Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Anthony
Goebel Mc Dermott
Análisis Historiográfico de libro: “La naturaleza como problema histórico: El medio, la
cultura y la expansión de Europa” de David Arnold
Estudiante: Juan Gómez Solano
II Semestre 2017
Introducción
Las interrelaciones entre la naturaleza, la cultura y la historia del planeta en función del
desarrollo de las civilizaciones humanas, se constituye en un proceso de larga data y de
alcances transnacionales y globales. Si bien se pueden establecer particularidades en escalas
espaciales menores como los Estados Nacionales o ámbitos más locales, en específico para
el caso de la Historia Ambiental que tradicionalmente hasta tiempos recientes se le miraba
con cierto recelo o distanciamiento respecto a sobre cómo tratar el tema de la naturaleza y
donde ésta era vista como una especie de componente accesorio en el estudio de la historia
de la humanidad, dicho enfoque ha comenzado a ser debatido con la necesidad de los
historiadores por considerar a la naturaleza cómo un objeto de estudio central en la
explicación del desenvolvimiento del devenir histórico del planeta, y no cómo un elemento
aislado, por contrario interrelacionado tanto en lo físico como lo humano-cultural y con
interacciones de alcance global, es decir de una historia ambiental global.
En concordancia con lo anterior, el libro de David Arnold titulado “La naturaleza como
problema histórico: El medio, la cultura y la expansión de Europa”1, es una obra que busca
generar en el lector un replanteamiento de ideas y evidenciar sobre el lugar y el peso real
que tiene la naturaleza como problema histórico. A través de los capítulos del libro, Arnold
demuestra un análisis atinado acerca del paradigma ambiental y de la importancia de
considerar tanto lo biofísico como lo cultural para realizar investigaciones históricas, e
1
Arnold, David. La naturaleza como problema histórico: El medio, la cultura y la expansión de Europa.
(Fondo de Cultura Económica, México, 2000).
inclusive alienta al desarrollo de estudios interdisciplinarios, tanto así que nutre su abordaje
de la temática con los planteamientos de filósofos, biólogos y geógrafos entre otros. Así
entonces, para el desarrollo de este artículo, se subdivide el análisis en 4 apartados que de
manera interrelacionada proporcionen una visión lo más completa posible de los principales
aportes, críticas, problemas, hipótesis, límites, ventajas de las fuentes y metodología
utilizadas por el autor, así como también, de los rasgos distintivos de interpretación y
explicación desarrollados por David Arnold en cada uno de los capítulos de su obra.
2
Catalá, Jesús “La naturaleza como problema histórico: El medio, la cultura y la expansión de Europa”
(Reseña). En: Revista Cronos, vol. 3, n°2, 2000, pp. 417-419. Disponible en:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=8584. Consultado en Noviembre 26, 2017. También ver
Escobar, Pablo “The Problem of Nature Revisited: History and Anthropology”. En: Current Anthropology,
volume 39, number 3, June 1998. Disponible en:
http://www.unc.edu/~aescobar/text/eng/arturoreview.pdf. Ver Coates, Peter “The problema of nature:
environment, culture and european expansion (New perspectives on the past) (Review)”. Disponible en
http://www.jstor.org/stable/619611?seq=1#page_scan_tab_contents. Consultado en Noviembre 26, 2017.
3
Fondo de Cultura Económica “La naturaleza como problema histórico: El medio, la cultura y la expansión
de Europa (reseña). Disponible en https://www.fce.com.ar/ar/libros/detalles.aspx?IDL=123#.
4
Romero, Luis “La naturaleza como problema histórico”. En: El Clarín, Revista Ñ. Edición Domingo, 4 de
Febrero del 2001. Disponible en http://edant.clarin.com/suplementos/cultura/2001/02/04/u-01102.htm.
Consultado en Noviembre 26, 2017.
y repensar el papel de la naturaleza en su relación con el ser humano y viceversa. Entre los
puntos de encuentro de las reseñas destaca el análisis del paradigma ambiental con relación
al abordaje interdisciplinario que realiza Arnold para redescubrir la magnitud de los
cambios, el desarrollo de conciencia y la cuota de responsabilidad que se construye a partir
de la relación ser humano-medio-cultura bajo la lógica expansiva de Europa hacia el
continente americano, el Caribe y el Sur de Asia (La India) entre los siglos XIV y XX, sin
olvidar algunos pasajes en la antigua Grecia.
Las reseñas bibliográficas también reconocen el análisis crítico de Arnold sobre las
posturas de los determinismos geográfico, biológico (imperialismo ecológico de Alfred
Crosby), concepciones raciales con claras connotaciones darwinianas (supervivencia del
más apto), de los factores culturales (percepción de poblaciones y espacios como los
trópicos-la tropicalidad-), y de la visión económica del imperialismo en aras de apropiarse
de los recursos de la naturaleza, de constituirlos en mercancías y “civilizar” territorios y
poblaciones “inferiores”. Sobre estos tres ejes centrales que guían el libro, se aprecia un
reconocimiento a esta obra como una “introducción útil para las estudios ambientales”
(Escobar, Arturo, 1998:385) donde la naturaleza no puede ser más tratada como un fondo
inerte en el desenvolvimiento de la práctica humana tanto del ambiente biofísico como de
las ideas que se construyen en el ámbito cultural sobre la naturaleza. Esto debido a que la
naturaleza juega un rol central en construcción de historia y cultura.
Además con relación a lo anterior, la manera en cómo se encuentra hilvanado los diferentes
capítulos es reconocido en las reseñas como un importante aporte en el desarrollo de los
estudios globales, en particular respecto a lo ambiental. Esto pues se señala de lo idóneo de
interconectar las tesis de autores como Crosby, Frederick Turner, Carl Sauer y otros para
abordar los alcances, limitaciones y críticas de conceptos como el imperialismo ecológico
(intercambio de plantas, animales y enfermedades, a partir de una unificación global de
espacios geográficos y poblaciones), el concepto de frontera ecológica en la necesidad de
una apropiación de la naturaleza más allá de las críticas de Arnold a un supuesto
conservacionismo el cual el autor crítica y es señalado como uno de sus aportes
innovadores dentro del texto y que, a su vez, se considera como un punto alto en la
amplitud de la perspectiva que este texto pueda generar en público especializado o general
en el sentido de que se aleja de las visiones tradicionales o recurrentes en la temática
ambiental.
También, el otro aspecto que se reconoce de la obra lo constituye la lógica del análisis
global de los hechos históricos tal como lo expresa Peter Coates en su reseña al citar a
Arnold cuando éste manifiesta que “la historia ambiental está bien posicionada para el
lanzamiento de una nueva historia global” (Coates, Peter: 614). Al respecto, si bien el
mismo Coates plantea en su reseña que todavía queda mucho trecho por recorrer para el
campo de la Historia Ambiental, se evidencia que la recepción de esta obra en el mundo
académico invita a tener una apertura y del hecho de romper paradigmas dentro de la
Historia como ciencia y en concreto con relación al abordaje, explicación, análisis e
interpretación del ambiente en la historiografía; de permitirse adentrarse a nuevas
interpretaciones de la relación ser humano-ambiente y de no temer por tratar tal como lo
expresa Arnold en el título de su libro a la naturaleza como problema histórico, lo cual ha
sido un tema que se ha tendido a evadir dentro de la Historia y de ahí el porqué de la
importancia y relevancia que se respira al leer y revisar las reseñas asociadas a este texto.
Es decir, la publicación de Arnold ostenta como una de sus principales fortalezas el
mostrarle al lector la variedad de posibilidades que ofrece para el análisis historiográfico,
un terreno que los historiadores en general han atendido poco (Romero, Luis, 2001), y
donde además la naturaleza debe ser vista en términos biológicos y culturales (Escobar,
Arturo, 1998: 385).
Para una mejor compresión respecto a los principales problemas e hipótesis del libro se
presentan los mismos por capítulo (9 capítulos).
Comenzando por el capítulo 1, si bien éste es el capítulo introductorio donde se explicitan
los objetivos del libro, la estructura y los ejes centrales (temáticas) que son desarrollados a
lo largo del texto, así también, es donde Arnold esboza un primer acercamiento a las
problemáticas e hipótesis principales que le esperan al lector al avanzar en la lectura de su
obra. De esta forma, la principal problemática que se desarrolla en este capítulo
corresponde al hecho de que Arnold expresa directamente un aparente tedio o evasión por
parte de los historiadores por considerar a la naturaleza como un problema histórico, lo cual
se constituye valga la redundancia en un problema que el autor está decidido a debatir.
A partir del párrafo anterior resulta muy interesante como el autor bajo esta lógica
integradora de lo material y lo cultural, impulsa e incentiva el desarrollo de estudios
históricos globales y que hecho, es el caso del análisis en este libro al tratar expansionismo
e imperialismo europeo que se va construyendo paulatinamente al entrar en contacto con
los continentes africano, americano, asiático y regiones geográficas como el Caribe.
El capítulo 2 “El lugar de la naturaleza”, tal como su título lo sugiere plantea de inicio
como hipótesis que “el hecho de escribir acerca del lugar de la naturaleza en la historia
como tema de indagación histórica en sí es importante” (Arnold, David, 2000:16). Ahora
bien, su contraparte, es decir la problemática principal que se vincula al deseo de darle el
lugar que se merece la naturaleza para la indagación histórica, se decanta respecto a cómo
resolver y escribir sobre ésta en la historiografía.
El capítulo 4 “El ambiente como catástrofe” plantea cómo problemática central ¿Si los más
grandes desastres naturales están determinados por la cultura o por el ambiente? O ¿Cuál
más de los dos? (Arnold, David, 2000:62). Dicho problema proporciona así, hipótesis
donde en contraposición a los planteamientos de Humboldt de una visión de la naturaleza
como un todo ordenado armoniosamente, se suscitan en realidad cambios violentos en la
faz de la tierra que conllevan a catástrofes con un papel directo ejercido por la naturaleza y
temporalmente decisivo sobre los asuntos humanos ya sea a través de ciclos lentos o
cambios repentinos que son interiorizados por la subjetividad humanas y las construcciones
sociales (Arnold,David, 2000: 57-59).
El capítulo 5 “El Cruce de las Fronteras Biológicas” plantea como problema central ¿Cuál
ha sido el papel de las enfermedades epidémicas en la unificación del planeta por medio de
la enfermedad? A partir de dicha problemática, David Arnold (2000:73) esboza varias
hipótesis que se resumen en la expansión de intercambios transoceánicos de plantas,
animales, gente y enfermedades a partir de migraciones, comercio y conquistas militares.
De ahí que Arnold se fundamente para “el cruce de las fronteras biológicas” en el análisis
crítico de las tesis del imperialismo ecológico de Alfred Crosby frente a los procesos de
conquista en América, y el darwinismo social de la supervivencia del más alto (Charles
Darwin). Aunque también es cierto que considera que las hipótesis sobre el cruce de las
fronteras biológicas van más allá de un determinismo biológico con tintes darwinianos.
El capítulo 7 “La Revolución Ambiental” se mueve bajo la lógica de afrontar dar con una
explicación en donde la “Revolución Ambiental” se resume en la transformación ecológica
y cultural sobre el continente americano y sus poblaciones nativas con la llegada de los
europeos. A partir de dicho idea central, las problemáticas desarrolladas en el capítulo se
resumen en ¿Còmo se explica el desarrollo de una “revolución” de la transformación de un
espacio y del apoderamiento de tierras y recursos deseados (metales preciosos) y
ambientales por parte de los europeos donde convergen actores como los indígenas,
colonos europeos y la ecología? Así también, a través de este proceso de “revolución
industrial”, ¿Qué fuerza(s) impulsó la expansión de la frontera ecológica?
Es así que como hipótesis desarrolladas en el capítulo apoyadas por las interpretaciones de
autores como William Cronon, Nash, Crosby, Mcneill, White y Carl Sauer, David Arnold
construye afirmaciones entre otros que “América no era tierra virgen a la llegada de los
europeos”, es decir, ya había sufrido una modificación el ambiente por parte de las
poblaciones indígenas, que la frontera ecológico significó un largo y profundo proceso de
transformación cultural y ambiental y donde la frontera ecológica se expandió como
resultado de elementos biológicos, económicos, religiosos (ideas del Edén), culturales y de
identidad para con paisajes que se fueron apropiando y construyendo.
El capítulo 8 “La Invención de la Tropicalidad” plantea como eje del problema a tratar el
tópico de la otredad y las representaciones sociales que se construyeron en torno a las zonas
tropicales vistas como regiones de opulencia y exuberancia o como un mundo extraño, de
enfermedad, opresión y esclavitud. A partir de este panorama, las hipótesis se conforman
por un lado a partir de que continente americano suponía un espacio maravilloso y fecundo
para experimentar (muy vinculado al romanticismo de Humboldt) (Arnold, David: 2000:
134), y por otro lado, de que los europeos al percibir al trópico como zona malsana, ésta
debía ser civilizada y apropiada a partir de un imperialismo económico y de transformación
del espacio al manipular y controlar los ambientes tropicales.
Tomando en consideración que el hilo conductor que desarrolla David Arnold para dar
cuenta de una Historia Ambiental Global parte de un largo proceso histórico que va
desde los viajes de descubrimiento por parte de los europeos, pasando por el desarrollo
de un imperialismo global hasta externar una preocupación cada vez mayor por los
efectos destructivos de este rápido cambio planetario (Arnold, David, 2000:7), hay que
comenzar manifestando que en términos generales el autor recurre a un uso de fuentes
primarias y secundarias que permite una buena complementariedad entre ellas. Esta
complementariedad entre ambos tipos de fuentes permite como primer ventaja que el
contenido que se desarrolla en cada uno de los capítulos, no sólo se interrelacione de
manera natural y fluida al ir avanzando en el texto, sino que también, le permite al
lector obtener una visión muy completa, integral y globalizadora de procesos históricos 5
que están fuertemente interconectados entre sí; esto a través del análisis de diversas
explicaciones e interpretaciones que desarrolla Arnold respecto a la temática de abordar
a la naturaleza como problema histórico apoyándose de manera atinada con las tesis o
planteamientos de los autores a los que recurre, tal es el caso de Alfred Crosby,
Frederick Jackson Turner, Semple, y Carl Sauer entre otros.
Así, a partir de esa intercomunicación entre autores Arnold logra construir y debatir de
manera crítica, las posturas de dichos estudiosos para buscar elaborar una respuesta que
demuestre de la idoneidad del ambiente como objeto de estudio trascendental en el
quehacer del historiador, esto a pesar de la desconfianza que aún persiste entre grupos
de historiadores. Además a partir de la reciprocidad entre autores, otra ventaja o
5
O como Arnold propone de “un ciclo completo de la historia ambiental” y donde esta historia “ha sido
desde hace mucho elemento central de la compleja relación material y cultural entre Europa y el resto del
mundo” (Arnold, David, 2000: 7).
fortaleza respecto a la forma en cómo Arnold utiliza las fuentes radica en que conforme
se avanza en los capítulos y en el tiempo, los estudiosos que cita tienden a hacer
referencia de autores que anteriormente fueron citados en el texto para fundamentar sus
tesis o planteamientos, conformando una explicación acumulativa que desarrolla un
patrón que se constituye como una “larga cadena interpretativa” de hechos históricos de
alcance global y su asociación al ambiente. Este aspecto en particular, fortalece una
crítica constructiva entre autores respecto a sus interpretaciones, sus puntos de
encuentro y desacuerdos, los cuales a su vez, enriquecen el análisis y los objetivos que
Arnold desea transmitir al lector lo largo de la obra.
En una directa relación con el sub-apartado referente a las fuentes, se desarrolla en las
siguientes líneas algunas reflexiones respecto a la metodología utilizada. Primeramente
comenzando por las deficiencias que presenta el libro, si bien es un texto que realiza un
6
Este predominio de fuente secundaria
enorme y efectivo esfuerzo por dar a explicar la importancia e innovación que acarrea
un campo de reciente formación como lo es la Historia Ambiental y más se considera
desde la óptica de los estudios globales (tomando en cuenta que es un texto publicado
en 1996), no obstante, el desarrollar todo un análisis de un proceso o ciclo ambiental
histórico de tan larga duración, es decir desde los tiempos de Hipócrates, pasando por la
Edad Media, la época colonial y la era moderna del capitalismo del siglo XIX y XX,
tiende a inclinar más la metodología hacia lo descriptivo y cualitativo. Con esta primera
observación no es que se esté desvalorando la manera cómo David Arnold desarrolla el
texto; esto debido a que a través de un discurso ameno, bien estructurado entre sus
capítulos, temáticas y bien fundamentado a partir de los aportes de diversos autores
(como se mencionó páginas atrás), el autor capitaliza en su meta de concederle un lugar
respetado a la naturaleza y al ambiente dentro de la historiografía, así como de
demostrar que los historiadores si bien han tenido dificultades por tratar el tema de la
naturaleza y definirlo como objeto histórico, ésta no puede ser echada de lado tan
fácilmente7; pero, a pesar de lo mencionado, en todo el libro no hay dentro de la
metodología utilizada análisis cuantitativo del largo proceso histórico que Arnold
desarrolla.
Es decir, por ejemplo, Arnold aborda de manera sumamente interesante los análisis del
imperialismo de Crosby (intercambio de plantas, animales y enfermedades a pesar que
le critica su fuerte componente biológico) o la peste negra pero no presenta cuadros o
gráficos sistematizados con posibles estimaciones de datos cuantitativos con relación a
estos fenómenos de gran escala que incidieron directamente en el acontecer histórico
global.
7
Tal como Arnold lo expresa (2000:171): “Les guste o no a los historiadores, las ideas de la naturaleza han
desempeñado parte principal, hasta podría decirse que integrante tanto del proceso de la historia como de
su interpretación… el ambiente es un tema amplio, de interés público, los historiadores no pueden quedarse
callados”.
imperialista de los europeos en el mundo. Entre los casos más evidentes de análisis está
el de la colonización de La India. Siendo Arnold especialista de estudios en países
tropicales con énfasis en la Historia de Asia del Sur llama la atención que en el caso
particular de La India en el capítulo que la aborda, no haya datos cuantitativos de tasas
de deforestación o cambios de uso de la tierra por la fuerte explotación y extracción
forestal que realizaron los británicos para acceder a los más recónditos lugares
selváticos de dicho territorio y comenzar así, la apropiación, transformación y
“civilización” que fue llevada a cabo a partir de la construcción de las obras ingenieriles
para la irrigación, acarreo de aguas y de construcción de vías del ferrocarril que son
tratadas en el capítulo final del libro. También, de igual forma no hay datos del número
de muertos por las enfermedades que se expandieron en la India al establecer mejores
vías de comunicación en un país tan vasto o de las protestas que fueron llevadas a cabo
por parte de los hindúes debido a los fuertes cambios ambientales que estaban
aconteciendo su territorio, su medio ambiente y que como lo expresa Arnold, fue parte
de todo un fenómeno que conllevó a un proceso de identidad nacional hacia la
naturaleza y su reapropiación (Arnold, David 2000: 167-170).
Con relación a la dinámica explicativa e interpretativa utilizada por Arnold para cada
capítulo es de destacar que el autor desde un principio hasta el final de la obra, tiene
clara su meta o norte de demostrar que la historia ambiental y sus interpretaciones han
sido desde mucho tiempo atrás producto de la compleja relación entre lo biofísico-
material y el aspecto cultural a partir de las relaciones entre Europa y el resto del mundo
(Arnold, David: 2000:7). Es a partir de este sólido planteamiento inicial que se
desarrollan los ejes centrales de ideas que dan pie para el desarrollo de cada capítulo y
la interrelación entre todos ellos.
Siendo un texto que busca darle un lugar de respecto a la naturaleza como problema
histórico dentro de la historiografía, iniciando por el capítulo 1, resulta interesante como
el autor presenta en su modelo explicativo la situación de rezago que presenta el
ambiente como objeto de estudio histórico. Esto irremediablemente genera que Arnold
interprete la necesidad de plantear las diferentes maneras por las cuales historiadores
han intento visualizar e interpretar a la naturaleza dentro de la historia del planeta. Para
ello, la línea explicativa-interpretativa de este capítulo sostiene un debate sobre si es la
naturaleza la que controla al ser humano o es en modo contrario y es el hombre quien
marca el dominio y control. A partir de este panorama, el capítulo introductorio lanza
una perspectiva analítica interpretativa de la naturaleza que se conforma de un ámbito
económico-extractivo-capitalista, uno meramente biológico y el otro de carácter más
subjetivo que es el de tipo cultural. Así, es que Arnold esboza el problema de la
naturaleza para desarrollarlo bajo la lógica expansionista europea de Europa, las
vinculaciones a América y el contexto del caso hindú, considerando las enfermedades,
las fronteras en movimiento y la colonización de la naturaleza.
Con este preámbulo el capítulo 2 mete de lleno al lector(a) en la meta por demostrar que
el destino de los seres humanos está íntimamente ligado al mundo natural. A partir de
esa premisa, por medio de la utilización de un análisis cualitativo e interpretativo de las
percepciones e imaginarios de diversos autores partícipes en diferentes momentos de la
historia, se evidencia que el centro del capítulo radica en el carácter multivariado del
paradigma ambientalista teniendo como sustento para las variaciones del mismo, la
supeditación de la naturaleza al ser humano o viceversa. Así, dependiendo del tipo de
enfoque diversos estudiosos presentan sus interpretaciones de la naturaleza con un
mayor o menor grado en el ámbito material o cultural vinculado al ambiente. De esta
forma destacan desde las interpretaciones hipocráticas con relación a lo sano o malsano
de las regiones geográficas y su incidencia en la comprensión de la naturaleza (el clima
y el determinismo geográfico como ejes centrales de esta postura 8), hasta considerar la
situación donde la naturaleza pasa a ser dominada por los seres humanos dado el auge
de la ciencia (Arnold, David, 2000: 24, 40).
También dentro del capítulo 3 bajo esta lógica de reinterpretaciones sobre la naturaleza
a nivel teórico-epistemológico se presenta una postura de pesimismo ambiental que
sostiene que la abundancia intrínseca de la naturaleza resulta ser una falacia. Es en este
punto donde las ideas malthusianas vinculadas al crecimiento exponencial de la
población frente al crecimiento aritmético de natura, implica la necesidad de frenos
“positivos” como el hambre, las plagas y las enfermedades para contener el avance
destructivo de la población y generar alimentos (Arnold, David: 50). Bajo la misma
línea interpretativa el trabajo de Clive Ponting “Green History of The World”, plantea
un énfasis descriptivo de lo que ha sufrido el planeta por estar siendo explotado y
dominado por los humanos y de su evolución de ser una sociedad de cazadores-
recolectores con bajo impacto y transformaciones al ambiente, a propiciar el saqueo del
“Nuevo Mundo” por parte de los europeos y el desarrollo de una política extractiva
recursos naturales que han afectado severamente el equilibrio de los ecosistemas
naturales a partir del uso de los combustibles fósiles y la expansión industrial (Ponting,
Clive citado por Arnold, David, 2000: 54-55).
El capítulo 5 resulta ser muy interesante debido a que tiene como principal rasgo
distintivo el papel que ejercen las enfermedades epidémicas en la unificación del
planeta por medio de la enfermedad. Esta postura abre todo un debate y crítica respecto
al impacto (genocidio bacteriológico) sobre las poblaciones americanas, Australia y el
Pacífico con la llegada de los europeos a dichos territorios (muertes); un debate que se
nutre fundamentalmente de las reflexiones de Alfred Crosby (imperialismo ecológico) 9
y William Mcneill que tienden a considerar que la principal acción destructiva debió ser
desempeñada por las enfermedades epidémicas10. Ahora bien, un aspecto clave de la
interpretación del análisis cualitativo de contenido entre estos autores es que se generó
una dura crítica a Crosby y su imperialismo ecológico. Por ejemplo, el geógrafo Carl
Sauer determina que el éxito de los europeos no es algo meramente resultado de
9
El imperialismo de ecológico propuesto Crosby sostiene se traduce en “un tráfico de ida y vuelta de
plantas, animales y enfermedades” con la llegada de Colón a América, así como también de una supuesta
“tierra virgen” donde los pobladores nativos no tenían inmunidad ante las enfermedades (Crosby, Alfred,
citado por Arnold, David: 2000: 75, 78).
10
Mcneill, William, citado por Arnold, David (2000:78).
“aliados biológicos”, sino que también existió una importante diferencia tecnológica en
armas, transporte (caballos), pero principalmente, respecto a una cuota grande de
culpabilidad humana por la brutalidad ejercida a las poblaciones indígenas a partir de
“un sistema erróneo y estúpido de control y administración del trabajo” (Sauer, Carl,
citado por Arnold, David: 2000: 82) que se conjuntó con una política de rapiña y
desprecio a los nativos indígenas. Inclusive, es de rescatar cómo el propio Arnold llega
a considerar que Crosby se ve tentado a atribuir demasiado a un solo conjunto de
fuerzas y adscribir demasiado a la biología (determinismo biológico) y muy poco al
hacer humano consciente (Arnold, David: 2000:86), donde también medió el mercado
de esclavos desde continentes como Asia, África, América e islas del Caribe. Además
Arnold le achaca a Crosby en su tesis de imperialismo ecológico una tendencia
darwinista de superioridad/diferenciación racial e inevitabilidad ante el hombre blanco
(Arnold, David, 2000: 87).
A partir de este punto del capítulo 6 hasta el final de libro, los rasgos distintivos de
explicación giran en torno a la transformación ambiental a partir de la apropiación de la
naturaleza. Así, el capítulo 6, se enfoca en explicar e interpretar la tesis respecto al
concepto de la frontera ecológica11 desarrollado por Frederick Jason Turner. En
específico, este concepto más allá de que se le critica por postulados raciales y
darwinistas de las poblaciones de inmigrantes en Estados Unidos sobre las comunidades
indígenas, con relación al ambiente la lógica interpretativa dicta que la frontera
ecológica (que está en movimiento) tiene la función de imponerse y dominar a la
naturaleza, a lo “salvaje”, y de ahí, la necesidad de la colonización y “civilización” de
estas vastas tierras “libres” (Prescot, Walter, citado por Arnold, David: 2000:103). Pero
además, sumado a esta postura Carl Sauer plantea que también los pueblos indígenas
tuvieron su cuota en la historia ambiental al dejar su huella cultural y ecológica sobre el
paisaje.
11
Según Turner la frontera ecológica se refiere a una frontera que avanza conceptualizando el proceso de
interacción y conflicto entre dos conjuntos de gente culturalmente distintos y las ideasy las prácticas
ambientales que representan (Turner, Frederick, citado por Arnold, David, 2000:95).
El capítulo 7 “La Revolución Ambiental” evidencia el largo y expandido proceso de
transformación ecológica y cultural que aconteció en todo el planeta por la actuación de
indígenas, africanos, europeos que fueron modificando drásticamente las poblaciones
de plantas y animales, bosques y otros recursos naturales y abióticos para satisfacer
todo tipo de necesidades. Desde el tráfico de pieles de animales hasta destrucción de los
bosques que propició la creación masiva de ciudades, Arnold demuestra que el
desarrollo de todos estos cambios están íntimamente sujetos al expansionismo
económico, lo biológico y el determinismo cultural que cambia sus posiciones respecto
a la religión (El Edén), representaciones de la naturaleza como la “selvatiquez”
desolada, negra y peligrosa que debía ser ordenada o desde la concepción del paisaje
como construcción y artefacto cultural producido; donde América era el continente de
la naturaleza por excelencia generando también, una identidad nacional (Arnold,
David:, 2000:120-127).
En fin, como conclusión “La naturaleza como problema histórico” es una obra que deja
en perspectiva la trascendencia que tiene la naturaleza como objetivo de estudio
histórico, el cual en el marco de una Historia Ambiental Global, ha tenido no solo un
fuerte peso en la historia del planeta y la humanidad, sino que también, debido a dicha
característica debe ser considerada hoy día con menos tabúes y una mayor integración
dentro de la historiografía a raíz de las interrelaciones que establece con la cultura y
otros campos de estudio de forma interdisciplinaria.
12
Concepto utilizado por Arnold para referirse a espacios geográficos que lograron desarrollarse como
Australia, Canadá y los Estados Unidos.