Elude ane (bara rss 157) Fae Ser voto del oe ypesmilenent acon “Paralelsmo ents cltrasindigens os némaes que ecorreo de none a sur do Sector ang ipearass et Sor ee raat ‘ap fo ego el prio areico hasta comienos del format iblemente, _akingue co menor i contin ron duane el periodo clisico. Altora bien, jhe dinilrudes elturales que tavieron los pueblos més avanzados de Mesoaméica y ‘Sadamriea y el paralelismo evidente en las etapas de su desartolla, se debieron aca Sova ests migraciones espontineas,foeron una consecuencia de un intercambio or iganizado y continuo entre el norte y el sus, el resultado de ambas causas? ‘Si bien dfcles y extendidas, las comunicaciones por terra. 0 por mar no fueson imposible dante la entera evlucin de las cultura inigenas (Benet, 1951) ya que ‘novexistian barera infranqueables, Los contactos directos entre Ls euluras ce Ia costa “Je Guatemala y del Ecuador, alo largo de las rutas martimas, existieron desde el pero- Gorormativo (Coe, 1960), y no deben descartarse vinculaciones indirectas a través de as satus intenmedias menos avanzadas del noroeste de Sudamérica y de América Cen GAL Es indadable que los contacos existieron ya que las culruras indigenas de América tinea tanfos puntos en comin que es imposible no pensar en una base formativa dni. Pare las diferencias se acentuaron cuando las cultures aleanzaron su perfodo clisico, en parte favorecidas por la eecienteespecalizacin que desarollaron, pero fabién juste Freadas por factores geogricos props del coninenteamericano qu siempre actuaron {yactdan an en nuestos dias como causas de astamiento ‘Debio a estas razones las vinculaciones entre Mesoamérica y Sudamnérica no pudieron adquiir las caraterstcas de un comercio continuo y organizado, Sin “Jada tuvo eierta importancia el trueque de objetos de luo, el que posiblemente ts sansctuado como inezativo de viajes prolongados y peligroses, pero mucho més portant para el desarrollo de la cultures wrbanas de Amériea fue el inteream- bio de ideas y tSenicas que inevitablemente se produjo. CCuatguera haya sido el lugar lugares donde se aclimatd el maf y secutive por primera veel slgodon, el mani, la mandioca, fs files a pimientsy otras plantas b& cae ls climentacigne industria indigena desde la época preclisca es evident su d oso y popularidad en toda la América precofombina Sin embargo, lt papa, consumida ‘opulsrmenteen Sodamésica, casino fue conocda al norte de ko de Panama, ye 80 2 ela coa como estimate fue ecto en Amésca Cera incxsteneen Mesoané €a.Eleacao, en cambio, lizado come moneda y bin como bia vo un ea de

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