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1. Introducción
depende de) una norma única, que por ello recibe el nombre de “norma fun-
damental”.
Una pluralidad de normas forma una unidad, un sistema, un orden, cuando su
validez puede ser atribuida a una norma única como fundamento último de
validez. En cuanto fuente común, esta norma fundamental constituye la unidad en
la pluralidad de todas las normas que integran el orden 13.
En lo que sigue expondremos, primeramente, el concepto de un orden
estático de normas y, a continuación, el del orden dinámico de normas, con el
objeto de contraponerlos, para ver con claridad sus diferencias.
orden no pueden ser deducidas del contenido de la norma fundamental 15. Ésta
sólo tiene por contenido la determinación de los actos por medio de los cuales
son creadas otras normas jurídicas.
Una norma vale como norma jurídica, sólo porque fue dictada de una forma
bien determinada, porque fue producida de acuerdo con una regla bien
determinada, porqué fue establecida según un método específico. El Derecho
vale solamente como Derecho positivo, es decir, como Derecho instituido
(Gesetztes Recht) 16.
Los contenidos de las normas jurídicas que establecen los procesos de
creación de otras normas jurídicas quedan comprendidos dentro del concepto
de “facultad” (Ermächtigung). Es muy importante destacar que los conceptos
jurídicos relacionados con la creación o producción del derecho son indepen -
dientes de los conceptos relacionados con el concepto de sanción, que anterior-
mente hemos mencionado, i.e., con aquellos que se encuentran en la Estática
Jurídica. La facultad no puede reducirse al concepto de obligación, ni al
concepto de antijuridicidad, aunque estos conceptos pueden estar relacionados
con el de la facultad. Pueden existir sujetos facultados para emitir una norma
jurídica sin tener la obligación de hacerlo ni, por tanto, su omisión constituir
un acto antijurídico. El Congreso o el Parlamento está facultado para emitir
leyes, pero no está obligado a hacerlo y la omisión de legislar en una cierta
materia no es un acto antijurídico que se encuentre sancionado. Estamos en
presencia de una facultad pura y aislada. Sin embargo, hay sujetos facultados
para emitir cierta norma, generalmente individual, que simultáneamente se
encuentran obligados a hacerlo, de modo que su omisión es el supuesto de una
sanción dirigida en contra de ellos. Tengo presente el caso de los jueces: estos
son jueces y desempeñan la función de tales porque están facultados para
dictar sentencias; pero existen otras normas que sancionan el no-ejercicio de
esas facultades y, por lo tanto, convierten en obligatorio el ejercicio de las
facultades jurisdiccionales. Por lo tanto, hay facultades de ejercicio potestativo
y facultades de ejercicio obligatorio o prohibido, dependiendo de si existe otra
norma que sancione el ejercicio o no-ejercicio de esas facultades 17. Este tipo de
consideraciones no pueden hacerse en relación con los conceptos de la Estática
Jurídica, pues o se convierten en tautologías o en contradicciones. OOp es
igual a Op, pues establecer la obligación de cumplir con una obligación es
idéntico a estar obligado a p. PhOp es una contradicción normativa. En
Todos los conceptos jurídicos fundamentales tienen que referirse a las normas
jurídicas. Es una teoría del derecho y, por tanto, una teoría de los diversos
contenidos de las normas jurídicas. El concepto de la facultad (Ermächtigung) se
refiere a aquellos contenidos de las normas jurídicas que establecen los procesos
de creación de otras normas jurídicas 19. Que el derecho regule su propia creación
significa que sus normas establecen los actos a los que se les atribuye esa
función. Por lo tanto, podemos afirmar que el concepto de la facultad identifica
a los contenidos de las normas jurídicas objetivas que establecen los actos
creadores, en todos sus ámbitos de validez, de otras normas.
Kelsen investiga las posibles relaciones que pueden darse entre las normas
del derecho y la conducta humana y considera que la relación activa es la
constitutiva del concepto de la facultad. (En 1925, fecha de publicación de la
TGE utiliza la palabra Berechtigung para referirse a la facultad; en RR2 y ATN
utiliza la expresión Ermächtigung para referirse al mismo concepto) Estas
relaciones pueden ser fundamentalmente de tres tipos: pasiva, negativa y activa.
La primera se presenta cuando, dentro de los conceptos de la Estática Jurídica:
El hombre está sometido al orden jurídico, en el sentido estricto y propio de la
palabra, cuando su conducta constituye el contenido de un deber jurídico, es decir,
cuando con la conducta contraria de la debida va enlazada la coacción jurídica 20.
La segunda, la relación negativa, consiste en la ausencia de norma que
establezca un deber, se presenta cuando
Por esta misma razón, el hombre es libre cuando su conducta no se halla de tal
modo vinculada en un sentido normativo. La libertad es, pues, bajo ese aspecto, la
ausencia de una vinculación jurídica a un deber 21.
La tercera relación se presenta dentro de la Dinámica Jurídica, siendo el
contenido de la norma jurídica, no en el sentido de estar sometido a un deber
(obligación), sino
También cuando su conducta crea normas, cuando el hombre participa en la
legislación o, dicho con otras palabras: cuando su conducta constituye el hecho
calificado por el mismo orden jurídico como condición de la validez de normas
nuevas. Mientras que la relación pasiva de la subordinación se traduce en el
concepto de deber (obligación: nota de USO), la relación activa de la creación de
18 Más adelante (Cf. No. 7 infra) se hará una breve crítica a las tesis que reducen el
concepto de la facultad a los conceptos jurídicos de la Estática Jurídica. Cf. Atienza y
Ruiz Manero PD, Cap. II, inciso 3.2.2 en un sentido similar.
19 Esta es una expresión provisional e incompleta que, sin embargo, destaca
unilateralmente el contenido esencial de las normas que establecen facultades.
20 Kelsen TGE p. 198.
21 Kelsen TGE p. 198.
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Cada ai.r puede ser simple o compleja. Por ejemplo, si n1 está por una ley
emitida por el Congreso o por el Parlamento, entonces a 1 está compuesto por una
pluralidad de actos ordenados temporalmente a1.r =a1.1,a 1.2, a1.3, a1.4, etc., realizado
por los órganos legislativos.
Por otra parte, en relación con las normas n j estamos frente a lo que Kelsen
denomina “sentido subjetivo” del acto de voluntad de un sujeto dirigido intencio-
nalmente a la conducta de otro sujeto 26. El “sentido subjetivo” de la conducta a 1
está representado por n1. Estas normas no deben concebirse como una conse-
cuencia jurídica de dicho acto, aunque puede representárselas de esa manera. En
la ciencia del derecho se acostumbra hablar de “efectos jurídicos” para referirse a
las obligaciones y derechos generados, por ejemplo, por la celebración de un
negocio jurídico. El sentido subjetivo del acto de creación normativa se indepen-
diza de éste último y se le considera su producto. Este producto es, en realidad,
el resultado de una abstracción. La norma, es el sentido subjetivo de un acto, que
se da sólo en el acto, no es la consecuencia de él. Más adelante podremos
demostrar que la norma, como sentido subjetivo de un acto o de una pluralidad
de actos (proceso), no es otra cosa que la dimensión material de realización de
uno o varios actos ejecutores de una facultad.
25 Cf. Atienza y Ruiz Manero PD, Cap. II, especialmente pp. 60-61 en donde con
diversa terminología conciben a las normas que confieren poderes como reglas que
producen “cambios normativos”.
26 El sentido subjetivo de un acto de mandato es descrito con el uso de la palabra
“debe“. No puede ser descrito con las palabras “tiene que” o “probablemente“. Dice
Kelsen que “Cuando un hombre exige que otro hombre se comporte de determinada
manera, esto es, expresa su voluntad de que actúe así, el sentido subjetivo del acto del
primero no puede describirse con el enunciado que dice que el hombre al que
intencionalmente se dirige ese acto se comportará de determinada manera, sino sólo con el
de que así debe comportarse. (Kelsen COJ p. 96).
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Dentro de las críticas que Hart dirige a la tesis que afirma el modelo de las
órdenes respaldadas por amenazas de Austin, está una que es fundamental y que
constituye la piedra de toque de cualquier concepción sobre el derecho. Junto a
las normas coactivas existen otras que son las normas de competencia y de
procedimiento. No puede existir orden jurídico alguno que no posea estas
normas, las cuales no son reducibles a los mandatos respaldados por amenazas.
Esto condujo a Hart a afirmar, correctamente pero de manera imprecisa, que los
derechos positivos son un conjunto de normas que tienen tanto normas primarias
como secundarias, entendiendo por estas últimas las normas de competencia y de
procedimiento 28. Esto, en realidad, no tiene novedad teórica alguna, pues ya
Kelsen había desarrollado, de manera exhaustiva y con una precisión de la que
carece la tesis de Hart, la concepción del derecho como un orden dinámico de
normas. Veamos si con nuestro modelo pueden reconstruirse estas normas.
La primera interiorización semántica arrojó como producto los conceptos
jurídicos fundamentales de la Estática Jurídica. Debemos ahora intentar hacer lo
que denomino segunda interiorización semántica de elementos pragmáticos en
el paradigma del mandato, lo que significa que debemos llevar a cabo un pro-
ceso similar al que realizamos en relación con los conceptos de la coacción y
demás relacionados. Ahora, ya no se trata de hacer explícito el contenido del acto
de mandato, ni de completar semánticamente su significado, sino de hacer la
interiorización dentro de una norma del acto por el cual se crea la norma. En
otros términos expresado, colocaremos en el interior de una norma, como parte
34 Los hechos históricos son más complejos de lo que aquí se describe. Una
descripción más completa de ellos y de su significado jurídico puede encontrarse en
Schmill RPTD pp. 154-162.
35 Cf. Kelsen D; Schmill DAAT; Aguiló SD.
16
El contenido del acto que establece la nulidad de una norma, i.e., en nuestro
esquema m, está por la fijación condicionada de la fecha final de vigencia (ff) de
una norma. En lo que sigue haremos más explícito este esquema.
Como la norma que se anula o nulifica tiene ámbitos de validez,
(17) nk(p,m,t,e)
cuando se fija la fecha final de validez ff de la norma tiene que determinarse
el status de cada uno de sus otros ámbitos. Con ello, la norma que establece la
facultad de anulación condicionada de otra norma tiene la siguiente estructura:
(18) njFnul = nj(ai(p, m(nk(p,m,t(-,c* –->ff),e)), t, e))
lo que significa que existe una norma n j que establece la facultad de nulificar
la norma nk(p,m,t,e).
i. Derogación
1. El órgano que emite la norma n j+1 fija su fecha inicial de vigencia fi del
ámbito temporal t y lo mismo su fecha final de vigencia ff, en el mismo
acto o en actos diferentes. Entonces
(19) nj(ai+1(p,m,t,e)) -- ai+1(p, m(= nj+1(p,m,t(fi,ff),e)), t, e)
Estos son los casos de la emisión transitoria de normas, emitidas para atender
una situación urgente o temporalmente limitada, como un estado de emergencia.
Pero lo más común es que el órgano creador de la norma n j+1 solamente fije la
fecha inicial de la vigencia fi, dejando indeterminada la fecha final de la vigencia
ff:
(20) nj(ai+1(p,m,t,e)) -- ai+1(p, m(= nj+1(p,m,t(fi,--),e)), t, e)
La derogación consiste en la realización de un acto a’ 2 del mismo órgano que
creó la norma, siguiendo el mismo proceso de creación, cuyo contenido es la
fijación o establecimiento de la ff de t de esa norma.
(21) nj(ai+1(p,m,t,e)) -- ai+1(p, m(= nj+1(p,m,t(-,ff),e)), t, e)
ii. Nulificación
final ff del ámbito temporal de nk, si se dan ciertas condiciones, como por
ejemplo, que se establezca su contradicción con otra norma, es decir, alguna
irregularidad. El establecimiento de la fecha final ff de t condicionado a la
realización de ciertos supuestos o condiciones, está representado por t(-, c* ff),
en el que aparece un condicional, cuyo antecedente es c* y cuyo consecuente es
ff. Todos los posibles casos de irregularidad que se ha estudiado más arriba
encuentran aquí su lugar sistemático, es decir, los casos del 2 al 15 que
presentan las posibles irregularidades del primer acto del procedimiento reseñado
están en el lugar de c*. Es necesario destacar que en la casi totalidad de casos de
anulación condicionada, el antecedente del condicional consiste en la
determinación de una posible contradicción o irregularidad entre la norma
anulada y otra u otras que se toman como marco de referencia para determinar la
irregularidad. Las normas condicionantes (superiores) son las que proporcionan
los criterios de irregularidad, como hemos visto. Ellas llevan a cabo dos
funciones:
1. Establecen el procedimiento de creación de las otras normas y
2. Sirven de criterio de anulación de una norma por su irregularidad.
Como la norma que se anula tiene sus ámbitos de validez, la fijación de la ff
de su ámbito temporal tiene que determinar el status de cada uno de esos
ámbitos, como resultado de la fijación de esa fecha final de la vigencia. Lo que
quiero decir es que la norma anulatoria, al establecer la fecha final de su vigencia
ff, puede hacerlo con referencia a la totalidad de los elementos de la norma o
sólo a alguno de ellos. La regla general y más simple es la fijación lisa y llana de
la ff, comprendiendo a todos los ámbitos de validez de la norma derogada.
Puede haber modalidades respecto de cada uno de los ámbitos de validez de
la norma anulada:
Respecto de p: la ff puede referirse a (1) la totalidad de los sujetos com-
prendidos en el ámbito, (2) a algunos sujetos determinados de cierta manera o (3)
solamente a uno. Ejemplos históricos de estas modalidades se encuentran en
muchos derechos positivos.
Respecto de m: puede comprender todo su contenido o solamente alguno de
ellos, es decir, puede abarcar a la totalidad de efectos producidos por la norma o
sólo algunos de ellos. Algunas sentencias de tribunales constitucionales derogan
la ley de manera general y otras sólo respecto de ciertos efectos.
Respecto de t: la afectación de la nulidad por lo que respecta al ámbito
temporal de validez puede referirse únicamente a los efectos pro futuro o puede
comprender también a los efectos pro praeterito. No es extraña la existencia de
casos mixtos, como aquellos en que se determina la anulación de una ley por
inconstitucional, pero se establece que la sentencia tendrá efectos a partir del
segundo año posterior a la fecha de emisión de la misma.
Respecto de e: puede la ff comprender la totalidad del territorio o sólo parte
del mismo. Es posible pensar que la sentencia anulatoria sólo afecte a aquellas
18
E SQ U E MA
13. Derrotabilidad
Debemos ahora establecer las relaciones entre este esquema del orden
jurídico positivo y los problemas que han sido tratados últimamente en diversos
ámbitos académicos bajo el rubro de la “derrotabilidad”.
En este trabajo intento demostrar que la derrotabilidad del Derecho debe
entenderse como anulabilidad. La forma de hacerlo consistirá en presentar los
argumentos de la siguiente manera:
Indicar primeramente lo que se ha entendido por derrotabilidad, para
mostrar que, aunque a veces se puede aplicar el concepto a auténticos
problemas que surgen del análisis del derecho positivo, se han realizado, por
lo general, incursiones iusnaturalistas dentro de la jurisprudencia positiva; se
trata de temas valorativos o de lege ferenda o de lo que algunos han llamado
“lagunas valorativas”, es decir, contenidos que se desea tengan las normas
jurídicas.
En segundo lugar, mostrar como el concepto de las normas derrotables puede
aplicarse con toda naturalidad a los problemas de los conflictos normativos, es
decir, a las relaciones entre las normas de diverso grado y a las posibles rela-
ciones lógicas que pueden darse entre los contenidos conceptuales normativos de
esas formulaciones jurídicas.
En tercer lugar, exponer que la concepción dinámica del derecho permite
comprender a éste de manera tal que lleve a cabo dos funciones esenciales:
uno, determinando las conductas que han de realizarse conforme a las normas
jurídicas, la que podría denominarse función regulativa o normal del derecho y
dos, servir como criterio de anulación o derrotabilidad de las normas
dependientes o condicionadas de otras normas, la que podría denominarse
función derrotadora.
Debemos en primer lugar exponer el concepto de la derrotabilidad de un
enunciado condicional. Una caracterización muy clara de esta clase de enun-
ciados la encontramos en von Wright, quien se expresa en los siguientes tér-
minos:
Si p por sí misma implica q, entonces la conjunción del antecedente (“p”) con
cualquier proposición diferente de él también implica q. La operación de pasar de
“si p entonces q” a “si p&r entonces q” es denominada la operación del refuerzo
del antecedente.
Si p por sí misma no implica q, el condicional que dice que si p entonces q se
denomina derrotable. Un condicional derrotable no permite (de manera irrestricta)
21
36 von Wright C.
37 Alchourrón DL p. 23.
22
38 Navarro SNDCD p. 9.
39 Rodríguez y Sucar TD p. 278.
40 Navarro y Rodríguez DSNJ p. 69.
23
de carácter moral o valorativo 41. Debe quedar claro desde el principio que
nosotros nos atendremos estrictamente a una postura positivista.
Conforme al esquema del orden jurídico que hemos presentado más arriba,
las normas dependientes de las normas condicionantes se encuentran sometidas a
varias restricciones, que derivan del contenido que determinan las normas condi-
cionantes. En el esquema, la norma constitucional n 1 no tiene condicionamiento
alguno: ella puede tener el contenido que se quiera. No hay conducta humana
que no pueda ser sometida a regulación jurídica, en especial en la norma
fundamental positiva de un orden jurídico.
(e1) a1.r(p,m(=n1F[a2.r(p,m(z=Lx,L~x,~L~x),t,e])), t, e) Proceso constituyente
Constitución derechos fundamentales
Este esquema presenta el acto constituyente y su producto la norma
constitucional n1, la cual establece fundamentalmente facultades para la creación
de normas por parte de los órganos del Estado. El contenido de estas facultades
está representado por los actos a 2.r, los cuales tienen señaladas sus dimensiones
de realización específicas. Es de especial importancia la dimensión material de
realización m de los actos creadores de las normas subsecuentes, por ejemplo, las
leyes. Se puede ver con claridad que el contenido de m es z = Lx, L~x, ~L~x.
Este contenido determina la materia de las normas condicionadas, en la medida
en que cualquiera que sea la materia, por ejemplo, de las leyes, su contenido no
debe encontrarse en conflicto o contradicción con el contenido de la constitución
simbolizado con la letra z. Veamos cómo se expresa esto en el esquema
presentado; para ello, es necesario analizar la siguiente línea del esquema:
(e1) a1.r(p,m(=n1F[a2.r(p,m(z=Lx,L~x,~L~x),t,e])), t, e) Proceso constituyente
Constitución derechos fundamentales
(e2) a2.r(p,m(=n2F[a3.r(p,m(w),t,e)](±z)), t, e) Proceso legislativo
Ley
En (e2) se encuentra representado el proceso legislativo (a 2.r(…)) y su producto
la ley n2. Esta ley tiene un contenido cualquiera, representado por la letra w y se
indica que este contenido puede estar de acuerdo o en conflicto con el contenido
de la Constitución i.e., (± z). Esto significa, precisamente, que el contenido de las
leyes es derrotable, con base en el contenido de la constitución. La razón es muy
simple: el contenido de la ley puede ser presentado en la forma de normas
condicionales, en donde las consecuencias jurídicas sean las calificativas deón-
ticas de ciertas conductas. Debe hacerse la expansión de esos enunciados deónti-
cos con todas las condiciones implícitas que están establecidas en las normas
constitucionales, de manera que todas las normas de la ley tienen proyectadas en
su supuesto o antecedente las condiciones formales o adjetivas y las materiales o
sustantivas establecidas en la constitución, condiciones que de no cumplirse
41 Esto implica afirmar la no separación del derecho y la moral, tesis que entraña una
multiplicidad de problemas, que no discutiremos aquí. Cf. Schmill RPTD pp. 108-123 y
Schmill DM pp. 265 y ss.
24
Aquí debemos hacer una distinción muy importante: me refiero a las normas
derrotables de manera formal o adjetiva (derrotabilidad adjetiva) y normas
derrotables de manera material o sustantiva (derrotabilidad sustantiva). Expon-
dremos a continuación el concepto de la derrotabilidad adjetiva.
En nuestro esquema (e2) podemos distinguir dos partes esenciales o funda-
mentales: el conjunto de actos procedimentales creadores de la norma sub-
secuente
a2.r(p,m(-),t,e)
y la norma creada por el proceso respectivo, especificada dentro de la
dimensión material de realización de los actos del procedimiento
a2.r(-,m(=n2F[a3.r(p,m(w),t,e)](±z)),-, –)
\____________________________/
norma creada
Analicemos, en primer término, la derrotabilidad formal o adjetiva. Supon-
dremos que se quiere expresar el contenido conjunto de la ley w por medio de
enunciados condicionales p X*q (donde X* = O, P, Ph, F). Si simbolizamos el
condicional derrotable como p > X*q, entonces el contenido conjunto de la ley,
debe propiamente ser representado de la siguiente manera:
p • a2.r X*q.
Debe observarse, sin embargo, que a 2.r representa los actos del proceso
legislativo, que en el caso de México son siete:
a2.1 iniciativa que puede realizar el Presidente de la República, los diputados y
senadores al Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados locales;
a2.2 discusión por ambas Cámaras del Congreso de la Unión
a2.3 aprobación por amabas Cámaras del Congreso de la Unión
a2.4 sanción o veto por parte del Presidente de la República
a2.5 promulgación por el Presidente de la República
a2.6 refrendo por el Secretario de Gobernación
a2.7 publicación por el órgano oficial dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Es claro que cada acto tiene sus dimensiones de realización, que son la
ejecución de los ámbitos de validez de la norma constitucional, es decir, cada
acto del proceso legislativo es llevado a cabo por una persona o conjunto de
personas, tiene una materia determinada, se realiza en cierto tiempo y en cierto
lugar. Una vez concluido el procedimiento, el texto publicado es el que se
considera la ley y a partir de ese momento deja de ocuparse el jurista del
proceso que la precedió, para enfocar su atención exclusivamente en el conte -
nido de la misma.
25
Pero ~z, como ~ai.r, es una irregularidad, por lo que cualquier condicional
normativo que lo contenga es derrotable, en tanto admite la anulabilidad de esos
condicionales para el caso de exista alguna irregularidad en la ley en relación con
el contenido de la constitución. En este caso, estamos en presencia de una
inconstitucionalidad material. Por tanto, p • (~z) ~(X*q), i.e., el condicional
normativo es derrotable y esto quiere decir, es anulable, como veremos más
42 Ya Hart había observado que las reglas jurídicas pueden concluir con la expresión
“a menos que…”. Hart CD p. 174.
27
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