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LA PROBLEMATICA FILOSOFICA DE LAS CIENCIAS HUMANAS * Dos importantes representantes del pensamiento contempordneo se inspiran en J. L. Borges, Michel Foucault y Umberto Eco. La obra de Foucault, Les mois et les Choses} comienza declarando esta filiacién: “Este libro tiene su lugar de nacimiento en un texto de Borges...” En el caso de Feo, debemos esperar hasta el final, hasta el Postilie que agrega a 1983 a I! Nome della Rosa,* para encontramos con Ja declaracién explicita; bien que, la persona de Borges se encuentra presente en todo el relato a través del bibliotecario-ciego, Jorge a Burgos. Un doble movimiento convergente hace que Foucault y Eco se encuentren ‘en Borges. Eco parte desde el autor, Foucault parte desde el lector, el lugar de encuentro es el texto. gPor qué Eco y Foucault se encuentran con Borges a propésito del texto? Porque para los tres el texto es una estrategia; 0, como lo expresa Eco, “tn hecho cosmolégico” es decir, el texto es la construccién de un mundo, Partiendo del autor, Eco quiere prever al lector? partiendo del lector, Foucault quiere encontrar las estrategias que estin en el origen del tex- to Autor y lector son, en definitiva, una extrapolacion de las estrategias inter- textuales” El texto como estrategia, Ja cultura como laberinto,* el saber como un juego de espejos une Eco y Foucault a Borges. 1 roucnrs, Mion, Ler mot ler ees, Clinard, Par, 1866 (en a8ante cer ee WE 2 ty Vata; Tome delle Row, Romp, Mio, 1ST, pig, StS (en adelante tara a ENE EEE S21 sob ete tema ver: Boo, Ueno, Lecter tn foie, Boma vant a SP 2 : ° 6 Fourcautr, MicreL, La arqueologia del saber, (Edicion Esratale), Siglo XXI, ves Talat ts in a 1 bru nus “Une nfl, cn Sept 0 11 None dal Ro, Bina sian, Tas pg 139) borers Jone La, La Wbltce de Bad, on Obae Completa, Ene, Bane ieee Sarmeris, 1988, Vol XLII 222, Encano Casto Queremos ocupamos, en este articulo, de oémo Foucault en el laberinto de las “Ciencias Humanas", en ese juego de espejos del sabes, nos redescubre las estrategias textuales del discurso, I-EL SUERO ANTROFOLOGICO “Pero el fin de la metafisica no es sino la faz negativa de un hecho mucho més complejo que se produce en el pensemiento occidental. Este hecho es la aparicién del hombre? > Si bien, La Arqueologia del Saber constituye el texto metodolégico del pri- mer periodo del pensamiento de Foucault, no es “un discurso del método”, sino el métedo de un discurso, “Este trabajo no es la repoticién y la descripeién exacta de lo que se puede leer en Historia de la locura, El nacimiento de ta Cli- nica 0 Las palabras y las cosas, En un buen niimeso de puntos es diferente. Composta también no pocas correceiones y criticas internas”.” A la vez. que, La arqueviogta del saber es la exposicion del método, con sus correceiones, utiliza do en Las palabras y las Gosas y, por lo tanto, posee una prioridad metodolé- ica, es también, una consecueneia de la “arqueologia de las ciencias huma- nas” La muerte del hombre, fin del periodo antropologico del pensamiento ‘occidental, con que acaba M. Ch. es el comienzo de A. S. La condicién para el nacimiento del hombre, para la instauracién del dog- ‘matismo antropol6gico a fines del siglo XVIIL? fue la desaparicién del discur- so. “1 hombre fue una figura entre dos modos de ser del lenguaje, después de haberse alojado en el interior de la representacitn, como disuelto en ella, no se liberé sino fracturandose: el hombre ha compuesto su. propia figura en Jos intersticios de un lenguaje en fragmentos”.#* La desaparicién del discurso y “el retorno del lenguaje” son los limites entre Jos cuales el hombre se ha construido a través de las Ciencias Humanas. Las palabras y las cosas es la descripcién arqueolégica (veremos Inego qué significa esto para Foucault) de cémo el hombre en el periodo intermedio, el Siglo XIX, se ha constituido entre estas dos experiencias Ifmites del lenguaje: el lenguaje como discurso, la época clisica® y el retorno del Lenguaje. a) La discurstoidad del lenguaje La experiencia del lenguaje en la época clisica puede expresarse geomé- tricamente mediante la figura de un cuadrilétero %. El primero de los vértices 7 MCh, pig. 988, 2 AS. pier st 1 "Una argueclogia de la clenclas humanas” e el subvitulo de MCh, MCh, poe 28 3 Mh) pig. 307, 14 Idem. me 23 oslcut ss ceupa do tes pion del pesmi oceidentl Ue eptme zone centista, »» XVI y XVII a epistetne clases,» NVIL'y KVL y Ta epiteme, decinondaic. 1e'Nich, pg, 235. LA PROMLIRAKTICA MLORGMICA DE LAS CHINCIAS MUMANAS 293 do este cuadrilitero esté ocupado por la teoria de la proposicién, “...Todas Jas funciones del lenguaje son conducidas hacia los tres elementos indispensa- bles para formar una proposicién: el sujeto, el atributo y su nexo. Todavia, el sujeto y el atributo son de la misma naturaleza; puesto que la proposicién afirma que uno de ellos es idéntico o pertenece al otro: bajo ciertas condiciones les es posible cambiar sus funciones... Los dos nombres excitan en el espfritu la idea de una tinica y misma cosa; pero In cépula hace nacer Ia idea de Ia causa por la cual estos dos nombres han sido impuestes a esta cosa”? Existe Ia pro- osicién y, por lo tanto, el discurso, porque s¢ afirma entre dos cosas un nexo de atribucién mediante el verbo. Por su medio se establece la coexistencia de dos representaciones. Elsegundo de los vértices esti ocupado por la teoria de la artictdactén, Los nombres, sujeto y atributo, no pueden funcionar en Ja frase; a menos que, de- signen algin elemento comin a varias representaciones. La teorfa de la atti- culacion explica cémo es posible esta generalizacién del nombre, que puede realizarse de dos maneras, La articulaci6n primera del lenguaje (si se deja de Jado el verbo ser que es kt condicién a la vez que parte del discurso) se hace pues segiin dos ejes ortogonales: uno va del individuo singular al generals el otro que va de la substancia a Ia cualidad. En su eucrucijada se ubiea el nom- bre comin, en una extremidad el nombre propio, en la otra el adjetivo” Desde el nombre propio hacia el nombre comin y desde el nombre propio hacia el adjetivo son las dos direeciones de la generalizacién. Por ella, la for- ma tinica de la proposicién da origen a frases diversas. En el tercero de los vértices se ubica la teoria de la designacién. La gene- ralizacién sefiala una relacién entre el nombre y las cosas que no es reductible Ja funcién atributiva del verbo, Pero, mientras ia teorfa de Ja articulacién, a a vez que sefiala esta relacién con las cosas, nos explica como el nombre se aleju de lo singular generalizindose; la teorfa de la designacién nos explica la nomiilizacién primera y el origen de las palabras, a través de la nocién de rafz, “Las raices son las palabras rudimentarias que se encuentran, idénticas, en un gran nimero de lenguas ~quizé en todas; ellas han sido impuestas por Ja naturaleza como gritos involuntarics y utilizadas esponténeamente por el lenguaje de la accién’” #, En el altimo de los vértices encontramos la teoria de la derivacién, Por la teoria de los tropos explica cémo los nombres pueden adquirir, a partir de su significacién de origen, un sentido mas amplio o mds limitado. El lenguaje se convierte en discurso y, por lo tanto, es analizable en térmi- nos de atribucién, articulacién, designacién y derivacién; porque su ser, el estatuto del signo en la época’clisica, est determinado por el mundo de Ia representacién. Foucault lo expresa citando la Légioa de Port-Royal: “el signo encierra dos ideas, una de la cosa que representa, la otra la de la cosa represen- tada; su naturaleza consiste en excitar la primera por la segunda” El signo MCh, pig. 108. i® MCh, pig: 113. 39 MCh. pag. 123, 2 MCh. pig. 7B. 204 Evcanoo Castro es una representacién doble; una idea es signo de otra, no sélo porque entre ellas existe un nexo que instaura la representacién; sino porque esta misma representaciin esta representada en el interior de la idea que representa: “el Signo cs la representatvidad de In representcin en tanto ue represents le”? “Esto tlene consecuencias de gran peso, Ante todo la importancia del signo ‘en el pensamiento clisico. Antes eran medios para conocer y claves para el saber; ahora, son coextensivos a la representacién, es decir, a todo el pensa- miento, se han alojado en él, pero recorriéndolo en toda su extensién: desde que tna representacién esta ligada a otra y representa en ella misma este nex, hay signo: la idea abstracta significa la percepciém concreta de donde se ha formado (Condillac); la idea general no es sino una idea singular que ‘sirve de signos a las otras’ (Berkeley); las imégenes son signos de las percepeiones de Jas que han salido (Hume, Condillac) y seria posible, finalmente (como en Berkeley), que las sensaciones sean, ellas mismas, signos de lo que Dios quiere decimos; lo que las convertirfa en signo de un conjunto de signos” El euadrilétero del lenguaje, estructurado en el mundo de la. representa- ci6n, mantiene unidos y, a In vez, separados cada uno de sus vértices porque, dos a dos, cada una de las teorlas se apoyan y se excluyen mutuamente?™ El lado que une el momento de la atribucién al momento de la articula- ci6n representa en el lugar que ecupa, en la episteme elésica. el ars combinato- ria una lengua perfectamente distinta que permitirla un discurso enteramente claro dando a cada representaciin y a cada elemento de cada representacién el signo por el cual pueden ser expresadas de una manera univoca® El lado que tune los momentos de la designacién y de Ia derivacién representa el proyecto de la enciclopedia, modo de controlar el juego de las derivaciones a partir de una designacién originaria y, por lo tanto, compensar la imperfeccién de las lenguas naturales.%® En estos dos momentos constitutivos del andlisis del lenguaje en la Gramética General, Ars Combinatoria y Enciclopedia, encontramos las dos for- mas que definen arqucolégicamente el saber en la Epoca Clasica, la mathesis y x taxonomia27 “Porque lo fundamental, para la episteme clisica, no es ni el éaito ni el fracaso del mecanicismo, ni el derecho 0 In imposibilidad de matematizar Ta naturaleza; sino, mis bien, una relacién con la mathesis que hhasta fines del siglo XVIII permanecié constante e inalterada, Esta relacién presenta dos caracteres eseneiales. El primero es que las relaciones entre los seres se pueden pensar perfectamente bajo las formas dei orden y la medida; pero con este desequilibrio fundamental, siempre se pueden referir los proble- mas de la medida a aquellos del orden”. 2 M.Ch, pg. 79, 2 Idem. 3 MCh, pig. 131, MCh, pig. 217, 3 MCh, pig. 99. 28 MCh., pig. 217. MCh. pigs. 8687. 2 MCh, pig. 71 LA mromuncinica os6nica me 1AS CIENCIAS HUMANAS 295 De este modo, convirtiendo el conocimiento en andlisis segiin el orden y Ia medida, la Epoca Clésica dejé a un lado la semejanza. Esta, que habfa sido para el Renacimiento la forma fundamental del saber, es ahora el Iuger del error, Ta causa de las confusiones, el mundo de lo no analizable. Sin embargo, signo ¥ semcjanza se implican mutuamente, El juego de las similitudes ocuparé un nuevo rol durante la episteme clisica ubicdndose del lado de la imaginacién® Las semejanzas de las cosas, suponiendo la continuidad de los seres, permit cestablecer un orden en el desorden de la naturaleza. Las semejanzas de las im- presiones, suponiendo la continuidad de a representacién, permite encontrar tun mundo en el caos de los sentidos. La imaginacién, ocupando un lugar simé- trico al que ocupari Io diverso en la filosofia critica volviendo Io discontinuo continuo haré posible el mundo de la representacién, Ella es, a la vez,,el lugar del error y la posibilidad de acceder a la verdad. Asi, los otros dos Iados de! cuadrilitero del lenguaje, el que une el mo- mento de Ia articulacién con el momento de Ja designacién y el que une el momento de la derivacién con cl momento de la atribucién, representan el lu- gar que ocupa Ja imaginacién en Ja episteme clisica. El lado articulacién-de- signacién implica la continuidad de los setes; el lado derivaetén-ateibucién im- plica Ia continnidad de la representacién.) Estos dos lados permanecen abiertos. “Eo cuanto a la mutacién que se produce a fines del sigio XVII, en toda Ja episteme occidental, es posible caracterizarla ahora, desde lejos, diciendo ‘que un momento cientificamente fuerte se ha constituido alli donde la episteme clisica conocia un tiempo metafisicamente fuerte; y, en revancha, un espacio filos6fico se ha desprendido de donde el clasicismo habia establecido sus claves epistemolégicas mas sélidas”#* El lenguaje liberéndose del mundo de la repre- sentacién da lugar a partir del momento del juicio, Ars Combinatoria, al pro- bblema filos6fico de la formatizacién, a partir del momento de la Significacién, Enciclopedia, al problema filosdfico de la interpretacién. Por otro lado, eb ‘momeuto metafisico de Ja continuidad de los seres dard su Ingar a la elabora- ‘cién cientifica de la fonética y el momento metafisico de la continuidad de Ja representacién dari lugar a'la elaboracién, cientifiea de Ia sintaxis. De este modo el lenguaje se libera del mundo de la representacion frag- mentindose y dando lugar al nacimiento del hombre. Veamos cémo. b) La antropologizacién del lenguaje A fines del siglo XVIII surge la pregunta acerca de los limites de la repre sentatién, “Es la disolucién, en los viltimos aiios del siglo XVIII, de este campo homogéneo de las representaciones ordenables, que hace aparecer, correlativa- mente, dos formas nuevas del pensamiento, Una interroga acerea de la relacién entre las representaciones del lado de Jo que Jas hace, en general, posible: lla pone asf al descubierto un campo trascendental en el cual el sujcto, que jamds es dado a Ia experiencia (porque no es empftico), pero que es finito MCh., pig. 83, MCh, pag. 83, ACh, pag. 218. M > » % MCh, pig. 219. 298 Epcanno Casta, (dado que no hay intuicién intelectual), determina en su relacién a un obje- to = X todas las condiciones formales de la experiencia en general; es el and~ isis del sujeto trascendental que muestra el fundamento de una sintesis posi- ble entre las representaciones. Frente a esta abertura hacia Jo trascendental, y simétricamente a ella, otra forma de pensamiento interroga sobre las condicio- nes de una relacién entre las representaciones del lado del mismo ser que se encuentra representado... La positividad nueva de las ciencias de Ja vida, del Jenguaje y de la economia esté en correspondencia con Ja instauracién de una filosofia trascendental” 5° La teoria del parentesco entre las lenguas se opone a la teoria de Ia deri- vacién. Mientras ésta suponfa mezclas y usuras entre las lenguas; el parentesco, en cambio, distingue claramente la discontinuidad de las grandes familias. La teoria de ta radical, una individualidad lingiistica aiskable que, sobre todo, sir ve de nécleo a las formas verbales, se opone a la teorla de la designacién que hhacia recurso a Ia vaga sonoridad del grito para vincular las palabras con las cosas. El estudio de las variaciones internas que caracteriza las palabras en rela- cién con su morfologia intema, se opone a la teoria de Ia articulacién que las relacionaba, oponiéndolas, por relacién a su contenido. En fin, el andlisis inze- rior de la lengua, instaurando una sintaxis, se opone al primado del verbo ser; pues estudia Tas formas auténomas de Ja lengua sin referirlas a la forma del juicios*, Pero esta nueva positividad del lenguaje, en tanto que marca el camino hacia el objeto, implica la dimensién trascendental como fundamento de posi- bilidad de éste. Asi, el cuadrilétero del lenguaje se convertira en cuadrilétero antropolégico.® “En el fundamento de todas las positividades empiricas y do lo que puede indicarse como limitaciones concretas a Ja existencia del hombre se descubre una finitud que en un sentido es la misma: ella esti marcada por Ja espacialidad del cuerpo, por la apertura del deseo y el tiempo del lenguaje; ¥, por tanto, es radicalmente otra: alli, el limite no se manifiesta como una determinacién impuesta al hombre desde el exterior (puesto que tiene una naturaleza y una historia), sino como finitud fundamental que no reposa sino sobre su propia realidad y'se abre sobre la positividad de todo limite concreto. Asi, del corazén mismo de la empirieidad, se indica la obligacién de remon- tarse 0, como se quiera, de descender, hasta una analitica de la finitud; donde el ser det hombre pueda fundar en su positividad todas las formas que le indi- can que no es infinito”.98 La Filologia determinando a través de las cuatro teorias mencionadas (del parentesco de las lenguas, de Ia radical, de Jas variaciones internas y de las for- mas internas) hace surgir lo discontinuo; alli donde la episteme clisica supo- nia Io continuo. Es decir, el momento de la imaginacién, como momento mota- {isico, ha sido reemplazado por la historicidad, como modo de ser del hombre. LA PROBLIMATICA FILOSSFICA DE LAS CIENCIAS HUMAWAS 2 Al mismo tiempo, el lenguaje deja de ser coextensivo al pensamiento para con- vertirse en un objeto entre otros objetos. Sin embargo, esta reduecién del lenguaje a objeto se ve compensada por: 1) su mediacién necesaria para todo conocimiento y, por consiguiente, In exi- gencia de una formalizacién del mismo que aborde las relaciones entre la for- ma del juicio y Ia ontologia; 2) el desarrollo de la exégesis, como una teoria de la interpretacién que se ocupe de las relaciones entre significado ¢ historia y 8) la aparicién de la literatura tuot-court.™ ‘La temporalidad empirica del lenguaje, constatada por la filologia, sefia- Jando Ja historidad hombre como forma fundamental de Ja finitud determina ‘que, alli donde estaba la Gramética General, surja una “antropologia”, En el vértice de x atribucién, que explica cémo el lenguaje puede desbor- darse.a si mismo para afirmar el ser, encontraremos el andlisis de la finitud del hombre, que explica cémo, a la vez que esté determinado por las positivida- des que le son externas, funda la posibilidad de toda verdad positiva. En el vértice de la articulacién, que explicaba cémo Ja forma tinica del juicio puede dar lugar a frases distintas, la duplicidad empiric-trascendental que muestra ccbmo se corresponden Io que es dado en ka experiencia con Io que Ia hace posi- Ble. En el vértice de la designacién, que explicaba la relacién del lenguaje con Jo quo no es lenguaje, encontramos la reflexién sobre lo impensado, que va del “cogito” a lo que no es ponsamiento. Y, finalmente, alli donde estaba la teoria de In derivacién, que explieaba por los tropos 1a relacién del lenguaje com su ‘momento originario, encontramos, ahora, la reflexién sobre el origen, que expli ca cémo el ser del hombre se relaciona con lo “ya dado” de este mismo ser. Al disolverse el mundo de la representacién, al aparecer Io discontinuo doride Jos juegos de la semejanza en la imaginacién aseguraban lo continuo, al preguntarnos por los limites y el fundamento de ia representacién surge el hombre como respuesta, como exigencia epistemolégica de la disposicién deci- monénica del saber Durante la Epoca Clisica hablar y saber eran la misma cosa;# pues signo € idea son perfectamente transparentes el uno al otro, Desde el momento en que.el lenguaje es fragmentado por la discontinuidad y necesita recurrir a una finitud, el hombre, que funde su finitud empirica; desde este momento el lugar del lenguaje es ocupado por el hombre, “Asl, se ve nacer dos tipos de andlisis: aquélos que estén alojados en el espacio del cuerpo, y por el estudio de la percepcién, de los mecanismos senso- riales, de los esquemas neuro-motores, de la articulacién comin a las costs y al organismo, han funcionado como una especie de estética trascendental. Se descubrié asi que el conocimiento tenfa condiciones anatomo-fisiolégicas. Hubo también andlisis que por el estudio de las ilusiones, més 0 menos anti # MCA, pig. 313, 2 MCh, pag. 346, ® MCh, pig. 319. 4 MCh, pig. 103. 298 Eocanso Casto guas, més o menos dificiles de vencer por la humanidad, han funcionado como una especio de dialéctica trascendental...”4t Estos dos tipos de andlisis uno, dando razén de la naturaleza, el otro, dando razén de la historia; uno de tipo positivista, el otro de tipo escatolégico, implicados arqueolégicamente, explica- rin e6mo el hombre es el fundamento de todo conocimiento; y, en consecuen- cia, emo la discontinuidad del lenguaje se vuelve continuidad por la finitud trascendental del hombre que se presenta bajo la forma paradojal de lo inde. finido® De este modo la experiencia moderna del lenguaje es experiencia del hom- bro, Las categorfas con que analizamos los discursos son eategorias que redu- cen el lenguaje al hombre. La nocién de tradicin por la cual establecemos un fondo de permanencia en el cual todo discurso cs remontado hasta un origen y Giluido en una temporalidad indefinida‘ La nocién de influencias establece- mos nexos causales entre los discursos impidiéndoles de manifestarse como acontecimientos.* Por las nociones de desarrollo y evolucién establecemos un principio orgenizador en la dispersién de los discursos? Mediante los concep- tos de mentalidad y espiritu encontramos semejanzas y lazos simbélicos que ha- con surgir como principios de unidad de explicacién la soberania de la con- ciencia colectiva® Estas nociones que reducen la realidad del lenguaje a Ia actividad del “sujet” y, por lo tanto, constituyen una experiencia “antropolégica” del discur- so determinan el modo de ser de la Historia de las ciencias. I-EL RETORNO DEL LENGUAJE. a) La desantropologizactén del discurso La Arqueologia del Saber parte de esta exigencia: liberar el discurso de las sujeciones antropolégicas y, para ello, elaborar un métotdo que no sea ni formalizador ni interpretativo: @ esto es, fundar la historia de las ciencias como arqueclogia. Por ello, M. Ch. y AS. se implican mutuamente. Uno, es la teoria que da razin de Ja metodologia; el otro es Ia metodologia que da razén de la teorfa. La arqueologia, en tanto, no reductible ni a la formalizacién (estructura- lismo) ni a la interpretacién (hermenéutica), se opone a las dos perspectivas LA pnomuncinica FILOSORICA DE LAS CIENCIAS IUDEANAS 209 cesenciales con que la modemnidad analizé el lenguaje, Esto implica tomar el discurso como una entidad que no se agota ni en la lengua ni en el sentido; es decir, tomar el discurso como acontecimiento, sin referirlo a las unidades de andlisis por las cuales la historia de las ideas lo fundaba en el sujeto. Ahora bien, una vez descartadas las nociones de tradicién, influencia, men- talidad, espiritu, etc. ¢Cémo, con cuiles elementos metodolégicos, analizar los discussos de las ciencias? Como recuperar la discontinuidad del discurso libe- rindolo de la referencia ala contimaidad de la finitud indefinida del hombre?

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