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TONY KUSHNER

ÁNGELES EN AMÉRICA:
EL MILENIO SE APROXIMA
PRIMER ACTO

MALAS NOTICIAS
Octubre-Noviembre 1985

ESCENA I
Últimos días de octubre. El Rabino Isidor Chemelwitz está solo en el escenario con un
pequeño ataúd; es una caja rústica de pino con dos clavijas de madera, una en cada extremo,
que sujetan la tapa. Un chal de oración bordado con una estrella de David cubre la tapa y, en
la cabecera, una vela Yarzheit que está ardiendo. El Rabino habla con voz estridente, con
marcado acento de Europa del este, y consulta sin disimulo un papel con los nombres de la
familia:

RABINO: Hola y buenos días. Yo soy el rabino Isidor Chemelwitz de la Casa para Ancianos
Hebreos del Bronx. Esta mañana estamos reunidos aquí para presentar nuestros respetos a la
fallecida Sarah Ironson, devota esposa de Benjamín Ironson, también fallecido, afectuosa y
solícita madre de sus hijos Morris, Abraham y Samuel y de sus hijas Esther y Raquel; amada
abuela de Max, Mark, Louis, Lisa, María... uh... Lesley, Ángela, Doris, Luke y Eric. (Acerca
el papel.) ¿Eric?, ¿es éste un nombre judío? (Encoge los hombros.) Eric. Una familia
numerosa y afectuosa. Nos reunimos para velar y llorar todos juntos a esta mujer abnegada y
virtuosa. (Mira el ataúd.) Esta mujer... yo no conocí a esta mujer. Yo no puedo describir sus
atributos con exactitud ni hacer justicia a sus dimensiones. Ella era... bueno, en la Casa para
Ancianos Hebreos del Bronx hay muchos ancianos como ella... y con muchos hablé, pero para
serles franco, con ella no. Ella prefería el silencio. Es por eso que no la conozco y aún así, la
conozco. Ella era... (toca el ataúd) ...no una persona, sino una entre muchas de su clase, los
que cruzamos el océano, que trajimos a América los pueblos de Rusia y de Lituania... y que
nos esforzamos y luchamos por la familia, por un hogar judío, para que al final ustedes no
crecieran aquí, en este lugar extraño, en este crisol de razas, en donde nada se ha fundido. Los
descendientes de esta mujer inmigrante no nacieron en América, vosotros y vuestros hijos y
los hijos de ellos con sus nombres goy, todos ustedes no viven en América, porque este lugar
no existe. Su arcilla es la arcilla de alguna choza en Lituania. Vuestro sello es el de las estepas,
que ella arrastró al viejo mundo en su espalda a través del océano, en un barco, y lo depositó
en la Avenida Grand Concourse o en Flatbush. Ella transmitió todos los valores de esa tierra a
los huesos de ustedes y ustedes pasaron a sus hijos esta antigua, antiquísima cultura y todas las
raíces ancestrales. (Una pequeña pausa.) Ustedes nunca van a poder realizar esa travesía que
ella hizo porque los Grandes Viajes como ése ya no existen más en este mundo. Pero cada día
de sus vidas las millas de ese viaje entre aquel lugar y este en el que ustedes moran hoy, cada
día, ¿me comprenden?, ese viaje se repite y estará siempre dentro de ustedes. Así que... Ella
fue el último de los mohicanos, eso fue ella. Muy pronto... todo lo viejo
1
ESCENA 2
Mismo día, Roy y Joe en la oficina de Roy. Roy está sentado tras un escritorio imponente, que
domina un sistema telefónico muy elaborado, con hileras de botones que se prenden y que
suenan y silban en forma incesante, creando una música caótica bajo las conversaciones de
Roy. Joe está sentado esperando. Roy conduce sus negocios con gran energía, impaciencia y
abandono sexual: gesticula, grita, engatusa, canturrea, manejando el teléfono, el receptor y
el botón de espera con amor y virtuosismo.

ROY: (Golpea un botón.) Espere. (A Joe.) Quisiera ser un pulpo, hijo de puta, con ocho brazos
acariciantes y con todas esas ventosas. ¿Sabe a qué me refiero?
JOE: No, yo...
ROY: (Le hace gesto señalando la bandeja con sandwiches sobre su escritorio.) ¿Quiere
comer?
JOE: No, está bien, de veras, yo ya...
ROY: (Golpea un botón.) ¿Ailene?, soy Roy Cohn, ¿Por qué me saluda de esa forma...? creí
que éramos amigos, Ai... Mire, señora Soffer, no tiene por qué ponerse... Está agitada. Está
gritando. Va a hacer que su estado se agrave, no debería gritar, si grita va a hacer que las
venitas de su cara estallen... Era una broma, señora Soffer, sólo bromeaba... Ya le pedí
disculpas 16 veces por eso, señora Soffer, usted... (Mientras ella grita, Roy cubre el teléfono y
habla con Joe.) Esto me va a llevar un minuto, así que ya comió... a ver, ¿de qué es este
sandwich?.. (Muerde uno.) Mmm... hígado o algo parecido... Tome.

Roy le tira el sandwich a Joe, quien lo ataja y lo vuelve a poner en la bandeja.

ROY: (Vuelve a la señora Soffer.) Uh uh uh... No, ya le dije que no fue una vacación, que fue
por negocios, señora Soffer, yo tengo clientes en Haití, señora Soffer, yo... Escuche, Ailen,
¡¿SE CREE QUE SOY EL ÚNICO ABOGADO DEL MUNDO QUE HA PERDIDO UNA AUDIENCIA...?! No
haga semejante escándalo idiota... Espere. (Golpea el botón de espera.) ¡Bruja!
JOE: Si éste es un mal momento...
ROY: ¿Un mal momento?, ¡éste es un buen momento! (Botón.) Muñeca, comunícame... Ah,
carajo, espera. (Botón, Botón.) ¿Hola?, sí, disculpe que lo tenga esperando, Juez Hollins, yo...
Ah, señora Hollins... disculpe, querida, ¡pero qué voz más grave que tiene! ¿Disfruta de su
visita a la ciudad? (La mano cubre el teléfono, a Joe.) Ella parece un camionero y él habla
como Kate Smith... muy confuso. Nixon lo nombró y todos los imbéciles fueron nombrados
por Nixon... (A la señora Hollins.) Sí, sí, bien, muy bien, entonces, ¿cuántas entradas son,
querida? Siete. ¿Para qué?, "Cats". "La calle 42", ¿cuál...? No, "La jaula de las locas" no le va
a gustar, confíe en mí, yo sé. ¡Oh, por amor de Dios...! Espere. (Botón, botón.) Muñeca,
consigue siete para "Cats" o para algo que no sea difícil de conseguir, ¡a mí me importa un
carajo lo que sea y a éstos tampoco! (Botón; a Joe.) ¿Usted vio "La jaula de las locas"?
JOE: No, yo...
ROY: Es fantástica, lo mejor de Broadway... tal vez de toda su historia. (Botón.) ¿Quién? Ay,
H. hijo de Dios, Harry, no Harry, es el juez John Francis Grimesdel Juzgado Civil de
Manhattan. ¿Será posible que yo tenga que hacer hasta la tontería más insignificante? Aprieta
al hijo de puta, Harry, y ya te dije que no me vuelvas a llamar por esta línea...

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JOE: (Empieza a parase.) Hoy, este... ¿espero afuera...? o...
ROY: (A Joe.) Siéntese. (A Harry.) Espera; te pago para que esperes, Harry, pendejo. (Botón.)
Un estúpido con cerebro de pito. (De pronto filosófico.) Joe, yo veo al universo como una
especie de tempestad de arena, en el espacio, con vientos huracanados, pero en vez de
traspasarnos granos de arena, éstos parecen fragmentos y astillas de vidrio. ¿Alguna vez sintió
eso?, ¿alguna vez tuvo uno de esos días?
JOE: No estoy seguro de...
ROY: ¿Y cómo es la vida en la Corte de Apelaciones?, ¿cómo es el Juez?
JOE: Le manda saludos.
ROY: Es un buen hombre... leal. No es el más brillante de los magistrados pero tiene buenos
modales... y con su pelo gris impone respeto.
JOE: Él me otorga grandes responsabilidades.
ROY: Sí, como escribir las decisiones de él y firmar en su nombre.
JOE: Bueno...
ROY: Es un buen tipo y usted lo cubre de modo admirable.
JOE: Bueno, Roy, gracias, yo...
ROY: (Botón.) ¿Sí?, ¿quién es?, ¿se puede saber quién carajo es usted? Espere. (Botón.)
¿Harry? 87.000 dólares, o algo así. Te lo chingas. Chúpamelo. Nueva Jersey, una cadena de
tiendas de películas porno, etc. etc. Weeha-wken. Eso es, Harry, eso es la belleza de la ley.
(Botón.) ¿Y bien, muñeca?, ¿qué?, ¿"Cats",? ¡Bah! (Botón.) ¡"Cats"! Es sobre gatos, sí, gatos
que cantan, le va a encantar. A las ocho, el teatro aquí empieza a las ocho. (Botón.) ¡Qué
turistas más pendejos! (Botón y a Joe.) Viva un poco más, Joe, coma algo, ¡por amor de Dios!
JOE: Este, Roy, podría...
ROY: ¿Qué? (A Harry.) Espera un minuto, Harry. (Botón.) ¿Señora Soffer?, señora... (Botón.)
¿Dónde putas madres se metió?
JOE: (Superpone palabras.) Roy, le agradecería mucho si...
ROY: (Superpone palabras.) Bueno, hace un minuto la tenía acá, muñeca, fíjate a ver si
puedes... (El teléfono empieza a hacer tres sonidos distintos a la vez. Roy revienta botones.)
Me cago en Dios, este maldito...
JOE: (Superpone palabras.) Le agradecería que no...
ROY: (Superpone palabras.) Muñeca, llama al Post y pásame a Suzy a ver si... (El teléfono
empieza a silbar muy fuerte.) ¡Por Dios!
JOE: Roy.
ROY: (Al aparato.) Espera. (Botón; a Joe.) ¿Qué?
JOE: ¿Podría dejar de decir el nombre de Dios en vano? (Pausa.) Disculpe, por favor, al menos
mientras yo estoy...
ROY: (Ríe.) Muy bien, perdone, carajo. Esto sólo puede pasar en Estados Unidos. (Golpea el
botón.) Muñeca, diles a todos que se vayan al carajo. Diles que me morí. Encárgate de la
señora Soffer. Dile que va por buen camino porque me estoy cogiendo al juez. La voy a llamar
después; yo la voy a llamar. Ya sé cuánto le pedí prestado. Ella tiene 400 veces más metidos
en su... Sí, dile que lo dije... (Botón, el teléfono está en silencio.) ¿Dónde estábamos, Joe?
JOE: Lo siento, Roy, es sólo que...
ROY: No, no, no, no, los principios cuentan, yo respeto los principios, yo no soy religioso,
pero me gusta Dios y a Dios le gusto yo. ¿Es usted bautista...?, ¿católico...?
JOE: Mormón.
ROY: Mormón... delicioso, absolutamente. Sólo en Estados Unidos. A ver, Joe, ¿qué piensa?
JOE: Y... es... bueno...

3
ROY: Una vida enloquecida.
JOE: Caótica.
ROY: Bueno, pero Dios bendice al caos, ¿no es cierto?
JOE: Ummm
ROY: Huh... mormones... yo conocí mormones en... Nevada.
JOE: La mayoría están en Utah.
ROY: No, estos mormones estaban en Las Vegas. Dígame, ¿le gustaría ir a Washington y
trabajar para el Departamento de Justicia?
JOE: ¿Cómo dijo?
ROY: ¿Qué le parecería ir a Washington y trabajar para el Departamento de J-usticia? Sólo
tengo que levantar el teléfono, hablar con Ed y listo...
JOE: ¿Y en qué... exactamente?
ROY: Asistente Asociado del Ministerio del Interior, algo importante. El centro de la acción,
algo agradable con mucho poder.
JOE: ¿A cuál Ed se refirió?
ROY: Ed Méese, el Procurador General de la Nación.
JOE: Oh.
ROY: Sólo tengo que tomar el teléfono...
JOE: Tengo que pensarlo.
ROY: Por supuesto. (Pausa.) Es un buen momento para estar en Washington, Joe.
JOE: Roy, es muy tentador...
ROY: Y además significaría algo importante para mí... ¿me comprende? (Pequeña pausa.)
JOE: Yo... no puedo decirle cuánto aprecio esto, Roy, estoy como... bueno, demudado, quiero
decir... gracias, Roy, pero tengo que pensarlo... tengo que preguntarle a mi mujer.
ROY: Su mujer... por supuesto.
JOE: Pero desde ya aprecio el que...
ROY: Por supuesto, hable con su mujer.

ESCENA 3
Mismo día, más tarde, Harper está sola en su casa, oye la radio y habla para sí misma como
hace a menudo. Habla hacia el público.

HARPER: Las personas solitarias, esas a las que dejan solas, se sientan a hablar tonterías, y
desorientadas pueden llegar a imaginar... sistemas bellísimos que mueren, viejos regímenes
que se esparcen en un vuelo helicoidal... Cuando se mira la capa de ozono desde afuera, desde
una nave espacial, se ve como un halo de color azul pálido, una aureola suave y
resplandeciente que circunda la Tierra. A treinta millas sobre nuestras cabezas, está una capa
delgada de moléculas compuestas por tres átomos de oxígeno, producto de una fotosíntesis,
que nos explica la minuciosa preferencia vegetal por la luz visible y su rechazo a los rayos
más oscuros y a las emanaciones. El peligro viene de afuera. Este toque de coronación a la
creación del mundo es una especie de regalo de Dios: son ángeles guardianes que con sus
manos entrelazadas forman una red esférica, una gran órbita azul verdosa, que parece un nido
y a la par es un casco de seguridad para la vida misma. Pero en el mundo todo se está
derrumbando, las mentiras salen a la luz y los sistemas de defensa se deshacen... es por esto,
Joe, es por esto que no deberías dejarme sola. (Brevepausa.} Me gustaría viajar y abandonarte,
para que te preocupes. Te mandaría postales con estampillas raras y mensajes atormentados

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escritos al dorso. "Tal vez más tarde...", "nunca más..." (Aparece Mr. Lies, Agente de Viajes?)
¡Ay!, ¡me asustó...!
MR. LIES: ¿En efectivo, con cheque o con tarjeta de crédito?
HARPER: Yo me acuerdo de usted, de Salt Lake City, usted nos vendió los pasajes de avión
para venir aquí. ¿Qué está haciendo en Brooklyn?
MR. LIES: Usted dijo que quería viajar...
HARPER: ¡Y helo aquí, qué considerado!
MR. LIES: Me llamo Mr. Lies, de la Orden Internacional de Agencias de Viajes. Nosotros
movilizamos el mundo, ponemos a la gente a la deriva, nosotros alborotamos al populacho y
enviamos a los nómadas remolineando a través del planeta. Somos adeptos del movimiento,
acólitos del flujo. ¿En efectivo, con cheque o con tarjeta de crédito...? ¿Adonde quiere viajar?
HARPER: Tal vez a la Antártida, quiero ver el agujero en la capa de ozono. Oí por radio que...
MR. LIES: (Tiene una computadora portátil en el maletín.) Puedo arreglarle una excursión
guiada... ¿Ahora?
HARPER: Muy pronto, tal vez... muy pronto. Ya ve que aquí no estoy a salvo y yo no me siento
bien y... hasta suceden hechos extraños...
MR. LIES: ¿Cuáles?
HARPER: Bueno, como usted, por ejemplo. Apareció así nomás... O la semana pasada... bueno,
no importa. Las personas son como planetas, se necesita una piel gruesa. Todo me llega y Joe
se mantiene tan alejado y ahora... ¿no ve?, hasta mis sueños se vuelven cada vez más reales.
MR. LIES: Es el precio por no tener raíces. El movimiento marea. La única cura es seguir
moviéndose.
HARPER: No estoy decidida. Siento... que algo va a ocurrir. Estamos en 1985. Faltan 15 años
para que llegue el tercer milenio. Y tal vez vuelva Cristo. Y tal vez las semillas serán
plantadas, y entonces sí vendrán nuevas cosechas. Y tal vez pronto habrá higos para comer, tal
vez una vida nueva, tal vez sangre fresca, tal vez encuentre compañía, amor y protección, a
salvo de lo que acecha afuera, y esto me retenga aquí, o tal vez... tal vez sólo vengan más
problemas, y llegue el fin de todo, y el Cielo se desplome y haya lluvias incontrolables y
chaparrones de luz venenosa, o tal vez mi vida es estupenda, tal vez Joe me quiere y sólo es-
toy loca al pensar lo contrario, o tal vez no, tal vez todo sea aún peor de lo que presiento, tal
vez... yo quiero saber o tal vez no. El suspenso, Mr. Lies, me está matando.
MR. LIES: Le sugiero tome vacaciones.
HARPER: (Oye algo.) Eso es el ascensor. Ay Dios, tendría que arreglarme, yo... Tiene que irse,
no debería estar aquí... si usted ni siquiera es real.
MR. LIES: Llámeme cuando se decida...
HARPER: ¡Vayase! (El Agente Viajero desaparece cuando Joe entrad)
JOE: ¿Bebé?, ¿bebé...? Lamento llegar tarde... es que estaba... afuera... caminando. ¿Estás
enojada?
HARPER: Estaba... un poco ansiosa.
JOE: Dame un besito de amigo. (Se besan.) No hay motivo para que estés ansiosa. A ver, ¿te
gustaría mudarte a Washington?

ESCENA 4
Mismo día. Louis y Prior, afuera del velatorio, están sentados en una banca, vestidos de traje.
Hablan. El servicio fúnebre de Sarah Ironson acaba de terminar y Louis está por ir al
cementerio.

5
LOUIS: Mi abuela presenció un acto en donde la oradora fue Emma Goldman... su discurso era
en yiddish y lo único que recordaba es que hablaba bien y que tenía puesto un sombrero. Qué
alocución más rara. Ese rabino...
PRIOR: Un hallazgo. Consigue su número cuando vayas al cementerio, quiero que él me
encierre.
LOUIS: Es mejor que vaya yendo al cementerio. Todos tenemos que tirarle un puñado de tierra
mientras el ataúd desciende.
PRIOR: Uuuy... si esa es la diversión en el cementerio, no tienes que perdértela.
LOUIS: Es una antigua costumbre judía, en donde expresamos nuestro amor. Aquí tienes,
abuela, una pala llena. Los que llegan tarde corren el riesgo de encontrar el foso totalmente
tapado. Ya estaba un poco loca. Estuvo allá arriba, en esa casa, durante diez años, hablando
sola. Yo nunca la visité. Se parecía demasiado a mi madre.
PRIOR: (Lo abraza.) Pobre Louis, siento mucho que se haya muerto tu abuela.
LOUIS: ¿Viste qué ataúd más chico? Lamento no haberte presentado... pero en estas cosas de
familia siempre trato de aparentar que no soy gay, tengo miedo de que se den cuenta.
PRIOR: Exageras, te vas al otro extremo. (Lo imita.) "Hola, prima Doris, ¿no te acuerdas de
mí?, soy Lou, el hijo de Raquel..." ...Lou, y no Louis, porque si dices Louis pueden oír el
seseo de la sierpe sibilante...
LOUIS: Yo no tengo que...
PRIOR: No te culpo por esconderlo... la/.os de sangre... las maldiciones judías son las peores.
Yo mismo me desmayaría si alguien me mirara a los ojos y me dijese: "Putón". Por suerte los
blancos anglosajones protestantes no dicen putón. Ah, y de paso, querido, te aviso que tu
prima Doris es tortillera.
LOUIS: ¿Lesbiana?, ¡no!, ¿en serio?
PRIOR: No te das cuenta de nada. Si no me hubiera pasado los últimos cuatro años
chupándotela juraría que no eres gay.
LOUIS: Estás muy irritable... ¿Todavía no apareció el gato? (Pausa.)
PRIOR: Ni una bolita de pelo a la vista y es por tu culpa.
LOUIS: ¿Ah sí?
PRIOR: Te lo advertí, Louis. Los nombres son importantes. Si le pones a un animal "Pequeña
Sheba" no esperes que se quede alrededor. Además, es nombre de perro.
LOUIS: En primer lugar, yo quería un perro y no un gato. Me meó todos los libros.
PRIOR: Era una gata.
LOUIS: Los gatos son idiotas, voraces y excitables. Los babilonios los sellaban detrás de
paredes de ladrillos, en cambio, los perros tienen cerebro.
PRIOR: Pero los gatos tienen intuición.
LOUIS: Un perro sagaz es tan listo como un niño de dos años aburrido.
PRIOR: Los gatos saben cuando algo anda mal.
LOUIS: Sólo cuando se deja de alimentarlos.
PRIOR: Ellos saben y por eso Sheba se fue, porque sabía.
LOUIS: ¿Qué es lo que sabía? (Pausa.)
PRIOR: Esta mañana hice lo mejor que pude el papel de Shirley Booth, me puse las pantuflas,
los tubos y el batón y lo busqué con su comida... "Vuelve a mí, mi pequeña Sheba, vuelve a
mí..." pero fué inútil. Le chat, elle ne reviendra jamáis, jamáis... (Se quita el saco, se
arremanga la camisa y le muestra a Louis una mancha color púrpura en el costado de su
brazo, cerca del hombro.) Mira...

6
LOUIS: Eso es sólo un vaso sanguíneo que estalló.
PRIOR : De acuerdo a las mejores autoridades médicas: no.
LOUIS: ¿Qué? (Pausa.) Cuéntame.
PRIOR: S.K., bebé. Sarcoma de Kaposi. La lesión número uno. Mírala. Tiene el color del vino
tinto añejo pero es el beso del ángel de la muerte.
LOUIS: (Muy suave, tomando del brazo a Prior.) No, por favor...
PRIOR: Soy un lesionarlo de la Lesión Extranjera. La Lesión Americana. La enfermedad del
lesionario.
LOUIS: Para...
PRIOR: Mis problemas son lesión...
LOUIS: ¿No te vas a callar?
PRIOR: ¿No te parece que estoy manejando bien la situación? Me voy a morir.
LOUIS: No digas idioteces.
PRIOR: Suéltame el brazo.
LOUIS: No.
PRIOR: Suéltame.
LOUIS: (Agarra a Prior y lo abraza con furia.) ¡No!
PRIOR: No encontré el modo de no contártelo, bebé. No hay pared más inexpugnable que la de
los crueles hechos científicos. Sarcoma de Kaposi. Saz. Golpéate la cabeza contra eso.
LOUIS: ¡Vete a la mierda! (Lo suelta.) Vete..., vete...
PRIOR: Eso es lo que me gusta oír, una reacción madura. Vamos a casa a ver si volvió el gato...
¿Louis?
LOUIS: ¿Cuándo te enteraste?
PRIOR: No podía decírtelo antes.
LOUIS: ¿Por qué?
PRIOR: Tenía miedo, Lou.
LOUIS: ¿De qué?
PRIOR: De que me dejaras.
LOUIS: Oh... (Breve pausa.)
PRIOR: Fue inoportuno, con el entierro y todo, pero pensé que ya que estábamos con el tema
de la muerte...
LOUIS: Tengo que ir a enterrar a mi abuela...
PRIOR: ¿Lou...? (Pausa.) ¿...Después vas a venir a casa?
LOUIS: Después voy a ir a casa.

ESCENA 5
Mismo día, más tarde. Es una escena dividida: Joe y Harper en su casa; Louis en el
cementerio con el Rabino Isidor Chemelwitz y el pequeño ataúd.

HARPER: ¿Washington?
JOE: Es un honor increíble, bebé, y...
HARPER: Tengo que pensar...
JOE: Claro.
HARPER: Contesta que no.
JOE: Dijiste que ibas a pensarlo.
HARPER: No quiero mudarme a Washington.

7
JOE: Pero yo sí.
HARPER: Es un cementerio gigantesco, con lápidas inmensas y mausoleos por todas partes.
JOE: Podríamos vivir en Maryland o en Georgetown.
HARPER: Aquí somos felices.
JOE: Eso no es del todo cierto, bebé...
HARPER: ¡Bueno, suficientemente felices! Felicidad supuesta. Es mejor que nada.
JOE: Es hora de hacer algunos cambios, Harper.
HARPER: Nada de cambios, ¿por qué?
JOE: Ya van cuatro años que soy secretario de juzgado. Gano 29.000 dólares por año y es
ridículo. Me gradué cuarto en mi clase y gano menos que cualquiera de los que conozco. Y yo
estoy... estoy harto de ser un empleado, quiero ir adonde suceda algo importante.
HARPER: Nada bueno sucede en Washington. Vamos a olvidar las enseñanzas de la Iglesia y
vamos a comprar muebles en... en Conran's, y vamos a volvernos yuppies. Aquí tengo
demasiado para hacer.
JOE: ¿Cómo qué?
HARPER: Tengo cosas...
JOE: ¿Qué cosas?
HARPER: Tengo que terminar de pintar la recámara.
JOE: Has estado pintando ahí dentro durante más de un año.
HARPER: Ya sé, yo... No se termina porque yo nunca tengo tiempo para terminarlo.
JOE: Ah, eso... eso no tiene sentido, si tienes todo el tiempo del mundo. Podrías terminarlo
cuando estoy en el trabajo.
HARPER: Tengo miedo de entrar sola ahí.
JOE: ¿Miedo de qué?
HARPER: Ahí adentro oí a alguien... el sonido de metal raspando contra la pared, tal vez, un
hombre con un cuchillo.
JOE: No hay nadie en el dormitorio, Harper.
HARPER: Ahora no.
JOE: Y tampoco esta mañana.
HARPER: ¿Cómo sabes? Esta mañana estabas en el trabajo. Este lugar tiene algo lúgubre. ¿Te
acuerdas de "El bebé de Rosemary"?
JOE: ¿El... bebé de Rosemary?
HARPER: Nuestro departamento se parece a ése. ¿Ese departamento no estaba en Brooklyn?
JOE: No, era...
HARPER: Bueno, se parecía a éste, de veras.
JOE: Entonces mudémonos.
HARPER: Georgetown es aún peor... "El exorcista" pasaba en Georgetown.
JOE: El demonio está en todas partes, ¿no es así, bebé?
HARPER: Sí, en todas partes.
JOE: ¿Cuántas pildoras tomaste hoy, bebé?
HARPER: Ninguna... una... tres, sólo tres.

LOUIS: (Señala el ataúd.) ¿Por qué hay sólo dos clavijas chicas de madera sosteniendo la tapa?
RABINO: Para que si quiere salirse pueda hacerlo con más facilidad.
LOUIS: Espero que se quede quieta. Durante años pretendí que ya estaba muerta. Cuando me
avisaron que había muerto me sorprendí. Yo la abandoné.
RABINO: "¡Sharfer vi di tson fun a shlang iy. an umdankbar kind!"

8
LOUIS: No hablo yiddish.
RABINO: Más afilado que el diente de la serpiente es la ingratitud de los hijos. Shakespeare,
Rey Lear.
LOUIS: Rabino, ¿qué dicen las Sagradas Escrituras sobre alguien que abandona a la persona
que quiere en un momento de gran necesidad?
RABINO: ¿Y por qué una persona haría algo así?
LOUIS: Porque debe hacerlo. Tal vez por la apreciación del mundo que esta persona tiene: que
todo va a cambiar para mejor a través de la lucha; o tal vez porque esa persona tiene un
sentido positivista neo-hegeliano orientado a un constante progreso histórico hacíala felicidad
o la perfección, o porque sólo se siente muy poderoso al estar conectado a estas fuerzas,
siempre moviéndose cuesta arriba... tal vez esa persona no puede... incorporar la enfermedad
en su apreciación del devenir de las cosas. Tal vez... el vómito... y las llagas y la enfermedad...
lo asusten realmente, tal vez... no sea tan bueno para lidiar con la muerte.
RABINO: Las Sagradas Escrituras no tienen nada que decirle a esa clase de persona.
LOUIS: Rabino, tengo miedo por los crímenes que pueda cometer.
RABINO: Por favor, señor. Yo soy un anciano Rabino que tiene que enfrentar un largo camino
de vuelta, manejando hasta el Bronx. Si quiere confesarse, será mejor que se encuentre un
cura.
LOUIS: Pero no soy católico, soy judío.
RABINO: Entonces, peor para usted, bubbulah. Los católicos creen en el perdón... los judíos
creen en la culpa. (Le da palmadas al ataúd suavemente.)
LOUIS: Asegúrese de que esas clavijas estén bien ajustadas.
RABINO: No se preocupe, señor, con la vida que tuvo ella se va a quedar quieta. Ahora está
mucho mejor.

JOE: Mira, sé que esto te asusta, pero trata de entenderlo que significa para mí. ¿Vas a
intentarlo?
HARPER: Sí.
JOE: Muy bien. Inténtalo en serio... Creo que las cosas en el mundo están empezando a
cambiar.
HARPER: Pero yo no quiero...
JOE: Espera. Para bien, a cambiar para bien. Estados Unidos se ha redescubierto a sí mismo; su
posición sagrada entre las naciones. Y las personas ya no están avergonzadas de eso como
antes. Y eso es importante. La verdad restituida. La ley restituida. Y eso es lo que hizo el
Presidente Reagan, Harper. Él dice: "La verdad existe y la puedes decir con orgullo..." y el
pueblo le responde. Nos volvemos mejores, más buenos. Yo necesito ser parte de eso, necesito
algo importante que me eleve. Quiero decir que hace seis años el mundo parecía estar en una
declinación horrible y sin esperanzas, lleno de problemas irresolubles y de crimen y de
confusión y de hambre y...
HARPER: Pero todavía parece de ese modo... y más ahora que antes. Dicen que la capa de
ozono está...
JOE: Harper...
HARPER: Y hoy vi por la ventana que da a la avenida Atlantic a un policía esquizofrénico que
dirigía el tráfico y que...
JOE: ¡Basta!, estoy intentando decirte algo importante.
HARPER: Yo también.
JOE: Ni siquiera tiene sentido lo que dices...

9
HARPER: Digo que el mundo sigue pareciendo...
JOE: Sólo te parece de ese modo porque nunca sales al mundo, Harper, y porque tienes
problemas emocionales.
HARPER: Yo salgo al mundo.
JOE: No lo haces. Te quedas adentro todo el día, preocupándote de visitas imaginarias.
HARPER: Yo salgo, de veras... no sabes qué es lo que hago.
JOE: ¿Así que no te quedas aquí adentro todo el día?
HARPER: No.
JOE: Bueno... sí te quedas.
HARPER: Eso es lo que crees.
JOE: ¿Adonde sales?
HARPER: ¿Adonde sales tú? Cuando sales a caminar. (Pausa, luego con furia.) ...y yo no tengo
problemas emocionales.
JOE: Lo siento.
HARPER: Y si tengo problemas emocionales es por vivir contigo... o...
JOE: Lo siento, bebé, no fue mi intención...
HARPER: O si crees que los tengo nunca tendrías que haberte casado conmigo. Tienes todos
esos secretos y mentiras.
JOE: Quiero estar casado contigo, Harper.
HARPER: No deberías, nunca deberías haberlo hecho. (Pausa.) Hey, bebé, hey, bebé.
JOE: Un besito a tu amiguito... (Se besan.)
HARPER: Oí por radio cómo se practica el sexo oral.
JOE: ¿Qué?
HARPER: ¿Quieres probar?
JOE: No deberías oír esas porquerías.
HARPER: Los mormones pueden tener sexo oral.
JOE: Harper...
HARPER: (Imita su tono.) Joe... Era una señora judía con acento alemán. Para mí ésta es una
buena época para hacer un bebé. (Pausa, Joe se aleja.) Luego empezaron a hablar en ese
programa sobre el agujero en la capa de ozono, sobre la Antártida... Quemaduras en la piel, los
pájaros se volverán ciegos, los témpanos acabarán por derretirse. El mundo está llegando a su
fin.

ESCENA 6
Primera semana de noviembre, Baño de hombres de las oficinas de la Corte Federal de
Apelaciones de Brooklin; Louis está llorando sobre el lavabo; entra Joe.

JOE: ¡Ah!.. um... buen día...


LOUIS: Buenos días, doctor.
JOE: (Observa llorar a Louis.) Lo siento, yo... yo no sé su nombre.
LOUIS: No se preocupe. No soy más que un escribano, el último del escalafón.
JOE: (Extiende la mano.) Joe Pitt, estoy en el juzgado del Juez Wilson.
LOUIS: Sí, ya lo sé, usted es el Secretario del Juzgado.
JOE: ¿Usted estaba...? ¿Se encuentra bien...?
LOUIS: Oh sí. Gracias ¡Qué hombre más amable!
JOE: No tan amable.

10
LOUIS: ¿Qué?
JOE: No tan amable. Nada. Está seguro que...
LOUIS: La vida es una mierda... nos sepultan en mierda.
JOE: ¿Qué tiene?
LOUIS: Se me jaló la media.
JOE: ¿Cómo?
LOUIS: Olvídelo. Mire, gracias por preguntar...
JOE: Bueno...
LOUIS: Quiero decir que es muy amable de su parte. (Llora de nuevo.) Lo siento, disculpe, es
un amigo enfermo...
JOE: Ah, lo siento.
LOUIS: Sí, sí, bueno, es muy dulce. Lo precedieron tres desús colegas y vieron esta visión
patética, pero usted es el primero en preguntar. Los otros sólo abrieron la puerta, me vieron y
se escaparon. ¡Ojalá se meen encima! JOE: (Le alcanza papel higiénico.) Es que no querían
entrometerse.
LOUIS: ¡No me haga reír!, estoy seguro que eran los típicos abogados partidarios de Reagan,
machistas y sin corazón.
JOE: Bueno, eso es injusto.
LOUIS: ¿Qué es injusto...? ¿que no tengan corazón?, ¿que sean abogados?, ¿machistas, o
partidarios de Reagan?
JOE: Yo voté por Reagan.
LOUIS: ¿En serio?
JOE: Dos veces.
LOUIS: ¿Dos...? Así que un republicano gay.
JOE: ¿Cómo dijo?
LOUIS: Nada.
JOE: Yo no soy... dejémoslo así.
LOUIS: ¿Republicano...? ¿no es republicano...? o...
JOE: ¿Qué?
LOUIS: ¿Qué?
JOE: Gay... yo no soy gay.
LOUIS: Oh, lo siento (se suena nariz con fuerza) ...es sólo que...
JOE: ¿Sí?
LOUIS: Bueno, a veces por la forma de hablar de una persona se puede saber... quiero decir...
usted habla como...
JOE: No, yo no... ¿Como qué?
LOUIS: Como un republicano.

Breve pausa, Joe sabe que Louis se burla; Louis sabe que el otro sabe. Joe decide ser un poco
valiente.

JOE: (Asegurándose que no hay nadie alrededor.) ¿Es cierto que... hablo como...?
LOUIS: ¿Qué...? ¿como un.... Republicano...? ¿ o...? ¿...y yo?
JOE: ¿Usted qué?
LOUIS: ¿Hablo como un...?
JOE: ¿Cómo un...? Estoy... muy confundido...
LOUIS: Sí. Me llamo Louis, pero mis amigos me llaman Louisa. Trabajo en computación.

11
Gracias por el papel higiénico.

Louis le ofrece la mano, Joe se acerca, Louis hace el amago y le planta un beso en la mejilla,
sale.

ESCENA 7
Una semana después, hay una escena de sueño que es mutua. Prior está frente a un tocador,
teniendo un sueño mientras se maquilla. Harper está teniendo una alucinación producto de
las pastillas. A ella le ocurre de vez en cuando. Por algún motivo Prior apareció en ésta o
Harper apareció en el sueño de Prior. La escena deslumhra.

PRIOR: (Solo, se pone maquillaje y examina el resultado en un espejo; al público.) "Estoy listo
para mi primer plano, Señor De Mille". Uno quiere moverse por la vida con elegancia y
gracia, con un gusto exquisito, con un ritmo perfecto, como esas plantas que florecen rara vez
y que dan sólo una extraña flor... una orquídea cebra... Uno quiere, pero... pocas veces uno ob-
tiene lo que quiere, ¿no es así...? No, uno no lo obtiene. A uno lo cagan, una y otra vez. Uno...
muere a los treinta, despojado de... décadas de esplendor. Al carajo con todo, sí, con todo.
(Casi se derrumba; se recompone; estudia su obra en el espejo.) Parezco un cadáver... parezco
una vedette moribunda; oh, mi reina, no hay nada peor que una marica insoportable que ha
tocado fondo. (Aparece Harper.)
HARPER: Usted es... ¿Quién es usted?
PRIOR: ¿Quién es usted?
HARPER: ¿Qué está haciendo en mi alucinación?
PRIOR: Yo no estoy en su alucinación, usted es la que está en mi sueño.
HARPER: Usted tiene maquillaje.
PRIOR: Y usted también.
HARPER: Pero usted es un hombre.

Prior finge un desmayo, shock, con mímica hace que se corta garganta con lápiz labial y
muere trágicamente. Entonces:

PRIOR: Me delatan las manos y los pies.


HARPER: Debe haber un error. Yo no lo reconozco. Usted no es...usted es mi... ¿una especie de
amigo imaginario?
PRIOR: No... ¿no le parece que ya está mayorcita como para tener amigos imaginarios?
HARPER: Tengo problemas emocionales... tomo demasiadas pastillas. ¿Por qué usa maquillaje?
PRIOR: Estaba en el proceso de arreglarme la cara, tratando de hacerme sentir mejor. Manoteé
los nuevos colores del otoño del mostrador de Clinique de Macy's. (Le muestra.)
HARPER: ¿Los robó?
PRIOR: ¡No tenía efectivo y era una emergencia emocional!
HARPER: Joe se va a enojar. Le prometí, basta de pastillas.
PRIOR: ¿Esas pastillas a las que sigue refiriéndose?
HARPER: Valium. Yo tomo Valium, cantidades de Valium.
PRIOR: Y está bailando tan rápido como puede.
HARPER: Yo no soy adicta. No creo en la adicción y yo nunca... bueno, yo nunca bebo. Y
nunca tomo drogas.

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PRIOR: Bueno, usted apesta, Nancy Drew.
HARPER: A veces tomo un Valium.
PRIOR: Ja, Valium a raudales.
HARPER: Es horrible. Se supone que los mormones no tienen que ser adictos a nada. Yo soy
mormón.
PRIOR: Y yo soy homosexual.
HARPER: ¡Oh!, en mi Iglesia no creemos en los homosexuales.
PRIOR: En mi Iglesia no creemos en los mormones.
HARPER: ¿A qué Iglesia se...? ¡Ah! (Se ríe.) ¡Ya lo pesqué! No entiendo esto. Si nunca lo vi
antes y no creo que así sea, no tiene por qué estar aquí, en mi alucinación, porque según mi
experiencia, la mente, que es de donde vienen las alucinaciones, no debería ser capaz de
inventar nada que no estuviese allí al comenzar, que no entró por experiencia del mundo real.
La imaginación no puede crear algo nuevo... ¿puede? Sólo recicla fragmentos del mundo y los
reagrupa en visiones... ¿Tiene sentido lo que digo?
PRIOR: Dadas las circunstancias, sí.
HARPER: Así es que cuando pensamos que hemos escapado a la insoportable rutina y a la
falsedad de nuestras vidas, en realidad, es sólo esa misma rutina y falsedad reacomodada en
una apariencia de novedad y de verdad. Nada desconocido es conocible. ¿No le parece que es
deprimente?
PRIOR: ¿Las limitaciones de la imaginación?
HARPER: Sí.
PRIOR: Es algo que uno aprende de chico: todo ya ha sido experimentado con anterioridad.
HARPER: El mundo. Limitado. Horrible, horrible... Bueno... Ésta es la alucinación más
deprimente que he tenido.
PRIOR: Pido disculpas. Intento ser entretenido.
HARPER: Bueno, no se disculpe, usted... no puedo pretender que me entretenga alguien que
está realmente enfermo.
PRIOR: ¿Pero cómo es que usted sabe...?
HARPER: Eso ocurre a veces: éste es el verdadero comienzo de la revelación. Uno puede ver
cosas... por ejemplo, lo enfermo que está usted. ¿Ve algo referido a mí?
PRIOR: Sí.
HARPER: ¿Qué?
PRIOR: Usted es muy infeliz.
HARPER: No me diga. Conoce a una adicta al Valium y supone que es infeliz. Eso no cuenta.
Por supuesto que yo... Dígame otra cosa, algo sorprendente.
PRIOR: Algo sorprendente...
HARPER: Sí.
PRIOR: Su marido es gay. (Pausa.)
HARPER: ¡Qué ridículo! (Pausa.) ¿De veras?
PRIOR: (Encoge los hombros.) Ése es el comienzo de la revelación.
HARPER: Bueno, a mí no me gustan sus revelaciones. No creo que usted sepa intuir para nada.
Joe es un hombre muy normal, él... Oh, Dios, Oh, Dios, él... ¿Los gays salen a dar muchas
caminatas y muy largas?
PRIOR: Sí, lo hacemos... con pantalones elásticos bien ajustados y con cofia lavanda. Yo recién
la miré a usted y ahí estaba...
HARPER: Una especie de rayo azul de reconocimiento.
PRIOR: Sí.

13
HARPER: ¿Como si me conociera increíblemente bien?
PRIOR: Sí.
HARPER: Sí. Ahora tengo que irme, tengo que volver, hay algo que... se desmoronó. Ay, Dios,
me siento tan triste...
PRIOR: Lo siento... Yo generalmente digo: "Me cago en la verdad", pero la mayoría de las
veces la verdad lo caga a uno.
HARPER: Veo algo más referido a usted...
PRIOR: ¿Sí?
HARPER: En su interior, muy profundo, hay una parte suya, la parte más interna, que está
totalmente libre de la enfermedad. Eso puedo ver.
PRIOR: Es... que eso no es verdad.
HARPER: Ése es el comienzo de la revelación. Vuelvo a casa.... (Desaparece.)
PRIOR: Aquí la gente va y viene con demasiada rapidez.... (Para sí en el espejo.) No creo que
haya alguna parte de mí sin infectar. Mi corazón bombea sangre contaminada. Me siento
sucio.

Comienza a quitarse el maquillaje con las manos, esparciéndolo. De arriba cae una gran
pluma gris. Prior deja de quitarse el maquillaje y mira la pluma. Va hacia ella y la recoge.

VOZ: (Increíblemente bella.) ¡Mira hacia arriba!


PRIOR: (Mira y no ve a nadie.) ¿Hola?
VOZ: ¡Mira hacia arriba!
PRIOR: ¿Quién es?
VOZ: ¡Y prepara el camino!
PRIOR: No veo a nadie...

Desde arriba se produce un cambio dramático de luz.

VOZ: Mira hacia arriba, mira hacia arriba,


Y prepara el camino,
Para el descenso infinito
Un hábito en la brisa
Fluctúa hacia abajo
Gloria a... (Silencio.)
PRIOR: ¿Hola...? ¿eso es todo...? ¡Holaaa! ¿Qué carajo...? (Se contiene.) Pobre de mí... pobre,
pobre de mí. ¿Por qué yo?, ¿por qué este pobre infeliz? Oh, no me siento bien en este
momento, de veras que no.

ESCENA 8
Esa noche. Escena dividida: Harper y Joe en su casa; Prior y Louis en la cama.

HARPER: ¿Dónde estabas?


JOE: Caminaba.
HARPER: ¿Dónde?
JOE: Sólo caminaba y pensaba.
HARPER: Es tarde.

14
JOE: Tenía mucho que pensar.
HARPER: Quemé la comida.
JOE: Lo siento.
HARPER: Mi comida no, mi comida estaba bien. Tu comida. La puse de vuelta en el horno, al
máximo, y me quedé observando hasta que se volvió negra. Todavía está caliente, muy
caliente, ¿la quieres?
JOE: No tenías por qué hacerlo.
HARPER: Ya lo sé, pero parecía la clase de cosa que haría un ama de casa mentalmente
inestable, sexualmente insatisfecha y devoradora de píldoras.
JOE: Uy, uy...
HARPER: Así que lo hice. ¿Quién sabe ya qué más tengo que hacer?
JOE: ¿Cuántas pastillas?
HARPER: Un puñado. No cambies de tema.
JOE: No pienso hablarte cuando...
HARPER: ¡No, no, no hagas eso! Yo... yo estoy bien, las pastillas no son el problema, no son
nuestro problema, ¡QUIERO SABER DONDE ESTUVISTE!, ¡QUIERO SABER QUÉ ESTA
SUCEDIENDO!
JOE: ¿Sucediendo con qué?, ¿con el trabajo?
HARPER: Con el trabajo no.
JOE: Te dije que necesito más tiempo.
HARPER: ¡No es el trabajo!
JOE: Hablé por teléfono con el señor Cohn y él me dijo que tenía que apurarme.
HARPER: No es el...
JOE: No logro que hables con sensatez de nada, así que...
HARPER: ¡CÁLLATE!
JOE: ¿Entonces qué?
HARPER: No te apartes del tema.
JOE: ¿Y cuál es el tema? ¿Quieres preguntarme algo?, pregunta. Vamos.
HARPER : No puedo, te tengo miedo.
JOE: Estoy cansado, me voy a la cama.
HARPER: Dímelo sin que tenga que preguntarte, por favor...
JOE: Esto es una locura, yo no...
HARPER : Por las noches, cuando entras a casa, tu cara nunca es exactamente igual al
modo en que la recuerdo. Algo me sorprende... algo mezquino y duro que encuentro en tu
modo de mirar. Aun tu peso en la cama, por la noche, y el modo en que respiras en tu sueño
parece desconocido. Me aterrorizas.
JOE : (Frío.) Yo sé quien eres.
HARPER : Sí, yo soy el enemigo. ¡Qué fácil! Eso no cambia. ¿Crees que eres el único que
detesta el sexo? Yo también, yo lo odio contigo, de veras. Yo sueño que me golpeas
salvajemente hasta que todas mis articulaciones se desprenden, como cera, y me caigo a
pedazos. Es como un castigo. Me equivoqué al casarme contigo. Yo sabía que... (Se detiene.)
Es un pecado y nos está matando a los dos.
JOE: Siempre puedo saber cuando tomaste pastillas porque la cara se te pone rojiza y
sudorosa y francamente es por eso que ocurre tan a menudo por lo que yo no quiero...
HARPER: Porque...
JOE: Bueno, no eres muy bonita, al menos en este estado.
HARPER : Tengo que preguntarte algo...

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JOE: ¡Entonces pregunta!, ¡pregunta!, qué diablos te...
HARPER: ¿Eres homosexual? (Pausa.) ¿Lo eres? Si en este instante intentas irte, voy a poner
otra vez tu comida en el horno y lo voy a poner al máximo hasta que todo el edificio se llene
de humo y todos los que viven en él se asfixien. Te juro por Dios que lo voy a hacer. Así que
contéstame...
JOE: Y qué si... (Pausa.)
HARPER: Entonces, por favor, dímelo y vamos a ver.
JOE: No, no lo soy... y no veo qué diferencia hace...

LOUIS: Los judíos no tienen ningún texto claro que sirva de guía a lo que pasa después de la
muerte, ni siquiera admiten que exista. Yo no pienso demasiado en el tema; yo lo veo como un
jueves del mes de marzo, por la tarde, con una lluvia perpetua y hojas muertas.
PRIOR: Aj... muy grecorromano.
LOUIS: Bueno, para nosotros no es el veredicto el que cuenta, es el acto del juicio. Es por eso
que nunca podría ser abogado... En la corte lo único que importa es el veredicto
PRIOR: Nunca podrías ser abogado porque siempre estás caliente; estás demasiado distraído.
LOUIS: No es distraído, es abstraído. Intento decir algo importante...
PRIOR: A ver...
LOUIS: Es el juez en la cámara estudiando los textos, sopesando, analizando la evidencia,
clasificando con libertad distintas categorías: bien, mal, inocente, culpable; es el juez
circunspecto que analiza y no el juez que castiga apresuradamente, golpeando el mazo. La
forma en que se construye una ley y no su ejecución
PRIOR: Al grano, querido, al grano...
LOUIS: Lo que tiene que importar al final son las preguntas y la forma en que uno construye su
vida, toda su complejidad reunida, ordenada y examinada, y lo que importa al final no es un
sello de salvación o de condena que dispersa toda la complejidad en alguna pequeña decisión
que no convence, sino el equilibrio de todas esas escalas.
PRIOR: Me gusta esto, es muy zen, es muy tranquilizante, incomprensible e inútil. Aquí los que
vamos a morir te agradecemos.
LOUIS: No estás por morir.
PRIOR: No estoy bien, de veras, tengo dos lesiones nuevas. Me duele la pierna. El médico dice
que en mi orina hay proteína pero quién sabe qué carajo significa. Como sea, la proteína no
debería estar allí. Mi culo está rozado por la diarrea... y ayer cagué sangre.
LOUIS: Odio esto, de veras, no me cuentes...
PRIOR: Es que te pones tan mal que yo termino dándote ánimos. Es más fácil...
LOUIS: Ah, gracias...
PRIOR: Si es algo malo te lo cuento.
LOUIS: Cagar sangre me parece malo...
PRIOR: Y te lo estoy contando.
LOUIS: Y yo estoy manejando la situación como puedo.
PRIOR: Cuéntame algo más, referido a la justicia.
LOUIS: Yo estoy tratando de manejar la situación...
PRIOR: Bueno, Louis, ganaste el premio al héroe del mes. (Louis comienza a llorar.) Me
desdigo, no eres el héroe del mes. Esto no da resultado. Cuéntame algo más referido a la
justicia.
LOUIS: No estás por morir.
PRIOR: Justicia...

16
LOUIS: Es una inmensidad, una vastedad confusa. La justicia es Dios. ¿Prior?
PRIOR: ¿Hummm?
LOUIS: ¿Me quieres?
PRIOR: Sí.
LOUIS: ¿Qué pasaría si me alejase de todo esto?, ¿me odiarías eternamente? (Prior lo besa en
la frente.)
PRIOR: Sí.

JOE: Creo que deberíamos rezar, pedirle ayuda a Dios, pedírsela juntos...
HARPER: Dios no me hablaría, yo tengo que inventar personas para que me hablen.
JOE: Tienes que seguir pidiendo.
HARPER: Olvidé la pregunta. Ah sí, ¿Dios, mi marido es...?
JOE: (Asustado.) Basta, basta, te lo advierto. ¿Qué diferencia hace lo que pueda ser
muy dentro
de mí, sin importar lo equivocado o lo feo que sea, mientras que haya luchado con todas mis
fuerzas para matarlo? ¿Qué quieres de mí? ¿Qué quieres de mí, Harper? ¿Más que eso? Por
amor a Dios, ya no queda nada, soy una cascara. Ya no hay nada dentro de mí por matar.
Siempre que mi comportamiento sea lo que sé que debe ser: decente, correcto. Eso sólo ante
los ojos de Dios
HARPER: No, no, eso no, esa es la forma de hablar de Utah, de los mormones y la odio. Joe,
cuéntame, dilo...
JOE: Sólo voy a decir que soy un hombre muy bueno que trabajó muy duro para volverse
bueno y que quieres destruirme. Quieres destruirme pero no voy a permitirlo. (Pausa.)
HARPER: Voy a tener un bebé.
JOE: Mentirosa.
HARPER: Tú eres el mentiroso. Un bebé nacido con la adicción a las pastillas. Un bebé que en
vez de soñar tenga alucinaciones, que nos mire con ojos grandes como espejos y que no sepa
quiénes somos. (Pausa.)
JOE: Es cierto que estás....
HARPER: No. Sí. No. Sí. Aléjate de mí. Ahora los dos tenemos un secreto.

PRIOR: Uno de mis antepasados era capitán de barco. Ganaba mucho dinero trayendo aceite de
ballena a Europa y regresando con inmigrantes —la mayoría irlandeses— que iban apilados a
razón de tantos dólares por cabeza. El último barco que él capitaneaba naufragó en la costa de
Nueva Escocia, en una tempestad de invierno, y se hundió en las profundidades del mar. El se
hundió con su barco —la grande geste— pero su tripulación ubicó setenta mujeres y niños en
el único bote salvavidas. Era un inmenso bote de remo y cuando el tiempo se puso demasiado
malo, pensando que estaba atestado, la tripulación empezó a tirar gente al mar, hasta lograr la
estabilidad. Caminaban de una punta a la otra del bote, con los ojos fijos en la línea de
flotación y cuando se hundía debajo del nivel, agarraban al pasajero más cercano y lo
arrojaban al mar. ¿Sabes?, el bote hacía agua y eran setenta personas al salir; llegaron a
Halifax con sólo nueve personas a bordo.
LOUIS: Dios mío.
PRIOR: Ahora pienso mucho en esa historia, en las personas en ese bote, esperando
aterrorizadas mientras que hombres implacables, poco sonrientes, irresistiblemente fuertes,

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apresaban... tal vez al que estaba a su lado o a él mismo y sin previo aviso, con tiempo sólo
para inhalar por última vez, verse arrojado en aguas turbulentas y congeladas, hasta ahogarse
en la sal y la oscuridad. Me gusta tu cosmología, bebé. Mientras el tiempo se acaba me
encuentro inducido a todo lo que esté disperso o que carezca de final —pero me parece que
esta actitud te deja ir impune, sin haber pagado nada.
LOUIS: ¿Qué quieres decir?
PRIOR: Sin juicio, sin culpa... ni responsabilidad.
LOUIS: Para mí...
PRIOR: Para cualquiera, yo hablé en general.
LOUIS: Por favor, mejórate, por favor. Por favor, no te pongas peor.

ESCENA 9
Tercera semana de noviembre. Roy y Henry, su médico en el consultorio de Henry.

HENRY: Nadie sabe qué lo provoca y nadie sabe cómo curarlo. La mejor teoría es que la culpa
la tiene un retro virus, el Virus de Inmunodeficiencia Adquirido. Su presencia se hace conocer
por los anticuerpos inútiles que aparecen como reacción a su entrada a la corriente sanguínea a
través de una herida o de un orificio. Los anticuerpos no tienen poder para proteger el cuerpo
contra ellos. ¿Por qué?, no lo sabemos. El sistema inmunológico del cuerpo deja de funcionar.
A veces el cuerpo hasta se ataca a sí mismo. Sin ninguna duda queda expuesto a una gama
horrorosa y variada de infecciones por medio de microbios contra los que usualmente se
defiende. Como los sarcomas de Kaposi. Estas lesiones o su problema de garganta o el de las
glándulas. Creemos que tal vez pueda deslizarse a través de la barrera de sangre del cerebro
hacia el cerebro, lo que desde luego son muy malas noticias. Y es mortal para un porcentaje
indeterminado de personas que tienen su sistema inmu-nológico suprimido. (Pausa.)
ROY: ¡Qué interesante!, ¡señor Mago de Oz!, ¿pero por qué carajos me cuenta esto? (Pausa.)
HENRY: Bueno, acabo de sacarle tejido de una de sus tres lesiones y es muy probable que el
resultado de la biopsia nos diga que es una lesión del sarcoma de Kaposi. Y además tiene una
pronunciada hinchazón de las glándulas del cuello, de la ingle y debajo de los brazos; la
linfodemopatía es otro signo. Y tiene una candidiasis oral y tal vez otro tipo de hongos debajo
de las uñas de dos de sus dedos en la mano derecha. Es por eso que...
ROY: Esta enfermedad...
HENRY: Síndrome.
ROY: Como se llame, ataca en especial a los homosexuales y a los drogadictos...
HENRY: En su mayoría... y los hemofílicos también corren el riesgo.
ROY: Homosexuales y drogadictos... no entiendo por qué implica que yo... (Pausa.) ¿Qué
está sugiriendo, Henry?
HENRY: Yo no...
ROY: Yo no soy drogadicto.
HENRY: Oh, vamos, Roy...
ROY: ¿Qué?, ¿qué?, ¿vamos Roy, qué? ¿Cree que me doy con heroína, Henry?, ¿me ve
señales?
HENRY: Esto es absurdo.
ROY: Dígalo.
HENRY: ¿Qué quiere que diga?
ROY: Diga: "Roy Cohn, usted es..."

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HENRY: Roy...
ROY: "Usted es un..." ...Vamos... Y no: "Roy Marcus Cohn, usted es un drogadicto" sino "Roy
Cohn, usted es un..." ...Vamos, Henry, comienza con "hache".
HENRY: Oh no, yo no voy a...
ROY: Con "hache", Henry... y no es "hemofílico", vamos...
HENRY: ¿Qué pretende, Roy?
ROY: No, dígalo, de veras. Diga: "Roy Cohn, usted es un homosexual". (Pausa.) Y yo voy a
proceder, en forma sistemática, a destruir su reputación y su carrera en el estado de Nueva
York, Henry... cosa que ya sabe puedo hacer y muy bien.
HENRY: Roy, usted es mi paciente desde 1958. Además de los estiramientos faciales que le
realicé lo he tratado de todo, desde sífilis...
ROY: Me lo contagió una puta en Dallas.
HENRY: Desde sífilis hasta verrugas venéreas... en su ano... que puede habérselas contagiado
una puta en Dallas, pero no una puta mujer. (Pausa.)
ROY: Dígalo.
HENRY: Roy Cohn, usted es... Usted tuvo relaciones sexuales con hombres, muchas,
muchísimas veces, Roy, y uno de ellos, o muchos de ellos, lo han enfermado gravemente.
Usted tiene SIDA.
ROY: SIDA. Su problema, Henry, es que usted está enredado en palabras y en etiquetas, que
considera que significan lo que parecen significar. SIDA. Homosexual. Gay. Lesbiana. Usted
cree que ésos son nombres que le cuentan quién duerme con quién, pero no es así.
HENRY: ¿No?
ROY: No. Como todas las etiquetas, le cuentan una cosa y sólo una. ¿Dónde se ubica un
individuo, así identificado, en la cadena alimenticia, en la ley del más fuerte? Ni la ideología
ni las preferencias sexuales sino algo mucho más simple: el poder. No a quién me cojo o quién
me coje, sino quién me va a responder el teléfono cuando yo hable, gente que me debe
favores. A eso se refieren las etiquetas. Por supuesto, para quien no entiende esto, soy un
homosexual porque tengo relaciones sexuales con hombres, pero en realidad están
equivocados. Homosexuales no son los hombres que duermen con otros hombres,
homosexuales son hombres que durante quince años intentaron conseguir una ley contra la
discriminación y no lo consiguieron. Homosexuales son hombres que no conocen a nadie y a
quien nadie conoce. Que no tienen poder. ¿Eso me pasa a mí, Henry?
HENRY: No.
ROY: No, porque yo tengo poder y mucho. Henry, yo puedo levantar el teléfono, marcar
quince números y ¿sabe quién va a estar en el otro extremo en menos de cinco minutos?
HENRY: El presidente.
ROY: Aún mejor, Henry, su mujer.
HENRY: Me deja muy impresionado.
ROY: No pretendo impresionarlo, quiero que comprenda. Esto no es un sofisma ni tampoco es
hipocresía, esto es la realidad. Tengo relaciones sexuales con hombres pero a diferencia de
casi todos los demás hombres en quienes esto es cierto, yo llevo conmigo al tipo que me estoy
cogiendo a la Casa Blanca y el Presidente Reagan nos sonríe y nos estrecha la mano. Porque
lo que Yo Soy está definido totalmente por Quién Soy. Roy Cohn no es un homosexual. Roy
Cohn es un hombre heterosexual, Henry, a quien le gusta coger con tipos.
HENRY: Está bien, Roy.
ROY: ¿Entonces, cuál es mi diagnóstico, Henry?
HENRY: Tiene SIDA, Roy.

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ROY: No, Henry, no. SIDA es lo que tienen los homosexuales, yo tengo cáncer de hígado.
(Pausa.)
HENRY: Bueno, tenga la mierda que tenga, Roy, es muy seria y yo no tengo un carajo que
darle. El Centro de Investigaciones de Bethesda tiene una droga nueva: A/T, pero hay una lista
de espera de dos años en la que ni siquiera yo puedo meterlo. Así que agarre el teléfono, Roy,
marque los quince números y dígale a la Primera Dama que necesita entrar en un tratamiento
experimental para cáncer de hígado, porque puede llamarlo como se le dé la gana, Roy, pero a
lo que se reduce es a muy malas noticias

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SEGUNDO ACTO
EN VITRO
Diciembre 1985 — Enero 1986

ESCENA I
Tercera semana de diciembre por la noche. Prior solo en el suelo de su dormitorio; está
mucho peor.

PRIOR: Louis, Louis, por favor, despierta, Dios mío... (Louis entra corriendo.) Creo que me
pasa algo terrible, no puedo respirar...
LOUIS: (Está por salir.) Voy a llamar a una ambulancia.
PRIOR: No, espera, yo...
LOUIS: ¿Esperar?, ¿estás loco?. Dios mío, estás hirviendo, tu cabeza está hirviendo de Fiebre.
PRIOR: Me duele, me duele...
LOUIS: Voy a llamar a la ambulancia.
PRIOR: No quiero ir al hospital, no quiero ir al hospital, por favor, déjame estar aquí, solo...
LOUIS: No, no, por Dios, Prior, párate...
PRIOR: ¡NO ME TOQUES LA PIERNA!
LOUIS: Tenemos que... Ay Dios, esto es una locura.
PRIOR: Voy a estar bien si me quedo aquí, Lou, en el suelo, de veras, si tan solo pudiera dormir
un poco... (Louis sale.)
PRIOR: ¿Louis? ¡No!, ¡no!, no llames, me vas a mandar allá y ya no voy a volver, por favor,
Louis te lo suplico, bebé, por favor. (Grita.) ¡Louis!
LOUIS: (De afuera, histérico.) ¡Te vas a callar de una vez, hijo de puta!
PRIOR: (Trata de ponerse en pie.) Aaah. Tengo... que ir al baño. Espera. Espera, es sólo... Ah,
Ay, Dios mío. (Se caga encima.)
LOUIS: (Entra.) ¿Prior?, van a venir en un... oh, mi Dios.
PRIOR: Lo siento, lo siento.
LOUIS: ¿Qué pasó...?, ¿qué?
PRIOR: Tuve un accidente. (Louis va hacia él.)
LOUIS: Esto es sangre.
PRIOR: Tal vez sea mejor que no la toques... yo... yo... (Se desmaya.)
LOUIS: (Despacio.) Auxilio, socorro, ay Dios, Dios, Dios, ayúdame, no puedo, no puedo, no
puedo.

ESCENA 2
La misma noche. Harper está sentada en su casa, sola, en la oscuridad, apenas se la ve.
Entra Joe pero no prende luz.

JOE: ¿Por qué estás sentada en la oscuridad? Prende la luz.


HARPER: No. Oigo otra vez los ruidos en el baño. Se ve que alguien estuvo allá.
JOE: No estuvo nadie.
HARPER: En realidad debe haber estado dentro de la cama, bajo la colcha, con un cuchillo. Ay,
ay, Joe, estoy pensando en irme... y con eso quiero decir que pienso que me estoy yendo otra
vez. Tú... ¿tú sabes qué quiero decir?
JOE: No, por favor, quédate, podemos arreglarlo. Rezo por eso. Es mi culpa, pero puedo

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corregirlo y tú también tienes que intentarlo... (Prende la luz. Ella la apaga.)
HARPER: Cuando rezas... ¿por qué rezas?
JOE: Le rezo a Dios para que me aplaste, me reduzca en partículas para poder empezar todo
otra vez.
HARPER: Oh, por favor, no reces para eso.
JOE: Cuando yo era chico tenía un libro con cuentos bíblicos. Había un dibujo que miraba unas
veinte veces por día: Jacobo luchando con el ángel. En realidad, no recuerdo el cuento o el
porqué de esa lucha, sólo el dibujo. Jacobo es joven y muy tuerte. El ángel es... un hombre
hermoso, con pelo rubio y, por supuesto, alas. Todavía sueño con eso... muchas noches. Yo...
soy yo, en esa lucha feroz e injusta. Si el ángel no es humano y no se contiene, cómo podría
cualquier humano ganarle, ¿qué clase de pelea es ésa? No es justo. El perder significa tener el
alma tirada en el polvo y el corazón desgarrado de Dios. Pero uno no puede perder.
HARPER: Eres la única persona, la única persona en todo el mundo que quiero o que alguna
vez quise. Y te quiero tanto, tanto. Eso es lo que es tan horrible, irreductiblemente verdadero.
Puedo inventar cualquier cosa pero no puedo hacer que eso se vaya con un sueño.
JOE: ¿Es cierto... es cierto que vas a tener un bebé?
HARPER: Es mi periodo y no hay sangre. No lo sé. No creo que pueda ser gran cosa. Tal vez no
sangre porque tomo demasiadas pastillas. Tal vez dé a luz una pastilla. Eso le daría un nuevo
significado a la tragazón de pastillas, ¿no? Creo que deberías ir a Washington. Solo. Cambiar,
como dijiste. JOE: No pienso dejarte, Harper.
HARPER: Bueno, tal vez no, pero yo sí voy a dejarte.

ESCENA 3
Una de la madrugada del día siguiente. Lotus y una enfermera, Emily, están sentados, en el
cuarto de Prior, en el hospital.

EMILY: Ahora va a estar bien.


LOUIS: No es así.
EMILY: No, supongo que no. Le di algo para que se duerma.
LOUIS: ¿Un sueño profundo?
EMILY: Va a estar en órbita por las lunas de Júpiter.
LOUIS: Es un buen lugar para estar.
EMILY: Cualquiera es mejor que éste. ¿Usted es su... eh?
LOUIS: Sí, yo soy su eh.
EMILY: Esto debe ser un infierno para usted.
LOUIS: Lo es. El infierno, la vida después de la muerte, que dicho sea de paso, Prior, no se
parece en nada a una tarde lluviosa de marzo. Es mucho más animado de lo que esperaba. Las
hojas muertas crujen. El aire es seco y penetrante. Morirse es como un largo y lujurioso
sentimiento que termina por romper el corazón.
EMILY: Sí, bueno, todos nos rompemos los corazones en esta vida. Parece un tipo agradable,
lindo.
LOUIS: Así no. Sí, lo es... era... como sea.
EMILY: Nombre extraño, Prior Walter... significa algo así como "el Walter anterior a éste"...
LOUIS: Hubo muchos Walter antes que éste. Prior es un antiguo nombre de familia, dentro de
una antigua, antiquísima familia. Los Walters se remontan al Mayflower y mas allá, a las
conquistas de los normandos. Él dice que hay un Prior Walter bordado en el tapiz de Bayeux.

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EMILY: ¿Y eso es algo importante?
LOUIS: Bueno, es antiguo, muy antiguo, lo que en algunos círculos equivale a algo importante.
EMILY: En mi círculo no. ¿Cuál es el nombre del tapiz?
LOUIS: El tapiz de Bayeux, bordado por la reina Matilde.
EMILY: Se lo voy a contar a mi madre. Ella borda... me vuelve loca.
LOUIS: Es una terapia manual para manos ansiosas.
EMILY: Tal vez debería intentarlo.
LOUIS: Matilde bordaba mientras Guillermo, el Conquistador, estaba en la guerra. Ella era
capaz de... mucho más que lealtad, de devocición. Ella lo esperó, bordó durante años. Y si él
hubiera regresado de la guerra, desecho y derrotado, ella lo habría querido aún más. Y si
hubiera regresado mutilado, feo, lleno de infecciones y de horror, aún así ella lo hubiera
querido; alimentada por la piedad, por compartir el dolor, lo hubiera amado aún más y más, y
ella nunca, nunca le hubiera rezado a Dios, rogándole que lo dejara morir si no podía volver
entero y saludable y capaz de vivir una vida normal. Si él hubiese muerto, ella hubiera
enterrado su corazón con él. Así que ¿...qué carajos me pasa? (Pausa.) ¿Va a dormir toda la
noche?
EMILY: Por lo menos.
LOUIS: Me voy.
EMILY: Es la una de la madrugada, ¿adonde tiene que ir a esta...?
LOUIS: Ya sé la hora. A caminar. A tomar aire, es bueno para... Al parque.
EMILY: Tenga cuidado.
LOUIS: Sí, el peligro. Si se despierta y usted todavía sigue aquí, dígale adiós de mi parte,
dígale que me tuve que ir.

ESCENA 4
Una hora después, escena dividida. Joey Roy en un bar de moda —que no es gay—; Louis y
un hombre en las sombras en Central Park. Joe y Roy están sentados en el bar; el lugar tiene
una luz brillante. Joe tiene un plato de comida pero no come. Roy, cada tanto, estira la mano
con tenedor y come bocados del plato de Joe. Roy bebe mucho y Joe nada. Louis y el hombre
se miran, ambos alternando interés e indiferencia.

JOE: Ella comenzó a tomar pastillas después del aborto o... no, antes ya tomaba algunas.
Cuando era chica pasó malos momentos en su casa, sus padres bebían mucho y la golpeaban.
Ella no habla de eso, en cambio habla de... la caída del Cielo y de personas ocultas debajo del
sofá con cuchillos. Monstruos. Mormones. Todos piensan que los mormones no provienen de
casas como ésas, no se supone que debemos comportarnos de ese modo, pero lo hacemos. No
es una cuestión de mentiras o de tener dos caras. Todos tratan con mucho esfuerzo de cumplir
con los mandamientos de Dios, que son muy... ummm...
ROY: Estrictos.
JOE: No debería molestarlo con esto.
ROY: No, por favor, de corazón a corazón. ¿Quiere otro?, ¿qué toma?, ¿agua mineral?
JOE: Y cuando no están a la altura de lo que exigen esos mandamientos, el fracaso los golpea
con más fuerza. Al desear ser buenos, con tanta intensidad, cuando fracasan se sienten todavía
mas alejados de la bondad. Lo que me asusta es que tal vez lo que en realidad quiero en ella es
esa parte que tiene, que está mas alejada de la luz, del amor de Dios; tal vez fue a eso a lo que
me sentí impulsado en primer lugar. Y lo mantengo vivo porque lo necesito.

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ROY: ¿Y por qué habría de necesitarlo?
JOE: Hay cosas... No sé si nos conocemos demasiado bien. ¿Quiero decir, y si...? ¿...si me casé
con ella porque... porque me encantaba que siempre estuviese equivocada o que diera siempre
un paso equivocado? En Salt Lake City eso se destaca. Yo nunca me destaqué, por fuera, pero
por dentro me era difícil... pasar.
ROY: ¿Pasar?
JOE: Sí.
ROY: ¿Pasar como qué?
JOE: Eh, bueno... Como alguien alegre y fuerte. Los que aman a Dios con un corazón abierto y
que no está nublado por secretos y luchas están alegres; el amor de Dios por ellos, simple y
fácil, se ve en lo fuertes y felices que están. Son los santos.
ROY: ¿Pero usted tenía secretos?, luchas secretas...
JOE: Yo quería ser uno de los elegidos, uno de los bendecidos. Uno siente la necesidad de serlo
y cree que los defectos son de uno por elección y por supuesto no es así. Harper no eligió su
tristeza, su profunda y auténtica tristeza, pero la tiene.
ROY: Pero usted no puso esa tristeza en su corazón.
JOE: No.
ROY: Sin embargo suena como si pensase que sí.
JOE: Yo soy responsable de ella.
ROY: Porque es su mujer.
JOE: Eso, y porque la quiero.
ROY: Por lo que sea. Ella es su mujer, y por lo tanto tiene obligaciones para con ella, pero
también para con usted.
JOE: Washington la terminaría de destrozar.
ROY: Entonces deje que se quede aquí.
JOE: Se rompería en pedazos si la dejase aquí.
ROY: Entonces llévela a Washington.
JOE: No puedo, Roy, ella me necesita.
ROY: Escuche, Joe, yo soy el mejor abogado de divorcios del mundo. (Pausa.)
JOE: ¿Y Washington no puede esperar?
ROY: Haga lo que tenga que hacer, Joe, lo que usted necesita... Usted. Deje que la vida de ella
vaya adonde ella quiera. Los dos van a estar mejor de ese modo. Alguno de ustedes dos
debería conseguir lo que quiere.

HOMBRE: ¿Qué quieres?


LOUIS: Quiero que me rompas el culo, que me lastimes, que me hagas sangrar.
HOMBRE: Yo quiero.
LOUIS: ¿Sí?
HOMBRE: Quiero lastimarte.
LOUIS: Cógeme.
HOMBRE: ¿Sí?
LOUIS: Duro.
HOMBRE: ¿Sí?, ¿fuiste un niño malo? (Pausa. Louis ríe suavemente.)
LOUIS: Muy malo, malísimo.
HOMBRE: ¿Necesitas que te castiguen, nenito?
LOUIS: Sí.
HOMBRE: ¿Sí qué? (Pausa.)

24
LOUIS: Umm, yo...
HOMBRE: ¿Sí qué, nenito?
LOUIS: Eh... sí, señor.
HOMBRE: Quiero que me lleves a tu casa, nenito.
LOUIS: No, no puedo hacer eso.
HOMBRE: No, ¿qué?
LOUIS: No, señor, no puedo, yo... no vivo solo, señor.
HOMBRE: ¿Tu amante sabe que esta noche saliste con un hombre, nenito?
LOUIS: No, señor, él... mi amante no sabe...
HOMBRE: Tu amante sabe que...
LOUIS: ¿Por qué no cambiamos de tema? ¿...Podemos ir a tu casa?
HOMBRE: Vivo con mis padres.
LOUIS: Ah.
ROY: Todos los que triunfan en este mundo lo hacen por que alguien más viejo y más
poderoso se interesa en ellos. Pienso que la posesión más valiosa de la vida es la habilidad de
ser un buen hijo. Usted tiene eso, Joe, puede ser esa clase de buen hijo al que un padre empuja
más allá de donde en realidad iría. Yo tuve muchos padres y les debo mi vida, hombres
poderosos, sí, muy poderosos. Walter Winchell, Edgar Hoover, pero sobre todo Joe McCarthy.
El me valoró porque soy un buen abogado. Pero me quiso porque fui y soy un buen hijo para
él. Era un hombre muy difícil, muy cauteloso y astuto. Pero yo supe despertar algo tierno en
su interior. Él hubiera muerto por mí y yo por él. ¿Esto lo desconcierta?
JOE: Yo pasé una época muy difícil con mi padre.
ROY: A veces ése es el camino, por eso uno tiene que encontrar otros padres sustitutos, no sé.
La relación padre-hijo es central en la vida. Las mujeres son para dar a luz, para el comienzo,
pero el padre es la continuidad. El hijo le ofrece al padre su vida como si fuera una nave
destinada a llevar adelante los sueños de ese padre. ¿Su papá vive?
JOE: Ummm, murió.
ROY: ¿Él era... qué?, un hombre difícil.
JOE: Estaba en el ejército. Podía ser muy injusto... y frío.
ROY: Pero él lo quería.
JOE: No sé.
ROY: No, no, Joe, lo quería, yo lo sé. A veces el amor de un padre tiene que ser muy, muy
duro, hasta injusto y frío para hacer que su hijo crezca fuerte en un mundo como éste, que no
es nada fácil.

HOMBRE: Entonces aquí.


LOUIS: Yo... ¿tienes un condón?
HOMBRE: Yo no uso condón.
LOUIS: Deberías. (Saca uno de bolsillo.) Aquí tienes.
HOMBRE: Yo no uso.
LOUIS: Entonces, olvídalo. (Empieza a irse.)
HOMBRE: No, espera. Pónmelo, niño.
LOUIS: Olvídalo, tengo que volver... a casa. Me debo estar volviendo loco.
HOMBRE: Ay, vamos, por favor, él no se va a enterar.
LOUIS: Hace frío, demasiado frío.
HOMBRE: Nunca está demasiado frío, déjame que te caliente. ¿Por favor? (Empiezan a coger.)
Relájate.

25
LOUIS: (Risita.) Ni lo pienses.
HOMBRE: Se...
LOUIS: ¿Qué?
HOMBRE: Creo que se rompió... el condón... ¿Quieres que siga? (Pausa.) ¿La saco?
¿...debería?
LOUIS: Sigue. Inféctame. No me importa, no me importa... (Pausa, el Hombre sale.)
HOMBRE: Yo... ummm, mira, lo siento, pero creo que quiero irme.
LOUIS: Sí, dale saludos a tu papiro y a tu mamita. (El Hombre le da una bofetada.) ¡Ow! (Se
miran.) Era sólo un chiste. (El Hombre se va.)

ROY: ¿Desde cuándo se conocen?


JOE: Desde 1980.
ROY: Claro, es mucho tiempo. Me siento cerca de usted, Joe. ¿Le son útiles mis consejos?
JOE: Ha sido un amigo increíble, Roy, yo...
ROY: Quiero que seamos una familia. Familia, como dicen mis amigos italianos, la familia.
Una palabra encantadora. Para mí es muy importante ayudarlo, como lo hicieron conmigo.
JOE: Yo prácticamente le debo todo a usted, Roy.
ROY: Me estoy muriendo, Joe... de cáncer.
JOE: No, Dios mío.
ROY: Por favor, deje que termine. Muy pocas personas lo saben y se lo cuento a usted sólo
porque... no le tengo miedo a la muerte. ¿Qué me puede traer la muerte que no haya
enfrentado? He vivido intensamente y le puedo asegurar que la vida es mucho peor. (Se burla
de sí mismo.) Míreme, soy un filósofo. Joe, tiene que hacerlo, tiene, tiene, tiene. El amor es
una trampa. La responsabilidad también es otra trampa. Como un padre a su hijo le digo que la
vida está llena de horrores y nadie escapa, nadie, salvo uno mismo. Los que nos tironean o
sólo necesitan de uno son una amenaza. No tenga miedo, la gente tiene tanto miedo, no tema
vivir a la intemperie, desnudo y solo... Al menos aprenda esto: sepa siempre lo que es capaz de
hacer y no deje que nada se interponga en su camino.

ESCENA 5
Tres días después, en el hospital. Prior y Belize en el cuarto de Prior. Prior está muy enfermo,
pero mejorando. Belize acaba de llegar.

PRIOR: Preciosa.
BELIZE: Ma cherie bichette.
PRIOR: Stella.
BELIZE: Me dicen Stella porque soy como una estrella del firmamento. Déjame ver. (Estudia a
Prior.) Te ves como la mierda, sí, sin duda, ¡comme la merde!
PRIOR: ¡Merci!
BELIZE: (Saca botellitas de plástico de la bolsa y se las da a Prior.) No desesperes, Belle
Reeve. ¡Mira!, ¡te traje el elixir mágico!
PRIOR: (Abre una botella y huele.) ¡Aj!, ¿qué clase de mierda es?
BELIZE: Es asquerosa pero masajéate todo tu pobre cuerpo llagado y vas a ver los resultados.
PRIOR: Esto no es medicina occidental, estas botellas...

26
BELIZE: Es crema vodoo, de la curandera que vive cerca de casa.
PRIOR: Y eso que eres una enfermera diplomada.
BELIZE: (Oliendo.) Es cera de abejas y perfume barato, cortado con loción Jergens. Llena de
buenas vibraciones y del amor de alguna pigmea cubana, negra y bruja, pero de Miami.
PRIOR: Saca esa porquería de mi vista, yo soy un inmunodeficiente.
BELIZE: Yo soy una profesional de la salud y sé lo que hago.
PRIOR: Tiene un olor inmundo. ¿Alguna noticia de Louis?

Pausa, Belize empieza a darle un breve masaje a Prior.

PRIOR: Se fue.
BELIZE: Va a volver, conozco a los de su tipo, les gusta mantener esperando a sus chicas.
PRIOR: Ya pasaron... (Pausa.)
BELIZE: (Trata de ejercitarle la memoria.) ¿Cuánto tiempo?
PRIOR: No me acuerdo.
BELIZE: ¿Hace cuánto que estás aquí?
PRIOR: (Se pone mal de pronto.) No me acuerdo y no me importa un carajo. Quiero a Louis.
Quiero a mi pinche novio, ¿dónde carajos está? Me estoy muriendo, ¿dónde está Louis?
BELIZE: Shhh, shhh...
PRIOR: Esta droga es muy extraña... produce una inestabilidad emocional a los principiantes.
BELIZE: Guárdame una tableta... o dos.
PRIOR: Ah no, esta droga no, n'est ne pas pour la joyeux noel et la bonne année, esta droga es
químicamente muy venenosa, ma pouvre bichette. Y no sólo me desorienta. Oigo voces.
Voces.
BELIZE: Voces...
PRIOR: Una voz.
BELIZE: ¿Qué te dice? (Pausa.)
PRIOR: Se supone que no lo cuente.
BELIZE: Va a ser mejor que se lo cuentes al médico o lo voy a hacer yo.
PRIOR: No, no lo hagas, por favor. Quiero oír esa voz, es maravillosa. Es lo único que me
mantiene vivo. No quiero hablarle a algún médico practicante sobre ella. ¿Sabes qué pasa?,
cuando la oigo tengo una erección.
BELIZE: Oh, oh.
PRIOR: Comme fa. (Usa su brazo para mostrarle.) Y sabes muy bien que no se me para
fácilmente.
BELIZE: Todavía me duele la mandíbula cuando me acuerdo.
PRIOR: ¿Y me vas a negar este pequeño oasis de placer, delatando mi lujuria a los guardias de
Florencia Nightingale?
BELIZE: ¡No lo permita Dios!, ma bebé.
PRIOR: Me cambiarían la droga sólo para estropearme la diversión.
BELIZE: Tú y tu pitón pueden depender de mí.
PRIOR: Je t adore, ma belle negre.
BELIZE: Como sabrás, toda esta conversación en femenino es políticamente incorrecta;
tendríamos que haberla dejado cuando dejamos de ser travestís.
PRIOR: Estoy enfermo y soy incorrecto políticamente si me hace sentir mejor. Te pareces a
Lou. (Pausa.) Bueno, al menos tengo la satisfacción de saber que está muy angustiado en
algún lugar. Sí, adoro que esté angustiado. El mejor espectáculo del mundo es verlo actuar

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como un imbécil, todo cagado de miedo y paralizado haciendo disquisiciones estúpidas frente
a un acertijo moral relativamente menor. Ya mamá me lo había advertido: si los ves derotados
por pequeneces...
BELIZE: Se mueren ante un problema grande.
PRIOR: Mamá me lo advirtió.
BELIZE: Y bien que aparecen.
PRIOR: Pero yo no la escuché.
BELIZE: No. (Como Hepburn.) Los hombres son bestias.
PRIOR: (También Hepburn.) De lo peor.
BELIZE: Me tengo que ir, he elegido llevar una vida solitaria cuidando enfermos aunque el
salario sea miserable.
PRIOR: Eres una mártir cristiana.
BELIZE: Pase lo que pase, bebé, estaré aquí, a tu lado.
PRIOR: Je t'aime.
BELIZE: Je t'aime. Y no te vuelvas loca, querida, ya tengo demasiadas reinas locas cerca, me
bastan para toda una vida... o para dos. No puedo soportar más locuras a mi alrededor.
PRIOR: Te lo prometo.
BELIZE: (Le toca suave.) Ouch.
PRIOR: Ouch, eso mismo.
BELIZE: ¿Por qué te cargaron la mano? Y come más, querida, que de veras estás hecha mierda.
(Belize sale.)
PRIOR: (Espera un foco.) Ya se fue. ¿Todavía está...?
VOZ: No puedo quedarme. Voy a volver.
PRIOR: Usted es una de las voces del programa ¿"Sígame al más allá"?
VOZ: No, yo no soy un ave nocturna, soy un mensajero...
PRIOR: Tiene una voz preciosa, suena... como una viola, como una perfecta afinación, las
cuerdas están tensas pero equilibradas, la verdad... Quédese conmigo...
VOZ: Ahora no. Pronto voy a volver y me voy a revelar ante ti, con toda mi gloria; mi corazón,
mi aspecto y mi mensaje. Debes prepararte.
PRIOR: ¿Por qué?, yo no quiero...
VOZ: No, la muerte no. ¡Emprendemos un trabajo maravilloso y un prodigio, un edificio
torcido que hundimos completamente y enderezamos, abolimos una gran mentira, corregimos
un gran error con la regla, la espada y la escoba de la Verdad!
PRIOR: ¿De qué estás hablando...? yo...
VOZ: Estoy en camino y cuando me manifieste nuestra Obra ha de iniciarse;
Prepárate para la división del aire,
Y para el hálito y la ascensión,
Gloria a...

ESCENA 6
La segunda semana de enero. Martin, Roy y Joe en un elegante restaurante de Manhatan.

MARTIN: En Washington hay una revolución, Joe. Tenemos un plan de acción nuevo y por fin
un líder auténtico. Los demócratas han recuperado el Senado pero nosotros controlamos el
Poder Judicial. En la década del noventa la Corte Suprema va a estar formada sólo por jueces
republicanos y todos de gran peso. Los Jueces Federales también son en su mayoría re-

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publicanos, van a estar por todas partes, como un campo minado. Si las minorías piden más
derechos, las mandamos a la corte y ¡Boom! Un campo minado. Y así vamos a imponer todos
nuestros puntos de vista en materia de aborto, de defensa, en la política exterior con América
Central, en la protección a la familia y a vivir, por último, en un clima permanente de grandes
inversiones financieras que nos beneficien. A la Casa Blanca la tenemos bloqueada hasta el
año 2000 y aún mas allá. El Poder Ejecutivo va a ser siempre republicano... bueno, estoy casi
seguro. Para 1992 vamos a recuperar la mayoría en el Senado y en diez años, los Estados del
Sur nos van a dar la mayoría en la cámara de Diputados. Estamos ante el fin del liberalismo, el
exterminio de ese Socialismo impuesto en este país por el tonto de Roosevelt en su New Deal
de la década de los treinta. Ha muerto ipso-facto todo humanismo secular. Estamos ante el
amanecer de una auténtica personalidad política americana, moldeada sobre Ronald Wilson
Reagan.
JOE: Parece maravilloso, señor Heller.
MARTIN: Martin. Y la justicia es el eje, especialmente desde que Ed Meese se hizo cargo como
Procurador General. Él no se especializa en los detalles importantes de la ley; él es un
detective, un policía, siempre cauteloso. Me recuerda a Teddy Roosevelt.
JOE: Me gustaría conocerlo.
MARTIN: ¡Por desgracia, Joe, hace sesenta años que está muerto! (Hay cierta incomodidad:
Joe no responde.) Teddy Roosevelt. Usted dijo que quería conocerlo... era una broma. Me
acuerdo de ese cuento sobre...
ROY: (Sonriente pero desagradable.) ¿Por qué carajos no cierras el pico, Martin? (A Joe.) ¿Vio
eso? El Sr. Heller es uno de los poderosos, Joseph; en Washington, él se sienta a la diestra del
hombre que está sentado a la diestra de El Presidente. Y a pesar de esto yo puedo decirle:
"¿Por qué carajos no cierras el pico?" y este pendejo no se ofende. Me debe lealtad, ¿no...?
¿Eh... Martin?
MARTIN: ¿Sí, Roy?
ROY: Masajéame la espalda.
MARTIN: Roy.
ROY: No, de veras, tengo un dolorcito, me pasa a cada rato, eso... Masajéamela, querido,
¿harías eso por mí? (Martin masajea la espalda de Roy. Ambos miran a Joe.)
ROY: (A Joe.) ¿Cómo cree que un puñado de bolcheviques transformaron San Petersburgo en
Leningrado en sólo una tarde...? Porque eran grandes camaradas, se jugaban el uno por el otro.
Como Marx y Engels o Lenin y Trotski, o Stalin y Franklin Delano Roosevelt. (Martin ríe.)
ROY: ¿Camaradas, no es así, Martin?
MARTIN: Este hombre, Joe, es un santo de la Derecha.
JOE: Lo sé, Sr. Heller, yo...
ROY: ¿Te das cuenta de qué hablo, Martin?, él es especial, ¿no crees?
MARTIN: No lo hagas sentir incómodo, Roy.
ROY: ¡Sobriedad!, ¡decencia, inteligencia! ¡Su fuerza equivale a la de diez porque tiene un
corazón puro! Y además es leal, porque es mi protegido.
MARTIN: Vamos en camino, Joe, en camino.
JOE: Señor Heller, yo...
MARTIN: (Termina el masaje.) Ya no podemos esperar más tiempo su respuesta. (Pausa.)
JOE: Ah, um, yo...
ROY: Joe es un hombre casado, Martin.
MARTIN: Aja...
ROY: Con una mujer, y a ella no le interesa ir a Washington y es por eso que Joe no puede ir y

29
nos mantiene en vilo. ¿Ya hemos visto esto mismo antes, no es cierto? Estos hombres y sus
mujeres.
MARTIN: Uy sí, hay que cuidarse de ellos.
JOE: En realidad, yo no puedo discutir esto bajo...
MARTIN: Entonces no discuta, diga que sí, Joe.
ROY: Ya mismo.
MARTIN: Diga: sí, acepto.
ROY: Ya mismo. Ya mismo. Voy a contener el aliento hasta que lo diga, me estoy poniendo
morado mientras espero... ¡Ya! ¡Carajo!
MARTIN: Cálmate, Roy, no es...
ROY: Anda a cagar. (Saca una carta del bolsillo del saco y se la entrega a Joe.) Lea. La recibí
hoy. (Joe lee el primer párrafo y levanta la mirada.)
JOE: Roy, esto es... Roy, esto es horrible.
ROY: Y me lo dice a mí. Una carta del Colegio de Abogados de Nueva York, Martin. Van a
intentar cancelar mi matrícula.
MARTIN: ¿Están locos?
JOE: ¿Por qué?
ROY: ¿Por qué, Martin?
MARTIN: Por venganza.
ROY: En todo orden constituido hay reglas insignificantes, pero yo las desafío. Porque yo no
concibo a la ley como un conjunto de preceptos anticuados y arbitrarios: "no debéis hacer
esto", o "sí podéis hacer lo otro", para mí la ley se dobla porque es como un... órgano flexible,
sudoroso, que respira, porque, porque...
MARTIN: Porque pediste prestado medio millón a uno de tus clientes.
ROY: Sí, bueno, así es.
MARTIN: Y él olvidó devolverlos.
JOE: ¿Roy, eso es... le pidió dinero prestado a un cliente?
ROY: Estoy profundamente avergonzado... (Pausa.)
JOE: (Compasivo.) Roy, usted sabe cuánto lo admiro. Sé bien que usted sigue caminos poco
ortodoxos, estoy seguro que sólo hizo lo que en su momento pensó que era lo que debía
hacerse y tengo fe en que...
ROY: No es para tanto, por favor. Yo siempre voy a negar que fue un préstamo. Esta estúpida
no tiene ningún comprobante, no puede probar un carajo. (Pausa. Martin estudia el menú.)
JOE: (Devuelve la carta y con tono más serio.) Roy, de veras aprecio que me cuente esto y voy
a hacer lo que pueda para ayudarlo.
ROY: (Extiende la mano y con cuidado.) Le voy a decir qué es lo que puede hacer por mí.
Están a punto de enjuiciarme y precisamente no voy a ser juzgado por mis pares. El Comité de
Etica del Colegio de Abogados está compuesto por caballeros bien nacidos, que pertenecen a
la élite, abogados de la clase alta, de modales pretenciosos. Yo los ofendo, a estos tipos.. ¿Por
qué...? ¿Qué soy, Martin?, ¿una especie de gnomo, un pigmeo judío y maloliente?
MARTIN: Eh, bueno, yo no iría tan lejos como...
ROY: Yo sí. Este Comité de Etica está compuesto por abogados muy elegantes, con clientes de
empresas muy selectas y con pleitos muy intrincados, ya sea contra los monopolios o contra
las leyes anti-trusts o en materia de desregulación, o de control ambiental o de casos
complejos que necesitan la cooperación del Ministerio de Justicia del mismo modo que las
flores necesitan del sol. ¿No dirías que éste es un análisis exacto, Martin?
MARTIN: Yo no estoy aquí, Roy, por lo tanto no estoy oyendo nada de todo esto.

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ROY: No, claro que no. Sin la luz del sol, Joe, estos casos y los clientes elegantes que los
representan, van a marchitarse y a morir. Un amigo bien ubicado, alguien en el Ministerio de
Justicia, podría por ejemplo, apagar ese sol y extender su sombra benéfica a mi favor, podía
hacerlos tiritar de frío... si se exceden conmigo. Ellos terminarían aterrados. (Pausa.)
JOE: No comprendo, Roy.
ROY: Claro que me comprende. (Pausa.)
JOE: No me estará pidiendo que...
ROY: Ssshhh, cuidado...
JOE: (Pausa.) Aun si aceptase este trabajo sería ilegal que interfiriera... y menos aún en el
juicio, no sería ético. No, no puedo.
ROY: ¿No sería ético? ¿Nos disculpas, Martin?
MARTIN: ¿Cómo?
ROY: Anda a dar un paseo. Martin, de veras. (Martin se va.) ¿No sería ético? ¿Está tratando de
avergonzarme delante de mi amigo?
JOE: Bueno, es que no es ético, yo no puedo...
ROY: ¿Usted es pendejo o se hace?, ¿qué carajos se cree que es esto, una clase de catecismo?
JOE: No, pero Roy, esto...
ROY: Esto son jugos gástricos, son retortijones de encimas y de ácidos, es el intestino, es una
mezcla entre mover el vientre y carne cruda y sangrante; esto es pútrido, esto es política, Joe,
es el juego de estar vivo. Y usted se cree que está... ¿Qué?, ¿por encima de todo esto?, ¿por
encima de estar vivo está qué...? ¡La muerte! ¡No esté siempre en las nubes!, ¡ponga los pies
en la tierra, carajo! y párese bien y quédese un buen rato así. Estoy enfermo y ellos huelen que
estoy débil. Esta vez quieren sangre. Yo debo tener ojos en la justicia. En la justicia usted me
va a proteger.
JOE: ¿Y el Sr. Heller, por qué no puede ayudarlo...?
ROY: Crezca de una vez, Joe, los que están en el Gobierno no pueden comprometerse
directamente.
JOE: Pero yo formaría parte del Gobierno, igual que él.
ROY: No es lo mismo. Martin es un hombre de Ed y Ed es un hombre de Reagan. Por eso es
que Martin es un hombre de Reagan. Y usted es mío. (Pausa. Le extiende la carta.) Esto
nunca va a suceder, nunca, ¿me entiende? (Rompe la carta.) Yo voy a seguir siendo un
abogado, sí Joe, voy a seguir siendo abogado, Joe, un abogado hijo de puta, un ave negra,
miembro del Colegio de abogados con la matrícula en regla y vigente, ¡como mi papá! Y hasta
mi último día en esta tierra, Joseph, por más amargo que sea... hasta el día en que me muera.
(Martin vuelve.)
ROY: Ah, ¿volvió, Martin...?
MARTIN: ¿Ya llegaron a un acuerdo?
ROY: ¿Joe...? (Pausa.)
JOE: Tengo que pensarlo. (A Roy.) De veras.
ROY: Uf.
MARTIN: Es el temor a lo que viene después de la acción lo que hace que algo sea tan difícil de
hacer.
ROY: Amén.
MARTIN: Pero uno puede aprender —casi siempre— a soportar las consecuencias.

ESCENA 7

31
La misma tarde, en los escalones de mármol fuera de la Cámara de Justicia en Brooklyn.
Hace frío y hay ¡oí Un carrito vende hot-dogs. Louis, con una gabardina desaliñada, está
sentado en los escalones y come un hot-dog, pensativo. Joe llega con tres hot-dogs y una lata
de Coca Cola.

JOE: ¿Me puedo...?


LOUIS: Oh sí, claro. Hay sol pero hace frío.
JOE: (Se sienta.) Hay que sacarle el mayor provecho. ¿Cómo está su amigo?
LOUIS: ¿Mi ami...? Ah, está peor, mi amigo está peor.
JOE: Lo siento.
LOUIS: Sí, bueno, gracias por preguntar. ¡Qué amable!, realmente usted es muy amable. No
puedo creer que haya votado por Reagan.
JOE: Espero que se mejore.
LOUIS: ¿El Presidente Reagan?
JOE: No, su amigo.
LOUIS: Es imposible... y tampoco Reagan se va a mejorar.
JOE: Será mejor que no hablemos de política.
LOUIS: (Señala la comida de Joe.) ¿Se va a comer tres hot-dogs?
JOE: Y... bueno... tengo hambre.
LOUIS: Son malísimos para la salud. Están llenos de caca de rata, patitas de escarabajo, virutas
de madera, y otras mierdas por el estilo.
JOE: Aj...
LOUIS: Y... además... están llenos de iridio, creo... que es muy tóxico...
JOE: ¿Y por qué está comiendo uno?
LOUIS: Me excita su formato y no puedo resistirme; además estoy intentando suicidarme... ¿Y
usted qué excusa tiene para comérselos?
JOE: Ninguna... acabo de tomar Pepto-Bismol.

Joe saca una botella de Pepto-Bismol y bebe un sorbo. Louis tirita con ruido.

JOE: Sí, ya sé que es asqueroso, pero después lo termino de digerir con Coca Cola.

Joe lo hace. Louis hace mímica de vomitar encima de Joe. Joe aparta la cabeza de Louis.

JOE: ¿Usted es siempre así?


LOUIS: Estoy muy preocupado por sus hijos.
JOE: ¿Los de quién?
LOUIS: Los del Presidente Reagan. Maureen y Mike y la pequeña huerfanita Patti y la señorita
Ron Reagan, Jr. El hijo menor que -con perdón de la palabra- es tan heterosexual.
JOE: Ron Reagan Jr. no es... Usted no debería hablar con tanta ligereza de la gente. ¿Cómo
sabe que él...?, bueno, que él es... eso... usted no lo sabe con certeza.
LOUIS: (Como Tallulah.) Bueno, querido, él nunca me chupó el pito, pero...
JOE: Mire, si se va a poner grosero...
LOUIS: No, en realidad, no... quiero decir... ¿cómo es ser hijo del Zeitgeist? O sea ¿del espíritu
de esta época?, o ¿tener el Alma Americana, la esencia de todo americano como padre? Los
Reagan no son en realidad una familia, yo leo People, y entre ellos no hay una auténtica
conexión, no hay amor, ni siquiera se hablan entre sí, si no es a través de sus representantes.

32
Así que, ¿cómo es ser hijo de Reagan? Las mentes inquisitivas de este país mueren por
saberlo.
JOE: No se puede creer todo lo que...
LOUIS: (Mira a todas partes.) Bueno... pero todos sabemos qué es lo que pasa. Hoy en día no
tenemos responsabilidades ni nos sentimos conectados con nadie... Todos estamos cayéndonos
entre las grietas que separan lo que nos debemos a nosotros mismos... y lo que le debemos al
amor.
JOE: ¿Usted solamente... hace lo que siente?, ¿o dice lo que quiere?, sin importarle, nada...
sólo... lo hace.
LOUIS: ¿Qué hago?
JOE: Lo que sea, todo lo que se le ocurre.
LOUIS: ¿Qué intenta decirme? (Pausa sexual. Se miran, Joe aparta la mirada.)
JOE: No, sólo le hago notar que usted es...
LOUIS: Impulsivo.
JOE: Sí, y no tiene miedo ante nada, usted...
LOUIS: (Encoge los hombros.) Soy un miembro preclaro de la tierra de los libres y de este país
que es el Hogar de los valientes... En el fondo soy un irresponsable.
JOE: A mí me aterra todo esto.
LOUIS: Sí, bueno, la libertad atemoriza... y uno termina siendo un desalmado.
JOE: Oh no, usted no es desalmado.
LOUIS: ¿Cómo lo sabe? Vamos, termine su hot-dog.

Louis palmea la rodilla de Joe y comienza a irse.

JOE: Ummm... (Louis se vuelve y lo mira. Joe busca algo que decir.) Ayer fue domingo, pero
últimamente estuve un poco distraído y pensé que era lunes. Así es que vine como si fuese un
día de trabajo y todo estaba desierto. Al principio no pude entender por qué, y fue un
momento de... increíble temor y también... por un instante pensé que todo el edificio de los
Tribunales estaba vacío, desierto, que había cerrado para siempre y que las personas que lo
hacen funcionar habitualmente se habían hartado y lo habían abandonado.
LOUIS: (Mira el edificio) Qué aterrador.
JOE: Bueno, sí, pero yo tuve ganas de gritar y no porque fuese aterrador, sino por el vacío que
sentía tan súbitamente... y ese... grito... era de felicidad. A veces me pregunto... qué sucedería
si en un santiamén todo aquello en lo que uno cree y debe comprometerse, como la justicia o
el amor, desapareciese sin dejar rastros y uno quedase totalmente libre... sería aterrador y uno
sería un desalmado, y... también sería maravilloso... cambiar de piel, cada capa de esta piel
envejecida que tenemos, una a una. Y por fin, alejarnos, libres... y sin trabas ni ataduras...
¡hacia el amanecer! (Pausa. Mira el edificio.) Hoy no tengo ánimo para entrar a este edificio
de Tribunales.
LOUIS: Entonces no lo haga.
JOE: (En realidad no oye a Louis.) No puedo entrar, yo necesito... (Busca lo que necesita y
bebe un sorbo de Pepto-Bismol.) Ya no puedo seguir siendo lo que soy, necesito... un cambio,
debería...
LOUIS: (No es necesariamente un avance; no quiere estar solo.) ¿Quieres que te acompañe?,
¿para lo que sea?

Pausa. Joe mira a Louis y aparta la mirada, asustado. Louis encoge los hombros.

33
LOUIS: A veces, aunque uno se muera de miedo, tiene que estar dispuesto a romper las reglas.
JOE: ¿Sabes a qué me refiero? (Otra pausa.)
Sí. (Otra pausa.)
LOUIS: Me fui de casa. Me fui de... Casi no puedo dormir.
JOE: Yo tampoco.

Louis va hacia Joe, lame su servilleta y limpia la boca de Joe.

LOUIS: Deja que te limpie tu bigotito antiácido. (Señala el edificio.) Tal vez los Tribunales no
vuelvan a ser convocados jamás. Y al no reunirse seremos libres, y tal vez por fin hagamos lo
que queramos. Seremos los hijos de un nuevo amanecer y nuestra mente será como la de los
criminales. Seremos egoístas y codiciosos y ciegos y carentes de amor. Seremos los hijos de la
era de Reagan. Estás aterrado... yo también. Todos lo estamos en esta tierra, cuna de la
libertad. Que Dios nos ampare.

ESCENA 8
Por la noche, tarde. Joe habla desde un teléfono público a casa de Hannah, en Salt Lake City.

JOE: ¿Mamá?
HANNAH: ¿Joe?
JOE: Bueno.
HANNAH: Me hablas desde la calle. Son... deben ser las cuatro de la mañana. ¿Qué pasó?
JOE: Nada, nada... yo...
HANNAH: Es Harper... ¿Qué le pasa a tu mujer...? ¿Joe? ¿Joe...?
JOE: Sí, bueno. No. Harper está bien. Bueno, no, ella... no está bien. ¿Cómo estás, mamá?
HANNAH: ¿Qué pasó?
JOE: Quería hablar contigo... tengo que contarte algo...
HANNAH: ¿Joe, no habrás...? ¿Estuviste bebiendo?
JOE: Sí, mamá, estoy borracho.
HANNAH: Pareces otra persona.
JOE: Y, sí... ¿quién puede negarlo?
HANNAH: ¿Por qué estás en la calle a las cuatro de la mañana? ...en esa ciudad salvaje, todo es
muy peligroso.
JOE: En realidad, mamá, no estoy en la calle, estoy cerca de la casilla de los botes, en el
Central Park.
HANNAH: ¿En dónde?
JOE: En el Central Park.
HANNAH: ¡En Central Park! ...Dios mío. ¿Qué estás haciendo en Central Park a esta hora de la
noche? Estás... Joe, creo que deberías irte a tu casa inmediatamente y llamarme en cuanto
llegues. (Pausa.) ¿Joe?
JOE: Vengo aquí a mirar. Mamá, a veces... sólo a mirar.
HANNAH: ¿A mirar qué? ¿Qué hay que mirar a las cuatro de...?
JOE: Mamá, ¿papá me quería?
HANNAH: ¿Qué?
JOE: ¿Me quería?

34
HANNAH: Ve inmediatamente a tu casa y llámame apenas llegues.
JOE: Contéstame.
HANNAH: Oh, por favor, esto es increíble, no seas sensiblero. No me gustan este tipo de
conversaciones.
JOE: Pero a mí sí y de aquí en adelante esto se va a poner peor.

Pausa.

HANNAH: ¿Joe...?
JOE: ¡Mamá! Mamá, soy homosexual, mamá. Uy, qué forma más torpe de decirlo. (Pausa.)
¿Bueno?, ¿bueno? Yo soy homosexual. (Pausa.) Por favor, mamá, di algo.
HANNAH: Ya estás bastante grandecito para comprender que tu padre no te quería, sin tener
una actitud ridicula al respecto.
JOE: ¿Qué?
HANNAH: Eres ridículo, estás haciendo el ridículo...
JOE: ¿Yo... qué?
HANNAH: Deberías irte a tu casa, con tu mujer. Yo necesito acostarme. Esta llamada... la
vamos a ignorar y olvidar.
JOE: Mamá...
HANNAH: ¡Basta!, no quiero seguir hablando. Esta noche... esta... (Depronto muy enojada.)
¡Beber es un pecado!, ¿me entendiste? ¿O te has olvidado de todo lo que te he enseñado? No
te he criado para que te transformes en un paria. (Cuelga.)

ESCENA 9
Mañana siguiente, temprano. Escena dividida: Harper y Joe en su casa: Louis y Prior en el
cuarto del hospital de Prior. Joe y Louis acaban de entrar. Esto tiene que hacerse con rapidez
y obviamente con furia; la superposición de diálogos es lo correcto; el procedimiento puede
ser un poco confuso pero no así el resultado final.

HARPER: Dios mío, estoy en casa. Llegó el momento de la verdad.


JOE: Harper.
LOUIS: Me voy a ir de aquí.
PRIOR: Un carajo te vas a ir.
JOE: Harper, por favor, óyeme. Todavía te quiero mucho. Todavía eres mi mejor amiga; no voy
a abandonarte.
HARPER: No, no puedo soportar más esta situación, me voy.
LOUIS: Me voy... ya me fui hace tiempo.
JOE: Por favor, óyeme. Quédate. Esto es muy difícil, tenemos que hablar.
HARPER: ¿Y qué estamos haciendo ahora?, o acaso... Ahora, cállate de una buena vez. ¿De
acuerdo?
PRIOR: ¡Eres un hijo de puta!, escapándote mientras estoy aquí, deshecho, ¡qué bajeza! ...Si
pudiera levantarme te rompería el culo a patadas.
JOE: ¿Tomaste pastillas?, ¿cuántas?
HARPER: Ninguna, porque le hacen mal al... (Se toca el estómago.)
JOE: No estás embarazada, llamé a tu ginecólogo.
HARPER: Voy a un ginecólogo nuevo.

35
PRIOR: No tienes derecho a hacer algo así.
LOUIS: Oh, eso es ridículo.
PRIOR: Ningún derecho, es una vileza.
JOE: ¡Ese hijo no existe, basta! Óyeme, ¿quieres la verdad?, ésta es la verdad. Cuando me casé
ya lo sabía, bueno... lo he sabido desde hace mucho tiempo... no tengo dudas de lo que soy...
pero no sé, pensé que tal vez con gran esfuerzo y mucha voluntad podía cambiar... pero no
puedo...
PRIOR: Es vil, es criminal lo que haces...
LOUIS: Debería haber una ley...
PRIOR: Hay una ley, ya vas a ver.
JOE: Me siento perdido en esta casa, salgo a caminar... ¿quieres saber por dónde camino?, yo...
voy al parque o camino la calle 53 de arriba a abajo, o por algún lugar donde... y juro una y
otra vez que no voy a volver a salir a caminar, pero no puedo dejar de hacerlo.
LOUIS: Necesito un poco de intimidad.
PRIOR: Eso sí que es nuevo.
LOUIS: Todo es nuevo, Prior.
JOE: Trato de atar mi corazón, en un nudo, en una maraña, trato de aprender a vivir muerto,
como entumecido, pero entonces veo a alguien que deseo y es como un clavo, como una
estaca ardiente que atraviesa mi pecho y sé que estoy perdiendo todo control.
PRIOR: ¿El departamento es demasiado chico para tres? ¿Para Louis y para Prior es cómodo
pero no lo es para Louis y Prior y la enfermedad de Prior?
LOUIS: Algo así, pero no voy a permitir que me juzgues. Esto no es un crimen, es sólo la
consecuencia inevitable de personas que no tienen nada más para darse y cuyas limitaciones...
PRIOR: Bang, bang, bang, el Tribunal entra en sesión.
LOUIS: Seamos prácticos, debemos hablar de otra forma, por ejemplo de horarios; si quieres
puedo visitarte y pasar alguna noche contigo, pero siempre que pueda, que pueda...
PRIOR: ¿Ha llegado el Jurado a un veredicto?
LOUIS: Sólo estoy haciendo lo mejor que puedo.
PRIOR: Eres patético. ¿A quién le importa?
JOE: Todo se dio en mi vida para llegar a este punto y hoy no puedo volverme atrás. No puedo
ignorar lo que soy. Al conocerte pensé que podría salvarte, al menos a ti, ya que no podía
salvarme a mí mismo, pero... no siento el más mínimo deseo sexual por ti, Harper, y no creo
haberlo sentido nunca. (Pausa.)
HARPER: Pienso que deberías irte.
JOE: ¿Adonde?
HARPER: A Washington... no importa.
JOE: ¿De qué hablas?
HARPER: Sin mí. Sin mí, Joe. ¿No es eso lo que quieres oír? (Pausa.)
JOE: Sí.
LOUIS: Se puede querer a alguien y fallarle. Se puede querer a alguien y no ser capaz de...
PRIOR: En teoría se puede, sí. Una persona puede, en teoría alguien puede, Louis, pero tú no,
en especial tú, no sé, creo que estás excluido de esa categoría especial.
HARPER: Ibas a salvarme pero todo este tiempo tejías una mentira y eso no lo entiendo.
PRIOR: Una persona puede amar en teoría, y tal vez muchos lo hacen, pero los dos sabemos
ahora que tú no puedes.
LOUIS: Sí puedo.
PRIOR: Ni siquiera puedes decirlo.

36
LOUIS: Te amo, Prior.
PRIOR: Te repito: ¿a quién le importa?
HARPER: Esto me aterroriza, quiero que todo se acabe, quiero volver...
PRIOR: Hemos llegado a un veredicto. Su Señoría... El corazón de este hombre es deficiente.
Él ama pero su amor no vale nada.
JOE: Harper.
HARPER: Mr. Lies, quiero alejarme de aquí, muy lejos. Ahora mismo, antes de que él empiece
a hablar otra vez. Por favor, por favor...
JOE: Desde que te conozco, Harper, has tenido miedo de... de hombres escondidos debajo de tu
cama, de hombres escondidos debajo del sofá, hombres con cuchillos.
PRIOR: (Destrozado; casi rogando: tratando de alcanzarlo) ¡Me estoy muriendo!, ¡hijo de
puta! ¿Sabes lo que eso significa? ¡Amor! Vivimos juntos durante cuatro años y medio, bestia,
idiota.
LOUIS: Tengo que encontrar un camino para salvarme.
JOE: ¿Quiénes son estos hombres?, nunca lo comprendí, pero ahora lo sé.
HARPER: ¿Qué?
JOE: Soy yo.
HARPER: ¿Sí?
PRIOR: ¡FUERA DE MI CUARTO!
JOE: Yo soy el hombre con los cuchillos.
HARPER: ¿Eres tú?
PRIOR: Si ahora pudiese pararme te mataría. Claro que sí. Vete. Vete o voy a gritar.
HARPER: Ay, mi Dios.
JOE: Lo siento.
HARPER: Eres tú.
LOUIS: Por favor, no grites.
PRIOR: Vete.
HARPER: Ahora te reconozco.
LOUIS: Por favor...
JOE: ¡Oh, espera, yo... oh! (Se cubre la boca con la mano, tiene una arcada y al quitarla está
cubierta de sangre] Estoy sangrando.

Prior grita.

HARPER: Sueños, mentiras.

Mr. Lies aparece vestido como explorador antártico.

MR. LIES: Aquí estoy.


HARPER: Quiero irme, ya no lo puedo ver.
MR. LIES: ¿Dónde?
HARPER: A cualquier parte, muy lejos.
MR. LIES: Como no, súbito

Harper y Mr. Lies desparecen. Joe levanta la vista y ve que ella no está.

PRIOR: (Cierra los ojos.) Cuando abra mis ojos ya no vas a estar.

37
Louis se va.

JOE: ¿Harper?
PRIOR: (Abre los ojos.) Uy, dio resultado...
JOE: (Llama.) ¿Harper?
PRIOR: Me duele todo el cuerpo. Desearía estar muerto.

ESCENA 10
Mismo día al atardecer. Hannah y la hermana Ella Chapter, una vendedora de propiedades y
amiga íntima de Hannah Pitt, frente a la casa de Hannah en Salt Lake City.

HERMANA: ¡Mira qué paisaje!, ¡es maravilloso!, parece el Paraíso... no... éste es el lugar donde
Dios hizo su ciudad... ¿no...?, y todo está envuelto en un destello, en la luz trémula y distante
del sol.
HANNAH: Sí, todo está envuelto en un destello.
HERMANA: Y aún hasta la piedra y el ladrillo centellean y brillan como si fuera el cielo bajo
los rayos del sol. Tienes una vista tan linda, al borde de este desfiladero.
HANNAH: No exageres, sólo es Salt Lake City y no me estás vendiendo mi propia casa.
HERMANA: Me gusta crear un sentimiento entusiasta cuando vendo propiedades.
HANNAH: A mí sólo consigúeme un buen precio.
HERMANA: Bueno, el mercado no está en un buen momento.
HANNAH: Al menos cincuenta mil dólares.
HERMANA: Cuarenta mil me parece más acertado.
HANNAH: Cincuenta.
HERMANA: ¿Por qué no esperas un poco?
HANNAH: No puedo.
HERMANA: Hazlo, mira que eres la única amiga que tengo.
HANNAH: Oh, vamos...
HERMANA: ¿Sabes por qué me gustas?, porque, entre los mormones que conozco, eres la única
no amistosa.
HANNAH: Tienes la peluca torcida.
HERMANA: Arréglamela (Hannah le endereza peluca.) Vas a New York. Allá sólo tienen
cuartos diminutos. Siempre pensé que las personas deberían quedarse donde están. Por eso
vendo propiedades. Es un modo de decir: ¡Compre una casa! Quédese para siempre donde está
y no viaje. Porque viajar hace daño. Además necesito ganarme la vida.

Hermana Ella saca una cajetilla de cigarrillos de su cartera, prende uno y le ofrece a
Hannah,

HANNAH: Aquí no, alguien podría vernos. Hubo días en los que me quedé parada en este borde
del desfiladero y pensé seriamente en suicidarme. Salt Lake City es una ciudad difícil. Parece
desierta. Estoy de acuerdo en que tiene una gran energía, pero la inteligencia no abunda y esta
combinación puede extenuar a cualquiera. No tiene nada de malo buscar nuevos horizontes.

38
Yo no necesito demasiado espacio. ¡Ah!, mi cuñada Libby piensa que en el sótano de esta casa
hay muchos gases radioactivos, como el gas de radón.
HERMANA: ¿Que hay gases dónde...?
HANNAH: Por supuesto que no. Libby es una tonta.
HERMANA: Porque si no tendría que incluirlo en la descripción de la casa.
HANNAH: No hay gases radioactivos, Ella. (Pausa.) Dame una fumada. (Da una fumada
rápida al cigarrillo de Ella) Ahora tíralo.
HERMANA: Entonces supongo que es la despedida.
HANNAH: Vas a estar bien. Ella, no fui una buena amiga, no soy un ser especial.
HERMANA: Voy a decirte algo, pero no te rías, ¿de acuerdo? Éste es el hogar de los Santos, el
lugar más sagrado del mundo, según dicen, y creo que tiene razón, lo que no significa que
aquí no haya demonios, porque el demonio está en todas partes, el pecado está en todas partes.
Pero este lugar... es el manantial de agua dulce que brota en el desierto, el Oasis del desierto y
cada paso que un creyente da para alejarse es un paso cargado de peligros. Tengo miedo por ti,
Hannah Pitt, porque eres mi amiga... quédate, no te vayas. Este es el lugar más cercano a Dios,
éste es el Hogar de todos lo Santos.
HANNAH: Sí, de los Santos del Ultimo Día.
HERMANA: Que es la única clase que queda en este mundo.
HANNAH: Pero aún para estos últimos Santos es demasiado tarde... y también para todos
nosotros. Eso es todo, me voy. Quiero cincuenta mil dólares por la casa, Hermana Ella
Chapter, no la vendas por menos. El paisaje es maravilloso, no, más aún, es absolutamente
imponente.

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TERCER ACTO

TODAVÍA SIN CONCIENCIA DE LA LLEGADA DE UNA NUEVA ALBORADA


Enero 1986

ESCENA I
Tres días después de finalizar el Segundo Acto, por la noche, el escenario está totalmente
oscuro, Prior está en la cama, en su departamento, y tiene una pesadilla; se despierta, se
sienta y prende una lámpara, mira el reloj. Sentado en La mesa, cerca de su cama, hay un
hombre vestido como un escudero británico del siglo Xlll.

PRIOR: (Aterrorizado.) ¿Quién es usted?


PRIOR I: Mi nombre es Prior Walter (Pausa.)
PRIOR: Mi nombre es Prior Walter.
PRIOR I: Ya lo sé.
PRIOR: Déme una explicación.
PRIOR I: Usted está vivo y yo no. Tenemos el mismo nombre. ¿Qué quiere que le explique?
PRIOR ¿Usted es un fantasma?
PRIOR I: No, un antepasado.
PRIOR: ¿No me diga que es el célebre Prior Walter, el de la tapicería de Bayeux?
PRIOR I: No, pero soy su tataranieto. El quinto con el mismo nombre.
PRIOR: Yo soy el número 34... creo.
PRIOR I: En realidad es el 32.
PRIOR: Según mi madre, no.
PRIOR I: Entonces ella incluye a los dos bastardos: yo diría que los dejemos afuera, no hay
lugar para bastardos. ¿Qué son esas cosas pequeñas que tragas?
PRIOR: Pastillas.
PRIOR I: Pastillas para la peste... yo también...
PRIOR: Peste... ¿Usted también qué?
PRIOR I: La peste en mi época era mucho peor que ahora. Mataba a pueblos enteros dejando
sus casas vacías. Uno miraba por la ventana y veía llegar la muerte cada mañana, con el rocío
humedeciendo el raído borde de su manto negro. Claramente, como la veo ahora, cerca suyo.
PRIOR: ¿Usted murió a causa de la peste?
PRIOR I: Sí, hecho un monstruo, cubierto de manchas y como usted, totalmente solo.
PRIOR: Yo no estoy solo.
PRIOR I: No tiene mujer ni hijos.
PRIOR: Soy gay...
PRIOR I: ¿Y qué con eso?, ¡sea gay, esté alegre, baile desnudo! quiere, ¿a mí qué me importa?,
¿pero qué tiene que ver eso con no tener hijos?
PRIOR: Gay, homosexual, no en el sentido de ser alegre, travieso y... no importa.
PRIOR I: Yo tenía doce hijos al morir.

Aparece el segundo fantasma, éste vestido con ropa de elegante caballero londinense del
siglo XVII.

PRIOR I: (Señala a Prior 2.) Y yo era aún tres años más joven que él.

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Prior grita al ver segundo fantasma.

PRIOR: Ay, Dios, otro más.


PRIOR 2: Prior Walter, yo soy el número 17 y usted el número 34.
PRIOR I: Éste está contando a los bastardos.
PRIOR: ¿Esto es una convención?
PRIOR 2: Hemos sido enviados a anunciar el extraordinario comienzo del milenio... la llegada
del Ángel... A los ángeles les encanta que su entrada sea preparada minuciosamente,
anunciada con pompa, con muchos heraldos y...
PRIOR I: Llega el Mensajero: prepara el camino para el descenso infinito, un hálito en la
brisa...
PRIOR 2: Sospecho que nos eligieron por nuestra afinidades mortales. En una familia de larga
descendencia como la de los Walters, estaba destinado que algunos caeríamos por la peste.
PRIOR I: Yo fui el monstruo de las manchas.
PRIOR 2: Yo sufrí la peste negra. Apareció en un pozo de agua infectado y contagió a la mitad
de Londres, ¿se da cuenta? La de él vino con las pulgas y tengo entendido que la suya es una
consecuencia lamentable del acto carnal.
PRIOR I: ¿Quién se iba a imaginar que había pulgas en las ratas?
PRIOR 2: No se nos permite hablar de esos temas...
PRIOR I: Cuando uno se muere no tiene ningún antepasado que lo ayude en ese proceso. Y
puede estar rodeado de hijos, pero igualmente muere solo.
PRIOR: Tengo miedo.
PRIOR 2: Debe tenerlo. En la muerte no hay antorchas que iluminen el sendero, y éste es
rocoso, oscuro y escarpado.
PRIOR I: No lo alarme. A las noticias malas siempre las preceden algunas buenas. Nosotros dos
hemos venido a derramar pétalos de rosas y las palmas de la victoria antes de que ocurra la
Procesión Triunfal. Eres el Profeta. El Vidente. El encargado de la Revelación. Es un gran
honor para la familia.
PRIOR I: El no tiene familia.
PRIOR 2: Me refería a los Walters, a la familia en un sentido amplio.
PRIOR: (Canta.) "Todo lo que quiero es un cuarto en algún lugar, alejado de la fría brisa de la
noche..."
PRIOR 2: (Pone una mano sobre la frente de Prior.) Calma, calma, que no padeces de una
fiebre cerebral...

Prior se calma pero mantiene los ojos cerrados. Cambio de luces. Se oye una música
gloriosa, distante.

PRIOR I: (Canta Bajo.) Adonai, Adonai, (Dios, Dios)


Oclam ha-yichud, (ElMundo de la Unicidad),
Zefirot, Zazahot, (Esferas, Circunferencias)
Ha adam, ha gadol, (El Hombre, El Grande.)
Hija ya de la luz ¡Flúor!, ¡Fósforo!, ¡Lumen!, ¡Candela!
PRIOR 2: (Al mismo tiempo.)
Aún ahora,
desde los pasillos brillantes

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como espejos del cielo,
y a través de la fría e inerte
infinidad del espacio,
viene el Mensajero,
desciende en órbitas de luz,
fabuloso, incipiente,
Oh, Profeta,
A ti...
PRIOR I Y 2: Prepara, prepara
El Descenso Infinito,
un hálito, una pluma,
Gloria a...

Desaparecen.

ESCENA 2
Día siguiente, escena dividida: Louis y Belize en una cafetería. Prior está en una clínica de
pacientes externos con Emily, la enferma; ella le ha puesto Pentamidina iv por goteo
intravenoso.

LOUIS: ¿Por qué triunfó la democracia en América? Por supuesto, al decir "triunfó" lo digo en
sentido comparativo y no literal, no en el presente, sino ante la perspectiva de cierto tipo de
democracia radical que se extiende hacia fuera y crece. ¿Por qué el poder que los redactores
de nuestra Constitución alguna vez preservaron con tanto cuidado, en la cima de la pirámide,
parece arrastrado en forma inexorable hacia abajo y hacia fuera a pesar de los grandes
esfuerzos de la derecha para impedirlo? Quiero decir que lo más difícil de pertenecer a la
izquierda en este país, es que la Izquierda Americana no puede evitar tropezar con todos estos
fetiches petrificados: libertad, ése es el peor; ya sabes, Jeanne Kirkpatrick, por amor de Dios,
va a seguir una y otra vez hablando de libertad y ¿qué significa para ella este término o los
derechos humanos?; Bush también está hablando de los derechos humanos, pero ¿de qué
hablan realmente estas personas? Podrían estar hablando de los hábitos de copulación de los
Venusinos, porque ni Kirk-patrick ni Bush tienen idea de lo que hablan y no comprenden lo
que es, ontológicamente, la libertad o los derechos humanos. Los ven como principios
burgueses de los derechos del hombre, basados en la propiedad, pero no ven la idea de la
liberación, de la democracia genuina, de todo lo que está implícito y hace el potencial de estas
ideas, no ven en suma la sangre que circula en ellas. Esta gente practica un liberalismo de la
peor clase, que en realidad es pura tolerancia burguesa. Yo pienso que lo que el SIDA nos
muestra es los límites de la tolerancia. Y no es suficiente ser tolerado, porque cuando la
mierda se estrella contra el ventilador, se descubre cuánto vale en realidad la tolerancia: nada,
porque bajo toda esa tolerancia está el odio intenso y apasionado.
BELIZE: Uhhhuh.
LOUIS: ¿Bueno, no te parece que eso es cierto?
BELIZE: Uhhh... puede ser.
LOUIS: El objetivo es el poder, no el ser tolerante. Al carajo con la asimilación Yo sostengo
que a pesar de todo esto, la característica que tiene América, y que en última instancia la
diferencia de las otras naciones de la tierra, es que con gente de tantas razas distintas no

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podemos... Lo que quiero decirte es que lo que nos define no es la raza sino la política... En
los países europeos hay un hecho infranqueable que puede ser de carácter racial o étnico o
monopólico o monolítico, por ejemplo, los holandeses, son holandeses monolíticamente
mientras que los judíos de Europa nunca fueron europeos, sólo un problema pequeño pero
dentro del monolito. En cambio aquí, si bien hay muchos problemas pequeños, casi te diría
una colección de problemas insignificantes, falta el monolito. Sí, tal vez el único monolito
viviente en América sea el de la América blanca, el de la América de raza blanca, machista y
heterosexual.
BELIZE: Que no deja de ser muy importante, aun como único monolito.
LOUIS: Bueno, sí, pero cuando uno se hace cargo del problema de la raza; y no me refiero que
haya que minimizar lo importante que es, porque yo sé que éste es un país increíblemente
racista, pero es... bueno, como los ingleses. En Inglaterra estás rodeado de toda esa gente
rosada y de ojos azules. Y es extraño, yo que no tengo un aspecto tan judío o... bueno, tal vez
sí lo tengo, pero sabes, en Nueva York, todos son... bueno, no todos, pero muchos lo son,
resumiendo, en Londres, cuando yo entro a los bares me siento muy judío, como Louisita, la
semita, o Woody Allen en "Annie Hall"... un judío ortodoxo puro, con rizos, traje de gabardina
negra y sombrero... como nunca me sentí en ningún otro lado. Pero no me desprecian
directamente, como lo harían los alemanes, quienes siguen siendo muy antisemitas y racistas,
o como lo harían con los negros los mismos ingleses, aunque ellos digan lo contrario. Sin
embargo, una vez, en Londres, encontré a un tipo gay, negro de Jamaica, que hablaba con
mucho swingy me contó que si bien su familia vivía en Londres desde antes de la Guerra Civil
Americana, los ingleses no le dejaban olvidar por un instante que él no era rosado y de ojos
celestes, y le dije que a mí me pasaba algo parecido, porque eran antisemitas y él dijo que
tenía razón, pero que también los judíos ingleses eran racistas, porque tenían monopolizado
todo el negocio de la ropa y ningún negro podía meter ni un pie allí. Y me sentí tan raro en ese
momento... ahí estábamos, en un bar que era gay, pero al mismo tiempo era un pub
típicamente inglés, lleno de vigas con molduras de yeso doradas y esos horribles sandwiches
de huevo y pescado podrido, que debían tener más de dos días... todo tan inglés y tan viejo
que yo sentí que no había ninguna salida para nosotros dos. Estábamos sumergidos en su his-
toria y toda esperanza o posibilidad de liberarnos se desintegraba en la consumada vejez de
ese lugar, donde lo único importante era la raza y no existía la más mínima esperanza de
cambio, porque el destino racial es lo único que cuenta para los británicos y no su destino
político, mientras que en Estados Unidos...
BELIZE: Aquí en Estados Unidos la raza no cuenta.
LOUIS: No, no, no es tan así... no puedes aceptar lo que digo...
BELIZE: Lo que yo...
LOUIS: Sí. Mira, algo de razón tienes, pero aquí la raza contaría, en última instancia, sólo
como una cuestión política, ¿no te parece? Los racistas usan lo racial como una herramienta
en la lucha política. En realidad no se trata de algo racial. Como los espiritualistas que
intentan utilizar este material: en donde uno está iluminado, centrado, canalizando la
necesidad de alcanzar un pasado espiritual en un país en el que no existen espíritus autóctonos
—salvo los indios, que expresan el espíritu nativo americano y que nosotros exterminamos-.
Así que ahora aquí no hay dioses, no hay ni fantasmas ni espíritus en América, no hay Angeles
en América, no hay un pasado espiritual, no hay un pasado racial, sólo queda lo político y los
señuelos y las tácticas para maniobrar alrededor de las batallas ineludibles de la política, los
cambios ascendentes y descendentes del poder político para el pueblo...
BELIZE: ¡PODER para el pueblo! ¡AMÉN! (Mira el reloj.) ¡OH, MI DIOSSS! ¿Viste qué hora es? Yo

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me tengo que...
LOUIS: ¿Pero qué piensas de mí? ¿...que soy un racista o un ingenuo o algo por el estilo?
BELIZE: Bueno, algo así. Mira, acabo de acordarme que tengo una cita muy importante...
LOUIS: ¿Qué? Quiero decir que de veras yo no quiero hablar como desde una posición de
privilegio y...
BELIZE: Estoy aquí, sentado, pensando que en algún momento te vas a quedar sin aliento, por
eso es que te dejé hablar hasta por los codos, diciendo unas siete o tal vez ocho cosas que
encuentro muy ofensivas...
LOUIS: ¿Qué?
BELIZE: Pero te conozco, Louis, y conozco la culpa que incentivó esta perorata tan peculiar. Ya
estoy mucho más hinchada que tus hemorroides.
LOUIS: Yo no tengo hemorroides.
BELIZE: Oí lo contrario. ¿Puedo terminar?
LOUIS: Sí, pero no tengo hemorroides.
BELIZE: Así que por fin, cuando yo...
LOUIS: Prior te lo contó, ese desgraciado, no debería...
BELIZE: Louis, prometiste... Prior no es el tema.
LOUIS: Tú lo sacaste a relucir.
BELIZE: Yo saqué a relucir las hemorroides.
LOUIS: Así que tu táctica es la agresión pasiva.
BELIZE: A diferencia tuya, que me inflaste las pelotas con tu teoría de que América no tiene un
problema racial.
LOUIS: Vamos, sé justo, nunca dije eso.
BELIZE: No exactamente, pero...
LOUIS: Te dije...
BELIZE: ...pero estuvo bastante cerca, porque si hubieses sido aún más directo me hubiera ido
y...
LOUIS: ¡Me interpretaste mal a propósito! ...yo...
BELIZE: ¡Basta de interrupciones!, no tuve oportunidad de...
LOUIS: Sólo deja que...
BELIZE: ¡NO!, ¿qué?, ¿que sigas hablando? No dejaste de hablar desde que llegué, blah, blah,
blah, y dale y dale y dale, jugando con tu MONOLITO... y...
LOUIS: (Superpone.) Bueno, podrías haber intervenido en cualquier momento en vez de
callarte...
BELIZE: (Sobre Louis.) ...y te digo, amiga mía, es verdaderamente un espectáculo asombroso,
pero tengo que hacer cosas mucho más importantes con mi tiempo, en lugar de sentarme a oír
tus estupideces racistas sólo porque tengo lástima...
LOUIS: ¡Yo no soy racista!
BELIZE: Vamos...
LOUIS: Tal vez lo sea, pero...
BELIZE: ¡Detesto eso! No es divertido ser malo contigo, Louis, te sentía tan culpable que es
como tirarle dardos a un pedazo de gelatina, no hay golpes triunfales, sólo temblores, los
dardos son absorbidos y desaparecen.
LOUIS: Mira, cuando se discuten formas de opresión, se vuelve muy complicado y...
BELIZE: ¿Ah sí?, no me digas... Sabes, nosotras las travestís negras tenemos un conocimiento
bastante íntimo sobre la complejidad de las formas de opresión de...
LOUIS: Ex travesti negra.

44
BELIZE: En realidad, ex, ex.
LOUIS: ¿Volviste a los disfraces?
BELIZE: Yo no... tal vez. No tengo por qué contarte. Tal vez.
LOUIS: Pienso que ser travesti es discriminatorio y sexista.
BELIZE: Me importa un pito tu opinión.
LOUIS: Es ser discriminatorio y sexista. Y la comunidad gay tiene que condenar el travestismo
porque es un estereotipo del mismo modo que las mujeres negras desprecian a aquellas
cantantes negras que se dedican al blues porque es otro estereotipo.
BELIZE: Oh oh, esta noche estamos caminando por la cuerda floja.
LOUIS: Todo es parte de la opresión internalizada, como el masoquismo, los estereotipos, el...
BELIZE: ¿Louis, estás intentando lograr, deliberadamente, que te odie?
LOUIS: No, yo...
BELIZE: Quiero decir, ¿estás transformándote deliberadamente en un matón arrogante, racista,
sexista, patriotero y todo para beneficiarme? (Pausa.)
LOUIS: ¿Sabes qué pienso?
BELIZE: ¿Qué?
LOUIS: Que me odias porque soy judío.
BELIZE: Me voy.
LOUIS: Es cierto.
BELIZE: No tiene sentido lo que dices... Louis, es bueno saber que no cambiaste, todavía eres
ciudadano honorario de la Dimensión Desconocida y luego de tu desabrido sermón a favor de
la insensibilidad racial tienes mucho descaro en llamarme antisemita. Ahora sí que me tengo
que ir.
LOUIS: Me llamaste Louisita la semita.
BELIZE: Eso fue un chiste.
LOUIS: No me pareció divertido, fue muy hostil.
BELIZE: Fue hace tres años.
LOUIS: ¿Y eso qué cambia?
BELIZE: Recién te llamaste a ti mismo Louisita la semita.
LOUIS: Así es.
BELIZE: Algún día me lo vas a tener que explicar, pero ahora... Me odias porque odias a los
negros.
LOUIS: Yo no... pero sí pienso que la mayoría de los negros son antisemitas.
BELIZE: "La mayoría de los negros". Eso sí que es racista, Louis, y yo pienso que la mayoría
de los judíos...
LOUIS: Louis Farrakhan, que es un pantera negra, odia a los judíos.
BELIZE: Ed Koch, judío, fue alcalde de Nueva York gracias al voto negro y los terminó
cagando a palos.
LOUIS: Jesse Jackson, negro, también desprecia a los judíos.
BELIZE: Jackson. Oh, vamos, Louis, eso es...
LOUIS: ¡Sí, Jesse Jackson dice que Nueva York es Judiolandia!
BELIZE: Louis, votaste por Jesse Jackson y mandaste cheques a su Coalición a favor de las
minorías.
LOUIS: Soy ambivalente y los cheques rebotaron.
BELIZE: Todos los cheques rebotan, Louis; eres ambivalente con respecto de todo.
LOUIS: ¿Y eso qué significa?
BELIZE: Puedes ser un pendejo, pero no puedo creer que no lo puedas deducir. Inténtalo.

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LOUIS: Nunca fui ambivalente respecto a Prior. Lo amo... de veras.
BELIZE: Nadie dijo lo contrario.
LOUIS: El amor y la ambivalencia son... El verdadero amor no es ambivalente...
BELIZE: "El verdadero amor no es ambivalente". Juraría que ésa es una frase de mi novela
favorita, un gran éxito: Enamorados de la misteriosa noche, claro que no creo que la hayas
leído. (Pausa.)
LOUIS: No, nunca la leí.
BELIZE: Deberías leerla en vez de pasarte el resto de tu vida tratando de terminar Democracia
en América. Trata sobre una mujer blanca cuyo padre posee una plantación en el sur, en los
años anteriores a la Guerra Civil Americana, y se llama Margaret y está enamorada de Tadeo,
uno de los esclavos negros del padre, y ella está casada, pero su marido blanco y dueño de
esclavos tiene SIDA: Sexo Insuficientemente Desarrollado y Antibélico, o sea, no se le para. Y
ocurren un montón de cosas excitantes cuando Margaret y Tadeo se revuelcan sobre los fardos
de algodón bajo la luz de la luna y por supuesto vienen los yanquis y liberan a los esclavos y
los esclavos cuelgan al papá de ella y cosas por el estilo; mucha ficción histórica. Me acuerdo
que en un determinado momento, Margaret y Tadeo encuentran tiempo para discutir la
naturaleza del amor; en la cara de ella se reflejaban las llamas del incendio de la plantación —
ya sabes, como sucede con toda la gente de piel muy blanca-y la cara negra de Tadeo es aún
mas oscura en la noche y ella dice: "Tadeo, el verdadero amor nunca es ambivalente". (Pausa.
Entra Emily y apaga el mero.) Tadeo la mira, contemplando la tesis de ella y no está seguro de
estar de acuerdo.
EMILY: (Libera el brazo de Prior.) Tratamiento número... (consulta) ...cuatro.
PRIOR: Milagro farmacéutico. Lázaro vuelve a respirar.
LOUIS: ¿El se está... está muy mal?
BELIZE: ¿Quieres que te haga una lista?
EMILY: Quítese la camisa, vamos a controlar las...

Prior se quita la camisa y ella le examina las lesiones.

BELIZE: Está el problema de su peso, el problema de que se caga a cada momento y el


problema moral.
EMILY: Sólo seis lesiones. Está muy bien. Quítese los pantalones.

Prior se baja los pantalones, está desnudo, ella lo examina.

BELIZE: Y ...además cree que se está volviendo loco.


EMILY: Se ven bien. ¿Qué más?
PRIOR: Las caderas están llagadas e hinchadas, pero la pierna está mejor. Las náuseas casi se
fueron por las pildoritas naranjas. Al mover el vientre hago líquido, pero ya no es
sanguinolento, por ahora; mi oculista dice que todo está bien, por ahora; mi dentista dice: "Aj"
cuando mira mi lengua cubierta de pelusa y ahora usa pequeños condones en su pulgar y en su
índice... y una máscara. ¿Qué más? Mi dermatólogo está en Hawai y mi madre... a ella mejor
la dejamos fuera de esto, que es donde generalmente está, fuera de esto. Mis glándulas
parecen nueces, mi peso está estable desde hace dos semanas y un amigo murió hace dos días
de tuberculosis de los pájaros; eso me asustó y hoy no fui al entierro porque era un católico
irlandés y es probable que el ataúd esté abierto y tengo miedo de... algo, de la tuberculosis de
los pájaros o de verlo o de... Así que supongo que me va bien. Excepto, por supuesto, que me

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estoy volviendo loco.
EMILY: Analizamos las pruebas de toxoplasmosis y no hay ningún indicio...
PRIOR: Ya sé, ya sé, pero siento como si algo espantoso estuviese en camino, ya sabe, como un
misil del espacio exterior que cae verticalmente hacia la tierra y yo estoy justo debajo de la
explosión y... y a mí se me conoce, donde se me conoce, como una reina serena y audaz, pero
estoy fruncido.
EMILY: No hay nada por qué preocuparse. Creo que shochen bamromim hamtzeh menucho
nechono al kafey haschino.
PRIOR: ¿Qué?
EMILY: Todo está bien. Bemaalos k'doshim ut'horim kezohar horokeea mazhirim...
PRIOR: Oh, no comprendo lo que...
EMILY: Es nishmas Prior sheholoch leolomoh, baavur shenodvoo z'dokoh b'ad hazkoras
nishmosoh.
PRIOR: ¿Por qué hace esto? ¡Pare! ¡Basta!
EMILY: ¿Basta de qué?
PRIOR: Usted estaba... ¿no estaba hablando hebreo o algo así?
EMILY: ¿Hebreo? (Ríe.) Tengo ascendencia italiana y nunca en mi vida he hablado hebreo.
PRIOR: Oh no, Dios mío, por favor, de veras creo que...
EMILY: Mire, lo siento, pero tengo la sala de espera llena de... Pienso que usted es uno de los
afortunados y con suerte va a vivir muchos años; para alguien que no tiene sistema
inmunológico está bastante saludable. ¿Está viendo a alguien?, porque la soledad es un pe-
ligro. ¿Quiere algún terapeuta?
PRIOR: No, no necesito ver a nadie, yo sólo...
EMILY: Bueno, piénselo. No se está volviendo loco, es sólo que está con muchas presiones... y
no es para menos...

Ella empieza a escribir en su informe. De pronto hay un increíble esplendor luminoso, un


acorde intenso cantado por un coro gigantesco y de abajo aparece de pronto un libro inmenso
con páginas de acero que está sobre un pedestal de lava. El libro se cierra de golpe y
desaparece de forma instantánea debajo ¿A piso mientras las luces vuelven a la normalidad.
Emily está escribiendo y no se da cuenta de nada. Prior esta intrigado.

EMILY: (Se ríe y al salir.) Hebreo...

Prior huye.

LOUIS: Ayúdame.
BELIZE: ¿Cómo dijiste?
LOUIS: Eres enfermera, dame algo, yo... yo no sé qué hacer, yo... La semana pasada, en el
trabajo, arruiné para siempre la máquina Xerox y entonces yo... y luego tropecé en los
escalones del metro y se me rompieron los anteojos y me corté la frente... es como la Marca de
Caín, es estúpido, cierto, pero no se cura y cada mañana, al verla, pienso en cosas bíblicas, la
Marca de Caín, en Judas Iscariote y sus monedas de plata y cómo terminó ahorcándose... en
gente que... al traicionar lo que aman, traicionan lo que es más puro en sí mismos, yo siento...
nada más que indiferencia por mí, sólo indiferencia y cada noche lo extraño a él, lo extraño
tanto pero entonces me acuerdo de esas llagas y del olor y... adonde me lleva todo esto... Yo
podría... yo también podría estar enfermo, tal vez también esté enfermo. No sé. Belize. Dile

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que lo amo. ¿Lo harías?
BELIZE: Durante mucho tiempo pensé qué es el amor y todavía no lo comprendo. Con la
justicia y la democracia es mucho más sencillo, porque no son ambivalentes. Pero el amor es
algo muy difícil. Y todo sale mal cuando uno viola las intrincadas leyes del amor.
LOUIS: Me estoy muriendo.
BELIZE: El se está muriendo, tú sólo estás deseando morirte. Vamos, Louis, alégrate, mira
afuera, al cielo tormentoso.
LOUIS: Púrpura.
BELIZE: ¿Púrpura? ¿Dime, qué clase de homosexual eres?, eso no es púrpura, Mary, ese color
que ves es... (a lo grande) ...malva. Todo el día de hoy lo sentí como si fuera el Día de Acción
de Gracias. Pronto esta... ruina estará tapizada de blanco. Se puede oler... ¿puedes olerlo?
LOUIS: ¿Oler qué?
BELIZE: La suavidad, la condescendencia, el perdón, la gracia.
LOUIS: No...
BELIZE: Eso no puedo enseñártelo. No puedo ayudarte, Louis. No tengo nada que ver. (Se va.)

Louis pone la cabeza entre sus manos y sin darse cuenta toca la herida de su frente.

LOUIS: ¡Carajo! (Se para lentamente y mira hacia donde salió Belize.) ¿Oler qué?

Mira a ambos lados para ver que nadie lo está mirando. Entonces inhala profundamente y
dice sorprendido:

LOUIS: Hurí. Nieve.

ESCENA 3
Mismo día. Harper está en un lugar muy frío, muy blanco, con un cielo muy azul; una nevada
muy suave. Viste un lindo traje para nieve. Se oye el suave sonido del mar.

HARPER: ¡Nieve!, ¡hielo!, ¡montañas de hielo! ¿Dónde estoy? Yo... Yo me siento mejor, de
veras, yo... me siento mejor. En mis pulmones hay cristales de hielo, maravillosos... y afilados.
Y la nieve huele como duraznos estrujados y helados. Y hay algo... una corriente de sangre en
el viento, qué extraño, que tiene un sabor a hierro.
MR. LIES: Ozono.
HARPER: ¡Ozono! ¡Wow!, ¿dónde estoy?
MR. LIES: En el Reino del hielo, en la parte más austral del mundo.
HARPER: (Mira alrededor y se da cuenta.) La Antártida, ¡esto es la Antártida!
MR. LIES: Un asilo helado para los destrozados. Aquí no hay tristeza porque las lágrimas se
congelan.
HARPER: La Antártida, la Antártida, oh... Mire esto, yo... ¡Wow! Debo haberme escapado
realmente, ¿no?
MR. LIES: Aparentemente...
HARPER: Eso es estúpido. Quiero quedarme aquí para siempre. Instalar un campamento.
Construir cosas. Construir una ciudad, una ciudad inmensa hecha de fuertes fronterizos, de
madera oscura y enormes techos y grandes portales hechos de maderas puntiagudas y con
hogueras ardiendo en la esquina de cada calle. Debería construir cerca de un río. ¿Dónde están

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los bosques?
MR. LIES: Por aquí no hay. Demasiado frío. Hay hielo, pero árboles no.
HARPER: ¡Bueno, son detalles! ¡Estoy harta de detalles! Yo los voy a plantar y los voy a hacer
crecer. Voy a vivir de grasa de reno salvaje, la voy a derretir sobre las hogueras y la voy a
beber de tazas de cuernos de cabra, largas y curvas. Va a ser fantástico. Quiero formar un
nuevo mundo aquí... así nunca más voy a tener que volver a casa.
MR. LIES: Mientras dure. El hielo tiende a derretirse.
HARPER: No, para siempre. Aquí puedo tener todo lo que quiera, tal vez usted...
MR. LIES: Va contra las leyes de la Orden Internacional de Agentes de Viajes el implicarse con
los clientes. Las reglas son las reglas. Además, yo no soy el que usted quiere realmente.
HARPER: No hay nadie... tal vez un esquimal que pueda pescar en el hielo para alimentarnos y
que me pueda ayudar a construir un nido para cuando llegue el bebé.
MR. LIES: No hay esquimales en la Antártida y usted no está realmente embarazada. Usted lo
inventó.
HARPER: Sí, como todo esto, que es inventado. Así que si siento el frío de la nieve, también
estoy embarazada. ¿No es así? Aquí puedo estar embarazada y puedo tener cualquier clase de
bebé que se me antoje.
MR. LIES: Esto es un refugio, un vacío, cuya virtud es que carece de todo; está congelado para
los sentimientos. Aquí puede estar entumecida y a salvo, para eso vino. Respete la delicada
ecología de sus delirios.
HARPER: Usted quiere decir con eso que no hay esquimales en la Antártida...
MR. LIES: Correcto. Hielo y nieve sí, pero esquimales no. Aun las alucinaciones tienen leyes.
HARPER: ¿Y entonces quién es ése? (Aparece un Esquimal.)
MR. LIES: Un esquimal.
HARPER: Un esquimal de la Antártida, un pescador de las profundidades polares.
MR. LIES: Hay algo que anda mal en esta representación.

El Esquimal retrocede.

HARPER: Me va a gustar este lugar. ¡Es mi número exclusivo del National Geographic. ¡Ah!,
¡Ah! (Se agarra el estómago.) Creo... creo que la sentí moverse. Tal vez dé a luz una bebé
cubierta de piel blanca y gruesa, para que no tenga frío. Mis pechos van a estar llenos de
chocolate caliente para que no se congele. Y si se pone muy frío, ella va a tener una bolsa en
la que voy a poder meterme. Como un marsupial. Nos vamos a curar, juntas no vamos a curar.

ESCENA 4
Mismo día, en un lugar abandonado del sur del Bronx. Una mujer sin hogar está de pie cerca
de un tanque de aceite vacío, dentro del cual hay una fogata. Nieva. Mugre alrededor.
Hannah aparece arrastrando dos maletas pesadas.

HANNAH: Disculpe... le dije "disculpe". ¿Me puede decir dónde estoy? ¿Esto es Brooklyn?
¿Conoce la calle Pinneapple? ¿Hay algún autobús o un tren que...? Estoy perdida, apenas
llegué de Salt Lake City... eso queda en Utah. Tomé el autobús que debía tomar y me bajé...
bueno, era la última parada, así que tuve que bajarme y le pregunté al conductor si esto era
Brook-lyn y asintió, pero era de uno de esos países extranjero en donde creen que es de buena
educación asentir a todo aunque no tengan la menor ¡dea de por qué están asintiendo, y a decir

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verdad pienso que no hablaba nuestro idioma y me parece que eso lo descalifica para estar
empleado en cualquier transporte público, más si tenemos en cuenta que la mayoría de los
usuarios hablan nuestro idioma... ¿usted lo habla...?

La Mujer asiente.

HANNAH: Se suponía que mi hijo debía buscarme en el Aeropuerto, pero no apareció, y yo no


espero a nadie más de tres horas y tres cuartos. Supongo que debería haber sido paciente, yo...
quiero decir...
MUJER: El Bronx.
HANNAH: ¿Es el... Bronx?, pero ¿cómo, en nombre de Dios, llegué al Bronx?, si el conductor
dijo...
MUJER: (A sí misma.) ¡Sorbidos!, ¡sorbidos!, ¡sorbidos!, ¿vas a dejar de hacer esos sorbidos
asquerosos? ¡ERES UNA BESTIA, UN RUMIANTE QUE MASCA Y SE ALIMENTA!. Alimentándote,
sólo alimentándote, ¿qué le importaría, a ti o a CUALQUIERA si dejaras de alimentarte y murie-
ras? (Pausa.)
HANNAH: No podría decirme dónde...
MUJER: ¿Por qué le pusieron al Puente Koscuisko el nombre de un polaco?
HANNAH: No sé de qué me habla...
MUJER: Eso era una broma.
HANNAH: Ah ¿sí?, ¿y dónde está la gracia?
MUJER: No sé.
HANNAH: (Mira alrededor, desesperada.) Ah, será posible que no haya nadie más que...
MUJER: (Otra vez a sí misma.) Mantente alejada, gorda puta y repugnante, no poder tomar más
sopa, bestia masticadora y -ya sé que vas a mearla toda- y ¿dónde lo vas a hacer? ¿Detrás de
ese arbusto? Aquí afuera hace un frío de cagarse y yo... ¡Ah, muy bien, porque se suponía que
fuese un túnel!, y... esto no es muy gracioso. ¿Leyó las profecías de Nostradamus?
HANNAH: ¿Quién?
MUJER: Un tipo con el que salí alguna vez, Nostradamus... profeta, desterrado con ojos como...
para cagarse de miedo, él...
HANNAH: Cállese... por favor. Ahora quiero que deje de parlotear un instante, ajuste sus
neuronas y dígame cómo llegar a Brooklyn. ¡Porque usted sabe! ¡Y usted me lo va a decir!
¡Porque no hay nadie más alrededor para decírmelo y estoy mojada y tengo frío y estoy muy
enojada! Así que siento mucho que usted sea una psicópata, pero haga el esfuerzo -aspire
profundamente. ¡Hágalo! (Hannah y la mujer aspiran profundamente.) Muy bien, ahora a
exhalar. (Lo hacen.) Bien. Ahora, ¿cómo llego a Brooklyn?
MUJER: No sé, nunca fui. Lo siento. ¿Quiere un poco de sopa?
HANNAH: ¿Y Manhatan?, tal vez lo sabe... ¿supongo que no sabrá la ubicación del Centro
Mormón...?
MUJER: Calle 65 y Broadway.
HANNAH: ¿Cómo lo sabe?
MUJER: Me la paso yendo porque dan cine gratis. Películas aburridas, pero uno se puede
quedar allí todo el día.
HANNAH: Bueno... entonces cómo hago para...
MUJER: Tome el metro línea D, en la cuadra que viene doble a la derecha.
HANNAH: Gracias.
MUJER: Oh sí. En el nuevo siglo creo que todos vamos a estar locos.

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ESCENA 5
Mismo día. Joe y Roy están en el estudio de la casa de Roy. Roy luce un bata elegante. Hizo
un gran esfuerzo para verse bien. Él no está bien y no lo logró totalmente.

JOE: No puedo. La respuesta es no. Lo siento.


ROY: Eh, bueno, las disculpas... no veo que haya nadie exigiendo disculpas. (Pausa.)
JOE: Lo siento, Roy.
ROY: Bueno, son disculpas...
JOE: Mi mujer desapareció, Roy. Mi madre viene desde Salt Lake City para... para ayudarme a
encontrarla... supongo. Ahora mismo debería estar en el Aeropuerto, buscándola, pero... Acabo
de pasarme dos días en el sanatorio, Roy, con una úlcera perforada, escupiendo sangre.
ROY: ¿Sangre? Mire, yo estoy muy ocupado y...
JOE: Es sólo un trabajo...
ROY: ¡Un trabajo!, ¿un trabajo, ¿Washington?, ¡campesino pendejo mormón de Utah!
JOE: Roy...
ROY: ¡Washington! Cuando Washington me mandó llamar yo era más joven que usted y se
cree que dije: "¡Oh no, no, no puedo ir porque tengo dos dedos metidos en mi culo y también
tengo absurdos principios morales que me hacen sangrar la nariz!". Cuando Washington
llama, mi bonito amiguito, uno va o si no se hace a un lado, porque si por pendejo perdió el
tren, uno se queda afuera, a la intemperie. Así que anda a que te rompan el culo. ¡A la mierda,
Mary Jane, fuera de aquí!
JOE: Sólo deje que le...
ROY: ¿Que me explique?, es irrelevante, ya me ha decepcionado... a ver, explíqueme eso...
eso.
JOE: Yo lo quiero, Roy. Desearía tanto poder ser... lo que usted ve en mí, me gustaría ser parte
de este mundo, de su mundo, Roy, quisiera ser capaz de eso y lo intenté, de veras, pero... no
puedo aceptar su ofrecimiento y no es porque no crea en usted, al contrario, yo creo tanto en
los valores que usted representa: el orden, la decencia. Daría cualquier cosa para protegerlo,
pero... hay leyes que no puedo romper, están arraigadas profundamente. No sería fiel a mí
mismo. Ya hice demasiado daño. Y tal vez tenga razón, tal vez esté muerto.
ROY: Usted no está muerto, muchacho, sólo es una mariquita. Me quiere, eso es muy
emocionante, estoy conmovido. Es lindo que lo quieran a uno. Yo le advertí sobre eso, ¿o no,
Joe? Pero usted no me oye, y ¿por qué?, porque dice que Roy es astuto y Roy es un amigo,
pero Roy... bueno, él no es escrupuloso y usted quiere ser escrupuloso. ¿No es así? ¡Y además
usted quiere ser un hombre decente y bueno! (Pausa.) Joe, ¿sabe cuál fue el mayor logro de
mi vida?, ¿el que soy capa/, de recordar y del cual puedo estar orgulloso?, y eso que ayudé a
hacer presidentes y a deshacerlos y alcaldes y más jueces, más que nadie en esta maldita
ciudad de Nueva York, y muchos millones de dólares, libres de impuestos —¿y sabe qué es lo
que más significa para mí...? ¿alguna vez oyó hablar de Ethel Rosengerg? Sí, tal vez hasta
leyó sobre ella en los libros de Historia. Si no hubiera sido por mí, Joe, hoy Ethel Rosenberg
estaría viva, escribiendo una columna personal para alguna revista femenina, pero no está
viva, porque durante el juicio, Joe, yo llamaba todos los días por teléfono al Juez...
JOE: Roy...
ROY: Cada día, haciendo lo que hago mejor, hablar por teléfono, asegurándome que ese judío
tímido e inepto, en el tribunal cumpliera con su deber hacia América y con la Historia. Esa

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mujer dulce y poco atractiva con dos hijos, hooo -hooo- hooo, nos recordaba a todos a
nuestras pequeñas madres judías -estaba a un paso de conseguir prisión perpetua: yo alegué
hasta llorar para lograr mandarla a la silla eléctrica. Yo. Yo lo hice. Y si me hubiesen dejado
hasta hubiera bajado la llave. ¿Por qué?, porque yo me cago en los traidores, los odio. Porque
yo me cago en los comunistas, los odio. ¿Fue legal? Me cago en lo legal. ¿Soy un hombre
escrupuloso?, me cago en los escrúpulos. En el Nation dijeron cosas terribles de mí y me cago
en ese diario. ¿Usted quiere ser escrupuloso? ¿O quiere ser efectivo? ¿Quiere hacer la ley o
quiere estar sujeto a ella? Elija. Su mujer eligió. En una semana ella va a estar de vuelta. Ella
sabe cómo obtener lo que ELLA quiera. Tal vez debería mandarla a ella a Washington.
JOE: No le creo.
ROY: Palabra de Dios.
JOE: Usted no puede decir en serio lo que está diciendo. Roy, usted era el Asesor del
Procurador General de la Nación en el caso Rosenberg, y una comunicación extraoficial con el
juez de la causa durante el juicio sería... por lo menos, algo censurable, probablemente
conspiración y... en un caso que resultó en ejecución sería...
ROY: ¿Qué? ¿Asesinato?
JOE: Lo que pasa es que usted no está bien, eso es todo.
ROY: ¿Qué quiere decir con eso de que no estoy bien?, ¿quién no esta bien? (Pausa.)
JOE: Usted me dijo...
ROY: No, yo no, ¿Qué dije?
JOE: Roy, usted tiene cáncer.
ROY: No, yo no. (Pausa.)
JOE: Me dijo que se estaba muriendo.
ROY: ¿De qué carajos estás hablando, Joe? Yo nunca dije eso. Estoy perfectamente bien de
salud. No me pasa una maldita cosa mala. (Sonríe.)

Joe duda. Le extiende la mano a Roy, quien jala a Joe en un encuentro fuerte, cercano.

ROY: (Más para sí mismo que para Joe.) Entiendo que me lastimes porque te amo, pequeño
Joe. Por eso soy tan duro contigo. (Suelta a Joe, quien retrocede uno o dos pasos.) Hijo
pródigo. El mundo limpiará sus manos sucias sobre ti.
JOE: Ya lo hizo, Roy.
ROY: Ahora, vete.

Roy empuja fuerte a Joe, quien se dispone a salir. Roy lo detiene, lo rodea.

ROY: (Alisa suavemente las solapas de Joe.) Siempre estaré aquí, esperándote... (Una vez más,
con repentina violencia, lo jala agresivamente hasta tenerlo cerca.) Qué querías de mí, qué
buscabas, qué quieres, pequeño traidor ingrato...

Joe, a punto de sujetar a Roy, lo aferra por el frente de su bata y lo arroja a todo lo largo de
la habitación. Sujeta a Roy a un brazo de distancia, el otro puño está a punto de golpearlo.

ROY: (Riendo ligeramente, casi suplicando que lo golpeen.) Transgrede un poco, (oseph. (Joe
lo suelta.) Hay tantas leyes; encuentra una que puedas romper.

Joe duda, luego se va dando la espalda. Cuando Joe x ha ido, Roy se dobla sintiendo el gran

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dolor que estuvo escondiendo a lo largo de la escena con Joe.

ROY: Ay, Dios mío... ¡Andy! ¡Andy! ¡Ven, Andy!

La puerta se abre, pero no es Andy. Una pequeña mujer judía, vestida modestamente con
sombrero y abrigo de los años cincuenta, espera en el umbral. El cuarto se oscurece.

ROY: ¿Quién carajos eres tú? ¿La nueva enfermera?

La presencia en el umbral no dice nada. Mira fijamente a Roy. Una pansa. Roy la mira
atentamente, se incorpora, cruza hacia ella. Cruza de nuevo hacia su silla, se sienta
pesadamente.

ROY: ¡Aj!, ¡Ethel Rosenherg!


ETHEL: (Atenta pero con voz gélida.} No te ves bien, Roy.
ROY: Bueno, Ethel, se debe a que no me siento bien.
ETHEL: Pero perdiste mucho peso y te queda bien. En aquel entonces eras gordo. Zaftig, con
mucha cadera.
ROY: Adelgacé en 1960. En ese entonces todos éramos gordos hasta que empezó la moda del
cuidado del cuerpo. Ahora parezco un esqueleto... hasta me miran.
ETHEL: Por fin la mierda golpeó el ventilador, ¿no es así, Roy? (Pausa. Roy asiente.) Bueno,
pero la diversión apenas empieza.
ROY: ¿Qué es esto, Ethel?, ¿Halloween?, ¿tratas de asustarme? (Ethel no contesta.) ¡Bueno,
estás perdiendo tu tiempo! ¡En cualquier día de la semana yo doy más miedo que tú!, ¡así que
fuera, Ethel!, ¡BOOO!, ¡MEJOR MUERTO QUE COMUNISTA! ¿Alguien intenta darme un susto?
¡JAJÁ JAJÁ! ¡Desde el trono de Dios en los Cielos hasta las entrañas del Infierno, todos se
pueden ir a cagar y después a la mismísima mierda PORQUE YO NO TENGO MIEDO NI A LA
MUERTE NI AL INFIERNO NI A NADA!
ETHEL: Nos vemos pronto, Roy. Julius te manda saludos.
ROY: ¿Sí?, ¡bueno, mándale esto a Julius!

Hace una seña con el dedo, se levanta y va hacia ella. A mitad de camino se desploma,
respirando agitado y dolorido.

ETHEL: Eres un hombre muy enfermo, Roy.


ROY: ¡Ah, Dios... ANDY!
ETHEL: Mmmh, parece que no te oye. Deberíamos llamar a la ambulancia. (Va hacia el
teléfono) ¡Ah! ¡botones!, las cosas que tienen hoy en día. ¿Qué número, Roy? (Pausa, Roy la
mira y:)
ROY: 911.
ETHEL: (Marca.) ¡Canta! (Imita.) Lalalala... Ah, sí, por favor, mande una ambulancia a la casa
del señor Roy Cohn, el famoso abogado. ¿Cuál es la dirección, Roy?
ROY: (Pausa y luego:) 244 de la calle 87.
ETHEL: 244 de la calle 87. No tiene número de departamento, todo el edificio le pertenece. Mi
nombre. (Pausa.) Ethel Creenglass Rosenberg. (Sonrisita.) ¿Yo?, no, no soy pariente del señor
Cohn, sólo una vieja amiga. (Cuelga.) Dijeron que en un minuto...
ROY: Tengo todo el tiempo del mundo.

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ETHEL: Eres inmortal.
ROY: Sí, soy inmortal, Ethel. (Se esfuerza para ponerse de pie.) Yo forcé mi camino dentro de
la historia. Nunca voy a morir.
ETHEL: (Risita, luego:) La historia está a punto de romperse en mil pedazos. Se aproxima el
Milenio.

ESCENA 6
Esa noche, bien tarde. Dormitorio de Prior. Prior I observa a Prior en la cama, quien le
devuelve la mirada aterrorizado. Esta noche Prior I está vestido con una extraña bata de
hechicero y un sombrero sobre su ropaje histórico y trae un atado de largas hojas de palmera.

PRIOR I: ¡Esta noche es la noche!, ¿no está emocionado? ¡Esta noche viene!, ¡a través del
techo! Ha-adem, Ha-Ga-dol...
PRIOR 2.: (Aparece vestido en forma parecida.) ¡Lumen! ¡Fósforo!, ¡Flúor!, ¡Candela!, una
oleada ondulante infinita de escarlata y...
PRIOR: Miren. Ajo, un espejo, agua bendita. Un crucifijo. ¡VÁYANSE AL CARAJO!, ¡vayanse a la
mierda! ¡Y salgan de mi cuarto! ¡FUERA!
PRIOR I: (A Prior 2.) Es duro como un pedazo de nogal.
PRIOR 2: Todos entumecemos cuando ellos se acercan, nos llenamos como la luna creciente.
PRIOR I: ¡Baile!
PRIOR: ¿Que baile...?
PRIOR I: ¡Párese, maldición, dénos su mano y baile!
PRIOR 2: ¡Escuche...! (Un oboe solitario toca una tonada para bailar.) Es un sonido delicioso,
¿quiere bailar?
PRIOR: Por favor, déjeme solo, por favor, sólo dejen que duerma...
PRIOR 2: Ah, quiere alguien conocido, una pareja que sepa seguir sus pasos. (A Prior.) Cierre
los ojos, imagine...
PRIOR: Yo no...
PRIOR 2: Silencio, cierre los ojos... (Prior lo hace)
PRIOR I: Ahora ábralos.

Prior lo hace. Aparece Louis, elegantísimo. La música se convierte poco a poco en una
canción romántica para bailar.

PRIOR: Lou...
LOUIS: Baila conmigo.
PRIOR: No puedo, me duele la pierna, de noche me duele mucho... eres... un fantasma, ¿Lou?
LOUIS: No, sólo un espectro y estoy perdido en mí mismo, sentado durante todo el día en los
fríos bancos de mármol del parque, deseando desesperadamente poder estar contigo. Baila
conmigo, bebé...

Prior se pone de pie. La pierna ya no le duele. Comienza a bailar. La música es muy linda.

PRIOR I: (A Prior 2.) Ja, ahora veo por qué no tiene hijos, él es un sodomita.
PRIOR 2: Ah, cállate, gnomo medieval, y deja que bailen.
PRIOR I: Yo no interfiero, yo ya hice mi parte. Hurrah, hurrah, ¡el Mensajero ha llegado, ahora

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me esfumo, no me gusta estar aquí! (Desaparece.)
PRIOR 2: Qué horror, este siglo XX. ¡Ay, qué viejo se ha vuelto el mundo!, horriblemente
viejo.

Prior 2 desaparece. Louis y Prior bailan el Vals felices. Las luces vuelven a la normalidad.
Louis desparece. Prior baila solo. De pronto, un ruido de alas invade el cuarto.

ESCENA 7
Escena dividida: Prior solo en su departamento, Louis solo en el parque. Otra vez se oye
ruido de alas que se agitan.

PRIOR: Oh, no entre aquí, no entre... ¡Louis! No. Yo me llamo Prior Walter, yo soy...
descendiente de una antigua estirpe, yo soy... estoy abandonado... no, mi nombre es... es Prior
y vivo... aquí y ahora, y... en la oscuridad. Y el Ángel que registra todo lo bueno y lo malo que
hacemos en este mundo abre sus cien ojos y de pronto irrumpe furioso y rompe en mil
pedazos el lema del Libro de la Vida y... ¡Sshh! ¡Shhh!, por qué digo tantas tonterías, y... Basta
de escenas de locura, ¡ssshhh!, ¡ssshhh!

Louis está en una banca del parque. Se acerca Joe y se queda de pie a cierta distancia, se
observan y Louis se vuelve.

LOUIS: ¿Conoces el cuento de Lázaro?


JOE: ¿Lázaro?
LOUIS: Sí, Lázaro. No puedo recordar con exactitud lo que sucede...
JOE: Yo no... Bueno, Lázaro estaba muerto y Jesús lo resucitó de entre los muertos.
LOUIS: ¿Vienes seguido aquí?
JOE: No. Sí. Sí.
LOUIS: Lo resucitó de entre los muertos. ¿Crees que sucedió?
JOE: Ya no sé qué es lo que creo.
LOUIS: ¡Qué coincidencia...!, este encuentro...
JOE: Yo te seguí, desde el trabajo... te seguí hasta aquí... (Pausa.)
LOUIS: ¿Me seguiste? Es probable que al verme aquel día en el baño pensaste: "éste
es un tipo
dulce, sensible, capaz de llorar por sus amigos cuando tienen problemas..."
JOE: Sí.
LOUIS: Bueno, te engañé, porque eran lágrimas de cocodrilo. Aquí no hay nada... (Se toca el
corazón y se encoge de hombros.)

Joe extiende las manos para tocar la cara de Louis.

LOUIS: (Retrocede.) ¿Qué estás haciendo?, no hagas eso.


JOE: (Retira la mano.) Lo siento. Disculpa.
LOUIS: Yo... es sólo que no... pienso que si me tocas, se te puede caer la mano a pedazos o algo
por el estilo. A otras personas que me tocaron les ocurrieron cosas peores.
JOE: Por favor. Ay... puedo... yo... quiero... tocarte. Por favor, puedo sólo tocarte... ¿ahí? (Pone
la mano en la mejilla de Louis y la deja.) Me voy a ir al infierno por hacerlo.
LOUIS: Ah ¿sí?... ¿y crees que puede haber algo peor que la ciudad de Nueva York? (Pone su

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mano sobre la mano de Joe y la aparta de su cara, la sostiene un instante y dice:) Vienes. JOE:
¿Adonde?
LOUIS: A casa, conmigo.
JOE: Esto no tiene sentido, apenas te conozco.
LOUIS: Igualmente.
JOE: Y lo que conoces de mí no te gusta.
LOUIS: ¿Tu parte republicana?
JOE: Sí, entre otras cosas.
LOUIS: Eso no me gusta, lo detesto.
JOE: Y entonces por qué deberíamos...

Louis va hacia Joe y lo besa.

LOUIS: Una afinidad inesperada... no sé. Nunca lo hice con uno de los condenados... y además
preferiría no pasar la noche solo.
JOE: Soy una persona horrible. Louis.
LOUIS: Lou.
JOE: No, de veras, lo soy. No creo merecer que me quieran.
LOUIS: Ahí tienes, ¿ves?... ya tenemos muchísimo en común.

Louis se levanta y empieza a alejarse. Se vuelve y mira a Joe. Joe lo sigue. Salen.

Prior escucha, al principio no hay sonido y luego, otra vez, se oye el sonido de alas que
aletean aterrorizadoramente cercanas.

PRIOR: Ese ruido, ese ruido, es... ¿qué es eso?, son como pájaros o algo así, como si fuera un
pájaro inmenso, estoy asustado, yo... no, no, no hay que temer, debo tener valor y
encolerizarme, sí, encontrar esa ira que necesito para no sentirme derrotado... mi sangre estará
limpia, mi cerebro estará bien, porque yo puedo soportar todas las presiones, para eso soy gay
y estoy acostumbrado a las presiones, a manejarlas, a enfrentar los problemas, a ser duro, a ser
fuerte y... Ah. Ay, Dios mío. Ah, mi Dios. Yo... (Lo invade una intensa sensación sexual.)
Aooohhh. Estoy caliente, estoy tan... Ay, Dios, ¿qué está pasando aquí?, debo tener mucha
fiebre... Yo...

La mesa de luz se mueve con violencia mientras la cama se balancea hacia delante y hacia
atrás. Hay un rechinar y movimiento desde el techo del dormitorio, como las maderas de un
barco que soportan una inmensa presión y desde arriba cae una fina lluvia de polvo de yeso.

PRIOR: ¡AH! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR! Algo está entrando aquí, tengo miedo, esto no me gusta
nada, algo se aproxima y no sé qué es... yo... ¡Ah!

Hay una gran luz con música triunfal que proclama. La luz es de un extraordinario color azul
pálido, fría y dura, entonces se vuelve de un color dorado, rico y cálido y luego de un verde
pálido y caliente y, por fin, de un color púrpura intenso. Luego, silencio.

PRIOR: (Un murmullo anonadado.) ¡Dios Todopoderoso...! esto es muy... Steven Spielberg.

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Un sonido, como de un meteoro que se precipita desde muy, muy lejos de la tierra, a una
increíble velocidad hacia el cuarto; la luz parece ser absorbida fuera del cuarto a medida que
se aproxima el proyectil; mientras el cuarto se oscurece oímos un terrible choque, como li
algo gigantesco golpease contra la tierra; todo el edificio se estremece y parte del techo, con
mucho yeso y cabla, cae al suelo; entonces, en un haz de luz blanca que no a de esta tierra,
extendiendo alas gigantescas de color plata grisáceo opalescente, el Ángel desciende en el
cuarto y queda flotando sobre la cama.

ÁNGEL: Te saludo, Profeta:


La Gran Obra comienza:
Ha llegado El Mensajero.

APAGÓN.

FIN DE “EL MILENIO SE APROXIMA”

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