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Cuentan que cuando la mencionada mujer se veía muy sola, echaba a llorar con tanto
sentimiento que parecía una criatura. En otra ocasión dicen que don Miguel J. Egart a
quien llamaban cariñosamente el Zambo Egart se encontraba tomando licor en una
tienda y al verse mareado salió para irse a su casa y al pasar por el parque vio a una
señora sentada en una banca y para él fue todo un paraíso en esos momentos al
verse los dos solitos, Egart acercándose le preguntó a la señora ¿qué hacía allí?, y si
deseaba que la acompañara, empezando a llover los piropos y tantas cosas lindas por
el zambo Egart que le seguía enviando palabras amorosas. Llegando al tamarindo
rumbo a la Alameda y no la podía alcanzar y al darse cuenta adonde se dirigía nada
menos que al cementerio; el zambo Egart sacó su revólver y disparó cinco tiros a este
personaje invadido por un frío extraño, el valiente regresó decepcionado, levantándose
muy temprano para componer el cuerpo con un guaracazo de yonque, juntos con sus
amigos a quienes narró lo sucedido y ellos le informaron que era “La Viuda Alegre”.
Seguía la chupeta y las composturas de cuerpo en las madrugadas como de
costumbre; el macho Egart enfermó y no duró ni cuatro días más. Se fue en pos de la
viudita alegre. Y como la señora encontró su otro gil, se encuentra satisfecha y
dejando a los lechuzones hacer sus correrías sin estorbo.
LA CARRETA ENCANTADA
Según contaban algunos ferreñafanos, a media noche y hace muchos años salía una
carreta del cementerio y otros que salía de la pampa cercana al molino de Señor
Salcedo, en la que no se ha llegado a determinar es a quién o quienes jalaban la
carreta; algunos decían que era un caballo de color plomizo, otros que era una mula la
que jalaba la carreta, otros lo que los vieron es que sobre el animal iba un jinete
vestido de blanco y con varios, ocupantes llevando ramos de flores.
Este recorrido lo hacía por la calle Juana Bulnes de Castro, llegando a la calle Tres
Marías y en esta esquina descansaba unos minutos, para luego continuar por la calle
Real, ingresando nuevamente por la calle Juana Bulnes de Castro donde
desaparecían.
Y hay personas que vieron que ingresaba al parque para luego dirigirse a la Iglesia
donde bajaban los raros ocupantes para entrar al Templo y elevar sus plegarias al
Salvador, para luego dar una vuelta al Parque y dirigirse a su lugar de origen y
desaparecer misteriosamente. Según contaban que el objetivo de la salida de esta
carreta era para conseguir almas con las cuales obtenían su salvación en otro mundo;
es decir eran difuntos que venían a llevarse a todo aquel que se le cruzase en el
camino.
EL TESORO DE CHAPARRÍ
El Tesoro de Chaparrí
Por otro lado en la provincia de Cutervo, existía otro cerro llamado “Yanahuanca” que
siempre vivía en pleitos con Chaparrí debido a la existencia de grandes tesoros y
además deseaba a su bella esposa que era poseedora de grandes encantos.
Chaparrí, conducía a su pueblo por el camino del trabajo, del orden y armonía. Sus
habitantes eran nómades y en sus viajes por otros territorios, trajeron a estos lugares
semillas de yuca, maíz, maní y tabaco; planta ésta, cuyas hojas servían para la alzada;
ya que Chaparrí era brujo curandero y Yanahuanca era “malero”. Muchos viajeros de
aquellas épocas manifestaban haber visto sostener grandes luchas entre estos dos
cerros en noches de luna llena. Chaparrí transformado en toro con astas de oro y
Yanahuanca con astas de plata y en estas luchas siempre triunfaba Chaparrí.
En Huancabamba Dpto. de Piura, existe un lugar llamado “La huringa” y por estos
años vivía en este lugar un brujo de renombre apellidado “Tallanca” gran amigo de
Chaparrí, que llegó a enterarse de la traición de Yanahuanca y mediante sus artes
castigó al seductor y a sus pobladores con grandes sequías que afectaron la
agricultura en estos lugares. Cierta noche en que Tallanca se encontraba curando a un
enfermo y al tomar el brebaje, alcanzó a ver que desde al norte se acercaban hombres
extraños blancos cabalgando en briosos caballos. Eran las huestes de Francisco
Pizarro, que luego de haber conquistado Tumbes y Piura, viajaban hacia Cajamarca
en busca de Atahualpa y que al llegar al poblado de Túcume, un felinillo bautizado por
el cura Hermano de Luque le había puesto el nombre de Tinajas por haberlo
encontrado escondido en un tinajón. Este felinillo, que ya había aprendido el castellano
les comunicó a los españoles que no muy lejos de este lugar existía un cerro llamado
“Chaparrí” y que en él existía gran cantidad de oro.
LA APARICIÓN DE LA VIRGEN PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE TÚCUME
Cuenta la leyenda que hace muchos años el pueblo de Túcume no existía donde está
ubicado en la actualidad.
En el cerro Cueto, dos hermanitos pastoreaban siempre a sus ovejas. Cierto día se
encontraron con una señora muy hermosa. Ella les habló dulcemente, lavó sus rostros,
los secó y los peinó con su peine de oro. Al despedirse, la señora les pidió que no
dijeran a nadie de su presencia en el cerro. Así pasaron los días y los niños acudían al
encuentro de la hermosa señora, despidiéndose siempre de la misma manera.
Una tarde, de regreso a casa, los padres de los niños preguntaron quién los había
lavado y peinado. Al no recibir respuesta, decidieron seguirlos cuando salieran a
pastorear.
Cuál no sería su sorpresa, al descubrir que la hermosa señora, era nada menos que la
"Virgen de la Purísima Concepción". Después de ese asombroso hallazgo, el pueblo
llevó en procesión a la Virgen hasta la iglesia de Túcume viejo.
Al día siguiente fue a verla, pero no la encontraron en la iglesia. Todos fueron al cerro
Cueto y la encontraron nuevamente. Así por segunda vez fue llevada a la iglesia de
Túcume viejo. La virgen voló al cerro y de esa manera sucedió muchas veces más.
Finalmente, entendieron el mensaje de la Virgen y le hicieron una capilla en el cerro.
El texto que a continuación presentamos es una adaptación del texto original (1):
Naymlap y los Señores de Lambayeque
Cuentan los pobladores de Lambayeque que en tiempos tan antiguos que ya se perdió
la cuenta de cuantos fueron arribó de la parte suprema (2) del Perú a estas costas una
gran flota de balsas comandada por un gran señor, hombre de mucho valor y calidad
llamado Naymlap.
Viajaba acompañado por una numerosa comitiva que lo seguía con reverencia y
adoración como a gran caudillo. Estaba su esposa, llamada Ceterni, un numeroso
harén, cuarenta de sus más valientes capitanes, el trompetero oficial (uno de los
cargos más prestigiosos) llamado Pita Zofi, quien se encargaba de hacer sonar el
pututo(3), Ñinacola, encargado del cuidado del anda y trono de Naymlap, Ñinagintue,
encargado de la bebida, Fonga Sigde, quien tenía por misión esparcir polvo de
mullu(4) por donde pisaría su señor, Occhocalo, el cocinero, Xam Muchec quien
pintaba el rostro de Naymlap. Lo bañaba, adornaba y untaba con finas esencias,
Ollop-copoc. Tejía y bordaba para su señor y elaboraba camisas y mantas usando la
fina y complicada técnica de la aplicación con plumas de vivos colores Llapchiluli, muy
querido por su Señor Naymlap, además de una numerosa y casi incontable
muchedumbre.
Pasaron los años viviendo en paz, procrearon muchos hijos y nietos, construyeron
casas, labraron la tierra y le tomaron mucho cariño a su nuevo terruño. Pero el tiempo
no perdona y la muerte visita al gran Naymlap. Por temor a que no se entienda la
mortalidad del caudillo y Señor lo enterraron a escondidas y publicaron por todas
partes que con prodigioso poder se había convertido en ave y había volado lejos de
allí. Consternados y muy dolidos quedaron sus más cercanos y leales seguidores, los
que viajaron con él desde la parte suprema del Perú. No podían comprender por qué
su amado señor Naymlap los había abandonado. Presos de la desesperación no
dudaron en abandonar casa y familia, hijos, nietos, tierras y salieron apresuradamente,
sin guía ni orden, a buscar a Naymlap y se juraron no regresar hasta encontrarlo y
traerlo de regreso así tengan que ir hasta donde nadie había llegado. Nunca más se
supo de ellos.
Al irse en busca de Naymlap, al que creían desaparecido, todos los que vinieron con
él, quedó la tierra poblada sólo por los que habían nacido en ella. Lo sucedió a
Naymlap su hijo Cium, que se casó con una hermosa joven llamada Zolzoloñi y en ella
y otras mujeres tuvo doce hijos varones y cada uno de ellos fundó una numerosa
familia. Uno de ellos llamado Nor, se fue al valle de Cinto, otro llamado Cala al valle de
Túcume, otro más al valle de Collique y los demás a diversos lugares. Llapchillulli,
hombre muy cercano a Naymlap y que arribó a Lambayeque acompañándolo se mudó
al valle de Jayanca donde se asentó y enraizó.
Cium vivió muchos años y sintiéndose morir bajó por propia voluntad a una habitación
subterránea donde estuvo hasta que murió, pues no quería que se supiese que era
mortal y más bien quería que lo crean inmortal y divino.
Luego gobernó una larga lista de herederos como Mascuy, Cuntipallec, Allascunti,
Nofan Nech, Mulumuslan, Llamecol, Lanipat Cum y Acunta. Finalmente gobernó
Fempellec quien tuvo la desdichada idea de trasladar a Yampallec de Chot, donde
Naymlap lo colocó. Se cuenta que cuando buscaba otro lugar para llevarse al ídolo el
demonio disfrazado de mujer se le presentó y lo sedujo. En castigo sobrevinieron 30
días de torrenciales lluvias seguidos de un año de cruel sequía, esterilidad y hambre.
Reunidos los sacerdotes y hombres principales que adoraban a Yampallec
comprendieron que las penurias que padecían eran por los errores cometidos por
Fempellec, por eso, dejando a un lado el temor y respeto que se tiene a los Señores,
lo ataron de pies y manos y lo arrojaron a lo profundo del mar. Y este fue el final de la
línea y descendencia de Naymlap.
Quedó el valle de Lambayeque sin un único gobernante hasta que desde el sur llegó
un poderoso Señor guerrero, Chimú Capac, Curaca (gobernante) del Imperio Chimú
quién reunificó y anexó para sus dominios este. Impuso como gobernador de
Lambayeque a Pongmasa, natural de Chimú, quién al morir dejó en su cargo a Oxa,
su hijo, que fue el primero en tener noticias de los Incas del Cusco, grandes
conquistadores, y desde entonces vivieron con el temor de ser despojados. Le sucede
su hijo Llempisan, quien conoció del poder de los Incas. Luego gobernó Chullumpisan,
al que sucedió su hermano Cipromarca y luego otro hermano menor llamado
Fallenpisan. Luego vino Efquempisan, seguido de Secfunpisan en cuyo gobierno
llegaron al Perú los conquistadores españoles y se adueñaron del valle de
Lambayeque y de todo lo demás.
(1)
Miguel Cabello Valboa. Miscelánea Antártica, una Historia del Peru Antiguo (1586).
Versión Original del Instituto de Etnología de la Facultad de Letras - Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1951. pp. 326-330.
(2)
Para algunos autores "parte suprema" significa que provenían del norte, pero para
otros autores significa que provenian del sur. Quien escuchó y escribió esta leyenda
contada de propia boca por Martín Farrochumbi interpretó como parte suprema al sur,
pues ellos (los españoles) viajaban de norte a sur, siendo la parte suprema lo que
tenían por delante.
(3)
Trompeta fabricada del caracol marino Strombus sp.
(4)
El Mullu (Spondylus sp.) es un molusco bivalvo de aguas calientes que vive
principalmente en las aguas cálidas que bañan las costas del actual país de Ecuador,
al norte del Perú. Desde épocas muy antiguas (3000 años a.C.) es usado como
ofrenda en las principales ceremonias y como materia prima en la fabricación de joyas
y adornos.
“LOS AUKIS QUE HABLAN”
Yo mismo he escuchado al Mulato gritar con orgullo: “¡No me han olvidado los
hombres, ellos reconocen mi fama y me admiran!”.
Entonces esa persona verá abrirse una puerta y verá dentro de ella una
moderna ciudad, si la persona no avanza, atractivas mujeres saldrán a
atraerlo tocando música; si él no entra quedará libre y podrá contar su
hazaña, caso contrario esa puerta se cerrará y se quedará allí para
siempre.
“LA CUDA”
Un hombre llegó a verla y pudo darse cuenta que era una mujer muy hermosa
y le preguntó: “¿Por qué llora señorita?”, y esta no le contestó, siguió su camino
ignorándolo. El hombre intrigado por saber el paradero de la misteriosa mujer la
siguió; ella se detuvo y una luz apareció de pronto y le enfocó la pata de
gallina; el hombre al observar esto empezó a convulsionar y a votar espuma
por la boca.
En el gran cerro de Túcume se había formado una laguna. En ella, unos lugareños,
dijeron haber visto a un pez muy grande que llegaba volando, era una raya, hermosa y
de muchos colores, que venía del mar a zambullirse en las aguas de la laguna.
Muchos quisieron verla, pero la raya escapaba volando cuando la gente se acercaba.
En San Juan de Íllimo, cuentan los pobladores de la zona que en las orillas del río La
Leche, se aparece todos los días a la medianoche una mujer llamada Josefa, una
mujer de cabellos largos, sentada sobre una roca peinándose, asustando a todas las
personas que pasan por el puente, cruzando el río.
Se dice que su alma se quedó allí porque esta mujer mató ahogando a su hijo, y luego
se quitó la vida ahogándose también en el río, y es por eso que su alma se quedó en
ese sitio.
“EL ÁRBOL MILENARIO”
Cuenta la historia que un día los pobladores de Batangrande vieron un algarrobo y que
de él salían dos colores de humo: uno bien negro y otro blanco. El árbol que era un
algarrobo tenía más de mil años y ellos habían escuchado que dentro de él vivían dos
Dioses: uno del bien y el otro del mal. Por eso es que la gente tiene miedo acercarse
al árbol milenario porque dicen que en éste se dieron muchos sacrificios por los
antiguos batangrandinos y que el humo blanco es el bien tratando de dar una señal de
no cortarlo para evitar catástrofes.
“LA CAPULLANA DE LAMBAYEQUE”
Alcón no se fijo en Cusi Chunca sino en Anya Cusa pues éste ignoraba totalmente las
leyendas de los indios.
La capullana se fue donde un chamán quien le dijque Alcón no era un dios y que no se
merecía respeto. Pero la capullana al enterarse de lo que había pasado con Anya
Cusa y Alcón decide enterrar vivos a su hija y al bebé que llevaba en su vientre en la
cámara secreta del templo de Chot. Se dice que una vez al año se escucha los
gemidos y chillidos del bebé y de la madre que éstos son los dolores del
alumbramiento de la madre y el llanto del bebé por hambre.
Un cerro que está ubicado entre La Compuerta y El Sorronto (frente a Oyotún), anexos
de la ex - cooperativa Cayaltí.
Cuenta una señora: María Vásquez que ese cerro fue partido por la mitad para que se
construya una carretera que uniera a los aledaños.
La gente llama a un sacerdote para que ponga en cada cerro una cruz. El sacerdote
logra poner una cruz al cerro del costado izquierdo y a partir de esa fecha se llama
Cerro La Cruz. Al otro cerro, cuando el sacerdote estaba subiendo con la cruz, sólo
llega hasta la mitad; el cerro se abre y el sacerdote se hunde hasta la altura del pecho
muriendo instantáneamente, no logrando ponerse ninguna cruz hasta la fecha.
Hay días que a las seis de la tarde se escucha tocar una banda de música en ese
cerro y por eso le llaman Cerro La Banda.
Hoy en día cuentan que en algunas oportunidades ven cruzar una enorme serpiente
desde el cerro La Banda al reservorio que está junto al Cerro La Cruz.
“EL CERRO ENCANTADO”
Los habitantes del caserío de Ínsculas, distrito de Olmos, narran que existe un cerro
encantado llamado “ ” en cuya cumbre hay un jardín de bellas flores y a un costado se
amontona el oro.
A este jardín es imposible llegar, las personas que lo han intentado han caído o
resbalado, hallándoselos muertos.
Relatan que un brujo logró llegar hasta este lugar, comprobando que existe gran
cantidad de oro. Al no poder llevárselo todo, bajó a buscar ayuda. Grande fue su
sorpresa al regresar a la cumbre no encontraba el sitio, había niebla densa y no podía
moverse. Estuvo buscándolo por cinco días y no encontró nada. Desde allí nadie se
atreve a subir a ese lugar encantado.
“LA LEYENDA DE MURRUP”
Se dice que la historia del pueblo de Mórrope nace de la siguiente manera: Existió un
pueblo llamado Felam que estaba pasando una gran crisis producida por la sequía, los
pobladores rendían culto a su diosa Luna para que los ayudará en ese problema.
Cuentan que un día estaban tres niños pastando sus animales y vieron pasar una
iguana, la persiguieron y ella se escondió en un agujero. Los niños escarbaron y se
dieron con la sorpresa que había tierra húmeda, llamaron a sus padres y descubrieron
agua; todos se alegraron, con el mismo barro hicieron la imagen de la iguana,
sacrificaron a los niños como agradecimiento y declararon como su nueva diosa a la
iguana.
Hicieron un pozo hacia cuyos alrededores todos se fueron a vivir, a ese lugar lo
llamaron Murrup que fue el sonido onomatopéyico de la iguana.
Cuando llegaron los españoles a ese lugar le cambiaron el nombre por el de Mórrope.
Hasta ahora existe el pozo que está circulado con palos tallados de algarrobo.
“LA VENGANZA DE LA LUNA”
La luna colocó las siete estrellas en el firmamento que simbolizan el castigo. Desde
entonces la luna nunca más se volvió a enamorar ni se convirtió en mujer, más bien
quiso ser la castigadora de los ladrones y malhechores puesto que el hechicero
mochica le robó y engañó su amor.
“LAMBAYEQUE”
Hace mucho tiempo existía un reino muy poderoso donde siempre destacó un general
muy soberbio el cual tenía una hija muy bella que era su orgullo y siempre
sobrepotegía.
Un día el general decidió que su hija debería casarse con el hijo del rey a quien servía.
Le dio la noticia a su hija quien muy molesta rechazó esta propuesta.
A la mañana siguiente el general volvió al reino para cumplir su trabajo. A pesar que la
joven estaba castigada salió al jardín de su casa para tomar el aire fresco de rosas y
flores que había sembrado. A la distancia alcanzó ver a un muchacho muy apuesto,
pero descubrió que era un peón de su hacienda, a ella no le importó y se le acercó. El
muchacho de inmediato se enamoró de ella. Pasaba el tiempo y el amor entre los dos
crecía hasta que el padre de la joven se enteró y decidió acabar con ese romance.
Encerró a la joven en su habitación y mandó muy lejos al muchacho. Decidió casar de
inmediato a su hija quien enfermó pero nadie se dio cuenta de ello. El joven la rescató
y se la llevó muy lejos. Así fue que después de caminar tanto se instalaron en un lugar
que les pareció muy lindo, tranquilo para vivir y tener hijos. Al cabo de muchos años se
fue poblando por lo que ahora a esos lugares todos los peruanos lo conocemos como
Lambayeque.
MITO DE KON (DIOS VOLADOR)
Kon es el antiguo dios costeño adorado como creador del mundo por
importantes reinos como Paracas y Nazca que lo representaban en finos
tejidos y bellos huacos policromados.
Cuenta un mito que Kon, en los tiempos más remotos, pobló la tierra de seres
humanos y los colmó de abundante agua y frutos; pero sus criaturas olvidaron
pronto las ofrendas que le debían al padre creador. Kon los castigó quitándoles
las lluvias y transformando las fértiles tierras en los inmensos desiertos
costeños. Kon sólo dejó algunos ríos para que con mucho esfuerzo y trabajo
los humanos puedan subsistir.
Sin embargo, Alcón puso los ojos y los deseos en Anya Cusa, la mayor; en vez de cumplir con la leyenda
del Dios del Mar, que ignoraba en absoluto y resolvió quedarse en Lambayeque; habiendo perdido el
juicio cuando Pizarro se lo prohibió, llegando hasta insultar y pelear con sus compañeros y su propio jefe;
considerándose señor y dueño de aquellas nuevas tierras, aunque en realidad su locura se debía a las
diferentes composiciones que a base de "ornamo", "datura" y "huanarpo" le había hecho dar la capullana,
a fin de hacer efectivo e impostergable el milagro.
Pero como quiera que aquel milagro de la fecundación misteriosa tan esperado, se realizó, no en Cusi
Chunca, la pequeña, sino en Anya Cuna, la mayor; la capullana madre hizo que el "huatac" o adivino
consultara con los "sonopas"(*) o ídolos particulares; que fueran realizados los ritos de estilo, como eran
la interpretación de los ensueños; arrojar hojas de coca al aire y estudiar su caida; examinar el andar de
las arañas; la situación de Venus y el sonar de los granos de maíz al ser cocidos. La conclusión fue
desastrosa: el Dios blanco no era dios, puesto que había fecundado a la mayor y no a la impúber y por lo
tanto no merecía ni consideración, ni respeto, ni temor.
Y el veredicto fue terrible. Cuando nació el primer mestizo del Perú, la madre y el fruto, fueron enterrados
vivos en la cámara secreta del templo de Chot. Y una vez al año, en el aniversario de la muerte, se
escuchaban chillidos y gemidos, interpretándose éstos, como los dolores del alumbramiento de la madre y
aquellos, como el llanto de hambre del pequeño.
MITO DE LA PRISIÓN DEL DIABLO Y EL CERRO MULATO
Los ángeles en su lucha eterna con el diablo, cuando lo perseguían, lograron rodearlo
y encerrarlo en el cerro Mulato, que se encuentra en los límites de Lambayeque con
Cajamarca. Como el diablo no podía escaparse, los ángeles decidieron hacer guardia
para cuestionarlo, y el diablo determinó pasar aquel encierro en la forma más alegre
posible.
Fue entonces que el diablo crió sus gallinas, sembró flores y se constituyó una
orquesta. Los animales los sacó de las piedras, el jardín y las flores lo formó de las
nubes y la orquesta de las tormentas. Por eso en la falda de aquel cerro se escucha
cacarear de las gallinas el ruido que produce el agua al regar el jardín y se oye la
música del diablo. Aquel que escuchara estos tres ruidos maléficos debiera convertirse
instantáneamente en piedra, a no ser que resolviera desencantar al diablo, lo cual
precisa que se “encompatara “ o se empatara con él, diciéndole de su alma en venta,
porque sólo así terminará el mito encantamiento del cerro Mulato y la prisión del
diablo.
Los peces habían sido seres humanos, como descendientes de una antiquísima raza
de enanos, que poblaba nuestras tierras, en edades pretéritas. Vivían en ciudades
lacustres; sólo se alimentaban de pescado; reverenciaban al mar, sus tormentas, sus
arenas y sus conchas. Mitigaban su sed con la sangre de los peces y sólo salían de
sus moradas cuando el Sol desaparecido del horizonte. Las noches de la Luna eran de
duelo para ellos y cuando más oscuro estaba el cielo y se tornaba amenazante el mar,
solían efectuar sus fiestas y sus ritos. Consistían unas y otros, especialmente en
sacrificios ofrecidos a su Dios principal “el robalo”, al cual reverenciaban y respetaban ,
llegando a tal extremo su temor por ese Dios que bastaba con que alguna lo viera a la
distancia, para que fuera exterminado inmediatamente, de conformidad con la usanza
ancestral que establecía que mirar a Dios era tomar algo de El y hacerse superior a los
demás hombres.
Y así pasaron los tiempos y corrieron las edades; se formaron nuevos mundos y
nacieron otras civilizaciones, hasta que el Sol tomó posesión del Cielo y ordenó a los
hombres – peces que se calentaran con el fuego que El ofrecía, que habitaran las
tierras, se alimentaran de sus productos y que bebieran de sus aguas. El Sol llegó a
ellos tomando la apariencia de una ballena, pero los primitivos hombres – peces no
sólo despreciaron sus mandatos, sino hasta lo persiguieron, negándose a reconocer
sus potestad y su fuerza.
Entonces el Padre Sol, el Poderoso Hacedor, el Dueño de los Mundos destruyó sus
viviendas y los convirtió en peces, condenándolos a morir cuando fueran calentados
por su calor o cuando vieran la luz de la Luna o las estrellas, por no haber querido
aceptar la nueva ley de las esferas.
Por eso y desde aquella época los peces mueren al ser sacados de las aguas.
EL MITO DEL GRANO DE MAIZ
Guerreros valerosos y fuertes habían sido los
que lucharon contra los Dioses de la Tinieblas ,
ayudando a las fuerza de la Luz , para que
triunfaran en los cielos.
Pero Dios, hombre también, el más sabio, el más grande y el más perfecto de todos,
tuvo hambre. En aquellos tiempos el tallo, las hojas, las raíces y el fruto del maíz eran
totalmente verdes y nadie hasta entonces, animales u hombres, habían probado sus
productos, porque era una planta maldita y necesitaba, para purificarse, que un Dios la
redimiera del pecado.
Y el Sol bajó a la Tierra en busca de alimentos y cogió una mazorca de maíz a cuyo
contacto el fruto y todo el árbol tomaron el color del Sol.
Y el padre Sol comió del grano de maíz y lo bendijo, diciendo: ”Planta sagrada que me
alimentase, yo te otorgo el derecho de ostentar mi propio color y de servir de alimento
a otros dioses y a los hombres. Aquellos a quienes sirvas de sustento se comerán a su
Dios y se sentirán como El”.
Desde entonces el grano de maíz, cuando madura se vuelve amarillo, porque toma el
cuerpo del propio Sol; en El vive Dios y con El se alimenta, y los hombres al comerlos
saben que se sustentan con el propio cuerpo de su Dios, por cuyo hecho El les dará la
vida eterna. Por eso la chicha de maíz se consideró como el licor sagrado, siendo
usada en las ceremonias religiosas y políticas de mayor importancia.
EL MITO DEL ORO, LA PLATA Y EL COBRE
El Sol y la Luna no habían tomado estado. Se conservaban célibes y, por lo tanto, no
habían producido fecundación ninguna. Los cielos y la tierra, las aguas y los cerros
tampoco habían sido fecundados jamás. Los colores no existían y el arco-iris, capa
mágica que a tomado ellos los condensa, o lucia con cortina de belleza, en el hogar
universal como bandera de triunfo que exhibiría la multiplicidad de la belleza creadora.
Y de esta manera el oro e hijo del sol, la plata de la luna y el cobre de la tierra,
representando cada uno de los metales los colores de esos mismos planetas. Son
además la representación de la trinidad peruana. Inti, el sol, el oro, el espíritu intuitivo;
Rupay, la Luna , la plata, es el alma pasional y Kon, el cobre, la tierra, es el cuerpo;
sabiduría, voluntad y actividad; el bien, la bondad y le belleza; el que piensa, el que
ordena y el que; hace la ley, la justicia y la autoridad; el hombre, la mujer y el hijo.
El general don Luis del Castillo y Andraca era Corregidor y Justicia Mayor de la ciudad
de Santa y del partido de Chiclayo, Chimú y Chicaza y a él le correspondió verificar y
presidir la diligencia de deslinde de dichas tierras y salinas, hacia el 20 de octubre de
1624.
La leyenda establece que ese hueso, era en realidad, una costilla del diablo, el cual
había sido muerto al ser derrotado por el Niño – Dios, después de larga y azarosa
lucha.
A fin de que el diablo no pudiese resucitar de nuevo, para continuar su reinado del
Mal, el Niño – Dios fraccionó y quemó todo el cuerpo vencido, pero no pudo hacerlo
con una de las costillas del cadáver, porque habiendo recibido el diablo, un rayo del
Cielo en una de sus costillas podía evitar su total destrucción, cambiándola
constantemente de sitio. De aquí explicado por qué ese hueso aparece, según
referencias del expediente, ubicado en los más diversos y apartados sitios y como
para simbolizar la lucha eterna, el diablo maldijo las tierras que ostentaran parte de su
cuerpo sosteniendo que en ellas la lucha sería eterna y en muchos pedazos
repartidas, tal como sucedió a su cuerpo, antes de la incineración.
Por eso es que en dicho expediente el hueso, materia del deslinde y origen de la
historia, se encuentra repartido en muchos sitios y las tierras y salinas también fueron
fraccionadas entre una gran cantidad de poseedores o comuneros.
Por eso también que donde quiera que se ubique ese hueso, que había sido objeto de
continuada lucha, el pleito entre los hombres proseguiría, hasta que todo esqueleto del
diablo fuera juntado y quemado íntegramente por el vencedor, simbolizando así la
futura unidad racial y su vuelta al Incanato, aun solo Rey y a un solo Dios.
EL MITO DE LAS ESTRELLAS Y DE LOS HOMBRES
Los antiguos mochicas se creían
descendientes de cuatro estrellas
primitivas o sea de dos parejas
matrimoniales de astros, que
habían procesado a todos los
mundos.
En lo que respecta a sus creencias sobre los astros eran primitivas y restringidas. Así,
por ejemplo, la Luna era más poderosa que el Sol y también más útil, ya que se dejaba
ver de noche y porque despejaba las nieblas. Y se dejaba ver de noche especialmente
para perseguir a los ladrones y castigarlos, puesto que era el vicio del robo el que ella
más aborrecía. En segundo lugar veneraban al planeta Venus, a Sirio y a la
constelación de las Pléyades o Siete Cabrías, que según sus creencias era la autora y
creadora de todo el ganado cabrío, vigilando y cuidando del mejor desarrollo y
conservación de los rebaños.
Aquella doble pareja estelar, autora de todos los humanos, parece que estaba
constituida por las estrellas de las constelaciones del Can Mayor y del Pescado
Austral. Las dos estrellas más grandes y brillantes dieron origen a los nobles, a los
principales, a los más inteligentes de los mochicas, mientras que de las otras dos
estrellas, las más pálidas y pequeñas, procedieron los humildes, los tontos y los
plebeyos. Por esto sólo los nobles podían desempeñar las más elevadas funciones del
Estado, puesto que eran del mejor linaje celeste y estaban protegidos evidentemente
por sus progenitores del Cielo, estándoles reservado, a los de la clase inferior, de
acuerdo también con su origen, los cargos, aficiones y menesteres de menor
importancia.