Sunteți pe pagina 1din 5

Introducción

La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para


cambiar el mundo.
En este presente ensayo se abordarán dos temas muy importantes; la función
social de la escuela, como ya se sabe es la de crear y moldear ciudadanos que
puedan desenvolverse en cualquier problema social en la que se encuentren. Así
mismo como la de crear ciudadanos competentes ya que serán el futuro de un
contexto determinado. La escuela, históricamente, ha sido un espacio de tránsito
entre la familia y la sociedad y el mundo del trabajo.

Por eso, tiene un componente cultural la transmisión del conocimiento acumulado


a las nuevas generaciones- y un comportamiento socioeducativo la inoculación de
valores, normas, hábitos y actitudes. Se trata de la educación moral y cívica.
Ahora bien, estas funciones, según las épocas y los modelos de socialización
infantil, han estado reservadas sólo a grupos minoritarios de la sociedad. En
cualquier caso, las funciones de la escuela han sido siempre íntimamente ligadas
a los intereses del poder dominante.

De igual forma la escuela a puesto de relieve que la organización del sistema


escolar está concebida para la capacitación y la socialización y, para el trabajo; y
que, por lo tanto, la función prioritaria de la escuela es la de formar estudiantes
dóciles y disciplinados que encajen en la estructura de la vida laboral actual. Hasta
aquí se puede tener una noción de que este ensayo trae consigo la mera
importancia de la escuela en una comunidad y no solo la de transmisión de
conocimientos que antiguamente se creía.

La preparación para el mundo de trabajo requiere el desarrollo de las nuevas


generaciones no sólo y principalmente de conocimientos, ideas, destrezas y
capacidades, sino la formación de disposiciones, actitudes, intereses y pautas de
comportamiento que se adecuan a las posibilidades y exigencias de los puestos
de trabajo.
El propósito es darnos cuenta de que cuando un individuo posee un bagaje
cultural y ha desarrollado ciertas habilidades, la escuela ha cumplido ya con su
función social, no solo ha formado un ser social, sino también un ser colectivo,
capaz de entender su entorno, de vivir en él y de enfrentarse a las distintas
situaciones que se le presenten.

Desarrollo
El conocimiento escolar, está totalmente connotado por la ideología. Así, la
selección de contenidos del currículum los conocimientos que se incluyen o se
excluyen, o la decisión de lo que se considera básico y secundario, como su
organización y secuenciación, responden a opciones ideológicas jerarquización de
valores, modos de interpretar el mundo y de entender la vida y a intereses
económicos y políticos muy determinados; aunque a menudo esta independencia
ideológica se esconde en nombre de la falacia de la neutralidad de la ciencia y de
la cultura académica y de la existencia y de una cultura universal y homogénea.

La segunda función del proceso de socialización de la escuela es la formación del


ciudadano para su intervención en la vida pública. La escuela ha de preparar a las
personas para incorporarse a la vida adulta y pública, de modo que pueda
mantenerse la dinámica y el equilibrio en las instituciones y normas de convivencia
que componen el tejido social de la comunidad humana.

La preparación para el mundo de trabajo requiere el desarrollo de las nuevas


generaciones no sólo y principalmente de conocimientos, ideas, destrezas y
capacidades, sino la formación de disposiciones, actitudes, intereses y pautas de
comportamiento que se adecuan a las posibilidades y exigencias de los puestos
de trabajo.

Durkheim enuncio que “la educación es una cosa eminentemente social”,


puesto que forma personas sociales y estas a su vez, no pueden vivir aisladas del
núcleo social (familia).
Vemos que la función social de la escuela, exige de ella una continua renovación,
necesaria para seguir formando seres sociales, capaces de desenvolverse ante
cualquier situación; de ahí que sea importante rescatar la vinculación escuela-
comunidad en nuestras aulas. Si logramos plasmar dicha relación en nuestras
prácticas de enseñanza, seguramente haremos de la educación una “buena
educación”.
Entonces podemos decir que la función social de la escuela debe valorar las
características contextuales que la emergen, a tal grado de traducirlas en las
prácticas de enseñanza de cualquier docente, y a si mismo integrar al alumno que
al formar parte de su comunidad debe sentirse responsable y por lo tanto estar
dispuesto a mejorar su conducta para el bien propio y colectivo.
El aula debe ser un ámbito donde se vincula la cultura escolar con la experiencia y
viceversa, lo ideal es que cuando el individuo termina su ciclo de enseñanza
institucional, interprete la realidad con la mezcla de los aprendizajes escolares y
los experienciales. Todo esto se podrá llevar a cabo, si el docente tiene en cuenta,
los conocimientos, intereses y preocupaciones que tiene el adolescente; y por
sobre todas las cosas si tiene presente que el alumno es un ser social que actúa
fuera de la Institución Educativa.

En la edad juvenil el/la joven que ingresa en la Escuela para cursar estudios
superiores trae consigo las experiencias vividas, integradas a una identidad
personal y cultural definida. Juegan un papel preponderante los medios masivos
de comunicación, que en la actualidad constituyen una competencia para la
escuela, ya que estos son un canal mucho más poderoso y atractivo de proveer
información (cultura de la imagen). El estudiante llega a la escuela no sólo con la
cultura familiar sino también con un fuerte influjo cultural, proveniente no solo de la
cultura local sino internacional, producto de la globalización en la que estamos
insertos.

Adecuaciones curriculares que construye el docente en el aula de clase.

Las adecuaciones curriculares constituyen la estrategia educativa para alcanzar


los propósitos de la enseñanza, fundamentalmente cuando un alumno o grupo de
alumnos necesitan algún apoyo adicional en su proceso de escolarización.

Las adecuaciones curriculares son una herramienta indispensable para el logro


de la enseñanza-aprendizaje y del establecimiento de prioridades basadas en las
necesidades educativas de los alumnos.
Las adecuaciones curriculares constituyen un elemento fundamental de la
definición de la integración educativa. La lógica de las adecuaciones curriculares
es sencilla: cuando la escuela regular no cuenta con los medios para satisfacer las
necesidades educativas de algunas alumnas o alumnos, o éstas rebasan las
posibilidades directas de trabajo pedagógico del profesor, es necesario definir los
apoyos que requieren esos alumnos y proporcionárselos.

Para llevar a cabo dichas adecuaciones el docente debe conocer perfectamente


cuales son las necesidades educativas específicas que tiene el o los alumnos
tomando en cuenta también intereses, motivaciones y habilidades; ya que se ha
de adecuar metodología de enseñanza, las actividades a realizarse, la
organización del espacio y el uso adecuado de los materiales didácticos que se
emplearan.

Cuando se diseña la planificación del aula ya se están realizando adecuaciones


curriculares, puesto que se revisan los contenidos, objetivos, aspectos
metodológicos, y la evaluación, de los programas oficiales para adecuarlos a la
realidad individual y sociocultural del alumnado.

La primera cuestión por señalar es que para que las adecuaciones curriculares
sean sistemáticas y acertadas, hay que tomar en cuenta dos elementos
fundamentales del trabajo docente:

 La planeación del maestro.


 La evaluación de los alumnos que presentan necesidades educativas
especiales.

La planeación del maestro: Si se pretende que la acción docente realmente se


oriente al desarrollo integral de todos los alumnos, debe planificarse
adecuadamente. De otra forma se cae en el espontaneísmo y la improvisación.
Por supuesto, hablamos de una planeación que no sólo responda a
requerimientos administrativos, sino que realmente contemple y atienda las
necesidades de los alumnos.
La evaluación de los alumnos y las alumnas que presentan necesidades
educativas especiales: Por ello queremos recalcar que solamente aquellos
alumnos con ritmos de aprendizaje muy distintos a los de sus compañeros son los
que presentan estas necesidades, y que éstas solamente pueden precisarse
mediante la evaluación psicopedagógica.

Estos dos elementos, la planeación y la evaluación, son indispensables para


diseñar y poner en práctica las adecuaciones curriculares, ya que a partir del
conocimiento del alumno y de sus necesidades específicas es que el maestro
puede realizar ajustes a la planeación que tiene para todo el grupo.

CONCLUSIÓN

El conocimiento escolar, está totalmente connotado por la ideología. Así, la


selección de contenidos del currículum los conocimientos que se incluyen o se
excluyen, o la decisión de lo que se considera básico y secundario, como su
organización y secuenciación, responden a opciones ideológicas jerarquización de
valores, modos de interpretar el mundo y de entender la vida y a intereses
económicos y políticos muy determinados; aunque a menudo esta independencia
ideológica se esconde en nombre de la falacia de la neutralidad de la ciencia y de
la cultura académica y de la existencia y de una cultura universal y homogénea.

Comprendí que la función del maestro, como profesional que trabaja en una
institución, esta cimentada en las relaciones entre las personas que participan en
el proceso educativo: alumnos, maestros, directores, madres y padres de familia.
Estas relaciones interpersonales que ocurren dentro de la escuela son siempre
complejas, pues se construyen sobre la base de las diferencias individuales en un
marco institucional.
aula respecto al papel que desempeñan dentro del núcleo familiar, pues el
contexto en el que se ven involucrados es esencial en el proceso de enseñanza y
de aprendizaje

S-ar putea să vă placă și