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El modelo de desarrollo psicoafectivo de S. Freud.

Desde el punto de vista de Freud, los niños pasan por cuatro etapas psicosexuales, oral, anal, fálica
y genital y además experimentan un período de latencia.

Etapa Oral. Durante el primer año de vida, los bebés obtienen placer en lo principal, a través de
la boca. La libido se centra en goces orales: comer, succionar, morder, llevarse cosas a la boca,
balbucear y cosas parecidas. El destete es el principal conflicto de la etapa oral. Cuanto más difícil
le sea a los niños dejar el pecho o la botella y sus placeres más libido quedará fijada aquí. Si se
queda una porción sustancial, los niños quizás se chupen el dedo, coman mucho o se muerdan las
uñas. Cuando son adultos, continúan exhibiendo cualidades y preocupaciones orales; tal vez sean
dependientes, pasivos o ambiciosos, o disfruten mascar chicle, fumar, comer, hurgarse los dientes,
beber o hablar en exceso.

Etapa Anal. A lo largo del segundo y tercer años de vida, el placer se obtiene de modo principal
de la región anal. El niño goza orinar y defecar y la acumulación y libración de tensión que
acompaña la excreción. En especial, el descargo evoca ira y enojo por parte de quien le
proporciona los cuidados al infante y que piden que se demore y que haya autocontrol.

Conforme empieza el entrenamiento (control) de esfínteres se desarrolla el conflicto de la etapa


anal, porque los placeres son bloqueados, por las reglas sociales de retención, los niños
experimentan ira e impulsos para agredir. En la lucha con los padres que se genera, quizás sean
blancos de humillación, vergüenza, enojo y desprecio. Algunos niños intentan “contraatacar”
realizando defecaciones en momentos críticos, por ejemplo: cuando se les acaba de retirar del
excusado. Otros niños retinen las heces de manera intencional para manipular a los padres, que
se preocupan por la irregularidad. Esta táctica proporciona una leve presión contra la pared
intestinal que puede considerarse placentera.

Etapa Fálica. En algún momento entre las edades de tres y cinco años suponía Freud que los
niños descubren los genitales son fuente de placer, además, pensaba que la mayoría de los niños
inician la masturbación a esta edad. (Las fantasías durante la masturbación disponen el escenario
para la crisis. El niño ama al progenitor del sexo opuesto en forma excesiva y siente una rivalidad
intensa hacia el progenitor del mismo sexo. En el caso de las mujeres, al conflicto se le denomina
¨Complejo de Electra¨ y en los hombres ¨Complejo de Edipo

Los niños aman a su madre porque ella ha sido la principal encargada de cuidarle. Cuando se
presenta la conciencia sexual, deseándola para sí y percibiendo al padre como un rival, e incluso
anhela la muerte de éste y fantasea que lo mata. Sin embargo, el niño se enfrenta a la realidad
tarde o temprano. ¿Qué sucedería si el padre, más grande y fuerte, responde a la agresión? El
niño teme la castración en especial, lo que eliminaría su fuente de lujuria. Para eliminar esta
terrible posibilidad, el niño reprime su amor por su madre y se identifica con su padre, queriendo
ser como él. A través de la identificación, el niño suprime la amenaza y obtiene una gratificación
sustituta para sus impulsos sexuales. (Al identificarse con el padre el niño comparte en la
imaginación los privilegios sexuales del padre.) Esta identificación tiene consecuencias muy
importantes; les permite a los niños adoptar características de personalidad con tipo sexual
masculino e incorporar el superego (valores morales) del padre.

Las niñas se enfrentan a una crisis similar alrededor del mismo momento del desarrollo. Al
principio, la hija ama a su madre, la encargada principal de atenderla de igual modo como lo hace
el hijo. Sin embargo, en algún instante en la etapa fálica, la mujer descubre que posee una
cavidad en vez de un pene, el órgano sexual más deseado (según Freud.). Al intentar saber por
qué, la niña supone que alguna vez tuvo uno, pero que fue castrada y culpa a su madre y su amor
por ella disminuye. Para adquirir control sobre el valioso órgano sexual, la niña trasfiere de
manera temporal su amor al padre.

Freud no pudo explicar en forma adecuada por qué la niña debía reprimir su amor por el padre,
identificarse con la madre, asumir conducta de tipos sexual femenina y adaptar el superego de la
madre. Al final, decidió que el amor por el padre y la rivalidad con la madre se desvanecían poco a
poco al paso del tiempo. En contraste con la identificación del hijo con el papá, la de la niña con la
mamá es bastante débil. Según Freud, la ausencia del pene es decisiva; condena a las mujeres a
un sentimiento de inferioridad, de envidia (envidia del pene) y a criterios morales débiles.

Si se manifiestan dificultades durante la etapa fálica y se fija una buena parte de la libido en esta
fase, es probable que se presenten un buen número de problemas. Al no incorporar las actitudes
paternas, los niños tienen una preparación inadecuada para formas más avanzadas de
pensamiento y son inválidos morales. Incluso si los valores adultos se asocian al súper yo, algunos
niños no pueden resolver el conflicto y quedan vinculados de manera exagerada al padre de sexo
opuesto. Como consecuencia, es posible que nunca se desliguen de la madre o del padre o que
experimenten atractivo sólo hacia hombres o mujeres mucho mayores (sustitutos paternos).

Período de Latencia. Cerca de los cinco años de edad, cuando termina la etapa fálica, la
personalidad está formada en su esencia. En los siguientes seis años, más o menos, Freíd pensaba
que las necesidades sexuales están latentes. No aparecen conflictos o cambios importantes, de
modo que a este período se lo llama período de latencia.

Etapa Genital. Los intereses sexuales resurgen al inicio de la pubertad. En la etapa genital, que
incluye la adolescencia y la vida adulta, las personas se orientan hacia otros y establecen
relacionas sexuales satisfactorias; hasta este momento, han estado absortas en sus propios
cuerpos y necesidades. Un vínculo heterosexual maduro, como el signo distintivo de la madurez.
Si hay energía fija en etapas inferiores del desarrollo (a causa de una excesiva gratificación o
frustración) los adolescentes no pueden enfrentarse a este reto.

Bibliografía:

https://es.slideshare.net/nlourdesciher/psicologia-del

https://prezi.com/hjj26kwser4t/teoria-de-el-desarrollo-psicoafectivo-de-sigmund-freud/

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