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La flexibilidad moral del discurso

“Gracias por fumar”1 es una película que narra la historia de Nick Naylor, el
vocero de la internacional compañía de cigarro Big Tobacco, la cual hace una
clara referencia a American Tobacco, la compañía a la que pertenecen los
cigarrillos Lucky (sin mencionar la sugerente portada del DVD con los
tradicionales anillos del cigarrillo tostado). A primera vista, se ve que la
película muestra el debate de la nocividad del tabaco dándole una dosis
cómica para su mejor entendimiento. Sin embargo, creo yo, la película se
puede traducir en una dimensión más interesante.

La problemática del cigarrillo resulta para mí un tema cliché. Creo que el


mismo efecto hubiese tenido la película si se hubieran exhibido problemáticas
como la experimentación en animales para productos de belleza o la
aceptación del vientre de alquiler o la legalización de las drogas, entre otras. El
tabaquismo es uno de los debates que goza de mayor popularidad puesto que
es un problema que convive con absolutamente todos (fumadores y no
fumadores) y es precisamente de esta popularidad de la que se ha colgado el
guión.

Entonces, desligándonos del tema del cigarrillo, se puede ver con más claridad
el tema de fondo: moral flexibility o flexibilidad moral2. Acá no se está tratando
un tema enteramente médico, sino más bien, ético. Regresando a la película,
Nick se nos muestra como una pieza importante en la compañía tabaquera,
basando su importancia en su discurso. Él no es abogado, sin embargo su
habilidad argumentativa es tal que lo hace exitoso en cualquier debate o
negociación de su vida, incluyendo la defensa de Big Tobacco.

En una escena, en la que Nick conversa con su hijo Joey acerca de la supuesta
ventaja que Estados Unidos tiene respecto a otros países en el tema de la
gobernabilidad, se extrae una frase que me parece reveladora. “Esa es la
belleza de la discusión. Si discutes bien, nunca estas equivocado”. Bueno, el
nunca estar equivocado es una facultad que no ha sido suministrada a los
humanos. Al autodotarse de esta habilidad, Nick se autoconvence de que está
yendo más allá de la naturaleza humana (y así se puede deshacer de la carga
moral que esta implica) para pode justificar los artificios argumentativos de su
discurso.

Ahora, traslademos esta flexibilidad moral (y los artíficos que se pueden crear
en el discurso gracias a ella) a un plano real y cercano. En la política peruana, y
de seguro en cualquier otro país, las personas suelen usar argumentos que
parecen sólidos pero que muy probablemente ni ellos mismos se la creen. Todo
1
La película puede ser vista en youtube: http://www.youtube.com/watch?
v=8sTEN3en6_Q
2
Como lo dice en algún momento de la película el vocero Nick Naylor
con el fin de defender su proyecto, candidatura, interpretación de alguna ley,
etc. Es un tema de negociación. Se trata de qué tan bueno puedes ser para
convencer al otro que lo que tú dices es lo correcto, o qué tan bueno eres para
que el otro interprete alguna idea de la misma manera que tú y hasta lograr
que se alinee a tu pensar, así sepas que en realidad no estés en lo correcto.

Se me ocurre el caso de la segunda reelección del presidente Fujimori. Este se


llevo a cabo gracias a una ingeniosa, y falsa, interpretación de la nueva
constitución del 92.
De hecho que para lograr estos cometidos, no solo el de Fujimori, se debe
tener gran inteligencia, capacidad discursiva y cálculo, pero, ¿Puede uno
manejar una flexibilidad moral (que más suena a incapacidad moral) en las
negociaciones y en el argumento? Y si es así, ¿Qué tanto? Con temor a la
autoflagelación, pues es muy probable que también haya caído, dejo la
pregunta al aire para la conciencia de cada uno.

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