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CONTADOR PÚBLICO
Materia:
ECONOMIA INTERNACIONAL
Docente:
Tema:
Unidad 1: TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL
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INTRODUCCIÓN
Desde los inicios de la economía política, una buena parte de las reflexiones y de los
aportes teóricos han estado referidos al papel que el sector externo puede cumplir en el
crecimiento y desarrollo de las economías nacionales, es decir, muchos autores consideran
imprescindible el apoyo de un sector externo para el mejoramiento interno
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Unidad 1: TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL
Definición
Samuelson y Nordmaus definen al comercio internacional como “… el proceso por el que los
países importan y exportan bienes, servicios y capital financiero…”
El comercio se divide en 2 categorías:
El comercio doméstico: es el intercambio de bienes y servicios al interior de un país.
Comercio internacional: consiste en el intercambio de bienes y servicios de un país con otro.
Este se basa en la especialización de producir un bien y a una división de trabajo, dependiendo
de las necesidades que tiene cada país.
Teoría clásica
Ventaja Absoluta
Adam Smith supone que el comercio internacional ocurre sólo cuando existe una ventaja
absoluta, es decir, cuando el país que exporta un bien produce con el mismo número absoluto
de horas hombre un volumen mayor de producción que cualquier rival.
Ventaja Comparativa
David Ricardo formula la doctrina de la ventaja comparativa y muestra que aunque un país
produzca los dos tipos de bienes tela y vino a precios más bajos, en términos absolutos que el
resto del mundo, se puede beneficiar con el comercio internacional si los precios relativos de los
bienes difieren entre países antes de que se establezca el comercio y cada país exportará el
bien cuyo costo de producción relativo al otro bien o comparativo, es menor que en el otro país
Teoría Neoclásica
El Modelo Heckscher-Ohlin.
En la perspectiva de la historia de las doctrinas económicas el modelo clásico del comercio
internacional de David Ricardo sobrevivió prácticamente sin cambios importantes hasta la
aparición de los trabajos de Eli Heckscher (1919) y Bertil Ohlin (1933), que han constituido la
teoría neoclásica o moderna del comercio internacional. El determinante en la especialización y
dirección del comercio internacional en el modelo Heckscher-Ohlin proviene de la proporción de
los factores de producción en los países. La hipótesis básica se expresa en el teorema: un país
exportará el bien que utiliza intensivamente, el factor que es relativamente abundante en ese
país. Así, un país con abundancia relativa en capital tendrá una ventaja comparativa y exportará
el bien intensivo en capital.
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Nuevas teorías del comercio internacional
La salida o desahogo del excedente
H. Mint desarrolla la teoría de salida de excedente como resultado de su análisis de las
economías campesinas del sudeste de Asia y de África. Critica la teoría clásica del supuesto de
pleno empleo y una dotación de recursos dados, porque no explica los patrones de comercio y
crecimiento de las economías agrícolas exportadoras. El autor parte de una situación en la que
no existe pleno empleo sino un superávit o excedente en la capacidad no utilizada del país, la
cual puede utilizarse para incrementar la producción a través de la nueva demanda que origina
la apertura al comercio internacional.
Las ventajas competitivas
La investigación revela que la mejor manera en que las empresas pueden lograr una ventaja
competitiva consiste en hacer innovaciones. A menudo esto se logra mediante un mejoramiento
constante de los bienes y servicios. Otra manera en que las empresas internacionales conservan
su ventaja competitiva consiste en hacer obsoletas las innovaciones, es decir, desarrollan un
nuevo producto que reemplace al anterior. En opinión de Michael Porter hay cuatro atributos
generales que individual e interactivamente rigen la ventaja competitiva a nivel nacional:
condiciones de factor, condiciones de demanda, industrias conexas y de soporte, y el ambiente
donde compiten las organizaciones. El siguiente esquema muestra estos atributos:
Condiciones de factor.
Según la teoría básica del comercio internacional, un país exportara los bienes que aprovechan
al máximo las condiciones de factor que posee en cantidades importantes. No obstante, la teoría
del comercio internacional se limita en aprovechar uno de los factores básicos. A fin de
conservar una posición competitiva, un país ha de mejorar o ajustar constantemente sus
condiciones de factor. Así Dinamarca cuenta con hospitales que se especializan en el estudio y
el tratamiento de la diabetes; también es el principal exportador de insulina a nivel mundial, ha
creado factores especializados y luego los ha ido mejorando; de ese modo conserva el primer
lugar en el sector de atención médica. En ocasiones los países crean las condiciones de factor
que necesitan.
Condición de demanda.
Porter señala que la ventaja competitiva de un país se fortalece si sus bienes y servicios tienen
una gran demanda a nivel local. La demanda ofrece varios beneficios. Le ayuda al vendedor a
saber lo que los compradores desean. Si es preciso hacer cambios, el vendedor local se entera
a tiempo y puede ajustar o innovar para el mercado antes que los competidores situados lejos
de allí puedan responder.
Cuando los proveedores están situados cerca del productor, las empresas a menudo ofrecen
insumos baratos que no están al alcance de los competidores distantes. Además, los
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proveedores saben lo que está sucediendo en las industrias y se encuentran en condiciones de
pronosticar cambios y de responder a ellos. Al compartir esa información con el productor le
ayudan a no perder su posición competitiva.
Es el contexto dentro del cual, las compañías se crean, organizan y administran, así como la
naturaleza de la rivalidad a nivel nacional. Las naciones tienden a progresar en las industrias
donde las prácticas gerenciales favorecidas por el ambiente nacional son apropiadas para las
fuentes de la ventaja competitiva. Una fuerte rivalidad doméstica y la ventaja competitiva guarda
relación entre sí. La cercanía de una de otra aumenta la rivalidad entre las empresas y esto
incrementa la competitividad empresarial local.
Esta teoría fue anunciada por Adam Smith (1723-1790); postuló que, bajo libre cambio, cada
nación debe especializarse en producir esas mercancías que podrían ser lo más eficientemente
posible. Algunos de éstos serían exportados a la paga para las importaciones de las mercancías
que se podrían producir más eficientemente a otra parte. Trata de que cada país se especializa
en producir mercancías para las que tenga ventaja absoluta, medida ésta por el menor coste
medio de la producción en términos de trabajo con respecto a los demás países. De este modo,
al seguir este principio todos los países saldrían ganando con el comercio y se lograría la misma
eficiencia a nivel internacional.
Las razones que lo llevaron a trabajar sobre este análisis a Adam Smith fueron tres:
1. El dinero sólo era una técnica para realizar cálculos que no tenía en cuenta las relaciones
productivas sino los intereses de las autoridades.
2. La riqueza de una nación no se mide por la cantidad de oro acumulado, sino por la
magnitud de su capacidad productiva en períodos y condiciones determinadas.
3. El trabajo es el patrón único de medida que tiene la propiedad de invariable frente al
tiempo y la distribución y con el cual todos los bienes pueden comprarse y la riqueza se
puede cuantificar en términos reales.
Su idea principal fue la de que para que exista comercio entre dos países, uno de ellos debe
tener una ventaja absoluta en la producción de alguno de los bienes que se comercian.
Que un país tenga ventaja absoluta en la producción de un bien, significa que ese país puede
producir una unidad de ese bien con una menor cantidad de trabajo que la usada por el otro
país para producir el mismo bien. Los países exportan aquellos viene, cuya producción requieren
menos trabajo que otros países, e importan aquellos bienes en cuya producción requieren más
trabajo que otras naciones. De ahí que, desde esta perspectiva, el libre comercio internacional
es mutuamente beneficioso para los países participantes.
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En el año 1776 la obra “La Riqueza de las Naciones”, cierra el ciclo del mercantilismo y supone
el nacimiento del liberalismo y de la escuela de pensamiento que dominará durante un siglo el
debate de las ideas económicas, la escuela clásica.
Adam Smith centra su análisis en los efectos del comercio internacional, pero, en vez de
interesarse por los efectos monetarios, se fija primordialmente en los efectos reales que el
comercio exterior tiene sobre el funcionamiento de la economía
Adam Smith, un economista clásico, era un líder importante en la defensa del libre comercio
(mercados abiertos) sobre la base de que promovía la división internacional del trabajo. Con el
libre comercio las naciones podían concentrar su producción en los productos que podían hacer
de forma más económica, con todos los beneficios consecuentes de la división del trabajo.
El concepto de Smith del costo se fundaba en la teoría del valor del trabajo, que asume que
dentro de cada nación, 1) el trabajo es el único factor de producción y es homogéneo (de una
sola calidad) y 2) el costo o precio de un producto depende en exclusiva de la cantidad de trabajo
requerida para fabricarlo. Por ejemplo, si Estados Unidos utiliza menos trabajo para fabricar una
yarda de tela que Reino Unido, entonces el costo de producción de Estados Unidos será menor.
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requerido para producir una yarda de tela). De igual manera, el Reino Unido tiene una ventaja
absoluta en la producción de vino.
De acuerdo con Smith, cada nación se beneficia al especializarse en la producción del producto
que elabora a un costo menor que la otra nación, mientras que importa el producto que fábrica
a un costo mayor. Como el mundo utiliza sus recursos de forma más eficiente, como resultado
de la especialización, ocurre un aumento en la producción mundial, que se distribuye a las dos
naciones a través del comercio. Todas las naciones se pueden beneficiar del comercio, de
acuerdo con Smith Carbaugh, Robert J. Economía Internacional. Mc Graw Hill
“Cuando un país extranjero nos puede ofrecer una mercancía más barata de lo que nos cuesta
a nosotros será mejor comprarla que producirla dando por ella parte del producto de nuestra
propia actividad económica empleada en aquellos sectores en que saquemos ventaja al
extranjero”.
Adam Smith
Los países participan en el comercio internacional por dos motivos básicos, y ambas contribuyen
a que obtengan ganancias del comercio.
Primero: los países comercian porque son diferentes. Las naciones, como los individuos,
pueden beneficiarse de sus diferencias mediante una relación en la que cada uno hace aquello
que sabe hacer relativamente bien.
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Segundo: los países comercian para conseguir economías de escala en la producción. Es decir,
si cada país produce solo una gama limitada de bienes, puede producir cada uno de esos bienes
a una escala mayor y, por tanto, de manera más eficiente que si intentara producir de todo.
En el mundo real, los patrones del comercio internacional reflejan la interacción de estas dos
razones. Sin embargo, como primer paso para entender las causas y los efectos del comercio,
es útil considerar los modelos simplificados en los que solo se presenta una de dichas razones.
El día de San Valentín de 1996, a menos de una semana de las cruciales elecciones primarias
del 20 de febrero en New Hampshire, el candidato presidencial republicano Patrick Buchanan
se paró en una floristería a comprar una docena de rosas para su esposa. Aprovechó la ocasión
para pronunciar un discurso denunciando el incremento de las importaciones de flores en
Estados Unidos que, según afirmó, estaban provocando la desaparición de los cultivadores de
flores estadounidenses. Y, de hecho, es cierto que una creciente proporción del mercado de
rosas de invierno en Estados Unidos está siendo cubierta por importaciones provenientes de
América del Sur, en particular de Colombia. Pero, ¿es eso algo malo de por sí? El caso de las
rosas de invierno constituye un excelente ejemplo de los motivos por los que el comercio
internacional puede ser beneficioso. Considere, en primer lugar, lo difícil que puede resultar
ofrecer a las enamoradas estadounidenses rosas frescas en febrero. Las flores tienen que
cultivarse en invernaderos con calefacción, a un coste muy elevado en términos de energía,
inversión en capital, y otros recursos escasos. Todos esos recursos se podrían utilizar para
producir otros bienes. Inevitablemente, hay que hacer una elección. Para producir rosas en
invierno, la economía estadounidense tiene que producir menos de otras cosas, como por
ejemplo PC. Los economistas utilizan la expresión coste de oportunidad para describir este tipo
de elecciones: el coste de oportunidad de las rosas en términos de PC es el número de PC que
se podrían haber producido con los recursos utilizados para producir un determinado número
de rosas. Suponga, por ejemplo, que Estados Unidos cultiva actualmente 10 millones de rosas
para ser vendidas en el día de San Valentín, y que los recursos utilizados para cultivar estas
rosas podrían, en lugar de eso, haber producido 100.000 PC. Por tanto, el coste de oportunidad
de estos 10 millones de rosas son 100.000 PC. (A la inversa, si se hubieran producido PC, el
coste de oportunidad de esos 100.000 PC serían 10 millones de rosas). Esos 10 millones de
rosas para San Valentín se podrían haber cultivado en Colombia. Es bastante probable que el
coste de oportunidad de estas rosas en términos de PC sea allí inferior de lo que sería en
Estados Unidos. Por la simple razón de que es mucho más fácil cultivar rosas en febrero en el
hemisferio sur, donde febrero cae en verano, y no en invierno. Además, los trabajadores
colombianos son menos eficientes que los estadounidenses produciendo bienes sofisticados
como PC, lo cual significa que un número determinado de recursos utilizados en la producción
de PC produce menos PC en Colombia que en Estados Unidos. Así pues, la elección en
Colombia es algo así como 10 millones de rosas de invierno o solo 30.000 PC. Esta diferencia
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en el coste de oportunidad ofrece la posibilidad de una reordenación mutuamente beneficiosa
de la producción mundial. Hagamos que Estados Unidos deje de producir rosas en invierno y
destinemos los recursos que se liberan a la producción de PC; al mismo tiempo, dejemos que
Colombia cultive rosas, desviando los recursos necesarios para ello de su industria de PC.
La razón por la que el comercio internacional produce este aumento de la producción mundial
es que permite que cada país se especialice en la producción del bien en el que dispone de una
ventaja comparativa. Un país tiene ventaja comparativa en la producción de un bien si el coste
de oportunidad en la producción de este bien en términos de otros bienes es inferior en este
país de lo que lo es en otros países. En este ejemplo, Colombia tiene ventaja comparativa en la
producción de rosas de invierno y Estados Unidos en la producción de PC. El nivel de vida puede
aumentar en ambos lugares si Colombia produce rosas para el mercado estadounidense
mientras que Estados Unidos produce PC para el mercado colombiano. Disponemos así de una
reflexión esencial sobre la ventaja comparativa y el comercio internacional: el comercio entre
dos países puede beneficiar a ambos si cada uno exporta los bienes en los que tiene una ventaja
comparativa. Esta es una afirmación acerca de posibilidades, no acerca de lo que ocurre en
realidad. En el mundo real no hay una autoridad central que decida qué país tiene que producir
rosas y qué país PC. Tampoco hay nadie que distribuya rosas y PC a los consumidores en los
dos lugares. En lugar de eso, la producción y el comercio internacional se determinan en el
mercado, que se rige por la ley de la oferta y la demanda.
Puesto que los recursos que tiene cualquier economía son limitados, hay límites para lo que
puede producir, y siempre hay que hacer elecciones; para producir más de un bien la economía
debe sacrificar una parte de la producción de otro bien.
En una economía competitiva, las decisiones de oferta se determinan a partir de los intentos
que hacen los individuos para maximizar sus ingresos. En nuestra economía simplificada,
puesto que el trabajo es el único factor de producción, la oferta de queso y vino estará
determinada por el movimiento del factor trabajo hacia el sector que pague salarios más altos.
Suponga, de nuevo, que hace falta una hora de trabajo para producir un kilo de queso, y dos
horas para producir un litro de vino. Suponga además que el queso se vende a cuatro dólares
por kilo, mientras que el vino se vende a siete dólares por litro. ¿Qué producirán los
trabajadores? Bueno, si producen queso pueden ganar cuatro dólares por hora. (Recuerde que,
puesto que el trabajo es el único factor de producción en este modelo, no hay beneficios, por lo
que los trabajadores reciben todo el valor de su producción). Por otra parte, si los trabajadores
producen vino, solo ganarán 3,5 dólares la hora, porque hacen falta dos horas para producir un
litro de vino a siete dólares el litro. Así pues, si el queso se vende a cuatro dólares el kilo y el
vino a siete dólares el litro, los trabajadores estarán mejor si producen queso, y la economía en
su conjunto se especializará en la producción de queso. Pero, ¿qué pasaría si el precio del
queso disminuyera hasta tres dólares el kilo? En ese caso, los trabajadores podrían ganar más
produciendo vino, y la economía se especializaría en la producción de vino y no en la de queso.
No son pocas las ideas confusas en economía. Los políticos, los dirigentes empresariales, e
incluso los economistas, realizan a menudo declaraciones que no resisten un cuidadoso análisis
económico. Por alguna razón esto parece ser especialmente cierto en economía internacional.
Si abrimos la sección de negocios del dominical de cualquier periódico diario o de cualquier
revista semanal, probablemente encontraremos algún artículo que realiza afirmaciones
absurdas sobre el comercio internacional. Tres errores en particular han demostrado ser muy
persistentes. En este apartado vamos a utilizar nuestro sencillo modelo de la ventaja
comparativa para ver por qué son incorrectos.
El libre comercio solo es beneficioso si tu país es suficientemente productivo como para resistir
la competencia internacional. Este argumento le parece extremadamente creíble a mucha gente.
Por ejemplo, un historiador muy conocido criticó recientemente los argumentos a favor del libre
comercio afirmando que es posible que no se cumplan en la práctica: «¿Qué pasa si no hay
nada que podamos producir de forma más barata o eficiente que en cualquier otro lugar, si no
es reduciendo constantemente nuestros costes laborales?» se preguntaba2. El problema del
punto de vista de este comentarista es que no consiguió entender el argumento esencial del
modelo de Ricardo: que las ganancias del comercio dependen de la ventaja comparativa y no
de la ventaja absoluta. Está preocupado porque un país pueda no tener nada que produzca más
eficientemente que cualquier otro, es decir, puede no disponer de una ventaja absoluta en nada.
Pero, ¿por qué es esto tan terrible? En nuestro sencillo ejemplo numérico del comercio, nuestro
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país tiene requerimientos unitarios de trabajo inferiores y, por tanto, una productividad superior
en ambos sectores, queso y vino. Sin embargo, como hemos visto, ambos países ganan con el
comercio. Siempre existe la tentación de suponer que la capacidad para exportar un bien
depende de que nuestro país tenga una ventaja absoluta en productividad. Pero una ventaja
productiva absoluta sobre otros países en la producción de un bien no es una condición ni
necesaria ni suficiente para disponer de una ventaja comparativa en ese bien. En nuestro
modelo de un factor, la razón por la que la ventaja absoluta en productividad en una industria
no es necesaria ni suficiente para conseguir una ventaja competitiva es clara: la ventaja
competitiva de una industria depende no solo de su productividad en relación con la industria
extranjera, sino también de la tasa salarial respecto a la tasa salarial extranjera. Una tasa salarial
en un país depende, a su vez, de la productividad relativa en otras industrias. En nuestro ejemplo
numérico, el extranjero es menos eficiente que nuestro país en la producción de vino, pero
también tiene una mayor desventaja de productividad en el queso. Debido a su menor
productividad total, el extranjero debe pagar salarios menores que nuestro país, lo
suficientemente bajos para tener menores costes en la producción de vino. Análogamente, en
el mundo real, Portugal tiene una productividad reducida en, por ejemplo, la producción textil,
comparado con Estados Unidos; pero puesto que la desventaja de productividad de Portugal es
todavía mayor en otras industrias, sus salarios son lo suficientemente bajos como para tener
una ventaja comparativa en la producción textil.
Explotación mito 3:
El comercio explota a un país y lo empobrece si sus trabajadores reciben unos salarios muy
inferiores a los de los trabajadores de otros países. Este argumento se expresa a menudo en
términos muy emotivos. Por ejemplo, un columnista comparaba el salario de dos millones de
dólares que cobra el director ejecutivo de la cadena de ropa Gap con el salario de 0,56 dólares
por hora que cobran los trabajadores centroamericanos que fabrican parte de sus productos4.
Puede parecer insensible intentar justificar los salarios terroríficamente bajos que cobran
muchos trabajadores en el mundo. Sin embargo, si nos estamos preguntando acerca de la
bondad del libre comercio, la cuestión no está en preguntarse si los trabajadores de bajos
salarios merecerían cobrar más, sino en preguntarse si ellos y su país están peor exportando
bienes basados en salarios reducidos de lo que lo estarían si rechazaran participar en un
comercio tan degradante. Y, al plantearnos esta pregunta, también debemos preguntarnos,
¿cuál es la alternativa? Por muy abstracto que sea, nuestro ejemplo numérico nos hace ver que
no podemos afirmar que un salario bajo constituye una explotación si no conocemos cuál es la
alternativa. En este ejemplo, los trabajadores extranjeros cobran mucho menos que los
trabajadores nacionales, y uno podría fácilmente imaginarse a un columnista escribiendo
agriamente sobre su explotación. Sin embargo, si el extranjero no se dejara «explotar» y
rechazara comerciar con nuestro país (o insistiera en imponer unos salarios mucho más altos
en su sector de exportación, lo que tendría el mismo efecto), los salarios reales serían incluso
más bajos. El poder adquisitivo del salario por hora de un trabajador se reduciría desde 1/3
hasta 1/6 de kilos de queso. El columnista que destacaba el contraste entre los ingresos del
ejecutivo de Gap y los trabajadores que fabrican la ropa estaba enfadado por la pobreza de los
trabajadores centroamericanos. Pero negarles la oportunidad de exportar y comerciar puede
muy bien ser equivalente a condenarlos a una pobreza aún mayor.
En nuestro análisis nos hemos apoyado hasta ahora en un modelo en el que solo se producen
y consumen dos bienes. Este análisis simplificado nos permite recoger algunos puntos
esenciales sobre la ventaja comparativa y el comercio y, como hemos visto en el último
apartado, nos proporciona una considerable cantidad de instrumentos para discutir cuestiones
políticas. Sin embargo, para aproximarnos más a la realidad, es necesario entender cómo
funciona la ventaja comparativa en un modelo con un mayor número de bienes.
Definición
Las bases del desempeño sobre el promedio dentro de una industria. Descripción de la ventaja
competitiva de Michael Porter.
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De acuerdo con el modelo de la ventaja competitiva de Porter, la estrategia competitiva toma
acciones ofensivas o defensivas para crear una posición defendible en una industria, con la
finalidad de hacer frente, con éxito, a las fuerzas competitivas y generar un Retorno sobre la
inversión. Según Michael Porter: “la base del desempeño sobre el promedio dentro de una
industria es la ventaja competitiva sostenible”.
“La ventaja competitiva crece fundamentalmente en razón del valor que una empresa es capaz
de generar. El concepto de valor que representa lo que los compradores están dispuestos a
pagar, y el crecimiento de este valor a un nivel superior se debe a la capacidad de ofrecen
precios más bajos en relación a los competidores por beneficios equivalentes o proporcionar
beneficios únicos en el mercado que puedan compensar los precios más elevados. Una
empresa se considera rentable si el valor que es capaz de generar es más elevado de los costos
ocasionados por la creación del producto. A nivel general, podemos afirmar que la finalidad de
cualquier estrategia de empresa es generar un valor adjunto para los compradores que sea más
elevado del costo empleado para generar el producto. Por lo cual en lugar de los costos
deberíamos utilizar el concepto de valor en el análisis de la posición competitiva”.
Porter habla de tres estrategias competitivas genéricas que se pueden aplicar a cualquier rubro
empresarial; las estrategias que se pueden poner en acto, generalmente por separado pero en
algunas circunstancias también en conjunto, según los casos, para asegurarnos el crecimiento
del valor de nuestra empresa, son las siguientes:
1.- El liderazgo en costos, que es la estrategia más intuitiva y representa una oportunidad si la
empresa está capacitada para ofrecer en el mercado un producto a un precio inferior comparado
a la oferta de las empresas oponentes. Este tipo de estrategia requiere una atención prioritaria
finalizada a reducir los costos de producción, lo que se puede lograr con distintos medios.
Por ejemplo: - acceso privilegiado a las materias primas- oferta de un número mayor de
productos en el mercado, ya que a mayor producción corresponde un menor costo per capital-
mayor eficiencia en las faenas que conlleva la producción, como puede ser un sistema de piezas
obtenidas con máquinas en comparación con la producción manual- un diseño del producto
capacitado para facilitar su producción
2. La diferenciación, que constituye una opción atractiva para empresas que quieren construirse
su propio nicho en el mercado y no apuestan necesariamente a un elevado porcentaje de
consensos en términos generales, sino en compradores que buscan características peculiares
del producto distintas a las que ofrecen las empresas oponentes.
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específico y capacitado para proporcionar más seguridad a los compradores en el tiempo-
ofrecer un diseño del producto exclusivo que sea un atractivo muy fuerte para los clientes.
Queda claro que cada estrategia puede asegurar una ventaja competitiva sostenible solamente
hasta cuando el mercado reaccione de forma eficaz a nuestra estrategia. En cuanto se presente
una empresa capaz de ganar terreno y cambiar nuestra posición de supremacía deberemos
forzosamente recurrir a otra estrategia o bien cambiar los términos de la que hemos elegido para
asegurarnos de no dejarnos derrotar por nuestros competidores.
Todo entorno mercantil que estimule la competitividad nacional es forzosamente rentable. Sea
cual sea el nivel de desarrollo de un país, las estrategias de exportación favorables a la
innovación y al uso de tecnologías lo llevarán por la vía del progreso.
De los estudios recientes sobre competitividad nacional se desprenden dos mensajes para los
planificadores estratégicos:
Para M. Porter, la ventaja competitiva de un país es su capacidad para incitar a las empresas
(locales o extranjeras) a utilizar el país como plataforma para llevar adelante sus actividades.
Para determinar las fuerzas y las debilidades competitivas de los países y sus principales
sectores, propuso un modelo que se conoció como el “diamante de la competitividad nacional”,
un diamante de cuatro “caras”.
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1. La existencia de recursos (por ejemplo, recursos humanos e infraestructuras de
investigación e información);
2. Un sector empresarial que haga inversiones en innovación;
3. Un mercado local exigente, y
4. La presencia de industrias de apoyo.
En esta etapa, los planificadores estratégicos deberían diseñar mecanismos para atraer
inversiones de capital, e invertir a su vez los productos del crecimiento económico en
factores más generales de competitividad nacional, como la salud, la educación y las
infraestructuras.
2. Etapa de las inversiones: Representa un nivel superior, en el que los países comienzan
a crear ventajas competitivas mejorando sus factores de eficiencia y fabricando productos
de complejidad creciente. Se introducen mejoras a las tecnologías importadas, se
multiplican las empresas mixtas y se hacen cuantiosas inversiones en infraestructuras
relacionadas con el comercio (carreteras, telecomunicaciones y puertos).
3. Etapa de la innovación: En las fases finales del proceso de competitividad, cuando prima
la innovación, las ventajas competitivas de los países residen en su capacidad para
proponer productos y servicios novedosos y ubicarse en la vanguardia de la tecnología
global.
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En esta etapa, las estrategias deberían centrarse en la divulgación tecnológica y el
establecimiento de condiciones cada vez más eficaces para la innovación. Las
instituciones de apoyo deberían intensificar su acción y ofrecer incentivos que refuercen la
capacidad innovadora del sector empresarial. Habría que alentar a las empresas a
competir sobre la base de estrategias únicas. Mejorar la capacidad de exportación de
servicios debería ser un objetivo prioritario.
En todo caso, los planificadores no deberían esperar que el paso de una etapa a otra sea
un simple trámite. En el Foro Ejecutivo de 2002, Peter Cornelius, del Foro Económico
Mundial, dijo: “La transición entre las distintas etapas no es necesariamente lineal o
gradual. Tampoco se da de forma automática.”
Las nuevas tecnologías están facilitando en gran medida la operativa del comercio exterior.
Internet está siendo un elemento dinamizador en la internacionalización de las empresas.
También ayuda en la elaboración de análisis de mercados, no sólo por el acceso a
información editada relevante, sino por las posibilidades que brinda de estudio directo de
mercado a través de nuevas plataformas como las redes sociales. Portales como Facebook
tienen millones de usuarios, y comienzan a estudiar la forma de utilizar estadísticamente
toda la información que los usuarios agregan en sus portales. Esta información habla
mucho de variables sociológicas, pues se tienen datos estadísticos normales, y opiniones
y mensajes directos, así como interrelaciones entre usuarios. Las posibilidades que brinda
toda esta información son muy interesantes desde el punto de vista estadístico, de
intención de compra y econométrico.
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Referencia:
http://puceae.puce.edu.ec/efi/index.php/economia-internacional/12-teoria-clasica/71-teoria-de-la-
ventaja-absoluta-de-adam-smith
https://es.scribd.com/document/235779753/Principales-Teorias-Comercio-Internacional
http://webdelprofesor.ula.ve/economia/oscared/materias/E_E_Mundial/Economia_Internacional_Robert
_Carbaugh_12th_ed.pdf
https://es.scribd.com/document/235779753/Principales-Teorias-Comercio-Internacional
Krugman Paul, Obstfeld Maurice. (2012) Economía Internacional. Teoría y Practica. México.
http://www.webyempresas.com
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CONCLUSIÓN
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