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DUODÉCIMA APORÍA, LIBRO BETA (III), METAFÍSICA DE ARISTÓTELES.

¿LOS NÚMEROS Y LOS CUERPOS GEOMÉTRICOS SON SUSTANCIAS O


NO?

POR: EDUARDO FABIÁN BERMEO MUÑOZ.

1) Interpretación de Giovanni Reale:

Duodécima Aporía: ¿Son o no sustancias los números, los cuerpos, las


superficies y los puntos?

Tesis: Los cuerpos serán sustancia menos que la superficie, pues esta lo
determina; la superficie será sustancia menos que la línea, porque esta la
determina; en seguida, la línea es menos que el punto, ya que este la
determina. En efecto tanto Platónicos como Pitagóricos consideraron como
sustancias a los números, en conclusión, si todas esas cosas no tienen
sustancia, no existe ninguna.

Antítesis: Los puntos, las líneas y las superficies son sustancias más que los
cuerpos, la pregunta que se generaría sería ¿en cuales cuerpos? No se podría
concebir que en los cuerpos sensibles. Entonces puntos, líneas y superficies
parecen ser no sustancias parecen ser no- sustancias sino divisiones de
cuerpos que están presentes en los cuerpos, no en acto (no como sustancia)
sino en potencia.

Los puntos, líneas y superficies se generan y se destruyen de una forma


distinta de las sustancias, por lo tanto los cuerpos no son sustancias.

2. Solución dada por Aristóteles:

Remitiéndome al libro XIII en los capítulos 1-3 y 6-9, puedo observar que
Aristóteles, al tratar sobre las cosas matemáticas, dice que están determinadas
bajo 3 cuestiones: a) las cosas matemáticas están en las cosas sensibles, b)
están separadas de las cosas sensibles y c) no están en ninguna de las 2
cosas. Lo que se quiere resolver en esta parte no es la existencia de estas
cosas, sino su modo de existir, por lo cual se argumenta:
Al decir que las cosas matemáticas están separadas de las cosas sensibles se
carece de fundamento, puesto que 2 sólidos ocupen el mismo lugar
simultáneamente y es también imposible que un cuerpo sea dividido, pues
tendría que dividirse según la línea, el punto y la superficie pero estos a su vez
sería imposible dividirlos.

Queda aclarado, entonces, que las cosas matemáticas ni son sustancia en


mayor grado que los cuerpos, ni son anteriores a las cosas sensibles en cuanto
al ser, sino en cuanto a su enunciado.

3. Comentarios:

Dentro del artículo sobre las Aporías de Javier Aguirre 1 nos muestra una crítica
a la doctrina la cual afirma que los objetos matemáticos pueden existir de modo
inmanente (inseparable a su esencia) en las realidades sensibles. Frente a esto
postula 2 argumentos en contra de los cuerpos y las realidades geométricas
que pueden darse en los cuerpos sensibles, parte diciendo: a) Es imposible
que 2 cuerpos puedan darse al mismo tiempo, en un mismo lugar; b) si se
acepta la inmanencia de los cuerpos geométricos, también se aceptaría la
inmanencia de las formas y c) la inmanencia no es posible porque no podría
darse la división de ningún cuerpo, dado que el punto, la línea y la superficies
son indivisibles.

Aristóteles también critica las postulaciones que afirman sobre los objetos
matemáticos puedan existir como substancias fuera de las realidades
sensibles. Si esto fuera así, se produciría una absurda multiplicación de
objetos. Según el principio de preexistencia de lo simple (Calvo Martínez, 1994:
507 n8) antes que la superficie del cuerpo matemático, habría que aceptar la
existencia del plano en sí. También habría que aceptar que las realidades
matemáticas son anteriores a las realidades sensibles, cuando en realidad son
posteriores, pues su magnitud es incompleta a su generación.

En definitiva las realidades matemáticas son consideradas de escaso rango,


mucho menor que el de las substancias animadas generadas en la naturaleza.
En conclusión afirma Aristóteles: aún en el caso de conceder que las realidades
matemáticas son anteriores en cuanto a la definición, no todas las cosas
anteriores en cuanto a la definición lo son también en cuanto a la substancia.
Para dejar aclarada esta cuestión me remitiré al siguiente párrafo en donde
queda suscitada esta cuestión:

Queda, pues, suficientemente explicado que ni son substancias en mayor


grado que los cuerpos, ni son anteriores a las cosas sensibles en cuanto al ser,
sino solo en la definición, ni pueden existir separadas en modo alguno. Y
puesto que tampoco es posible que sean en las cosas sensibles, es evidente
que o no son, sin más, o son en cierto modo y, por tanto, no son en el sentido
absoluto del término. Pues ser lo decíamos en muchos sentidos (M 2, 1077b12-
17).

Bibliografía:
1
Aguirre, J. La forma aristotélica y la solución de las aporías del libro beta. Eidos 12
(2010) 158- 200.

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