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La Plata, de abril de 2018.
AUTOS Y VISTO: el presente incidente N° 91003399/2012/TO1/15, caratulado
“WOLK, Juan Miguel s/ Legajo de prórroga de prisión preventiva”, en trámite ante este
Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1; y
CONSIDERANDO:
I. Que encontrándose próxima a vencer la prórroga de prisión preventiva de Juan
Miguel Wolk –24/04/2018–, se corrió en vista a las partes.
II. Que en primer término, la vista fue contestada por el Dr. Emanuel Lovelli,
apoderado de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, parte querellante en autos, quien solicitó
se prorrogue la prisión preventiva que viene cumpliendo el encausado (fs. 158/159).
Para fundar tal postura, tras hacer una breve referencia al procesamiento de Juan
Miguel Wolk y a los hechos que allí se le imputaron, destacó la posición jerárquica que el
nombrado ostentaba en aquel momento como “Jefe” de la dependencia donde habría funcionado
el Centro Clandestino de Detención conocido como “Pozo de Banfield”, citando lo dicho por la
Sala III de la Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad el 19/03/09 en el precedente
“Excarcelación Almeida, Domingo –causa N° 2–” respecto a las personas que presuntamente
conocieron los mecanismos clandestinos que rodearon los sucesos investigados en autos.
En otro orden de ideas, agregó que la causa ya se encuentra radicada ante este
Tribunal, de lo cual se desprende que existe un serio riesgo de que el imputado pueda eludir el
accionar de la justicia, recordando al respecto que Wolk estuvo prófugo tras resolverse la
elevación a juicio de la causa, tras lo cual fue nuevamente detenido por las fuerzas de seguridad.
III. Que a su vez, la Dra. Guadalupe Godoy, letrada patrocinante de la querella
encabezada por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, contestó la vista conferida,
requiriendo que se prorrogue la prisión preventiva oportunamente dispuesta contra Wolk (fs.
160/161).
En sustento de su posición, recordó la imputación efectuada contra Wolk en el
marco de la presente causa, y todos los obstáculos que tuvieron que ser sorteados para poder
llevar a juicio a los presuntos responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos durante
el terrorismo de estado. Asimismo, tras destacar que la presente causa ya lleva cumplidos doce
años desde su inicio, recordó lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el
fallo “Acosta, Jorge s/ recurso de casación 08052012”.
En otro orden de ideas, recordó que al momento de serle revocado el arresto
domiciliario del que gozaba, Wolk se fugó, siendo localizado y detenido en la casa de un
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familiar casi un año después; considerando que esta conducta elusiva requiere evitar medidas
que pongan en riesgo su presencia en el debate.
IV. Que a fs. 162, los Sres. Fiscales Rodolfo Marcelo Molina, Hernán I. Schapiro
y Juan Martín Nogueira, contestaron la vista por el Ministerio Público Fiscal, solicitando como
medida previa a expedirse que este Tribunal informe sí dentro de este año tiene prevista la
fijación de fecha de audiencia de debate oral en esta causa.
V. Que llegado el momento de resolver;
El juez Alejandro Daniel Esmoris dijo:
Que habiendo el Ministerio Público Fiscal presentado la vista por fuera del plazo
de ley, sin contestar el fondo del asunto, corresponde, en tales condiciones, abocarse al estudio
de la cuestión y tener por desistida la voluntad de esa parte de requerir la prórroga de la cautelar
y, en consecuencia, de oponerse a la eventual libertad del imputado, como autoriza el art. 3 de la
ley 24.390, texto según ley 25.430.
Entonces, llegado el momento de pronunciarme, anticipo desde ya que he de
acoger una solución afín al cese del encarcelamiento preventivo de Juan Miguel Wolk en las
presentes actuaciones.
Como premisa, corresponde señalar que el imputado Juan Miguel Wolk,
conforme al requerimiento fiscal de elevación a juicio presentado por la Unidad Fiscal Federal
creada por Resolución PGN 46/02 para intervenir en causas por violaciones a los derechos
humanos cometidos durante la etapa de terrorismo de estado en La Plata, se encuentra imputado
como coautor material (art. 45 del C.P.) de los hechos constitutivos de los delitos de privación
ilegal de la libertad cometida por un funcionario público en abuso de sus funciones, agravada
por haberse cometido con violencias o amenazas y por haber durado más de un mes (agravante
aplicable a cincuenta y uno de los casos), en los términos del art. 144 bis inc. 1° del C.P., con la
agravante prevista en el último párrafo de dicho artículo, en cuanto remite a los incs. 1° y 5° del
art. 142 del mismo cuerpo normativo; y aplicación de tormentos por parte de un funcionario
público a los presos que guarde, agravada por ser la víctima un perseguido político, en los
términos del art. 144 ter segundo párrafo C.P., según ley 14.616 –vigente al momento de los
hechos–; ambos en concurso real (art. 55 CP), reiterado en doscientas treinta y cinco (235)
oportunidades, los que concursan materialmente entre sí; así como, en calidad de coautor
material (art. 45 del C.P.) de los delitos de sustracción, retención y ocultamiento de un menor de
10 años, de acuerdo con las prescripciones del art. 146 del C.P., en cinco (5) oportunidades.
Todos estos hechos que han sido calificados prima facie, en el marco del derecho penal
internacional, como de lesa humanidad.
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acusados, sino porque, a su vez, han sido calificados, conforme la acusación fiscal, como delitos
de lesa humanidad, con las consabidas particularidades que a ellos se le atribuyen y fueron
afirmadas en diversos precedentes de la CSJN a partir de los casos “Arancibia Clavel” y
“Simón”.
Estos hechos, como se ha dicho a través de reiterados pronunciamientos, han
revelado una definida “complejidad” para su investigación, habida cuenta que fueron la
concepción y el producto de un plan sistemático elaborado y puesto en práctica por agentes
estatales que llevaron a cabo su comportamiento en la más absoluta clandestinidad, a la que se
sumó el posterior ocultamiento y destrucción de las pruebas de su accionar.
Asimismo, cierto es reconocerlo, ya que no ha sido ajeno a este último dato, que
llevó muchos años llegar a su pesquisa y juzgamiento definitivo pues leyes de autoamnistía y las
denominadas leyes de perdón (obediencia debida y punto final) contribuyeron sin lugar a duda a
esa demora y a la consecuente desaparición de las evidencias, para dificultar la inmediata
dilucidación de los sucesos en cuestión.
Sin embargo, no puede afincarse a esta altura del proceso y en razón del estadio
procesal al que ha arribado la presente encuesta, la objeción al cese de la prisión preventiva en
esos datos pues, la pesquisa de los hechos quedó cerrada y su instrucción cumplida en debida
forma habilitando el requerimiento de elevación producido por el representante del Ministerio
Público Fiscal a la instancia de juicio razón por la cual el concepto o la idea de “complejidad” no
puede ya ser sostenida con predicamento y mucho menos vincularla ahora con la voluminosidad
de las actuaciones, ya que una no es sinónimo de la otra para proponer el mantenimiento del
encierro.
Lo expuesto lo es sin perjuicio de insistir en que, después de casi siete años y
medio en prisión preventiva, si bien ese dato autoriza la prórroga del encarcelamiento, sólo es
posible acudir a él en el marco y en el plazo a que alude el art. 1 de la ley 24.390, que, como
dijimos, no ha perdido vigencia en este pasaje de la norma pues sólo puede dar sustento a la
extensión del lapso de dos años por otro año más.
Entonces, vueltos sobre las legítimas y correctas pautas a considerar, aún cuando
la antes mencionada “gravedad de los hechos” en el marco del art. 3 de la ley 24.390 puede
considerarse relevante, debe no obstante valorarse junto al resto de los motivos esgrimidos en
disfavor del cese de la prisión preventiva, para establecer si, en su razonada comprensión, arroja
elementos fundados a efectos de sostener un pronóstico de fuga o entorpecimiento de las
investigaciones y/o realización del derecho material como sólido presupuesto para mantener el
encierro cautelar.
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Cabe insistir, nuevamente aquí, en que en las actuaciones se encuentra pendiente
la fijación de la audiencia de debate, razón por la cual una nueva circunstancia abona la soltura
ya que (sorteada también la “pluralidad de los hechos” como fundamento del encarcelamiento
cautelar habida cuenta que se ha superado el lapso prescripto por el art. 1 de la ley 24.390 para
su vigencia), ese dato permite afirmar que su libertad no entrañaría o daría lugar a una eventual
intromisión en el devenir de la pesquisa, argumento, por otro lado, que no parece consistente a la
luz de los antecedentes que ilustran el curso de la presente encuesta.
Dicho en otras palabras, establecido con el grado de certeza que es dable
reconocerle a los relevamientos producidos en el transcurso de la instrucción, el rol que se le
adjudica al nombrado y las pruebas en las que reposa la presunta vinculación a los hechos que
son materia de este legajo, según la acusación, no parece que los antecedentes que sirvieron para
fundar entonces su procesamiento y justificar su encarcelamiento preventivo, cuanto la prueba a
producir en el debate a consecuencia de ello, puedan gravitar como objeción a la soltura de Wolk
a título de riesgo procesal.
Desde otro perfil, no dejo de reparar que, según la imputación que se le dirige en
la pieza acusatoria, el procesado se habría valido en su momento de una especial posición dentro
de la estructura estatal para la comisión de los delitos endilgados, lo que permitiría presumir que
de recuperar su libertad podría recurrir a ella a los fines de poner en riesgo el avance de las
actuaciones.
Mas, entiendo que dicha aseveración, en abstracto, no cuenta con elementos que
le den sustento más allá de un marco conjetural, toda vez que desde la fecha en que fue detenido
no se han opuesto obstáculos desde el Estado mismo o a través de alguna de sus estructuras a la
investigación y/o juzgamiento de los sucesos que le fueron imputados a Juan Miguel Wolk.
Tampoco lo han hecho en procura de sustraer al nombrado de la investigación,
circunstancia que pone de manifiesto el grado al que ha arribado este legajo en la etapa del
juicio.
A su vez, no se ha verificado, de parte de agentes o ex agentes estatales, cuando
no paraestatales reconocidos como tales, algún tipo de injerencia o bien inquietudes particulares
tendentes a obstaculizar o impedir el curso de la causa o a sustraer al procesado de sus
alternativas y conclusión, cualquiera fuere su resultado.
Desde otro extremo, pero siempre dentro del concepto que vengo considerando,
no observo que pueda afincarse la idea de prorrogar la medida cautelar en examen en la remisión
a la sanción que prevé y/o supone la tipificación legal acusada a los sucesos por los que se lo
trae a juicio, y a la rebeldía que oportunamente pesó a su respecto.
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Respecto del primer supuesto, ya que aún cuando resulta relevante –grave por
cierto–, no puede sustentarse en ella la permanencia del encarcelamiento preventivo, so riesgo de
perder éste su naturaleza cautelar para asumir ribetes de una verdadera pena.
En efecto, si bien es cierto que la seriedad de una infracción criminal como la
severidad de la sanción penal en expectativa, importan una pauta valorativa en la que puede
afirmarse el riesgo de elusión del detenido, no es menos cierto que ese elemento de convicción
se inspira en criterios retributivos, por manera tal que su empleo a los fines de fundar una
prisión preventiva debe ser prudentemente ponderada pues, cuando ese argumento se utiliza para
sustentar un encarcelamiento prolongado previo a una eventual sentencia de condena, desvirtúa
el efecto cautelar de aquélla para convertirla en un sustituto de la pena privativa de la libertad.
En cuanto al segundo supuesto, no desconozco que, en el caso concreto, Wolk
estuvo rebelde, no obstante lo cual, si bien ello en su momento fue un dato cierto que, entre otros
argumentos, autorizó la prórroga de la cautelar, visto el tiempo transcurrido en detención, estimo
que ha de sopesarte con otro dato real; en efecto, no menos cierto resulta que, desde hace varios
años, el imputado se encuentra en prisión domiciliaria y que pese al menor rigor que importa esa
forma de detención, no se ha vuelto a sustraer del accionar de la justicia.
Por otra parte, la conceptualización de los delitos aquí examinados como
configurativos de crímenes contra la humanidad, si bien ha llevado a modificar el estándar de
algunas cuestiones (v. gr. el régimen de la prescripción de la acción penal, laxitud de la prueba,
entre otros aspectos legales y judiciales) ante la entidad de las afrentas que trascienden a los
individuos que se vieron afectados por esas conductas para proyectar sus efectos sobre la
sociedad toda, no puede llevar a la supresión de las garantías y derechos que le asisten al
imputado, entre ellos el de ser juzgado dentro de un plazo razonable y, de no ser posible ello,
que continúe el proceso en libertad, sobre todo, cuando la detención pierde su naturaleza
cautelar en razón de la prolongación del trámite por razones extrañas al procesado (art. 7.5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos), ya que ninguna norma hay que anule este
principio convencional, legal y expresamente incorporado a nuestro sistema constitucional (art.
75 inc. 22 de la Constitución Nacional).
Es dable considerar también que no hay pronóstico de reincidencia –para la
hipótesis de recaer condena en estos autos– y tampoco puede afincarse en las características y
modalidades de los sucesos enrostrados la objeción a la soltura, por las diversas razones hasta
aquí expresadas en punto al prolongado encierro cautelar.
Desde otro perfil, pero en ese mismo orden de ideas que pongo de manifiesto, los
peligros procesales que justificaron en su momento la adopción de la medida cautelar adoptada
por el magistrado de la instrucción –art. 312 del Código Procesal Penal de la Nación– y su
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mantenimiento, no pueden validarse sine die obstaculizando el cese de la prisión preventiva ya
que, en esos términos, carece ella de toda razonabilidad, máxime cuando el nombrado se
encuentra con prisión preventiva para la causa N° 34000189/2009/TO1 del Tribunal.
En esa misma línea argumental, es menester destacar que, tal como se adelantó,
sin perjuicio del tiempo que el imputado estuvo prófugo de la justicia entre principios del 2012 y
2013, desde que ha sido nuevamente beneficiado con el instituto del arresto domiciliario ha
cumplido su detención sin infringir las obligaciones impuestas, por manera tal que su actitud
permite inferir que ante el cese de la medida de coerción que pesa sobre él, no asumirá una
actitud elusiva.
Cerrando este análisis, cabe señalar también, a efectos de agotar el tema, que la
demora en la celebración del juicio no resulta atribuible a articulaciones dilatorias de la defensa
o a una actitud remisa del procesado sino, en todo caso, a la particular tramitación que impuso el
objeto procesal examinado en el expediente ―concretamente la pluralidad de los hechos y su
complejidad, datos sobradamente superados― que, más allá de constituir el sostén legítimo de
sus primigenias prórrogas, en la actualidad carecen de fundamento y no puede valorarse en su
perjuicio ya que, como dije, perdieron entidad y legitimidad.
En definitiva, en mi criterio, el lapso transcurrido desde la detención para estos
autos y el desenvolvimiento de la causa desde entonces –de cara a la implementación de las
diligencias procesales necesarias e indispensables dirigidas a la finalización de esta encuesta–
pone en crisis la razonabilidad del tiempo transcurrido sin que se haya definido aún, de una vez
y para siempre ante la ley y la sociedad, la situación procesal de Juan Miguel Wolk, a lo que no
podemos sustraer la incertidumbre que aún pesa en orden a la fecha en que su situación procesal
podrá ser tratada y definida en el marco de un debate, por manera tal que su libertad deviene
fundada, no advirtiendo, a su vez, que examinada su situación, como se ha visto, en el marco del
art. 3 de la mencionada ley, emerjan objetivos elementos de los que derivar la existencia de un
actual riesgo procesal de fuga o a la realización del derecho material.
Por los argumentos expuestos, excedidos los plazos de ley como también los
judiciales, razonablemente decididos que pudieron fundar la permanencia de Juan Miguel Wolk
en detención cautelar, deviene imperativo ordenar el cese de la prisión preventiva en estos autos,
a partir del 24 de abril de 2018, medida que no se hará efectiva por quedar detenido para la causa
N° 34000189/2009/TO1 del Tribunal, y subordinar su libertad al estricto cumplimiento de las
siguientes cláusulas compromisorias: a) presentarse ante este Tribunal en el lapso improrrogable
de 48 horas a partir de recuperar la libertad; b) fijar domicilio, del que no podrá apartarse por
más de 24 horas sin autorización del Tribunal; c) concurrir al Patronato de Liberados
correspondiente; d) comparecer ante la Secretaría del Tribunal con una periodicidad de 15 días.
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No obstante, encontrándose el imputado actualmente detenido en otro proceso
judicial, se le eximirá de cumplir con las cláusulas, mientras esa prisión se encuentre vigente.
A su vez, entiendo que debe ordenarse y comunicarse a las autoridades
correspondientes la prohibición de salida del país del nombrado en las presentes actuaciones.
Que, por lo demás, si bien es cierto que dos de las querellas se han opuesto al cese
de la cautelar, no menos lo es que la suspensión de la efectivación de la medida está
condicionada únicamente a la oposición del Ministerio Público Fiscal (arts. 3 y 4 de la ley
24.390, texto según ley 25.430), sin que la ley comunique esos efectos a la oposición que pueda
manifestar la parte querellante. Por consiguiente, habiendo manifestado solamente las querellas
su oposición al cese de la prisión preventiva de Wolk, no corresponde suspender los efectos de la
decisión que habrá de pronunciarse. Ello, independientemente de que el cese no pueda
concretarse por causas distintas a la aquí suscitada, tal como se ha adelantado; y de la suerte que
pueda correr la vía impugnativa que podrán deducir las querellas que sí han formulado
oposición.
Tal mi voto.
El señor juez Germán Andrés Castelli dijo:
Que por compartir en lo sustancial los fundamentos dados por el señor juez
Esmoris, adhiero al voto del colega preopinante.
Sólo he de resaltar que el cese de la prisión preventiva de Juan Miguel Wolk
corresponde en tanto lleva siete años y medio en detención, se le imputan numerosos hechos de
privación ilegal de la libertad y tormentos y, aún no se ha fijado fecha de debate oral, en los
términos exhortados por la Cámara Federal de Casación Penal al tomar nota de la anterior
prórroga.
Sobre el particular, lo cierto es que tal exhortación no ha podido ser satisfecha,
merced a que esta causa conforma el conjunto de expedientes que motivaron un plural pedido de
unificación para la realización de un único debate oral y público; petición esta que ha
determinado el inicio de gestiones no sólo ante el Tribunal Federal de Casación sino también
ante el propio Consejo de la Magistratura de la Nación, a efectos de procurar contar con los
recursos y la infraestructura necesarios susceptibles de viabilizar aquella demanda se trata de la
unificación de diversos centros clandestinos de detención que arrojaría una significativa de
cantidad de imputados y cientos de víctimas. Más allá de haber resultado infructuosas las
gestiones llevadas a cabo, lo cierto es que este órgano jurisdiccional aún no ha asumido un
temperamento sobre el particular, lo cual claramente ha impedido fijar el debate en los términos
exhortados.
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En este sentido, cabe consignar que la magnitud de la decisión en juego debe
también sopesarse con la realidad que signa la marcha de este Tribunal, de la que cabe relevar la
cargada agenda de debates fijados, la tramitación de más del 90% de las causas por delitos de
lesa humanidad que competen a esta jurisdicción y el hecho de que los magistrados que
integramos este órgano colegiado lo hacemos en calidad de subrogantes, extremo que
naturalmente exige la coordinación del trabajo con las agendas que tienen cada uno de los
suscriptos en los tribunales que integramos de manera permanente. Es por eso que tan
excepcional coyuntura no ha permitido observar la mentada exhortación, sin perjuicio del sumo
interés por parte de esta judicatura para cumplir con ella no sólo en lo que refiere a estas
actuaciones sino también en todos aquellos expedientes cuyos justiciables y cuyas víctimas
demandan una pronta administración de justicia (como ejemplo de ello debe ponderarse que este
Tribunal ha fijado audiencia de debate para el mes de agosto del corriente año, en el marco de la
causa N° 373, seguida por delitos de lesa humanidad, y en la que han de declarar 120 testigos).
Mas teniendo en cuenta los datos relevados, estimo que la imposibilidad, de
momento, de fijar debate no puede cargársele al justiciable, por ello propicio el cese de la
prisión cautelar.
Finalmente, estimo que el cese de la prisión preventiva deberá hacerse efectivo,
para estas actuaciones, de no mediar oposición en el plazo recursivo de ley.
Así lo voto.
El juez Pablo Daniel Vega dijo:
Que, a mi modo de ver, corresponde disponer el cese de la prisión preventiva de
Juan Miguel Wolk, en tanto el nombrado lleva siete años y medio en detención cautelar y a la
fecha no se ha designado audiencia de debate, tal como reclamó la Cámara Federal de Casación
Federal al tomar nota de la prórroga anterior, sin que se vislumbre que en el transcurso del
presente año se pueda iniciar el juicio a tenor de los demás debates ya fijados por el tribunal —
entre ellos, uno en una causa de lesa humanidad que comienza en agosto y que cuenta con 120
testigos—, de modo tal que, de prorrogarse la prisión preventiva, su duración devendría
irrazonable, dada la falta de certeza en punto a la celebración del plenario.
Como podrá advertirse el tribunal no ha podido dar cumplimento a la condición
suspensiva a la cual la Cámara Federal de Casación sujetó la homologación de la prórroga
anterior, en cuanto sostuvo en el voto de la mayoría que avalaba aquélla "…pero sujeta a la
fijación de la audiencia de debate que ya se le ha reclamado conforme fue resuelto por esta
Sala el 12 de mayo de 2017..." (el resaltado no se corresponde con el original), en tanto, el voto
de la minoría reparó que "…la detención en prisión preventiva excede el máximo establecido
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por la ley 24.390 según texto ley 25.430 y la realización de la audiencia de debate no deviene
inminente, por lo que estimamos debe reenviarse el expediente a su origen para la ampliación
de la fundamentación de la medida impuesta o su adecuación a lo dispuesto por la legislación
vigente, respecto del imputado en cuestión.”
Que por lo demás, en punto a las razones que han impedido la fijación del debate
en autos, el juez Castelli ha sido muy elocuente al relevar cada una de ellas, por lo que, habré de
adherir a los fundamentos por él expresados.
Finalmente, comparto lo expuesto por el juez Alejandro Esmoris en punto al
significado que corresponde dársele a la rebeldía oportunamente dispuesta respecto de Wolk, al
efecto que ha de otorgársele a la ausencia de contestación fiscal en lo referido al fondo de la
cuestión, así como también en lo relativo a la oposición de las querellas. Por ello, corresponde
disponer la efectivación del cese de la prisión preventiva para estas actuaciones a partir del día
24 de abril de 2018.
En tal sentido doy mi voto.
Por las razones expuestas y sobre la base de las disposiciones legales citadas, el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata, RESUELVE:
I. DISPONER el cese de la prisión preventiva de Juan Miguel Wolk, en la
presente causa N° 91003399/2012/TO1, a partir del 24 de abril de 2018, quien deberá
permanecer detenido a disposición de este Tribunal en el marco de la causa N°
34000189/2009/TO1 (art. 1 de la ley 24.390, texto según ley 25.430).
II. IMPONER a Juan Miguel Wolk, en caso de recuperar la libertad, el
cumplimiento de las siguientes cláusulas compromisorias, bajo apercibimiento, en caso de
inobservancia, de revocar su libertad:
a) Presentarse ante este Tribunal en el lapso improrrogable de 48 horas a partir de
recuperar la libertad; b) Fijar domicilio, del que no podrá apartarse por más de 24 horas sin
autorización del Tribunal; c) Concurrir al Patronato de Liberados correspondiente; d)
Comparecer ante la Secretaría del Tribunal con una periodicidad de 15 días.
III. DISPONER la prohibición de salida del país de Juan Miguel Wolk,
debiendo librarse oficio haciendo saber esta decisión a todas las fuerzas de seguridad y a los
organismos de control de ingreso y egreso del país.
IV. COMUNICAR la presente resolución al Consejo de la Magistratura del
Poder Judicial de la Nación y a la Cámara Federal de Casación Penal (art. 9 de la ley 24.390,
texto según ley 25.430).
Regístrese, ofíciese y notifíquese.
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Ante mí:
En notifiqué a la Unidad Fiscal, a la defensa y a las partes querellantes. Conste.
En libré oficio de notificación al imputado. Conste.
En se libró oficio al Consejo de la Magistratura de la Nación y a la Cámara Federal de
Casación Penal. Conste.
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