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El presente texto fue obtenido de:

Universidad de Pamplona. Facultad de estudios a distancia. Historia empresarial colombiana. Recuperado el 7 de agosto de 2015
de
http://modulosunipamplona.jimdo.com/app/download/6341366168/Historia+Empresarial+Colombiana.pdf?t=1346904800 pp
30-37

UNIDAD 2:
Empresarios Colombianos del Siglo XX
Descripción Temática

El relato de experiencias de vidas enriquecidas por el éxito empresarial, sirve para

desarrollar competencias cognitivas, analíticas, interpretativas y críticas que

permite alimentar el espíritu emprendedor.

Al analizar testimonios de quienes han sido ejemplo de liderazgo, en el mundo de

los negocios, en medio de factores macroeconómicos y sectoriales particulares, se

recurre a una forma abierta de aprovechar la experiencia de coterráneos en el

desarrollo de una mentalidad empresarial de larga trayectoria y con una

orientación clara que ha sabido conquistar el mercado local e internacional al

identificar su Core Business.

Hoy, muchos hablan de emprenderismo, de puesta en marcha de planes de

negocios, pero la verdad es que la mayoría de gente no se atreve a luchar por un

sueño empresarial. Lo primero que enseñan los empresarios, que sí han logrado

éxito, es que hay que saber capotear las crisis; crear empresa es un gran

experimento en construcción, que requiere tres valores que el mercado aprecia

infinitamente: eficiencia, eficacia y ética.

La pregunta que se hacen los observadores, cuando escuchan las historias de


vida de Luís Carlos Sarmiento Angulo, Julio Mario Santodomingo, Carlos Ardila

Lulle, María de Chávez, Gumercindo Gómez Caro, Adalberto Carvajal, entre otros

es: qué señales observó en el mercado?

Definitivamente, el reto empieza con el compromiso, bajo una filosofía que le

imprimen a la organización; en realidad, el talento y la capacidad empresarial del

colombiano han superado todas las pruebas. Los hombres de empresa buscan

aprovechar las oportunidades de conquistar mercados y crecer en ellos, sin que

quiera decir que el trabajo es fácil. Aprenden sobre los nichos de mercado para

ubicarse, crean ventajas diferenciales a los productos, están atentos a los

adelantos tecnológicos, implementan un excelente servicio al cliente, analizan

constantemente las variables económicas que puedan afectar el negocio.

Hasta este punto, hemos avanzado en algunos aspectos, sin embargo no se trata

de dejar de lado, la relación con los proveedores, el análisis de los canales de

distribución, el examen a la competencia, el estudio al consumidor. Una gran

lección, apostarle a la innovación en un mundo competitivo y abierto.


Ahora bien, el momento histórico en que se decide hacer empresa, también

hace necesario un estudio de tendencias; los factores de competitividad han

demostrado ser resultado de un componente esencial e impostergable: la

planeación estratégica. Al lado de ello, construir credibilidad exige ir más allá

de las recetas que aparecen en los libros de texto. Mostrar cómo está la

situación, especialmente cuando se enfrenta una crisis y plantear una estrategia

hacia adelante, constituye una prioridad en esa creación de valor para los

accionistas.

Más allá de las fronteras y de las distancias, independientemente del tamaño o

del tipo de negocio, los empresarios resaltan el manejo de la información como

factor clave de éxito. Hoy, más que nunca, se necesitan aliados estratégicos

que le ayuden a optimizar el conocimiento del mercado, con la mejor relación

costo- beneficio.

Paralelamente, se preguntan los observadores, ¿cómo saber cuándo ha llegado

el momento? En una década de frenético crecimiento (telecomunicaciones, alta

tecnología, etc.), hay grandes oportunidades y es la iniciativa la única posibilidad

de adjudicar al futuro empresario, un nuevo liderazgo en el mercado en un

entorno cada vez más competitivo.


Proceso de Información

2.1. . FIGURAS QUE DEJARON HUELLA EN EL MUNDO

EMPRESARIAL COLOMBIANO

El realizar el estudio de esta lección, le permitirá conocer la historia de vida de los

personajes de la vida nacional que se han destacado en el contexto local e

internacional.

En el artículo publicado en la Revista Dinero8: “De vuelta a la historia”, expone que

hay muchas razones para estudiar la historia de nuestras empresas, pero una de

ellas es más importante que las demás: porque da gusto hacerlo. La sensación se

parece al placer que sentimos cuando nos cae en las manos una buena novela.

Los elementos están ahí, con personajes de carácter fuerte y bien marcado,

episodios impredecibles y arriesgados, la fortuna que a veces acoge a los

protagonistas y otras los abandona, la sorpresa que espera a la vuelta de cada

página. Esto se lee como una novela, pero con el placer adicional de saber que

ocurrió de verdad y que, además, es nuestra propia historia, la historia de

Colombia…”

“Hay más razones para estudiar la historia empresarial. En el pasado están las

claves de nuestra identidad. En un momento, cuando la globalización se levanta

como una gran ola que amenaza con homogeneizarlo todo, una mirada a la

historia empresarial colombiana muestra que este país tiene unas raíces

profundas de trabajo, capacidad gestora e imaginación, de las cuales nos


debemos sentir orgullosos y a las que debemos volver.

Los empresarios colombianos y los inmigrantes que han construido empresa en el

país han sido capaces de levantar empresas después de haber resistido las

circunstancias más difíciles. Desde Chaid Neme, que vivió un duro fracaso en una

empresa de transporte de carga por el río Magdalena; hasta Colombina, que

soportó primero una inundación de su planta y luego un incendio; para llegar a

hombres como Pedro Gómez, que estuvo prácticamente quebrado después de

haber sido el gran innovador de la construcción en el país, los empresarios

colombianos han demostrado el coraje necesario para sobreponerse a la

adversidad. Ese espíritu es uno de los grandes activos con que cuenta Colombia

para enfrentar los retos que vienen.”

8
DINERO, Revista, septiembre 17 de 2004, Edición No. 214 páginas 44 - 49
“…En el aprendizaje que sale de la historia pueden estar las claves del futuro. Si

algo sorprende al examinar las historias empresariales es la extraordinaria fuerza

que tienen los rasgos fundacionales de una empresa, a pesar del tiempo. La

Nacional de Chocolates nació como una empresa orientada al mercadeo, décadas

antes de que esa palabra existiera. Desde un principio, mantuvo una estrategia de

búsqueda de segmentos específicos, con campañas en medios masivos hasta

contacto directo con los consumidores en sus casas. Estas estrategias le sirvieron

en las décadas del 20 y el 30 para extenderse fuera de Antioquia y hacia el resto

del país. Por su parte, Fuad Char se definió como un boticario amigo de los

clientes y creó una cultura empresarial en la cual el vínculo emotivo con el

consumidor se convirtió en la clave del crecimiento, mucho antes de que nadie

hablara de mercadeo relacional. Corona desarrolló una organización alrededor de

la capacidad para manejar la arcilla y la cerámica, y esta fuerza la llevó desde una

planta original en Caldas, población cercana a Medellín, hasta la compra en 2004

de una empresa que tenía el 8% del mercado de artefactos sanitarios en Estados

Unidos. Mucho antes que los teóricos de la estrategia hablaran del desarrollo de

capacidades, estas empresas habían generado una cultura de trabajo y una forma

de enfrentar problemas que les dieron individualidad y les permitieron superar

retos a lo largo de las décadas.”

“.. Quizás la lectura más apasionante es la que se refiere a los empresarios

originales que inventaron de la nada unas empresas que marcaron la historia del

país. Para que haya empresas se necesitan empresarios, personas dotadas con
visión de oportunidad, persistencia y audacia a toda prueba. Fernando Mazuera

llegó Bogotá a los 16 años, literalmente con $2 en el bolsillo. Pronto entendió que

esta era una sociedad cerrada para los recién llegados. Se le ocurrió entonces

aprender a jugar golf y a los 20 años ya había ganado 3 campeonatos nacionales;

armado con su habilidad para el golf y un talento innato para los negocios, logró

abrir una por una las puertas de los círculos más exclusivos. Llegó a ser alcalde

de la capital y uno de los hombres más ricos del país. No solo se necesita ser

imaginativo, sino también audaz y terco. Santiago Eder le dio a La Manuelita una

proyección sin igual cuando, en 1886, visitó en Hamburgo un ingenio que producía

azúcar blanca a partir de un proceso de centrifugado. Se propuso hacer lo mismo

en Colombia y finalmente lo logró, después de una aventura en la que la

fabricación de la maquinaria duró tres meses, el transporte de las máquinas desde

Glasgow hasta Buenaventura tomó 2 meses, y luego se emplearon 3 años para

llevar la maquinaria desde el puerto hasta Palmira. José Carulla Vidal abandonó

su despacho de comerciante y se lanzó a una aventura en el Amazonas, guiado

por un grupo de indígenas, buscando hacer fortuna con el caucho para salvar su

negocio en problemas. Chaid Neme se puso a producir autopartes en Colombia en

la década del 50, cuando en el país aún no había ensambladoras de automóviles.

En los años 60, Edmundo Esquenazi y Jimmy Mayer se propusieron producir en

Colombia los pisos de vinilo que habían visto en sus dormitorios como estudiantes

en MIT, y después de apalancarse en una deuda gigantesca crearon PAVCO y

dieron inicio a un grupo petroquímico de proyección internacional”.


“... Una constante en nuestra historia es la de los extranjeros que crearon

empresa. Aparte de algunos ejemplos ya mencionados como Carulla y Eder,

Colombia abrió sus puertas a extranjeros que generaron empresas de enorme

trascendencia, desde Leo Kopp (Bavaria), hasta Leo Feldsberg (Fruco). Pero

también hay muchos ejemplos de colombianos que viajaron a otros países para

alimentarse de ideas y visiones de otras latitudes. El éxito de Confecciones

Colombia con el Everfit se derivó de la idea de desarrollar en Colombia un

mercado masivo para los vestidos de hombre, tal como existía en Estados Unidos.

Carvajal tomó la idea de los directorios telefónicos y a partir de allí creó un negocio

que se convirtió en la punta de lanza de uno de los procesos de

internacionalización más exitosos ejecutados por una empresa colombiana. Luis

Eduardo Yepes viajó a Estados Unidos en 1928 y de allí trajo nuevas ideas para

presentar la mercancía en vitrinas de cristal, que les dieron un impulso decisivo a

los almacenes Ley y los llevó a alcanzar presencia nacional”.

“Ciertamente, no todo está en el empuje del empresario. A veces, se presentan

tendencias regionales o nacionales que permiten la generación de capital, una

condición necesaria para el surgimiento de nuevos negocios. La clave está en

saberlas aprovechar. En la historia de Colombia se han tenido varios episodios de

esta naturaleza, que demostraron ser decisivos para irrigar capital hacia nuevos

proyectos. La minería fue una primera fuente de acumulación de capital. La

minería de oro fue un componente crítico del desarrollo de Antioquia e irrigó la


riqueza que permitió el desarrollo de la industria textil. Para 1880, la mina El

Zancudo era la empresa más grande de Colombia. El tabaco cumplió un papel

similar, permitió que la colonización antioqueña se extendiera hacia el norte del

Tolima y abrió el desarrollo del río Magdalena como ruta de transporte. Hacia la

mitad del siglo XIX, hubo un momento cuando el tabaco de Ambalema producía el

50% de las divisas del país y el hacendado tabacalero Francisco Montoya

generaba la mitad de los ingresos tributarios. Más adelante, en el siglo XX, el café

se convirtió en una nueva fuente de generación de divisas que trajo riqueza y

permitió el desarrollo de regiones enteras”.

“..En diversas épocas de la historia se crearon circunstancias favorables para los

negocios a partir de decisiones políticas y de hechos que ocurrieron en el

escenario político. El proteccionismo y el desarrollo de infraestructura aplicados

por el general Rafael Reyes crearon un entorno de grandes oportunidades para

Manuelita, que se consolidó en esa época. En la Primera Guerra Mundial, Carvajal

aprovechó para ingresar en la producción de papeles rayados y otros artículos que

hasta ese momento se importaban. En los años 30, Fabricato aprovechó el

proteccionismo del gobierno de Enrique Olaya Herrera para expandirse. No todas

las empresas lograron aprovechar esas ventajas momentáneas para generar

modelos duraderos de desarrollo”


“La historia del crecimiento empresarial con frecuencia es la historia del

aprovechamiento paciente y ordenado de nuevas tendencias, que se toman el

escenario en forma gradual y poco espectacular. La integración del país a través

de las carreteras fue un paso necesario para la consolidación de muchas

empresas. Esta tendencia permitió la expansión de empresas tan diferentes como

Coltejer, en confecciones, y Argos, en cementos. El proceso tomó varias décadas

y, junto con las políticas proteccionistas posteriores a la Segunda Guerra Mundial,

creó las condiciones para el surgimiento de una economía de consumo de masas

moderna en Colombia… En los años 40, el Banco de Bogotá adelantó un proceso

de apertura de sucursales que le llevó a tener cobertura nacional. En los años 50

Fruco desarrolló la fórmula de su salsa de tomate y Everfit innovó con sus trajes

para hombre a menores precios”.

“Tener buen producto, capaz de satisfacer las necesidades del cliente, es solo una

parte de la explicación del éxito de un empresario. Para crecer y, sobre todo, para

perdurar, se necesita tener una buena estrategia, o mejor, se necesita la

capacidad de generar estrategias que se adapten a los cambios en el entorno que

inevitablemente vienen con el paso del tiempo. La oportunidad solo se materializa

si hay una buena ejecución de la estrategia. Cuando Leo Kopp creó la Cervecería

Alemana en 1889 tuvo un concepto de negocio claro: masificar el consumo de

cerveza, una bebida que hasta ese momento era disfrutada únicamente por las

clases privilegiadas. La ejecución del plan fue impecable. Fue la primera empresa

en Colombia que operó en un edificio especialmente diseñado para ese fin (en un
momento en que lo normal era que las fábricas se confundieran con las casas) y

también la primera que registró su marca en Hacienda, en 1889. Para 1896 ya

había avanzado en un proceso de integración vertical, con la construcción de una

fábrica para la producción de botellas, y se propuso una estrategia de

diferenciación por calidad frente a la competencia”.

“Cemento Argos fue otra empresa dotada de una determinación estratégica

surgida de una visión de largo plazo. Desde 1936, cuando fue creada, se propuso

tener presencia en regiones diferentes a Antioquia, donde estuvo su origen, al

involucrar inversionistas de cada una de las regiones. Esta diversificación le

permitió más adelante manejar mejor los riesgos que varios de sus competidores”.

“…En 1949 Gustavo Toro Quintero creó el Almacén Éxito, que revolucionó el

sector a partir de un modelo de negocio que salía de una visión sencilla: "comprar

bien para vender bien y pagar bien", un planteamiento de alta calidad a precios

bajos, respaldado por un excelente servicio al cliente, que fue una fórmula

ganadora. En cuanto a las droguerías, en los años 60 Olímpica revolucionó el

negocio con el concepto de que era posible ganar con bajos precios, bajos

márgenes y altos volúmenes. Por su parte, Fruco, una empresa de alimentos y

conservas, logró una posición única en el mercado a partir de un planteamiento

comercial, con una fórmula de calidad y sabor complementada por un dominio

ejemplar de los canales de distribución.


“Finalmente, un componente básico (a veces, subestimado) en la estrategia de

muchas de nuestras empresas más duraderas ha sido la decisión de mantenerse

actualizadas en tecnología. Como se mencionó antes, Manuelita mantuvo esta

filosofía desde su creación. Carvajal trajo al país la primera prensa litográfica y

también la primera prensa offset. Nacional de Chocolates adoptó el criterio de

mantener una alta calidad nutricional para sus productos desde un comienzo y ya

en 1927 trabajaba con un técnico suizo para desarrollar nuevos productos y

mantener la calidad. La constructora Ospinas llevaba su contabilidad en el

computador de la Universidad de los Andes, en el país solo había dos en ese

momento. El Banco de Bogotá trajo al país en 1929 al experto Harry E. Finey, para

establecer aquí los métodos de operación usados en Estados Unidos, que

reemplazaron los que practicaba desde 1870…”

2.2. Luís Carlos Sarmiento Angulo

Al banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, la fortuna no le llegó por azar. Con

esfuerzo su padre, Eduardo Sarmiento, explotando maderas en Maripí, Boyacá,

logró educar a sus hijos. Luis Carlos, construyó su fortuna a pulso, trabajando de

sol a sol. Comenzó en 1956 como maestro de obra, construyendo andenes para la

Alcaldía de Bogotá, y se graduó con honores como ingeniero civil en la


Universidad Nacional. Luego, adquirió unos terrenos en Bogotá que habían

pertenecido al millonario Pepe Sierra y se especializó en la construcción de

viviendas, hasta consolidar la urbanizadora que lleva su nombre. Su incursión en

el sector financiero comenzó con Las Villas; en 1972 adquirió el Banco de

Occidente, pero el gran salto lo dio en el gobierno Betancur, con la compra del

Banco de Bogotá. Este, junto con Las Villas, el Banco de Occidente, Ahorramás,

Porvenir y el Banco Popular, conformarían el Grupo Aval, reconocido grupo

económico en el sector financiero.

2.3. Carlos Ardila Lulle

Carlos Ardila Lulle, empieza su carrera haciendo pruebas de sabores para

gaseosas y termina manejando la industria nacional más grande del sector. Tiene

inversiones en sectores de bebidas, textiles y comunicaciones, entre otros. Ardila

Lulle es Ingeniero Civil de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de

Colombia, seccional Medellín. 1951 es el año de inicio de su carrera empresarial.

Tres décadas después consolidaría su organización empresarial, que al comenzar

el siglo XXI contaría con más de ochenta compañías que generan cerca de 40.000

empleos. La Organización Ardila Lulle es la mayor productora individual de azúcar

en el mundo, por medio de Incauca, además de producir el 60% de las gaseosas y


jugos que se consumen en el país y participar en el negocio de envases de

vidrio. Los Coches, concesionario de General Motors en Colombia, también

pertenece a la organización. Carlos Ardila Lulle ha sido investido con varias

condecoraciones, entre ellas, La Orden de Boyacá, en categoría de Gran

Cruz, la nacionalidad española, la Orden de la Democracia y exaltaciones por

parte de los municipios de Bucaramanga y Medellín, además del reconocimiento

de “El Empresario del Siglo XX", distinción otorgada por once decanos de las

principales Facultades de Administración de Empresas del país.

Entre sus principales empresas están: Postobón, RCN (radio y televisión),

Incauca, Ingenio Providencia, Los Coches, Sonolux, Peldar,

Coltefinanciera, entre otras

2.4. Julio Mario Santo Domingo

En una biografía no autorizada, Gerardo Reyes9 inicia definiéndolo como “Un

heredero seductor que multiplicó el conglomerado cervecero de su padre a

golpe de “Inversiones incestuosas”.

El imperio empresarial que nació en la década de los veinte y se extendió

durante el resto del siglo, pasó a manos de Julio Mario Santo Domingo a

finales de los años sesenta. Entre las empresas con las cuales contaría para la

época estarían: las aerolíneas Avianca, Sam y Helicol, la cadena de radio y


televisión Caracol, la ensambladora Sofasa (Renault), las cervezas Bavaria y

Aguila, la bebida Pony Malta, la revista Cromos, el diario El Espectador,

Aluminio Reynolds, Conalvidrios, Colseguros, los concentrados Finca, la

industria pesquera Vikingos, Banco de Santander, Coviajes, Pastas la Muñeca,

Petroquímica del Atlantico, entre otras.

9
REYES, Gerardo. “Los dueños de América Latina”. Páginas 275 – 300. (2003)

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