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(2,1-3a)
El autor describe en el cap. 2 las andanzas de falsos maestros que introducen <divisiones
perniciosas> v1 .Hablan en términos elocuentes v.18 y se hacen pasar por apóstoles de la
<libertad> v19. Es así como reúnen a mucha gente que los sigue (v2.14.18) A esto se
agrega un nuevo problema, las dudas sobre el retorno del Señor. No se trata de grupos
diferentes de falsos maestros, sino de personas que sin dejar de formar parte de la Iglesia
difunden opiniones erróneas, en conjunto son FALSOS MAESTROS, ESCARNECEDORES,
HOMBRES SIN LEY. Incluso se dice que comparten licenciosamente banquetes con los
destinatarios (2,13). Los epítetos que se les dedican son bastante impresionantes: miopes
hasta la ceguera (1,9), atrevidos, arrogantes, animales irracionales ( que acabarán como los
animales: 2,10.12; impuros, viciosos, con los ojos hambrientos de adulterio (2,14); se les
tilda de ser fuentes sin agua y nubes arrastradas por la tempestad (2,17), se les acusa de
proferir palabras hinchadas de vaciedad, acompañadas de deseos carnales (2,18); se les
denomina esclavos de la corrupción, impostores cargados de engaños (2,19;3,3). No se
puede negar que siendo miembros de la misma comunidad, son tratados como verdaderos
enemigos. Las acusaciones parecen hacer referencia al futuro (<habrá entre vosotros>:2,2);
sin embargo pronto se deja el futuro y se habla claramente en presente (2,10.12.13.14,20,
pero incluso en pretérito (2,15.22). La exactitud con la que se describe su actuación no
corresponde al uso de diversos tiempos.
La acusación más fuerte que se les dirige es la de negar al Señor, es decir, a Jesús (2,1).
No deja de sorprender la cercanía de está formulación son las que tenemos en 1Jn (2,22-
23;4,1-2). Sin embargo, en 2 Pe está negación se da más en la práctica que doctrinalmente.
La actuación del grupo atacado es calificada de libertinaje (2,2), amor al dinero (ambición
2,3) ir tras los deseos carnales (2,10); se dice <que su placer es el desenfreno en pleno
día> (2,13). Todo lo cual entraña la negación del <mandamiento santo> (2,21:cf 3,2) Y en la
práctica, comporta la proclamación de una libertad sin límites (2,19).
Este conjunto parece apuntar a grupos gnostizantes que no dan importancia a la exigencia
moral de la fe y del seguimiento de Jesús (antinomistas). No son conocidos por algunas
cartas paulinas (1Cor6,12;cf 1 Cor 10,23). Probablemente estamos en los comienzos de
una gnosis cristiana que desembocará en los grupos libertinos que están reflejados en los
sistemas gnósticos del siglo II. Algunos por eso, han querido ver una mala interpretación de
la doctrina paulina que derivó en libertinaje: <sí la gracia nos ha salvado no importa la
calidad moral de la vida>; pero son sólo suposiciones en las que no todos están de acuerdo.
Bibliografía: LUGO RAUL LUGO Y LÓPEZ R. RICARDO, Hebreos y Cartas Católicas, Ed.
Verbo Divino.
Casa de la Biblia, COMENTARIOS AL NUEVO TESTAMENTO.
COTHENET EDOUARD, Las Cartas de Pedro
ALEGRE XAVIER, ORIOL JOSEPH, La segunda carta de Pedro.