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Resumen
Se tratará de potenciar esta perspectiva desde un contexto definido por dos coordenadas:
El reconocimiento de la interdependencia planetaria, la interconexión digital y el
intercambio cultural que nos lleve a situar los procesos educativos desde esta
perspectiva.
La pluralidad de contextos, personas (caracterizadas por la diversidad de
capacidades de aprendizaje, género, culturas, etnias, etc.) y procesos. Pluralidad
que se vive frecuentemente en situaciones de asimétricas e injusticia social y
política.
¿Cómo hemos de introducir en este contexto algunas vías que permitan en la práctica
cotidiana mejorar la calidad educativa de los procesos formativos, de las instituciones y de
los sistemas de enseñanza, intentando que esta educación de calidad sea a la vez una
educación para todos?
En Europa surge por las grandes migraciones de del sur al norte y de las luchas
reivindicativas de algunas poblaciones o comunidades de Estados multiculturales, como el
caso de Cataluña y El País Vasco en España.
Las democracias deben ser interculturales, y para ello tiene como primera tarea
descolonizar culturalmente los espacios públicos del debate político. Los espacios públicos
del debate democrático deben ser culturalmente inclusivos y socialmente diversos.
Desde esta óptica, la interculturalidad no puede ser posible en una sociedad
asimétrica y fragmentada, la interculturalidad además de propiciar el intercambio recíproco
de bienes y valores culturales y para ello, habilidades personales que propicien
intercambios interculturales positivos como habíamos recalcado antes, apunta a ser “un
fenómeno que se domicilia cada vez más en lo social. Hay algo que no es susceptible de
negociación, llámese derechos humanos o dignidad de las personas. Con frecuencia la
interculturalidad se ha invocado para fragilizar esos referentes en lugar de convertirlos en
el contenido sustancial de lo intercultural” García (2002:185).
La línea trata de potenciar este aspecto, desde un contexto definido por dos coordenadas:
Identidad
Ciudadanía
Implementación de la intercultural en el sistema educativo
Nos preocupa realizar una tarea investigadora con incidencia en la sociedad, que
contribuya al cambio y a la transformación social en clave de equidad y cohesión social.
1. Identidad
2
La construcción de la identidad personal según Taylor consiste en tres ejes que son:
Moral, el surgimiento de la idea de dignidad, ligada a la igualdad de todo ser humano, es decir, toda persona
es igual en dignidad.
Personal, la revolución expresiva, que lleva a cada individuo a reconocer su propio modo de ser humano y a
realizarlo en su originalidad y autenticidad.
Los otros significativos, que los demás le reconozcan su identidad, son los que ayudan a que una persona
pueda autodefinirse.
Una identidad forjada en los tres ejes mencionados, desplaza a la negociación y a la lucha por el
reconocimiento, pero por el momento es una utopía, ya que para que las personas interioricen y manifiesten
estos ejes es una larga tarea. Más bien tengamos presente lo que dice Cortina “La identidad no nos viene
dada, sino que la negociamos, de ahí la importancia de las luchas sociales emprendidas por obtener el
reconocimiento de los otros significativos” Cortina (1999:199).
Las investigaciones realizadas en América Latina y Europa durante más de dos
décadas de experiencia en el tema, nos suscitan plantear el estudio de la identidad cultural
como elemento clave para profundizar en la convivencia en sociedades multiculturales.
Desde la línea de educación intercultural, podemos centrar investigaciones en los
constructos de la identidad cultural y la aculturación.
2. Ciudadanía
Desde esta óptica Valiente sostiene que “la convivencia social entre diferentes demanda
desarrollar y cultivar, al mismo tiempo, la capacidad de comunicación y participación
dentro de un marco de disenso y descentración del horizonte individual y también, de
orientarlo a una conciencia de interdependencia mediante la aceptación de nuevos desafíos,
el reconocimiento de la limitación propia y la construcción de objetivos comunes. Este
proceso orientado a la construcción de una conciencia de interdependencia, al contrario de
una conversión en una nueva pero sutil forma de dependencia y/o exclusión, precisa de
ciertas condiciones. Etxeberría (2001) citado en Valiente (2003:141). Estas condiciones
según la autora son:
En este sentido, desde esta línea consideramos que las organizaciones escolares son
agentes importantes de interpretación y transformación de la sociedad, han de sentir la
necesidad de acordar intencionalmente y en equipo, la misión de formar desde y para la
ciudadanía democrática. Hacer de la democracia un ejercicio permanente en el diario vivir
de la comunidad educativa que impregne transversalmente sus acciones. Implicándose así,
en la búsqueda constante de la pedagogía que mejor potencie en sus implicados (alumnado,
profesorado, directivas, padres y madres de familia) la capacidad de vivir juntos/as, el cual
es un pilar democrático y educativo, que nos facilitará propiciar en las personas el
desarrollo de capacidades para explorar y comprender la complejidad de la realidad
mediante razonamientos críticos pero también propositivos que les ayude a actuar sobre
ella. De esta manera, podremos promover reflexiones en torno a cuáles serían las mejores
formas de enfrentar los conflictos en las organizaciones, las comunidades y el mundo;
generar preocupación por los asuntos públicos; voluntad para trabajar por ellos juntos/as
personas distintas; propiciar espacios que animen a soñar por una comunidad y mundo
mejor, donde el sí se puede sea una convicción de la ilusión. Cuando las organizaciones
escolares cultiven y mantenga estos valores democráticos entre otros, y apuesten
conscientemente por desarrollar una cultura democrática, podemos decir, que hemos
empezado con creces a formar ciudadanos democráticos e interculturales que construyan en
condiciones simétricas, como artesanos, la comunidad local y el mundo justo y solidario
que anhelamos y por el cual apostamos.
Pero para llevar a cabo esa trascendencia de la educación para la ciudadanía en los
currículos y la vida escolar de las instituciones educativas, es menester que el profesorado
este preparado para ello. Como muy bien lo explica Alcalá del Olmo (2004:143) la
imperiosa necesidad de que el profesorado esté al día y pueda adaptarse a las necesidades
del momento. “Una realidad en constante cambio y evolución, hacen necesario la puesta
en práctica de planes de formación permanente, que permitan a cualquier profesional
adaptarse a las nuevas exigencias que se vayan produciendo. Evidentemente, esta
necesidad, que se da en todos los ámbitos profesionales, se hace especialmente manifiesta
en el marco educativo”.
Educación intercultural
Educación intercultural
Ciudadanía
Ciudadanía
Cultural
Diálogo
En organizaciones escolares
La solidaridad y cooperación
El debate
La participación
Ciudadanía como proceso eje transversal
El currículo
Ciudadanía como proceso eje transversal Escuela – comunidad un equipo
El empowerment
Participación popular directa
Referencias
Botella, J., y Casas, M. (2003). “La democracia y sus retos en el siglo XXI. Elementos
para la formación democrática de los jóvenes”. Barcelona: Praxis
Cortina, A. (1999). Ciudadanos del Mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid:
Editorial Alianza.
Espinola (2005). “La educación para la ciudadanía y la democracia para un mundo
globalizado: una perspectiva comparativa”. Investigación auspiciada por el Banco
Interamericano de Desarrollo Público. Documento policopiado.