Parece que la verdad evolucionara, pero, en realidad, la verdad no
evoluciona ni esta en proceso de transformarse. Lo que el hombre adquiere de la verdad y lo que interpreta como evolución de la verdad, no es mas que el grado de comprensión de ella que él posee. El hombre aprende acerca de verdad, mas bien que aprender la verdad en sí misma. El hombre adquiere ideas solamente, por las cuales, mediante su interpretación y uso, llega a sus propias conclusiones acerca de cuanta verdad encierran dichas ideas. El proceso mediante el cual el hombre adquiere estas ideas produce la ilusión de que la verdad, en sí, esta en estado continuo de transformación. La ilusión de que la verdad cambia explica por que muchas personas aceptan la verdad como una cosa relativa. En la vida del individuo y en la historia de la humanidad, la verdad parece que hubiera cambiado mucho. La verdad para el hombre moderno es diferente de lo que era para el hombre primitivo. Los descubrimientos de todas las ramas del saber parece que cambiaran constantemente la verdad. Las ideas muy simples que se desarrollaron en la mente del hombre primitivo para explicar los fenómenos naturales han quedado conmovidas por los descubrimientos hechos por el hombre y por su mejor comprensión de las leyes de los fenómenos. Durante mucho tiempo se creyó que el sol se movía en torno a la tierra; esta creencia fue aceptada durante mucho mas tiempo que la teoría corriente hoy de que la tierra se mueve en torno al sol. El hombre primitivo interpreto las leyes de la naturaleza partiendo de lo que parecía obvio; la tierra parecía una superficie plana; el sol parecía moverse, surgir del Este, atravesar el cielo y ponerse en el Oeste. Durante muchos siglos esta apariencia fue considerada como la verdad, y aunque rechazamos este concepto hace muchos años, todavía empleamos los términos salir y ponerse, en relación con el sol. Del mismo modo que el concepto de la verdad formado por el hombre ha cambiado en la historia, así cambia también en la vida de cada individuo. Lo que es verdad para un niño puede no serlo para un adulto. El crecimiento de la comprensión, la habilidad de razonar, sea cual fuere la cantidad de conocimientos acumulados, hace variar el punto de vista del adulto. De igual manera, las opiniones del hombre moderno y del hombre primitivo son diferentes. Cuando consideramos nuestra vida pasada nos sentimos inclinados a creer que la verdad, en si, ha cambiado. Lo que parecía razonable antes puede parecer diferente de lo que aceptamos hoy, hasta el punto de que parece que se tratara de dos cosas sin relación. En realidad, la relación entre el hombre primitivo y el hombre moderno, lo mismo que la que existe entre el niño y el adulto, es un claro ejemplo de que la verdad no ha cambiado, y de que solo hemos aprendido algunos grados de la verdad. La verdad es inherente a la realidad última; es una fase del Cosmos o de Dios. Estos términos están tan estrechamente unidos que probablemente no son otra cosa que un nuevo ejemplo del conocimiento limitado que de la verdad tiene el hombre, que es lo que lo lleva a separar cosas, como la verdad, la realidad última, la ley Cósmica y Dios. Muchas personas pudieran llamar a cualquiera de estas cosas con términos diferentes, pero la terminología que el hombre trata de emplear como símbolo de estas cosas, que el solo conoce en parte, no tiene relación alguna con las cosas designadas. El hombre puede aspirar a conocer la verdad; no puede conocer la verdad absoluta, ni puede saber si conoce la verdad absoluta, porque en último análisis, por lo que respecta a la habilidad limitada del hombre, la verdad solo puede cambiar según el hombre sea capaz de probar por la experiencia si satisface o no a su mente, para emplearla así como unidad hasta que encuentre otra verdad mas completa. Así pues, desde el punto de vista objetivo, el hombre halla que una parte de su vida es una parte de la adquisición de la verdad. Desde el punto de vista místico, su deseo de conocer mejor como encaja su propia vida en el plan Cósmico, lo lleva a atrapar algunos hilos de la verdad, en su tentativa de relacionarse con Dios y con el plan del universo. Lo repetimos: La verdad no evoluciona; es una constante hacia la cual evoluciona el hombre. La evolución del hombre como organismo físico puede ser incompleta, por lo que respecta a nuestro conocimiento de su historia, pero el hombre todavía evoluciona, por lo menos mentalmente, y esto debe comprenderse como parte de la verdad que podemos hoy aceptar, y como indicio del horizonte que se abre en el futuro del hombre. Este artículo fue publicado por primera vez en la revista "El Rosacruz" Vol. II No.2 Editado en Diciembre de 1948